Libro complementario | Capitulo 4 | Sanados | Escuela Sabática
1. CAPÍTULO 4
(Mateo 8,9)
SANADOS
"Ten ánimo, hijo; tus pecados te son perdonados" (Mat. 9:2).
na vez en broma, mis tres hijas hicieron una lista de los lugares a los
que, en especial, temían ir conmigo. Entre risas me dieron su lista:
1. Home Depot/Lowes: donde tenían que estar de pie en pasillos muy
aburridos llenos de materiales muy aburridos.
2. The Men’s Wearhouse: donde tenían que estar en pie, o sentadas, en
tre ropas y zapatos muy aburridos.
3. La estación de cambio de aceite: donde tenían que sentarse en un
sala de espera muy aburrida con periódicos dispersos y un canal de
televisión que parecía tener siempre The People’s Court
Tengo que reconocer que también me aburro un poco en la estación
de cambio de aceite, y hemos resuelto ese problema yéndonos al restau-
rant Salsarita, que se encuentra al otro lado de la acera. De hecho, uno
de nuestros recuerdos favoritos es cuando corrimos bajo un torrencial
aguacero hasta Salsarita,riéndonos de nuestros cuerpos empapados.Años
después, nuestra hija menor, Summer, todavía habla de esto. Resulta curio
so cómo se acuerda más de que corrimos bajo la lluvia que de nuestro
viaje a Disney.
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2. SANADOS 31
Amo tanto a mis hijas. Mi mayor deseo es verlas crecer al lado de Cindy
el amor de mi vida. Como hace unos años cuando me enteré de que podía
padecer cáncer (gracias a Dios no lo tuve),preparé mi propia lista de lo que
más temía en la vida. Mi lista era muy sencilla:
1. Que las niñas o Cindy murieran.
2. Que yo muriera.
Sin embargo, al reflexionar en mi lista de solo dos puntos, me di cuenta
de que algo andaba mal con ella.Tenía poca visión del futuro; todo giraba
en torno a nuestras vidas. ¿Debía temerle tanto a la pérdida de la vida te
rrenal? Reflexioné en a qué le temería Jesús,y me di cuenta de que no era
a perder la vida terrenal, sino la vida eterna. Por lo tanto, la lista de Jesús se
vería así:
1. Que alguien perdiera la vida eterna.
2. La separación eterna de su Padre.
Los Evangelios claramente nos dicen esto. Como creyente en Cristo, ra
zoné que mi lista debería ser más o menos así:
1. Que las niñas o Cindy pierdan la vida eterna.
2. Que yo pierda la vida eterna.
3. Que alguien pierda la vida eterna.
4. Que las niñas o Cindy mueran.
5. Que yo muera.
6. Que alguien muera.
A pesar de mi persistente egoísmo, todavía no me resulta fácil digerir
esta lista,especialmente el orden de los puntos 3 y 4. Mi corazón se resiste a
ello.Aunque puedo creer y enseñar que la muerte terrenal de una persona
puede colaborar en la vida eterna de otra, me repugna la idea de que esa
persona sea mi esposa, mi hija o yo.
Quizás usted me pueda entender.
De ahí que lo más importante para nosotros sea mantener nuestros ojos
fijos en Cristo y no en nosotros mismos. En Mateo 8 y 9 encontramos un
Salvador que se preocupa profundamente por la enfermedad y la muerte
físicas, pero aún más por la enfermedad y la muerte espirituales.
3. 32 MATEO - SÁLVANOS AHORA, HIJO DE DAVID
UN LEPROSO BUSCA SANIDAD FÍSICA (MAT. 8:1-4)
Mientras Jesús descendía de la montaña donde había descrito el reino
de Dios se reencontró con el reino de Satanás, un lugar frío y oscuro, lleno
de cuerpos en descomposición que gemían por redención.
Allí un leproso se arrodilló ante Jesús y le dijo:“Si quieres, puedes limpiar
me”(Mat.8:2).La palabra griega traducida “puedes”es dunamai, la raíz de nues
tra palabra dinamita. Significa lleno de poder.“Si quieres, puedes limpiarme”,
el hombre estaba diciendo:“Estás lleno de poder y puedes cambiar mi vida”.
Jesús respondió:“Quiero,sé limpio”(vers. 3).
En el relato de Marcos algunos manuscritos dicen que Jesús fue “mo
vido a compasión”al ver al leproso (ver Mar. 1:41). Sin embargo, otros ma
nuscritos antiguos dicen que Jesús estaba “lleno de ira”.¿Por qué sería eso?
Si fuera cierto Jesús estaba “lleno de ira”,¿por qué estaría enojado? ¿Por el
leproso? Probablemente no,aunque la severa advertencia de Jesús al lepro
so puede indicar cierto nivel de frustración.
