El documento resume que la producción de biocombustibles en Perú se ve limitada por el uso de tecnologías
inadecuadas y falta de inversión. A pesar de la biodiversidad del país, se necesitan enfrentar desafíos como
mejorar las tecnologías, aumentar la inversión del sector público y privado, y establecer políticas que
promuevan el uso de combustibles limpios. Existen iniciativas privadas en curso, pero se requiere mayor
apoyo del Estado para alcanzar la producción sostenible de bi
Tecnologías y financiamiento limitan biocombustibles
1. Tecnologías inapropiadas y falta de inversión limitan la producción de
biocombustibles en el Perú
Nuestro país posee una biodiversidad y diversidad climática que pueden aprovecharse para producir combustibles
limpios, sostiene el informe Situación y Perspectivas de los Biocombustibles en el Perú.
El uso de tecnologías inapropiadas, la carencia de políticas de promoción y la consiguiente escasa inversión
pública y privada, son factores que limitan el empleo de combustibles limpios en el Perú, cuya matriz
energética es dominada por el diesel. Aunque nuestro país cuenta con una biodiversidad que permite usar
distintos cultivos para la producción de etanol y biodiesel, es necesario enfrentar una serie de desafíos para
garantizar una producción sostenible, señala el informe "Situación y Perspectivas de los Biocombustibles en el
Perú", elaborado este año por el Instituto Interamericano de Cooperación para la Agricultura (IICA).
El documento agrega que en el Perú aún se emplean tecnologías poco apropiadas para la producción y
transformación de los insumos de los biocombustibles, lo que puede provocar extinción de especies (como
ocurre hoy en Malasia e Indonesia), disminución de la disponibilidad de agua (la caña de azúcar requiere del
uso intensivo de agua, escasa en la costa), reducción de áreas forestales y deterioro de suelos, lo cual puede
además determinar alteraciones en la emisión de gases con efecto invernadero. Asimismo, el empleo
extensivo de tierras agrícolas para un cambio de matriz energética puede generar un incremento de los
precios de los alimentos.
Según el estudio, los equipamientos adecuados se utilizan en una cantidad insuficiente y los productores
rurales no se asocian en redes o son marginales en el uso de nuevas tecnologías; además, sus actividades no
se han articulado a los sistemas de apoyo a la competitividad.
Otro problema contemplado en el informe es el escaso respaldo financiero y político del Estado. El desarrollo
de biocombustibles requeriría una mayor inversión de los sectores público y privado, acceso a crédito y
alianzas entre inversionistas nacionales y extranjeros.
Según el reporte, las especificaciones para la producción de los biocombustibles son insuficientes. Por citar un
ejemplo, para el etanol es necesario utilizar una mezcla que no contenga agua, un proceso difícil y costoso al
que solo empresas grandes tienen acceso.
2. LOS DESAFÍOS PENDIENTES
Entre los retos pendientes para el uso intensivo de biocombustibles en el Perú, el informe resalta la búsqueda
de políticas para alcanzar rendimientos superiores al estándar mundial, reducción de los costos de producción,
mejora del marco legal y promoción del uso de combustibles limpios.
En el primer caso, se recomienda establecer metas para la introducción gradual de biodiesel al mercado. Sería
necesario desarrollar un programa de investigación y producción de cultivos oleaginosos y se podría sembrar
entre 100.000 y 150.000 hectáreas de caña de azúcar durante 10 o 12 años. También señala la necesidad de
contar con infraestructura técnica y vial, entre ella alcohoducto(s) que transporte(n) el etanol desde los
puntos de producción a las ciudades, la mejora de los sistemas de riego y la ejecución de nuevas irrigaciones
será vital.
Estas iniciativas, resalta el reporte, deberían ser monitoreadas en cuanto a su impacto sobre el medio
ambiente y en la producción. Para el caso del biodiesel, será necesario tener en cuenta la disponibilidad y
costos de la materia prima e insumos locales. La comisión que propuso el reglamento de la Ley 28054, Ley de
Promoción de los Biocombustibles, estimó que eran necesarios US$137 millones para asegurar la producción
de aceites destinados tanto a consumo humano como a la producción de biodiesel. Para cumplir con ambos
objetivos, se deberían considerar algunas alternativas, como menores porcentajes de mezcla o el uso de
grasas de animales (p.e. aceite de pescado) y otras especies oleaginosas amazónicas.
