SlideShare una empresa de Scribd logo
1 de 19
Descargar para leer sin conexión
José Fermín Garralda Arizcun. Zaragoza, 30-IV-2011                                  1


         LA INVASIÓN MUSULMANA DE HISPANIA. DE
             GUADALETE A COVADONGA (711-722).
                                                                                  José Fermín Garralda Arizcun
                                                                                          Pamplona, 30-IV-2011
                                                                            (Conferencia impartida en Zaragoza)


      SUMARIO 1. Importancia histórica de un gran tema. 2. Marco histórico y desgarro interior de
Hispania como causa de la invasión musulmana: 2.1. Desgarro interior. 2.2. Marco histórico. 3. Las cuatro
primeras expediciones: 3.1. El misterioso “conde don Julián”. 3.2. La expedición de contacto de Tarif. 3.3.
Tarik y la expedición de invasión. La batalla de Guadalete. 3.4. Expedición de conquista por Musa. “Pérdida
y recuperación de España”. Fuentes. Bibliografía



  1. IMPORTANCIA HISTÓRICA DE UN GRAN
TEMA

      LLAMA LA ATENCIÓN que, en este año de 2011, se guarde         silencio sobre el
1.300 aniversario de la invasión de Hispania por los musulmanes. No se trata de una
conmemoración, sino de un recuerdo que por varios motivos no puede dejarse de hacer.

     No preguntemos el por qué de este silencio. Las Armas del Gobierno español están
hoy combatiendo en la Libia de Gadafi, con sus bien buscados aliados. No sabemos si el
motivo del silencio es no querer excitar a los musulmanes recordándoles su invasión de
Hispania, convertida hoy en un lugar de reciente e intensa emigración, mientras España
combate en Libia en apoyo a los rebeldes al Gobierno constituido. No creemos que
recordar aquella invasión de 711 implique, sin más, poner hoy guardia a unos u otros,
pues ello mostraría una escasa madurez personal y social por una u otra parte. Ahora
bien, creo que “la cosa” no va por ahí. Es mejor pensar que el silencio sobre el significado
del año 711 es porque Guadalete supone hablar de Covadonga (722).




   Cruz de los Ángeles. Año 808.    Cruz de la Victoria. Año 908.   La representación de animales es algo excepcional y
       El alma de madera está       La estructura es como la cruz   casi sólo aparecen en algunos libros. Imagen de un
   recubierta de láminas de oro y   anterior. Cámara Santa de la            caballo en el libro Ibn al-Durayhim,
   decorada con piedras preciosas        catedral de Oviedo               Libro de las utilidades de los animales
    y filigranas de oro. Cámara
José Fermín Garralda Arizcun. Zaragoza, 30-IV-2011                                   2

   Santa de la catedral de Oviedo


    Este tema, es uno de los principales de la historia de la Cristiandad occidental,
Según el historiador José Orlandis:

           “(…) el dramático y repentino final del Reino visigodo español fue una catástrofe histórica tan
     absoluta y de tal magnitud que resulta comprensible que, a lo largo de doce siglos, las generaciones
     sucesivas no hayan cesado de plantearse interrogantes y proponer respuestas que pueden dar la clave
     de un acontecimiento que todavía hoy sigue resultando sorprendente”.

      Este acontecimiento conlleva muchas sorpresas. Sorpresas sobre quienes trajeron
a los norteafricanos, sobre la enorme ingenuidad política de aquellos agentes, sobre los
aliados internos de los musulmanes (un vasto clan nobiliario, algunos clérigos
politizados, y la minoría hebrea), sobre lo que se pudo hacer por parte de los hispano
visigodos y no se hizo como fue una sana reacción, y sobre la reacción final de una
minoría cristiana que, si bien estaba interinamente vencida, no se dejaba derrotar. Tras
un grano como semilla –la Fe religiosa- salieron cinco Reinos hispánicos y, al fin, la
corona de las Españas, o de España, según se prefiera.




                                                      Detalle del grabado de Roberts (s. XIX) del Peñón
                                                                        de Gibraltar.
                                                      Su nombre se debe al desembarco de Tarik en el
                                                             premontorio de Calpe (Yebel Tariq).




      Sorprende la rapidez y contundencia como los musulmanes subordinados al
califato Omeya de Damasco se impusieron a la monarquía visigoda, que daba una imagen
de poder. Sorprende cómo los invasores provocaron el hundimiento, por arte de
ensalmo, de una monarquía hispano goda, que parecía consolidada después de tres
siglos. Sorprende el final de toda la estructura política, social, cultural y económica de
un reino como el visigodo, que junto con el reino Franco y quizás el reino Ostrogodo, fue
uno de los pocos reinos importantes que configuraron los germanos tras invadir el
Imperio romano.

     Este desplome fue sorprendente e inesperado tanto para los cristianos como para
los musulmanes, y, lógicamente, también para los traidores al último rey hispanogodo,
Rodrigo. Pues bien, esta larga y ardua página preparatoria que se abrirá de ocho siglos de
historia de España, la continuarán la labor de España en la Cristiandad europea durante
los 200 años posteriores, y la recreación de toda América, inmenso continente de
inconmensurable espacios y grandiosa belleza, con una población sinceramente católica e
hispánica al menos hasta hoy.

     Sorprende que un reducido o discreto Ejército musulmán, tuviese tan buenos
resultados, y ocasionase el hundimiento de su enemigo, el reino visigodo. De por sí, la
José Fermín Garralda Arizcun. Zaragoza, 30-IV-2011                                   3

invasión sólo podía producir algún quebranto, ya por el número de los combatientes, ya
porque su retaguardia estaba muy alejada de la península, ya porque el nexo de unión de
ambos lados del Estrecho era tan frágil como la inexperiencia naval de los musulmanes.




        Conocida imagen de la corona votiva del rey   Detalle del rey don Rodrigo, en la miniatura de
                   visigodo Recesvinto.                  la “Genealogía de los Reyes de España”.
              Tesoro de Guarrazar, Toledo.



      En conclusión: las razones del hundimiento de la monarquía visigoda hay que
buscarlas sobre todo en el lado hispano. Por eso, hay que explicar previamente la crisis
de la monarquía goda.

     Ahora bien, a pesar de la crisis interna y global de Hispania, lo decisivo para el
hundimiento del reino de Toledo fue la invasión del Islam. Lejos de la hipótesis
estructural, afirmará Orlandis:

         “Esta crisis intestina, que le restó capacidad de resistencia (al reino visigodo), facilitó el
     hundimiento de la Monarquía visigoda ante el empuje musulmán. Pero hay que reconocer que la
     invasión árabe fue el factor capital en la desaparición del Reino de Toledo y que el curso de los
     acontecimientos hubiera sido, con toda probabilidad, completamente distinto, de no haberse
     producido el asalto procedente del exterior”.

      Veremos que la derrota visigoda frente al Islam se debió particularmente a los
aspectos siguientes: a la división entre la nobleza goda, a la decadencia moral del rey
Witiza, la traición del clan de los witizanos una vez fallecido el rey Witiza, y a las agitadas
actividades de la minoría judía, que tanto había sufrido durante algunos reinados godos,
aunque hubiese prosperado mucho en el último gobierno del rey Witiza. Es decir, el reino
visigodo cayó por la sorpresa de los hispanogodos y no darse cuenta de lo que estaba
ocurriendo, por la división política, por el juego del invasor de presentarse como aliado de
una facción nobiliaria, por la falta de jefes naturales, por la incapacidad para unirse frente
a un enemigo común, por la falta de una reacción a tiempo confiando en que “no pasaba
nada” esencialmente diferente a lo vivido hasta entonces, por la crisis que atravesaban no
pocos eclesiásticos, la inmoralidad de costumbres en las élites, y las complicidades
interiores con los invasores.

    Sabemos que el año 711 fue el comienzo de una larga invasión, pues durante 800
años se sucedieron las invasiones islámicas de la península Ibérica desde el Norte de
José Fermín Garralda Arizcun. Zaragoza, 30-IV-2011              4

África. Si bien comenzaron con el conde don Julián, Tariq y Musa, después llegarán
aportes sirios y árabes y, sobre todo, numerosas oleadas musulmanas, norteafricanas y
guerreras hasta el fanatismo, de almorávides (siglo XII), almohades (siglo XIII, con las
Navas de Tolosa en 1212) y los benimerines (siglo XIV). Ahí está también la amenaza
turca sobre la Granada de Boabdil, amenaza continuada en los siglos XVI y comienzos del
XVII. Incluso Felipe V de Borbón, llevó sus Armas al Norte de África a comienzos del s.
XVIII.

     Conocíamos las responsabilidades del conde don Julián, pero no creíamos que
fuesen tantas. No obstante, como no hay mal que por bien no venga, al fin se formó
España, dominadora del Orbe, cuna de San Ignacio, espada de Roma, cuya constitución y
grandeza fue la unidad católica, pues, como decía Menéndez y Pelayo sobre la unidad de
España, España no tiene otra unidad.



   2. MARCO HISTÓRICO Y DESGARRO INTERIOR DE
HISPANIA   COMO    CAUSA   DE  LA   INVASIÓN
MUSULMANA

     2.1. DESGARRO INTERIOR
     En la monarquía hispano goda se había roto el espíritu público, esto es, el concepto
de pueblo y de monarquía para el bien común. ¿Por qué? Citemos varios motivos:

     1º Las clientelas nobiliarias originaron fuertes clanes político-familiares, y a menudo
estos se enfrentaron entre sí por el poder del trono. La aristocracia visigoda, antaño
guerrera, originó enfrentamientos en su seno. Incluso politizó a los obispos de Sevilla y
Toledo, que eran del clan witizano. Los visigodos habían perdido sus virtudes castrenses.
Debido a esta división, las resistencias que los hispanogodos presentaron a los islamitas
fueron aisladas; de ofrecer un frente común, los musulmanes no podían haber aguantado
debido a su escaso número y al ir desplazándose hacia el norte lejos de sus bases de
abastecimiento.

