2. El hábito cinco nos enseña una
mejor manera de comunicarnos.
No podemos confiar en personas
que nos den soluciones antes de
comprender cuáles son nuestras
necesidades. Nuestra tendencia
es apresurarnos a resolver los
problemas de los demás antes de
que podamos comprender qué
pasa. Simplemente no
escuchamos.
4. DISTRAERSE
Es cuando alguien nos habla pero lo
ignoramos porque nuestra mente está en
otra galaxia. Tenemos la mala costumbre de
hablar por teléfono, ver televisión o no
mirar a la persona que nos está hablando,
como consecuencia la persona que nos
habla se siente ofendida o ignorada por
nosotros.
5. FINGIR QUE ESCUCHAS
Seguimos sin poner mucha atención a la otra
persona, pero al menos fingimos que lo hacemos,
saltando comentarios en momentos importantes,
como "si", "aja", "bueno", "me pareci bien", entre
muchos otros. La persona que habla por lo general
entenderá y sentirá que no es lo suficientemente
importante para ser
6. ESCUCHAR SELECTIVAMENTE
Es cuando ponemos
atención sólo a una parte
de la conversación que nos
interesa.
Puesto que siempre hablas
de lo que quieres hablar,
en lugar de lo que quiere
hablar la otra persona, es
muy posible que nunca
desarrolles amistades
duraderas.
7. ESCUCHAR SÓLO LAS PALABRAS
Ocurre cuando realmente ponemos
atención a lo que dice el otro, pero
sólo escuchamos las palabras y no lo
que realmente se quiere decir, los
sentimientos, o el verdadero
significado tras las palabras. Como
resultado, no comprendemos lo que
realmente se nos dice. Si te
concentras únicamente en las
palabras, pocas veces estarás en
contacto con las emociones más
profundas de los demás.
8. ESCUCHAR DE FORMA
EGOCÉNTRICA
Sucede cuando vemos todo desde nuestro propio punto de
vista. En vez de ponernos en el lugar del otro, queremos que
ellos se pongan en el nuestro. Escuchar de forma egocéntrica
es con frecuencia un juego de ganarle al otro, como si las
conversaciones fueran competencias.
9. ESCUCHAR GENUINAMENTE
Existe una forma de
escuchar más elevada que
resulta en una verdadera
comunicación. Sean Covey
la llama "escuchar
genuinamente". Y es el tipo
de práctica que queremos
aplicar. Pero para escuchar
genuinamente, necesitas
hacer tres cosas de forma
distinta.
11. Recuerda que la otra parte de
este hábito es ser entendido.
Buscar ser entendido requiere
valor. Dar retroalimentación es
una parte importante de ser
entendido.