1. Rutas de El legado andalusí
Washington Irving
en su itinerario por Granada
Gran Itinerario Cultural del Consejo de Europa
2. 2 3
E n los agrestes pasos de estas montañas, la contemplación de las ciudades
y pueblos amurallados, construidos como nidos de águilas entre riscos y rodea-
dos por almenas moras o ruinosas atalayas asentadas sobre altos picos, nos ha-
Hasta llegar a Granada definida exquisitamente por Víctor Hugo (1802-1885):
«Sea próxima o lejana / española o sarracena / no hay una ciudad tan sólo
/ que a disputarse se atreva / con Granada, la bonita, / el premio de la belleza, /
ce retroceder con el pensamiento a los tiempos caballerescos de la guerra en-
ni ninguna que despliegue / con más gracia y más risueña / más orientales des-
tre moros y cristianos, y la romántica pugna por la conquista de Granada.
tellos / bajo esfera más serena».
Así escribió Washington Irving sobre esta Ruta en su recorrido por tierras
También abundan los parajes naturales de primerísimo rango, como los
granadinas. Prototipo puro de viajero romántico que pasó la mayor parte de
cercanísimos del Torcal de Antequera: sin duda uno de los más espectacula-
su vida recorriendo Europa, acabando, naturalmente, atraído por el
res de Andalucía. La erosión de las aguas, de los vientos y de los días ha la-
«exotismo» que ofrecía entonces España, donde llegó a ser embajador de los
brado caprichosas formas en la roca, inverosímiles equilibrios de piedra, tur-
Estados Unidos de América entre 1842 y 1846. De origen escocés, Washington
bantes o cabezotas de caliza flotando en la luz irreal del atardecer. La Laguna
Irving en 1829, realizó entre las ciudades de Sevilla y Granada un viaje idéntico
Salada de Fuente Piedra, la Laguna de la Ratosa, la Sierra de Loja y el Desfila-
al que usted puede llevar a cabo. Fascinado por la riqueza de la civilización
dero de los Infiernos, que tanto impresionó a Irving tras la pintura que una
árabe en España, dieron como frutos la Historia de la Conquista de Granada, y
mesonera le realizara sobre estos Infiernos, en una sobremesa de venta, en-
tres años más tarde, sus célebres Cuentos de la Alhambra, en los que narra
tre romances de contrabandistas, historias de salteadores y leyendas moris-
varias leyendas granadinas: sobre Boabdil, un astrólogo árabe y la Torre de las
cas. No debemos olvidar el techo de la Península Ibérica, localizado en Sierra
Infantas, entre otras.
Nevada, el Mulhacén que debe su nombre al penúltimo rey nazarí de Granada,
Un camino real que se esta- Muley Hacen.
blece, por vez primera, como
Desde el punto de vista
tal vía comercial, entre los
histórico, las ciudades
reinos de Granada y Castilla
amalgamadas por
después del Tratado de 1244,
este cordón vial
para que los nazaríes, en tiem-
presentan soberbios
pos de paz, pudiesen avituallarse
estigmas de todas las
en tierras cristianas de algunos productos
civilizaciones históri-
de subsistencia. Ruta marcada, pues, con un carácter netamente fronterizo.
cas de Andalucía. Tam-
El camino de Irving cuenta con el prólogo extraordinario de un viaje sugeri- bién de las prehistóricas
do en homenaje al rey poeta al-Mutamid, itinerario que, partiendo desde la ciu- como la llamada Peña de los
dad de Sevilla atraviesa su provincia, estando jalonado por poblaciones que ha- Gitanos, cerca de Montefrío,
bían pertenecido con anterioridad a diferentes coras, iqlim o distritos árabes. A donde existen dólmenes y tumbas mega-
partir del siglo XII, llegaban a Granada, fuertemente protegidos por un rosario líticas. Historia, arte, naturaleza y también literatura, no en vano la Ruta está
de fortalezas, productos alimenticios y ganados, gentes e ideas, especias, colo- bautizada por un padrino de excepción, Washington Irving. Estas tierras inspi-
rantes, hierbas medicinales, granos, frutas, telas, paños y sobre todo seda, entre raron su mente y su pluma, como la de otros muchos: la franja fronteriza fue
otras manufacturas artesanales. el semillero de muchos romances de la conquista o de amores imposibles en-
tre enemigos, con los que el Romancero inició sus balbuceos. Y esa vena po-
La riqueza y variedad de lugares de este itinerario granadino, determina
pular le llegaría, siglos más tarde, a un hijo del terruño, Federico García Lorca.
una gran diversidad de aspectos que interesan al viajero, como la gastronomía
(fundamentada en la riqueza agrícola de sus huertas, desarrolladas en época Emilio García Gómez comparaba la Ruta de Washington Irving, arrancando
andalusí), la artesanía (rica y variada, herencia de la potente actividad gremial de la Andalucía baja de Frasquita Larrea y subiendo a la Sevilla de Fernán Ca-
desde la Edad Media), las compras, las fiestas (muestran algunas de las más ge- ballero, como el «camino francés» que desemboca en la Compostela del Após-
nuinas facetas de la Andalucía tradicional, que tanto fascinara, por su autenticidad tol como aquel otro andaluz en la Alhambra de Muhammad V. El del norte lo
y pintoresquismo, a los románticos), el disfrute de la naturaleza o el cante fla- hicieron año tras año los peregrinos; el del sur estaba trazado con múltiples
menco. Loja, Montefrío…, poseen monumentos asombrosos que, además, deben atajos o desviaciones pero lo descubrió Irving, que no iba a la caza de las ar-
buena parte de sus vestigios a la herencia árabe. quitecturas sino de las literaturas.
3. 5
Loja
«Es agreste y pintoresca, ha sido también de siempre un centro
hallándose construida en la de mercado), con su alcazaba andalusí
escoltada por campanarios cristianos
falda de una árida montaña. sobre un mogote peñascoso, sigue pro-
Las ruinas de un alcázar mo- duciendo un golpe de efecto en la retina
ro coronan un rocoso montí- del viajero.
culo que se yergue en el cen- Según el mito, habría sido fundada por
el nieto de Noé, Túbal, con el nombre
tro de la ciudad. El río Genil de Alfeia. Lo cierto es que los fenicios,
baña su pie…». que la llamaron Tricolia, le dieron auge
comercial hacia el s. VIII a.C. Los roma-
Se comprende que Loja fuera «puerta y nos de Cneo Escipión cambiaron su
llave del reino granadino» para los Re- nombre de Tricolia por el de Lascivis
yes Católicos. Está enclavada entre dos (lugar de muchas aguas y delicias); y
sierras, en el extremo occidental de la los árabes transformaron éste en Medi-
vega granadina, donde el Genil asesta na Lawsa. Fueron precisamente los mu-
un tajo a las últimas estribaciones sub- sulmanes quienes le dieron verdadera
béticas, formando el desfiladero de los dimensión urbana; ocupó lugar desta-
Infiernos, antes de entrar en el embalse cado en las guerras civiles del califato
de Iznájar. El agua filtrada en la Sierra de Córdoba y posteriormente adquirió
de Loja, al margen del cauce del Genil, un carácter marcadamente militar, con
hace brotar numerosos manantiales en la función de custodiar la Vega, antesa-
fuentes centenarias, siempre frescas. la del reino nazarí.
