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Javieradas de la “Hermandad de
Caballeros Voluntarios de la Cruz” de
1940 a 2015. Las 75 Javieradas
diocesanas desde 1941.
José Fermín Garralda Arizcun.
Doctor en Historia
02/08/2015
Col. Nueva Bermeja, nº 16
Pamplona
2015
Javieradas de la “Hermandad de Caballeros Voluntarios de la Cruz” de 1940 a 2015. Las 75 Javieradas diocesanas desde
1941.
2
Pintura al fresco del valenciano Ramón Stolz Viciano (1950), situada
en la cúpula del Monumento de Navarra a los Muertos en la Cruzada. La composición representa a San
Francisco de Javier, patrono de la Misiones y de las Indias, como centro espiritual de Navarra, su historia, sus
Cruzadas y gestas. El espíritu siempre religioso y batallador de los navarros por Dios y por la Patria se reflejan
en todas las composiciones de la hermosa gran bóveda. (Foto: Vaquero, archivo HCVC)
José Fermín Garralda Arizcun. Doctor en Historia
Año 2015
“Javieradas de la “Hermandad de Caballeros Voluntarios de la Cruz” de 1940 a 2015. Las 75
Javieradas diocesanas desde 1941.
C/ Arrieta nº 2
31002 Pamplona – Navarra - España
rargonz@gmail.com
historiadenavarraacuba.blogspot.com
Colección: Nueva Bermeja nº 16
Edición limitada en papel
* Queda prohibida la reproducción total o parcial de este trabajo, texto e imágenes,
sin permiso del autor. Está protegido, incluidas las fotografías inéditas. Puede ser citado
mencionando autor, título, año, formato de edición y localización en la red.
Javieradas de la “Hermandad de Caballeros Voluntarios de la Cruz” de 1940 a 2015. Las 75 Javieradas diocesanas desde
1941.
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Javieradas de la “Hermandad de
Caballeros Voluntarios de la Cruz” de
1940 a 2015. Las 75 Javieradas
diocesanas desde 1941.
A la Hermandad de Caballeros Voluntarios de la Cruz
que desde ciudades, municipios
–(…) valles, cendeas y distritos- y concejos de Navarra,
peregrinó en Javierada diocesana
a pie o con otros medios desde 1941 hasta 2015.
A los voluntarios que fueron
pioneros el 3-XII-1939, y a la Hermandad que hizo
su primera Javierada el 10 de marzo de 1940.
Aita Teodoro hizo la Javierada con la HCVC
en 1942, 1952, 1954 y 1956.
José Fermín Garralda Arizcun
Dr. en historia
Pamplona, 2015
ÍNDICE: 1. La figura de Francisco de Javier 2. Las primeras
peregrinaciones al castillo de Javier 3. El nombre Javierada 4. Nuestra
aportación 5. La marcha a Javier del 3-XII-1939 6. La primera Javierada de
1940 7. La primera Javierada diocesana de 1941. 8. Las Javieradas
posteriores. 9. Otras peregrinaciones 10. Los 76 años de la Javierada de la
Hermandad. 11. La actual Hermandad canónica de Caballeros Voluntarios de
la Cruz 12. Apéndices
ES UNA NOVEDAD a voces. Atravesamos un
acontecimiento, más eclesial que social, de una gran importancia.
El viejo Reyno de Navarra –hoy Comunidad Foral- está de
Javieradas de la “Hermandad de Caballeros Voluntarios de la Cruz” de 1940 a 2015. Las 75 Javieradas diocesanas desde
1941.
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celebración. El presente año de gracia 2015, habría celebrado el 76
aniversario de la primera Javierada convocada por el Obispo de
Pamplona desde 1940, y el 75 de aquella Javierada diocesana
convocaba por él mismo en 1941, peregrinación o marcha de los
navarros a Javier para hacerse a lo Javier, realizada al inicio de la
Cuaresma e inserta en la Novena de la Gracia, peregrinación que
todos los años convoca el Obispo de Pamplona-Tudela. La
Javierada diocesana ha sido el foco de atención espiritual y
religiosa, penitencial y de conversión, de los peregrinos navarros.
* * *
1. La figura de Francisco de Javier,
admirable y en continua expectación.
DURANTE TRES GENERACIONES cientos de miles de
navarros han peregrinado por estas fechas con una gran piedad al
castillo de Javier, cuna del Santo. La devoción a San Fco. Javier en
la católica Navarra es intensa, y muchísimos de navarros llevan su
nombre.
Francisco de Javier es un santo universal. Los trabajos de
José María Recondo S.J. y de Georg Schurhammer S.J. (1965),
entre muchos otros, dan buena cuenta de ello. Sobre él se han
publicado más de tres mil títulos y ha sido objeto de numerosos
artistas de primera categoría universal. Uno de ellos es Ramón
Stolz Viciano, según la primera imagen que publicamos en este
trabajo. Sobre esta conocida composición, dice la documentación
de la Hermandad de Caballeros Voluntarios de la Cruz (HCVC):
“En esta composición, que pudiéramos llamar la central del
conjunto, Stolz ha tratado de representar la labor evangelizadora
del Oriente llevada a cabo por el gran Apóstol navarro. Sobre un
lívido fondo auroral en forma de cruz, destaca la figura de Javier
en actitud de bautizar y mostrar a las gentes su crucifijo milagroso.
Avanza el Santo “como si de cada huella de sus pies andarines e
infatigables brotase un alma redimida”, que dijo un escritor
navarro. Le rodean figuras en representación de todos los pueblos
orientales que él convirtió a la fe de Cristo: indios, malayos,
javaneses y japoneses.
La figura central del primer término representa a la China
anhelosa de recibir la predicación del Evangelio. A la izquierda, un
enfermo indio es conducido en parihuelas a presencia del Santo
que ha de curarle.
Javieradas de la “Hermandad de Caballeros Voluntarios de la Cruz” de 1940 a 2015. Las 75 Javieradas diocesanas desde
1941.
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Y a un lado y otro, en el último término, diluyen su figura un
elefante indostánico y un “samurai” a caballo, representando el
Oriente exótico” (Archivo de la HCVC).
En ese pequeño pero bien plantado castillo, situado a los
pies de la calcárea sierra de Leire, y construido sobre roca madre,
nació el pequeño Francisco, el Hermano Mayor de la Hermandad,
en 1506. Allí enamoró al Cristo gótico de la sonrisa que acoge a
todos los que estamos en proceso de arrepentimiento, situado en
el reducido recinto de la capilla del castillo. Es en la madera de la
sencilla imagen en la que se deja traspasar el alma. Y allí Francisco
recibió los buenos consejos de su madre para su etapa de
estudiante en París iniciada en 1525. El joven Francisco destacaba
en el mundo universitario de París siendo muchas sus ambiciones.
“¿De qué le aprovecha al hombre ganar todo el mundo si pierde
su alma y se condena?”, fue el inquisitivo “recuerda” que le
presentó el guipuzcoano Íñigo de Loyola, de modo que, en 1534,
un inquieto y confiado Francisco de Javier ingresó en el germen
de la futura Compañía de Jesús, aprobada al fin por el Papa Paulo
III en 1540 como contrapeso a la reforma-ruptura protestante
iniciada con la desobediencia herética –orgullosa- de Lutero.
La vida y obra de Francisco de Javier ha tenido y tiene un
enorme impacto desde el siglo XVI. Fue un viajero incansable que
predicó la Buena Nueva del Evangelio por la costa africana y sobre
todo por el Sur, Sureste y Este de Asia. Su impetuoso viaje a lo
divino supera en mucho los viajes de los principales descubridores
de su época. Javier fue el misionero por antonomasia en India, las
islas de Insulindia y Japón, y, esperando zarpar hacia China,
murió en el Señor a las puertas del celeste Imperio con 46 años de
edad en 1552. Le acompañaba su fiel y sencillo amigo chino
Antonio. Los santos suelen ser acompañados de los sencillos de
corazón.
Francisco de Javier fue proclamado santo el 12-III-1622 por
Gregorio XV y declarado patrono de Oriente en 1748. En ese
mismo año, fue nombrado patrono de Navarra por la Diputación
del Reino. Por sus viajes a Oriente y su empeño evangelizador,
Javier ha merecido el título de patrono de las Indias y las Misiones
católicas desde 1927, y desde 1952 es patrono del sector del
Turismo.
Para conmemorar la elevación a los altares de Francisco de
Javier, se creó la Novena de la Gracia en las mismas fechas de su
canonización, que coinciden con el comienzo de la Cuaresma
cristiana, de modo que la expresión Javierada adquiere un fuerte
sentido penitencial.
Javieradas de la “Hermandad de Caballeros Voluntarios de la Cruz” de 1940 a 2015. Las 75 Javieradas diocesanas desde
1941.
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Quizás sea por el ejemplo de Javier por lo que Navarra
conserva en 2015 su vocación misionera, que le ha hecho
universalmente fértil en el ámbito de la fe católica. Es muy posible
que en 2015 Navarra viva, en esto y otras muchas cuestiones
religiosas, lo que se llama de rentas, debido a la tremenda crisis
religiosa que los navarros están atravesando, de la que son
responsables muchas de sus élites. En nuestra sociedad
democrática muchos suelen echar sus responsabilidades a
espaldas del sufrido pueblo, quizás para aligerar su suya propia.
Como señala el historiador medievalista y archivero don
Javier Fortún, San Francisco Javier se ha convertido “en signo de
identidad para Navarra y los navarros”.
Pues bien, si ésta es la persona que recordamos con una gran
afecto y devoción, ¿qué decir de los que peregrinan a Javier todos
los años? ¿Quiénes fueron los primeros peregrinos? ¿Cuándo fue
la primera Javierada?
* * *
2. Las primeras peregrinaciones al castillo
de Javier no fueron propiamente Javieradas.
Poco a poco nos sumergimos con gusto y algo de nostalgia
en las páginas de la historia. ¿Cómo surgieron las realidades que
Javieradas de la “Hermandad de Caballeros Voluntarios de la Cruz” de 1940 a 2015. Las 75 Javieradas diocesanas desde
1941.
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celebramos hoy? Aparecieron como todo lo grande, con el paso
lento y seguro de una sociedad en el ejercicio de sus libertades y
en marcha, con la suma de iniciativas individuales, de grupos, y al
fin colectivas.
El 5-III-1886, miles de navarros peregrinaron a Javier según
sugirió la Diputación Foral, para agradecer al santo patrón el
haber librado a Navarra de una epidemia de cólera morbo que
tantas muertes había causado en el resto de España. La
peregrinación se hizo por todos los medios disponibles en aquella
época y no sólo a pie. Llegaron más de 20.000 peregrinos, lo que
es una cifra altísima, lo que refleja el fervor por el santo patrono
así como la capacidad de convocatoria de la Diputación Foral de
Navarra. En la calle Bajada de Javier del Casco Viejo de Pamplona
o la vieja Iruña, en la fachada lateral de la parroquia de San
Agustín, hay una inscripción que recuerda este hecho.
“Peregrinación / pamplonesa y navarra / al / Castillo de Javier/ 5 de abril de 1886”
(Foto: JFG 2015)
Hace más de cien años, en 1895 el obispo de Pamplona
organizó una marcha a Javier contra el horrible pecado de la
blasfemia. Cinco lustros después, en 1922 se peregrinó a Javier en
el tercer centenario de la canonización del santo patrón,
celebración que organizaron los PP. Jesuitas, tan queridos por
todos. En 1958 el periodista López-Sanz recordará la
peregrinación que, en 1934, tras la expulsión de la Compañía de
Jesús y con los nuevos aires de libertad de la República, realizaron
varios jóvenes de Valtierra, “todos los cuales irían después a
peregrinar por España en la Cruzada” (1). También el 12-III-1939
Javieradas de la “Hermandad de Caballeros Voluntarios de la Cruz” de 1940 a 2015. Las 75 Javieradas diocesanas desde
1941.
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un grupo de peregrinos viajó en tren hasta Javier para pedir al
Santo el final de la guerra (2). En el semanario diocesano “La
Verdad” (3), se recogen actualmente varias fotografías de estos
importantes momentos para Navarra, y a él remitimos al lector.
El lector se acerca poco a poco a la decisión final del obispo
de Pamplona, mons. Marcelino Olaechea Loizaga –hoy en proceso
de beatificación-, de convocar una marcha para toda la diócesis de
San Fermín.
A fines de 1939, concretamente el 3 de diciembre –fiesta
de San Francisco Javier en el calendario litúrgico-, un grupo de
voluntarios de los Tercios de requetés en la guerra de 1936 o mejor
Cruzada, realizó su peregrinación en acción de gracias a Javier por
terminar con éxito, y sanos y salvos, la Cruzada, como se lo habían
prometido solemnemente al santo patrón. Así de comprensible y
sencillo. A pesar de un día invernal, un grupo de excombatientes
realizó la peregrinación, aunque otros y sus familiares la
suspendieron, acordando realizar una marcha en marzo del año
siguiente, el inmediato 1940. Ese, ese es el espíritu de
reciedumbre, no blandengue ni timorato, perseverante, que se
actualiza en cada Javierada. Ese es el espíritu que hizo posible los
grandes ideales de Cruzada, de acción de gracias, de actualización
de una Fe hecha obras, y que cada año recordaba la Hermandad
en sus convocatorias a Javier desde 1940.
No en vano, resulta que fueron precisamente dichos jóvenes
de 1939 en quienes Mons. Olaechea Loizaga fundó la Hermandad
de Caballeros Voluntarios de la Cruz en el monasterio de Irache el
día 26-XII-1939. En el archivo de la Hermandad se conservan los
documentos originales de dicha erección (4).
Es en los días en que esto se escribe de 2015, cuando en
otros textos hemos dejado constancia de la persecución que buena
parte de los actos de esta Hermandad están sufriendo desde un
bloque de escaños del Parlamento de Navarra. No, por cierto, se
sufre hoy por la Javierada de marzo. En efecto, dicha Hermandad
se resiste a la dejación de sus derechos cívicos –y en su caso
obligaciones morales- en relación con la cripta del monumento de
Navarra a sus muertos en la Cruzada, se resiste a que se quiebre
su libertad religiosa como institución católica, se resiste a que se
vulnere su intimidad, se resiste al guerracivilismo que algunos
republicanos y secesionistas ideologizados –así lo expresan sus
banderas en sus concentraciones- de orientación marxista
promueven, se resiste a la desmemoria colectiva, al enredo y al
“totum revolutum” para manipular mejor, se resiste a la continua
manipulación de intenciones y hechos realizada por quienes
Javieradas de la “Hermandad de Caballeros Voluntarios de la Cruz” de 1940 a 2015. Las 75 Javieradas diocesanas desde
1941.
9
admiten entre ellos a quien poco o nada tiene que enseñar y sí
mucho de qué arrepentirse, y se resiste al dominio de la llamada
dialéctica –vencer que no convencer- y actos de fuerza psicológica
sobre la verdad (5).
Las campañas ideológicas orquestadas hoy día por colectivos
de presión contra lo que queda del Monumento de Navarra, al que
no perdonan y que desearían ver destruido o totalmente
apropiado para dictaminar absolutamente sobre él, escudadas con
hipocresía en las parcelas de bien que esgrimen, responden a
estrategias demasiado conocidas y al cómodo silencio de una
sociedad adormecida, que se reconoce impotente –perdidos sus
derechos ante el Estado que tiene la última palabra en todo- y
hastiada. Al final, dan gato por liebre, y diciendo una cosa
persiguen otra. ¿Dónde queda la tan cacareada “libertad”? ¿Dónde
la libertad para no desmentirse a sí mismo y de no dar la puntilla a
la memoria católica de Navarra, de la Navarra de nuestros padres,
abuelos y todas las generaciones anteriores? ¿No se es
actualmente objeto de una durísima presión psicológica –el
hombre ansía la paz- que sólo los fuertes pueden resistir y
sobreponerse con el bien?
Sirvan las líneas precedentes para enmarcar este trabajo
histórico en todas sus coordenadas como contraste con las
malevolencias del presente y los problemas de actualidad. No en
vano la Hermandad de Caballeros Voluntarios de la Cruz, que es
canónica, desarrolla su vida hoy desde hace 76 años, es decir,
durante tres generaciones, desde aquel 26-XII-1939 en que el
obispo de Pamplona mons. Olaechea Loizaga la fundó en el
monasterio de Irache para conservar vivo el espíritu católico de la
Navarra de entonces en defensa de la religión católica y la Patria
contra el comunismo, el laicismo beligerante e impositivo y la
persecución religiosa.
* * *
3. El nombre Javierada
¿Por qué se creó y triunfó el término Javierada, y no el de
marcha a Javier?
Mons. Olaechea se dirigió a la Hermandad de Caballeros
Voluntarios de la Cruz que estaba en el monasterio de Irache en
febrero de 1940, con el término “espíritu de Javier”,
impulsando así lo que de hecho será la primera Javierada en 1940.
Como esta peregrinación fue un éxito, al año siguiente mons.
Javieradas de la “Hermandad de Caballeros Voluntarios de la Cruz” de 1940 a 2015. Las 75 Javieradas diocesanas desde
1941.
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Olaechea convocó otra para toda la Diócesis en 1941. Pues bien, el
término Javierada lo utilizó, “inventó” y acuñó Mons. Marcelino
Olaechea Loizaga por tres veces cuando se dirigió a los peregrinos
a Javier el 8-III-1941.
La Javierada se planteó como la continuación religiosa y en
la paz del espíritu religioso que llevó a Navarra a una Cruzada
defensiva. Este vocablo no se hizo oficial hasta 1945-1946, y
aunque se empleó rara vez en la década de los cuarenta y
cincuenta (Arregui), más tarde se consolidó en la prensa (Javier
Fortún). Este tema lo explica muy bien el concienzudo historiador
José Miguel Arregui Garbizu en su trabajo “Javierada versus
Marcha a Javier. Historia de una polémica”, publicado en 1998, y
que aborda algunos aspectos tratados en este trabajo (6).
En 1960, el P. Valeriano Ordóñez (seud. Is-Orval) identificó
en la prensa como “prejavierada espontánea y heroica”, a la
realizada por los voluntarios de la Cruzada - jóvenes de carrera o
bien de campo- “apenas pudieron dejar el fusil”, es decir, a las
marchas de de los excombatientes de 1939 y 1940. El autor deja el
nombre Javierada para la de 1941, denominando como
prejavierada a las dos peregrinaciones anteriores (7). Ese día, el
mismo periódico que recogía su escrito, mantenía el término
Javierada frente a los que querían sustituirlo por el de marcha a
Javier, propio de unos u otros hablistas indignados.
Nosotros preferimos aplicar el término Javierada a todas las
marchas o peregrinaciones impulsadas por el señor Obispo,
incluyendo la Javierada del 19 de julio según dijo expresamente el
mismo Olaechea, la peregrinación de 1940, la Javierada
Diocesana de 1941 y las de años después.
Preferimos hablar de Javierada sabiendo que algunos
clérigos de la organización quisieron en su día modificar e
imponer el nuevo término de marcha a Javier. Su intento supuso
un tira y afloja a mediados de los sesenta con la realidad
sociológica y la costumbre. Ignoramos sus intenciones, y desde
luego no pudieron alcanzar su propósito. Lo que no era posible era
desnavarrizar a los navarros, cambiando el estilo que iban
creando, o sustituir con un talante purista –“progresista” lo
llamaban- lo particular por un término genérico y desarraigado.
También se barajaron otros términos como “javierina”,
“javierano”, “navarrada” (8). Que la palabra Javierada suene raro
como dice el autor (9) quizás olvide que en Navarra se habla de la
muchachada, y que si bien la peregrinación a Javier es para todos,
sobre todo lo es para los muchachos.
Javieradas de la “Hermandad de Caballeros Voluntarios de la Cruz” de 1940 a 2015. Las 75 Javieradas diocesanas desde
1941.
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Javierada, es un nombre que poco tiene que ver con una
romería festiva. Javierada, es un término que no responde a un
mero peregrinaje devoto. Javierada, es naturalmente testimonio
de la Fe de una época, de todo un pueblo, de cada peregrino de
cualquier sexo, edad y condición capaz de un arrepentimiento
personal y reencuentro con la Persona de Cristo. Javierada, es la
huella o marca que deja el fuerte sabor de una ferviente
demostración -personal y colectiva- de súplica y de Fe, que expone
a cada cual y de forma confiada al amor de una madre –como si
del pequeño Francisco se tratara-, dejándose convertir al fin en
matojo o matorral –tomillo, romero y retama- quizás seco pero
siempre oloroso de buenas esencias. Junto al espino crece el
cardo, y junto al cardo la higuera. En fin, Javierada es convertirse
y hacerse a lo Javier.
Sí, la peregrinación a Javier, la Javierada, la “inventó”
mons. Olaechea, y debe aplicarse a la peregrinación realizada por
la Hermandad de Caballeros Voluntarios de la Cruz -Hermandad
canónica- bajo su impulso y auspicios la noche del 9 al 10 de
marzo de 1940.
Imagen en un folleto de las Javieradas (Archivo HCVC)
* * *
Javieradas de la “Hermandad de Caballeros Voluntarios de la Cruz” de 1940 a 2015. Las 75 Javieradas diocesanas desde
1941.
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4. Nuestra aportación
LA DIFICULTAD relativa al nombre está -hoy día- más que
superada. Nuestra pregunta es: ¿cuál fue la primera Javierada?
¿Fue la del 8 y 9 de marzo de 1941, convocada por Mons.
Marcelino Olaechea Loizaga, cuya realización encargó a la
Hermandad de Caballeros Voluntarios de la Cruz y a la Juventud
masculina de Acción Católica? ¿O ésta fue la segunda? ¿Hubo
alguna Javierada anterior?
Esta pregunta la sugería en 2010 el redactor del artículo de
“Diario de Navarra”, al titular su reportaje expresando: “Y ya van
70 Javieradas (o 71…)”, para hablar sobre la peregrinación de la
Hermandad de Caballeros Voluntarios de la Cruz en 1940,
realizada con las bendiciones y presencia de Mons. Olaechea al
comienzo y al final de la misma (10).
Aunque esto se ha puesto indirectamente de manifiesto en
las fotografías de las primeras Javieradas recogidas en los
artículos de prensa del año 2015 -siempre hay una imagen de la
peregrinación de 1940 más que de los años 1940-, sin embargo ha
quedado relegado en la divulgación oficial del 75 aniversario de las
Javieradas diocesanas, convocadas directa y expresamente por el
señor Obispo para toda la Diócesis. De ahí nuestra aportación de
historia. Sin embargo, reconocemos con gusto que mons.
Francisco Pérez González, actual arzobispo de Pamplona,
mencionó al obispo mons. Marcelino Olaechea Loizaga y a la
Hermandad de Caballeros Voluntarios de la Cruz en su homilía
en la primera Javierada del presente 2015.
En realidad, para la Hermandad el presente 2015 ha sido el
76 aniversario como tal Javierada. Casi siempre ella distinguió
entre el inicio de esta peregrinación impulsada por el Obispo en
1940 y la Javierada diocesana de 1941 y de años sucesivos.
Cuando no lo hizo fue por mostrarse siempre muy unida a la
Javierada diocesana. Decimos que en 2015 ha sido la 75 Javierada
diocesana, pero decimos mal porque propiamente es la 74, pues
en 1947 la Javierada diocesana se suspendió por concentrar todos
los esfuerzos en recibir al nuevo obispo. Por el contrario, también
dicho año la Hermandad realizó su peregrinación.
Tras 1941 la Hermandad fue a Javier con Acción Católica
diocesana, aunque conservando cada asociación su propia
identidad, aunque llegará un momento en que ambas se
distanciarán. Parece que la iniciativa del distanciamiento fue de la
Javieradas de la “Hermandad de Caballeros Voluntarios de la Cruz” de 1940 a 2015. Las 75 Javieradas diocesanas desde
1941.
13
organización, quizás para despegarse de la Hermandad. Hoy día,
la Hermandad realiza la Javierada, con su cruz y, en 2015, con
varias cruces, una bandera y capotes, totalmente inserta en la
peregrinación general.
* * *
5. La marcha a Javier del 3-XII-1939
LOS HAY QUE MADRUGARON con su propio estilo. Fue el
atrevimiento de los pioneros. Pasado el tiempo, la Hermandad de
Caballeros Voluntarios de la Cruz dirigió una carta al semanario
diocesano “La Verdad”, con fecha del 26-IV-1969, aclarándole
“Sobre quién fundó las ‘Javieradas’”. Este artículo la Hermandad
respondía a la editorial de “La Verdad” del 23-III-1969 titulado:
“El Javier, todos de acuerdo”. Firmaba su prior don José María
Echarri Loidi, y se anota en la copia que “no contestó ni aclaró
nada La Verdad”.
En dicho artículo, la Hermandad demostraba que el
fundador de la Javierada (Javierada diocesana) de 1941, dirigida
“A los jóvenes de la Diócesis”, fue mons. Marcelino Olaechea y no
el prestigioso y querido sacerdote que fue don Santos Beguiristáin.
Para ello citaba el B.O. de la Diócesis (circular 15-II-1941, p. 56).
Lo mismo hizo en 1942 (circular 15-II-1942, B.O. p. 54).
A continuación la aclaración de la Hermandad mencionaba
los antecedentes de las marchas penitenciales a Javier. Se refiere a
la realizada la noche del 2 al 3-XII-1939 por entre 25 y 27
excombatientes, y después la de marzo de 1940. El cronista afirma
que la noche de 1939 era serena, mientras el pater José Manuel
Pascual dirá, siendo de edad mayor, que hizo un tiempo muy malo
de modo que se suspendió. Quizás no fueron todos los caballeros
que deseaban ir. El prior dice así, testificando sobre lo que vivió:
“Permítame también decirle que estas marchas penitenciales
tuvieron sus antecedentes.