      2º La desmoralización popular se refleja en la excesiva carga fiscal y la
desmovilización militar del pueblo. Aumentó mucho el número de siervos fugitivos, así
como el de suicidios, que llegó a preocupar a los obispos hispanogodos, lo que muestra el
desequilibrio psíquico de muchos individuos. Por su parte, el holandés Dozy ha pintado
un oscuro retrato de la sociedad hispano visigoda y de la Iglesia en Hispania, debido
quizás a su fanatismo anticlerical. Más bien habrá que señalar que dicha Iglesia ofreció
resistencia al nuevo estado de cosas y que estimulará los núcleos de resistencia en las
montañas del norte de Hispania.

      3º La crisis económica se expresó en el envilecimiento de la moneda, y el
enrarecimiento del comercio exterior. Ahora bien -y fruto de un inmoderado afán de
acumular síntomas de decadencia-, no se debe incidir demasiado en ella, porque también
existieron otras crisis –hambres y pestes- durante las dos centurias anteriores, por
ejemplo en los reinados de Ervigio y Egica (Orlandis). Si hubo hambres en los años 707 y
709, en 710 hubo una estupenda cosecha.
José Fermín Garralda Arizcun. Zaragoza, 30-IV-2011                       5



      4º Fue continuo el conflicto con los judíos debido a las prevaricaciones de los falsos
conversos. Ello hizo que los Concilios XII, XIII y XVI de Toledo decretasen unos cánones
restrictivos para su libertad. A ello los hebreos sumaron diversas conspiraciones, sobre
todo la del año 694, fraguada entre los hebreos hispanos y los de Ultramar, provocando
así la singular dureza en los cánones del Concilio XVII de Toledo. En este punto, observo
una dicotomía entre la prudencia de Orlandis y lo que recogen otros autores. Para
Orlandis: “Es imposible comprobar lo que pudiera haber de verdad en estas noticias,
aunque la conducta observada por los judíos españoles cuando se produjo la invasión
islámica obliga –dice- a no descartarlas a priori como una pura invención”. Por otra
parte, ¿no es difícil que todo un concilio inventase semejante conspiración? Menéndez y
Pelayo da por cierta dicha conspiración “contra la seguridad del Estado”. También la
afirma el holandés Dozy, aportando interesantes detalles, confirmados por la
Enciclopedia Judaica Castellana. Dozy señala que:

           “(…) hacia 694 (…) proyectaron una sublevación general, de acuerdo con sus correligionarios de
     allende del Estrecho, donde varias tribus beréberes profesaban el Judaísmo y donde los judíos
     desterrados de España habían encontrado refugio. La rebelión probablemente debía estallar en varios
     lugares a la vez, en el momento en que los judíos de África hubiesen desembarcado en las costas de
     España (…)”.

     También será muy importante la aportación de los hebreos en la preparación y
desarrollo de la invasión islamita, desde alentar a los islamitas a realizar la invasión, y
darles medios, hasta ayudarles a mantener con guarnición las ciudades que los islamitas y
witizanos conquistaban.




             Imagen del XVII Concilio de Toledo,
            reunido por Egica en la iglesia de Santa         Una página preciosa de un
                     Leocadia de Toledo.                       manuscrito visigodo
                     Miniatura del S. XIII



     5º La crisis eclesiástica afectó al clero y sobre todo al episcopado, lo que choca con la
labor de los 17 concilios toledanos, y las grandes figuras de la Iglesia hispanogoda, por
ejemplo san Julián de Toledo que convocó el XV Concilio y, san Félix, arzobispo de
Toledo, que convocó el XVII Concilio en esta ciudad. Así pues, entre los obispos hubo una
progresiva germanización y una cada vez mayor presencia aristocrática. Que hubiese más
José Fermín Garralda Arizcun. Zaragoza, 30-IV-2011                                        6

talante señorial que espíritu eclesiástico, lo muestran don Oppas, arzobispo de Sevilla, y
Sisberto, obispo de Toledo.

     6º Es muy posible que los witizanos creyesen al comienzo que los musulmanes iban
únicamente a apoyarles para que accediesen al trono, y que luego tendrían que darles la
recompensa. Esta bien podría ser la plaza de Ceuta, tesoros, o bien una parte del sur de
España como Atanagildo hizo y entregó a los bizantinos por el apoyo prestado.

     7º Es muy probable que los hispanogodos no advirtiesen el peligro que suponía la
presencia y correría islamita. Quizás creyesen que los witizanos debían seguir apoyándose
en los musulmanes al no haber vencido totalmente a los partidarios de Rodrigo, o bien
porque este último estaba vivo.

     A ello se suma el empuje de la guerra santa de los islamitas dispuesta en el Corán y
seguida literalmente durante los primeros siglos. En realidad, el Corán no admite
interpretaciones. Esta nueva y joven religión ofrecía una mística de combate superior al
espíritu desprevenido de los hispanos, y sobre todo al hecho de que estos no advertían el
peligro que suponían los invasores.




     Detalle del óleo que representa la conversión de Recaredo y de los      Detalle de la Cruz de los Ángeles. Año 800.
    visigodos al catolicismo en el IIer Concilio de Toledo, en el año 589.                Catedral de Oviedo
       Es el origen de la Unidad Católica de España tanto social como
                        jurídica, mantenida hasta 1978.




     2.2. MARCO HISTÓRICO
     El marco fue el siguiente. El rey Egica (687-702), que fue un monarca enérgico, quiso
garantizar la sucesión al trono asociando a él a su hijo Witiza, que por vía de aprendizaje y
cooptación fue enviado a gobernar el antiguo reino de los suevos, allá en Galicia. Witiza
fue ungido rey de Gallecia en el año 700. Ambos, Egica y Witiza -padre e hijo- hicieron
frente a varias sublevaciones nobiliarias, que reprimieron con dureza, apartando a los
culpables de cargos del oficio palatino y confiscándoles sus bienes. Seguramente fue Egica
quien de ambos más decisión mostró en la represión de los rebeldes.

     Muerto Egica, su hijo Witiza fue el único rey (702-710). Witiza inició una política de
atracción de los nobles desobedientes pero sin resultado alguno. Si inicialmente dio
pruebas de ser un buen rey, al poco tiempo mostró una gran debilidad política, corrupción
moral, anuló la legislación antijudía para a continuación favorecer mucho a los hebreos. A
José Fermín Garralda Arizcun. Zaragoza, 30-IV-2011             7

pesar de ello, Witiza sufrió la sublevación de un tal Pelayo, hijo del Fafila que había
muerto en sus manos por ser responsable de una anterior sublevación. Pues bien, parece
que este Pelayo fue el caudillo e Covadonga, el primer caudillo o príncipe –no rey- de
Asturias.

      Según Albanés, el despotismo de Witiza hizo que el célebre Eudon (algún autor dice
que seguramente hebreo) provocase una conjura, de modo que la nueva junta o senado
creado pensó como rey en Rodrigo, nieto de Receswinto. En breve, en el año 710 murió
Witiza, joven, con menos de 30 años. Dejó tres hijos: Akhila, Olmundo y Ardabastro.
¿Quién ocupará un trono ambicionado por los linajes o clanes? Según unos, la mayoría de
los nobles legalizó el reinado de Rodrigo, y según otros –los que omiten la conjura de
Eudon- la aristocracia rechazó los intentos de poner a Akhila, “y procedió a la designación
de un sucesor a la corona, sistema raramente aplicado en la práctica, pero (…) legal”
(Orlandis). A efectos prácticos era lo mismo. Ocupó el trono un nuevo rey, Rodrigo.
Aunque este era, sin duda, el rey legítimo, sufrirá la sublevación de los seguidores de los
hijos de Witiza, que se apoyarán en los islamitas (y hebreos, que habían sufrido la
legislación y política hispano goda) para ser después conquistados por los guerreros del
Islam. El clan witizano dirigido por los hermanos del difunto Witiza –don Oppas obispo
de Sevilla y Sisberto arzobispo de Toledo- “no se resignará a su derrota y planeó la
conquista del trono con ayuda extranjera” (Orlandis). No obstante, la ayuda exterior no
era algo nuevo, pues Atanagildo había logrado ser rey con auxilio de Bizancio en el año
555, y Sisenando con apoyo del reino franco en el 631.

     Al otro lado del estrecho, aunque todavía no alzado el poder musulmán, los
witizanos podían apoyarse en los muslines. Por su parte, independientemente o de forma
coordinada, también podían actuar los hebreos favorecidos por Witiza entre los no pocos
hebreos expulsados de Hispania. Es ahora cuando entra en escena el conde don Julián,
que introdujo a los musulmanes en España.




     3. LAS CUATRO PRIMERAS EXPEDICIONES

     3.1. EL MISTERIOSO “CONDE DON JULIÁN”
     El llamado conde don Julián era -al parecer- de origen bizantino, aunque pudiera ser
godo o tener otro origen. Recordemos que Bizancio estuvo presente en el Norte de África,
desde Cartago a Ceuta, desde el s. VI. Don Julián –la leyenda le llamará “conde don
Julián”- era tributario o “cliente” de Witiza. Existen relatos legendarios que nos refieren
los ultrajes que recibió del rey don Rodrigo, de los que prescindimos además de no ser
creíbles. Mandaba el presidio de Ceuta, que quizás fuese el refugio más perfecto para los
witizanos ansiosos de la revancha contra Rodrigo. Fue el intermediario del grupo
witizano. Pues bien, ¿de qué fue responsable ante la Historia el conde don Julián, si
prescindimos de la fantástica reivindicación de don Julián por el novelista Juan Goytisolo
(México, 1966)?