El perfil de esta ciudad estratégica
(no sólo militarmente:
Vista general con la Iglesia
de la Encarnación y
al fondo la alcazaba
4. 6
Fernando el Católico la asedió en el caserón de los Alcaides Cris-
1482, pero en vano; cercada de tianos, del s. XVII, junto a la
nuevo en 1486, logró final- Alcazaba, cuyo perfil urba-
mente su capitulación, no refuerza y matiza; el
acontecimiento que tuvo pósito nuevo, del s. XVI,
un gran eco psicológico la Antigua Casa de Cabil-
en el avance de la con- dos y el palacio de Nar-
quista. Más de 5.000 mu- váez, construcción
sulmanes abandonaron la afrancesada del s. XIX,
ciudad dirigiéndose a Gra- así como los jardines de
nada; la caída de ésta y de Narváez, cortijo rural, en
todo el reino nazarí estaba a el paraje de Plines, con mo-
punto, y así lo recogieron con biliario isabelino.
júbilo los romanceros anónimos. Loja, que ya era presentada por
La Alcazaba, centro militar y adminis- al-Idrisi como importante nudo de co-
trativo de la urbe medieval, mantiene su municaciones, ha sabido mantener y
perfil ruinoso desde los tiempos de Feli- cuidar una buena cantidad de usos
pe II. Queda en ella buena parte de la y tradiciones. Habría que destacar las
cerca medieval, la torre Ochavada, un de orden gastronómico: sobreusa de
aljibe muy bien conservado y restos del habas, remojón de naranja, porra, gaz-
edificio nuclear. Cuesta trabajo imagi-
nar su aspecto cuando se consideraba
prácticamente inaccesible.
Arropando este perfil desmigajado, se
yergue la torre de Santa María de la En-
carnación, levantada sobre la mezquita
medieval, con parte gótico-mudéjar,
otra parte barroca y otra neoclásica,
debida ésta a Ventura Rodríguez; la igle-
sia de San Gabriel, uno de los más be-
llos ejemplos de renacimiento granadi-
no, obra de Diego de Siloé; y la iglesia
de Santa Catalina, ss. XVI y XVII.
Habría que mencionar además el con-
vento de Santa Clara, y varias ermitas;
pacho y los célebres roscos y huesos
de santo. Pero también variedades del
cante, como el fandango lojeño, o el
trovo (existe un popular certamen fla-
menco, llamado «la Volaera»). También
cabe mencionar el Festival de Teatro,
en verano, y los «incensarios» de Se-
mana Santa.
La cocina popular y las artes culinarias
más elaboradas conviven en la oferta
gastronómica de Loja. De modo especial,
hay que señalar la importancia de la tru-
cha que tiene su particular paraíso en el
anejo de Riofrío unida a la reciente co-
mercialización del esturión y su caviar, y
la tradicional repostería artesana.
Campanario de San Gabriel Interior de la Iglesia Mayor
Iglesia de la Encarnación Fuente de los Veinticinco Caños
Iglesia de San Gabriel Cascada de los Infiernos
Los incensiarios de la Semana Santa
5. 9
Huétor Tájar
El trayecto se dulcifica al de- caserío— y, sobre to-
jar los angostos desfiladeros do, el magnífico
sistema de rega-
de Loja y explayarse en el fe- dío de la Vega; don-
raz valle del río Genil. La en- de antes había more-
calada figura del pueblo de ras y seda, hoy se
Huétor Tájar se vislumbra en- cultivan, sobre todo, espárra-
gos, protagonistas indiscutible
tre el verdor de arboledas, de la gastronomía de Huétor
huertos y campos. Tájar, alcanzando en sus huertas una
calidad insuperable y que se preparan
Formada por dos núcleos de población de mil maneras, en tortilla, sopa, salsa…
que no llegaron a fusionarse hasta 1483, Para conocer en directo tan delicioso
precisamente el mismo año en que vol- fruto, puede uno acercarse a alguna de
vía —una vez más— a ser devastada por las cooperativas que lo producen.
el rey Fernando en sus escaramuzas de En la misma plaza del ayuntamiento se
conquista. Ambas poblaciones cuentan sitúa la iglesia parroquial de Santa Isa-
con un antiguo origen: Huétor sería co- bel, con un hermoso campanario de la-
rrupción de un nombre romano y Tájar drillo. Merece la pena deambular a ori-
de uno árabe; Ibn al-Jatib la nombra Ta- llas del Genil en dirección al barrio de la
rayat, de ahí Taxara, Táhara, Tájar. Esperanza por caminos entre huertas y
Conquistada definitivamente en 1497, si- vergeles refrescados por el rumor del
guió viviendo en ella su población mo- río y las acequias.
risca y ha conservado como herencia
una torre árabe —asfixiada ahora por el
Iglesia parroquial de
Santa Isabel
6. 10
Moraleda de Zafayona
En su guía viajera, Richard Área con campos de labor en el valle y
Ford apunta que, a continua- pastos ganaderos en las alturas, en épo-
ca andalusí estuvo habitada por clanes
ción de Loja, «pasando por un árabes, al igual que los contornos, insta-
torrente de montañas llega- lados en asentamientos dispersos que,
mos a la Venta de Cacín, y tras la conquista y la repoblación, die-
luego se abre ante nosotros ron lugar a cortijos como los de Luján,
la Duquesa o la Venta de Cacín. Ya en el
como una tierra prometida la s. XIX, la localidad contaba con un nú-
famosa Vega de Granada». cleo, germen de la población actual, for-
mado por «80 cuevas que sirven de al-
El tramo de la Ruta continúa paralelo al bergue al vecindario, hallándose cons-
Genil, al que se le unen las aguas del río truidas en su base algunas casas…».
Cacín. El camino transita ahora por el La esbelta torre de la iglesia parroquial
término de Moraleda de Zafayona, viejo señala el corazón del casco urbano, que
partido rural recostado en los escalones ocupa una loma descendente hasta las
de la meseta que crece hacia Alhama. orillas del río Cacín. En los alrededores
Aquí se situaban los límites entre la tie- del pueblo es digno de mención el cerro
rra de Loja y la de Granada, en el Campo de la Mora, antiguo poblado íbero-ro-
de Zafayona, o Campo de las Fuentes, mano cuya excavación ha deparado una
del árabe Fa al-uyun, por donde discu- amplia secuencia cultural que abarca
rría uno de los principales ramales que desde el segundo milenio antes de
conectaban Málaga con la capital nazarí. nuestra era a la época medieval. Tam-
bién destaca por su curiosidad el museo
de automóviles antiguos.
Iglesia parroquial
7. 13
Alhama de Granada
«Salimos de Vélez para Al- su nombre actual, al-hammam, aguas
hammah, o las Termas, o termales, o el baño.