Hubo quienes en los frentes de batalla, durante la Cruzada,
hicieron la promesa de peregrinar a pié a Javier desde Pamplona,
los que “quedaran supervivientes”, para dar gracias a Dios por
medio de Javier por la gracia que les otorgara y para rogar por las
almas de los que murieran.
Esta promesa se cumplía la noche del 2 al tres de Diciembre
de 1939.
No recuerdo exactamente si éramos 25 ó 27 excombatientes,
todos requetés, salíamos en peregrinación para Javier sobre las
Javieradas de la “Hermandad de Caballeros Voluntarios de la Cruz” de 1940 a 2015. Las 75 Javieradas diocesanas desde
1941.
14
seis y media de la tarde del 2 de Diciembre. La noche era serena. A
la mañana del 3, festividad de San Francisco Javier, se llegaba al
Castillo para oir la santa Misa y recibir la santa Comunión. De la
expedición, solamente, llegaron 18. El resto, debido a lesiones en
los piés y a desfallecimientos sufridos, pues, ya sabe, que el ayuno
eucarístico había que observarse entonces desde las doce de la
noche anterior. Cumplidos los deberes religiosos, se daba cima a la
promesa. Después un buen desayuno en la Hospedería “Javier, hoy
desaparecida, una visita de cortesía a los PP. jesuitas, un obsequio
de éstos a los peregrinos y todos contentos y satisfechos
regresamos a la ciudad” (se respeta la grafía del original) (Archivo
de la HCVC).
De ésta peregrinación no se han conservado fotografías,
aunque en el archivo de la Hermandad hay aparato gráfico de
diferentes Javieradas.
En 1966 un tal V.D.A. recogía la peregrinación de 1939 aún
sin citar la fecha, situándola poco antes de la creación de la
Hermandad por Mons. Olaechea que fue el 26-XII-1939. También
se explayaba sobre las Javieradas que desde entonces hasta ese
momento hicieron los de la Hermandad ininterrumpidamente, a
pesar del agua, la nieve y el frío, y “sin preocuparse de si
marchaban muchos o pocos”, continuando “mientras las fuerzas
se lo permitan, que cada vez son más flacas” (11).
* * *
6. La primera Javierada de 1940
6.1. El nombre
LLEGÓ LA HORA. Creemos que a la peregrinación de 1940
sí puede llamarse Javierada aunque éste nombre lo utilizó
Mons. Olaechea en 1941, que es el año cuando, en su Circular,
llamó a la juventud navarra a peregrinar a Javier.
¿Qué motivos podemos aportar? El principal es que la
peregrinación a Javier de 1940 fue impulsada y convocada por el
Sr. Obispo de Pamplona. Además, fue realizada por una
Hermandad canónica y de ámbito diocesano aunque la iniciativa
fue particular. Fue el inicio de un gran período y no una
peregrinación esporádica como las ya mencionadas de 1886, 1895,
1922, 1934 y 1939. Incluso tuvo sus imitadores el mismo año 1940.
Decimos que inauguran un período, porque la hermandad era una
institución que como tal tenía vocación de permanencia. Además,
Javieradas de la “Hermandad de Caballeros Voluntarios de la Cruz” de 1940 a 2015. Las 75 Javieradas diocesanas desde
1941.
15
no fueron cinco amigos sino más de 40 desde Pamplona para
alcanzar la suma de entre 200 a 300 personas, lo que era un
número muy considerable en esas circunstancias. A partir de
1940, la virtud de la piedad cristiana de encomendarse al santo
patrón al inicio de la cuaresma fue una constante firmemente
asentada.
Que la primera Javierada fuese la de 1940 también lo indica
el historiador José Andrés-Gallego al decir:
“Se forjaron además tradiciones nuevas. En 1940, nació la
javierada. Surgió por obra de combatientes y familiares suyos que
habían prometido ir el peregrinación a Javier si regresaban salvos
(…). Al año siguiente, en 1941, el obispo –Marcelino Olaechea, que
fue quien bautizó la peregrinación, desde el primer momento, con
el nombre de javierada –hizo una convocatoria formal y, en
adelante, la organizó la Acción Católica ” (12).
El pie de foto dice así: “Las javieradas nacieron después de la
guerra, en 1940, organizadas por los Caballeros Voluntarios de la
Cruz, una sociedad de excombatientes erigida por el obispo
Olaechea en 1939”
Reafirmamos los textos de Andrés-Gallego, mientras
precisamos que los Caballeros no eran una sociedad sino una
Hermandad canónica, que su carácter de excombatientes no era
definitorio porque en su seno admitía que hubiese parientes e
hijos de los cruzados, y que en 1941 la organización de las
Javieradas corría parejas entre la Hermandad y la Acción
Católica, aunque con el tiempo la organización desplazase a la
Hermandad, que lo advirtió con mucho pesar.
* * *
6.2. El espíritu de la Javierada de la
Hermandad.
La Hermandad llevó a todas las Javieradas su propio
espíritu fundacional recogido en sus Reglas (o Estatutos), que era
mantener el espíritu religioso de Navarra en la Cruzada, y
defender la Cruz y a España hasta el extremo si fuese necesario
como si de una antigua Orden de caballería se tratase. Era una
Hermandad canónica que como tal no chocaba con el partido
único –al que los carlistas eran tan contrarios- del Régimen. Por
eso, no era una Hermandad política. Esto último quedó claro
muchas veces, por ejemplo en los actos celebrados en el pueblo de
Javieradas de la “Hermandad de Caballeros Voluntarios de la Cruz” de 1940 a 2015. Las 75 Javieradas diocesanas desde
1941.
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Vidaurreta (Val de Echauri) el 14-IV-1941, donde por la tarde
ingresaron nuevos caballeros. Este pueblo siempre estuvo muy
unido a la Hermandad, acudió a muchos actos y a todas las
Javieradas. Antes del responso oficiado por el Obispo, este –según
el cronista- dijo que:
“La Hermandad, dijo, no es política, ni puede ser política, el
Prelado en ese caso ni la amparará, ni la alentará. La Hermandad
es por encima de todo religiosa y por ende patriótica. Animó a los
Hermanos al cumplimiento exacto de sus deberes religiosos,
morales y patrióticos” (Acta a máquina en hoja suelta).
Tras la fundación de la Encomienda local en Vidaurreta, el
Capítulo reunido en Palacio episcopal el 16 de abril pensó
organizar la Hermandad en La Rioja y otra en la villa de Madrid.
Este espíritu es recurrente en todos los Actos de la
Hermandad, incluida la Javierada anual. Así, llegó el año 1947,
festividad de Cristo Rey, en el que el subprior don José-Ángel
Zubiaur expuso en la basílica del castillo de Javier las razones que,
en dicho mes de octubre, habían impulsado a la Hermandad a
nombrar a San Francisco Javier su Hermano Mayor,
estableciendo un paralelismo espiritual entre la vida apostólica de
nuestro santo misionera como primer caballero voluntario de la
Cruz (“El Pensamiento Navarro”, 28-X-1947).
A nuestro parecer, es SAB (seud. Francisco López-Sanz)
quien mejor retrató el espíritu de los que hicieron la peregrinación
de 1939 y la Javierada de 1940, que, según la abundante
documentación conservada, el prior recordaba en todas las
sucesivas peregrinaciones anuales. En su artículo con ocasión de
los 25 años del “renacimiento javierano”, López-Sanz recuerda y
enfatiza la naturaleza de Cruzada de 1936, el carácter de antigua
Orden religioso-militar de la Hermandad, y que el arranque de la
marcha a Javier fue en 1940, y no en 1939, seguramente –añado-
porque sólo en 1940 hubo participación del obispo de Pamplona,
pues las anteriores habían sido iniciativas privadas. Dice así:
“En realidad, en 1940 tuvo el arranque la marcha a Javier,
aunque fuese más tímidamente, con menos aparato y
concurrencia, pero de aquella fecha empezó a tomar cuerpo en
serio el peregrinaje a Javier, dándole empuje, ánimo y fortaleza los
hombres de Navarra, los del catolicismo recio y no blandengue o
timorato; los de las afirmaciones contundentes que no entendían
de medias tintas ni querían servir a dos señores; los abnegados y
heroicos caballeros de la Fe y de la Verdad que cuando luchaban
sufrían contra los perseguidores de Cristo, que cerraron y
allanaron el Castillo de Javier, destruyeron millares de Casas del
Javieradas de la “Hermandad de Caballeros Voluntarios de la Cruz” de 1940 a 2015. Las 75 Javieradas diocesanas desde
1941.
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Señor, martirizaron a siete mil de sus ministros –entre ellos trece
prelados- y santas mujeres desposadas con Él; rechazaron los
cantos de sirena de la “mediación”, lanzada, también con la mano
de la hipocresía tendida, a favor de los vencidos que no habían
querido convivencia alguna, cuando perseguían y tenían todos los
resortes del poder, sino la persecución y el exterminio”.
Este era el preámbulo, porque a continuación López-Sanz
desarrollaba el espíritu de la Hermandad en su marcha a Javier
desde 1940, y recogía las interesantísimas palabras que mons.
Olaechea predicó a los peregrinos al marchar ya de atardecida
hasta el castillo:
“Con qué fervor, entusiasmo y fe religiosa tomaron parte en
las marchas a Javier, que eran las marchas de la paz, los que la
conquistaron a tan caro precio con sus incalculables sacrificios en
la guerra, sin retroceder ni ceder, porque sólo retroceden los que
no tienen razón, los que se presentan en la lucha inmovilizados por
la prudencia de la cobardía. Por eso, el primer capellán de la
Hermandad de Caballeros de la Cruz, el ya citado monseñor
Olaechea, decía en la tarde en que se disponían a salir para Javier:
“Nuestra Hermandad es religiosa y castrense, y tiene la
virtud de la obediencia porque en la obediencia al Superior está la
buena armonía y el éxito; y como es religiosa y castrense, la
prudencia nos es antipática, porque la Hermandad tiene en
espíritu de la acción y la valentía, y ese espíritu de los Caballeros
de la Cruz no se defiende con prudencia sino, si es preciso, con
agresividad y energía; no con prudencia se defiende la causa de
Dios y después la de la Patria”. Y todavía recomendaba:
“Conservad el espíritu que os llevó a la lucha”.
Estas palabras de mons. Olaechea nos interesan
especialmente, pues las pronunció en 1940 y no he encontrado
documento que las recoja en el Archivo de la Hermandad.
Con este singular espíritu religioso –continuaba López-
Sanz- la Hermandad inició y continuó las Javieradas durante 25
años, espíritu religioso que hizo posible la Cruzada y que se quería
transmitir a los descendientes. Dicho espíritu se reflejaba en las
Reglas de la Hermandad, reafirmadas en nuestros tiempos de
crisis y profundizadas por mons. Sebastián en 2006.
La represión realizada por el comunismo en el Este de
Europa, exigía a la Hermandad incidir en la Cruzada española
frente al comunismo de ésta manera:
“(…) Juramos, al recibir el Hábito, defender la Cruz en toda
ocasión y momento, como lo hicimos a lo largo de la Cruzada
Javieradas de la “Hermandad de Caballeros Voluntarios de la Cruz” de 1940 a 2015. Las 75 Javieradas diocesanas desde
1941.
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Nacional contra el comunismo negador de toda libertad humana y
religiosa, y hoy parece que se moderno bárbaro, se dispone a
sepultar a media Europa en el caos de la irreligión y de la barbarie.
Se ataca a la Cruz en aquellas tierras mártires, y se hace preciso
que cuantos hacemos de ella guía luminosa y consoladora de
nuestra vida, templemos nuestro ánimo para estar siempre
dispuestos al sacrificio si necesario fuera. (…)
Ante un mundo materializado, calculador, egoísta, que se
rasga las vestiduras ante la persecución desatada por los modernos
nerones, mientras los admite en sus organismos internacionales,
gritemos nuestra condición de españoles católicos, enemigos de
medias tintas, marchando MAÑANA DIA CINCO ¡a Javier,
cantando nuestra Fé católica el compás de nuestra marcha a pié!
¡Frío, fatiga, piés lacerados, incomodidades, todo, por Javier, por
el Papa, por Cristo! (…) (Llamamiento para la Javierada de 1961,
Archivo de la HCVC).
Este espíritu originario y actualizador debía entenderse en
su adecuada dimensión. Tras cualquier conflicto -si lo hay- sucede
la paz, y en la paz se deben unir siempre todos los que aman la
Cruz, que en nuestro caso es la enseña que lleva a Javier, siendo
Javier quien nuevo y con más entusiasmo de nuevo nos lleva a la
Cruz. La Cruz, según López-Sanz, era el signo de la paz y unía a
todos por igual, piensen en lo particular como sea.
Después del polémico y anónimo artículo del 22 de febrero
en defensa de la Hermandad frente a los que querían monopolizar
la organización de las Javieradas y dejar a aquella de lado, el 5-III-
1961 Francisco López Sanz (SAB) aclaraba una cuestión que -a
vista de los menos formados- podía entorpecer la comprensión de
la presencia de la Hermandad en Javier. Quizás así salía al paso de
quienes deseaban desplazar a la Hermandad de la organización de
las Javieradas por su carácter religioso-patriótico y de alguna
manera castrense. López-Sanz insistió en qué llevaban de común
todos a Javier, y qué se pensaba al hablar de Javierada,
¿Qué se llevaba en común?: la Cruz, que es de todos.
“(…) A Javier se va en son de paz y de hermandad y que no
vez ni quiera nadie ver otra cosa. Porque hasta quienes marchan
con atuendo de la Cruzada, lo llevan por recuerdo de ésta, gracias a
la cual es posible, en paz y en orden, celebrar concentraciones
religiosas, emocionantes manifestaciones de fe y de piedad que en
otro tiempo, aunque se apodase de libertad, hubieran sido
calificadas arbitrariamente de provocaciones… Van con ese
atuendo porque son Caballeros de la Cruz, de la Cruz que es su
única arma; de la Cruz que fue su escudo y su guión en la guerra;
de la Cruz que les presidió en los parapetos, ante la que rezaron el
Santo Rosario con fervor de penitentes; de la Cruz que les
Javieradas de la “Hermandad de Caballeros Voluntarios de la Cruz” de 1940 a 2015. Las 75 Javieradas diocesanas desde
1941.
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acompañó en las marchas y en los combates, en las horas alegres y
en los momentos tristes; de la Cruz que fue con ellos a todas partes
y que regresó con los que quedaron el día que resonó el clarinazo
de la victoria. Y caballeros de la Cruz son cuantos peregrinan a
Javier porque todos la aman, la bendicen, la aclaman y la adoran”.
¿Qué se identificaba como Javierada?: la Cruz, que es para
todos:
“En Javier, que es de todos los navarros, como el Santo es el
Patrono de Navarra entera, caben todos los que van con el mismo
fin y alentados por el mismo ideal: por ese ideal tan navarro, tan
generoso, tan ecuménico como el de nuestro Santo, que cuando ya
no había que luchar con las armas, como habían luchado sus
hermanos, con su temple, su espíritu y su valentía se propuso
luchar por un ideal más elevado, más grande, más universal y
eligió la Cruz por toda arma y con ella se lanzó a evangelizar tierras
y conquistar almas y corazones para Cristo. Todos vamos y
debemos ir a Javier con el mismo pensamiento, con la misma
ilusión, con igual finalidad y pensando que todos somos hermanos;
que sobre nuestras ideas particulares, coincidimos en un ideal
superior, religioso y navarro, de admiración al Jesuita insigne, al
misionero portentoso, al Apóstol que fue faro de la Cristiandad en
el lejano Oriente, que en los primeros años del siglo XVI, el siglo
de oro por tantas razones para la España imperial y católica,
naciera al abrigo de los muros, fosos y defensas medievales del
Castillo de Javier (…)”
¿Qué concreciones tenía la Cruz? La Verdad, la religión, la
obediencia a la Iglesia, y el buscar la unión de todos hasta destruir
todas las pequeñeces que disminuyen la fuerza de esa unidad:
“Los navarros que sentimos y creemos, que somos hijos
sumisos de la Iglesia, que nos unen tantas cosas afectivas, pero,
sobre todas, el ideal religioso, nuestra fe robusta y terminante, sin
concesiones al error ni a la contradicción, tenemos que sentirnos
más unidos y más hermanados cuando marchamos por los
caminos que al Castillo de Javier conducen (…). Hermanos de
verdad en el amor a San Francisco Javier y unidos cada vez más en
ese ideal que estrecha y conforta, que vigoriza y anima; y unidos,
pensando en el Santo Apóstol, en rechazar, en extirpar y en
destruir todo lo que por pequeño y miserable quiera aminorar la
fortaleza de esa unidad hecha ideal javierano” (13).
* * *
6.3. ¿Cómo fue la Javierada de 1940?
Concretemos la historia menuda. En un mundo tan diferente
al nuestro como era el de 1940, con sólo el tranvía El Irati como
Javieradas de la “Hermandad de Caballeros Voluntarios de la Cruz” de 1940 a 2015. Las 75 Javieradas diocesanas desde
1941.
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medio moderno y más comúnmente las albarcas como calzado,
¿cómo transcurrió la peregrinación de marzo de 1940? Una
sociedad mucho más formalista y de costumbres que la nuestra,
dejaba constancia de un hacer que se repetirá año tras año. El
cronista del artículo citado de 1969 recoge lo siguiente:
“En marzo del año 1940, los que el año anterior no pudieron
culminar la peregrinación, junto a otros muchos que la hicieron en
Diciembre del año anterior unidos a otros más, emprendieron la
segunda marcha penitencial a pié desde Pamplona, en número que
rebasaba los cuarenta peregrinos. Esta vez la marcha tuvo una
variante. Al llegar al cruce de Liédena, se tomó la carretera de Yesa
y de aquí se siguió hasta Javier. Esta vez llegaron todos. Esta vez,
también, todos eran antiguos componentes de Tercios de
Requetés”.
Y añade a continuación:
“Durante todo este año, peregrinaron otros muchos
excombatientes en grupos muy reducidos, que vistieron durante la
Cruzada diversos uniformes”.
Líneas después transcribimos con gusto la remembranza de
la “primera Javierada” del 10-III-1940, escrita por uno de los
principales miembros de la Hermandad desde su fundación. No
somos el primero que lo hace, pero sí el primero que aporta el
facsímil escrito que recogen los recuerdos de una persona muy
mayor y que fue un pilar de la Hermandad de caballeros. El autor
del escrito es don José Ángel Zubiaur Alegre, abogado que trabajó
en la diputación Foral de Navarra, político, diputado foral, orador
y ensayista, que fue hermano de Armas de Tercio en “Radio
Requeté de Campaña” de aita Teodoro Garralda Goyena, de Fco.
Javier Nagore Yárnoz, y de otros muchos. Escribió sus Recuerdos
en noviembre de 2004, a petición del prior de la Hermandad de
Caballeros Voluntarios de la Cruz –a la sazón don Fco. Javier
Garisoain Otero- a la que Zubiaur perteneció y sirvió en diversos
cargos, desde su fundación hasta su fallecimiento el 22-III-2012.
El texto afirma que pasaron por Sangüesa en vez de por Yesa, lo
que puede ser un lapsus de la memoria aunque también pudiera
ser que hubiese dos grupos, uno desde Yesa y otro desde
Sangüesa; así mismo, indica que en Javier no existía hospedería
cuando el texto de 1969 señala que existía una llamada “Javier”.
Se expresa con las palabras siguientes:
Javieradas de la “Hermandad de Caballeros Voluntarios de la Cruz” de 1940 a 2015. Las 75 Javieradas diocesanas desde
1941.
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“Era el año 1940 y en España había acabado la
guerra. Los que habíamos participado en ella gozábamos
de la paz, de la tranquilidad de la familia. Había que dar
gracias a Dios y pedirle que en lo sucesivo librase a la
Patria de caer en las mismas causas que produjeron la
tragedia que nos había tocado vivir.
Estas sentidas ideas fueron recogidas por el
entonces obispo de Pamplona, don Marcelino Olaechea,
que erigió canónicamente una Hermandad (canónica.
Tachado) que las perpetuase en Navarra bajo el nombre
de “Hermandad de Caballeros Voluntarios de la Cruz”,
teniendo como enseñas la Cruz y Bandera que llevaban
en alto los Tercios de Voluntarios – requetés.
¿Y qué más expresivo que iniciar su actuación esta
Hermandad peregrinando al castillo de Javier eligiendo
al santo Patrono de Navarra como medianero de
nuestras gracias por habernos conservado la vida y
traernos la paz?
Atardecia cuando en la Basília (sic. Basílica) de San
Ignacio (nota: de Pamplona) don Marcelino nos
enfervorizó a todos (tachado: en la basílica de San
Ignacio) recordándonos los primeros pasos de Javier. Alli
iniciamos nuestro camino, que seguimos, llevando al
hombre su paso, hasta la iglesia de la Milagrosa, en
donde nos despedimos, emprendiendo la marcha a
Javier, la que hoy se llama Javierada.
Por cierto que comenzamos a andar bajo la lluvia.
Aun lo recuerdo: Al frente don José Manuel Pascual,
Pater de la Hermandad, con la sotana remangada como
cuando los curas navarros jugaban a pelota en el frontón
de su pueblo; protegiéndose de la ventisca con su
paragüas, que empuñaba en ristre y con el que nos
protegía a los que le seguíamos, que éramos una veintena
de voluntarios. Asi seguimos hasta Monreal, con
intérvalos (sic.), pero a ese pueblo llegamos lo que se
llama “calados”. Menos mal que el cura nos había
preparado el aula de una Escuela como refugio con una
estufa para que nos (se)cáramos. Luego continuamos.
Idócin, con un recuerdo al guerrillero Mina. El
puerto de Loiti. La venta de Judas. La Foz de Lumbier y
las Ruinas (tachado) romanas. Liedena. Las vías del
extinto tren del Irati. La inalcanzable bombilla de la
fábrica anterior a la ciudad de Sangüesa, que parecía
Javieradas de la “Hermandad de Caballeros Voluntarios de la Cruz” de 1940 a 2015. Las 75 Javieradas diocesanas desde
1941.
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andar en nuestra dirección, y… por fin Sangüesa, que nos
dio cobijo y descanso.
En el camino, ayuno eucarístico, rosarios, anécdotas,
cantos, cansancio…
Pero aun nos (tachado) quedaba camino: las cuestas
para llegar a Javier. Era tarea mañanera. Pero más
anduvo Javier en su apostolado por tierras de Japón y
nosotros íbamos hacia su casa solar, que para finalizar se
ve (tachado) hacia el fondo: con Leyre al fondo.
Guardo una foto del grupo peregrino (tachado:
entran) entrando en el pueblo, con sus capotes, su Cruz y
Bandera. El pueblo era pobre. No había hospedería. El
santo nos recibió con los Brazos abiertos, como está en la
imagen. Por su mediación dimos gracias a Dios por las
gracias recibidas en la guerra y por la Paz.
Y terminamos con la petición de nuestro via crucis:
“Recoge, también señor, las almas de los que
murieron por tu Fé que no es fenecer, sino mudar“.
Así empezó la que se llama Javierada”. (Se respeta la
grafía) (14).
En esta peregrinación de acción de gracias y petición,
algunos de los peregrinos fueron los siguientes: el prior de la
Hermandad era Narciso Ripa, maestro de Lumbier, oficial de
Requeté e inspector de enseñanza, José Ángel Zubiaur, Jesús
Ollaquindia, Antonio Aznárez, Menchón y otros hasta sumar la
cifra de veinte andando desde Pamplona. Más adelante se sumó
un grupo de Tafalla dirigido por Florencio Aoiz –“el Templao” que
en carta del 27-II-1961 firmó como “Templau” y en otra con su
nombre de pila-, y otro grupo de Tudela con Román Añón.
Recapitulemos. De la manera como se ha contado, el 9 y 10-
III-1940 la Hermandad realizó su peregrinación desde Pamplona
y diversos pueblos navarros hasta Javier, que Mons. Olaechea
animó y apoyó con su presencia al comienzo y al final en Javier.
Los peregrinos salieron al anochecer del día 9-III-1940. El Sr.
Obispo les enfervorizó en la capilla barroca de San Ignacio de
Pamplona, y les acompañó y despidió complacido enfrente de la
Milagrosa.
Al final de la peregrinación, el pastor diocesano Mons.
Olaechea acompañó físicamente a pie a los peregrinos de la
Hermandad desde Sangüesa (¿otros fueron por Yesa?) hasta el
castillo de Javier, conservándose una fotografía en sus cercanías.
Después, el Sr. Obispo celebró la Santa Misa en el frontón de
Javieradas de la “Hermandad de Caballeros Voluntarios de la Cruz” de 1940 a 2015. Las 75 Javieradas diocesanas desde
1941.
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dicho pueblo y no en la basílica del castillo. Por entonces este
pueblo era muy pequeño –también lo es hoy- y estaba junto al
castillo, trasladándose más tarde a las proximidades para dar
origen a la hermosa explanada que es donde hoy día los
peregrinos reciben el sacramento de la confesión y asisten a la
celebración de la Santa Misa.
Tras los actos de piedad cristiana, los peregrinos de 1940
regresaron a sus casas, algunos de ellos en el tren El Irati que pasa
por la hermosísima foz de Lumbier.
¿Cuántos realizaron la peregrinación desde la iglesia de la
Milagrosa de Pamplona hasta Javier en 1940? Una veintena según
el pater José Manuel Pascual en 1990 y más de cuarenta según el
prior de la hermandad en 1969, a los que se añadieron luego el
grupo de Tafalla-Aoiz, y otro de Tudela. En la “Guía de las
Javieradas” (“La Verdad”, 2014) se indica que unos cinco mil
peregrinos recibieron la bendición de mons. Olaechea en Javier.
