La arquitectura de un DBMS consta de varios componentes principales: interfaces de aplicaciones, programas de aplicación, compilador/intérprete de lenguajes de definición y manipulación de datos, procesador de consultas, administrador de transacciones y almacenamiento. Juntos, estos componentes permiten a los usuarios y administradores acceder y manipular los datos almacenados de manera segura y eficiente.