Se la disputaron moros y cristianos y
Alhama, villa pequeña, con fueron las tropas de los Reyes Católicos
una mezquita muy bien situa- las que, en un golpe de audacia, la arre-
da y muy bien construida. bataron a los musulmanes en 1482. Cuen-
Posee una fuente de agua ca- tan los cronistas de la época que «murie-
ron 800 moros y fueron presos 3.000,
liente a la orilla de su río, y a que dejaron un rico botín de oro y plata
la distancia de cerca de una e aljófar, e sedas e alhajas e caballos e
milla de la población. Se ve acémilas, e infinito trigo y cebada».
allí una casa para los baños De aquellos tiempos gloriosos todavía
se conserva la torre vigía de Torresola-
de los hombres y otra para na, y el Pósito, que, situado en la plaza
los de las mujeres». de Los Presos, es hoy uno de los edifi-
cios más emblemáticos de la Alhama
Alhama se cuelga desde sus casas so- medieval. Fue, además, sinagoga en el
bre un barranco imponente. Su origen s. XIII, convirtiéndose en el s. XVI en pó-
se pierde, como se suele decir, en la no- sito, granero comunal de la población
che de los tiempos. Íbera primero, des- Pero donde más se conserva la impron-
pués fenicia, cartaginense más tarde, ta andalusí es, como su propio nombre
acogió a todas las culturas mediterrá- indica, en el llamado barrio árabe, una
neas. Plinio la llamó Stici y los
romanos Artigi, pero fueron
los árabes quienes le dieron
Iglesia del Carmen,
antiguo convento de
carmelitas
8. 15
neral es gótica, con una sola nave de
amplias proporciones bajo bóvedas es-
trelladas de nervadura y potentes con-
trafuertes al exterior. A la fábrica gótica
del templo se añadieron después ele-
mentos de estilo renacentista, como el
coro y los cuerpos superiores de la to-
rre, y el detalle renacentista de la porta-
da meridional, antepuesta a la original
apretada muestra del urbanismo hispa-
de líneas góticas.
no-musulmán.
El balneario local es de gran interés,
Tras la iglesia mayor destaca la man-
aparece al final de una pintoresca gar-
sión del s. XV, de estilo gótico-flamíge-
ganta rodeado de un paisaje de riscos,
ro denominada Casa de la Inquisición,
aguas y vegetación exuberante. El apro-
con una impresionante fachada de can-
vechamiento de sus aguas termales, in-
tería rematada por una artística venta-
dicadas para afecciones traumatológi-
na geminada.
cas (reuma, artrosis, artritis…) y vías
La Cárcel y el Hospital de la Reina son
respiratorias, se remonta a los romanos.
otros de los edificios públicos de las in-
Sobre la obra de éstos construye-
mediaciones de la plaza. Una ins-
ron los musulmanes hacia el si-
cripción, de 1674, en su facha-
glo XII los magníficos baños
da nos recuerda su cons-
que todavía perviven, con
trucción durante el reinado
una hermosa sala central,
de Carlos II. Las influen-
donde surge el manantial
cias mudéjares, góticas y
con arcos de herradura y
renacentistas son las
bóvedas esquifadas.
combinaciones arquitec-
La cocina de Alhama ofre-
tónicas del hospital inicia-
ce una excepcional calidad
do en 1485 y fundado como
en las leguminosas de su
primer hospital de sangre
comarca, sobre todo garban-
del reino de Granada por los
zos, y en los derivados del cer-
Reyes Católicos.
do. Entre pucheros, migas y otros
La Iglesia del Carmen forma parte de
guisos, destaca la olla jameña. Han de
un extinto convento de carmelitas, su
señalarse, además, la repostería, con
obra va del sobrio clasicismo manierista
los finos dulces de las monjas clarisas
al barroco más recargado. El templo es
de San Diego.
de planta rectangular, con techo de ar-
madura de madera y capillas laterales;
en sus portadas campean los escudos
de la nobleza de Alhama, y cúpula sobre
el crucero decorada con pinturas al
fresco. Particular interés revisten el ca-
marín de la Virgen, detrás del altar ma-
yor, y la capilla de Jesús Nazareno, típi-
cas realizaciones del barroco churrigue-
resco granadino del s. XVIII.
La poderosa torre de la Iglesia Mayor
de Santa María de la Encarnación, esta-
blecida probablemente sobre la mezqui-
ta mayor, es el punto de referencia vi-
sual de Alhama. Comenzada a fines del
s. XV e inicios del XVI, su estructura ge-
Calle típica con la Iglesia Mayor de Interior de los baños de Alhama
Santa María de la Encarnación al fondo Casa de la Inquisición
Dulces de las monjas
9. 17
Montefrío
La potencia visual, la monu- rey nazarí Ismail III fue coronado aquí
mentalidad geográfica y ar- por los Abencerrajes, y aquí permane-
cieron siete años temerosos de volver a
quitectónica de Montefrío se- la corte granadina, donde reinaba Mo-
ducen al recién llegado desde hammed X (1445-1453). El rey Juan II
el primer instante. El casco ayudó a Ismail y a los Abencerrajes a si-
del pueblo tiende una cinta tiar Granada; el astuto Mohammed lla-
mó a estos últimos en embajada y los
blanca entre la peña con la hizo degollar en la hoy llamada Sala de
iglesia de la Villa y el cerro los Abencerrajes de la Alhambra. Ismail
del Calvario. huyó a las Alpujarras donde más tarde
sería proclamado rey de Granada con el
La carretera enfila hacia el norte y co- nombre de Yusuf V.
mienza a ascender. Aparece de pronto, Montefrío sería tomada por los Reyes
casi amenazante, Montefrío, encarama- Católicos en 1486. Éstos levantaron, en-
da en una ola geológica que parece fue- tre las murallas de la fortaleza árabe,
ra a volcarla; uno de los perfiles más que comprende un castillo y sus mura-
pintorescos, sin duda, de la geografía llas donde permanecen todavía algunas
granadina. torres, lienzos de la original muralla, el
Fue rica ya en la antigüedad: el Mons aljibe y diversos restos constuidos a me-
Frigus de los latinos, Montefrid de los diados del s. XIV, sobre cimientos ante-
árabes, debió jalonar una ruta comer- riores. La iglesia de la Villa es el monu-
cial desde Torre del Mar y Vélez-Málaga, mento más llamativo de Montefrío por
pasando por Alhama y este lugar, hacia su emplaza-
las campiñas y valle del Guadalquivir. El miento al
Casas blancas de
Montefrío y al fondo, sobre la
peña, la Iglesia de la Villa
10. 19
filo de la peña; de estilo gótico-renacen- caballo, de escalada, etc. De sus rinco-
tista y edificada sobre una antigua mez- nes de interés se señalan el puente ro-
quita entre 1549 y 1570, atribuida a Die- mano, aún en uso, a 1,5 km. hacia Algari-
go de Siloé asistido por Francisco Her- nejo, y, a unos 5 km. en dirección a Íllo-
nández. Un heraldo de los Reyes donó el ra, el paraje de la Peña de los Gitanos,
hospital de San Juan de los Reyes del una extensa área de terrazas entre ro-
s. XVI. Extramuros se levantó la impo- quedales calizos donde se han excavado
nente iglesia de San Antonio («la Pane- más de un centenar de enterramientos
ra», por ocupar una fábrica de harina el megalíticos y poblados, un extraordina-
antiguo convento franciscano), enclava- rio conjunto arqueológico.
