2. Nació en Arenys de Mar
(Barcelona) en 1945. Estudió
Derecho y Periodismo. Ha
publicado cinco libros de cuentos
–entre ellos Mi hermana Elba y Los
altillos de Brumal–, dos novelas y un
libro de memorias. Su obra
cuentística la ha llevado a
convertirse en uno de los
principales referentes del
género dentro de la literatura
española. Para muestra, los
numerosos premios (Ciudad de
Barcelona, Salambó, Qwerty) que
recibió el volumen Todos los
cuentos, obra en la que recopila
toda su narrativa breve.
3. Mi hermana Elba y Los altillos de Brumal son dos
extraordinarios conjuntos de cuentos de la
escritora catalana Cristina Fernández Cubas. Se
trata de ocho historias turbadoras que hablan
de un mundo complejo e inexplicable. Los
personajes, a menudo confusos ante esa realidad,
intentarán conjurarla a través de las palabras y el
recuerdo. Relatos que se mueven en un territorio
de frontera, oscilante: de lo cotidiano a lo insólito,
de lo real a lo fantástico, de la ternura al horror.
4. LA COMUNICACIÓN VERBAL
• En los distintos cuentos aparecen personajes que escriben diarios o novelas
(Violeta, Tomás/Olla, Clara), que dominan el arte de la narración oral
(Lúnula, Fátima, Olvido, Arganza) o que inventan un lenguaje alternativo
(Tomás/Olla, los niños de Brumal).
LAS RELACIONES PERSONALES
• Se establecen en torno a la importancia del lenguaje verbal como
mecanismo para interpretar un mundo complejo y engañoso.
LA IMPORTANCIA DE LOS RECUERDOS
• La memoria como elemento clave en la constitución de la
personalidad de los personajes. Pasado y presente quedan conectados
a través de la verbalización de los recuerdos.
LA REALIDAD AMBIGUA
• Los personajes habitan un mundo en el que no hay certezas, a menudo
inexplicable. La realidad física no es unívoca: aparece mediatizada
por la imaginación, el recuerdo, los anhelos y los miedos de los
protagonistas. Hay una inclinación poderosa de los personajes a
anteponer lo intuitivo sobre lo racional.
5. ESTRUCTURA ABIERTA
• Los cuentos de Mi hermana Elba y Los altillos de Brumal no siguen la
estructura cerrada clásica del género. Muy al contrario, todo el
juego de ambigüedades, la presencia continuada de elementos
misteriosos, así como la atmósfera opresiva y turbadora de las
historias que componen el volumen, hacen que cada una de ellas
tenga múltiples proyecciones de sentido.
TENSIÓN ENTRE LAS DOS HISTORIAS
• En la línea de lo que apuntó Ricardo Piglia en su ensayo Formas
breves, los relatos de Mi hermana Elba y Los altillos de Brumal
parecen trabajar la tensión entre dos historias (una superficial y
una secreta) sin resolverla nunca. De ahí que muchas veces
resulten desconcertantes.
6. El narrador siempre se encuentra en primera persona.
La elección no es casual. El hecho de que la perspectiva
de quien relata los acontecimientos siempre sea
subjetiva, contribuye a reforzar la sensación de
desconcierto e incertidumbre que transmiten las
composiciones.
El género del narrador es oscilante.
7. Presencia recurrente de niños, algunos de ellos
conectados con el mundo de lo sobrenatural (Elba,
Tomás/Olla, narradora de “El reloj de Bagdad”).
Personajes impulsados a indagar sobre algo que le
resulta desconcertante (narradores de “La ventana del
jardín”, “En el hemisferio sur” o “Los altillos de Brumal”).
A menudo realizan una interpretación errónea de la
realidad, que se presenta compleja y escurridiza.
Personajes que se revelan como grandes narradores
orales (Lúnula, Fátima, Olvido, Arganza).
8. Tiempo externo:
• Las historias suelen estar ambientadas en dos épocas muy
concretas: los años 50 y 60 del siglo XX (hay referencias
explícitas) y el presente de la narración, que habría que
situar en los años 80, aunque en este caso no haya alusiones
directas.
Tiempo interno:
• Está marcado por los continuos saltos temporales. Existe una
utilización recurrente de retrospecciones (flashback) y
anticipaciones (flashforward) que contribuyen a mantener
una tensión sostenida.
9. Los espacios en los que se mueven los personajes son
casi siempre cerrados. Esa circunstancia resulta decisiva
para la recreación de un ambiente opresivo y tenso.
10. ESTILO:
• Prosa diáfana, muy equilibrada y fluida, rítmica, que no concede
espacio a la excesiva ornamentación retórica.
RECURSOS:
• Excelente manejo de la tensión a través de la elipsis y la ruptura de
la linealidad temporal. El narrador juega permanentemente con la
expectativa del lector a través de los indicios y los silencios.
• Presencia recurrente de un elemento misterioso o inexplicable que
perturba el estado de aparente normalidad.
• Dimensión metaliteraria: los propios personajes utilizan la
narración (oral o escrita) para conjurar miedos e incertidumbres.