Si Jesús sintió ira por algo, probablemente fue por la forma en la que el
pecado había hecho estragos en el mundo. Le afligía ver hasta qué punto la
humanidad había caído. Fuimos diseñados para vivir eternamente. Incluso
después de que el pecado entró en el mundo, los seres humanos vivían casi
mil años, ¡qué maravilloso! Pero ahora, Jesús vio que la humanidad estaba
a punto de morir.“El hombre promedio —escribe William G.Johnsson—me
día aproximadamente cinco pies y tres pulgadas de altura y pesaba alrede
dor de 132 libras... La esperanza de vida era muy baja, puesto que la mitad
de la población moría antes de llegar a los treinta años”.1
Los huesos encontrados en las tumbas del primer siglo “testifican de las
enfermedades que destruían a la humanidad y llevaron a la gente hacia una
muerte prematura”.2
Con ojos llenos de poder, compasión e ira, Jesús prestamente sanó al
leproso. Le advirtió que no divulgara la noticia porque ello provocaría que
la multitud hiciera más difícil el ministerio para Jesús. De todos modos, el
leproso no se contuvo y dio a conocer el milagro.
4. SANADOS 33
UN CENTURIÓN BUSCA SANIDAD FÍSICA PARA SU CRIADO
(MAT. 8:1-13)
Un centurión era un oficial del ejército romano que normalmente su
pervisaba de ochenta a cien soldados. Debido a que un soldado romano
servía en el ejército durante dos décadas, no se le permitía tener una familia
legal.Tal vez, con su criado como su única familia de verdad, la preocupa
ción del centurión parecía ser más profunda que una pérdida económi
ca potencial, sobre todo, teniendo en cuenta que los centuriones ganaban
quince veces más dinero de lo que un soldado común lo hacía.
Para los judíos, el único que podía ser más despreciado que un gentil era
un leproso,por lo que este oficial gentil,quizás,supuso que Jesús no entraría en
su casa,a pesar de que el Señor dijo que lo haría.Al pedirsolo una palabra para
la curación de su criado,y no la presencia de Cristo,el centurión demostró una
fe que sigue dando este testimonio: la palabra de Jesús es tan poderosa como
su toque.El centurión creía que para Jesús no era difícil sanar a un ser humano.
Jesús elogió al centurión gentil por tener una fe tan grande. Con sencillez
pidió,y confió en que el Señor escucharía su pedido.Jesús“se maravilló”por la
fe de ese hombre,y el criado quedó“sano en aquella misma hora”(Mat.8:13).
En las excavaciones en Capernaúm, la ciudad donde se llevó a cabo el
milagro,se ha encontrado una guarnición militar.Así que este oficial proba
blemente habría visto y oído a Jesús antes de pedirle que sanara a su criado.
Tal vez, incluso, escuchó, o escuchó sobre, el sermón de Jesús en el monte.
La compasión del centurión por los demás y su grandiosa fe constituyen un
modelo para todos nosotros.
LOS ENDEMONIADOS BUSCAN TODO TIPO DE CURACIÓN
(MAT. 8:25-34)
Para los judíos solo Dios tenía la prerrogativa de gobernar sobre la na
turaleza y los demonios.Tras calmar una violenta tormenta con una simple
palabra, Jesús pasó a la orilla oriental del Mar de Galilea, un territorio gentil
dominado por Satanás.
5. 34 MATEO - SÁLVANOS AHORA, HIJO DE DAVID
“¿Qué tienes con nosotros, Jesús, Hijo de Dios?”, gritaron dos endemo
niados desde un sepulcro. “¿Has venido acá para atormentarnos antes de
tiempo?”(Mat. 8:29).
Marcos 5:1-20 y Lucas 8:26-29 agregan detalles a este relato. Los demo
nios se identificaron como “Legión”.Una legión estaba compuesta por seis
mil soldados. Debilitados delante del mismo Hijo de Dios, al que una vez
adoraron en el Cielo,los demonios le rogaron que los enviara a 2.000 cerdos
que se hallaban en la zona.
Muchos se han preguntado por qué los demonios pidieron ser enviados
a los cerdos. Algunos sugieren que los demonios detestaban más deambu
lar en vano; preferían un hogar de algún tipo, aunque fuera un cerdo in
mundo. Otra tradición enseñaba que los demonios tenían miedo del agua;
y Jesús mismo hace referencia a ios demonios que buscan lugares secos
(ver Mat. 12:43).También existían tradiciones judías que enseñaban que los
demonios serían destruidos antes del día final del Señor.
Pero la respuesta más natural es que los demonios sabían que la pérdida
de los cerdos molestaría a los residentes, y esto los llevaría a pedir que Jesús
abandonara aquel lugar.Y eso fue precisamente lo que ocurrió; no obstante
también ocurrió algo más: los hombres sanados evangelizaron a Decápolis.