da en el cerro del Calvario con una Aceite, gastronomía: el clima, los
fachada barroca a modo de re- suelos y las variedades cultiva-
tablo de piedra tallada, con das –predominan las picual,
amplia nave y bóveda. El picuda y hojiblanca junto con
Ayuntamiento está instala- algunas autóctonas– contri-
do en una casa solariega buyen a la excepcional cali-
de 1787 y el Pósito, un al- dad del aceite de oliva vir-
macén de granos labrado gen extra de Montefrío,
en 1795 de estilo neoclási- cuyos olivares constituyen
co. A este estilo pertenece el principal capítulo de su
también la iglesia de la En- agricultura. Además de esta
carnación, un sólido, original y rica grasa vegetal y los quesos,
voluminoso edificio en sillería de la gastronomía local depara un
planta central, llamada popularmen- jugoso repertorio de recetas tradi-
te «la rotonda» importantísimo expo- cionales, con platos como el choto con
nente del neoclasicismo andaluz, figu- ajos, el relleno de carnaval, sesos al
rando entre los mejores proyectos que mojeteo, los potajes, tortillas de papas,
Ventura Rodríguez dejó por tierras gra- espárragos y collejas, el remojón –ensa-
nadinas. En ella se venera a la patrona lada de tomates y pimientos asados,
local, la Virgen de los Remedios. naranja, cebolla, huevos y atún–, y hor-
Al pie del mirador del castillo, las casas nazos, sin olvidar las especialidades de
se incrustan en la roca y descienden caza, la charcutería y la repostería, con
por San Sebastián hasta la plaza de Es- bollos de manteca, de aceite con pasas,
paña, el centro urbano con el Ayunta- roscos de sartén, borrachuelos, cuajaos
miento, la Casa de Oficios, armónico y pestiños.
edificio de 1579, y la Encarnación. De
aquí, largas calles onduladas llevan al
altozano del otro extremo del pueblo,
con la iglesia de San Antonio, en cuyas
inmediaciones se encuentra el sobrio
edificio neoclásico del Pósito.
Los montuosos alrededores son ideales
para el paseo y los deportes, en bici, a
Vista general de Montefrío Iglesia de la Encarnación
Dolmen de la Peña de los Gitanos
Iglesia de San Antonio
Aceite virgen extra de Montefrío
11. 20
Íllora
«El ojo derecho de Granada»: en su regazo. Ante la vista del viajero se
así se llamó a esta privilegia- despliega el multicolor paisaje de oliva-
res, tierras de labor y huertas que des-
da fortaleza asentada en un cienden por la Vega del Genil; al fondo,
refajo de la Sierra de Para- a oriente, Sierra Nevada.
panda y asomada a la Vega. El blanco caserío de Íllora se agarra a
Plinio la menciona como Ilur- las laderas del peñón rocoso donde es-
tuvo su germen. Si en los alrededores
co ; pero fueron los suevos, proliferan los hallazgos prehistóricos,
visigodos y árabes, los naza- en el casco urbano se han descubierto
ríes en especial, quienes hi- los restos de unas termas romanas que
cieron la potente fortaleza en desvelan los antecedentes de una loca-
lidad consolidada en época musulmana.
torno a la cual fue cuajando Sus noticias se remontan a los ss. X y
el pueblo. XI, cuando al-Udri la cita con el nombre
de Illywra al referirse a la provincia de
El recorrido por los Montes Occidentales Elvira. Ubicada cerca de varios pasos
prosigue a lomos de la sierra de Para- entre el norte y la Vega, a partir del
panda hasta re- s. XIII se convirtió en uno de los princi-
calar en Íllo- pales baluartes de la frontera nazarí,
ra, asen- en primera línea tras la caída
tada de Alcalá la
Real en 1341.
Vista general con la iglesia de la
Encarnación y el cerro con los
restos del castillo
12. 22 23
Después de sitiarla y atacar los arraba- ritorios retablos barrocos, pinturas
les, el cañoneo de dieciocho lombar- –como la Virgen con el Niño, cercana al
das decidió la capitulación de los estilo de Alonso Cano–, imágenes y pie-
musulmanes, que salieron ca- zas de orfebrería, así como enseres y
mino de Granada. Su primer reliquias del culto a San Rogelio, pa-
alcaide fue Gonzalo Fernán- trón de la villa.
dez de Córdoba, el Gran Ca- La plaza de San Rogelio es el punto de
pitán, del que se conservan encuentro tradicional de Íllora, con la
los restos de su mansión voluminosa iglesia parroquial, que do-
con su escudo de armas en mina el centro del pueblo, y el antiguo panorámicas se obtienen a lo largo de
la fachada. En su nueva eta- ayuntamiento, habilitado para museo la carretera de Montefrío, que sube por
pa, Íllora fue una de las Siete de historia local. A su espalda se eleva las sierras de Parapanda y Pelada. La de
Villas que servían de granero el accidentado peñasco con las ruinas Parapanda, con sus 1.604 m. de altitud,
y despensa de la capital; poco a de las murallas y el castillo, arran- ocupa un lugar destacado en la vi-
poco, mientras el cerro de la villa cando del mismo caserío; en- da de la Vega, considerándose
se despoblaba, crecía a sus pies el nú- trando por la calle Almeni- su barómetro, de ahí el di-
cleo de la población actual, en torno a llas, se encuentra una de cho «cuando Parapanda
Illywra reforzó en esos tiempos su fiso- la plaza y la iglesia. las puertas más añejas tiene montera, llueve
nomía de villa fortificada con castillo, En la elevación rocosa que sobresale en de la fortaleza, del s. X. aunque Dios no quiera».
recinto amurallado y arrabales, mere- medio del pueblo aparecen las fortifica- Las calles Real, de la Mención especial mere-
ciendo el sobrenombre de «ojo derecho ciones de la villa medieval el castillo y Cárcel, la cuesta del Pi- cen el paraje del molino
de Granada» por su importancia como murallas, obra musulmana con elemen- lar Alto, articulan las del Rey, en la zona del
enclave defensivo. Protagonista de in- tos califales y taifas, de los ss. X y XI, re- principales vías de un Soto de Roma, con un
cesantes hechos de armas, fue conquis- vestidos por las reformas del s. XIV de casco urbano donde lla- espectacular acueducto
tada por los Reyes Católicos en la pri- los nazaríes, que le dieron su configura- man la atención algunas de principios del s. XIX, y
mavera de 1486. Con motivo de esta ción definitiva. En la cúspide se distin- casonas y el nuevo ayun- el núcleo de Alomartes,
conquista, el cronista Hernando del Pul- guen las torres del castillo, los «dientes tamiento, en el antiguo con- con su iglesia neoclásica del
gar la describe con las siguientes pala- de la vieja», y más abajo, los vestigios vento franciscano de la orden XVIII, sus mesones y el molino
bras: «Esta villa está puesta en un valle de otros dos recintos amurallados que de San Pedro Alcántara. de la Torre, uno de los mejores
donde hay una vega muy extendida, y protegían el área, hoy despoblada, por El término ofrece paisajes de indudable ejemplos conservados de molinos hi-
en aquel valle está una peña alta que donde se hallaba la mezquita aljama. interés. Aún se observan los restos de dráulicos tradicionales. Bien vale dete-
señorea todo el circuito; y en lo alto de La iglesia de la Encarnación constituye la atalaya de la Mesa, hacia Alcalá la nerse aquí y echar un rato de conversa-
aquella peña está fundada la villa, de una espléndida muestra de la arquitec- Real, y de las torres de Tocón y la En- ción arrullado por los rumores de la co-
fuertes torres e muros…». tura de transición del gótico al renaci- cantada, en Brácana. Excelentes vistas rriente del agua.