     El conde entró en contacto con el gobernador árabe de la zona occidental de África
del Norte, llamado Musa-ben-Nusayr, que buscaba consolidar el dominio musulmán en la
zona de Magreb. Recordemos el escaso éxito que tuvo la religión islámica entre los
José Fermín Garralda Arizcun. Zaragoza, 30-IV-2011                        8

beréberes. Musa residía en Trípoli, y tenía su segundo, un tal Tarik, gobernando el
Magreb (Marruecos) con sede en Tánger.

     Las primeras proposiciones de don Julián a Tarik inspiraron a los musulmanes
serios recelos. A ello se añadía la gran dificultad de los musulmanes para cruzar el
estrecho, debido al hecho de desconocer del arte de la navegación, a carecer de barcos, y a
convertirse el Estrecho en un mar bravío por la confluencia de las aguas atlánticas y
mediterráneas.

     Don Julián quiso convencer a los musulmanes ofreciéndoles hechos y no sólo
palabras. Así, hizo una expedición de sondeo dirigida contra la península, formada sólo
por cristianos. Esta expedición regresó a Ceuta a finales de 709 con mucho botín y la
importante información de la falta de resistencia visigoda. La noticia llegó a Musa y,
después, al califa de Damasco. Interesa saber que el califa omeya estaba al tanto de estos
asuntos. Los musulmanes mostraron suspicacias, además del temor del califa porque las
recientes conquistas musulmanas todavía no se habían consolidado. Crecer en territorios
y población sin consolidar la ocupación del lugar podía ser muy contraproducente.

     Por parte musulmana todo eran suspicacias, incapacidades y temores, mientras que
por parte de don Julián, los witizanos y los hebreos, todo era allanar caminos, dar apoyos,
y mostrar facilidades de botín.

     En efecto, los muslines no actuaban solos. Según Sánchez-Albornoz:

         “Tariq y Muza contaron enseguida con dos formidables quintas columnas: los witizanos, que
     constituían una facción nobiliaria y poderosa, y los judíos, hasta allí perseguidos, y en tres años
     conquistaron raudos Hispania” (Sánchez-Albornoz, “El drama de la formación…”).




     3.2. LA EXPEDICIÓN DE CONTACTO DE TARIF.
      En julio de 710, un puñado de 400 hombres al mando de Tarif-ben-Malluk, que era
un liberto, embarcaron en cuatro navíos proporcionados, al parecer y de nuevo, por el
conde don Julián. Los 400 hombres se distribuían en 300 infantes y 100 caballeros.
Desembarcaron en Tarifa, lugar que recibió el nombre del jefe musulmán. La expedición
de saqueo (gazúa) fue un éxito, pues, sin encontrar resistencia alguna, se tomó un
abundante botín, del que destacaban bellas mujeres. La codicia del desierto parecía
insaciable: disminuyeron los recelos y los magrebíes decidieron emprender campañas
más potentes, con idea incluso de intervenir en la península de una forma sólida y
efectiva. La expedición fue de contacto y una tentativa exitosa.
José Fermín Garralda Arizcun. Zaragoza, 30-IV-2011                                9




                                                       Ruta más detallada del inicio del dominio musulmán
       Recorrido de Tarik y Musa en la conquista de   hacia el Norte de la península. Rutas de Tarik (de Sur a
                        Hispania.                            Norte), Musa (de S. a N.), Abdelaziz (Sur),
                                                          Al-Hurr (NE), Al-Samah (NE), Ambaca (NE) y
                                                                       Abd al-Rahman (NE)




  3.3. TARIK Y LA EXPEDICIÓN DE INVASIÓN. LA
BATALLA DE GUADALETE (711-714)
     Debido al botín recogido, Muza envió una nueva expedición de invasión y conquista.
La dirigió un guerrero diferente al anterior: Tarik ben Ziyad (Tariq o Taric). Para unos
autores era una persona de oscuro origen. Manuel Riu señala que era persa de Hamadán.
Ello no impide que según el rabino Jacob S. Raisin, Tarik era “un judío de la Tribu de
Simeón”, hijo de Cahena, converso al Islam. Tarik gobernaba Tánger a las órdenes de
Musa. Debido al éxito de la anterior expedición, la nueva gazúa la componían las cuatro
naves ya utilizadas, más otras nuevas, buscando con ellas mantener un tráfico fluido entre
las dos columnas de Hércules, a ambos lados del estrecho. De nuevo intervino el conde
don Julián para asesorar sobre el terreno y para aportar la colaboración de sus
partidarios.

     Según el rabino Raisin, la invasión de la España goda la realizaron “doce mil judíos y
moros”. La expedición estuvo bien preparada porque aprovechó la ocasión de que el rey
Rodrigo estaba muy ocupado combatiendo una rebelión al Norte de España, al parecer
contra los vascones sublevados en Pamplona. Según R. C. Albanés, esta sublevación la
promovió la comunidad hebrea de dicha Pompaelo.

      ¿La fecha de la invasión?: el 27-IV-711. La expedición llegó a Calpe, que luego se
llamará Gibraltar (de Yabal Tarik o montaña de Tarik). Con la retaguardia en Gibraltar,
Tarik se dirigió a la bahía de Algeciras, que llamarán “Isla Verde”. Como sólo tenía 7.000
hombres y todavía muchos recelos hacia la oferta de don Julián, debía tener precauciones.
Entre dichos hombres había una gran mayoría de berberiscos y libertos, y sólo unos 50
árabes. Pensó ir a Sevilla, para lo cual solicitó refuerzos. A pesar de que su superior Musa
le envió 5.000 beréberes –lo que indica que estaba muy comprometido-, y los witizanos le
apoyaron fuertemente, estos 12.000 hombres todavía no eran suficientes para que Tarik
tomase la iniciativa. Esto es significativo de la insuficiencia y escaso número de
musulmanes llegados de África durante mucho tiempo, lo que refleja los graves errores de
los hispanogodos.
José Fermín Garralda Arizcun. Zaragoza, 30-IV-2011                            10




        Trabajo en marfil de gran               Imagen parcial de la mezquita mayor de Córdoba
        detalle. Siglo X. Córdoba



     A las dos o tres semanas de la invasión, la noticia llegó al monarca don Rodrigo.
Conocedor de lo que ocurría en la Bética, el rey se trasladó con rapidez a Córdoba, donde
organizó un ejército de 40.000 soldados. Una pregunta surge ahora: ¿es que el monarca
visigodo era un simple sargento al ir de aquí para allá, en vez de tener un Ejército
organizado con unos mandos capaces de todo?

     Inicialmente, los musulmanes eran colaboradores de una insurrección witizana
contra el rey legítimo que era Rodrigo. Pero pronto fue al revés. No obstante, las dudas
de Tarik no eran infundadas debido a los escasos apoyos que recibían los witizanos por
parte de la población. Como los refuerzos recibidos de África no eran tan elevados, y
quizás porque los beréberes habían sido convertidos al Islam recientemente, Tarik solicitó
ayuda por segunda vez.

     Rodrigo, reunió en Córdoba a los nobles hispanogodos, y quizás pensó que la rapidez
sería su mejor aliada, para que los refuerzos africanos no se uniesen con los witizanos de
Sevilla. En Sevilla estaba don Oppas y en Toledo don Sisberto, con sus tropas, ambos
arzobispos traidores y hermanos de Witiza.

      La batalla de Guadalete. Sánchez Albornoz ha estudiado con detalle la
localización del lugar de la batalla y las primeras actuaciones de los invasores. El lugar de
la batalla fue la orilla del río Guadalete (Wadi-Lakka), cerca de Arcos de la Frontera. Riu
señala que fue a orillas del río Guadarranque, entre la Torre de Cartagena y Gibraltar. Los
árabes hablan de cien mil cristianos, pero es una cifra exagerada para magnificar la
victoria de los invasores. Tarik tenía unos 17.000 beréberes y africanos, a los que se
sumaron los witizanos.

      La batalla de Guadalete se desarrolló entre el 19 al 26 de julio, quizás el día 23. El
factor decisivo fue la formación del Ejército de don Rodrigo, pues las alas estaban
dirigidas por los partidarios de Akhila -hijo del difunto rey Witiza-, concretamente por los
witizanos el arzobispo de Sevilla, don Oppas, y Sisberto, arzobispo de Toledo ya citados.
La batalla duró dos días, con ventaja inicial para los visigodos debido a la caballería de la
que carecían los berberiscos. Ahora bien, en el momento en el que los islamitas quisieron
retroceder ya en lo más duro del combate, las alas del ejército con el arzobispo Oppas se
retiraron y cambiaron sus armas de dueño, dejando solo a don Rodrigo en el centro del
José Fermín Garralda Arizcun. Zaragoza, 30-IV-2011               11

ataque general. Don Julián también estaba ahí. El rey visigodo fue incapaz de frenar el
choque en condiciones tan desiguales, y fue derrotado.

      Al parecer, Rodrigo murió en la batalla y su cadáver fue río abajo, pues se encontró a
su caballo, sólo, junto a la orilla. Ahora bien, es posible que el cadáver no encontrado
fuese recogido por los fieles o “gardingos” del séquito del rey, pues según la “Crónica
Rotense” (s. IX), en la población portuguesa de Viseo se encontró un sepulcro con la
inscripción: “Aquí yace Rodrigo, el último rey de los Godos” (Orlandis). Los restos del
Ejército hispanogodo se retiraron hacia Córdoba. La derrota visigoda permitió a los
musulmanes reforzar su caballería, facilitando su movilidad y haciendo posible la
dispersión de sus tropas. Sin embargo, Tarik les persiguió, les dio alcance, y les derrotó de
nuevo en Astiog (Écija). Como prueba de la traición de los witizanos, Sánchez-Albornoz
cita, entre otros testimonios, el del Ibn al Qutiya -descendiente de Sara, nieta de Witiza-,
quien dejó escrito con orgullo que sus abuelos habían traído consigo el Islam a la
península.