Muchísimos nos parecen: ¿se confundirá el redactor con la de
1941? Quizás copie a “Diario de Navarra” de 12-III-1940, que
menciona varios millares con una indudable exageración. En
realidad, según testimonio del pater don José Manuel Pascual
Hermoso de Mendoza, eran entre 200 y 300 en el castillo de
Javier (“Diario de Navarra” 25-II-1990, p. 48-49).
Interesa mucho destacar que en 1969 el prior de la
Hermandad, don José Mª Echarri Loidi, se quejaba del intento de
muchos de borrar a la Hermandad de Caballeros Voluntarios de la
Cruz. Lo decía así:
“Espero disculpe las disquisiciones habidas, que se han
apartado un poco del motivo de esta carta, pero que las hemos
escrito porque ha habido y hay por parte de muchos interés en
borrar de la memoria de estas peregrinaciones penitenciales, en
suprimir por todos los medios a los Caballeros Voluntarios de la
Cruz, cuando son ellos la “única” entidad que como tal, no ha
interrumpido sus marchas a Javier durante la Novena de la Gracia
en estos 29 años, ni aun en el año en que hizo su entrada en la
Diócesis de Pamplona el que durante tantos años fué su Obispo
primero, y primer Arzobispo, después, Excmo. y Rvdmo. Sr. D.
Enrique Delgado Gómez.
Este año que coincidía con el Domingo de Marzo dentro de la
Novena de la Gracia, la Juventud Católica suspendió la marcha de
los autobuses y por tanto, de la peregrinación, para dar mayor
realce a la entrada del nuevo sr. Obispo, y fué la Hermandad de
Caballeros Voluntarios de la Cruz la que llamó a realizar la marcha
penitencia(l) a Javier no sólo a la Juventud, sino también, a los
hombres de Navarra” (se respeta la grafía del original).
Javieradas de la “Hermandad de Caballeros Voluntarios de la Cruz” de 1940 a 2015. Las 75 Javieradas diocesanas desde
1941.
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Mons. Olaechea pudo constatar que la peregrinación de 200
a 300 fieles agrupados en Hermandad había sido la colocación de
la primera piedra, de modo que, al año siguiente, en 1941, convocó
una peregrinación diocesana que englobase a todos los navarros
y no sólo a los caballeros de la Hermandad de la misma diócesis.
* * *
6.4. Dos formas diferentes de una gran
Javierada.
Creemos que diferenciar la Javierada de 1936 por un lado y
las Javieradas de 1940 (ó 1941) y posteriores por otro, pero para
dividir y separar –y no para unirlas-, fue el motivo por lo que
algunos clérigos quisieron suprimir el término Javierada por el de
Marcha a Javier, y relegar y luego desplazar a la Hermandad como
núcleo organizador y después presencial en las peregrinaciones
diocesanas. Eso explica algunos desplantes que sufrió la
Hermandad en varias Javieradas.
La peregrinación de 1940 fue el nexo de unión entre las
Javieradas diocesanas y esa a modo de gran Javierada que, según
Olaechea, fue la del 19 de julio de 1936. En esta última fecha, lo
que sobre todo movió a los navarros fue la defensa de la Religión,
agredida por los revolucionarios durante la IIª República (no
decimos “los republicanos” aunque aquellos confundieron
Revolución y República, en contra de ésta última). En adelante, lo
que moverá a los navarros a ir a Javier será no perder ese espíritu
de profunda Fe, transformándolo en fermento de los demás
cristianos y de la sociedad entera. Nada de meras exaltaciones y
homenajes en las peregrinaciones a Javier (eso no va muy bien
con la idiosincrasia y temperamento algo seco y realista de los
navarros), nada de historicismos, sino conexión plena,
reconocimiento y respeto a lo mejor del ayer próximo inmediato
para vivir sus esencias en los problemas de cada presente y
construir el futuro en verdad y paz. Y si surgen muchos
sacerdotes, religiosos y misioneros, mejor que mejor.
Una vez realizada la gran Javierada de espíritu religioso y
reciedumbre que fue la Cruzada de 1936, según Mons. Olaechea,
su espíritu y movilización fue aprovechado como sustrato de esa
otra gran Javierada espiritual y religiosa de conversión y
apostolado a realizar, una vez acabada la Cruzada, en tiempos de
paz. Esta segunda Javierada tenía que abarcar toda la Diócesis, y
como signo externo, debía configurarse como Javierada. Pasó el
tiempo, y negar la Cruzada por motivos prácticos (y luego
Javieradas de la “Hermandad de Caballeros Voluntarios de la Cruz” de 1940 a 2015. Las 75 Javieradas diocesanas desde
1941.
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doctrinales) supuso descuajar el espíritu recio de los navarros, que
se amoldó a un mundo en crisis, con el hundimiento posterior de
la fe y costumbres cristianas.
* * *
6.5. La Javierada de 1940 como ensayo y
conexión para la de 1941
A efectos de ejecución o prácticos, primero fue la realidad
social de diversas peregrinaciones como la de varios voluntarios
requetés el 3-XII-1939, luego su prolongación realizada por la
Hermandad y dispuesta por el Sr. Obispo en marzo de 1940, y
después la convocatoria oficial para toda la diócesis en 1941.
La peregrinación de 1940 fue una consecuencia y fruto
de una nueva decisión.
Como consecuencia, recordemos que el 3-XII-1939 hubo
quienes no pudieron culminar la peregrinación a Javier, por lo que
plantearon hacerla de nuevo. Además, fundada la Hermandad el
26-XII-1939, hubo caballeros que desearon realizar la marcha
acompañando a los que ya la había realizado.
Como fruto de una nueva decisión, quizás apoyándose en lo
anterior y sin duda como preámbulo de una plausible Javierada
diocesana en 1941, fue mons. Olaechea quien planteó la
posibilidad de que la Hermandad peregrinase como tal a Javier.
Lo planteó en el monasterio de Irache, concretamente en febrero
de 1940, donde fundó la Hermandad.
La Javierada de 1940 fue el punto de partida para que el 8-
9-III-1941 Mons. Olaechea convocase la primera Javierada
diocesana de las Diócesis de Pamplona-Tudela. Fue de hecho y
seguramente como el abrir el telón a lo que luego serán 75
convocatorias de penitencia, piedad y amor sin solución de
continuidad.
¿Por qué el obispo recurrió en primer lugar a la
Hermandad? Lo hizo para lograr el éxito prudencial en el
llamamiento de la primera Javierada diocesana de 1941, para
darle un empuje combativo de naturaleza espiritual y religiosa,
para dirigir la eclosión de fortaleza cristiana experimentada
durante tres años de Cruzada, y para la reconversión de la
sociedad a Cristo como condición necesaria para no caer en las
causas que provocaron tan lamentable guerra.
En efecto, el temple de la Hermandad encauzaba y guiaba
así las peregrinaciones particulares de años atrás, la marcha de los
jóvenes de Valtierra en 1934, la peregrinación particular al castillo
Javieradas de la “Hermandad de Caballeros Voluntarios de la Cruz” de 1940 a 2015. Las 75 Javieradas diocesanas desde
1941.
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realizada por ese sacerdote ejemplar que fue don Santos
Beguiristáin y otros jóvenes –así lo recuerda éste en 1990-, y las
marchas que realizaron otros navarros en acción de gracias o
petición el mismo año 1940.
Con estos preparativos prudenciales, en 1941 el Obispo
convocará a los varones de toda la Diócesis, e incluirá como
fuerzas vivas y organizativas a la Acción Católica que tenía una
dimensión diocesana y apostólica, y a la Hermandad, también
diocesana y con un espíritu que incidía en lo castrense y la
disciplina. En 1941 la Hermandad precederá en la procesión a las
banderas blancas de Acción Católica.
En resumen, la marcha o Javierada de 1940 tuvo un valor
propio, aunque luego resultase ser el precedente inmediato de la
Javierada diocesana.
En 1968 “Diario de Navarra” reconocía que, la 29 Marcha a
Javier, “tan íntimamente ha estado ligada desde su primera
edición en el año 1940 (a la Novena de la Gracia), sin que los
motivos (de convocarla después de ella), al parecer, estén lo
suficientemente claros” (16). Por nuestra parte, la explicación es
bien sencilla, pues mons. Olaechea quiso prolongar la Fe católica,
las virtudes de generosidad y fortaleza propias del navarro, y el
impulso religioso de Navarra manifestado en la Cruzada, para una
gran reconquista espiritual y religiosa de Navarra, España misma,
y, por qué no, el mundo. ¿No se pobló el seminario de Pamplona
con más de mil seminaristas? ¿No están los misioneros de Navarra
dispersos por todo el mundo?
Esto no impide que el algunas ocasiones la Hermandad
denomina primera “Javierada” a la de 1941 (17), aunque en otras
reconoce que la Hermandad fue “la que primero instauró” la
Javierada (carta, 15-II-1961).
También las mujeres realizaron su Javierada desde la
década de los cuarenta “cuando todavía, oficialmente, la Javierada
femenina no existía…” (Beguiristáin). La sociedad será la que con
el tiempo cree la necesaria organización y no al revés.
* * *
6.6. Las fotografías de 1940
Una dificultad esencial para identificar la fecha de la
fotografía adjunta a continuación es que, en la anterior relación de
Zubiaur de 1940 no figura el nombre de Mons. Olaechea. Sólo
Javieradas de la “Hermandad de Caballeros Voluntarios de la Cruz” de 1940 a 2015. Las 75 Javieradas diocesanas desde
1941.
27
menciona al joven pater y primer delegado capellán supremo don
José Manuel Pascual y Hermoso de Mendoza (15).
Sin embargo, es seguro que Mons. Olaechea animó en
febrero de 1940 a realizar la Javierada, despidió a los peregrinos
en Pamplona, y estuvo presente en Javier.
Adjuntamos una imagen del Obispo con la Hermandad en
1940, que después compararemos con dos preciosas fotografías de
gran tamaño, que se custodian en el Archivo Histórico de dicha
Hermandad, y que dan fe de la posterior Javierada de 1941.
Que en la cabeza de la peregrinación de la imagen adjunta,
encabezada por Mons. Olaechea, exista una presencia de clero, y
se encuentre don Santos Beguiristain Eguílaz, consiliario de
Acción Católica, codo con codo con el Obispo, es comprensible
como lo era que el señor Obispo fuese acompañado por otros
sacerdotes.
Se conservan seis bellas imágenes de esta Javierada, cuatro
de ellas en el Archivo de la Hermandad, de las que en estas
páginas recogemos una.
El pie de la tercera fotografía, de “Diario de Navarra” (14-III-
2010), señala 1940, indicando la presencia de Mons. Olaechea
entre los miembros de la Hermandad en Javier.
A continuación tomamos una imagen del Via Crucis de
Sangüesa a Javier, otra de la Santa Misa celebrada en el frontón de
Javier y en la que no concelebró el pater de la Hermandad por los
motivos señalados, y una tercera una imagen de la Hermandad
con el señor Obispo enfrente del castillo del santo patrón.
Via Crucis de Sangüesa a Javier (1940). Foto de Galle.
Reproduce “La Verdad” nº 3995 (6-III-2015), p. 22-23. A la izquierda del lector, el prior
Narciso Ripa, con boina. Mons. Olaechea viste de forma diferente que en 1941.
Javieradas de la “Hermandad de Caballeros Voluntarios de la Cruz” de 1940 a 2015. Las 75 Javieradas diocesanas desde
1941.
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Esta fotografía recoge la presidencia de la hermandad de Caballeros Voluntarios de la Cruz en la
Santa Misa celebrada por Mons. Marcelino Olaechea Loizaga en el frontón del colegio de los PP.
Jesuitas de Javier, en la primera Javierada del 10 de marzo de 1940. De izda. a drcha.: Narciso
Ripa Obanos (prior, maestro en Lumbier, había sido oficial de requetés, y será inspector de
Enseñanza), don José Manuel Pascual Hermoso de Mendoza (capellán), otro caballero, Luis
Martínez Erro (2ª plano), José María González de Echávarri (con gafas, era médico, un artista con
el pincel, el formón y la gubia, y tuve el gusto de conocerle hacia 1972) y Juan Villanueva Unzu
(Foto: Archivo HCVC)
De Pamplona fueron José Ángel Zubiaur, Jesús Ollaquindia, Antonio Aznárez y un largo etc. En
total estuvieron entre 200 y 300 en Javier. El archivo de la HCVC conserva alguna foto más de
1940 que omitimos.
Javieradas de la “Hermandad de Caballeros Voluntarios de la Cruz” de 1940 a 2015. Las 75 Javieradas diocesanas desde
1941.
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Mons. Olaechea con los Caballeros Voluntarios de la Cruz en la peregrinación (primera
Javierada no diocesana) de 1940. Don Marcelino lleva las mismas ropas que en otras
fotografías conservadas de este año en el Archivo de la HCVC. Foto: “Diario de Navarra”.
* * *
7. La primera Javierada diocesana de
1941.
TRAS LOS PREPARATIVOS, COMENZÓ la Javierada de
ámbito diocesano. Esta peregrinación a Javier fue el sábado 17 y el
domingo 18 de marzo.
Después de la guerra o Cruzada, Mons. Olaechea tenía en
mente dar una oportunidad a la juventud navarra para encontrase
de nuevo con N .S. Jesucristo a través de San Francisco Javier,
estimular toda iniciativa social para lograr este santo objetivo, y
facilitar los medios y ocasiones al efecto. Es más, así como los
voluntarios de 1936 habían ofrecido su vida por la religión y la
patria común de todos los españoles, y librarla de la
secularización, la persecución religiosa y del marxismo a lo Stalin
(pensemos en la revolución de Asturias en 1934, en el tipo de
socialismo de Largo Caballero, en los grandes carteles de Stalin en
Madrid, Barcelona etc., y en la importancia cada vez mayor de los
comunistas en el gobierno republicano) ahora podrían ofrecerse
para dar un impulso recristianizador a España y, desde ella, al
mundo entero. Así había sido el impulso a lo divino de Javier en el
siglo XVI, y así podría ser el impulso a lo divino de la juventud
Javieradas de la “Hermandad de Caballeros Voluntarios de la Cruz” de 1940 a 2015. Las 75 Javieradas diocesanas desde
1941.
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navarra en el s. XX. Seguramente, el avance de la incredulidad
durante la República, cuyo anticlericalismo fue la causa principal
de la guerra –en realidad Cruzada defensiva-, moverá al pastor
diocesano de Pamplona y Tudela a impulsar la recristianización de
la sociedad navarra y, a través de ella, de España.
En 1941 Mons. Olaechea encomendó la organización de esta
segunda Javierada, y primera Javierada diocesana a dicha
Hermandad –muchos de ellos eran jóvenes voluntarios de la
guerra, entusiastas y bien curtidos- y a la juventud masculina de
Acción Católica Diocesana, de la que era consiliario don Santos
Beguiristáin Eguilaz. Más adelante, don Santos será el motor
práctico o ejecutivo de las Javieradas.
Sobre 1941 don Santos Beguiristáin aporta sus recuerdos en
1990 (“Diario de Navarra” 3-III-1990). Hasta 1941 Don Marcelino
Olaechea fue creando poco a poco un ambiente de peregrinar a
Javier, habiéndose formado “una junta pamplonesa que iba dando
cuerpo a la idea”. A esta iniciativa de 1941 se apuntaron enseguida
la Hermandad de Caballeros Voluntarios de la Cruz, los Luises y
tres colegios. Don Santos Beguiristáin recuerda lo siguiente:
“Los Caballeros de la Cruz, enlazando los ideales de la
cruzada con la organización de la marcha a Javier, se apuntaron
enseguida. Y los Luises del P. Ereño, que eran entonces una
magnífica fuerza. Luego, se sumaron tres colegios de entonces
(maristas, escolapios y salesianos). Pamplona estaba ya en camino.
Enlazamos entonces las ideas de organización de la juventud con
sus altos ideales y el santo campeón de kilómetros y de aventuras
sagradas. Iríamos todos a Javier a pedir valentía cristiana, sentido
apostólico, audacias misioneras y pureza de costumbres, sentido
de la Cruz en la primavera de la vida”.
Todo esto era una indudable vida cristiana y sentido
misionero, universal y no de campanario.
Javieradas de la “Hermandad de Caballeros Voluntarios de la Cruz” de 1940 a 2015. Las 75 Javieradas diocesanas desde
1941.
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Mons. Olaechea con los peregrinos de la Hermandad y Acción Católica delante de la basílica
de San Ignacio de Pamplona, antes de iniciar la Javierada en 1941. Se observan las banderas
blancas de Acción Católica y la Cruces y banderas de España de la Hermandad.
Javieradas de la “Hermandad de Caballeros Voluntarios de la Cruz” de 1940 a 2015. Las 75 Javieradas diocesanas desde
1941.
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Preciosa fotografía. Peregrinación de la Hermandad a Javier con Mons. Olaechea. Después
de un largo análisis, esta fotografía de Zubieta y Retegui la fechamos en 1941. “Diario de
Navarra” (3-III-1990) recoge parte de esta imagen, quizás porque codo a codo con el obispo
estaba el entrevistado don Santos Beguiristáin Eguílaz, y la atribuye a “la peregrinación de
hace cincuenta años”, es decir, de 1941 y no de 1940. La imagen siguiente de la Santa Misa en
la basílica es claramente de 1941 debido a que en 1940 la Santa Misa fue en el frontón, y a la
presencia de las banderas de los Luises -seguramente los niños que caminan en esta imagen
fuesen Luises y algunas personas sin capotes los jóvenes de Acción Católica o bien caballeros
de la Cruz sin capote-. En esta imagen de la peregrinación de 1941, el obispo lleva una
indumentaria diferente a la de 1940, y hay diferencias en la vestimenta de un pater y un laico
con sombrero respecto a la de 1940. Los fotógrafos de 1940 y 1941 son diferentes. Por último,
a ésta se refiere Fco. López Sanz, señalando la corrección que le hizo el prior José Mª Echarri
al decirle que ésta imagen era de 1941 y no de 1940, año éste último que era “el primero que
se peregrinaba”. (“El Pensamiento Navarro”, III-1971). Imagen que se conserva en la cripta
del Monumento de Navarra a sus muertos en la Cruzada. (Inédita) Foto: Archivo de la HCVC
Javieradas de la “Hermandad de Caballeros Voluntarios de la Cruz” de 1940 a 2015. Las 75 Javieradas diocesanas desde
1941.
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Santa Misa en la basílica de Javier presidida por su Sr. Obispo en 1941. Junto al presbiterio
están dos abanderados de la Hermandad, otros dos caballeros llevan las cruces, y hay
abundantes banderas blancas de los Luises. Foto: Archivo de la HCVC. Imagen que se
conserva en la cripta del Monumento de Navarra a sus muertos en la Cruzada.
(Inédita) Foto: Archivo de la HCVC
Javieradas de la “Hermandad de Caballeros Voluntarios de la Cruz” de 1940 a 2015. Las 75 Javieradas diocesanas desde
1941.
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Mons. Olaechea sentado en la cátedra a la izquierda, debajo del escudo de Armas de la
familia de Javier, y don José Manuel (o María) Pascual, pater de la Hermandad, realizando la
lectura en la basílica de Javier, foto de 1941. (Es parte de la imagen anterior).
Foto: Archivo de la HCVC
Los móviles de la Javierada en la Hermandad y el resto de
los asistentes eran espirituales y religiosos. Los miembros de la
Hermandad conectaban la Javierada más especialmente con el
ideal de Cruzada en caso de urgente necesidad, y la Acción
Católica con el apostolado, también de necesidad. Ambos ideales
se apoyaban mutuamente. El periodista Gabriel Imbuluzqueta
acota su entrevista señalando:
“El planteamiento, desde luego, no responde a un programa
político. Los de hace medio siglo no eran años para aventuras
políticas. Eran años en la que el sentido religioso dominaba
totalmente la vida de la sociedad. Eran año de, podría llamarse,
osadía religiosa” (18).
No podía perderse ni aguarse en la paz el empuje religioso
de los voluntarios navarros en la Cruzada. Tampoco la Acción
Católica podía abandonar a los jóvenes que no habían estado en la
guerra. Unos y otros, confirmados en la fe que debía reconstruir
Navarra y el mundo desde sus cimientos, eran congregados en
marcha a Javier.
El su libro Pasó haciendo el bien, don Santos Beguiristáin
recuerda que el fundador de las Javieradas fue don Marcelino
Javieradas de la “Hermandad de Caballeros Voluntarios de la Cruz” de 1940 a 2015. Las 75 Javieradas diocesanas desde
1941.
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Olaechea. Según recuerda Francisco López-Sanz, Mons. Olaechea
resumió la fundación de las Javieradas así:
“Porque, si no vamos a eso a Javier (nota: cruz a cuestas y no
blandenguería ni frivolidad), vuestro obispo, que antes quisiera
partirse la lengua que ser profeta de mala ventura, temería que la
Javierada del 19 de julio de 1936, fuera el último grito dado por la
bravura cristiana y heroicidad del mejor pueblo de la tierra”. Y
preguntaba: “¿No os parece, peregrinos, que el 19 de julio de 1936
fue una gigantesca y providencial Javierada?” (19).
Dicho espíritu se recoge en los Estatutos o Reglas de la
Hermandad canónica de 1939, en la aprobación definitiva de
Mons. Delgado Gómez en 1950, y en las Reglas de la Hermandad
actualizadas por Mons. Sebastián en enero de 2006.
Del acto de nombramiento a San Francisco Javier como
Hermano Mayor de la Hermandad, realizado en la peregrinación o
segunda Javierada anual celebrada el 26 y el domingo 26-X-1947,
se conservan las razones del nombramiento presentadas a Javier
por José Ángel Zubiaur, en las que se recuerda las preguntas que
les hizo el Obispo el 8-III-1941:
“¿No os parece, peregrinos, que el 19 de Julio de 1936 fue una
gigantesca y providencial Javierada?
¿No os parece que alentó el mismo genio de la raza y el
mismo empuje de la Fé?”
Añadamos que la Hermandad, conservando sus bienes
espirituales y sin rebajar de modo alguno sus exigencias
fundacionales, es una asociación de fieles para el s. XXI, de piedad
y no historicista. Así, honra a los nuevos beatos mártires navarros
de la persecución religiosa de 1936, cuya relación se recoge en el
semanario “La Verdad” (20) y en el libro de José Antonio
Marcellán y Santiago Cañardo (21).
La Hermandad tuvo noticia por la prensa local de la
convocatoria del Obispo a toda la Juventud navarra para
peregrinar al Castillo de Javier con motivo del IV Centenario de la
partida de Francisco de Javier hacia las Indias Orientales. Se
sumó al llamamiento, y sintonizó con la marcha oficial en cuanto
al peregrinaje, pero manteniendo su personalidad, es decir, “con
independencia en la marcha a pié y actos religiosos”. Para ello
organizó un autobús y un departamento en el tren especial El
Irati. Sin embargo, donde puso más entusiasmo fue en la
organización de los caballeros que deseaban ir a pie. La Javierada
fue de noche con todas las dificultades que ello encierra.
Javieradas de la “Hermandad de Caballeros Voluntarios de la Cruz” de 1940 a 2015. Las 75 Javieradas diocesanas desde
1941.
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Por entonces, la salida oficial de la peregrinación a Javier se
realizaba desde la basílica barroca de San Ignacio. La función
preparatoria en la iglesia de los PP. redentoristas no fue a las 6 de
la tarde del sábado 17 sino algo después, porque a las 6’30 los
Caballeros se juntaron en su sede de Carlos III, y desde ahí,
vistiendo el hábito y llevando al frente la Cruz y la Bandera,
marcharon a la Iglesia de San Ignacio. A las siete marchaban en
procesión, portando los de la Hermandad a hombros la imagen de
San Francisco, hasta la Cruz Negra situada enfrente de la
Milagrosa (los Paúles), que es precisamente la zona mencionada
por Zubiaur al explicar la peregrinación de 1940. En dicha Cruz el
Obispo bendijo a los peregrinos en su salida. En adelante, se
rompía el orden de la peregrinación que será con arreglo a las
fuerzas de los caminantes. La Hermandad fue en grupo, llevando
la Cruz y bandera izadas, rezando el Santo Rosario completo,
cantando canciones religiosas y de guerra.
En el pueblo de Monreal, a 20 km. de Pamplona, fueron
agasajados por la Hermandad local y el párroco, uniéndose ahí y
después en otros pueblos diferentes caballeros para hacer la
marcha. Al pasar por Sangüesa fueron recibidos por la
Hermandad local que llevó un gran cartel con las insignias y
leyenda de la Hermandad.
En Sangüesa se hizo una “breve parada”, para continuar “ya
de mañana” el viaje a Javier, unidos con los que habían acudido en
el tren especial. En la crónica de la Hermandad parece que ésta
hizo la marcha desde Sangüesa a Javier en solitario. La procesión
de todos los peregrinos desde Sangüesa fue a las 8:30 de la
mañana. En este año, el protocolo seguido fue que la Hermandad
fuese, al frente, la primera, con sus cruces y banderas de España,
seguida de los jóvenes de Acción Católica con sus blancas
banderas. En el trayecto se cruzaron algunos autobuses con las
insignias de la Hermandad. Los de Lumbier se sumaron al grueso
cerca del Castillo. Todos juntos entraron en el pueblo de Javier,
sumándose ahí los de Tafalla para hacer la visita a la basílica del
Santo.
La crónica de la Hermandad es tan austera y sencilla que
omite que el Obispo mons. Olaechea entró a la cabeza de
Hermandad a Javier. En la fotografía no se aprecian las Cruces ni
las banderas de la Hermandad.