miento, que predomina en los templos
levantados después de la conquista en
la comarca de los Montes. Proyectada
por Diego de Siloé con la intervención
de su discípulo Juan de Maeda y otros
maestros, se construyó básicamente
entre 1542 y 1573, empleándose piedra
«almendrilla», de tono tostado, extrai-
da de los pagos cercanos. Es un edificio
de rotunda volumetría, una sencilla y
monumental estructura de proporcio-
nes renacentistas, con un sólido cam-
panario y elegantes portadas con es-
culturas clasicistas de Diego de Pes-
quera. El interior presenta una nave de
notable amplitud con bóvedas de cru-
cería, pilastras adosadas y capillas late-
rales, por donde se distribuyen dos me-
Fachada porticada del molino de la Torre Calle típica
Torre de la iglesia de la Encarnación Portada con relieve escultórico
Iglesia de la Encarnación
13. 25
Fuente Vaqueros
«En este pueblo tuve mi pri- río, el paseo del
mer ensueño de lejanía. En es- Prado, con el mo-
numento a Gar-
te pueblo yo seré tierra y flo- cía Lorca de Ca-
res». Federico García Lorca na- yetano Aníbal, que se prolonga hacia el
cía el 5 de junio de 1898 en la norte por el paseo de la Reina. Aquí se
casa de la maestra del pueblo, sitúa un lugar de peregrinación obliga-
da para el viajero de esta Ruta: la Casa-
doña Vicenta Lorca, su madre. Museo de Federico García Lorca, donde
Estas tierras formaron parte del Sitio nació el poeta un 5 de junio de 1898.
Real que la Corona se reservó después Restaurada con gusto y acierto, sus ha-
de la conquista, con densos bosques y bitaciones evocan el ambiente de su ju-
plantíos donde se construyó una Casa ventud en la decoración y mobiliario,
Real. Tras varias vicisitudes, en 1813 el mientras en la planta primera, que fue
Soto de Roma fue cedido al duque de granero, se dispone una sala para expo-
Wellington como recompensa por los siciones y actos culturales. Los alrede-
servicios prestados durante la guerra dores, punteados de cortijos, con los
de Independencia. anejos de la Paz, con su sencilla ermita,
La plaza del ayuntamiento es el y Pedro Ruiz, invitan también a la poéti-
centro del que irradian las princi- ca magia de un paseo por la Vega entre
pales vías que estructuran el umbrosas choperas y parcelas verdean-
casco urbano de Fuente Va- tes, arrulladas por el eterno
queros: la avenida de Anda- fluir de las acequias.
lucía, al este, la avenida del
Genil, que baja hasta el
Patio y fachada de la casa
natal de Federico García Lorca
Iglesia de la Paz
14. 27
Chauchina
En el siglo XIV el lojeño Ibn ríodo musulmán. En la le-
al-Jatib menciona ya el lugar, gendaria torre de Roma,
que prestó su nombre al
transcrito como Yay´yana. Soto de Roma –vergel
Más documentada está una que, en palabras de
fortaleza de su término, la Washington Irving,
torre de Roma, a la que debió «era un retiro fundado
por el conde Julián para
acogerse la población en los consuelo de su hija Florinda»–, prota-
convulsos momentos finales gonizó diversos hechos de armas.
del medievo. El centro del pueblo oscila entre la pla-
za del Ayuntamiento y la iglesia parro-
En plena Vega del Genil, la vinculación quial, un edificio iniciado a fines del
de Chauchina con su feraz entorno es s. XV que aún conserva el campanario
tal que hay quien sostiene que su deno- de la obra primitiva. A su lado llama la
minación deriva del vocablo latino san- atención «la Peana», fragmento de una
cius, corrupción de salix, sauce, dada su columna extraída de las canteras de Lo-
abundante presencia en la vegetación ja destinada al palacio de Carlos V de la
natural de ribera. En todo caso, sí se ha Alhambra. Particular atractivo tiene la
demostrado la remota presencia huma- histórica Torre de Roma, baluarte de-
na en la zona gracias al hallazgo de di- fensivo nazarí del s. XV.
versos restos –cerámicas, útiles, mone-
das– cuya cronología abarca desde el
neolítico a época ibérica. El poblamien-
to se consolidó, sin embargo, en el pe-
Iglesia parroquial
15. 28
Santa Fe
La villa, fundada en 1491, sir- mismo, en su recinto se llevaron a cabo
vió de cuartel a los Reyes Ca- las decisivas conversaciones con Cristó-
bal Colón que condujeron a las capitula-
tólicos durante el asedio a la ciones con el almirante, firmadas «en
ciudad. Fue trazada a cordel, Sancta Fee a diez y siete de abril de mill
con planta rectangular y una y quatrocientos noventa e dos años…»,
puerta en cada lado. hito angular que llevaría al descubri-
miento de América y a una nueva época
Santa Fe sirvió de sede exclusiva de la marcada por la apertura de relaciones.
corte de los Reyes Católicos, simultane- Al dejarla los reyes, fue nombrado alcai-
ando este papel con Granada hasta la de don Francisco de Bobadilla, siguien-
partida de los reyes en mayo de dicho do la villa una historia pausada, inmersa
año, convirtiéndose durante meses en en las faenas agrícolas propias de una
un escenario histórico privilegiado. En localidad de la Vega, sacudida tan sólo
la modesta Casa Real de la ciudad se fir- en 1806 por un violento terremoto que
maron el 25 de noviembre de 1491 las le causó graves daños.
capitulaciones entre el rey Boabdil e El propio casco urbano de Santa Fe
Isabel y Fernando en las que acordaban constituye en sí mismo un objeto de vi-
la entrega del reino nazarita y se deta- sita, en el sector correspondiente al es-
llaba el futuro de sus pobladores. Asi- tablecimiento original realizado en 1491.
La construcción de la vi-
lla efectuada ‘ex novo’
por mandato de los
Reyes Católicos fue
encomendada a
Iglesia parroquial
de la Encarnación
16. 30
las ciudades de Se- La Iglesia Parroquial: bajo la advoca-
villa, Jerez, Cór- ción de Nuestra Señora de la Encarna-
doba y Andújar, ción, el templo primitivo fue sustituido
a cuyos conce- en el s. XVIII por la monumental obra
jos se les asig- neoclásica que hoy se contempla. Fue
nó cada uno de concebida por el arquitecto Domingo
los cuatro cuar- Lois de Monteagudo, con el asesora-
teles en que que- miento de Ventura Rodríguez, y dirigida
dó dividida. Su por Francisco Quintillán, concluyéndose
planta adoptó el mo- en 1785. Es de planta de cruz latina con
delo castrense de Briviesca, sobre un cúpula en el crucero, y una elegante ca-
solar rectangular con calles trazadas a pilla del Sagrario, hoy baptisterio. Des-
cordel cortándose perpendicularmente, taca su imponente fachada con dos to-
rodeándose de foso, muros, torres y ba- rres ochavadas y diversos elementos
luartes de defensa. Cuentan las cróni- alusivos al tiempo de su fundación.
cas que en su ejecución se invirtieron La visita al casco histórico, con sus edi-
ochenta días. En el centro de la retícula ficios y monumentos, y el paseo por al-
urbana se emplazaron los edificios pú-
blicos, la Casa Real, la parroquia y, en
sus inmediaciones, un hospital, la al-
hóndiga y otros. En la actualidad, a un
lado de la plaza de España, en el solar
de la Casa Real, se ubica la casa del pá-
rroco, que la sustituyó en el s. XVIII. En-
frente se alza el pósito, el granero co-
munal, fundado por Carlos III. En el flan-
co oriental de la plaza aparece el Ayun-
tamiento, levantado en 1923 en estilo
neomudéjar, con fachada de ladrillo y
emblemas de azulejería de los países
hispanoamericanos.
