Fundación bill y melinda gates.

José María Olayo olayo.blogspot.com
Fundación Bill y
Melinda Gates
Pobreza y exclusi n socialó

La Fundación Bill y Melinda Gates tiene como
objetivo alcanzar la igualdad en el acceso a la
salud y la educación en todo el mundo a través del
apoyo a diferentes trabajos en más de cien países,
a los que destina más del 70% de sus donaciones.
La Fundación se creó en enero de 2000, gracias a la
fusión de la Fundación Gates para el Aprendizaje,
que trabajaba para brindar un mayor acceso a la
tecnología a través de bibliotecas públicas, y la
Fundación William H. Gates, que concentraba
sus objetivos en la mejora de la salud mundial.

Copresidida por Bill Gates, su esposa Melinda
French Gates y por William H. Gates sénior,
la Fundación tiene un fondo de donación de
29.200 millones de dólares.
Considerados los mayores filántropos del mundo,
el matrimonio Gates ha donado desde la creación
de su Fundación más de 10.500 millones de dólares
a proyectos de desarrollo y a programas de lucha
contra enfermedades, como la malaria y el sida,
que asolan las zonas más desfavorecidas del planeta.

La labor de esta Fundación, con sede en Seattle,
destaca por las cuantiosas donaciones que realiza
a diferentes causas, como sus recientes aportaciones
de 50 millones de dólares al Fondo Mundial de la
Lucha Contra el Sida y de 1.500 millones de dólares
a la Alianza Global para las Vacunas y la Inmunización.
En enero de 2006, durante la celebración del Foro
de Davos, Gates anunció otra donación de 500 millones
de dólares al Plan Global para frenar la Tuberculosis,
que aumentará hasta los 900 millones en el año 2015.

La Fundación concentra su trabajo en programas
orientados a Salud Global, Educación, Bibliotecas
y la región Noroeste del Pacífico. Sin embargo, es
al de Salud Global al que se dirigen los mayores
esfuerzos económicos para disminuir las diferencias
entre los habitantes de los países ricos y los países
en vías de desarrollo, así como asegurar que se
logren avances médicos que salven vidas y que
éstos se compartan con quienes más los necesitan.

Este programa de acción está centrado en las
áreas de Enfermedades Infecciosas, VIH-Sida y
Tuberculosis, Salud Reproductiva e Infantil e
Iniciativas de Salud Global.
Hasta 2005, la Fundación ha dedicado de forma
específica a las donaciones incluidas en este
programa un total de 6.509 millones de dólares.
Al programa de Educación, cuyo ámbito de actuación
son las minorías afroamericanas e hispanas
de los Estados Unidos, ha destinado
hasta junio de 2006 más de 2.690
millones de dólares. Los programas
de la Región Noroeste del Pacífico
y de Bibliotecas han repartido 585
y 301 millones de dólares.

La Fundación Bill y Melinda Gates también colabora
y establece alianzas con otras instituciones benéficas
para alcanzar sus metas filantrópicas. Como ejemplo,
se ha aliado recientemente con la Fundación Rockefeller
para buscar nuevos métodos de cultivo en el África
subsahariana con el objetivo paliar el hambre y sacar
de la pobreza a millones de personas; un proyecto que
ha recibido una aportación inicial de 100 millones de
dólares de la Fundación Bill y Melinda Gates y de 50
millones de la Fundación Rockefeller.
La labor humanitaria dirigida por el matrimonio Gates
ha recibido asimismo adhesiones de particulares,
como el caso del multimillonario estadounidense
Warren Buffet, que en 2006 se sumó a la causa de
la Fundación con una donación de 31.000 millones
de dólares, el 80% de su fortuna.

Según la revista Forbes, los Gates son los
donantes más generosos después de que la
pareja entregara la suma de 38.000 millones de dólares.
En 2004, la fundación desarrolla una campaña de 200
millones de dólares para promover la prevención del
sida en India; su mayor programa de subvenciones
en un solo país. El esfuerzo cuenta con ayuda
promocional de estrellas de Hollywood.
Microsoft, empresa anteriormente liderada por Bill
Gates, emplea a muchos ingenieros indios en
Estados Unidos y tiene 10.000 empleados en India.