Es a la salida de la visita al Santo cuando, según la crónica
de la Hermandad, ésta se sumó a las Juventudes masculinas de
Acción Católica, realizando los actos de piedad generales con
todos los restantes peregrinos. Ahora bien, es posible que parte de
Javieradas de la “Hermandad de Caballeros Voluntarios de la Cruz” de 1940 a 2015. Las 75 Javieradas diocesanas desde
1941.
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dichas Juventudes hiciera también el tramo desde Sangüesa a
Javier.
A las 9:30 se celebró en Javier una Santa Misa de comunión
para los peregrinos que habían viajado en coche o tranvía, pero no
era obligada para los que marchaban a pie.
A las 11:30 se celebró la Misa Pontifical al aire libre.
El único Acto propio de la Hermandad fue el Via Crucis, que
–según la crónica- fue concurridísimo, realizándose al aire libre a
las cuatro de la tarde. Otra fuente indica que a las tres de la tarde
la Hermandad realizaba un pequeño acto de afirmación católica y
se despedía del Santo.
Para identificarse, el prior de la Hermandad pedía a los
caballeros, llevasen o no capote, que se colocasen la Cruz roja,
insignia de la Hermandad, en su costado izquierdo, esto es, a la
altura del corazón. Así mismo, desde el inicio y final de la
peregrinación los caballeros debían agruparse junto a la enseña de
la Hermandad. Los peregrinos de los pueblos llevaban un letrero
anunciándose.
El regreso de los peregrinos a pie de Pamplona fue en un
autobús propio y el tren El Irati.
¿Cuántos caballeros se concentraron en Javier? Según la
crónica del acto fueron aproximadamente mil, a pesar de las
dificultades del transporte, por lo que la Hermandad mereció
elogios de la prensa local y abundantes felicitaciones.
No se conserva una lista de peregrinos desde Pamplona,
como sí ocurre de todos los años siguientes. Al año siguiente,
desde Pamplona marcharon a pie 56 personas, entre ellas aita
Teodoro de quien esto escribe.
En los apéndices incluimos la crónica de la Hermandad
sobre esta Javierada de 1941.
* * *
8. Las Javieradas posteriores.
8.1. Organización general
NUNCA FUE FÁCIL la Javierada. No lo es hoy y menos
entonces. La Hermandad realizó su peregrinación junto a todos
los navarros, aunque su protagonismo en la organización
diocesana fue sustituido paulatinamente a favor de la Sección
Javieradas de la “Hermandad de Caballeros Voluntarios de la Cruz” de 1940 a 2015. Las 75 Javieradas diocesanas desde
1941.
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Masculina de Acción Católica cuyo consiliario era don Santos
Beguiristáin.
Fuentes. La documentación del archivo de la Hermandad
es abundante y constante, repetitiva y recoge las dificultades y los
problemas ocurridos en diversos años. A veces estos últimos son
muy significativos. Además de los papeles sueltos, hay abundantes
datos de las Javieradas en las Crónicas anuales de uno o varios
años a la vez. También la prensa de Navarra, especialmente “El
Pensamiento Navarro”, deja un imborrable recuerdo de las
Javieradas de la Hermandad, plasmando en sus páginas sus
convocatorias e invitaciones, sus reportajes y crónicas, y algunos
problemas. En alguna ocasión la prensa afirmará que la Javierada
se inició en 1941, lo que es cierto si se refiere al ámbito de toda la
Diócesis.
La fotografía fue una asignatura pendiente en las Javieradas
de la Hermandad, aunque se conserva un aparato fotográfico de
algunos años muy interesante, que parcialmente se recoge en este
trabajo con derechos de autor de la Hermandad de Caballeros
(22).
Aprobación del Sr. Obispo. Realizada la Javierada como
Hermandad, la hacía previa solicitud de aprobación y
conformidad escrita del señor obispo. Desde 1969 inclusive, con el
cambio de arzobispo, no hay constancia de su respuesta escrita.
Ello explica que la letra de don Enrique Delgado en su última
aprobación de la Javierada de la Hermandad esté escrita con una
mano temblorosa (Pamplona, 30-I-1968). En 1970 respondía al
prior don Javier Huici, secretario particular del Sr. arzobispo y
cardenal Tabera (carta, 4-III-1970), pero más que una
conformidad episcopal hacia el fondo y forma acordado por la
Hermandad, era un agradecimiento por la atención y las
oraciones. A pesar de esta diferencia, la carta de la Hermandad era
igual a las de don Enrique Delgado Gómez. A las cartas del prior
de 1971 y años posteriores no se conserva respuesta.
A aquellos que realizasen los diferentes actos de piedad con
ocasión de la Javierada organizada por la Hermandad, el
arzobispo don Enrique Delgado Gómez les condecía 200 días de
indulgencia “por cada uno de los actos piadosos que realicen con
tan plausible motivo” (carta, 26-II-1959).
Las intenciones. Además de las intenciones propias de la
Hermandad, como la perseverancia en el cumplimiento de su
espíritu propio de “este grupo de excombatientes de la Cruzada
encuadrados en esta Hermandad” (1960), imbuidos del mismo
espíritu religioso patriótico, en cada peregrinación se sumaban
Javieradas de la “Hermandad de Caballeros Voluntarios de la Cruz” de 1940 a 2015. Las 75 Javieradas diocesanas desde
1941.
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otras intenciones, formuladas por la Hermandad o bien por el Sr.
arzobispo. Entre ellas estaban las intenciones generales de la
Santa Madre la Iglesia, Católica, el Papa reinante y las intenciones
del Santo Padre, el éxito del Concilio Vaticano II (1962, 1963,
1964), resolver el problema del confusionismo mundial (1962), las
intenciones del postconcilio (1967), “la unión de las Iglesias
separadas del rebaño del buen Pastor” (1959, 1960), la Iglesia del
Silencio (1957), los “hermanos perseguidos en las naciones
comunistas por profesar la religión católica” (1960, 1962), “los
católicos de china para que no se consume el cisma que amenaza
separar del rebaño del Buen Pastor a los católicos oprimidos y
torturados por los comunistas chinos” (1959), la precaria paz
mundial (1957, 1958) …
Los celebrantes. La Hermandad asistía a la Santa Misa
oficiada por su pater en la basílica de Javier. En 1967, la Santa
Misa celebrada por don Juan Ollo en Javier se dedicó en
homenaje a los Mártires de la Tradición y a los muertos en la
Cruzada, pues si la Hermandad celebraba la primera fiesta del 10
de marzo, el domingo era día 12 de marzo y quizás no convenía
duplicar los actos de piedad. Don Juan Ollo, acudió muchos años a
Javier como pater de la Hermandad, desde 1958 a 1974 inclusives.
En 1978 falleció don Juan Ollo Irurzun, pater que había sido
maestrescuela de la S.I. catedral de Pamplona y vicario general de
la diócesis. Anteriormente a él, y desde 1950, el pater fue Joaquín
Munárriz. En 1978 y 1979 el pater fue don Pedro Ruano, en 1980
don Teólilo Beriáin etc. En ésta época también atendían los oficios
religiosos de la Hermandad en Pamplona don Carmelo Velasco,
don José Antonio Arrizurrieta.
Los colaboradores. Los PP. jesuitas de Javier recibieron
espléndidamente a la Hermandad y se asociaban a sus fines. Tras
1957, la Javierada se potenció mucho con el empuje de los jesuitas
P. José María Recondo y P. Valeriano Ordóñez. El primero fue
escritor e investigador sobre Francisco de Javier. El segundo,
además de escritor fue recopilador de jotas y amante de la cultura
popular. Dos grandes jesuitas. Quien esto escribe tuvo el gusto de
conocerles, al primero para solicitarle ayuda para preparar una
conferencia en Zaragoza sobre las peregrinaciones populares, y al
segundo en el colegio de los Jesuitas de Pamplona. Durante
muchos años la Hermandad invitaba por carta al P. Valeriano, que
era un firme simpatizante de la Hermandad.
La reformas del Concilio. Cuando en 1968 la
Hermandad, que ya había iniciado las gestiones para la talla del
paso procesional de La Piedad, consultó a su pater-delegado sobre
Javieradas de la “Hermandad de Caballeros Voluntarios de la Cruz” de 1940 a 2015. Las 75 Javieradas diocesanas desde
1941.
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las tendencias del postconcilio, éste respondió que la tendencia se
inclinaba hacia la desaparición de las procesiones, aunque era
muy posible que las de Semana Santa subsistiesen de hecho más
por razones turísticas que por otra cosa (Acta del Capítulo del 31-
I-1968). El atento lector observará que el Rvdo. Juan Ollo se
equivocaba, pues ante el posterior descreimiento general las
procesiones están cobrando un impulso pastoral verdaderamente
significativo. La Iglesia no se resigna a encerrarse en la sacristía y,
sobre todo, a dejar de evangelizar a los que asisten a las
procesiones –sean fervientes cristianos o no- así como el ambiente
social.
En el Capítulo Supremo del 14-IX-1971, la Hermandad puso
los medios para la aplicación de otra reforma, como era situar el
altar de cara al pueblo en la basílica de la Santa Cruz, lo que costeó
con sus fondos por una suma de 10.578 pts. El altar era estético y
el material era de madera, imitación a mármol.
¿Cuál fue el horario y días de salida? El horario varió
algo con el transcurso del tiempo. Desde 1940 hasta 1945
inclusive, los peregrinos a pie salían el sábado por la tarde. El
objetivo era llegar a buena hora a Sangüesa “para poder descansar
unas horas antes de emprender en procesión la marcha hacia
Javier” (1942). En 1942 fue a las 4:40 de la tarde, en 1943 a las 5
de la tarde, en 1945 a las 4. Aunque ello permitía trabajar el
sábado por la mañana, quizás esto originaba un problema a la
peregrinación por falta de tiempo. Se cambió a peregrinar por las
mañanas. Así, desde 1946 se salía el sábado a las 8 o bien 8:30 de
la mañana, aunque en 1948, 1950 y 1952 hubo dos
peregrinaciones a pie, una el sábado por la mañana y una segunda
a las tres (1948) y seis de la tarde. Todos los peregrinos que salían
el sábado por la mañana acudían a la sede de la Hermandad y
después a las parroquias de San Miguel o bien generalmente de
San Francisco Javier para rezar y salir con los demás peregrinos
hacia Javier.
Todos los años el domingo salía un autobús hacia las 6:30 de
la mañana para llegar a Sangüesa a las 7:45 y sumarse con todos
los peregrinos para ir en procesión de Sangüesa a Javier. La salida
era en la plaza de Mola –hoy Merindades-, concretamente en
Finanzauto, o bien junto a su sede en la plaza conde de Rodezno.
La organización del evento. Los medios del peregrino
para realizar el viaje eran a pie, en auto, autobús, camión, tren El
Irati y hasta caballerías
Un problema era el alojamiento para pernoctar en Sangüesa
del sábado al domingo. La complicación variaba bastante según el
Javieradas de la “Hermandad de Caballeros Voluntarios de la Cruz” de 1940 a 2015. Las 75 Javieradas diocesanas desde
1941.
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año, lo mismo que el número de peregrinos de la Hermandad,
quizás por el carácter espontáneo y muy personal de cada
Javierada.
El comendador de esta ilustre ciudad, cabeza de merindad,
debía de acomodar a un número variable de peregrinos. Como
excepción, en 1952, los 30 caballeros de la Hermandad no se
hospedaron en domicilios particulares sino en el Hospital de
Sangüesa debido a la aglomeración de viajeros ante la celebración
del IV Centenario de la muerte del santo. En las restantes
ocasiones el alojamiento fue en domicilios particulares, sin que se
señalase precio al alojamiento.
En 1954 sólo de Tafalla fueron 35 voluntarios a pie. En 1955
fue un año
“más numeroso que los anteriores. La gente se va animando.
Al día de hoy van inscritos mas de cincuenta y mañana es posible
que venga alguno mas” (carta, 3-III-1955).
No quedó ahí la afluencia de peregrinos, pues en otra
ocasión, a unos 35 de Pamplona se sumaron unos 40 de Tafalla,
entre otros (carta, 8-III-1956). Lo dicho: el número de
pernoctaciones variaba según el año, aunque lo general es que a
partir de 1956 la media anual fuese de 35 ó 40 camas (1960).
Este pernoctar de todos en Sangüesa se repitió año tras año,
hasta que los de Pamplona pasaron a alojarse en el hotel
Yamaguchi y luego, desaparecido éste, en el pueblo de Javier.
Este número no refleja el total de los peregrinos de la
Hermandad, que era mucho mayor, pues otros caballeros de
diferentes pueblos se alojaban en otros lugares, un tercer grupo
iba en coches particulares, y un cuarto en autobús desde
Pamplona. En alguna de las primeras Javieradas se habla de
autobuses en plural.
También había que organizar el almuerzo es la Venta de
Izco (Salinas de Ibargoiti) del sábado para unos 30 ó 40
peregrinos. Como siempre. El almuerzo consistía en un sopicalde
de huevo, chistorras, chuleta de lomo o bien chuleta de ternera
con patatas fritas, y huevos fritos (carta, 3-III-1955). En 1956 el
menú para cuarenta personas se reducía a sopicaldo de ajo
(subrayado), chuletas de carne buena en vez de huevos, y café del
bueno sin achicoria (carta, 7-III-1956).
Además de la comida en Izco, se organizaba otra en el
colegio de Javier o bien en la hospedería del pueblo. En 1952,
debido a la aglomeración de peregrinos, el prior omitía organizar
la comida en Javier. En 1954 se solicitó una comida para el
Javieradas de la “Hermandad de Caballeros Voluntarios de la Cruz” de 1940 a 2015. Las 75 Javieradas diocesanas desde
1941.
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domingo a los PP. Jesuitas para unas 25 personas con “apetito del
País” (carta, 4-III-1954), pues otros ya se habían vuelto a sus
domicilios.
El número de asistentes y su evolución. La asistencia a
la Javierada siguió la dinámica de la misma vida. La Hermandad
tuvo el empuje que tuvieron los que fueron voluntarios en la
guerra, y si después la Hermandad se ha mantenido, es con mucha
menor afluencia de fieles. Es comprensible si tenemos en cuenta el
actualísimo “Responso para un millón de muertos” escrito por el
P. Ramón Cué S.J. en julio de 1961, e impreso por la Hermandad
con autorización del autor el 3-V-1962. La impresión fue a cargo
del caballero Alberto Más, que realizó las fotografías del díptico
impreso en tamaño cuartilla.
Peregrinos de la Hermandad hubo muchos, y sobre todo
hubo entusiasmo y firmeza, constancia en sus fines, alegría y alma
cristiana y popular. En la primera Javierada de 1940 se juntaron
de 200 a 300 y en la primera Javierada diocesana de 1941 se
juntaron unos mil caballeros.
Hasta 1966 inclusive el prior invitaba por escrito a los
miembros de la peña Mutiko Alahiak –a través de su presidente-,
que estaba formada por jóvenes y menos jóvenes alegres y
tradicionalistas con una nítida simpatía con los ideales de la
Hermandad. Esta última debía darse a conocer, extenderse y
competir –en el buen sentido- con la Acción Católica o bien con
otras asociaciones. Se había afianzado la costumbre de que unos u
otros miembros de la Peña acudían con la Hermandad a Javier,
expresado en el término “suelen integrar” que se recoge en el
párrafo siguiente:
“Los mutikos, excombatientes, familiares de gloriosos
muertos en la Cruzada e hijos de excombatientes de la Cruzada,
suelen integrar nuestra peregrinación y por eso adjunto unas
hojas–propaganda y programa de actos a celebrar por la
Hermandad-, esperando obtenga su benévola acogida y les dé
publicidad dentro de la Entidad.
Invitamos pues a los Mutikos de cualquier edad a que nos
acompañen en la marcha a pié o realizando el viaje en el cómodo
autobús” (carta, febrero, 1964).
También en otras cartas anteriores, se indica la presencia de
la juventud de la Peña, al decir que “todos los años nos
acompañan muchos “Mutikos”” (carta, 15-II-1961) o “casi
siempre” habían ido los Mutikos junto a la Hermandad (12-II-
1962…).
Javieradas de la “Hermandad de Caballeros Voluntarios de la Cruz” de 1940 a 2015. Las 75 Javieradas diocesanas desde
1941.
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También había presencia de socios del Centro Cultural
Vázquez de Mella, pues, a decir de la carta del 15-II-1961: “todos
los años desee (sic. desde) la fundación de ese Centro, varios
miembros de su Juventud peregrinan con nosotros a Javier á pie y
en el auto”
Hemos dicho que hasta 1966 se invita a la peña Mutiko
Alahiak, y al Círculo Cultural Vázquez de Mella. También se
invitaba formalmente pero con un estilo muy coloquial, al P.
Valeriano Ordóñez (tras 1968 ya no se le invita, y en 1972 el jesuita
iba en grupo aparte).
Como todo organizador, el prior estimulaba a los
comendadores para que lograsen la máxima afluencia de
peregrinos. Se conservan sus cartas a los comendadores de
cabezas de merindad (Sangüesa, Tafalla, Estela, Tudela), y a los
comendadores locales de Artajona, Valtierra, Vidaurreta, Aoiz,
San Martín de Unx (1958). Desde Vidaurreta, que pertenece al val
de Echauri, en la zona Este de la cuenca de Pamplona, la afluencia
de peregrinos fue constante aunque variada, y, en 1960, según el
comendador Segundo Tabar Razquin, iban a marchar unas 30
personas en autobús hasta Sangüesa y 15 a pie (carta, 28-II-1960).
La presencia de caballeros fue irregular pues dependía de las
comunicaciones de autobús y coche, de los fondos personales, de
las diversas opciones de días, las labores agrícolas, la edad, quizás
el tiempo. Por ejemplo, en 1960 desde Vidaurreta iban a ir unas 45
personas y pocos años después tan sólo fueron tres. Otro caso:
Julio Lasanta de Valtierra informaba al prior Joaquín Ochoa de
Olza (Pamplona) los actos que realizaba la Hermandad en su
localidad, comentando al final de su carta y sin optimismo, que “el
pueblo es un tanto olvidadizo y despreocupado” (carta, 16-II-
1959). Luis Nagore de Aoiz mostraba la mejor voluntad para ir a
toda costa a la cita de Javier, dejando constancia de las
dificultades de transporte que había en esa época:
“como el pasado sabado fueron bastantes a pie, para este
creo para el viaje a pie estoy solo, asi solo no voy, voy a ver si nos
juntamos para un coche y asi saldremos el domingo a las 7 de la
mañana y marcharemos juntos desde Sangüesa, si me falla esto
marcharé en la Veloz hasta Sangüesa y si no hay 43órc
combinación seguire a pie hasta Javier, sea como sea si no hay
novedad yo hare acto de presencia en Javier” (carta, Aoiz, 8-III-
1956). (Se respeta la grafía).
Al margen de los apuntados en el autobús hacia Pamplona,
en las fotografías se puede observar el número total de peregrinos
de la Hermandad: unos 50 en la imagen cortada del Viacrucis de
Javieradas de la “Hermandad de Caballeros Voluntarios de la Cruz” de 1940 a 2015. Las 75 Javieradas diocesanas desde
1941.
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1957, y más de 80 en 1963. En las fotografías de 1978 se observan
unos 35, muchos de ellos jóvenes. Suponemos que los caballeros
se quedarían hasta el final de los Actos.
Sobre la continuidad de la Hermandad, la Crónica de los
años 1956-1959 indica:
“Desde aquella “JAVIERADA” –explosión de entusiasmo-, de
1940, la Hermandad peregrina a Javier, sin interrupción, con más
o menos concurrencia, pero con espíritu juvenil, aunque muchos
de los que peregrinan no sean jóvenes ya. También muchos de sus
hijos forman en las filas de la peregrinación, constituyendo firme
esperanza de continuidad”.
En efecto, en las fotografías conservadas hay Juventud. A
pesar de ello, en la Crónica de los años 1963 a 1968 es menos
optimista, pues se reconoce que:
“La asistencia de peregrinos, hasta el momento, ha sufrido
altibajos, pero hay que confesar con sinceridad que son muy pocos
los jóvenes acompañantes que un día cojan el relevo” (Crónica, p.
4)
No obstante, el tiempo pasaba y además de la reducción de
peregrinos, los que iban eran cada vez mayores. Dicha edad se
reflejaba por entonces, no sin añoranza –en el inexorable paso de
la vida-, en la carta que el prior Echarri Loidi envió al arzobispo
don José Méndez Asensio, donde se le informaba que:
”(…) Un grupo de “viejos” por la edad, pero jóvenes de
espíritu marchará a pié y a su “aire” desde Pamplona, Tafalla y
quizá, desde Tudela también. Otros, con menos fuerzas, “tocados”
y con el tejado averiado, planean peregrinar a su manera: coche o
autobús, todos con fé viva y espíritu penitencial” (…) “esperando
que la “Javierada” de los viejos obtenga su bendición” (carta, 27-
II-1974).
No obstante, todavía había caballeros que iban a pie desde
Pamplona, Tafalla y quizás de Tudela, aunque –se decía- “el
número de caminantes va disminuyendo a causa de los achaques
cosecha de los años, y más” (carta al P. José María Recondo de
Javier, 22-II-1974). Estos eran “los veteranos peregrinos
‘empedernidos’ sobrevivientes de los primitivos que iniciaron las
marchas en los lejanos tiempos del 41” (ídem.) Esta derrota de la
pobre carne estaba más que compensada con la victoria del
espíritu cristiano y de Hermandad, e incluso con cierto deje de
humor:
Javieradas de la “Hermandad de Caballeros Voluntarios de la Cruz” de 1940 a 2015. Las 75 Javieradas diocesanas desde
1941.
45
“Es verdad que, año tras año, va disminuyendo el número de
los que marchan a pié, pero se sigue adelante, mientras Dios de
fuerzas a los fortachos de la Hermandad (…) Los que vayan en
coche desde Pamplona, serán pocos (…) siendo en cambio, como
siempre, los más entusiastas los de Tafalla que siguen con ilusión
sus peregrinaciones a Javier” (carta del prior a José Nagore de
Aoiz, 22-II-1974).
En su carta a Jesús Roce Campos de Tudela, el prior Echarri
Loidi distinguía la capacidad de la edad, el entusiasmo como tal y
el espíritu, al decirle: “Comprendo que los años no pasan en valde
(sic. balde) y los anteriores entusiasmos vayan decayendo si bién
(sic.) el espíritu sea firme” (carta, 22-II-1974). Distinciones estas
de interés, pues el entusiasmo puede depender de estados
biológicos.
Lo peor es que, a pesar de que los jóvenes sí iban, no había
relevo generacional –“los achaques van haciendo mella en los
viejos y los jóvenes no toman el relevo” (carta, 22-II-1974)-. Esto
último era verdad, pero omite decir si los hijos iban a Javier con
su colegio, club, parroquia, y que los Caballeros habían sido
fermento de la gran aglomeración de gente que hubo, por ejemplo,
en 1959, como se recogen en las Crónicas de la Hermandad. No
obstante, recordemos que en la Javierada de 1978 hubo
proporcionalmente muchos jóvenes, aunque no fuesen de la
Hermandad, entre las 35 personas que asistieron al Via Crucis, y
que tras el 2002 ingresasen nuevos jóvenes en la Hermandad. El
prior don Joaquín Martínez Úbeda fue activo en atraer nuevos
jóvenes a los Actos.
El tiempo. Este elemento siempre era una incógnita.
Respecto a la climatología, la Javierada más recia en 17 años fue la
del 8-III-1958. Nada más transcurridos los actos, y según el
cronista, este año cayó sucesivamente llovizna, lluvia, hubo claros
con sol y nieve, nieve “con garbo”, brilló el sol, amagó la llovizna,
sopló un viento frío –muy frío-…. El domingo, al salir a la calle en
Sangüesa los tejados estaban ligeramente cubiertos de nieve.
Cuando “A las 8 y 10 minutos emprendimos el viaje a Javier e
inmediatamente comenzó a caer tal cantidad de nieve que para
cuando llegamos al solar del santo había una capa de mas de 15
centímetros”. El rezo del Via Crucis se realizó en el patio de los
jesuitas a pesar de la abundante nieve. La nevada era tan intensa
que el regreso a Pamplona costó dos horas y media, desde las 1’30
horas hasta las 4 de la tarde. El cronista dejó constancia de que:
“Fue la peregrinación mas dura en 17 años de peregrinaciones,
pero seguramente la mas feliz por la satisfacción que embargaba a
Javieradas de la “Hermandad de Caballeros Voluntarios de la Cruz” de 1940 a 2015. Las 75 Javieradas diocesanas desde
1941.
46
todos los peregrinos”. Más tarde, las Crónicas de la Hermandad de
1956-1959 señalarán, no sin cierto regocijo literario, los detalles
siguientes:
“Durante la marcha desde Pamplona a Sangüesa, nuestras
compañeras de viaje fueron las borrascas de agua, los claros de sol,
las tormentas de nieve; pero la culminación fue el domingo día
nueve de ese mes y año, durante el peregrinaje desde la ciudad que
nunca faltó al castillo e Javier, trayecto durante el cual “la
hermana nieve” quiso acompañarnos para probar nuestra
fortaleza; pero los peregrinos con espíritu firme y decidido
franquearon el obstáculo y arribaron a Javier aunque la altura de
la nieve impidiera el paso de vehículos mecánicos que precisaron
la ayuda de los quitanieves, para alcanzar Javier. Y como al llegar
el momento de rezar el santo Via Crucis, la nieve continuara
cayendo sin cesar, los peregrinos de nuestra Hermandad,
desafiando a los elementos, rezaron el santo ejercicio al aire libre,
a la intemperie, en el patio del Colegio apostólico, metidos los pies
en la nieve y en el agua” (Crónicas 1956-1959, p. 2).