Los dos ejes centrales que articulan el
casco histórico terminan en cuatro
puertas monumentales. Son éstas las gunos puntos de interés inmediato, co-
de Granada, al este, Sevilla, al sur, Jaén, mo la ermita de los Gallegos o del Se-
al norte y Loja, al oeste. La de Loja fue ñor de la Salud, y el barroco convento
realizada en 1652, mientras las otras de los Agustinos, completan un atracti-
tres obedecen a esquemas del s. XVIII, vo itinerario. Más allá quedan las fera-
alojando sobre el hueco de paso central ces tierras de la vega, regadas por el
sendas capillas. curso del Genil y una multitud de ace-
quias que recorren los densos campos
de cultivos intensivos, maizales, chope-
ras, huertas, punteadas de caserías y
secaderos de tabaco.
La gastronomía local se basa en las ex-
celentes verduras y frutas de las huer-
tas de la vega. Gran arraigo tienen los
platos elaborados con tomillo y hierbas
aromáticas, así como el dulce emblemá-
tico de Santa Fe, los piononos. De sus
artesanías, cabe citar la taxidermia, to-
davía presente en algún taller.
Retrato de Isabel la Católica Puerta de Loja
Escudo de Santa Fe
Plato elaborado con tomillo
17. 33
Granada
Washington Irving, en sus cé- musulmanes, el enclave creció hasta
lebres Cuentos de la Alham- convertirse en el s. XI en un principado
de al-Andalus. La dinastía berebere de
bra, deja patente sus impre- los ziríes rigió sus destinos sucumbien-
siones en las líneas que escri- do ante el imperio norteafricano de los
biera al salir de Granada en almorávides, que tuvieron en Garnata
1829: «pude ahora compren- uno de sus principales puntos de apoyo
hasta su ocaso en la primera mitad del
der en parte los sentimientos s. XIII. Es entonces cuando Granada ad-
del infortunado Boabdil cuan- quiere gracias a Muhammad Ibn al-Ahma
do se despidió del paraíso su singularidad, alumbrando una brillan-
que dejaba tras de sí…». te etapa de esplendor artístico y cultu-
ral, cuajado de sucesos que habrían de
Los anhelos del viajero se colman ple- subyugar la imaginación de los román-
namente al culminar la Ruta y vislum- ticos hasta 1492, convirtiéndola los Re-
brar la capital, como les sucediera a los yes Católicos en cristiana, proliferando
viajeros románticos hace dos siglos. Su iglesias, monasterios, palacios y otros
denso pasado no es ajeno a este irresis- edificios que sumaron al legado anda-
tible magnetismo. Todo empezó en el lusí un majestuoso conjunto de arte
pequeño poblado ibérico de Ilibe- gótico, renacentista y barroco. En el
ris, que prosperó en época s. XIX, los
romana y visigoda con el
nombre de El-
vira. Tras la
llegada de los
Casa morisca
18. 34 35
centro de estudios fundado por Yusuf I trense y varias torres, como la del Ho-
en 1349, dedicada a la teología, filosofía, menaje, primera residencia regia, de las
medicina, matemáticas y otros saberes. Armas, sobre una puerta, y de la Vela, o
Enfrente, al costado de la Catedral y en de la Campana, la más adelantada, inme-
el lugar que ocupaba la mezquita, están jorable mirador sobre Granada y la Vega.
la Lonja y la Capilla Real, símbolo de los En la Casa Real Vieja se instala una su-
Reyes Católicos en la ciudad que con- cesión de núcleos palatinos como el
quistaron, encontrándose su panteón, Mexuar, lugar de reunión de la Sura
obra señera del s. XVI. Al lado de la Ca- (Consejo de ministros), con un oratorio
pilla crece el cuerpo de la Catedral, y el Cuarto Dorado, en cuyo patio el
viajeros románticos airearon a los cua- grandioso templo renacentista donde Sultán recibía a sus súbditos, con una
tro vientos su «descubrimiento» y la participó Diego de Siloé y remató con la rica fachada con yeserías mandada ha-
elevaron a la categoría de paraíso, atra- fachada barroca Alonso Cano. En los al- cer en 1370 por Muhammad V. Flanquea
yendo desde entonces a un torrente de rededores de la catedral se desgrana el paso al patio de los Arrayanes o de
visitantes. una sucesión de agradables barrios con la Alberca, manso estanque que refleja
A continuación se propone una breve reductos llenos de recuerdos románti- la torre de Comares, sede del fabuloso
serie de paseos que evocan las huellas cos, como la casa de Eugenia de Montijo salón de Embajadores, bajo la simbólica
del protagonista de la Ruta, Washington de la calle Gracia e innumerables refe- diendo murallas, torres, puertas, mezqui- armadura que representa los siete cie-
Irving, y los rincones favoritos de los rencias monumentales, desde la Iglesia tas, palacios y jardines, hasta completar los que llevan a Allah, en uno de los es-
románticos. Según el itinerario habi- de los santos Justo y Pastor, a San el más extenso complejo militar y palati- pacios más importantes de todo el re-
tual de los viajeros de antaño ve- Juan de Dios, pieza magistral del no del orbe musulmán. cinto. A continuación se halla el palacio
nidos por el camino de Santa Fe barroco, y San Jerónimo. Tras el pasadizo en recodo de la Puerta de los Leones, distribuido en torno a un
resalta el Hospital Real manda- Después del callejeo por el cen- de la Justicia, una rampa lleva a la patio con una galería con 124 columnas
do construir por los Reyes Ca- tro, Irving se dirige de inmedia- puerta del Vino, muestra del refina- de mármol y una fuente sobre 12 leones.