     Las cifras de las tropas de ambos bandos no son seguras. Hemos dicho que las
fuentes islámicas citan 100.000 cristianos, y las cristianas un total de 187.000 enemigos
del rey Rodrigo. Dichas fuentes no son creíbles. Ambas cifras son exageradísimas. Por su
parte, Collins menciona 2.500 cristianos y 1.900 invasores. Lewis hace ascender el
número a 33.000 y 12.000 respectivamente. Al fin, lo más probable es que fuesen 40.000
del rey Rodrigo frente a 25.000 musulmanes, witizanos y hebreos. Luego vino la traición
en plena batalla, que ha quedado viva en el recuerdo de los españoles.

     A continuación, Tarik dividió sus tropas en tres secciones. La primera sitió
Córdoba, que fue ocupada antes del 20 de agosto. La segunda fue hacia Granada y
Málaga, con el objeto de recibir el apoyo en nombre de los witizanos o bien que se
rindiesen los rodriguistas leales. La tercera, con él al frente, se dirigió hacia Toledo, para
impedir que los realistas se reorganizasen. Los signos de descomposición interna
anteriores al 711 se mostraron a la luz. Incluso el arzobispo de Toledo, Sinderedo,
abandonó la defensa del Reino y huyó a Roma. Muchos otros le imitaron. Este es un
elemento más para hacernos cargo de la situación. El 11 de noviembre del 711 la fuerte
capital del Reino hispano visigodo se rindió a la Media Luna porque los hebreos abrieron
las puertas de la ciudad. Tarik encontró una gran parte del inmenso botín que el rey godo
Alarico tomó cuando saqueó Roma hacía 300 años, antes de llegar a Francia.

     La táctica de Tarik era evitar que los hispanogodos se agrupasen. Tenía que
perseguirlos. En la rapidez estaba su éxito. Por eso, siguió hacia el Noroeste:
Guadalajara, Osma, Castrogeriz y Amaya (al Norte de Palencia). Musa, desde la
actual Libia, estaba al corriente de estos éxitos, pero la envidia le corroía. Tarik hacía su
campaña, su guerra, se separaba de sus propias directrices, ganaba oro, y mostraba una
espectacular empresa a los ojos del mundo conocido. ¿Qué directrices tenía Tarik? Tras
Guadalete, Tarik debía detenerse a la espera de instrucciones. Pero él siguió adelante,
hacia el Norte. Esto, además de una desobediencia a Musa, era imprudente porque se iba
separando de sus bases y debilitando sus fuerzas. Desde luego, cualquier apoyo de la
minoría judía era inestimable. De nuevo Tarik pidió tropas auxiliares a Musa. La política
de Musa tenía que cambiar, pues inicialmente estaba encaminada a consolidar su posición
en el Norte de África y ampliar sus dominios hacia en Atlántico, no hacia el Norte. Desde
Amaya, Tarik fue a Astorga y de ahí se volvió a Toledo, agotado.
José Fermín Garralda Arizcun. Zaragoza, 30-IV-2011                             12

      Según numerosos autores de origen musulmán, hebreo, y otros nada sospechosos de
antisemitismo como Amador de los Ríos, o bien cristianos, los hebreos patrocinaron la
invasión con hombres y dinero, con dirigentes; no pocos hebreos del norte de África
entraron con los islamitas, los que estaban en Hispania abrieron las puertas de las
principales ciudades (por ejemplo Toledo), y en todas partes aportaron piquetes de tropas
y guarniciones para custodiar las ciudades que los islamitas no podían proteger.
Seguramente los hebreos se consideraron vencedores. Esto continuó en tiempos de Musa.
Ya hemos citado el motivo: la legislación de los Concilios de Toledo contraria a los
judaizantes, y los cánones del XVII Concilio toledano, que fueron muy perjudiciales para
los hebreos debido a la conspiración ocurrida contra la seguridad del Reino. Aunque
apoyaron a los muslines, con el tiempo serán mal tratados por ellos al igual que los
cristianos.


   3.4. EXPEDICIÓN DE CONQUISTA POR MUSA (712-
714), “PÉRDIDA Y RECUPERACION DE ESPAÑA”
     De nuevo estamos ante una expedición de conquista, pero también fue de
consolidación. Musa organizó un ejército de alta calidad: no lo formaban beréberes sino
18.000 árabes, sirios y las nuevas aristocracias musulmanas. Era junio de 712. Casi un año
de Guadalete. Musa llegó a Algeciras. El nuevo jefe quería plantear la campaña de una
manera diferente a la de Tarik, para mostrar así que era él quien mandaba. De esta
manera, se propuso consolidar su dominio sobre el Sur peninsular. Reconquistó Medina
Sidonia, Alcalá de Guadaira y Carmona. El hecho que Medina Sidonia se hubiera
perdido antes, significa que los hispano visigodos del lugar no querían entregarse. Llega a
Sevilla, que puso una débil resistencia. La guarnición visigoda de Sevilla se retiró
voluntariamente a la próxima región de Niebla, en la actual Jaén.




                                                  Paño de un posible estandarte árabe con bordados
                                                    epigráficos y geométricos. Siglo XI (Huesca)




     Musa puso la mirada en Mérida. Esta ciudad era una de las más importantes de
Hispania por su raigambre, su población, su riqueza comercial, la pluralidad de gentes y
su situación. Los principales partidarios del rey Rodrigo se habían refugiado en ella. Si
Mérida aguantaba –y a ello estaban dispuestos sus jefes y su población-, los moros se
detendrían y además verían cómo otras ciudades les podían imitar.

     Mérida significó el primer descalabro de Musa. Esta ciudad aguantó desde los inicios
del invierno de 712 hasta final de mes de junio de 713. Incluso Sevilla se sublevó. Musa
envió a su hijo a sofocar la rebelión de Sevilla con gran dureza, lo que hizo, además de
José Fermín Garralda Arizcun. Zaragoza, 30-IV-2011             13

controlar los focos rebeldes de Niebla, Beja y Ossonoba, y dominar Andalucía hasta
Murcia. Mientras Musa mantenía el sitio a Mérida, su hijo Adb-al-Aziz-ibn-Muza logró la
capitulación del conde godo Teodomiro de Murcia, con capital en Orihuela, en abril de
713. Teodomiro fue sometido sin lucha y pactó con el islamita. En el pacto se reconoce
a Tudmir ibn Gandaris (Teodomiro), a su familia y a la población de siete ciudades
(Balantala, Elche, Iyih, Locant, Lorca, Mula, Oriola), la protección de Alá y su profeta, su
libertad y la de sus gentes, y poder seguir siendo cristianos y conservar sus iglesias. A
cambio, Teodomiro debería comunicar cualquier noticia que afectase a la seguridad de los
musulmanes, y su pueblo debía abonar fuertes tributos, es decir, cada hombre un dinar,
cuatro almudes de trigo, cuatro de cebada, cuatro medidas de vinagre, una medida de
miel y otra de aceite, mientras que el esclavo abonaría la mitad de esto. Estos tributos
eran muy fuertes. Dichas capitulaciones fueron revalidadas más adelante por el califa
Marwan. Todo ello indica cierta autonomía en el “Estado” de Teodomiro, valorado por los
historiadores de manera diferente (Valdeavellano, Ubieto, Sanchis y Guarner, Soldevila,
Lacarra etc.). Esta autonomía más adelante se oscurecerá para de nuevo reaparecer
cuando una de las divisiones administrativas del emirato independiente de Córdoba sea la
cora o provincia de Teodomiro.

     Mientras tanto, el sitio de Mérida se prolongaba, aunque fue ocupada el 30-VI-713.
Estos éxitos, más el tesoro encontrado en Mérida, permitió a Musa llegar a Toledo para
que Tarik le rindiera cuentas. La entrevista, realizada en Almaraz (el Encuentro), en la
confluencia del Tiétar con el Tajo, fue turbulenta. Tarik fue humillado, siendo uno de los
motivos de la ira de Musa la forma como este había repartido los tesoros.

     Musa llegó a Toledo y aquí estuvo el invierno del 713 al 714. Desde la antigua capital
hispanogoda, se encargó de dominar el sur de Hispania, informar al califa de Damasco, y
darle cuenta de las abundantes riquezas.

      Ya con el buen tiempo, pues los ejércitos lo necesitaban para las campañas, Musa y
Tarik se dirigieron con éxito hacia Zaragoza (714) y Medinacelli, mientras el conde
visigodo Casius (iniciará la familia Banu Quasi de Tudela), que gobernaba Borja y
Tarazona, apostató al convertirse al Islam para conservar su gobierno. En Zaragoza, Musa
recibió un primer mensaje del califa para que viajase a Damasco. No se sabe a ciencia
cierta cómo Musa ocupó Cataluña, pues discrepan la Crónica del Moro Rasis y las
investigaciones de los historiadores Claudio Sánchez-Albornoz y de Abadal.

