El Señor nos pide que salgamos de la comodidad en la aceptación del medio mundano en el que nos encontremos. Para seguir su voz que nos llevará a una vida cambiada según su propósito, iniciando desde aquí la vida eterna.
Porque todo lo bueno y en justicia a criterio humano, para Dios es todo lo contrario:
Isa 64:6 pues todos nosotros somos como cosa impura,
todas nuestras justicias como trapo de inmundicia…
Es por esto que nuestra obediencia, nuestro amor y nuestra fidelidad es a Dios y no a hombre alguno.
Gn 12:1 Jehová había dicho a ……"Vete de tu tierra, de tu parentela y de la casa de tu padre, a la tierra que te mostraré.
Cuál hubiese sido la respuesta que hubiésemos dado?… y cuál es la que estamos dando? Es acaso el acomodamiento que ofrece la familia, amistades, compañeros, del lugar donde vivimos, aún cuando no cumpla estrictamente con todos los principios y mandamientos de Dios; O es el separarnos de las actividades del mundo, para ser obedientes a la VOZ DE DIOS?
Las bendiciones alcanzan cuando se es sensible a la Voz de Dios.
Por el amor a Dios nos corresponde renunciar a muchas formas de pensar y someternos a la voluntad de Dios (negarse así mismo). Si esto lo cumplimos, recibiremos primeramente la VIDA ETERNA y mucho mas de lo que dejamos en este tiempo.
No confundir que dejar casa, o padres o hermanos o mujer o hijos, por el reino de Dios, es abandonar las responsabilidades que se tiene con los tales, únicamente se refiere a que no puede estar aquello en el primer lugar que es el que le corresponde a Dios.
Si alguien no cree, tampoco escuchará la Voz de Dios.
A quien escucha y cumple con la voluntad de Dios, el Señor le regla la vida eterna, y si permanecemos bajo su Señorío, bajo su protección, no hay quién nos arrebate de su mano.
La confrontación de nuestras vidas con la PALABRA, nos lleva al arrepentimiento, y por ende, somos limpiados de nuestras culpas.
Al permanecer meditando en su PALABRA recibiremos el alimento espiritual, y el fruto del Espíritu Santo estará presente en nuestras vidas.
Gal 5:22 Pero el fruto del Espíritu es amor, gozo, paz, paciencia, benignidad, bondad, fe,
Gal 5:23 mansedumbre, templanza; contra tales cosas no hay ley.
El que no permanece bajo el señorío del Señor Jesucristo, en el cumplimiento de los principios y mandamientos, dejará de ser miembro del Pueblo de Dios y será arrojado en el lago de fuego.
Si el mundo te odia y te rechaza, sabed que te encuentras en el amor de Dios
¡Temor si el mundo te acepta y te ama!
Somos hechos hijos de Dios a través de Cristo Jesús. Jn 1:12 Mas a todos los que lo recibieron,
a quienes creen en su nombre, les dio potestad de ser hechos hijos de Dios.
Todos los miembros del Pueblo de Dios somos circuncidados: Ro 2:29 sino que es judío el que lo es en lo interior, y la circuncisión es la del corazón, en espíritu y no según la letra.
Todos los miembros del Pueblo de Dios tenemos la ciudadanía de Israel, y el que lo niega, niega también los pactos y las promesas que son para el Pueblo de Dios.
El Pueblo de Dios es uno solo, porque la división que se había entre judíos y gentiles fue abolido.
Debemos ser temerosos de la Palabra de Dios, el de no tener una buena actitud para su cumplimiento, y quedar fuera de su protección.
Toda actitud o acción que no esté acorde a la voluntad de Dios entristece al Espíritu Santo por el alejamiento que produce.
Nuestra avidez por escuchar la Voz del Espíritu Santo y ser diligente en su ejecución debe ser permanente y hasta el fin.
El Señor nos pide que salgamos de la comodidad en la aceptación del medio mundano en el que nos encontremos. Para seguir su voz que nos llevará a una vida cambiada según su propósito, iniciando desde aquí la vida eterna.