2. Queridos padres: Recuerden que los maestros de Escuela Sabática enseñarán esta
lección en la fecha señalada. Los alumnos deberán estudiarla y hacer las actividades
prácticas después, durante toda la semana, a partir de la fecha indicada.
□
Sábado 29 Agosto
El bebé Moisés
^ e e k e n c t A S :
Exodo 1; 2:1-10; Patriarcas
y profetas, pp. 246-250.
¿Sabes que tienes ángeles que te protegen todo el tiempo? El bebé Moisés tenía ánge
les que lo protegían.
I pueblo de Dios, los Israelitas, habían vivido en
la tierra de Egipto por mucho, mucho tiempo.
Faraón, el rey de Egipto, tenía miedo de los is
raelitas,- tenía temor de que ellos hicieran guerra contra los
egipcios. Primero, ordenó que los israelitas trabajaran muy
duro, esperando que eso no les permitiera crecer en nú
mero. Pero, cuanto más duro trabajaban, tanto más israeli
tas había. Finalmente, el cruel rey ordenó a los egipcios que
arrojaran al río a todos los bebés varones de los israelitas.
Una familia halló una manera de salvar a su bebé. Lo es
condieron en su casa. Pero, a medida que iba creciendo,
sentían temor de que alguien lo descubriera. Por lo tanto,
idearon un nuevo plan.
La madre del bebé tomó juncos de la orilla del río, y con
ellos tejió una canasta. Con cuidado, cubrió la cesta por
dentro con alquitrán y brea, para que el agua no se filtrara.
Luego, colocó al bebé adentro y le puso una tapa encima.
Ella oraba mientras llevaba la cesta al río y la escondía entre
VERSÍ CULO
PARA MEMORIZAR
“Tú eres mi refugio” (Salmo 32:7).
w
MENSAJE
Adoramos a Dios cuando le
agradecemos.
41
3. los juncos que crecían en el agua, cerca de la orilla. La hermana mayor del bebé, María, ju
gaba cerca, para cuidar la cesta. Y Dios envió a sus ángeles para cuidar al bebito, mientras
la canasta se mecía sobre el agua.
Al poco tiempo, la hija de Faraón llegó al río, para tomar su baño. Allí, en el agua, vio la
cesta. Envió a una de sus criadas a recogerla. ¡Imagina su sorpresa cuando abrió la cesta y
encontró al bebé adentro! Se puso muy triste por el bebé, y decidió adoptarlo. Y, en ese
momento, lo llamó Moisés.
María fue corriendo apresuradamente donde estaba la princesa.
-¿Desearía que vaya a buscar a una de las mujeres israelitas para que cuide al bebé por
usted? -preguntó.
-iO h, sí! -respondió la princesa-. Por favor, ve.
María corrió a su casa tan rápido como pudo. Su madre y ella volvieron deprisa al lugar
donde estaba la princesa. La princesa le pidió a la madre de Moisés que se lo llevara a ca
sa, con ella, y que lo criara hasta que fuese un niño más grande. Luego viviría con la prin
cesa en el palacio real.
¡Moisés había sido salvado! Ahora, su familia no tendría que preocuparse porque los
soldados lo arrojaran al río. ¡Estaban tan agradecidos a Dios por haber respondido sus ora
ciones! ¡Su precioso bebé estaba a salvo!
-Ven -le dijo la madre a María-, vamos a agradecerle a Dios por salvar a nuestro bebé.
Dios te cuida a ti también, al igual que cuidó de Moisés. Tu ángel está contigo todo el
tiempo para mantenerte a salvo. Incluso cuando no te das cuenta de que estás en peligro,
Dios te ama y te protege.
42
4. Lean la historia de la lección cada día de esta se
mana, y usen ademanes a fin de repasar el versículo
para memorizar.
.(Señalar hacia arriba)
(Señalarse a uno mismo)
.(Poner ambas manos
sobre la cara/cabeza)
Salmo 32:7 . (Palmas juntas, luego
abiertas)
D O M I N G O
■■■
Anima a tu hijo a compartir con al
guien el bote canasta del bebé que hicie
ron en la Escuela Sabática y que le cuente
la historia del bebé Moisés.
Busca una pluma (o algo muy liviano).
Sóplala, para que se mueva. Pregúntale:
¿Qué hizo que se moviera? (Mi aliento.)
¿Puedes ver mi aliento? (No.) Pero sa
bemos que está allí, por lo que ves que
hace. Nosotros no podemos ver a Dios ni a sus ángeles,
pero sabemos que siempre están con nosotros.
Lean Exodo 1; y 2:1 al 10. Pregunta a tu niño: ¿Có
mo piensas que se sintió la madre de Moisés cuando
se enteró de la ley real que ordenaba matar a todos los
bebés varones? ¿Y cuando María llegó y le contó que
la hija del Rey había encontrado al bebé Moisés? ¿Qué
piensas que hizo su familia cuando este regresó a casa?
Con un pan, hagan una cesta en honor al bebé Moi
sés. Ayuda a tu hijo a hacer un hueco en el medio de un
pancito. Enrollen una feta de queso de tal modo que se
parezca a un bebé y colóquenlo en la “canasta”. Mien
tras comparten este bocadillo, conversen sobre cómo el
bebé Moisés fue salvado en la cesta.
Busquen cosas, en la casa, que usamos para pro
tegernos (impermeable, pantalla solar, repelente de
insectos, guantes, anteojos de sol, casco de bicicleta,
delantal, etc.). Hablen acerca de cada uno; luego, pre
gunta a tu pequeño: ¿Qué cosas usa Dios para proteger
nos? Cuéntale respecto de alguna oportunidad en la que
sentiste la protección de Dios.
Prueben objetos que floten en el agua
y otros que se hundan. Pregunta a tu hi-
jito: ¿Quién estuvo cuidando al bebé Moi
sés mientras su cesta flotaba en el agua?
¿Por qué no se hundió?
Pregúntale: ¿Sabes que cuando venga
Jesús conocerás a tu ángel guardián? ¿Qué
quisieras decirle a tu ángel guardián?
J U E V E S
Ayuda a tu hijo a preparar un bocado que le re
cuerde la canasta del bebé Moisés: derritan media taza
de cada uno de los siguientes ingredientes: chips de
chocolate, manteca de maní y malvaviscos (o crema
de malvaviscos) en una sartén. Agreguen algo de coco
rallado y revuelvan. Coloquen la mezcla sobre papel en
mantecado, presionen en el centro con una cuchara y
dejen enfriar. Mientras saborean el bocado, recuerden al
bebé Moisés en su cesta y cómo Dios lo cuidó.
V I E R N E S iDramaticen la historia bíblica con tu familia.
Pide a cada integrante que relate algo que Dios haya
hecho para cuidarlo durante esta semana. Agradézcanle
por su amante cuidado.
Entonen cantos acerca de los ángeles antes de orar.
SfeSi gafe- -
í - J l -
. £ . . . ....