      En realidad, en Cataluña gobernaba uno de los hijos de Witiza, Akhila, que era un
firme aliado de los musulmanes. Ya no sabemos si ellos eran aliados de aquel o, más bien,
aquel de ellos. El hecho es que Akhila y sus hermanos, Olmondo y Ardabastro, estaban
en Damasco, “negociando con el califa las condiciones de un acuerdo que les
permitiera mantener en España la situación de privilegio que ansiaban y que les indujo
a buscar el apoyo árabe” (Luis V. Díaz Martín). Asegurada Cataluña por Musa debido a
no temer nada de este lugar, y además sin llegar a ocuparla –salvo Tarragona-, se dirigió
al Oeste: hacia Bribiesca y Astorga. Se discute su Musa entró en Asturias; Sánchez
Albornoz afirma que pudo enviar una pequeña tropa pero sin consecuencias. Ya estaban
por aquí los partidarios de Rodrigo. De Astorga, fue a Galicia, logrando la conquista de la
fortificada ciudad de Lugo como límite Norte máximo de su expansión por la península.

     Estando en Lugo, Musa recibe un segundo mensaje del califa para que viajase a
Damasco. Después de dejar todo bien seguro, y a su hijo Abd al-Aziz al cargo de Sevilla en
calidad de gobernador (amir), Musa, acompañado de Tarik, fue a Damasco, poco antes del
José Fermín Garralda Arizcun. Zaragoza, 30-IV-2011              14

fallecimiento del califa al-Walid. La llegada a Damasco se realizó con mucho botín y hasta
30.000 prisioneros (Riu). El nuevo califa, Sulayman, dejó de lado a Musa, quien al pronto
falleció en el más completo olvido.

     No sólo interesa la rápida conquista de Hispania, sino que a pesar de la debilidad
musulmana los hispanogodos no se rebelaron. Aceptaron de hecho la situación. Divididos
entre witizanos y rodriguistas, sin verdaderas élites y sin rey, no sólo fueron vencidos sino
que fueron derrotados por decadentes. Una parte de los visigodos, los witizanos, se habían
entregado al vencedor, aunque inicialmente creían que iban a servirse del musulmán.
Esperaban su recompensa, que no fue el trono sino los 3.000 fundos patrimoniales del rey
visigodo. Así, “A la traición de los hijos y fieles de Witiza siguió la de los generales
vencedores. En lugar de entregar el reino a quienes les habían llamado y auxiliado,
proclamaron la soberanía del califa de Damasco” (Sánchez-Albornoz, “El drama de la
formación…”).

      Pero no toda Hispania estaba ocupada por los musulmanes: sólo había en ella un
reducido ejército islamita y en lugares concretos. Sobre todo había sumisión en muchos
gobernadores territoriales, entre ellos Teodomiro de Murcia y Casio del Alto Ebro. En
muchas zonas, sobre todo las rurales –la población por entonces era predominantemente
rural- la presencia musulmana era escasísima. En muchas ciudades y fortificaciones los
efectivos islamitas no eran suficientes. Las élites visigodas y los obispos hispano visigodos
parece que habían desaparecido. Los witizanos podían haber abandonado a los
musulmanes, aunque los hebreos quizás siguiesen apoyando a estos últimos. Los
musulmanes junto con los hebreos no eran más poderosos que los hispano visigodos
unidos. En absoluto. Hubo resistencias locales o parciales, pero fracasaron por la
desunión; muy diferente se hubiera escrito la historia si los hispanogodos hubiesen
presentado batalla todos juntos. Por otra parte, y como aporte demográfico, a mediados
del siglo VIII “no sobrepasarían la cifra de treinta mil las gentes llegadas a las playas
hispanas desde el otro lado del Mediterráneo (Sánchez-Albornoz). Según Riu, cuando en
el 741, con ocasión del alzamiento de los beréberes contra los árabes, lleguen entre 7.000
y 12.000 sirios, el total de musulmanes llegan a Hispania oscilaría entre los 21.000 y
36.000 islamitas, que estaban establecidos al sur y conservaron su agrupación por tribus,
distribuidas por distritos militarizados. Otros autores señalan 35.000 invasores,
procedentes de los 17.000 de Tarik y 18.000 de Musa. Una vez repuestos de la sorpresa de
la invasión, y debido a las posteriores guerras civiles entre los musulmanes, los cristianos
hubieran podido expulsar en poco tiempo a los islamitas. Ahora bien, una vez perdidas las
diversas ocasiones, fue la fundación del dominio Omeya independiente en Hispania lo que
perdió la península para los cristianos, exigiéndoles una costosa reconquista.

      Es muy posible que la vida ordinaria de campesinos, artesanos y pequeños
comerciantes hubiese seguido igual que antes, que la Iglesia mantuviese intacto su
ministerio y su organización, y que los jefes anteriores mantuviesen sus puestos aunque
subordinados a los islamitas. Quizás los witizanos, sin reconocimiento alguno por parte de
los invasores, considerasen reyes a los hijos de Witiza, pues una crónica mozárabe señala
los nombres de “Achila regnavit annos III, Ardobastus regnavit annos VI”. No obstante,
al no serles reconocido poder político alguno por los islamitas, los sucesores de Witiza se
fusionaron con la aristocracia árabe.

     Muchos nobles visigodos se habían rendido a los musulmanes, que ocuparon la
península más por capitulación y pacto que por victoria militar. Estos nobles siguieron
gobernando sus territorios. A unos se les exigía la sumisión completa a las autoridades
José Fermín Garralda Arizcun. Zaragoza, 30-IV-2011                               15

musulmanas por haber opuesto alguna resistencia (capitulación), como hacían los
romanos con las ciudades estipendiarias. A otros, los gobernadores los musulmanes les
reconocían cierta autonomía política mediante pacto, como es el caso de Teodomiro.
Algunos nobles no tuvieron reparo en islamizarse como el citado conde Casius del Ebro.
En ambos casos, los cristianos podrían seguir siéndolo siempre que pagasen el impuesto
de capitación (yizya), es decir, un impuesto personal o per capita, así como el tributo de la
contribución territorial (jaray). Estos tributos eran muy onerosos para muchos pobladores
y “seguidores del Libro” en la península. Esta era la proclamada tolerancia hacia los
cristianos. Añadamos a ello las persecuciones en Córdoba (San Eulogio, s. IX) y otros
lugares. Muchos siervos y colonos que estaban bajo la jurisdicción pre-feudal de un señor
visigodo, ahora cambiarán de señor y será un musulmán, lo que no significo “una
renovación general de la agricultura, ni del sistema de propiedad agraria” (Riu).




             Dibujo árabe de una noria.         Imagen de unas liebres en el libro Ibn al-Durayhim,
                     Siglo XIII                      Libro de las utilidades de los animales



     El hijo de Musa se dedicó a una labor de pacificación. Se acercó a los seguidores de
don Rodrigo, y quizás se casase con la viuda de Rodrigo, llamada Ailo o Egilona.
Temeroso el califa del acercamiento del hijo de Musa a los vencidos, en marzo de 716
ordenó su decapitación. Esto indica que todo lo ocurrido en España interesaba
directamente al califa. Quizás fuese el momento de la rebelión, pero ningún hispanogodo
se movió.

      Del 716 al 719, el nuevo gobernador al-Hurr puso en práctica el acuerdo firmado
entre el califa de Damasco y los hijos de Witiza. Estos renunciaban al título de rey, de
manera que toda la península estaba bajo el poder del califa. También renunciaban a
cargo y rango alguno independiente o al margen del dominio musulmán. A cambio de
ello, el califa les reconocía la propiedad de tres mil fundos, que eran los bienes
patrimoniales de la corona visigótica. Sin embargo, la nobleza de Cataluña y Septimania
no aceptó la renuncia de Akhila, hijo de Witiza, y nombró como rey a Ardón, que fue el
último monarca godo. Este rey estableció su capital en Narbona, hasta que el emir al-
Samh conquiste esta ciudad (720). Hemos dicho que en Hispania aún quedaba al Islam
mucho territorio y población por dominar, a lo que añadía el hecho que los musulmanes
preferían la conquista de otras tierras para tomar botín, al esfuerzo de asentarse, trabajar
y consolidarse en la península. El Islam penetró en las Galias, por Aquitania en el año 721,
Provenza, Borgoña (725) y Gascuña (Poitiers, 732), pero fracasó. Súmese a esto las
guerras civiles entre los árabes, sirios y beréberes en la Hispania dominada.
José Fermín Garralda Arizcun. Zaragoza, 30-IV-2011                                       16



      Más adelante, el dominio islamita de la península oscurecerá la presencia de los
cristianos en ella, a pesar de la resistencia de san Eulogio y otros muchos en Córdoba y
otros lugares. Los hebreos no seguirán mejor suerte, a pesar del apoyo prestado a los
islamitas durante la invasión.

      Resistencia y triunfo de Covadonga de los cristianos. El Islam fracasó en
Poitiers (732) y en Covadonga (722). Pelayo no fue un invento posterior, sino que
existió. Hay que decir esto ante algunos intencionados escritores amigos de la negación.
Al parecer, fue hijo del tal Fafila ya mencionado, gobernador de Tuy, muerto por Witiza
por una conspiración. De ahí que Pelayo pudiera ser partidario del rey Rodrigo. También
pudo ser un “espatiario” o miembro de la guardia real de Toledo. Eso sí, era noble de
origen, pues de otra manera no hubiera tenido poder de convocatoria entre los refugiados
godos, ni hubiera sido un jefe indiscutido. Al parecer, inicialmente colaboró con Munuza,
gobernador islamita de Gijón, y luego fue a Córdoba de donde se escapó. Su oposición a
los musulmanes no fue casual, sino intencionada. Las circunstancias la hicieron posible, y
hasta le pudo mover el hecho de que el gobernador de Gijón había incluido a su hermana
en su harén. Perseguido por Munuza, Pelayo se propuso levantarse contra la dominación
musulmana. Muchos cristianos habían huido a Asturias, lo que explica que al llegar los
islamitas a varias ciudades estas estuviesen desiertas.




