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Pasos de una obra
1. PASOS DE UNA OBRA:
1.- Inspiración
2.- Pensamiento
3.- El sentimiento
4.- Materialización de la inspiración.
La crítica en el arte
Dentro del fenómeno artístico además del artista, la obra de arte y el contemplador, interviene
un personaje cuya función es muy importante: el crítico.
La misión del crítico, del hombre cuya facultad estética no se limita a percibir los valores en el
arte sino que juzga acerca de ellos, es precisamente emitir un juicio acerca del valor contenido
en la obra, sea ésta la expresión de la belleza, la fealdad, la gracia, la comicidad o cualquiera
de las innumerables categorías estéticas que pueden expresarse en la obra de arte.
El crítico enseña a ver la obra para encontrar en ella no sólo cosas concretas, sino el alma del
artista y de esa manera captar el significado y por tanto el valor de la creación. ¿Esto quiere
decir que la obra necesita ser explicada por el crítico para ser entendida? De ninguna manera,
la obra que necesita ser explicada no es obra de arte, puesto que el arte se siente, no se
entiende, se capta emocionalmente y no racionalmente. Sin embargo, el papel del crítico es
fundamental para orientar a un público que generalmente desconoce los fundamentos histórico-
sociales, filosóficos y estéticos de la obra de arte.
La crítica varía desde la simple descripción que de una obra hace el redactor de eventos
artísticos en periódicos y revistas, o el biógrafo de un artista, hasta la crítica profunda que juzga
con razones debidamente fundadas acerca de los valores contenidos en una obra de arte,
huelga decir que esta es la verdadera crítica.
La verdadera crítica contribuye a crear y a mantener el clima propicio para la producción
artística, porque tiene un doble efecto: resulta estimulante para el artista y para el público.
El artista busca el juicio ajeno acerca de su obra independientemente de su propio juicio; le
interesa la opinión del crítico porque precisamente de ella se nutre la opinión de los
espectadores. Si bien es cierto que es malo que se hable mal de uno, resulta mucho peor que
no se ocupen de uno en lo absoluto; el silencio en torno a su obra es mortal para el artista, la
2. crítica favorable le da aliento, la crítica condenatoria lo lleva a superarse.
En el público influye necesariamente la crítica, se ha dicho no todos gozamos de idéntica
sensibilidad y que no todos los hombres poseen el mismo grado de cultura, pero existe una
especie de reacción colectiva favorable o no hacia el artista y sus obras a través de la opinión
de tal o cual crítico. La sociología del arte se ocupa de este fenómeno en verdad no muy
explorado. arte se auxilia de la historia para comprender y valorar la obra, pero su actividad se
refiere a un presente.
¿qué cualidades necesita poseer el crítico? Se ha llegado a decir que el crítico es un artista que
no siendo capaz de dar forma material a su inspiración, canaliza su intuición hacia la crítica
para juzgar acerca del valor de la obra ajena. Si así fuera, la crítica sería un grito de amargura,
una exteriorización de las frustraciones que sufre el artista fracasado, y su crítica no sería
imparcial, objetiva, no podría dominar verdaderamente su sensación de fracaso y, por qué no,
de envidia hacia aquel que fue capaz de materializar su inspiración; la crítica en estas
condiciones no resultaría fecunda para el arte.
En realidad el crítico es un artista potencial, no fracasado, desde luego, sino que no estando
dotado de suficiente talento artístico, en vez de realizar obras de arte dirige su facultad estética
hacia la crítica; debe estar dotado de suficiente sensibilidad y de una receptividad estética
excepcional que lo capaciten para sentir y comprender los valores contenidos en la obra de
arte.
La misión del crítico no es, como equivocadamente se supone, enseñar al artista; es algo
distinto, debe saber advertir la relación que existe entre una obra y la época que la originó, está
obligado a penetrar en el secreto de las formas artísticas y a traducir lo que en ellas se dice a
un público poco informado, para ayudarlo a sentir la belleza de la obra.
El crítico es exponente de una cierta madurez de la conciencia artística general, es un espíritu
reflexivo que no se satisface con contemplar solamente el arte, sino que aspira a comprender el
sentido de cada obra artística. Este sentido generalmente es un enigma para el espectador
común, y el crítico resulta el enlace entre el artista el espectador a través de la obra. En todo
espectador hay un crítico cuando opina de una obra, es también crítico el artista cuando juzga
su obra a la de otros artistas; es decir, la crítica puede ser una actividad general que atañe a
todos los que intervienen en la contemplación de la obra, pero la crítica solo alcanza su
perfección cuando desempeña una función especializada dentro de la vida artística, es
entonces una labor completa que debe dar cumplimiento a múltiples finalidades. Corresponde
al crítico, en primer lugar, decidir cuáles son las obras propiamente artísticas y cuáles no lo
son; en segundo lugar, debe definir los valores artísticos en su individualidad característica y
fijar su rango relativo dentro del conjunto de la producción de un momento o de una época, y
por último, debe emitir un juicio que resulte positivo para el arte.