Una piadosa iniciativa. En la Crónica del Capítulo
Supremo del 14-IX-1972, se dio cuenta de una iniciativa sencilla y
hermosa como tal, que no obstante no tenía en cuenta los
posteriores efectos de la urbanización de la zona. El prior expuso
la idea de colocar una imagen de la Virgen María en el término
municipal de Noain (Navarra). Estaría a unos 50 metros de la
salida de la primera curva de la carretera que sale de Noain hacia
Javier. Ciertamente, esta ubicación dependía de que no cambiasen
la carretera y sus curvas, aunque la zona era de fácil recuerdo y
reubicación.
Esta imagen estaría sobre un poste de cemento armado, con
una capillita del mismo material en su parte superior, y, dentro, la
imagen de la Señora. Una vez aprobada la idea, se decidió hacer
las gestiones con el escultor don José López Furió (colega de
trabajo en el comienzo de su andadura profesional de quien esto
escribe) y un contratista de obras para pedir el presupuesto. La
imagen sería una reproducción de la virgencita de Javier,
realizada por dicho escultor.
Esta Virgen recordaría a todos que la Hermandad inició la
Javierada, y que allí mismo los peregrinos que de ésta van a pie
inician el rezo de la primera parte del santo Rosario. La imagen
también iba a ser la que hablase al peregrino del sentido religioso
de la Javierada.
Al final, esta iniciativa no salió adelante por el elevado coste
del presupuesto. El acta del Capítulo General celebrado el 24-III-
1974 señalaba para el pilar de hormigón y capillita ascendían entre
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75 Javierada diocesana y 76 Javierada de la Hermandad de Caballeros Voluntarios de la Cruz

  • 1. Javieradas de la “Hermandad de Caballeros Voluntarios de la Cruz” de 1940 a 2015. Las 75 Javieradas diocesanas desde 1941. José Fermín Garralda Arizcun. Doctor en Historia 02/08/2015 Col. Nueva Bermeja, nº 16 Pamplona 2015
  • 2. Javieradas de la “Hermandad de Caballeros Voluntarios de la Cruz” de 1940 a 2015. Las 75 Javieradas diocesanas desde 1941. 2 Pintura al fresco del valenciano Ramón Stolz Viciano (1950), situada en la cúpula del Monumento de Navarra a los Muertos en la Cruzada. La composición representa a San Francisco de Javier, patrono de la Misiones y de las Indias, como centro espiritual de Navarra, su historia, sus Cruzadas y gestas. El espíritu siempre religioso y batallador de los navarros por Dios y por la Patria se reflejan en todas las composiciones de la hermosa gran bóveda. (Foto: Vaquero, archivo HCVC) José Fermín Garralda Arizcun. Doctor en Historia Año 2015 “Javieradas de la “Hermandad de Caballeros Voluntarios de la Cruz” de 1940 a 2015. Las 75 Javieradas diocesanas desde 1941. C/ Arrieta nº 2 31002 Pamplona – Navarra - España rargonz@gmail.com historiadenavarraacuba.blogspot.com Colección: Nueva Bermeja nº 16 Edición limitada en papel * Queda prohibida la reproducción total o parcial de este trabajo, texto e imágenes, sin permiso del autor. Está protegido, incluidas las fotografías inéditas. Puede ser citado mencionando autor, título, año, formato de edición y localización en la red.
  • 3. Javieradas de la “Hermandad de Caballeros Voluntarios de la Cruz” de 1940 a 2015. Las 75 Javieradas diocesanas desde 1941. 3 Javieradas de la “Hermandad de Caballeros Voluntarios de la Cruz” de 1940 a 2015. Las 75 Javieradas diocesanas desde 1941. A la Hermandad de Caballeros Voluntarios de la Cruz que desde ciudades, municipios –(…) valles, cendeas y distritos- y concejos de Navarra, peregrinó en Javierada diocesana a pie o con otros medios desde 1941 hasta 2015. A los voluntarios que fueron pioneros el 3-XII-1939, y a la Hermandad que hizo su primera Javierada el 10 de marzo de 1940. Aita Teodoro hizo la Javierada con la HCVC en 1942, 1952, 1954 y 1956. José Fermín Garralda Arizcun Dr. en historia Pamplona, 2015 ÍNDICE: 1. La figura de Francisco de Javier 2. Las primeras peregrinaciones al castillo de Javier 3. El nombre Javierada 4. Nuestra aportación 5. La marcha a Javier del 3-XII-1939 6. La primera Javierada de 1940 7. La primera Javierada diocesana de 1941. 8. Las Javieradas posteriores. 9. Otras peregrinaciones 10. Los 76 años de la Javierada de la Hermandad. 11. La actual Hermandad canónica de Caballeros Voluntarios de la Cruz 12. Apéndices ES UNA NOVEDAD a voces. Atravesamos un acontecimiento, más eclesial que social, de una gran importancia. El viejo Reyno de Navarra –hoy Comunidad Foral- está de
  • 4. Javieradas de la “Hermandad de Caballeros Voluntarios de la Cruz” de 1940 a 2015. Las 75 Javieradas diocesanas desde 1941. 4 celebración. El presente año de gracia 2015, habría celebrado el 76 aniversario de la primera Javierada convocada por el Obispo de Pamplona desde 1940, y el 75 de aquella Javierada diocesana convocaba por él mismo en 1941, peregrinación o marcha de los navarros a Javier para hacerse a lo Javier, realizada al inicio de la Cuaresma e inserta en la Novena de la Gracia, peregrinación que todos los años convoca el Obispo de Pamplona-Tudela. La Javierada diocesana ha sido el foco de atención espiritual y religiosa, penitencial y de conversión, de los peregrinos navarros. * * * 1. La figura de Francisco de Javier, admirable y en continua expectación. DURANTE TRES GENERACIONES cientos de miles de navarros han peregrinado por estas fechas con una gran piedad al castillo de Javier, cuna del Santo. La devoción a San Fco. Javier en la católica Navarra es intensa, y muchísimos de navarros llevan su nombre. Francisco de Javier es un santo universal. Los trabajos de José María Recondo S.J. y de Georg Schurhammer S.J. (1965), entre muchos otros, dan buena cuenta de ello. Sobre él se han publicado más de tres mil títulos y ha sido objeto de numerosos artistas de primera categoría universal. Uno de ellos es Ramón Stolz Viciano, según la primera imagen que publicamos en este trabajo. Sobre esta conocida composición, dice la documentación de la Hermandad de Caballeros Voluntarios de la Cruz (HCVC): “En esta composición, que pudiéramos llamar la central del conjunto, Stolz ha tratado de representar la labor evangelizadora del Oriente llevada a cabo por el gran Apóstol navarro. Sobre un lívido fondo auroral en forma de cruz, destaca la figura de Javier en actitud de bautizar y mostrar a las gentes su crucifijo milagroso. Avanza el Santo “como si de cada huella de sus pies andarines e infatigables brotase un alma redimida”, que dijo un escritor navarro. Le rodean figuras en representación de todos los pueblos orientales que él convirtió a la fe de Cristo: indios, malayos, javaneses y japoneses. La figura central del primer término representa a la China anhelosa de recibir la predicación del Evangelio. A la izquierda, un enfermo indio es conducido en parihuelas a presencia del Santo que ha de curarle.
  • 5. Javieradas de la “Hermandad de Caballeros Voluntarios de la Cruz” de 1940 a 2015. Las 75 Javieradas diocesanas desde 1941. 5 Y a un lado y otro, en el último término, diluyen su figura un elefante indostánico y un “samurai” a caballo, representando el Oriente exótico” (Archivo de la HCVC). En ese pequeño pero bien plantado castillo, situado a los pies de la calcárea sierra de Leire, y construido sobre roca madre, nació el pequeño Francisco, el Hermano Mayor de la Hermandad, en 1506. Allí enamoró al Cristo gótico de la sonrisa que acoge a todos los que estamos en proceso de arrepentimiento, situado en el reducido recinto de la capilla del castillo. Es en la madera de la sencilla imagen en la que se deja traspasar el alma. Y allí Francisco recibió los buenos consejos de su madre para su etapa de estudiante en París iniciada en 1525. El joven Francisco destacaba en el mundo universitario de París siendo muchas sus ambiciones. “¿De qué le aprovecha al hombre ganar todo el mundo si pierde su alma y se condena?”, fue el inquisitivo “recuerda” que le presentó el guipuzcoano Íñigo de Loyola, de modo que, en 1534, un inquieto y confiado Francisco de Javier ingresó en el germen de la futura Compañía de Jesús, aprobada al fin por el Papa Paulo III en 1540 como contrapeso a la reforma-ruptura protestante iniciada con la desobediencia herética –orgullosa- de Lutero. La vida y obra de Francisco de Javier ha tenido y tiene un enorme impacto desde el siglo XVI. Fue un viajero incansable que predicó la Buena Nueva del Evangelio por la costa africana y sobre todo por el Sur, Sureste y Este de Asia. Su impetuoso viaje a lo divino supera en mucho los viajes de los principales descubridores de su época. Javier fue el misionero por antonomasia en India, las islas de Insulindia y Japón, y, esperando zarpar hacia China, murió en el Señor a las puertas del celeste Imperio con 46 años de edad en 1552. Le acompañaba su fiel y sencillo amigo chino Antonio. Los santos suelen ser acompañados de los sencillos de corazón. Francisco de Javier fue proclamado santo el 12-III-1622 por Gregorio XV y declarado patrono de Oriente en 1748. En ese mismo año, fue nombrado patrono de Navarra por la Diputación del Reino. Por sus viajes a Oriente y su empeño evangelizador, Javier ha merecido el título de patrono de las Indias y las Misiones católicas desde 1927, y desde 1952 es patrono del sector del Turismo. Para conmemorar la elevación a los altares de Francisco de Javier, se creó la Novena de la Gracia en las mismas fechas de su canonización, que coinciden con el comienzo de la Cuaresma cristiana, de modo que la expresión Javierada adquiere un fuerte sentido penitencial.
  • 6. Javieradas de la “Hermandad de Caballeros Voluntarios de la Cruz” de 1940 a 2015. Las 75 Javieradas diocesanas desde 1941. 6 Quizás sea por el ejemplo de Javier por lo que Navarra conserva en 2015 su vocación misionera, que le ha hecho universalmente fértil en el ámbito de la fe católica. Es muy posible que en 2015 Navarra viva, en esto y otras muchas cuestiones religiosas, lo que se llama de rentas, debido a la tremenda crisis religiosa que los navarros están atravesando, de la que son responsables muchas de sus élites. En nuestra sociedad democrática muchos suelen echar sus responsabilidades a espaldas del sufrido pueblo, quizás para aligerar su suya propia. Como señala el historiador medievalista y archivero don Javier Fortún, San Francisco Javier se ha convertido “en signo de identidad para Navarra y los navarros”. Pues bien, si ésta es la persona que recordamos con una gran afecto y devoción, ¿qué decir de los que peregrinan a Javier todos los años? ¿Quiénes fueron los primeros peregrinos? ¿Cuándo fue la primera Javierada? * * * 2. Las primeras peregrinaciones al castillo de Javier no fueron propiamente Javieradas. Poco a poco nos sumergimos con gusto y algo de nostalgia en las páginas de la historia. ¿Cómo surgieron las realidades que
  • 7. Javieradas de la “Hermandad de Caballeros Voluntarios de la Cruz” de 1940 a 2015. Las 75 Javieradas diocesanas desde 1941. 7 celebramos hoy? Aparecieron como todo lo grande, con el paso lento y seguro de una sociedad en el ejercicio de sus libertades y en marcha, con la suma de iniciativas individuales, de grupos, y al fin colectivas. El 5-III-1886, miles de navarros peregrinaron a Javier según sugirió la Diputación Foral, para agradecer al santo patrón el haber librado a Navarra de una epidemia de cólera morbo que tantas muertes había causado en el resto de España. La peregrinación se hizo por todos los medios disponibles en aquella época y no sólo a pie. Llegaron más de 20.000 peregrinos, lo que es una cifra altísima, lo que refleja el fervor por el santo patrono así como la capacidad de convocatoria de la Diputación Foral de Navarra. En la calle Bajada de Javier del Casco Viejo de Pamplona o la vieja Iruña, en la fachada lateral de la parroquia de San Agustín, hay una inscripción que recuerda este hecho. “Peregrinación / pamplonesa y navarra / al / Castillo de Javier/ 5 de abril de 1886” (Foto: JFG 2015) Hace más de cien años, en 1895 el obispo de Pamplona organizó una marcha a Javier contra el horrible pecado de la blasfemia. Cinco lustros después, en 1922 se peregrinó a Javier en el tercer centenario de la canonización del santo patrón, celebración que organizaron los PP. Jesuitas, tan queridos por todos. En 1958 el periodista López-Sanz recordará la peregrinación que, en 1934, tras la expulsión de la Compañía de Jesús y con los nuevos aires de libertad de la República, realizaron varios jóvenes de Valtierra, “todos los cuales irían después a peregrinar por España en la Cruzada” (1). También el 12-III-1939
  • 8. Javieradas de la “Hermandad de Caballeros Voluntarios de la Cruz” de 1940 a 2015. Las 75 Javieradas diocesanas desde 1941. 8 un grupo de peregrinos viajó en tren hasta Javier para pedir al Santo el final de la guerra (2). En el semanario diocesano “La Verdad” (3), se recogen actualmente varias fotografías de estos importantes momentos para Navarra, y a él remitimos al lector. El lector se acerca poco a poco a la decisión final del obispo de Pamplona, mons. Marcelino Olaechea Loizaga –hoy en proceso de beatificación-, de convocar una marcha para toda la diócesis de San Fermín. A fines de 1939, concretamente el 3 de diciembre –fiesta de San Francisco Javier en el calendario litúrgico-, un grupo de voluntarios de los Tercios de requetés en la guerra de 1936 o mejor Cruzada, realizó su peregrinación en acción de gracias a Javier por terminar con éxito, y sanos y salvos, la Cruzada, como se lo habían prometido solemnemente al santo patrón. Así de comprensible y sencillo. A pesar de un día invernal, un grupo de excombatientes realizó la peregrinación, aunque otros y sus familiares la suspendieron, acordando realizar una marcha en marzo del año siguiente, el inmediato 1940. Ese, ese es el espíritu de reciedumbre, no blandengue ni timorato, perseverante, que se actualiza en cada Javierada. Ese es el espíritu que hizo posible los grandes ideales de Cruzada, de acción de gracias, de actualización de una Fe hecha obras, y que cada año recordaba la Hermandad en sus convocatorias a Javier desde 1940. No en vano, resulta que fueron precisamente dichos jóvenes de 1939 en quienes Mons. Olaechea Loizaga fundó la Hermandad de Caballeros Voluntarios de la Cruz en el monasterio de Irache el día 26-XII-1939. En el archivo de la Hermandad se conservan los documentos originales de dicha erección (4). Es en los días en que esto se escribe de 2015, cuando en otros textos hemos dejado constancia de la persecución que buena parte de los actos de esta Hermandad están sufriendo desde un bloque de escaños del Parlamento de Navarra. No, por cierto, se sufre hoy por la Javierada de marzo. En efecto, dicha Hermandad se resiste a la dejación de sus derechos cívicos –y en su caso obligaciones morales- en relación con la cripta del monumento de Navarra a sus muertos en la Cruzada, se resiste a que se quiebre su libertad religiosa como institución católica, se resiste a que se vulnere su intimidad, se resiste al guerracivilismo que algunos republicanos y secesionistas ideologizados –así lo expresan sus banderas en sus concentraciones- de orientación marxista promueven, se resiste a la desmemoria colectiva, al enredo y al “totum revolutum” para manipular mejor, se resiste a la continua manipulación de intenciones y hechos realizada por quienes
  • 9. Javieradas de la “Hermandad de Caballeros Voluntarios de la Cruz” de 1940 a 2015. Las 75 Javieradas diocesanas desde 1941. 9 admiten entre ellos a quien poco o nada tiene que enseñar y sí mucho de qué arrepentirse, y se resiste al dominio de la llamada dialéctica –vencer que no convencer- y actos de fuerza psicológica sobre la verdad (5). Las campañas ideológicas orquestadas hoy día por colectivos de presión contra lo que queda del Monumento de Navarra, al que no perdonan y que desearían ver destruido o totalmente apropiado para dictaminar absolutamente sobre él, escudadas con hipocresía en las parcelas de bien que esgrimen, responden a estrategias demasiado conocidas y al cómodo silencio de una sociedad adormecida, que se reconoce impotente –perdidos sus derechos ante el Estado que tiene la última palabra en todo- y hastiada. Al final, dan gato por liebre, y diciendo una cosa persiguen otra. ¿Dónde queda la tan cacareada “libertad”? ¿Dónde la libertad para no desmentirse a sí mismo y de no dar la puntilla a la memoria católica de Navarra, de la Navarra de nuestros padres, abuelos y todas las generaciones anteriores? ¿No se es actualmente objeto de una durísima presión psicológica –el hombre ansía la paz- que sólo los fuertes pueden resistir y sobreponerse con el bien? Sirvan las líneas precedentes para enmarcar este trabajo histórico en todas sus coordenadas como contraste con las malevolencias del presente y los problemas de actualidad. No en vano la Hermandad de Caballeros Voluntarios de la Cruz, que es canónica, desarrolla su vida hoy desde hace 76 años, es decir, durante tres generaciones, desde aquel 26-XII-1939 en que el obispo de Pamplona mons. Olaechea Loizaga la fundó en el monasterio de Irache para conservar vivo el espíritu católico de la Navarra de entonces en defensa de la religión católica y la Patria contra el comunismo, el laicismo beligerante e impositivo y la persecución religiosa. * * * 3. El nombre Javierada ¿Por qué se creó y triunfó el término Javierada, y no el de marcha a Javier? Mons. Olaechea se dirigió a la Hermandad de Caballeros Voluntarios de la Cruz que estaba en el monasterio de Irache en febrero de 1940, con el término “espíritu de Javier”, impulsando así lo que de hecho será la primera Javierada en 1940. Como esta peregrinación fue un éxito, al año siguiente mons.
  • 10. Javieradas de la “Hermandad de Caballeros Voluntarios de la Cruz” de 1940 a 2015. Las 75 Javieradas diocesanas desde 1941. 10 Olaechea convocó otra para toda la Diócesis en 1941. Pues bien, el término Javierada lo utilizó, “inventó” y acuñó Mons. Marcelino Olaechea Loizaga por tres veces cuando se dirigió a los peregrinos a Javier el 8-III-1941. La Javierada se planteó como la continuación religiosa y en la paz del espíritu religioso que llevó a Navarra a una Cruzada defensiva. Este vocablo no se hizo oficial hasta 1945-1946, y aunque se empleó rara vez en la década de los cuarenta y cincuenta (Arregui), más tarde se consolidó en la prensa (Javier Fortún). Este tema lo explica muy bien el concienzudo historiador José Miguel Arregui Garbizu en su trabajo “Javierada versus Marcha a Javier. Historia de una polémica”, publicado en 1998, y que aborda algunos aspectos tratados en este trabajo (6). En 1960, el P. Valeriano Ordóñez (seud. Is-Orval) identificó en la prensa como “prejavierada espontánea y heroica”, a la realizada por los voluntarios de la Cruzada - jóvenes de carrera o bien de campo- “apenas pudieron dejar el fusil”, es decir, a las marchas de de los excombatientes de 1939 y 1940. El autor deja el nombre Javierada para la de 1941, denominando como prejavierada a las dos peregrinaciones anteriores (7). Ese día, el mismo periódico que recogía su escrito, mantenía el término Javierada frente a los que querían sustituirlo por el de marcha a Javier, propio de unos u otros hablistas indignados. Nosotros preferimos aplicar el término Javierada a todas las marchas o peregrinaciones impulsadas por el señor Obispo, incluyendo la Javierada del 19 de julio según dijo expresamente el mismo Olaechea, la peregrinación de 1940, la Javierada Diocesana de 1941 y las de años después. Preferimos hablar de Javierada sabiendo que algunos clérigos de la organización quisieron en su día modificar e imponer el nuevo término de marcha a Javier. Su intento supuso un tira y afloja a mediados de los sesenta con la realidad sociológica y la costumbre. Ignoramos sus intenciones, y desde luego no pudieron alcanzar su propósito. Lo que no era posible era desnavarrizar a los navarros, cambiando el estilo que iban creando, o sustituir con un talante purista –“progresista” lo llamaban- lo particular por un término genérico y desarraigado. También se barajaron otros términos como “javierina”, “javierano”, “navarrada” (8). Que la palabra Javierada suene raro como dice el autor (9) quizás olvide que en Navarra se habla de la muchachada, y que si bien la peregrinación a Javier es para todos, sobre todo lo es para los muchachos.