     Montañas jóvenes y abruptas de los Picos de Europa,                 Monumento a don Pelayo en Covadonga.
      reborde montañoso de la meseta elevado durante el             Refugiado en las montañas astures, quiso restaurar
    Terciario. Allí se inició la Reconquista de Hispania frente                 la monarquía hispanogoda
             a los pueblos invasores de la península




                                                                   Cueva en Covagonda donde se
                                                                   encuentra la Santina, lugar de
                                                                  peregrinación y devoción de toda
                                                                              España.
José Fermín Garralda Arizcun. Zaragoza, 30-IV-2011                       17



      En 718 había un foco de inquietud en Asturias, mientras los islamitas estaban en
Cataluña y la Septimania. Covadonga no fue un invento posterior, sino que también
existió. Hubo combate. En 722 los islamitas hicieron retroceder a Pelayo, para luego
enviar un destacamento que, como ha demostrado Sánchez-Albornoz, fue derrotado en
Covadonga -“Cova Dominica”- el 28-V-722. (Hace 1.289 años… y ¡todavía seguimos
hablando de este magno hecho!). El metropolitano de Toledo, esto es, el witizano don
Oppas que de nuevo aparece en escena, iba en la expedición del Islam “con la intención de
convencer a los insurrectos de lo insensato de su tentativa, (y) es hecho prisionero” (Díaz
Martín). Aunque en la escaramuza de Covadonga sólo fue vencida la vanguardia o un
destacamento de las tropas de Munuza, esta victoria se convirtió en un símbolo y en una
gran gesta. Las cifras de mil cristianos contra veinte mil musulmanes son fantásticas. La
proyección moral del hecho fue incalculable. Según Díaz Martín:

           “los restos de la vanguardia que, después del choque, huían, se despeñaron o se ahogaron en las
     agrestes tierras de los Picos de Europa; el resto del ejército, con el que Munuza, temeroso,
     abandonaba la región, fue sorprendido por los astures en Olalies”.




                                                    Años después, es probable que Pelayo tuviese
                                               una “decidida voluntad de mantener una postura
                                               hostil frente a los invasores”, lo que se consolidará
                                               más adelante. Cuando Pelayo muera en 737, le
                                               sucederá su hijo Favila o Fafila “como si de un rey
                                               godo se tratara”. Según varios historiadores, sería
                                               alzado al estilo godo, por el pequeño ejército que
                                               era el pueblo armado. Diez años después de la
                                               victoria de Covadonga, el ejército franco derrotó a
                                               los musulmanes en Poitiers (732). Dos batallas
                                               decisivas: Covadonga fue una brillante escaramuza
                                               con una proyección de 800 años… hasta hoy, y
                                               Poitiers fue una gran batalla que dejó en manos de
                                               los hispanos la expulsión de los islamitas del resto
                                               de la Cristiandad. Y lo hicieron en la forja del
                                               espíritu.
                                                    En las Navas de Tolosa de 1212 la Cruzada en
     Los Cuatro jinetes del Apocalipsis de San Hispania se convertirá en Cruzada de toda la
   Juan. Beato de Burgo de Osma (Biblioteca de
             su catedral, Año 1086)            Cristiandad. El peligro almohade era muy grave,
                                               li-
mite. Y los cristianos cumplieron con creces. Para la toma de Granada en 1492, España ya
estaba formada, a la espera del ingreso de Navarra como Reino “por si” en 1513 y 1515, la
que ya estaba en alma como lo demostró Sancho VII el Fuerte en las Navas de Tolosa
trescientos años antes.

      Al terminar el siglo XV: “Pronto iba a resucitar el clima bélico y religioso tradicional
de nuestra Edad Media y, por él dominados, íbamos a enfrentar las tormentas de la
Modernidad” (Sánchez Albornoz). De nuevo para el homo hispanicus, “Donde una puerta
se cierra otra se abre”: mantener y recobrar la Cristiandad, vencer al Turco en Lepanto,
conquistar Túnez, y descubrir y civilizar América dando todo un continente, la
inmensidad de América y Filipinas, a la civilización cristiana.
José Fermín Garralda Arizcun. Zaragoza, 30-IV-2011                                     18


                                                                                        José Fermín Garralda Arizcun
                                                                                               Pamplona, 30-IV-2011




             José de Moret S.I., Anales del Reino de Navarra.        En 1766, la edición de Pascual Ibáñez de
              Todo Reino del Norte de España arrancaba su                         Pamplona, dice
                 historia de su enfrentamiento contra los        Joseph de Moret, Annales del Reyno de Navarra
              musulmanes. Incluida Navarra, con una Tudela
            ocupada por los Banu Qasi , hasta que sea liberada
                  por Alfonso I el Batallador de Aragón.
_____________



Fuentes:
1.   Cristianas: Chronicon Moissiacense (s. IX), Chronicón de Isidoro Pacense, Crónica de Alfonso III,
     De Rebus Hispaniae del arzobispo Rodericus Toletanus (Rodrigo de Toledo) (s. XIII), Chronicon del
     obispo Lucas Tudensis (Lucas de Tuy) (Era 733), Cristiano anónimo mozárabe (754), Ximénez de
     Rada; Chronicon Sebastián de Salamanca,
2.   Musulmanas: Ibn al-Athir, Crónica El Kamel; Al – Himiyari; Al-Nuwayri, Historia de los
     musulmanes de España y África, escrita hacia 1320; Al-Makkari; Abjar Machmua, Crónica anónima
     del s. XI; Crónica anónima de Abderramán III, escrita hacia 1010; Fath Al-Andalus; Ibn – Khaldoun
     (s. XIV), Historia de los berberes ; Ibn abd-Hakam, Historia de la conquista del al-Andalus; Abdalá,
     las “Memorias” del último rey zirí de Granada, escritas hacia 1095, editadas por Lévi-Provençal y E.
     García Gómez en 1980; Isa Ben Ahamad al Razí, Anales palatinos del califa Alhakam II, escritos
     hacia 990; Sa’id al-Andalusí, Libro de las categorías de las naciones, escrito hacia 1070.


Bibliografía:
Además de autores como A. Ballesteros Beretta, Lacarra, J. Mª. Font-Ruis, Emilio García Gómez, Z. García
    Villada, García Tolsá, Ramón Menéndez-Pidal, Sanchis y Guarner, Soldevila, Antonio Ubieto, Luis G.
    de Valdeavellano, Historia de España, José Vicens Vives, Lévi-Provençal, citemos los siguientes:
1.  ALBANÉS, Ricardo, Los judíos a través de los siglos, México, 1939
2.  AMADOR DE LOS RÍOS, José, Historia de los judíos de España y Portugal, Madrid, 1875
3.  DÍAZ MARTÍN, Luis Vicente, “Constitución de la Monarquía asturiana (711-822)”, en Historia
    General de España y América, Madrid, Rialp, tomo III: El fallido intento de un Estado hispánico
    musulmán (711-1085), 1991, 658 pp., p. 3-38
4.  DOZY Reinhart, Histoire des musulman d’Espagne, Leiden, 1932
5.  Enciclopedia judaica castellana, México, 1948, 4 vols.
6.  GARCÍA MORENO, L. A., El fin del Reino visigodo de Toledo, Madrid, 1975
7.  MARIANA, Juan de, Historia General de España, diferentes ediciones
8.  MARQUÉS DE LOZOYA, Historia de España, Barcelona, Salvat, v. I, 1977, 434 pp., pág. 217-238.
José Fermín Garralda Arizcun. Zaragoza, 30-IV-2011                         19

9.    MENÉNDEZ Y PELAYO, Marcelino, Historia de los heterodoxos españoles. Las ediciones son
      numerosas.
10.   ORLANDIS, José, Historia de España. La España visigótica, Madrid, Gredos, 1977, 331 pp. Las citas
      recogidas en estas páginas, proceden del citado libro de síntesis. ÍDEM. El poder real y la sucesión al
      trono en la monarquía visigoda, El cristianismo en la España visigoda, etc.
11.   RIU, Manuel, Lecciones de Historia medieval, Barcelona, Ed. Teide, 4ª ed. actualizada 1975, 686 pp.
12.   SÁNCHEZ-ALBORNOZ, Claudio, Orígenes de la Nación española. Estudios críticos sobre la Historia
      del reino de Asturias, Oviedo, Tomo I, 1972-1975; España, un enigma histórico, Barcelona, EDHASA,
      1977, 2 vols., vid. Tomo I, 720 pp.; El drama de la formación de España y los españoles, Madrid,
      2003, 67 pp.; “El Senatus visigodo. Don Rodrigo rey legítimo de España, Rev. “Cuadernos de Historia
      de España” (CHE), VI (1946), p. 5-99; “Otra vez Guadalete y Covadonga”, CHE, I y II (1944) p. 11-114;
      “Dónde y cuándo murió don Rodrigo, último Rey de los Godos”, CHE, III (1945), p. 5-105
13.   También pueden añadirse los historiadores hebreos Graetz, Learssi, Kastein, Pessin, Sachar, Raisin,
      que explican el apoyo de los judíos a los musulmanes durante la invasión.
14.
                                                                              José Fermín Garralda Arizcun
                                                                                     Pamplona, 30-IV-2011


                                              LAUS DEO

Más contenido relacionado

La actualidad más candente

Tema 4 (II) Los reinos Cristianos de la península Ibérica.
Tema 4 (II) Los reinos Cristianos de la península Ibérica.Tema 4 (II) Los reinos Cristianos de la península Ibérica.
Tema 4 (II) Los reinos Cristianos de la península Ibérica.Chema R.
 