tólicos y erigido en el s. XVI, en to a la Alhambra, ‘sancta sanc- miento de la arquitectura nazarí. A su Al sur, la sala de los Abencerrajes, don-
el que destaca un delicioso torum’ del viajero romántico. lado se abre la plaza de los Aljibes y el de se cuenta que perecieron los nota-
claustro renacentista. Conti- Tras cruzar la plaza de Isabel la palacio de Carlos V, majuestuoso edifi- bles de este clan, bajo fastuosa bóveda
nuando hacia el centro por la Gran Católica y Plaza Nueva, flanqueada cio del renacimiento pleno, trazado por de mocárabes; al norte, la sala de las
Vía, principal arteria de Granada, has- por la armónica fachada de la Chanci- Pedro Machuca a comienzos del XVI, con dos Hermanas y el mirador de Lindara-
ta recalar en el Corral del Carbón, la llería edificada en 1531, subimos por la un patio porticado circular que se ins- ja, que asoma a un jardincillo junto a los
antigua Alhóndiga Yidida, obra nazarí calle de los Gomeres, nombre de una fa- cribe en la planta cuadrada. apartamentos de Carlos V, sector donde
de mediados del s. XIV con una primo- milia mora famosa en crónicas y roman- La Alcazaba, levantada a mediados del se alojó Washington Irving durante su
rosa portada con arco de herradura y ces, hasta la Puerta de las Granadas. So- s. XIII, consta de un fuerte perímetro estancia en Granada, y cerca del toca-
patio porticado. En sus inmediaciones bre un espolón al sur sobresale el castillo amurallado, patio de armas, barrio cas- dor de la Reina, privilegiado mirador
se sitúan la plaza del Carmen, con el de Torres Bermejas, que remonta su ori-
Ayuntamiento, y la encrucijada de gen al s. XI; adelante trepan los empina-
Puerta Real, así como la enrevesada dos senderos a través del bosque entre
trama de calles y plazas rebosantes de murmullos de acequias hasta el pilar de
sabor y actividad como la plaza Bib- Carlos V y la puerta de la Justicia, man-
Rambla, la calle del Zacatín, la Alcaice- dada edificar por Yusuf I en 1348. Ostenta
ría, la calle Oficios, la plaza del en su fachada la mano de Fátima, talis-
Cabildo, aquí se yergue la Madraza, el mán de los musulmanes alusivo a los
preceptos coránicos, y la llave, emblema
del poder de la fe usado con frecuencia
por los nazaríes. Al fin, la Alhambra, del
árabe ‘al-hamra’, la roja, «Como siempre,
el sol poniente derramaba un melancóli-
co fulgor sobre las rojizas torres de la Al-
hambra…» W. Irving, frente al Albayzín. A
lo largo de los ss. XIII y XIV, sus suceso-
res, en especial Yusuf I y Muhammad V,
continuaron la labor constructiva, aña-
Fachada de la Capilla Real Balcón de la Madraza
Retrato de Washington Irving La Alhambra
Patio del Corral del Carbón
19. 36 37
do se alinean el Bañuelo, los baños ára- presidida por las puntiagudas torres de
bes del Nogal, el convento de santa Ca- la barroca Iglesia de las Angustias, pa-
talina y la casa de Zafra, la casa de Cas- trona de la ciudad, se deselvuelve has-
tril, sede del Museo Arqueológico, y la ta el paseo del Salón y el cauce del río
iglesia de san Pedro y Pablo, hasta el Genil. En la orilla izquierda, por el pa-
paseo de los Tristes. Río arriba se inter- seo del Violón, surgen dos recordato-
na una senda entre sotos y arboledas, rios finales: la ermita de San
rumbo a la fuente del Avellano, reposa- Sebastián, antiguo morabito u oratorio
do enclave de resonancias literarias musulmán, a extramuros de la ciudad,
donde acostumbraban a reunirse escri- una obra de fina albañilería, y el Alcá-
tores y artistas granadinos. En el barrio ceres del mundo…», mientras en sus cer- zar del Genil, el suntuoso palacete ro-
del Albayzín, que se alza sobre la colina canías se suceden el arco de las Pesas, deado de albercas y huertos que perte-
que bordea la margen derecha del Da- el convento de Santa Isabel la Real y el neció a las reinas nazaríes, con exquisi-
rro y salpicado de miradores y cipreses, palacio de Daralhorra, la refinada «casa tas salas recubiertas de delicadas yese-
cuestas, callejas empedradas y plazue- de la sultana» construida en el s. XV en rías e inscripciones.
las con aljibes, de casas y cármenes –las el recinto de la antigua alcazaba de los La ciudad es todavía
residencias de recreo con jardines ate- reyes ziríes del s. XI. Hacia el oeste y el un importante cen-
hacia el Albayzín; entre Comares y los rrazados tan del gusto nazarí–, de igle- norte bajan las calles, como la pintores- tro artesano des-
Leones, los Baños Reales; al este, la lu- sias que fueron mezquitas, de conven- ca de la Calderería, hasta encontrar la tacando en las la-
josa sala de los Reyes, ámbito de re- tos, murallas y puertas, de esquinas, ta- línea de la vieja muralla urbana, señala- bores de madera —
cepciones y banquetes. El palacio del lleres artesanos y tabernas de ambiente da por la formidable puerta de Elvira, como la taracea—,
Partal, el más antiguo, edificado a prin- popular, se descubren las más genuinas de factura nazarí, la puerta de Monaita cerámica, metal,
cipios del s. XIV, con la torre de las Da- esencias granadinas. Entre palacios y y las murallas de la cuesta de joyería, piedra y vi-
mas, y el Oratorio, alrededor todos del casas andalusíes, la cuesta del Chapiz Alhacaba, que delimitaban el perímetro drio. En la alfarería y la cerámica tam-
estanque central. Varias torres, remonta las laderas, dejando de la alcazaba zirí. San Cristóbal y San bién se mantiene la herencia tradicional
como las de la Cautiva y a un lado el camino del Miguel Alto, con sus iglesias y sus es- en todas sus variedades, distinguiéndo-
de las Infantas se su- Sacromonte, el cerro pectaculares miradores, coronan, por se la cerámica de inspiración andalusí,
ceden camino del Ge- con la abadía y el fa- último, las alturas al oeste y al norte del la de reflejos metálicos, la de cuerda se-
neralife, el palacio de moso barrio gitano Albayzín y la Alhambra. ca, y la granadina o de Fajalauza.
verano construido de cuevas, escapara- Tomando la Alhambra como eje central El fascinante recorrido por la ciudad se
entre fines del XIII y te del tipismo folclóri- para estos paseos por Granada, se pro- completa con el monasterio de la Cartu-
comienzos del XIV que re- co y costumbrista que longan ahora hacia el sur y el este, por ja y la lorquiana huerta de San Vicente.
crea un paradisíaco universo tanto apreciaron los románti- los barrios del Mauror, que fue judería, Aguas arriba del Genil, por la carretera
de verdor y agua, con una espléndida cos. Un reguero de lugares de interés y la Antequeruela, dulces vericuetos de Sierra Nevada, Solair o «montañas de
residencia entre jardines y huertas. jalonan el paseo por el Albayzín, como embellecidos por el carmen de la funda- la nieve», se llega al techo de la Penín-
El descenso del hechizante «palacio en- la iglesia de San Juan de los Reyes y la ción Rodríguez Acosta, la casa museo sula Ibérica, dominado por la cima de
cantado» de la Alhambra conduce al pa- del Salvador, en la parte alta, que pre- del compositor Manuel de Falla, el Audi- 3.482 metros del pico Mulhacén. Hace
seante a otros rincones no menos ro- serva el patio de abluciones de la mez- torio y el carmen de los Mártires, don- más de un siglo y medio, Richard Ford no
mánticos. Desde Plaza Nueva, con el quita mayor del barrio. En la cúspide se de se respira una vez más la celestial dudó en recomendar esta excursión: «El
pórtico de la iglesia de Santa Ana, sín- yergue la Iglesia de San Nicolás, con su placidez de los jardines granadinos. Más amante del paisaje alpino debiera, por
tesis de renacimiento y mudéjar, sube la plaza, su aljibe y su mirador desde don- abajo se extienden el campo del Prínci- todos los medios a su alcance, ascender
carrera del Darro; junto al río encauza- de se presencian los «más bellos atarde- pe, un abierto y acogedor espacio de a Sierra Nevada…».