  • 11. Javieradas de la “Hermandad de Caballeros Voluntarios de la Cruz” de 1940 a 2015. Las 75 Javieradas diocesanas desde 1941. 11 Javierada, es un nombre que poco tiene que ver con una romería festiva. Javierada, es un término que no responde a un mero peregrinaje devoto. Javierada, es naturalmente testimonio de la Fe de una época, de todo un pueblo, de cada peregrino de cualquier sexo, edad y condición capaz de un arrepentimiento personal y reencuentro con la Persona de Cristo. Javierada, es la huella o marca que deja el fuerte sabor de una ferviente demostración -personal y colectiva- de súplica y de Fe, que expone a cada cual y de forma confiada al amor de una madre –como si del pequeño Francisco se tratara-, dejándose convertir al fin en matojo o matorral –tomillo, romero y retama- quizás seco pero siempre oloroso de buenas esencias. Junto al espino crece el cardo, y junto al cardo la higuera. En fin, Javierada es convertirse y hacerse a lo Javier. Sí, la peregrinación a Javier, la Javierada, la “inventó” mons. Olaechea, y debe aplicarse a la peregrinación realizada por la Hermandad de Caballeros Voluntarios de la Cruz -Hermandad canónica- bajo su impulso y auspicios la noche del 9 al 10 de marzo de 1940. Imagen en un folleto de las Javieradas (Archivo HCVC) * * *
  • 12. Javieradas de la “Hermandad de Caballeros Voluntarios de la Cruz” de 1940 a 2015. Las 75 Javieradas diocesanas desde 1941. 12 4. Nuestra aportación LA DIFICULTAD relativa al nombre está -hoy día- más que superada. Nuestra pregunta es: ¿cuál fue la primera Javierada? ¿Fue la del 8 y 9 de marzo de 1941, convocada por Mons. Marcelino Olaechea Loizaga, cuya realización encargó a la Hermandad de Caballeros Voluntarios de la Cruz y a la Juventud masculina de Acción Católica? ¿O ésta fue la segunda? ¿Hubo alguna Javierada anterior? Esta pregunta la sugería en 2010 el redactor del artículo de “Diario de Navarra”, al titular su reportaje expresando: “Y ya van 70 Javieradas (o 71…)”, para hablar sobre la peregrinación de la Hermandad de Caballeros Voluntarios de la Cruz en 1940, realizada con las bendiciones y presencia de Mons. Olaechea al comienzo y al final de la misma (10). Aunque esto se ha puesto indirectamente de manifiesto en las fotografías de las primeras Javieradas recogidas en los artículos de prensa del año 2015 -siempre hay una imagen de la peregrinación de 1940 más que de los años 1940-, sin embargo ha quedado relegado en la divulgación oficial del 75 aniversario de las Javieradas diocesanas, convocadas directa y expresamente por el señor Obispo para toda la Diócesis. De ahí nuestra aportación de historia. Sin embargo, reconocemos con gusto que mons. Francisco Pérez González, actual arzobispo de Pamplona, mencionó al obispo mons. Marcelino Olaechea Loizaga y a la Hermandad de Caballeros Voluntarios de la Cruz en su homilía en la primera Javierada del presente 2015. En realidad, para la Hermandad el presente 2015 ha sido el 76 aniversario como tal Javierada. Casi siempre ella distinguió entre el inicio de esta peregrinación impulsada por el Obispo en 1940 y la Javierada diocesana de 1941 y de años sucesivos. Cuando no lo hizo fue por mostrarse siempre muy unida a la Javierada diocesana. Decimos que en 2015 ha sido la 75 Javierada diocesana, pero decimos mal porque propiamente es la 74, pues en 1947 la Javierada diocesana se suspendió por concentrar todos los esfuerzos en recibir al nuevo obispo. Por el contrario, también dicho año la Hermandad realizó su peregrinación. Tras 1941 la Hermandad fue a Javier con Acción Católica diocesana, aunque conservando cada asociación su propia identidad, aunque llegará un momento en que ambas se distanciarán. Parece que la iniciativa del distanciamiento fue de la
  • 13. Javieradas de la “Hermandad de Caballeros Voluntarios de la Cruz” de 1940 a 2015. Las 75 Javieradas diocesanas desde 1941. 13 organización, quizás para despegarse de la Hermandad. Hoy día, la Hermandad realiza la Javierada, con su cruz y, en 2015, con varias cruces, una bandera y capotes, totalmente inserta en la peregrinación general. * * * 5. La marcha a Javier del 3-XII-1939 LOS HAY QUE MADRUGARON con su propio estilo. Fue el atrevimiento de los pioneros. Pasado el tiempo, la Hermandad de Caballeros Voluntarios de la Cruz dirigió una carta al semanario diocesano “La Verdad”, con fecha del 26-IV-1969, aclarándole “Sobre quién fundó las ‘Javieradas’”. Este artículo la Hermandad respondía a la editorial de “La Verdad” del 23-III-1969 titulado: “El Javier, todos de acuerdo”. Firmaba su prior don José María Echarri Loidi, y se anota en la copia que “no contestó ni aclaró nada La Verdad”. En dicho artículo, la Hermandad demostraba que el fundador de la Javierada (Javierada diocesana) de 1941, dirigida “A los jóvenes de la Diócesis”, fue mons. Marcelino Olaechea y no el prestigioso y querido sacerdote que fue don Santos Beguiristáin. Para ello citaba el B.O. de la Diócesis (circular 15-II-1941, p. 56). Lo mismo hizo en 1942 (circular 15-II-1942, B.O. p. 54). A continuación la aclaración de la Hermandad mencionaba los antecedentes de las marchas penitenciales a Javier. Se refiere a la realizada la noche del 2 al 3-XII-1939 por entre 25 y 27 excombatientes, y después la de marzo de 1940. El cronista afirma que la noche de 1939 era serena, mientras el pater José Manuel Pascual dirá, siendo de edad mayor, que hizo un tiempo muy malo de modo que se suspendió. Quizás no fueron todos los caballeros que deseaban ir. El prior dice así, testificando sobre lo que vivió: “Permítame también decirle que estas marchas penitenciales tuvieron sus antecedentes. Hubo quienes en los frentes de batalla, durante la Cruzada, hicieron la promesa de peregrinar a pié a Javier desde Pamplona, los que “quedaran supervivientes”, para dar gracias a Dios por medio de Javier por la gracia que les otorgara y para rogar por las almas de los que murieran. Esta promesa se cumplía la noche del 2 al tres de Diciembre de 1939. No recuerdo exactamente si éramos 25 ó 27 excombatientes, todos requetés, salíamos en peregrinación para Javier sobre las
  • 14. Javieradas de la “Hermandad de Caballeros Voluntarios de la Cruz” de 1940 a 2015. Las 75 Javieradas diocesanas desde 1941. 14 seis y media de la tarde del 2 de Diciembre. La noche era serena. A la mañana del 3, festividad de San Francisco Javier, se llegaba al Castillo para oir la santa Misa y recibir la santa Comunión. De la expedición, solamente, llegaron 18. El resto, debido a lesiones en los piés y a desfallecimientos sufridos, pues, ya sabe, que el ayuno eucarístico había que observarse entonces desde las doce de la noche anterior. Cumplidos los deberes religiosos, se daba cima a la promesa. Después un buen desayuno en la Hospedería “Javier, hoy desaparecida, una visita de cortesía a los PP. jesuitas, un obsequio de éstos a los peregrinos y todos contentos y satisfechos regresamos a la ciudad” (se respeta la grafía del original) (Archivo de la HCVC). De ésta peregrinación no se han conservado fotografías, aunque en el archivo de la Hermandad hay aparato gráfico de diferentes Javieradas. En 1966 un tal V.D.A. recogía la peregrinación de 1939 aún sin citar la fecha, situándola poco antes de la creación de la Hermandad por Mons. Olaechea que fue el 26-XII-1939. También se explayaba sobre las Javieradas que desde entonces hasta ese momento hicieron los de la Hermandad ininterrumpidamente, a pesar del agua, la nieve y el frío, y “sin preocuparse de si marchaban muchos o pocos”, continuando “mientras las fuerzas se lo permitan, que cada vez son más flacas” (11). * * * 6. La primera Javierada de 1940 6.1. El nombre LLEGÓ LA HORA. Creemos que a la peregrinación de 1940 sí puede llamarse Javierada aunque éste nombre lo utilizó Mons. Olaechea en 1941, que es el año cuando, en su Circular, llamó a la juventud navarra a peregrinar a Javier. ¿Qué motivos podemos aportar? El principal es que la peregrinación a Javier de 1940 fue impulsada y convocada por el Sr. Obispo de Pamplona. Además, fue realizada por una Hermandad canónica y de ámbito diocesano aunque la iniciativa fue particular. Fue el inicio de un gran período y no una peregrinación esporádica como las ya mencionadas de 1886, 1895, 1922, 1934 y 1939. Incluso tuvo sus imitadores el mismo año 1940. Decimos que inauguran un período, porque la hermandad era una institución que como tal tenía vocación de permanencia. Además,
  • 15. Javieradas de la “Hermandad de Caballeros Voluntarios de la Cruz” de 1940 a 2015. Las 75 Javieradas diocesanas desde 1941. 15 no fueron cinco amigos sino más de 40 desde Pamplona para alcanzar la suma de entre 200 a 300 personas, lo que era un número muy considerable en esas circunstancias. A partir de 1940, la virtud de la piedad cristiana de encomendarse al santo patrón al inicio de la cuaresma fue una constante firmemente asentada. Que la primera Javierada fuese la de 1940 también lo indica el historiador José Andrés-Gallego al decir: “Se forjaron además tradiciones nuevas. En 1940, nació la javierada. Surgió por obra de combatientes y familiares suyos que habían prometido ir el peregrinación a Javier si regresaban salvos (…). Al año siguiente, en 1941, el obispo –Marcelino Olaechea, que fue quien bautizó la peregrinación, desde el primer momento, con el nombre de javierada –hizo una convocatoria formal y, en adelante, la organizó la Acción Católica ” (12). El pie de foto dice así: “Las javieradas nacieron después de la guerra, en 1940, organizadas por los Caballeros Voluntarios de la Cruz, una sociedad de excombatientes erigida por el obispo Olaechea en 1939” Reafirmamos los textos de Andrés-Gallego, mientras precisamos que los Caballeros no eran una sociedad sino una Hermandad canónica, que su carácter de excombatientes no era definitorio porque en su seno admitía que hubiese parientes e hijos de los cruzados, y que en 1941 la organización de las Javieradas corría parejas entre la Hermandad y la Acción Católica, aunque con el tiempo la organización desplazase a la Hermandad, que lo advirtió con mucho pesar. * * * 6.2. El espíritu de la Javierada de la Hermandad. La Hermandad llevó a todas las Javieradas su propio espíritu fundacional recogido en sus Reglas (o Estatutos), que era mantener el espíritu religioso de Navarra en la Cruzada, y defender la Cruz y a España hasta el extremo si fuese necesario como si de una antigua Orden de caballería se tratase. Era una Hermandad canónica que como tal no chocaba con el partido único –al que los carlistas eran tan contrarios- del Régimen. Por eso, no era una Hermandad política. Esto último quedó claro muchas veces, por ejemplo en los actos celebrados en el pueblo de
  • 16. Javieradas de la “Hermandad de Caballeros Voluntarios de la Cruz” de 1940 a 2015. Las 75 Javieradas diocesanas desde 1941. 16 Vidaurreta (Val de Echauri) el 14-IV-1941, donde por la tarde ingresaron nuevos caballeros. Este pueblo siempre estuvo muy unido a la Hermandad, acudió a muchos actos y a todas las Javieradas. Antes del responso oficiado por el Obispo, este –según el cronista- dijo que: “La Hermandad, dijo, no es política, ni puede ser política, el Prelado en ese caso ni la amparará, ni la alentará. La Hermandad es por encima de todo religiosa y por ende patriótica. Animó a los Hermanos al cumplimiento exacto de sus deberes religiosos, morales y patrióticos” (Acta a máquina en hoja suelta). Tras la fundación de la Encomienda local en Vidaurreta, el Capítulo reunido en Palacio episcopal el 16 de abril pensó organizar la Hermandad en La Rioja y otra en la villa de Madrid. Este espíritu es recurrente en todos los Actos de la Hermandad, incluida la Javierada anual. Así, llegó el año 1947, festividad de Cristo Rey, en el que el subprior don José-Ángel Zubiaur expuso en la basílica del castillo de Javier las razones que, en dicho mes de octubre, habían impulsado a la Hermandad a nombrar a San Francisco Javier su Hermano Mayor, estableciendo un paralelismo espiritual entre la vida apostólica de nuestro santo misionera como primer caballero voluntario de la Cruz (“El Pensamiento Navarro”, 28-X-1947). A nuestro parecer, es SAB (seud. Francisco López-Sanz) quien mejor retrató el espíritu de los que hicieron la peregrinación de 1939 y la Javierada de 1940, que, según la abundante documentación conservada, el prior recordaba en todas las sucesivas peregrinaciones anuales. En su artículo con ocasión de los 25 años del “renacimiento javierano”, López-Sanz recuerda y enfatiza la naturaleza de Cruzada de 1936, el carácter de antigua Orden religioso-militar de la Hermandad, y que el arranque de la marcha a Javier fue en 1940, y no en 1939, seguramente –añado- porque sólo en 1940 hubo participación del obispo de Pamplona, pues las anteriores habían sido iniciativas privadas. Dice así: “En realidad, en 1940 tuvo el arranque la marcha a Javier, aunque fuese más tímidamente, con menos aparato y concurrencia, pero de aquella fecha empezó a tomar cuerpo en serio el peregrinaje a Javier, dándole empuje, ánimo y fortaleza los hombres de Navarra, los del catolicismo recio y no blandengue o timorato; los de las afirmaciones contundentes que no entendían de medias tintas ni querían servir a dos señores; los abnegados y heroicos caballeros de la Fe y de la Verdad que cuando luchaban sufrían contra los perseguidores de Cristo, que cerraron y allanaron el Castillo de Javier, destruyeron millares de Casas del
  • 17. Javieradas de la “Hermandad de Caballeros Voluntarios de la Cruz” de 1940 a 2015. Las 75 Javieradas diocesanas desde 1941. 17 Señor, martirizaron a siete mil de sus ministros –entre ellos trece prelados- y santas mujeres desposadas con Él; rechazaron los cantos de sirena de la “mediación”, lanzada, también con la mano de la hipocresía tendida, a favor de los vencidos que no habían querido convivencia alguna, cuando perseguían y tenían todos los resortes del poder, sino la persecución y el exterminio”. Este era el preámbulo, porque a continuación López-Sanz desarrollaba el espíritu de la Hermandad en su marcha a Javier desde 1940, y recogía las interesantísimas palabras que mons. Olaechea predicó a los peregrinos al marchar ya de atardecida hasta el castillo: “Con qué fervor, entusiasmo y fe religiosa tomaron parte en las marchas a Javier, que eran las marchas de la paz, los que la conquistaron a tan caro precio con sus incalculables sacrificios en la guerra, sin retroceder ni ceder, porque sólo retroceden los que no tienen razón, los que se presentan en la lucha inmovilizados por la prudencia de la cobardía. Por eso, el primer capellán de la Hermandad de Caballeros de la Cruz, el ya citado monseñor Olaechea, decía en la tarde en que se disponían a salir para Javier: “Nuestra Hermandad es religiosa y castrense, y tiene la virtud de la obediencia porque en la obediencia al Superior está la buena armonía y el éxito; y como es religiosa y castrense, la prudencia nos es antipática, porque la Hermandad tiene en espíritu de la acción y la valentía, y ese espíritu de los Caballeros de la Cruz no se defiende con prudencia sino, si es preciso, con agresividad y energía; no con prudencia se defiende la causa de Dios y después la de la Patria”. Y todavía recomendaba: “Conservad el espíritu que os llevó a la lucha”. Estas palabras de mons. Olaechea nos interesan especialmente, pues las pronunció en 1940 y no he encontrado documento que las recoja en el Archivo de la Hermandad. Con este singular espíritu religioso –continuaba López- Sanz- la Hermandad inició y continuó las Javieradas durante 25 años, espíritu religioso que hizo posible la Cruzada y que se quería transmitir a los descendientes. Dicho espíritu se reflejaba en las Reglas de la Hermandad, reafirmadas en nuestros tiempos de crisis y profundizadas por mons. Sebastián en 2006. La represión realizada por el comunismo en el Este de Europa, exigía a la Hermandad incidir en la Cruzada española frente al comunismo de ésta manera: “(…) Juramos, al recibir el Hábito, defender la Cruz en toda ocasión y momento, como lo hicimos a lo largo de la Cruzada
  • 18. Javieradas de la “Hermandad de Caballeros Voluntarios de la Cruz” de 1940 a 2015. Las 75 Javieradas diocesanas desde 1941. 18 Nacional contra el comunismo negador de toda libertad humana y religiosa, y hoy parece que se moderno bárbaro, se dispone a sepultar a media Europa en el caos de la irreligión y de la barbarie. Se ataca a la Cruz en aquellas tierras mártires, y se hace preciso que cuantos hacemos de ella guía luminosa y consoladora de nuestra vida, templemos nuestro ánimo para estar siempre dispuestos al sacrificio si necesario fuera. (…) Ante un mundo materializado, calculador, egoísta, que se rasga las vestiduras ante la persecución desatada por los modernos nerones, mientras los admite en sus organismos internacionales, gritemos nuestra condición de españoles católicos, enemigos de medias tintas, marchando MAÑANA DIA CINCO ¡a Javier, cantando nuestra Fé católica el compás de nuestra marcha a pié! ¡Frío, fatiga, piés lacerados, incomodidades, todo, por Javier, por el Papa, por Cristo! (…) (Llamamiento para la Javierada de 1961, Archivo de la HCVC). Este espíritu originario y actualizador debía entenderse en su adecuada dimensión. Tras cualquier conflicto -si lo hay- sucede la paz, y en la paz se deben unir siempre todos los que aman la Cruz, que en nuestro caso es la enseña que lleva a Javier, siendo Javier quien nuevo y con más entusiasmo de nuevo nos lleva a la Cruz. La Cruz, según López-Sanz, era el signo de la paz y unía a todos por igual, piensen en lo particular como sea. Después del polémico y anónimo artículo del 22 de febrero en defensa de la Hermandad frente a los que querían monopolizar la organización de las Javieradas y dejar a aquella de lado, el 5-III- 1961 Francisco López Sanz (SAB) aclaraba una cuestión que -a vista de los menos formados- podía entorpecer la comprensión de la presencia de la Hermandad en Javier. Quizás así salía al paso de quienes deseaban desplazar a la Hermandad de la organización de las Javieradas por su carácter religioso-patriótico y de alguna manera castrense. López-Sanz insistió en qué llevaban de común todos a Javier, y qué se pensaba al hablar de Javierada, ¿Qué se llevaba en común?: la Cruz, que es de todos. “(…) A Javier se va en son de paz y de hermandad y que no vez ni quiera nadie ver otra cosa. Porque hasta quienes marchan con atuendo de la Cruzada, lo llevan por recuerdo de ésta, gracias a la cual es posible, en paz y en orden, celebrar concentraciones religiosas, emocionantes manifestaciones de fe y de piedad que en otro tiempo, aunque se apodase de libertad, hubieran sido calificadas arbitrariamente de provocaciones… Van con ese atuendo porque son Caballeros de la Cruz, de la Cruz que es su única arma; de la Cruz que fue su escudo y su guión en la guerra; de la Cruz que les presidió en los parapetos, ante la que rezaron el Santo Rosario con fervor de penitentes; de la Cruz que les
  • 19. Javieradas de la “Hermandad de Caballeros Voluntarios de la Cruz” de 1940 a 2015. Las 75 Javieradas diocesanas desde 1941. 19 acompañó en las marchas y en los combates, en las horas alegres y en los momentos tristes; de la Cruz que fue con ellos a todas partes y que regresó con los que quedaron el día que resonó el clarinazo de la victoria. Y caballeros de la Cruz son cuantos peregrinan a Javier porque todos la aman, la bendicen, la aclaman y la adoran”. ¿Qué se identificaba como Javierada?: la Cruz, que es para todos: “En Javier, que es de todos los navarros, como el Santo es el Patrono de Navarra entera, caben todos los que van con el mismo fin y alentados por el mismo ideal: por ese ideal tan navarro, tan generoso, tan ecuménico como el de nuestro Santo, que cuando ya no había que luchar con las armas, como habían luchado sus hermanos, con su temple, su espíritu y su valentía se propuso luchar por un ideal más elevado, más grande, más universal y eligió la Cruz por toda arma y con ella se lanzó a evangelizar tierras y conquistar almas y corazones para Cristo. Todos vamos y debemos ir a Javier con el mismo pensamiento, con la misma ilusión, con igual finalidad y pensando que todos somos hermanos; que sobre nuestras ideas particulares, coincidimos en un ideal superior, religioso y navarro, de admiración al Jesuita insigne, al misionero portentoso, al Apóstol que fue faro de la Cristiandad en el lejano Oriente, que en los primeros años del siglo XVI, el siglo de oro por tantas razones para la España imperial y católica, naciera al abrigo de los muros, fosos y defensas medievales del Castillo de Javier (…)” ¿Qué concreciones tenía la Cruz? La Verdad, la religión, la obediencia a la Iglesia, y el buscar la unión de todos hasta destruir todas las pequeñeces que disminuyen la fuerza de esa unidad: “Los navarros que sentimos y creemos, que somos hijos sumisos de la Iglesia, que nos unen tantas cosas afectivas, pero, sobre todas, el ideal religioso, nuestra fe robusta y terminante, sin concesiones al error ni a la contradicción, tenemos que sentirnos más unidos y más hermanados cuando marchamos por los caminos que al Castillo de Javier conducen (…). Hermanos de verdad en el amor a San Francisco Javier y unidos cada vez más en ese ideal que estrecha y conforta, que vigoriza y anima; y unidos, pensando en el Santo Apóstol, en rechazar, en extirpar y en destruir todo lo que por pequeño y miserable quiera aminorar la fortaleza de esa unidad hecha ideal javierano” (13). * * * 6.3. ¿Cómo fue la Javierada de 1940? Concretemos la historia menuda. En un mundo tan diferente al nuestro como era el de 1940, con sólo el tranvía El Irati como
  • 20. Javieradas de la “Hermandad de Caballeros Voluntarios de la Cruz” de 1940 a 2015. Las 75 Javieradas diocesanas desde 1941. 20 medio moderno y más comúnmente las albarcas como calzado, ¿cómo transcurrió la peregrinación de marzo de 1940? Una sociedad mucho más formalista y de costumbres que la nuestra, dejaba constancia de un hacer que se repetirá año tras año. El cronista del artículo citado de 1969 recoge lo siguiente: “En marzo del año 1940, los que el año anterior no pudieron culminar la peregrinación, junto a otros muchos que la hicieron en Diciembre del año anterior unidos a otros más, emprendieron la segunda marcha penitencial a pié desde Pamplona, en número que rebasaba los cuarenta peregrinos. Esta vez la marcha tuvo una variante. Al llegar al cruce de Liédena, se tomó la carretera de Yesa y de aquí se siguió hasta Javier. Esta vez llegaron todos. Esta vez, también, todos eran antiguos componentes de Tercios de Requetés”. Y añade a continuación: “Durante todo este año, peregrinaron otros muchos excombatientes en grupos muy reducidos, que vistieron durante la Cruzada diversos uniformes”. Líneas después transcribimos con gusto la remembranza de la “primera Javierada” del 10-III-1940, escrita por uno de los principales miembros de la Hermandad desde su fundación. No somos el primero que lo hace, pero sí el primero que aporta el facsímil escrito que recogen los recuerdos de una persona muy mayor y que fue un pilar de la Hermandad de caballeros. El autor del escrito es don José Ángel Zubiaur Alegre, abogado que trabajó en la diputación Foral de Navarra, político, diputado foral, orador y ensayista, que fue hermano de Armas de Tercio en “Radio Requeté de Campaña” de aita Teodoro Garralda Goyena, de Fco. Javier Nagore Yárnoz, y de otros muchos. Escribió sus Recuerdos en noviembre de 2004, a petición del prior de la Hermandad de Caballeros Voluntarios de la Cruz –a la sazón don Fco. Javier Garisoain Otero- a la que Zubiaur perteneció y sirvió en diversos cargos, desde su fundación hasta su fallecimiento el 22-III-2012. El texto afirma que pasaron por Sangüesa en vez de por Yesa, lo que puede ser un lapsus de la memoria aunque también pudiera ser que hubiese dos grupos, uno desde Yesa y otro desde Sangüesa; así mismo, indica que en Javier no existía hospedería cuando el texto de 1969 señala que existía una llamada “Javier”. Se expresa con las palabras siguientes:
  • 21. Javieradas de la “Hermandad de Caballeros Voluntarios de la Cruz” de 1940 a 2015. Las 75 Javieradas diocesanas desde 1941. 21 “Era el año 1940 y en España había acabado la guerra. Los que habíamos participado en ella gozábamos de la paz, de la tranquilidad de la familia. Había que dar gracias a Dios y pedirle que en lo sucesivo librase a la Patria de caer en las mismas causas que produjeron la tragedia que nos había tocado vivir. Estas sentidas ideas fueron recogidas por el entonces obispo de Pamplona, don Marcelino Olaechea, que erigió canónicamente una Hermandad (canónica. Tachado) que las perpetuase en Navarra bajo el nombre de “Hermandad de Caballeros Voluntarios de la Cruz”, teniendo como enseñas la Cruz y Bandera que llevaban en alto los Tercios de Voluntarios – requetés. ¿Y qué más expresivo que iniciar su actuación esta Hermandad peregrinando al castillo de Javier eligiendo al santo Patrono de Navarra como medianero de nuestras gracias por habernos conservado la vida y traernos la paz? Atardecia cuando en la Basília (sic. Basílica) de San Ignacio (nota: de Pamplona) don Marcelino nos enfervorizó a todos (tachado: en la basílica de San Ignacio) recordándonos los primeros pasos de Javier. Alli iniciamos nuestro camino, que seguimos, llevando al hombre su paso, hasta la iglesia de la Milagrosa, en donde nos despedimos, emprendiendo la marcha a Javier, la que hoy se llama Javierada. Por cierto que comenzamos a andar bajo la lluvia. Aun lo recuerdo: Al frente don José Manuel Pascual, Pater de la Hermandad, con la sotana remangada como cuando los curas navarros jugaban a pelota en el frontón de su pueblo; protegiéndose de la ventisca con su paragüas, que empuñaba en ristre y con el que nos protegía a los que le seguíamos, que éramos una veintena de voluntarios. Asi seguimos hasta Monreal, con intérvalos (sic.), pero a ese pueblo llegamos lo que se llama “calados”. Menos mal que el cura nos había preparado el aula de una Escuela como refugio con una estufa para que nos (se)cáramos. Luego continuamos. Idócin, con un recuerdo al guerrillero Mina. El puerto de Loiti. La venta de Judas. La Foz de Lumbier y las Ruinas (tachado) romanas. Liedena. Las vías del extinto tren del Irati. La inalcanzable bombilla de la fábrica anterior a la ciudad de Sangüesa, que parecía
  • 22. Javieradas de la “Hermandad de Caballeros Voluntarios de la Cruz” de 1940 a 2015. Las 75 Javieradas diocesanas desde 1941. 22 andar en nuestra dirección, y… por fin Sangüesa, que nos dio cobijo y descanso. En el camino, ayuno eucarístico, rosarios, anécdotas, cantos, cansancio… Pero aun nos (tachado) quedaba camino: las cuestas para llegar a Javier. Era tarea mañanera. Pero más anduvo Javier en su apostolado por tierras de Japón y nosotros íbamos hacia su casa solar, que para finalizar se ve (tachado) hacia el fondo: con Leyre al fondo. Guardo una foto del grupo peregrino (tachado: entran) entrando en el pueblo, con sus capotes, su Cruz y Bandera. El pueblo era pobre. No había hospedería. El santo nos recibió con los Brazos abiertos, como está en la imagen. Por su mediación dimos gracias a Dios por las gracias recibidas en la guerra y por la Paz. Y terminamos con la petición de nuestro via crucis: “Recoge, también señor, las almas de los que murieron por tu Fé que no es fenecer, sino mudar“. Así empezó la que se llama Javierada”. (Se respeta la grafía) (14). En esta peregrinación de acción de gracias y petición, algunos de los peregrinos fueron los siguientes: el prior de la Hermandad era Narciso Ripa, maestro de Lumbier, oficial de Requeté e inspector de enseñanza, José Ángel Zubiaur, Jesús Ollaquindia, Antonio Aznárez, Menchón y otros hasta sumar la cifra de veinte andando desde Pamplona. Más adelante se sumó un grupo de Tafalla dirigido por Florencio Aoiz –“el Templao” que en carta del 27-II-1961 firmó como “Templau” y en otra con su nombre de pila-, y otro grupo de Tudela con Román Añón. Recapitulemos. De la manera como se ha contado, el 9 y 10- III-1940 la Hermandad realizó su peregrinación desde Pamplona y diversos pueblos navarros hasta Javier, que Mons. Olaechea animó y apoyó con su presencia al comienzo y al final en Javier. Los peregrinos salieron al anochecer del día 9-III-1940. El Sr. Obispo les enfervorizó en la capilla barroca de San Ignacio de Pamplona, y les acompañó y despidió complacido enfrente de la Milagrosa. Al final de la peregrinación, el pastor diocesano Mons. Olaechea acompañó físicamente a pie a los peregrinos de la Hermandad desde Sangüesa (¿otros fueron por Yesa?) hasta el castillo de Javier, conservándose una fotografía en sus cercanías. Después, el Sr. Obispo celebró la Santa Misa en el frontón de
  • 23. Javieradas de la “Hermandad de Caballeros Voluntarios de la Cruz” de 1940 a 2015. Las 75 Javieradas diocesanas desde 1941. 23 dicho pueblo y no en la basílica del castillo. Por entonces este pueblo era muy pequeño –también lo es hoy- y estaba junto al castillo, trasladándose más tarde a las proximidades para dar origen a la hermosa explanada que es donde hoy día los peregrinos reciben el sacramento de la confesión y asisten a la celebración de la Santa Misa. Tras los actos de piedad cristiana, los peregrinos de 1940 regresaron a sus casas, algunos de ellos en el tren El Irati que pasa por la hermosísima foz de Lumbier. ¿Cuántos realizaron la peregrinación desde la iglesia de la Milagrosa de Pamplona hasta Javier en 1940? Una veintena según el pater José Manuel Pascual en 1990 y más de cuarenta según el prior de la hermandad en 1969, a los que se añadieron luego el grupo de Tafalla-Aoiz, y otro de Tudela. En la “Guía de las Javieradas” (“La Verdad”, 2014) se indica que unos cinco mil peregrinos recibieron la bendición de mons. Olaechea en Javier. Muchísimos nos parecen: ¿se confundirá el redactor con la de 1941? Quizás copie a “Diario de Navarra” de 12-III-1940, que menciona varios millares con una indudable exageración. En realidad, según testimonio del pater don José Manuel Pascual Hermoso de Mendoza, eran entre 200 y 300 en el castillo de Javier (“Diario de Navarra” 25-II-1990, p. 48-49). Interesa mucho destacar que en 1969 el prior de la Hermandad, don José Mª Echarri Loidi, se quejaba del intento de muchos de borrar a la Hermandad de Caballeros Voluntarios de la Cruz. Lo decía así: “Espero disculpe las disquisiciones habidas, que se han apartado un poco del motivo de esta carta, pero que las hemos escrito porque ha habido y hay por parte de muchos interés en borrar de la memoria de estas peregrinaciones penitenciales, en suprimir por todos los medios a los Caballeros Voluntarios de la Cruz, cuando son ellos la “única” entidad que como tal, no ha interrumpido sus marchas a Javier durante la Novena de la Gracia en estos 29 años, ni aun en el año en que hizo su entrada en la Diócesis de Pamplona el que durante tantos años fué su Obispo primero, y primer Arzobispo, después, Excmo. y Rvdmo. Sr. D. Enrique Delgado Gómez. Este año que coincidía con el Domingo de Marzo dentro de la Novena de la Gracia, la Juventud Católica suspendió la marcha de los autobuses y por tanto, de la peregrinación, para dar mayor realce a la entrada del nuevo sr. Obispo, y fué la Hermandad de Caballeros Voluntarios de la Cruz la que llamó a realizar la marcha penitencia(l) a Javier no sólo a la Juventud, sino también, a los hombres de Navarra” (se respeta la grafía del original).