Historia para niños 12 la invasión musulmana
Historia para niños 12  la invasión musulmanaHistoria para niños 12  la invasión musulmana
Historia para niños 12 la invasión musulmanatercerorubchepie
 
Las raíces históricas de españa ii
Las raíces históricas de españa iiLas raíces históricas de españa ii
Las raíces históricas de españa iioscarjgope
 
Tema 3.- La herencia medieval
Tema 3.- La herencia medievalTema 3.- La herencia medieval
Tema 3.- La herencia medievalFranciscoJ62
 
Tema 6. Al Andalus
Tema 6. Al AndalusTema 6. Al Andalus
Tema 6. Al Andalusyolandalv
 
La Península Ibérica en la Edad Media (I): Al- Ándalus
La Península Ibérica en la Edad  Media (I): Al- ÁndalusLa Península Ibérica en la Edad  Media (I): Al- Ándalus
La Península Ibérica en la Edad Media (I): Al- Ándalusartesonado
 
Tema 4 Al Andalus 2ºESO.
Tema 4 Al Andalus 2ºESO.Tema 4 Al Andalus 2ºESO.
Tema 4 Al Andalus 2ºESO.Chema R.
 
Tema3.2. la crisis del s. ix los reinos taifas e imperios norteafricanos. cu...
Tema3.2.  la crisis del s. ix los reinos taifas e imperios norteafricanos. cu...Tema3.2.  la crisis del s. ix los reinos taifas e imperios norteafricanos. cu...
Tema3.2. la crisis del s. ix los reinos taifas e imperios norteafricanos. cu...jesus ortiz
 
Al andalus
Al andalusAl andalus
Al andalusJAMM10
 
Tema 2. al andalus y sus principales etapas
Tema 2. al andalus y sus principales etapasTema 2. al andalus y sus principales etapas
Tema 2. al andalus y sus principales etapascopybird
 
AL-Andalus ( tema 6 ) 2º ESO RONDA
AL-Andalus ( tema 6 ) 2º ESO RONDAAL-Andalus ( tema 6 ) 2º ESO RONDA
AL-Andalus ( tema 6 ) 2º ESO RONDApatrirubio15
 
Tema 4. Al Andalus.
Tema 4. Al Andalus.Tema 4. Al Andalus.
Tema 4. Al Andalus.Chema R.
 
Comentario fuente histórica mapa de la reconquista
Comentario fuente histórica  mapa de la reconquistaComentario fuente histórica  mapa de la reconquista
Comentario fuente histórica mapa de la reconquistajesus ortiz
 

La actualidad más candente (20)

Tema 2. Al Andalus
Tema 2. Al AndalusTema 2. Al Andalus
Tema 2. Al Andalus
 
Tema 4 (II) Los reinos Cristianos de la península Ibérica.
Tema 4 (II) Los reinos Cristianos de la península Ibérica.Tema 4 (II) Los reinos Cristianos de la península Ibérica.
Tema 4 (II) Los reinos Cristianos de la península Ibérica.
 
Historia para niños 12 la invasión musulmana
Historia para niños 12  la invasión musulmanaHistoria para niños 12  la invasión musulmana
Historia para niños 12 la invasión musulmana
 
Tema 3
Tema 3Tema 3
Tema 3
 
Al-Andalus
Al-AndalusAl-Andalus
Al-Andalus
 
Las raíces históricas de españa ii
Las raíces históricas de españa iiLas raíces históricas de españa ii
Las raíces históricas de españa ii
 
Tema 3.- La herencia medieval
Tema 3.- La herencia medievalTema 3.- La herencia medieval
Tema 3.- La herencia medieval
 
Tema 6. Al Andalus
Tema 6. Al AndalusTema 6. Al Andalus
Tema 6. Al Andalus
 
La Península Ibérica en la Edad Media (I): Al- Ándalus
La Península Ibérica en la Edad  Media (I): Al- ÁndalusLa Península Ibérica en la Edad  Media (I): Al- Ándalus
La Península Ibérica en la Edad Media (I): Al- Ándalus
 
Tema 4 Al Andalus 2ºESO.
Tema 4 Al Andalus 2ºESO.Tema 4 Al Andalus 2ºESO.
Tema 4 Al Andalus 2ºESO.
 
Tema3.2. la crisis del s. ix los reinos taifas e imperios norteafricanos. cu...
Tema3.2.  la crisis del s. ix los reinos taifas e imperios norteafricanos. cu...Tema3.2.  la crisis del s. ix los reinos taifas e imperios norteafricanos. cu...
Tema3.2. la crisis del s. ix los reinos taifas e imperios norteafricanos. cu...
 
Al andalus
Al andalusAl andalus
Al andalus
 
Tema 2. al andalus y sus principales etapas
Tema 2. al andalus y sus principales etapasTema 2. al andalus y sus principales etapas
Tema 2. al andalus y sus principales etapas
 
Tema 2 AL ANDALUS
Tema 2 AL ANDALUSTema 2 AL ANDALUS
Tema 2 AL ANDALUS
 
AL-Andalus ( tema 6 ) 2º ESO RONDA
AL-Andalus ( tema 6 ) 2º ESO RONDAAL-Andalus ( tema 6 ) 2º ESO RONDA
AL-Andalus ( tema 6 ) 2º ESO RONDA
 
Tema 4. Al Andalus.
Tema 4. Al Andalus.Tema 4. Al Andalus.
Tema 4. Al Andalus.
 
Al andalus
Al andalusAl andalus
Al andalus
 
Al-Andalus
Al-AndalusAl-Andalus
Al-Andalus
 
Al Andalus
Al AndalusAl Andalus
Al Andalus
 
Comentario fuente histórica mapa de la reconquista
Comentario fuente histórica  mapa de la reconquistaComentario fuente histórica  mapa de la reconquista
Comentario fuente histórica mapa de la reconquista
 

Destacado

Invasiones a la península ibérica
Invasiones a la península ibéricaInvasiones a la península ibérica
Invasiones a la península ibéricaNathaly Moreno
 
Síntesis historia de españa.siglos xix xx
Síntesis historia de españa.siglos xix  xx Síntesis historia de españa.siglos xix  xx
Síntesis historia de españa.siglos xix xx josefermin
 
Epígrafes tema 5 la crisis de los siglos XIV y XV
Epígrafes tema 5 la crisis de los siglos XIV y XVEpígrafes tema 5 la crisis de los siglos XIV y XV
Epígrafes tema 5 la crisis de los siglos XIV y XVConchagon
 
Esquema Edad Media-Edad Moderna
Esquema Edad Media-Edad ModernaEsquema Edad Media-Edad Moderna
Esquema Edad Media-Edad ModernaDudas-Historia
 
La Reconquista y la Repoblación
La Reconquista y la RepoblaciónLa Reconquista y la Repoblación
La Reconquista y la Repoblaciónssoroa
 
Reconquista y repoblación Península Ibérica h. s. XIV
Reconquista y repoblación Península Ibérica h. s. XIVReconquista y repoblación Península Ibérica h. s. XIV
Reconquista y repoblación Península Ibérica h. s. XIVveranodel42
 
Esquema Hispania Romana
Esquema Hispania RomanaEsquema Hispania Romana
Esquema Hispania Romanasmerino
 
ESQUEMA LA EDAD MEDIA Y LA EDAD MODERNA
ESQUEMA LA EDAD MEDIA Y LA EDAD MODERNAESQUEMA LA EDAD MEDIA Y LA EDAD MODERNA
ESQUEMA LA EDAD MEDIA Y LA EDAD MODERNACeip Punta Brava
 
Tema 4 la bem la crisis de los siglos xiv y xv
Tema 4 la bem la crisis de los siglos xiv y xvTema 4 la bem la crisis de los siglos xiv y xv
Tema 4 la bem la crisis de los siglos xiv y xvCarlos Arrese
 
Tema 3 la península ibérica en la edad media los reinos cristianos
Tema 3 la península ibérica en la edad media los reinos cristianosTema 3 la península ibérica en la edad media los reinos cristianos
Tema 3 la península ibérica en la edad media los reinos cristianosCarlos Arrese
 

Destacado (14)

La península ibérica entre los siglos VIII y IX
La península ibérica entre los siglos VIII y IXLa península ibérica entre los siglos VIII y IX
La península ibérica entre los siglos VIII y IX
 
Invasiones a la península ibérica
Invasiones a la península ibéricaInvasiones a la península ibérica
Invasiones a la península ibérica
 
Síntesis historia de españa.siglos xix xx
Síntesis historia de españa.siglos xix  xx Síntesis historia de españa.siglos xix  xx
Síntesis historia de españa.siglos xix xx
 
Al ándalus
Al ándalusAl ándalus
Al ándalus
 
Epígrafes tema 5 la crisis de los siglos XIV y XV
Epígrafes tema 5 la crisis de los siglos XIV y XVEpígrafes tema 5 la crisis de los siglos XIV y XV
Epígrafes tema 5 la crisis de los siglos XIV y XV
 
Esquema Edad Media-Edad Moderna
Esquema Edad Media-Edad ModernaEsquema Edad Media-Edad Moderna
Esquema Edad Media-Edad Moderna
 
La Reconquista y la Repoblación
La Reconquista y la RepoblaciónLa Reconquista y la Repoblación
La Reconquista y la Repoblación
 
Reconquista y repoblación Península Ibérica h. s. XIV
Reconquista y repoblación Península Ibérica h. s. XIVReconquista y repoblación Península Ibérica h. s. XIV
Reconquista y repoblación Península Ibérica h. s. XIV
 
Unit 2 al andalus
Unit 2 al andalusUnit 2 al andalus
Unit 2 al andalus
 
Esquema Hispania Romana
Esquema Hispania RomanaEsquema Hispania Romana
Esquema Hispania Romana
 
ESQUEMA LA EDAD MEDIA Y LA EDAD MODERNA
ESQUEMA LA EDAD MEDIA Y LA EDAD MODERNAESQUEMA LA EDAD MEDIA Y LA EDAD MODERNA
ESQUEMA LA EDAD MEDIA Y LA EDAD MODERNA
 
Tema 4 la bem la crisis de los siglos xiv y xv
Tema 4 la bem la crisis de los siglos xiv y xvTema 4 la bem la crisis de los siglos xiv y xv
Tema 4 la bem la crisis de los siglos xiv y xv
 
Tema 3 la península ibérica en la edad media los reinos cristianos
Tema 3 la península ibérica en la edad media los reinos cristianosTema 3 la península ibérica en la edad media los reinos cristianos
Tema 3 la península ibérica en la edad media los reinos cristianos
 
Historia de una frontera
Historia de una fronteraHistoria de una frontera
Historia de una frontera
 

Similar a La invasión musulmana

Similar a La invasión musulmana (20)

Hispania visigoda
Hispania visigodaHispania visigoda
Hispania visigoda
 
El Reino Visigodo
El Reino VisigodoEl Reino Visigodo
El Reino Visigodo
 
ilide.info-contexto-historico-del-quijote-de-la-mancha-ii-parte-pr_df5728d1c2...
ilide.info-contexto-historico-del-quijote-de-la-mancha-ii-parte-pr_df5728d1c2...ilide.info-contexto-historico-del-quijote-de-la-mancha-ii-parte-pr_df5728d1c2...
ilide.info-contexto-historico-del-quijote-de-la-mancha-ii-parte-pr_df5728d1c2...
 