En 2006, donó 500 millones de dólares para la lucha
contra el sida. El fondo fué pagado en cinco años
al Fondo Global contra el sida, la tuberculosis y
la malaria, beneficiando a 132 países en total.
En diciembre de 2009 tenía un capital de 34.500
millones de dólares según datos de la propia Fundación.
En junio de 2010, Bill Gates y Warren Buffett iniciaron
la campaña The Giving Pledge para conseguir que
los hombres más ricos de los Estados Unidos donaran
al menos el 50% de su fortuna en vida o como
herencia, de forma filantrópica.

La Fundación trabaja con organizaciones
asociadas en todo el mundo para hacer
frente a problemas críticos en
cuatro áreas del programa.
Su División de Desarrollo Global trabaja para
ayudar a las personas más pobres del mundo
a salir de la pobreza y el hambre.
La División de Salud Global tiene como objetivo
aprovechar los avances de la ciencia y la tecnología
para salvar vidas en los países en desarrollo.

La División de Estados Unidos trabaja para
mejorar los Estados Unidos de la escuela
secundaria y la educación superior y apoyar
a los niños y familias vulnerables en el
estado de Washington.
La División de Política Global y Defensa busca
construir relaciones estratégicas y promover
políticas que ayuden a avanzar en el
trabajo propuesto.
El enfoque de donantes está en las cuatro áreas
y destaca la colaboración, la innovación, la
asunción de riesgos y, sobre todo, los resultados.
GATES FOUNDATION VISITOR CENTER

“Aspiramos a dar libre curso al potencial de cada ser humano.
Creemos que todas las vidas tienen el mismo valor. Por ello nos
dedicamos a mejorar la calidad de vida de la humanidad en todo
el mundo. Desde la formación de estudiantes en Chicago hasta la
salud de una joven madre en Nigeria, somos catalizadores de
la promesa que guarda el ser humano en todas partes”.
Bill y Melinda Gates

Bill Gates es presidente y fundador de
Microsoft Corporation, empresa que creó
en 1977 junto a su amigo y socio Paul Allen
y en la que actualmente trabajan 61.000
personas en 102 países.
Comandante del Imperio Británico, recibió en
2006 la Gran Cruz del Infante Don Henrique
de Portugal, en reconocimiento a su lucha
contra la pobreza y las enfermedades.

Melinda French Gates desarrolló su carrera
profesional en Microsoft, hasta que en 1996
dirigió sus esfuerzos al ámbito de la actividad
sin ánimo de lucro. Desde su puesto en la
Fundación, trabaja con socios y proveedores
de esta Institución para expandir los objetivos.

William H. Gates Sr. se licenció en Derecho
por la Universidad de Washington y desarrolló su
carrera como abogado hasta 1998 en el despacho
Preston Gates & Ellis, del que fue socio fundador.
Orientó la inquietud de su hijo por emplear sus
recursos en la mejora de la salud de la infancia
y dirigió la Fundación William H. Gates, creada
en 1994. En la actualidad guía la dirección
estratégica de la Fundación Bill y Melinda Gates.

Para la Fundación Bil y Melinda Gates, sus
subvencionados y asociados constituyen las
piezas centrales de su esfuerzo y dedicación;
un trabajo muy eficiente cuando se trata
de colaborar con los asociados para lograr
el impacto deseado.
Lograr los resultados perseguidos depende de
muchos factores, entre los cuales la Fundación
destaca la calidad de sus redes de
asociados; de hecho, pueden lograr un
mayor impacto forjando relaciones más
sólidas con los asociados más importantes
que tienen: los subvencionados.

Compromiso de la Fundación con los subvencionados:
1. Interacciones de calidad: lo tratarán con respeto
y franqueza.
2. Comunicación clara y constante: sabrá cuándo
y quién tomará decisiones sobre su subvención,
y se le comunicará claramente la estrategia de la
Fundación, el proceso de concesión de subvenciones,
así como el periodo de tiempo y la ayuda que debe
esperar de la Fundación una vez que se le haya
concedido su subvención.
3. Retroalimentación: tendrá la ocasión de plantear
comentarios y sugerencias para seguir mejorando.