Se propone también promover el crédito agrícola supervisado, en efectivo o en insumos, la capacitación de
productores y la generación de tecnologías adecuadas con asistencia de las universidades.
ALGUNAS INCIATIVAS EN CIERNES
El documento refiere que en el Perú existen interesantes iniciativas para la producción de insumos de
biocombustibles y algunas inversiones que ya se encuentran en fase de maduración.
Agroenergía, del Grupo Romero, proyecta invertir US$60 millones en la producción de biocombustibles en la
selva peruana; el consorcio Samoa Fiber Holding anunció que invertirá US$100 millones en la producción de
etanol en Iquitos y Pucallpa; el grupo Gloria tiene planes para producir 10.000 hectáreas en el ingenio
azucarero Casa Grande; y desde noviembre del 2007, Agrícola del Chira (subsidiaria también del Grupo
Romero) ejecuta el proyecto Caña Brava, en el que se cultivarán 3.300 hectáreas de caña para producir etanol.
3. En el 2007, Pure Biofuels inició la construcción de una planta de biodiesel en el Callao, con capacidad para
producir 180.000 toneladas al año. Esta refinería usará aceite de palma como materia prima y ha firmado
memorandos con distribuidores locales para cubrir toda su producción anual de biodiesel.
Hay proyectos en fase inicial que pueden llegar a ser significativos. Herco Combustibles SAC, empresa de
almacenamiento y comercialización de derivados de hidrocarburos, encargó a su subsidiaria Heaven
Petroleum Operators la construcción de una planta de biodiesel para autoabastecerse con combustibles
alternativos. La minera Xstrata tiene previsto cultivar pequeñas áreas de canola en el Cusco para hacer
pruebas de producción de biocombustibles. Esta semilla puede reemplazar al ichu y resiste alturas de 4.000
metros sobre el nivel del mar, además de heladas. Pronamachs está promoviendo esta iniciativa a través de
proyectos en el Mantaro, Puno, Ayacucho y Huancavelica.
Citando ejemplos de nuevas alternativas posibles, la empresa Sweet Peru SAC ha logrado producir alcohol a
partir del camote, en una proporción de 125 litros por tonelada, con el uso de tecnologías de fermentación
japonesas. En cooperación con el Ministerio de la Producción, está realizando estudios con ese tubérculo
desde el 2005.
Por su parte, la Cooperación Alemana está realizando estudios en Piura con variedades de piñón, para
determinar si rinden como insumos para generar energía. Como alternativas de generación familiar-local,
refiere que Bioagricultura Casa Blanca, en una finca de una hectárea en Pachacamac, Lima, está produciendo
biogás a partir de excremento de cuyes, lo que permite tener iluminación y refrigeración en la zona.
De otro lado, un equipo del organismo de cooperación técnica ITDG y de la Universidad Agraria La Molina, con
apoyo del Concytec, realizan estudios para crear modelos tecnológicos de bajo costo para la construcción de la
primera planta piloto de producción de biodiesel a mediana escala, con capacidad para producir 2.000 galones
mensuales. Estas dos instituciones también avanzan en el diseño de un modelo tecnológico que permite
utilizar el aceite refinado de cocina -usado en el comedor de la universidad- para la generación de biodiesel.
También se emplean aceites crudos de palma, girasol y soya.
Además, Petroperú y Sierra Exportadora firmaron un convenio para impulsar la producción de biodiesel
mediante el estudio de las propiedades de la canola y otras oleaginosas, como la jatropha y la higeria. Devida y
la firma brasileña Embrapa firmaron un convenio para introducir el cultivo de la higuerilla como insumo para
el biodiesel.
4. La empresa Monder SAC trabaja con una compañía sueca para la producción de sorgo dulce, a ser utilizado
como insumo para la producción de etanol.
Finalmente, refiere que la empresa Garodi tiene en ciernes un proyecto por US$ 600.000 para construir una
planta de biodiesel con palma, aceites vegetales reciclados y aceite de pescado.