reunión, y el barrio del Realejo hasta el
Campillo Bajo. Palacios, como la casa
de los Tiros y la casa del Padre Suárez,
iglesias como la de Santo Domingo, en-
claves como la plaza de Mariana Pineda,
de directa alusión romántica, y el cuar-
to Real de Santo Domingo, o Palacio de
Almanxarra, restos de una residencia
real nazarí, son algunos de sus hitos de
mayor relevancia. La carrera del Genil,
Patio de la Iglesia del Salvador Iglesia de San Cristóbal
Baile con la Alhambra al fondo Cerámica
Muralla zirí Sierra Nevada con Granada a los pies
San Cecilio
20. 38 39
INFORMACIÓN PRÁCTICA FUENTE VAQUEROS • Hotel Paraíso Visitas
• Punto de Información. Ayuntamiento Autovía A-92, km. 212 • Abadía del Sacromonte
ALHAMA DE GRANADA Tfno.: 95 844 30 40 Camino del Sacromonte
Paseo Doctor Pareja, 1
• Oficina de Turismo Tfno.: 95 822 14 45
Tfno.: 95 851 65 35 SANTA FE
Paseo Monte Jovellar, s/n • Alhambra y Generalife
Autobuses • Oficina Comarcal de Turismo
Tfno.: 95 836 06 86 Tfno.: 902 441 221
• Ureña. Tfno.: 95 845 41 54 Arco de Sevilla. Isabel la Católica, 7
Autobuses • Bañuelo. Baños árabes
• Alsina Graells. Tfno.: 95 818 54 80 LOJA Tfno.: 95 851 31 10
Carrera del Darro
Dormir • Punto de Información. C. I. Histórico Autobuses
Tfno.: 95 802 78 00
• Hotel Balneario Alhama de Granada Plaza Joaquín Costa, s/n • Alsina Graells. Tfno.: 95 818 54 80
• Capilla Real
Ctra. del Balneario, s/n Tfno.: 95 832 15 20 Dormir
Oficios, s/n
Tfno.: 95 835 00 11 Autobuses • Hotel Capitulaciones
Tfno.: 95 822 92 39
• Hotel Los Caños de la Alcaicería • Alsina Graells. Tfno.: 95 832 01 02 Ctra. de Málaga, km. 443
• Carmen de los Mártires
Ctra. Vélez, km. 10. Tfno.: 95 835 03 25 Dormir Tfno.: 95 851 33 60
Paseo de los Mártires
• Hotel Baño Nuevo • Hotel La Bobadilla • Hotel Colón
Tfno.: 95 822 79 53
Balneario, s/n. Tfno.: 95 835 00 11 Autovía A-92, Salida 175 Buenavista, s/n. Edif. V Centenario
• Casa de los Pisas. Museo S. Juan de Dios
• Casa Rural La Seguiriya Tfno.: 95 832 18 61 Tfno.: 95 844 09 89
Convalescencia, s/n
Las Peñas, 12. Tfno.: 95 836 08 01 • Hotel Almazara • Hotel Santa Fe
Tfno.: 95 822 21 44
CHAUCHINA Cerro de la Estación, s/n. Riofrío Avda. Palos de la Frontera, 17
• Catedral
• Punto de Información. Ayuntamiento Tfno.: 95 832 69 10 Tfno.: 95 844 03 70 Gran Vía de Colón, s/n
Plaza de la Constitución, 12 • Hotel-Restaurante Los Abades GRANADA Tfno.: 95 822 29 59
Tfno.: 95 845 51 27 Autovía A-92, km. 192 • Oficina del Patronato Provincial • Centro de Arte Contemporáneo
Autobuses Tfno.: 95 832 38 04 de Turismo de Granada José Guerrero
• Alsina Graells. Tfno.: 95 818 54 80 • Hotel Manzanil Área Plaza de Mariana de Pineda, 10 Oficios, s/n
Autovía A-92, km. 192 Tfno.: 95 824 71 28 Tfno.: 95 822 51 85
Dormir
Tfno.: 95 832 32 00 infotur@dipgra.es • Corral del Carbón
• Hotel El Cruce
• Hotel Del Manzanil • Oficinas de Turismo Mariana de Pineda, s/n
Autovía A-92, Cruce Chauchina
Ctra. Granada-Málaga, km. 335 de la Junta de Andalucía • Casa Museo de Federico García Lorca
Tfnos.: 95 844 60 62
Tfno.: 95 832 17 11 Plaza Nueva. Santa Ana, 2 Virgen Blanca, s/n. Huerta de S. Vicente
• Hotel Marinetto
• Hotel El Mirador Tfno.: 95 822 59 90 Tfno.: 95 825 84 66
Ctra. Málaga (Cruce Chauchina - A-92)
Ctra. Jerez-Cartagena, km. 485 otgranada@andalucia.org • Monasterio de la Cartuja
Tfno.: 95 844 60 52
Tfno.: 95 832 00 42 Alhambra Paseo de Cartuja, s/n
HUÉTOR TÁJAR
MONTEFRÍO Avda. del Generalife, s/n Tfno.: 95 816 19 32
• Punto de Información. Ayuntamiento
• Oficina de Turismo Tfno.: 95 822 95 75 • Monasterio de San Jerónimo
Plaza de Andalucía, 2
Plaza de España, 1 otalhambra@andalucia.org Rector López Argueta
Tfno.: 95 833 21 11
Tfno.: 95 833 60 04 • El legado andalusí Tfno.: 95 827 93 37
Autobuses • Museo Arqueológico
• Alsina Graells. Tfno.: 95 818 54 80 Autobuses Mariana Pineda, s/n. Corral del Carbón
• Alsina Graells. Tfno.: 95 833 62 58 Tfno.: 95 822 59 95 Carrera del Darro, 41-43
Dormir Tfno.: 95 822 56 40
• Cortijo de Tájar Dormir http://legadoandalusi.andalucia.org
• Museo de Bellas Artes
Autovía A-92, Salidad 203 • Hotel La Enrea Estación de Autobuses Palacio de Carlos V
Tfno.: 95 833 40 88 Paraje de la Enrea, s/n Ctra. Jaén, s/n Tfno.: 95 802 78 00
Tfno.: 95 833 66 62 Tfno.: 95 818 54 80
ÍLLORA • Museo de la Alhambra
• Punto de Información. Museo Municipal MORALEDA DE ZAFAYONA Estación de Renfe Palacio Carlos V
Plaza de San Rogelio, s/n • Punto de Información. Ayuntamiento Avda. de los Andaluces, s/n Tfno.: 95 802 79 00
Tfno.: 95 846 38 70 Ctra. del Canal, 6. Tfno.: 95 844 30 02 Tfno.: 902 240 202 • Museo Gómez Moreno-
Autobuses Autobuses Aeropuerto Fundación Rodríguez Acosta
• Alsina Graells. Tfno.: 95 818 54 80 • Alsina Graells. Tfno.: 95 818 54 80 Ctra. Granada-Málaga Callejón Niños del Rollo, 8
Dormir Dormir Tfno.: 95 824 52 23 Tfno.: 95 822 74 97
• Casa Rural Cortijo La Loma • Hotel María José • Oficina de Iberia • Parque de las Ciencias
Loma de Taura, s/n Ctra. Comarcal 335. Cruce Moraleda Plaza Isabel la Católica, 2 Avda. del Mediterráneo, s/n
Tfno.: 625 871 081 Tfnos.: 95 844 37 33 Tfno.: 95 822 75 92 Tfno.: 95 813 19 00