La Fundación tiene planteadas en la actualidad,
más de una veintena de estrategias, que han
tomado forma a partir del proceso de identificar
primero qué pretenden lograr y dónde se puede
ejercer la mayor influencia posible.
Una vez que se adquiere un compromiso en
abordar un ámbito de necesidad, se pasa a la
definición de los objetivos principales y se traza
una trayectoria definida para poder cumplirlos.

“Ante cada reto, aspiramos a escuchar e informarnos para identificar
cuáles son los problemas más apremiantes a los que no se les presta
la suficiente atención. Acto seguido nos preguntamos si podemos
aportar un cambio significativo gracias a nuestra influencia y nuestras
inversiones, ya sea en forma de subvención o de contrato”.

“Para lograr dar lugar al tipo de transformaciones que ayudan a las
personas a gozar de mejor salud y de vidas más productivas, nos
proponemos entender las desigualdades que existen en el mundo”.

Trabajo sobre el terreno.
Los ámbitos sobre los que trabaja la Fundación
abarcan muy diversas problemáticas, que tienen
elementos comunes entre éllas: son dinámicas
y complejas, y están fuertemente arraigadas
en la realidad.
Todas las necesidades planteadas son imposible
resolverlas de manera rápida y sencilla, ya que
las iniciativas de la Fundación por sí solas no
van a poder abordarlas.

“Aspiramos a construir una relación con nuestros subvencionados y
asociados basada en la confianza, la franqueza y la transparencia.
Nuestros esfuerzos colectivos también dependen del apoyo y
los recursos de Gobiernos, del sector privado, de las
comunidades y de personas a título individual”.

Concesión de fondos.
En el marco de cada estrategia, que va de la
mano de una asignación de recursos, La Fundación
elabora las propuestas en colaboración con los
subvencionados y las organizaciones asociadas
que mejor encajen con sus prioridades estratégicas
y con las capacidades y áreas de interés de cada
organización; una etapa del proceso en la que el
objetivo es llegar a un consenso sobre lo que
la Fundación entiende por una inversión
de fondos exitosa.
La concreción de las subvenciones y contratos se basan
en un proceso de cuatro fases, cuya duración dependerá
del nivel de complejidad de cada proyecto y de la
capacidad y la ubicación geográfica del posible asociado.

- Primera fase: desarrollo del concepto.
Los responsables del programa identifican las
ideas que mejor encajan con las prioridades
estratégicas de la Fundación, en colaboración
con otros profesionales de la Fundación,
investigadores, encargados de formular políticas
y otros asociados que trabajan sobre el terreno.
Esta fase concluye cuando internamente se
decide que el concepto encaja con una
estrategia en concreto y que ya se puede
pasar a la labor de desarrollo.

- Segunda fase: propuesta preliminar.
La Fundación se sirve de una multiplicidad de
métodos para analizar y pulir los conceptos que
se definen, para lo que cuentan con la ayuda de
las organizaciones especializadas que trabajan
sobre el terreno.
Independientemente del enfoque elegido, nunca
se puierde de vista la necesidad de adoptar las
perspectivas de los demás para redefinir una
propuesta de trabajo.
Esta fase concluye cuando se decide emitir una
solicitud de oferta de subvención o de una
propuesta de contrato.

- Solicitud de oferta directa. Cuando se llega al convencimiento de que una
organización es la adecuada para llevar a cabo un proyecto, se solicita directamente
una propuesta o memorando del concepto de la subvención o el contrato en la
fase preliminar.
- Debate.En algunos casos, la Fundación invita a una o más organizaciones a debatir
el concepto propuesto para poder determinar qué grado de interés y qué capacidad
tiene cada organización para llevar a cabo un proyecto. Si una organización cuenta
con la experiencia, la capacidad y el interés adecuados, se la invita a presentar una
propuesta o memorando del concepto de la subvención o el contrato.
- Convocatoria de propuestas. Cuando a la Fundación le interesa ampliar su red de
asociados o subvencionar a más de una organización para un proyecto en concreto,
a veces abre una convocatoria de propuestas. Las solicitudes de propuestas públicas
se difunden a través de su página web; las privadas, se remiten directamente a
organizaciones concretas.

