2. En mi casa habitan unos cuantos.
Eso sí, creo que no les gusta que los vea
mucha gente a la vez.
De hecho yo siempre me los encuentro si
nadie me mira, aunque mami, cuando me
escucha cantar, hablar mucho - como para mí
mismo-, o cuando localiza desorden me dice:
-¿Ya andan los duendes?
4. “Me han traído una caracola.
Dentro le canta
un mar de mapa.
Mi corazón
se llena de agua
con pececillos
de sombra y plata.
Me han traído una caracola.”
(Federico García Lorca)
5. -¡Qué lindo! Me puse a juntar
perejil porque estaba aburrido…
6. “No se cuenta, no se cuenta,
te vas a enterar
Pero una caracola
debes hallar”
7. La música interior se transformó en un
mar azul profundo, y partimos en una
barca con una vela soplada por el viento.
8. Nadie hablaba, todos seguíamos un sonido
interior lleno de la magia de los cuentos…
9.
10. -¿Adónde estamos?
-En Mayab- contestó Robin.
. Vinimos aquí para que conozcás a un
duendecillo, un aluxe que habita estos parajes
hace miles de años.
11. Mis amigos duendes encendieron
un pequeño fueguito para
llamarlo, en tanto me explicaron
que él sale a la luz de la luna.
12. Es rápido, delgado y travieso, aunque parezca
muy viejito- describieron- Le gusta estar en el agua,
intranquilizar a la gente haciendo travesuras, se
ríe mucho y arma fiestas cuando nadie las espera.
…
-Se llama Ninancil- dijo Mata.
13. -Estamos- continuó mi duendecito -en un
lugar llamado península de Yucatán, en
México. Y me mostró el lugar en un mapa
que encontró en la caracola. Éste es el mar
Caribe- agregó.
14. Cuando ya me estaba poniendo
nervioso, por no tener tal ofrenda, una abejita
mágica depositó en mi bolsillo un dulce panal
del que manaba el precioso alimento. Y se lo
ofrecí.
15. Todos nos sentimos felices y enseguida
armamos una celebración de amistad.
Bailamos, cantamos, comimos riquísimos
alimentos que surgían de la nada, todos muy
dulces o salados como el mar, con costritas
con que las brasas los adornaron al cocinarlos.
Bebimos aguamiel y no nos cansamos para
nada.
16. Cuando la luz del amanecer amagó asomar en
el horizonte, Ninancil tuvo que partir.
Nos abrazamos con amor y nos prometimos
encuentros.