  • 24. Javieradas de la “Hermandad de Caballeros Voluntarios de la Cruz” de 1940 a 2015. Las 75 Javieradas diocesanas desde 1941. 24 Mons. Olaechea pudo constatar que la peregrinación de 200 a 300 fieles agrupados en Hermandad había sido la colocación de la primera piedra, de modo que, al año siguiente, en 1941, convocó una peregrinación diocesana que englobase a todos los navarros y no sólo a los caballeros de la Hermandad de la misma diócesis. * * * 6.4. Dos formas diferentes de una gran Javierada. Creemos que diferenciar la Javierada de 1936 por un lado y las Javieradas de 1940 (ó 1941) y posteriores por otro, pero para dividir y separar –y no para unirlas-, fue el motivo por lo que algunos clérigos quisieron suprimir el término Javierada por el de Marcha a Javier, y relegar y luego desplazar a la Hermandad como núcleo organizador y después presencial en las peregrinaciones diocesanas. Eso explica algunos desplantes que sufrió la Hermandad en varias Javieradas. La peregrinación de 1940 fue el nexo de unión entre las Javieradas diocesanas y esa a modo de gran Javierada que, según Olaechea, fue la del 19 de julio de 1936. En esta última fecha, lo que sobre todo movió a los navarros fue la defensa de la Religión, agredida por los revolucionarios durante la IIª República (no decimos “los republicanos” aunque aquellos confundieron Revolución y República, en contra de ésta última). En adelante, lo que moverá a los navarros a ir a Javier será no perder ese espíritu de profunda Fe, transformándolo en fermento de los demás cristianos y de la sociedad entera. Nada de meras exaltaciones y homenajes en las peregrinaciones a Javier (eso no va muy bien con la idiosincrasia y temperamento algo seco y realista de los navarros), nada de historicismos, sino conexión plena, reconocimiento y respeto a lo mejor del ayer próximo inmediato para vivir sus esencias en los problemas de cada presente y construir el futuro en verdad y paz. Y si surgen muchos sacerdotes, religiosos y misioneros, mejor que mejor. Una vez realizada la gran Javierada de espíritu religioso y reciedumbre que fue la Cruzada de 1936, según Mons. Olaechea, su espíritu y movilización fue aprovechado como sustrato de esa otra gran Javierada espiritual y religiosa de conversión y apostolado a realizar, una vez acabada la Cruzada, en tiempos de paz. Esta segunda Javierada tenía que abarcar toda la Diócesis, y como signo externo, debía configurarse como Javierada. Pasó el tiempo, y negar la Cruzada por motivos prácticos (y luego
  • 25. Javieradas de la “Hermandad de Caballeros Voluntarios de la Cruz” de 1940 a 2015. Las 75 Javieradas diocesanas desde 1941. 25 doctrinales) supuso descuajar el espíritu recio de los navarros, que se amoldó a un mundo en crisis, con el hundimiento posterior de la fe y costumbres cristianas. * * * 6.5. La Javierada de 1940 como ensayo y conexión para la de 1941 A efectos de ejecución o prácticos, primero fue la realidad social de diversas peregrinaciones como la de varios voluntarios requetés el 3-XII-1939, luego su prolongación realizada por la Hermandad y dispuesta por el Sr. Obispo en marzo de 1940, y después la convocatoria oficial para toda la diócesis en 1941. La peregrinación de 1940 fue una consecuencia y fruto de una nueva decisión. Como consecuencia, recordemos que el 3-XII-1939 hubo quienes no pudieron culminar la peregrinación a Javier, por lo que plantearon hacerla de nuevo. Además, fundada la Hermandad el 26-XII-1939, hubo caballeros que desearon realizar la marcha acompañando a los que ya la había realizado. Como fruto de una nueva decisión, quizás apoyándose en lo anterior y sin duda como preámbulo de una plausible Javierada diocesana en 1941, fue mons. Olaechea quien planteó la posibilidad de que la Hermandad peregrinase como tal a Javier. Lo planteó en el monasterio de Irache, concretamente en febrero de 1940, donde fundó la Hermandad. La Javierada de 1940 fue el punto de partida para que el 8- 9-III-1941 Mons. Olaechea convocase la primera Javierada diocesana de las Diócesis de Pamplona-Tudela. Fue de hecho y seguramente como el abrir el telón a lo que luego serán 75 convocatorias de penitencia, piedad y amor sin solución de continuidad. ¿Por qué el obispo recurrió en primer lugar a la Hermandad? Lo hizo para lograr el éxito prudencial en el llamamiento de la primera Javierada diocesana de 1941, para darle un empuje combativo de naturaleza espiritual y religiosa, para dirigir la eclosión de fortaleza cristiana experimentada durante tres años de Cruzada, y para la reconversión de la sociedad a Cristo como condición necesaria para no caer en las causas que provocaron tan lamentable guerra. En efecto, el temple de la Hermandad encauzaba y guiaba así las peregrinaciones particulares de años atrás, la marcha de los jóvenes de Valtierra en 1934, la peregrinación particular al castillo
  • 26. Javieradas de la “Hermandad de Caballeros Voluntarios de la Cruz” de 1940 a 2015. Las 75 Javieradas diocesanas desde 1941. 26 realizada por ese sacerdote ejemplar que fue don Santos Beguiristáin y otros jóvenes –así lo recuerda éste en 1990-, y las marchas que realizaron otros navarros en acción de gracias o petición el mismo año 1940. Con estos preparativos prudenciales, en 1941 el Obispo convocará a los varones de toda la Diócesis, e incluirá como fuerzas vivas y organizativas a la Acción Católica que tenía una dimensión diocesana y apostólica, y a la Hermandad, también diocesana y con un espíritu que incidía en lo castrense y la disciplina. En 1941 la Hermandad precederá en la procesión a las banderas blancas de Acción Católica. En resumen, la marcha o Javierada de 1940 tuvo un valor propio, aunque luego resultase ser el precedente inmediato de la Javierada diocesana. En 1968 “Diario de Navarra” reconocía que, la 29 Marcha a Javier, “tan íntimamente ha estado ligada desde su primera edición en el año 1940 (a la Novena de la Gracia), sin que los motivos (de convocarla después de ella), al parecer, estén lo suficientemente claros” (16). Por nuestra parte, la explicación es bien sencilla, pues mons. Olaechea quiso prolongar la Fe católica, las virtudes de generosidad y fortaleza propias del navarro, y el impulso religioso de Navarra manifestado en la Cruzada, para una gran reconquista espiritual y religiosa de Navarra, España misma, y, por qué no, el mundo. ¿No se pobló el seminario de Pamplona con más de mil seminaristas? ¿No están los misioneros de Navarra dispersos por todo el mundo? Esto no impide que el algunas ocasiones la Hermandad denomina primera “Javierada” a la de 1941 (17), aunque en otras reconoce que la Hermandad fue “la que primero instauró” la Javierada (carta, 15-II-1961). También las mujeres realizaron su Javierada desde la década de los cuarenta “cuando todavía, oficialmente, la Javierada femenina no existía…” (Beguiristáin). La sociedad será la que con el tiempo cree la necesaria organización y no al revés. * * * 6.6. Las fotografías de 1940 Una dificultad esencial para identificar la fecha de la fotografía adjunta a continuación es que, en la anterior relación de Zubiaur de 1940 no figura el nombre de Mons. Olaechea. Sólo
  • 27. Javieradas de la “Hermandad de Caballeros Voluntarios de la Cruz” de 1940 a 2015. Las 75 Javieradas diocesanas desde 1941. 27 menciona al joven pater y primer delegado capellán supremo don José Manuel Pascual y Hermoso de Mendoza (15). Sin embargo, es seguro que Mons. Olaechea animó en febrero de 1940 a realizar la Javierada, despidió a los peregrinos en Pamplona, y estuvo presente en Javier. Adjuntamos una imagen del Obispo con la Hermandad en 1940, que después compararemos con dos preciosas fotografías de gran tamaño, que se custodian en el Archivo Histórico de dicha Hermandad, y que dan fe de la posterior Javierada de 1941. Que en la cabeza de la peregrinación de la imagen adjunta, encabezada por Mons. Olaechea, exista una presencia de clero, y se encuentre don Santos Beguiristain Eguílaz, consiliario de Acción Católica, codo con codo con el Obispo, es comprensible como lo era que el señor Obispo fuese acompañado por otros sacerdotes. Se conservan seis bellas imágenes de esta Javierada, cuatro de ellas en el Archivo de la Hermandad, de las que en estas páginas recogemos una. El pie de la tercera fotografía, de “Diario de Navarra” (14-III- 2010), señala 1940, indicando la presencia de Mons. Olaechea entre los miembros de la Hermandad en Javier. A continuación tomamos una imagen del Via Crucis de Sangüesa a Javier, otra de la Santa Misa celebrada en el frontón de Javier y en la que no concelebró el pater de la Hermandad por los motivos señalados, y una tercera una imagen de la Hermandad con el señor Obispo enfrente del castillo del santo patrón. Via Crucis de Sangüesa a Javier (1940). Foto de Galle. Reproduce “La Verdad” nº 3995 (6-III-2015), p. 22-23. A la izquierda del lector, el prior Narciso Ripa, con boina. Mons. Olaechea viste de forma diferente que en 1941.
  • 28. Javieradas de la “Hermandad de Caballeros Voluntarios de la Cruz” de 1940 a 2015. Las 75 Javieradas diocesanas desde 1941. 28 Esta fotografía recoge la presidencia de la hermandad de Caballeros Voluntarios de la Cruz en la Santa Misa celebrada por Mons. Marcelino Olaechea Loizaga en el frontón del colegio de los PP. Jesuitas de Javier, en la primera Javierada del 10 de marzo de 1940. De izda. a drcha.: Narciso Ripa Obanos (prior, maestro en Lumbier, había sido oficial de requetés, y será inspector de Enseñanza), don José Manuel Pascual Hermoso de Mendoza (capellán), otro caballero, Luis Martínez Erro (2ª plano), José María González de Echávarri (con gafas, era médico, un artista con el pincel, el formón y la gubia, y tuve el gusto de conocerle hacia 1972) y Juan Villanueva Unzu (Foto: Archivo HCVC) De Pamplona fueron José Ángel Zubiaur, Jesús Ollaquindia, Antonio Aznárez y un largo etc. En total estuvieron entre 200 y 300 en Javier. El archivo de la HCVC conserva alguna foto más de 1940 que omitimos.
  • 29. Javieradas de la “Hermandad de Caballeros Voluntarios de la Cruz” de 1940 a 2015. Las 75 Javieradas diocesanas desde 1941. 29 Mons. Olaechea con los Caballeros Voluntarios de la Cruz en la peregrinación (primera Javierada no diocesana) de 1940. Don Marcelino lleva las mismas ropas que en otras fotografías conservadas de este año en el Archivo de la HCVC. Foto: “Diario de Navarra”. * * * 7. La primera Javierada diocesana de 1941. TRAS LOS PREPARATIVOS, COMENZÓ la Javierada de ámbito diocesano. Esta peregrinación a Javier fue el sábado 17 y el domingo 18 de marzo. Después de la guerra o Cruzada, Mons. Olaechea tenía en mente dar una oportunidad a la juventud navarra para encontrase de nuevo con N .S. Jesucristo a través de San Francisco Javier, estimular toda iniciativa social para lograr este santo objetivo, y facilitar los medios y ocasiones al efecto. Es más, así como los voluntarios de 1936 habían ofrecido su vida por la religión y la patria común de todos los españoles, y librarla de la secularización, la persecución religiosa y del marxismo a lo Stalin (pensemos en la revolución de Asturias en 1934, en el tipo de socialismo de Largo Caballero, en los grandes carteles de Stalin en Madrid, Barcelona etc., y en la importancia cada vez mayor de los comunistas en el gobierno republicano) ahora podrían ofrecerse para dar un impulso recristianizador a España y, desde ella, al mundo entero. Así había sido el impulso a lo divino de Javier en el siglo XVI, y así podría ser el impulso a lo divino de la juventud
  • 30. Javieradas de la “Hermandad de Caballeros Voluntarios de la Cruz” de 1940 a 2015. Las 75 Javieradas diocesanas desde 1941. 30 navarra en el s. XX. Seguramente, el avance de la incredulidad durante la República, cuyo anticlericalismo fue la causa principal de la guerra –en realidad Cruzada defensiva-, moverá al pastor diocesano de Pamplona y Tudela a impulsar la recristianización de la sociedad navarra y, a través de ella, de España. En 1941 Mons. Olaechea encomendó la organización de esta segunda Javierada, y primera Javierada diocesana a dicha Hermandad –muchos de ellos eran jóvenes voluntarios de la guerra, entusiastas y bien curtidos- y a la juventud masculina de Acción Católica Diocesana, de la que era consiliario don Santos Beguiristáin Eguilaz. Más adelante, don Santos será el motor práctico o ejecutivo de las Javieradas. Sobre 1941 don Santos Beguiristáin aporta sus recuerdos en 1990 (“Diario de Navarra” 3-III-1990). Hasta 1941 Don Marcelino Olaechea fue creando poco a poco un ambiente de peregrinar a Javier, habiéndose formado “una junta pamplonesa que iba dando cuerpo a la idea”. A esta iniciativa de 1941 se apuntaron enseguida la Hermandad de Caballeros Voluntarios de la Cruz, los Luises y tres colegios. Don Santos Beguiristáin recuerda lo siguiente: “Los Caballeros de la Cruz, enlazando los ideales de la cruzada con la organización de la marcha a Javier, se apuntaron enseguida. Y los Luises del P. Ereño, que eran entonces una magnífica fuerza. Luego, se sumaron tres colegios de entonces (maristas, escolapios y salesianos). Pamplona estaba ya en camino. Enlazamos entonces las ideas de organización de la juventud con sus altos ideales y el santo campeón de kilómetros y de aventuras sagradas. Iríamos todos a Javier a pedir valentía cristiana, sentido apostólico, audacias misioneras y pureza de costumbres, sentido de la Cruz en la primavera de la vida”. Todo esto era una indudable vida cristiana y sentido misionero, universal y no de campanario.
  • 31. Javieradas de la “Hermandad de Caballeros Voluntarios de la Cruz” de 1940 a 2015. Las 75 Javieradas diocesanas desde 1941. 31 Mons. Olaechea con los peregrinos de la Hermandad y Acción Católica delante de la basílica de San Ignacio de Pamplona, antes de iniciar la Javierada en 1941. Se observan las banderas blancas de Acción Católica y la Cruces y banderas de España de la Hermandad.
  • 32. Javieradas de la “Hermandad de Caballeros Voluntarios de la Cruz” de 1940 a 2015. Las 75 Javieradas diocesanas desde 1941. 32 Preciosa fotografía. Peregrinación de la Hermandad a Javier con Mons. Olaechea. Después de un largo análisis, esta fotografía de Zubieta y Retegui la fechamos en 1941. “Diario de Navarra” (3-III-1990) recoge parte de esta imagen, quizás porque codo a codo con el obispo estaba el entrevistado don Santos Beguiristáin Eguílaz, y la atribuye a “la peregrinación de hace cincuenta años”, es decir, de 1941 y no de 1940. La imagen siguiente de la Santa Misa en la basílica es claramente de 1941 debido a que en 1940 la Santa Misa fue en el frontón, y a la presencia de las banderas de los Luises -seguramente los niños que caminan en esta imagen fuesen Luises y algunas personas sin capotes los jóvenes de Acción Católica o bien caballeros de la Cruz sin capote-. En esta imagen de la peregrinación de 1941, el obispo lleva una indumentaria diferente a la de 1940, y hay diferencias en la vestimenta de un pater y un laico con sombrero respecto a la de 1940. Los fotógrafos de 1940 y 1941 son diferentes. Por último, a ésta se refiere Fco. López Sanz, señalando la corrección que le hizo el prior José Mª Echarri al decirle que ésta imagen era de 1941 y no de 1940, año éste último que era “el primero que se peregrinaba”. (“El Pensamiento Navarro”, III-1971). Imagen que se conserva en la cripta del Monumento de Navarra a sus muertos en la Cruzada. (Inédita) Foto: Archivo de la HCVC
  • 33. Javieradas de la “Hermandad de Caballeros Voluntarios de la Cruz” de 1940 a 2015. Las 75 Javieradas diocesanas desde 1941. 33 Santa Misa en la basílica de Javier presidida por su Sr. Obispo en 1941. Junto al presbiterio están dos abanderados de la Hermandad, otros dos caballeros llevan las cruces, y hay abundantes banderas blancas de los Luises. Foto: Archivo de la HCVC. Imagen que se conserva en la cripta del Monumento de Navarra a sus muertos en la Cruzada. (Inédita) Foto: Archivo de la HCVC
  • 34. Javieradas de la “Hermandad de Caballeros Voluntarios de la Cruz” de 1940 a 2015. Las 75 Javieradas diocesanas desde 1941. 34 Mons. Olaechea sentado en la cátedra a la izquierda, debajo del escudo de Armas de la familia de Javier, y don José Manuel (o María) Pascual, pater de la Hermandad, realizando la lectura en la basílica de Javier, foto de 1941. (Es parte de la imagen anterior). Foto: Archivo de la HCVC Los móviles de la Javierada en la Hermandad y el resto de los asistentes eran espirituales y religiosos. Los miembros de la Hermandad conectaban la Javierada más especialmente con el ideal de Cruzada en caso de urgente necesidad, y la Acción Católica con el apostolado, también de necesidad. Ambos ideales se apoyaban mutuamente. El periodista Gabriel Imbuluzqueta acota su entrevista señalando: “El planteamiento, desde luego, no responde a un programa político. Los de hace medio siglo no eran años para aventuras políticas. Eran años en la que el sentido religioso dominaba totalmente la vida de la sociedad. Eran año de, podría llamarse, osadía religiosa” (18). No podía perderse ni aguarse en la paz el empuje religioso de los voluntarios navarros en la Cruzada. Tampoco la Acción Católica podía abandonar a los jóvenes que no habían estado en la guerra. Unos y otros, confirmados en la fe que debía reconstruir Navarra y el mundo desde sus cimientos, eran congregados en marcha a Javier. El su libro Pasó haciendo el bien, don Santos Beguiristáin recuerda que el fundador de las Javieradas fue don Marcelino
  • 35. Javieradas de la “Hermandad de Caballeros Voluntarios de la Cruz” de 1940 a 2015. Las 75 Javieradas diocesanas desde 1941. 35 Olaechea. Según recuerda Francisco López-Sanz, Mons. Olaechea resumió la fundación de las Javieradas así: “Porque, si no vamos a eso a Javier (nota: cruz a cuestas y no blandenguería ni frivolidad), vuestro obispo, que antes quisiera partirse la lengua que ser profeta de mala ventura, temería que la Javierada del 19 de julio de 1936, fuera el último grito dado por la bravura cristiana y heroicidad del mejor pueblo de la tierra”. Y preguntaba: “¿No os parece, peregrinos, que el 19 de julio de 1936 fue una gigantesca y providencial Javierada?” (19). Dicho espíritu se recoge en los Estatutos o Reglas de la Hermandad canónica de 1939, en la aprobación definitiva de Mons. Delgado Gómez en 1950, y en las Reglas de la Hermandad actualizadas por Mons. Sebastián en enero de 2006. Del acto de nombramiento a San Francisco Javier como Hermano Mayor de la Hermandad, realizado en la peregrinación o segunda Javierada anual celebrada el 26 y el domingo 26-X-1947, se conservan las razones del nombramiento presentadas a Javier por José Ángel Zubiaur, en las que se recuerda las preguntas que les hizo el Obispo el 8-III-1941: “¿No os parece, peregrinos, que el 19 de Julio de 1936 fue una gigantesca y providencial Javierada? ¿No os parece que alentó el mismo genio de la raza y el mismo empuje de la Fé?” Añadamos que la Hermandad, conservando sus bienes espirituales y sin rebajar de modo alguno sus exigencias fundacionales, es una asociación de fieles para el s. XXI, de piedad y no historicista. Así, honra a los nuevos beatos mártires navarros de la persecución religiosa de 1936, cuya relación se recoge en el semanario “La Verdad” (20) y en el libro de José Antonio Marcellán y Santiago Cañardo (21). La Hermandad tuvo noticia por la prensa local de la convocatoria del Obispo a toda la Juventud navarra para peregrinar al Castillo de Javier con motivo del IV Centenario de la partida de Francisco de Javier hacia las Indias Orientales. Se sumó al llamamiento, y sintonizó con la marcha oficial en cuanto al peregrinaje, pero manteniendo su personalidad, es decir, “con independencia en la marcha a pié y actos religiosos”. Para ello organizó un autobús y un departamento en el tren especial El Irati. Sin embargo, donde puso más entusiasmo fue en la organización de los caballeros que deseaban ir a pie. La Javierada fue de noche con todas las dificultades que ello encierra.