- Tercera fase: propuesta de la inversión.
Todos los solicitantes disponen de pautas y plantillas
para elaborar una propuesta, un presupuesto y un
marco de resultados y de seguimiento de dichos
resultados. Un responsable de programa evaluará
las solicitudes, junto con expertos internos (y, en
alguna ocasión, externos), y posteriormente
trabajará con el solicitante para introducir
los cambios recomendados en la propuesta.
En esta fase, se evalúa la situación fiscal de la
organización solicitante, y se define la estructuración
de la transacción y se sopesan los riesgos; en este
momento del proceso, a menudo participan los
equipos de análisis jurídico y financiero de
la Fundación.

Las propuestas de asignación de fondos se revisan
a distintos niveles, e incluso se cuenta con niveles
de revisión adicionales para subvenciones y
contratos de gran complejidad.
Un miembro de la junta directiva de la Fundación
toma la decisión final sobre si se va a financiar o
no una propuesta de subvención o de contrato.
Antes de que se pueda iniciar ningún tipo de actividad
financiada, la Fundación y la organización asociada
firman un contrato en el que se especifican los
resultados esperados, las metas, los logros importantes
o la presentación de los resultados tangibles obtenidos,
así un calendario de desembolso del financiamiento.

- Cuarta fase: gestión y cierre.
A lo largo del ciclo de vida de una inversión, el
responsable de programa y la organización asociada
debaten cómo colaborarán y cómo se mantendrán
constantemente en contacto para analizar el progreso
y los retos que plantee el trabajo en curso.
Gracias a interacciones de calidad y a una comunicación
transparente y constante, ambas partes podrán expresar
sus comentarios muy a menudo y desde el principio.
De vez en cuando, un responsable de programa o
cualquier otro miembro de la Fundación participará
en algún comité consultivo de la organización
asociada o incluso formará parte de su consejo
de administración de manera temporal.
Al final del proyecto, la organización asociada
colaborará con el responsable de programa para
entregar un informe final que resuma los resultados
logrados y las lecciones aprendidas.

Evaluación de los resultados.
Desde el principio del proceso en materia de
concesión de subvenciones, la Fundación colabora
con los asociados para definir los resultados generales
que se pretenden lograr y los datos de los que se
servirán para medir dichos resultados; un enfoque
que se denomina inversión orientada a resultados.

La política de evaluación de la Fundación
establece una serie de parámetros de evaluación
y explica cómo y por qué se sirve de la evaluación
y en qué momento desviarse de dichos parámetros
está justificado.
Además, está al corriente del debate actual acerca
de los métodos de evaluación que existe en muchos
de los campos en los que trabaja; con ello se
pretende evitar recomendaciones prescriptivas
generalizadas y en su lugar pretende hacer de
la evaluación selectiva y de gran calidad una
parte integral de la labor de la Fundación.

“Nos servimos de las evaluaciones para responder interrogantes
sobre cuáles son las actuaciones que generan mejores resultados,
cómo y por qué se han logrado o no ciertos resultados, qué
consecuencias no deseadas se han desencadenado y qué cabe ajustar
para mejorar la ejecución de estrategias. Si se realizan de forma
satisfactoria, son una herramienta muy eficaz que ayuda a la
Fundación y sus asociados a tomar decisiones sobre la mejor forma
de invertir recursos escasos para que tengan un gran impacto”.

Llevar a cabo evaluaciones es especialmente procedente
en los siguientes casos:
- Cuando se requiere una base empírica para rellenar un vacío de conocimiento
o evaluar una decisión política relevante. Las evaluaciones pueden contribuir
a eliminar la incertidumbre y a determinar la rentabilidad relativa de
distintos modelos, intervenciones o enfoques.
- Cuando la Fundación y sus asociados requieren más información sobre el
rendimiento de un paquete de inversiones importante o de un proyecto
o programa determinado.
- Cuando una organización, intermediario o consorcio con el que se colabora
se encuentra en una fase crítica de crecimiento, y una evaluación
independiente de su rendimiento podría beneficiarlo.
- Cuando un equipo de programa necesita evaluar el progreso de un nuevo
modelo o enfoque operacional. Las evaluaciones proporcionan información
fiable e independiente sobre lo que cabría mejorar para fortalecer las
estrategias de la Fundación, así como los lazos con sus asociados.

Páginas relacionadas
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“Asptes”.
Bill y Melinda Gates
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http://sociedad.elpais.com/sociedad/2013/09/09/actualidad/1378744706_578430.html

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