Elena de White escribió:
“Al ocasionar la destrucción de los cerdos,Satanás se proponía apartar a
la gente del Salvador e impedir la predicación del Evangelio en esa región.
Pero este mismo incidente despertó a toda la comarca como no podría
haberlo hecho otra cosa alguna y dirigió su atención a Cristo.Aunque el Sal
vador mismo se fue, los hombres a quienes había sanado permanecieron
como testigos de su poder”.3
UN PARALÍTICO BUSCA SANIDAD ESPIRITUAL (MAT. 9:1-8)
Anteriormente Jesús había dicho al centurión que no había encontrado
a nadie en Israel con tanta fe. Pero durante estas mismas horas hubo un
israelita cuyo deseo por la sanidad del corazón era aun mayor que la sani
dad de su cuerpo.“No era tanto la curación física como el alivio de su carga
6. SANADOS 35
de pecado lo que deseaba. Si podía ver a Jesús, y recibir la seguridad del
perdón y de la paz con el cielo, estaría contento de vivir o de morir,según
fuese la voluntad de Dios”.4
Morris Venden a menudo predicaba de tener suficiente fe para no ser
sanado. Esta es la mayor fe de todas, cuando miramos más allá de nuestras
circunstancias físicas a nuestras circunstanciéis eternas. Con frecuencia, las
peticiones de oración se concentran en nuestras necesidades físicas. Dios
se preocupa por estas cosas.Él sabe que las necesitamos.Pero en su Sermón
del Monte, Jesús dijo:“Buscad primeramente el reino de Dios y su justicia”
(Mat.6:33). Probablemente todos conocemos gente que a pesar de sus pro
blemas físicos, mantiene una sólida fe en Dios.
No siempre sabemos cuál es la voluntad de Dios para la curación física,
pero siempre conocemos su voluntad para la curación espiritual.“Cuando
pedimos bendiciones terrenales, tal vez la respuesta a nuestra oración sea
dilatada, o Dios nos dé algo diferente de lo que pedimos,pero no sucede así
cuando pedimos liberación del pecado. Él quiere limpiarnos del pecado,
hacernos hijos suyos y habilitarnos para vivir una vida santa”.5
Después de curar espiritualmente a ese hombre con las liberadoras pa
labras de perdón, Jesús agregó un extra: completa curación física.“Entonces
él se levantó y se fue a su casa”(Mat. 9:7).
LOS DISCÍPULOS BUSCAN UNA NUEVA VIDA (MAT. 8:18-22)
Incrustado dentro de más curaciones en Mateo 8 y 9, que incluyen la de
la mujer con el flujo de sangre y la resurrección de una chica, se encuentra
el llamamiento a ser parte del ministerio sanador de Cristo. En Mateo 8:18-22,
dos hombres se le acercaron a Jesús con el deseo de ser sus discípulos.Ambos
eran sinceros; sin embargo,algo los detenía.Jesús,que lo sabe todo,fue directo
al meollo del asunto. Puso en duda si el hombre estaba realmente dispuesto
a renunciar a todo para seguirlo. Entonces le preguntó al segundo hombre si
estaba dispuesto,en realidad,a dejar su familia para seguir al Maestro.
No sabemos qué ocurrió con estos aspirantes a seguidores de Cristo.
¿Subieron a la barca con Jesús, o no se comprometieron con él?
7. 36 MATEO - SÁLVANOS AHORA, HIJO DE DAVID
Lo que sí sabemos con certeza es lo que pasó con otro potencial discí
pulo que Jesús encontró junto al lago.“Saliendo Jesús de allí,vio a un hom
bre llamado Mateo que estaba sentado en el banco de los tributos públicos,
y le dijo:‘Sígueme’.Él se levantó y lo siguió”(Mat. 9:9).
¿Nos sorprende que Mateo haya celebrado una fiesta en su casa, a la que
asistieron Jesús y “muchos publícanos y pecadores” (vers. 10)? De ningún
modo. Solo podemos preguntamos si los asistentes incluyeron a los que fue
ron sanados en estos capítulos: el leproso, el paralítico, el centurión, la hija
del dignatario de la sinagoga, la mujer del flujo de sangre, el ciego y el mudo.
¡Seguro fue una gran celebración! ¡Era como un preámbulo del mismo Cielo!
Cuando se le preguntó por qué comía y bebía con personas como estas,
Jesús respondió de manera apropiada: “Los sanos no tienen necesidad de
médico,sino los enfermos”(vers. 12).
Los enfermos nunca habían visto a un médico como este.
1William G. Johnsson, Jesús of Nazareth (Silver Spring: Review and Heral Publishing Asso-
ciation),t. l,p.4.
2Ibíd.
3Elena de Whitc,Eí Deseado de todas las gentes (Bs.As.:ACES,2008), cap. 35, p.307.
'Ibíd., cap.27,p. 233.
5/í«y.,cap.27,pp.231,232.