  • 36. Javieradas de la “Hermandad de Caballeros Voluntarios de la Cruz” de 1940 a 2015. Las 75 Javieradas diocesanas desde 1941. 36 Por entonces, la salida oficial de la peregrinación a Javier se realizaba desde la basílica barroca de San Ignacio. La función preparatoria en la iglesia de los PP. redentoristas no fue a las 6 de la tarde del sábado 17 sino algo después, porque a las 6’30 los Caballeros se juntaron en su sede de Carlos III, y desde ahí, vistiendo el hábito y llevando al frente la Cruz y la Bandera, marcharon a la Iglesia de San Ignacio. A las siete marchaban en procesión, portando los de la Hermandad a hombros la imagen de San Francisco, hasta la Cruz Negra situada enfrente de la Milagrosa (los Paúles), que es precisamente la zona mencionada por Zubiaur al explicar la peregrinación de 1940. En dicha Cruz el Obispo bendijo a los peregrinos en su salida. En adelante, se rompía el orden de la peregrinación que será con arreglo a las fuerzas de los caminantes. La Hermandad fue en grupo, llevando la Cruz y bandera izadas, rezando el Santo Rosario completo, cantando canciones religiosas y de guerra. En el pueblo de Monreal, a 20 km. de Pamplona, fueron agasajados por la Hermandad local y el párroco, uniéndose ahí y después en otros pueblos diferentes caballeros para hacer la marcha. Al pasar por Sangüesa fueron recibidos por la Hermandad local que llevó un gran cartel con las insignias y leyenda de la Hermandad. En Sangüesa se hizo una “breve parada”, para continuar “ya de mañana” el viaje a Javier, unidos con los que habían acudido en el tren especial. En la crónica de la Hermandad parece que ésta hizo la marcha desde Sangüesa a Javier en solitario. La procesión de todos los peregrinos desde Sangüesa fue a las 8:30 de la mañana. En este año, el protocolo seguido fue que la Hermandad fuese, al frente, la primera, con sus cruces y banderas de España, seguida de los jóvenes de Acción Católica con sus blancas banderas. En el trayecto se cruzaron algunos autobuses con las insignias de la Hermandad. Los de Lumbier se sumaron al grueso cerca del Castillo. Todos juntos entraron en el pueblo de Javier, sumándose ahí los de Tafalla para hacer la visita a la basílica del Santo. La crónica de la Hermandad es tan austera y sencilla que omite que el Obispo mons. Olaechea entró a la cabeza de Hermandad a Javier. En la fotografía no se aprecian las Cruces ni las banderas de la Hermandad. Es a la salida de la visita al Santo cuando, según la crónica de la Hermandad, ésta se sumó a las Juventudes masculinas de Acción Católica, realizando los actos de piedad generales con todos los restantes peregrinos. Ahora bien, es posible que parte de
  • 37. Javieradas de la “Hermandad de Caballeros Voluntarios de la Cruz” de 1940 a 2015. Las 75 Javieradas diocesanas desde 1941. 37 dichas Juventudes hiciera también el tramo desde Sangüesa a Javier. A las 9:30 se celebró en Javier una Santa Misa de comunión para los peregrinos que habían viajado en coche o tranvía, pero no era obligada para los que marchaban a pie. A las 11:30 se celebró la Misa Pontifical al aire libre. El único Acto propio de la Hermandad fue el Via Crucis, que –según la crónica- fue concurridísimo, realizándose al aire libre a las cuatro de la tarde. Otra fuente indica que a las tres de la tarde la Hermandad realizaba un pequeño acto de afirmación católica y se despedía del Santo. Para identificarse, el prior de la Hermandad pedía a los caballeros, llevasen o no capote, que se colocasen la Cruz roja, insignia de la Hermandad, en su costado izquierdo, esto es, a la altura del corazón. Así mismo, desde el inicio y final de la peregrinación los caballeros debían agruparse junto a la enseña de la Hermandad. Los peregrinos de los pueblos llevaban un letrero anunciándose. El regreso de los peregrinos a pie de Pamplona fue en un autobús propio y el tren El Irati. ¿Cuántos caballeros se concentraron en Javier? Según la crónica del acto fueron aproximadamente mil, a pesar de las dificultades del transporte, por lo que la Hermandad mereció elogios de la prensa local y abundantes felicitaciones. No se conserva una lista de peregrinos desde Pamplona, como sí ocurre de todos los años siguientes. Al año siguiente, desde Pamplona marcharon a pie 56 personas, entre ellas aita Teodoro de quien esto escribe. En los apéndices incluimos la crónica de la Hermandad sobre esta Javierada de 1941. * * * 8. Las Javieradas posteriores. 8.1. Organización general NUNCA FUE FÁCIL la Javierada. No lo es hoy y menos entonces. La Hermandad realizó su peregrinación junto a todos los navarros, aunque su protagonismo en la organización diocesana fue sustituido paulatinamente a favor de la Sección
  • 38. Javieradas de la “Hermandad de Caballeros Voluntarios de la Cruz” de 1940 a 2015. Las 75 Javieradas diocesanas desde 1941. 38 Masculina de Acción Católica cuyo consiliario era don Santos Beguiristáin. Fuentes. La documentación del archivo de la Hermandad es abundante y constante, repetitiva y recoge las dificultades y los problemas ocurridos en diversos años. A veces estos últimos son muy significativos. Además de los papeles sueltos, hay abundantes datos de las Javieradas en las Crónicas anuales de uno o varios años a la vez. También la prensa de Navarra, especialmente “El Pensamiento Navarro”, deja un imborrable recuerdo de las Javieradas de la Hermandad, plasmando en sus páginas sus convocatorias e invitaciones, sus reportajes y crónicas, y algunos problemas. En alguna ocasión la prensa afirmará que la Javierada se inició en 1941, lo que es cierto si se refiere al ámbito de toda la Diócesis. La fotografía fue una asignatura pendiente en las Javieradas de la Hermandad, aunque se conserva un aparato fotográfico de algunos años muy interesante, que parcialmente se recoge en este trabajo con derechos de autor de la Hermandad de Caballeros (22). Aprobación del Sr. Obispo. Realizada la Javierada como Hermandad, la hacía previa solicitud de aprobación y conformidad escrita del señor obispo. Desde 1969 inclusive, con el cambio de arzobispo, no hay constancia de su respuesta escrita. Ello explica que la letra de don Enrique Delgado en su última aprobación de la Javierada de la Hermandad esté escrita con una mano temblorosa (Pamplona, 30-I-1968). En 1970 respondía al prior don Javier Huici, secretario particular del Sr. arzobispo y cardenal Tabera (carta, 4-III-1970), pero más que una conformidad episcopal hacia el fondo y forma acordado por la Hermandad, era un agradecimiento por la atención y las oraciones. A pesar de esta diferencia, la carta de la Hermandad era igual a las de don Enrique Delgado Gómez. A las cartas del prior de 1971 y años posteriores no se conserva respuesta. A aquellos que realizasen los diferentes actos de piedad con ocasión de la Javierada organizada por la Hermandad, el arzobispo don Enrique Delgado Gómez les condecía 200 días de indulgencia “por cada uno de los actos piadosos que realicen con tan plausible motivo” (carta, 26-II-1959). Las intenciones. Además de las intenciones propias de la Hermandad, como la perseverancia en el cumplimiento de su espíritu propio de “este grupo de excombatientes de la Cruzada encuadrados en esta Hermandad” (1960), imbuidos del mismo espíritu religioso patriótico, en cada peregrinación se sumaban
  • 39. Javieradas de la “Hermandad de Caballeros Voluntarios de la Cruz” de 1940 a 2015. Las 75 Javieradas diocesanas desde 1941. 39 otras intenciones, formuladas por la Hermandad o bien por el Sr. arzobispo. Entre ellas estaban las intenciones generales de la Santa Madre la Iglesia, Católica, el Papa reinante y las intenciones del Santo Padre, el éxito del Concilio Vaticano II (1962, 1963, 1964), resolver el problema del confusionismo mundial (1962), las intenciones del postconcilio (1967), “la unión de las Iglesias separadas del rebaño del buen Pastor” (1959, 1960), la Iglesia del Silencio (1957), los “hermanos perseguidos en las naciones comunistas por profesar la religión católica” (1960, 1962), “los católicos de china para que no se consume el cisma que amenaza separar del rebaño del Buen Pastor a los católicos oprimidos y torturados por los comunistas chinos” (1959), la precaria paz mundial (1957, 1958) … Los celebrantes. La Hermandad asistía a la Santa Misa oficiada por su pater en la basílica de Javier. En 1967, la Santa Misa celebrada por don Juan Ollo en Javier se dedicó en homenaje a los Mártires de la Tradición y a los muertos en la Cruzada, pues si la Hermandad celebraba la primera fiesta del 10 de marzo, el domingo era día 12 de marzo y quizás no convenía duplicar los actos de piedad. Don Juan Ollo, acudió muchos años a Javier como pater de la Hermandad, desde 1958 a 1974 inclusives. En 1978 falleció don Juan Ollo Irurzun, pater que había sido maestrescuela de la S.I. catedral de Pamplona y vicario general de la diócesis. Anteriormente a él, y desde 1950, el pater fue Joaquín Munárriz. En 1978 y 1979 el pater fue don Pedro Ruano, en 1980 don Teólilo Beriáin etc. En ésta época también atendían los oficios religiosos de la Hermandad en Pamplona don Carmelo Velasco, don José Antonio Arrizurrieta. Los colaboradores. Los PP. jesuitas de Javier recibieron espléndidamente a la Hermandad y se asociaban a sus fines. Tras 1957, la Javierada se potenció mucho con el empuje de los jesuitas P. José María Recondo y P. Valeriano Ordóñez. El primero fue escritor e investigador sobre Francisco de Javier. El segundo, además de escritor fue recopilador de jotas y amante de la cultura popular. Dos grandes jesuitas. Quien esto escribe tuvo el gusto de conocerles, al primero para solicitarle ayuda para preparar una conferencia en Zaragoza sobre las peregrinaciones populares, y al segundo en el colegio de los Jesuitas de Pamplona. Durante muchos años la Hermandad invitaba por carta al P. Valeriano, que era un firme simpatizante de la Hermandad. La reformas del Concilio. Cuando en 1968 la Hermandad, que ya había iniciado las gestiones para la talla del paso procesional de La Piedad, consultó a su pater-delegado sobre
  • 40. Javieradas de la “Hermandad de Caballeros Voluntarios de la Cruz” de 1940 a 2015. Las 75 Javieradas diocesanas desde 1941. 40 las tendencias del postconcilio, éste respondió que la tendencia se inclinaba hacia la desaparición de las procesiones, aunque era muy posible que las de Semana Santa subsistiesen de hecho más por razones turísticas que por otra cosa (Acta del Capítulo del 31- I-1968). El atento lector observará que el Rvdo. Juan Ollo se equivocaba, pues ante el posterior descreimiento general las procesiones están cobrando un impulso pastoral verdaderamente significativo. La Iglesia no se resigna a encerrarse en la sacristía y, sobre todo, a dejar de evangelizar a los que asisten a las procesiones –sean fervientes cristianos o no- así como el ambiente social. En el Capítulo Supremo del 14-IX-1971, la Hermandad puso los medios para la aplicación de otra reforma, como era situar el altar de cara al pueblo en la basílica de la Santa Cruz, lo que costeó con sus fondos por una suma de 10.578 pts. El altar era estético y el material era de madera, imitación a mármol. ¿Cuál fue el horario y días de salida? El horario varió algo con el transcurso del tiempo. Desde 1940 hasta 1945 inclusive, los peregrinos a pie salían el sábado por la tarde. El objetivo era llegar a buena hora a Sangüesa “para poder descansar unas horas antes de emprender en procesión la marcha hacia Javier” (1942). En 1942 fue a las 4:40 de la tarde, en 1943 a las 5 de la tarde, en 1945 a las 4. Aunque ello permitía trabajar el sábado por la mañana, quizás esto originaba un problema a la peregrinación por falta de tiempo. Se cambió a peregrinar por las mañanas. Así, desde 1946 se salía el sábado a las 8 o bien 8:30 de la mañana, aunque en 1948, 1950 y 1952 hubo dos peregrinaciones a pie, una el sábado por la mañana y una segunda a las tres (1948) y seis de la tarde. Todos los peregrinos que salían el sábado por la mañana acudían a la sede de la Hermandad y después a las parroquias de San Miguel o bien generalmente de San Francisco Javier para rezar y salir con los demás peregrinos hacia Javier. Todos los años el domingo salía un autobús hacia las 6:30 de la mañana para llegar a Sangüesa a las 7:45 y sumarse con todos los peregrinos para ir en procesión de Sangüesa a Javier. La salida era en la plaza de Mola –hoy Merindades-, concretamente en Finanzauto, o bien junto a su sede en la plaza conde de Rodezno. La organización del evento. Los medios del peregrino para realizar el viaje eran a pie, en auto, autobús, camión, tren El Irati y hasta caballerías Un problema era el alojamiento para pernoctar en Sangüesa del sábado al domingo. La complicación variaba bastante según el
  • 41. Javieradas de la “Hermandad de Caballeros Voluntarios de la Cruz” de 1940 a 2015. Las 75 Javieradas diocesanas desde 1941. 41 año, lo mismo que el número de peregrinos de la Hermandad, quizás por el carácter espontáneo y muy personal de cada Javierada. El comendador de esta ilustre ciudad, cabeza de merindad, debía de acomodar a un número variable de peregrinos. Como excepción, en 1952, los 30 caballeros de la Hermandad no se hospedaron en domicilios particulares sino en el Hospital de Sangüesa debido a la aglomeración de viajeros ante la celebración del IV Centenario de la muerte del santo. En las restantes ocasiones el alojamiento fue en domicilios particulares, sin que se señalase precio al alojamiento. En 1954 sólo de Tafalla fueron 35 voluntarios a pie. En 1955 fue un año “más numeroso que los anteriores. La gente se va animando. Al día de hoy van inscritos mas de cincuenta y mañana es posible que venga alguno mas” (carta, 3-III-1955). No quedó ahí la afluencia de peregrinos, pues en otra ocasión, a unos 35 de Pamplona se sumaron unos 40 de Tafalla, entre otros (carta, 8-III-1956). Lo dicho: el número de pernoctaciones variaba según el año, aunque lo general es que a partir de 1956 la media anual fuese de 35 ó 40 camas (1960). Este pernoctar de todos en Sangüesa se repitió año tras año, hasta que los de Pamplona pasaron a alojarse en el hotel Yamaguchi y luego, desaparecido éste, en el pueblo de Javier. Este número no refleja el total de los peregrinos de la Hermandad, que era mucho mayor, pues otros caballeros de diferentes pueblos se alojaban en otros lugares, un tercer grupo iba en coches particulares, y un cuarto en autobús desde Pamplona. En alguna de las primeras Javieradas se habla de autobuses en plural. También había que organizar el almuerzo es la Venta de Izco (Salinas de Ibargoiti) del sábado para unos 30 ó 40 peregrinos. Como siempre. El almuerzo consistía en un sopicalde de huevo, chistorras, chuleta de lomo o bien chuleta de ternera con patatas fritas, y huevos fritos (carta, 3-III-1955). En 1956 el menú para cuarenta personas se reducía a sopicaldo de ajo (subrayado), chuletas de carne buena en vez de huevos, y café del bueno sin achicoria (carta, 7-III-1956). Además de la comida en Izco, se organizaba otra en el colegio de Javier o bien en la hospedería del pueblo. En 1952, debido a la aglomeración de peregrinos, el prior omitía organizar la comida en Javier. En 1954 se solicitó una comida para el
  • 42. Javieradas de la “Hermandad de Caballeros Voluntarios de la Cruz” de 1940 a 2015. Las 75 Javieradas diocesanas desde 1941. 42 domingo a los PP. Jesuitas para unas 25 personas con “apetito del País” (carta, 4-III-1954), pues otros ya se habían vuelto a sus domicilios. El número de asistentes y su evolución. La asistencia a la Javierada siguió la dinámica de la misma vida. La Hermandad tuvo el empuje que tuvieron los que fueron voluntarios en la guerra, y si después la Hermandad se ha mantenido, es con mucha menor afluencia de fieles. Es comprensible si tenemos en cuenta el actualísimo “Responso para un millón de muertos” escrito por el P. Ramón Cué S.J. en julio de 1961, e impreso por la Hermandad con autorización del autor el 3-V-1962. La impresión fue a cargo del caballero Alberto Más, que realizó las fotografías del díptico impreso en tamaño cuartilla. Peregrinos de la Hermandad hubo muchos, y sobre todo hubo entusiasmo y firmeza, constancia en sus fines, alegría y alma cristiana y popular. En la primera Javierada de 1940 se juntaron de 200 a 300 y en la primera Javierada diocesana de 1941 se juntaron unos mil caballeros. Hasta 1966 inclusive el prior invitaba por escrito a los miembros de la peña Mutiko Alahiak –a través de su presidente-, que estaba formada por jóvenes y menos jóvenes alegres y tradicionalistas con una nítida simpatía con los ideales de la Hermandad. Esta última debía darse a conocer, extenderse y competir –en el buen sentido- con la Acción Católica o bien con otras asociaciones. Se había afianzado la costumbre de que unos u otros miembros de la Peña acudían con la Hermandad a Javier, expresado en el término “suelen integrar” que se recoge en el párrafo siguiente: “Los mutikos, excombatientes, familiares de gloriosos muertos en la Cruzada e hijos de excombatientes de la Cruzada, suelen integrar nuestra peregrinación y por eso adjunto unas hojas–propaganda y programa de actos a celebrar por la Hermandad-, esperando obtenga su benévola acogida y les dé publicidad dentro de la Entidad. Invitamos pues a los Mutikos de cualquier edad a que nos acompañen en la marcha a pié o realizando el viaje en el cómodo autobús” (carta, febrero, 1964). También en otras cartas anteriores, se indica la presencia de la juventud de la Peña, al decir que “todos los años nos acompañan muchos “Mutikos”” (carta, 15-II-1961) o “casi siempre” habían ido los Mutikos junto a la Hermandad (12-II- 1962…).
  • 43. Javieradas de la “Hermandad de Caballeros Voluntarios de la Cruz” de 1940 a 2015. Las 75 Javieradas diocesanas desde 1941. 43 También había presencia de socios del Centro Cultural Vázquez de Mella, pues, a decir de la carta del 15-II-1961: “todos los años desee (sic. desde) la fundación de ese Centro, varios miembros de su Juventud peregrinan con nosotros a Javier á pie y en el auto” Hemos dicho que hasta 1966 se invita a la peña Mutiko Alahiak, y al Círculo Cultural Vázquez de Mella. También se invitaba formalmente pero con un estilo muy coloquial, al P. Valeriano Ordóñez (tras 1968 ya no se le invita, y en 1972 el jesuita iba en grupo aparte). Como todo organizador, el prior estimulaba a los comendadores para que lograsen la máxima afluencia de peregrinos. Se conservan sus cartas a los comendadores de cabezas de merindad (Sangüesa, Tafalla, Estela, Tudela), y a los comendadores locales de Artajona, Valtierra, Vidaurreta, Aoiz, San Martín de Unx (1958). Desde Vidaurreta, que pertenece al val de Echauri, en la zona Este de la cuenca de Pamplona, la afluencia de peregrinos fue constante aunque variada, y, en 1960, según el comendador Segundo Tabar Razquin, iban a marchar unas 30 personas en autobús hasta Sangüesa y 15 a pie (carta, 28-II-1960). La presencia de caballeros fue irregular pues dependía de las comunicaciones de autobús y coche, de los fondos personales, de las diversas opciones de días, las labores agrícolas, la edad, quizás el tiempo. Por ejemplo, en 1960 desde Vidaurreta iban a ir unas 45 personas y pocos años después tan sólo fueron tres. Otro caso: Julio Lasanta de Valtierra informaba al prior Joaquín Ochoa de Olza (Pamplona) los actos que realizaba la Hermandad en su localidad, comentando al final de su carta y sin optimismo, que “el pueblo es un tanto olvidadizo y despreocupado” (carta, 16-II- 1959). Luis Nagore de Aoiz mostraba la mejor voluntad para ir a toda costa a la cita de Javier, dejando constancia de las dificultades de transporte que había en esa época: “como el pasado sabado fueron bastantes a pie, para este creo para el viaje a pie estoy solo, asi solo no voy, voy a ver si nos juntamos para un coche y asi saldremos el domingo a las 7 de la mañana y marcharemos juntos desde Sangüesa, si me falla esto marcharé en la Veloz hasta Sangüesa y si no hay 43órc combinación seguire a pie hasta Javier, sea como sea si no hay novedad yo hare acto de presencia en Javier” (carta, Aoiz, 8-III- 1956). (Se respeta la grafía). Al margen de los apuntados en el autobús hacia Pamplona, en las fotografías se puede observar el número total de peregrinos de la Hermandad: unos 50 en la imagen cortada del Viacrucis de
  • 44. Javieradas de la “Hermandad de Caballeros Voluntarios de la Cruz” de 1940 a 2015. Las 75 Javieradas diocesanas desde 1941. 44 1957, y más de 80 en 1963. En las fotografías de 1978 se observan unos 35, muchos de ellos jóvenes. Suponemos que los caballeros se quedarían hasta el final de los Actos. Sobre la continuidad de la Hermandad, la Crónica de los años 1956-1959 indica: “Desde aquella “JAVIERADA” –explosión de entusiasmo-, de 1940, la Hermandad peregrina a Javier, sin interrupción, con más o menos concurrencia, pero con espíritu juvenil, aunque muchos de los que peregrinan no sean jóvenes ya. También muchos de sus hijos forman en las filas de la peregrinación, constituyendo firme esperanza de continuidad”. En efecto, en las fotografías conservadas hay Juventud. A pesar de ello, en la Crónica de los años 1963 a 1968 es menos optimista, pues se reconoce que: “La asistencia de peregrinos, hasta el momento, ha sufrido altibajos, pero hay que confesar con sinceridad que son muy pocos los jóvenes acompañantes que un día cojan el relevo” (Crónica, p. 4) No obstante, el tiempo pasaba y además de la reducción de peregrinos, los que iban eran cada vez mayores. Dicha edad se reflejaba por entonces, no sin añoranza –en el inexorable paso de la vida-, en la carta que el prior Echarri Loidi envió al arzobispo don José Méndez Asensio, donde se le informaba que: ”(…) Un grupo de “viejos” por la edad, pero jóvenes de espíritu marchará a pié y a su “aire” desde Pamplona, Tafalla y quizá, desde Tudela también. Otros, con menos fuerzas, “tocados” y con el tejado averiado, planean peregrinar a su manera: coche o autobús, todos con fé viva y espíritu penitencial” (…) “esperando que la “Javierada” de los viejos obtenga su bendición” (carta, 27- II-1974). No obstante, todavía había caballeros que iban a pie desde Pamplona, Tafalla y quizás de Tudela, aunque –se decía- “el número de caminantes va disminuyendo a causa de los achaques cosecha de los años, y más” (carta al P. José María Recondo de Javier, 22-II-1974). Estos eran “los veteranos peregrinos ‘empedernidos’ sobrevivientes de los primitivos que iniciaron las marchas en los lejanos tiempos del 41” (ídem.) Esta derrota de la pobre carne estaba más que compensada con la victoria del espíritu cristiano y de Hermandad, e incluso con cierto deje de humor:
  • 45. Javieradas de la “Hermandad de Caballeros Voluntarios de la Cruz” de 1940 a 2015. Las 75 Javieradas diocesanas desde 1941. 45 “Es verdad que, año tras año, va disminuyendo el número de los que marchan a pié, pero se sigue adelante, mientras Dios de fuerzas a los fortachos de la Hermandad (…) Los que vayan en coche desde Pamplona, serán pocos (…) siendo en cambio, como siempre, los más entusiastas los de Tafalla que siguen con ilusión sus peregrinaciones a Javier” (carta del prior a José Nagore de Aoiz, 22-II-1974). En su carta a Jesús Roce Campos de Tudela, el prior Echarri Loidi distinguía la capacidad de la edad, el entusiasmo como tal y el espíritu, al decirle: “Comprendo que los años no pasan en valde (sic. balde) y los anteriores entusiasmos vayan decayendo si bién (sic.) el espíritu sea firme” (carta, 22-II-1974). Distinciones estas de interés, pues el entusiasmo puede depender de estados biológicos. Lo peor es que, a pesar de que los jóvenes sí iban, no había relevo generacional –“los achaques van haciendo mella en los viejos y los jóvenes no toman el relevo” (carta, 22-II-1974)-. Esto último era verdad, pero omite decir si los hijos iban a Javier con su colegio, club, parroquia, y que los Caballeros habían sido fermento de la gran aglomeración de gente que hubo, por ejemplo, en 1959, como se recogen en las Crónicas de la Hermandad. No obstante, recordemos que en la Javierada de 1978 hubo proporcionalmente muchos jóvenes, aunque no fuesen de la Hermandad, entre las 35 personas que asistieron al Via Crucis, y que tras el 2002 ingresasen nuevos jóvenes en la Hermandad. El prior don Joaquín Martínez Úbeda fue activo en atraer nuevos jóvenes a los Actos. El tiempo. Este elemento siempre era una incógnita. Respecto a la climatología, la Javierada más recia en 17 años fue la del 8-III-1958. Nada más transcurridos los actos, y según el cronista, este año cayó sucesivamente llovizna, lluvia, hubo claros con sol y nieve, nieve “con garbo”, brilló el sol, amagó la llovizna, sopló un viento frío –muy frío-…. El domingo, al salir a la calle en Sangüesa los tejados estaban ligeramente cubiertos de nieve. Cuando “A las 8 y 10 minutos emprendimos el viaje a Javier e inmediatamente comenzó a caer tal cantidad de nieve que para cuando llegamos al solar del santo había una capa de mas de 15 centímetros”. El rezo del Via Crucis se realizó en el patio de los jesuitas a pesar de la abundante nieve. La nevada era tan intensa que el regreso a Pamplona costó dos horas y media, desde las 1’30 horas hasta las 4 de la tarde. El cronista dejó constancia de que: “Fue la peregrinación mas dura en 17 años de peregrinaciones, pero seguramente la mas feliz por la satisfacción que embargaba a
  • 46. Javieradas de la “Hermandad de Caballeros Voluntarios de la Cruz” de 1940 a 2015. Las 75 Javieradas diocesanas desde 1941. 46 todos los peregrinos”. Más tarde, las Crónicas de la Hermandad de 1956-1959 señalarán, no sin cierto regocijo literario, los detalles siguientes: “Durante la marcha desde Pamplona a Sangüesa, nuestras compañeras de viaje fueron las borrascas de agua, los claros de sol, las tormentas de nieve; pero la culminación fue el domingo día nueve de ese mes y año, durante el peregrinaje desde la ciudad que nunca faltó al castillo e Javier, trayecto durante el cual “la hermana nieve” quiso acompañarnos para probar nuestra fortaleza; pero los peregrinos con espíritu firme y decidido franquearon el obstáculo y arribaron a Javier aunque la altura de la nieve impidiera el paso de vehículos mecánicos que precisaron la ayuda de los quitanieves, para alcanzar Javier. Y como al llegar el momento de rezar el santo Via Crucis, la nieve continuara cayendo sin cesar, los peregrinos de nuestra Hermandad, desafiando a los elementos, rezaron el santo ejercicio al aire libre, a la intemperie, en el patio del Colegio apostólico, metidos los pies en la nieve y en el agua” (Crónicas 1956-1959, p. 2). Una piadosa iniciativa. En la Crónica del Capítulo Supremo del 14-IX-1972, se dio cuenta de una iniciativa sencilla y hermosa como tal, que no obstante no tenía en cuenta los posteriores efectos de la urbanización de la zona. El prior expuso la idea de colocar una imagen de la Virgen María en el término municipal de Noain (Navarra). Estaría a unos 50 metros de la salida de la primera curva de la carretera que sale de Noain hacia Javier. Ciertamente, esta ubicación dependía de que no cambiasen la carretera y sus curvas, aunque la zona era de fácil recuerdo y reubicación. Esta imagen estaría sobre un poste de cemento armado, con una capillita del mismo material en su parte superior, y, dentro, la imagen de la Señora. Una vez aprobada la idea, se decidió hacer las gestiones con el escultor don José López Furió (colega de trabajo en el comienzo de su andadura profesional de quien esto escribe) y un contratista de obras para pedir el presupuesto. La imagen sería una reproducción de la virgencita de Javier, realizada por dicho escultor. Esta Virgen recordaría a todos que la Hermandad inició la Javierada, y que allí mismo los peregrinos que de ésta van a pie inician el rezo de la primera parte del santo Rosario. La imagen también iba a ser la que hablase al peregrino del sentido religioso de la Javierada. Al final, esta iniciativa no salió adelante por el elevado coste del presupuesto. El acta del Capítulo General celebrado el 24-III- 1974 señalaba para el pilar de hormigón y capillita ascendían entre