3. Para el cumplimiento de su misión el crítico debe reunir un cierto número de cualidades que lo
colocan muy por encima del simple espectador, es lógico que sin un verdadero temperamento
artístico todos los conocimientos y la cultura del crítico resultarían estériles y sus juicios
carecerían de valor. Pero a diferencia del contemplador, el crítico debe poseer una experiencia
y un conocimiento tal del arte, que lo capacite para juzgarlo, para poner en claro los valores de
la obra y para hacer un análisis y una interpretación de un sentido ajustándose a las
condiciones objetivas de la obra de modo que no caiga en afirmaciones arbitrarias.
El crítico debe, desde luego, poseer el conocimiento de los materiales con que se expresan las
artes y no puede ignorar un aspecto tan fundamental como es la técnica que se sigue para la
creación artística en sus diferentes formas, este es un factor importante para pronunciar el fallo
sobre los méritos artísticos de la obra. Es cierto que la técnica perfecta no hace al artista, ni
hace tampoco la obra perfecta, pero el verdadera artista no puede serlo sin la técnica; el
conocimiento de ésta es, entonces, un elemento necesario para hacer posible una opinión
estética justa.
El crítico debe saber distinguir lo que en el arte es revolucionario porque va contra los antiguos
cánones, debe tener sensibilidad suficiente para percibir el grado de belleza que encierra la
obra de arte, solo así comprenderá el sentido oculto del lenguaje artístico que no es solo la
palabra sino los colores, las líneas, los movimientos y los sonidos; debe poseer una amplia
cultura que le permita distinguir lo que es original y lo que es una imitación.
En suma, el crítico debe poseer sensibilidad artística, para vibrar con la belleza de una obra;
perspicacia, para encontrar el hilo de las conexiones filosóficas, sociales y aun religiosas de las
obras de arte; cultura, para comprender todo lo que al arte atañe; audacia e impulso
revolucionario, para acoger con entusiasmo y sin temor lo que es nuevo y para adivinar el
germen que será el nuevo trazo del mañana; intrepidez, una sinceridad acrisolada para decir la
verdad, duela a quien le duela; poesía, para expresar en forma poética lo que es poético, y
emoción, para expresar en forma emotiva lo que es emocional; madurez, para que los halagos
o amenazas no tuerzan su juicio y para no dejar que sus gustos, inclinaciones o estado de
ánimo se reflejen en su juicio haciéndolo subjetivo.
Stites dice que para juzgar acerca de la obra de arte el crítico debe preguntarse: ¿qué expresa
esta obra? ¿Cómo vería a esta obra la cultura que la produjo? ¿Están en equilibrio los valores
estéticos con los de asociación y utilitarios? ¿Pesa alguno de los valores más que otro?
Contestadas estas preguntas, con una actitud imparcial podrá juzgar acerca del valor estético
de la obra. Cada credo estético origina una manera de soñar; conociendo los orígenes de cada
escuela, su desenvolvimiento y sus proyecciones, el crítico podrá juzgar con causa y no a la
ligera.
Sin embargo, ¿cómo conjugar la crítica que es análisis, con la creación que es arte? El pintor,
supongamos, se apoya en la naturaleza o en un ideal para realizar su obra; el crítico se apoya
en el cuadro para realizar la suya. El artista interpreta la vida; el crítico asume postura crítica
ante la obra del hombre. Así, para que la critica sea fecunda para el arte, debe ser imparcial su
juicio, objetivo, debe hacer abstracción de los propios gustos, de las inclinaciones y
4. preferencias, y aun del estado de ánimo que tenga el crítico al emitir su juicio, según se dijo ya.
De esta manera podrán conjugarse la crítica y la creación.
Es sumamente difícil, desde luego, lograr un juicio absolutamente imparcial y objetivo, sobre
todo en este tiempo en que el crítico se ha convertido en un agente de publicidad.
Sin embargo, la vida artística de una sociedad resultaría incompleta sin la crítica, que es un
órgano necesario para dotar a la sociedad de una conciencia de sí misma y del conocimiento
de sus características propias, lo que es en definitiva la norma para saber qué valores pueden
perfeccionarla.