El documento describe cómo Jesús reveló el amor de Dios a través de sus acciones. Jesús mostró la misericordia de Dios al asociarse con pecadores y marginados. Sus parábolas enseñaron que Dios perdona a todos por igual, sin importar sus faltas o cuándo aceptan a Jesús. A través de Jesús, aprendemos que Dios es amor y que su reino es la comunión con toda la humanidad.
2. Dios es Amor
El trato de Jesús con los pecadores
Las comidas de Jesús con los humildes.
La parábola del hijo pródigo (Lc 15, 11-
31).
La parábola del fariseo y del publicano
(Lc 18, 9-14).
La parábola de los jornaleros de la viña
(Mt 20, 1-5).
3. El anuncio por parte de
Jesús del reino de Dios
es ante todo la
manifestación de quién es
Dios y de su amor por los
hombres, que él ha
creado.
El apóstol San Juan
afirma: “Dios es
amor”.
La frase Dios es amor
representa la cumbre de
la revelación bíblica y
significa
• Que Dios es todo amor y solo
amor
• Que se ha manifestado en el
envío de su Hijo al mundo y en
el don del Espíritu Santo
• (1 Jn 4, 8-10).
4. Lo que revela de modo más
elocuente el amor de Jesús
para con los hombres es su
trato con los pecadores
públicos y las personas
moralmente fracasadas.
Zaqueo, el publicano de Jericó,
era una persona que cobraba
impuestos abusivos a sus
conciudadanos, quedándose
con una buena parte de ellos.
Pero Jesús se hospedó en su
casa. (Lc 19, 5).
5. En el convite que un notable
fariseo da a Jesús en su casa,
se presenta de pronto una mujer
pecadora, una prostituta del
lugar.
Jesús la defiende
diciendo: “sus muchos
pecados han quedado
perdonados, porque ha
amado mucho” (Lc 7,
47.50).
Con todo ello, Jesús muestra la
misericordia del Padre y el
poder que el Señor tiene, como
enviado de Dios, de perdonar
los pecados, punto culminante
de su obra salvadora de la
humanidad.
6. Sentándose a comer con
publicanos y pecadores (Mc
2,15-17), Jesús da una idea
de lo que significa el reino de
Dios:
La comunión de
Dios con la
humanidad
pecadora.
Además, las acciones de Jesús
de sentarse a la mesa con los
marginados (Mc 2,15-17), de
acoger a mujeres entre sus
discípulos (Lc 8,1-3) y mostrarse
afectuoso en público con los niños
(Mc 9,36-37),
Manifiestan que para
Dios no hay
desigualdad entre
las personas.
7. Las parábolas de la
misericordia no las dirigió
Jesús principalmente a los
pecadores,
• Sino a los justos
• A los hombres que le
rechazaban porque él
llamaba a los despreciados
y los invitaba a su
seguimiento.
En la primera parte de la
parábola del hijo pródigo,
se muestra con toda
intensidad el amor del
padre por su hijo
arrepentido.
• Sale corriendo a buscarlo.
• No le deja terminar su
confesión del pecado
• (Lc 15,11-24).
8. LA PARÁBOLA DEL FARISEO Y DEL PUBLICANO
(LC 18, 9-14).
No puede restituir lo
robado ni abandonar
su profesión inmoral.
Jesús concluye la
parábola diciendo:
• "Os digo que éste
bajó a su casa
justificado, y aquél
no" (Lc 18,14).
La situación del
publicano ante
Dios es
desesperada.
9. Indirectamente
podemos
encontrar la razón
de esta conclusión
sorprendente, ya
que la oración del
publicano es una
cita del Salmo 50:
"un corazón
quebrantado y
humillado tú no lo
desprecias".
10. El patrón, pagando el
jornal entero a todos sin
excepción, provoca la
indignación de los que
han trabajado más horas
y en condiciones más
penosas.
11. Para Jesús, sin
embargo, Dios obra
como aquel amo,
que tuvo compasión
de los obreros en
paro y de sus
familias.
Da su salvación
también a los
"de la última
hora", es decir,
a los pecadores,
sin merecerlo.
Así es Dios; por
éso, él, Jesús,
obra de la misma
manera.