Hispania altomedieval
Hispania altomedievalHispania altomedieval
Hispania altomedieval
 
Lista de los reyes godos
Lista de los reyes godosLista de los reyes godos
Lista de los reyes godos
 
Reino visigodo
Reino visigodoReino visigodo
Reino visigodo
 
Voices dlh
Voices dlhVoices dlh
Voices dlh
 
Alonso Cano Revista Andaluza de Arte, nº5 (1º Trimestre, 2005)
Alonso Cano Revista Andaluza de Arte, nº5 (1º Trimestre, 2005)Alonso Cano Revista Andaluza de Arte, nº5 (1º Trimestre, 2005)
Alonso Cano Revista Andaluza de Arte, nº5 (1º Trimestre, 2005)
 
07tema el siglo xvi
07tema el siglo xvi07tema el siglo xvi
07tema el siglo xvi
 
La Hispania Visigoda
La Hispania VisigodaLa Hispania Visigoda
La Hispania Visigoda
 
El prerromanico asturiano
El prerromanico asturianoEl prerromanico asturiano
El prerromanico asturiano
 
Tema 3
Tema 3Tema 3
Tema 3
 
Literatura medival
Literatura medivalLiteratura medival
Literatura medival
 
Bloque 1 el reino visigodo
Bloque 1 el reino visigodoBloque 1 el reino visigodo
Bloque 1 el reino visigodo
 
Edad media
Edad mediaEdad media
Edad media
 
Edad media
Edad mediaEdad media
Edad media
 
Monarquía visigoda
Monarquía visigodaMonarquía visigoda
Monarquía visigoda
 
Edadmedia
EdadmediaEdadmedia
Edadmedia
 
Imperio espanol
Imperio espanolImperio espanol
Imperio espanol
 
Judios En El Descubrimiento De America
Judios En El Descubrimiento De AmericaJudios En El Descubrimiento De America
Judios En El Descubrimiento De America
 

Más de josefermin

La función del sector público en la economía. Presentación
La función del sector público en la economía. PresentaciónLa función del sector público en la economía. Presentación
La función del sector público en la economía. Presentaciónjosefermin
 
Función del Sector Público en la economía. Resolución de examen
Función del Sector Público en la economía. Resolución de examenFunción del Sector Público en la economía. Resolución de examen
Función del Sector Público en la economía. Resolución de examenjosefermin
 
El sistema financiero bancario y no bancario
El sistema financiero bancario y no bancarioEl sistema financiero bancario y no bancario
El sistema financiero bancario y no bancariojosefermin
 
Zozaya 7-IX-2022 historiadenavarraacuba.pdf
Zozaya 7-IX-2022 historiadenavarraacuba.pdfZozaya 7-IX-2022 historiadenavarraacuba.pdf
Zozaya 7-IX-2022 historiadenavarraacuba.pdfjosefermin
 
HCVC 9-IX-2022 historiadenavarraacuba.pdf
HCVC 9-IX-2022 historiadenavarraacuba.pdfHCVC 9-IX-2022 historiadenavarraacuba.pdf
HCVC 9-IX-2022 historiadenavarraacuba.pdfjosefermin
 
Trece colonias
Trece coloniasTrece colonias
Trece coloniasjosefermin
 

Más de josefermin (20)

La función del sector público en la economía. Presentación
La función del sector público en la economía. PresentaciónLa función del sector público en la economía. Presentación
La función del sector público en la economía. Presentación
 
Función del Sector Público en la economía. Resolución de examen
Función del Sector Público en la economía. Resolución de examenFunción del Sector Público en la economía. Resolución de examen
Función del Sector Público en la economía. Resolución de examen
 
El sistema financiero bancario y no bancario
El sistema financiero bancario y no bancarioEl sistema financiero bancario y no bancario
El sistema financiero bancario y no bancario
 
3-UD11.pdf
3-UD11.pdf3-UD11.pdf
3-UD11.pdf
 
2-UD13.pdf
2-UD13.pdf2-UD13.pdf
2-UD13.pdf
 
1-UD14.pdf
1-UD14.pdf1-UD14.pdf
1-UD14.pdf
 
Zozaya 7-IX-2022 historiadenavarraacuba.pdf
Zozaya 7-IX-2022 historiadenavarraacuba.pdfZozaya 7-IX-2022 historiadenavarraacuba.pdf
Zozaya 7-IX-2022 historiadenavarraacuba.pdf
 
HCVC 9-IX-2022 historiadenavarraacuba.pdf
HCVC 9-IX-2022 historiadenavarraacuba.pdfHCVC 9-IX-2022 historiadenavarraacuba.pdf
HCVC 9-IX-2022 historiadenavarraacuba.pdf
 
Crisis 2007
Crisis 2007Crisis 2007
Crisis 2007
 
1700
17001700
1700
 
Cig 2021
Cig 2021Cig 2021
Cig 2021
 
Cartas xvi
Cartas xviCartas xvi
Cartas xvi
 
Rev in
Rev inRev in
Rev in
 
1 gm reducido
1 gm  reducido1 gm  reducido
1 gm reducido
 
1 gm revisado
1 gm  revisado1 gm  revisado
1 gm revisado
 
Obrerismo
ObrerismoObrerismo
Obrerismo
 
Industria
IndustriaIndustria
Industria
 
1808
18081808
1808
 
Trece colonias
Trece coloniasTrece colonias
Trece colonias
 
1 2 bac-a
1 2 bac-a1 2 bac-a
1 2 bac-a
 

La invasión musulmana

  • 1. José Fermín Garralda Arizcun. Zaragoza, 30-IV-2011 1 LA INVASIÓN MUSULMANA DE HISPANIA. DE GUADALETE A COVADONGA (711-722). José Fermín Garralda Arizcun Pamplona, 30-IV-2011 (Conferencia impartida en Zaragoza) SUMARIO 1. Importancia histórica de un gran tema. 2. Marco histórico y desgarro interior de Hispania como causa de la invasión musulmana: 2.1. Desgarro interior. 2.2. Marco histórico. 3. Las cuatro primeras expediciones: 3.1. El misterioso “conde don Julián”. 3.2. La expedición de contacto de Tarif. 3.3. Tarik y la expedición de invasión. La batalla de Guadalete. 3.4. Expedición de conquista por Musa. “Pérdida y recuperación de España”. Fuentes. Bibliografía 1. IMPORTANCIA HISTÓRICA DE UN GRAN TEMA LLAMA LA ATENCIÓN que, en este año de 2011, se guarde silencio sobre el 1.300 aniversario de la invasión de Hispania por los musulmanes. No se trata de una conmemoración, sino de un recuerdo que por varios motivos no puede dejarse de hacer. No preguntemos el por qué de este silencio. Las Armas del Gobierno español están hoy combatiendo en la Libia de Gadafi, con sus bien buscados aliados. No sabemos si el motivo del silencio es no querer excitar a los musulmanes recordándoles su invasión de Hispania, convertida hoy en un lugar de reciente e intensa emigración, mientras España combate en Libia en apoyo a los rebeldes al Gobierno constituido. No creemos que recordar aquella invasión de 711 implique, sin más, poner hoy guardia a unos u otros, pues ello mostraría una escasa madurez personal y social por una u otra parte. Ahora bien, creo que “la cosa” no va por ahí. Es mejor pensar que el silencio sobre el significado del año 711 es porque Guadalete supone hablar de Covadonga (722). Cruz de los Ángeles. Año 808. Cruz de la Victoria. Año 908. La representación de animales es algo excepcional y El alma de madera está La estructura es como la cruz casi sólo aparecen en algunos libros. Imagen de un recubierta de láminas de oro y anterior. Cámara Santa de la caballo en el libro Ibn al-Durayhim, decorada con piedras preciosas catedral de Oviedo Libro de las utilidades de los animales y filigranas de oro. Cámara
  • 2. José Fermín Garralda Arizcun. Zaragoza, 30-IV-2011 2 Santa de la catedral de Oviedo Este tema, es uno de los principales de la historia de la Cristiandad occidental, Según el historiador José Orlandis: “(…) el dramático y repentino final del Reino visigodo español fue una catástrofe histórica tan absoluta y de tal magnitud que resulta comprensible que, a lo largo de doce siglos, las generaciones sucesivas no hayan cesado de plantearse interrogantes y proponer respuestas que pueden dar la clave de un acontecimiento que todavía hoy sigue resultando sorprendente”. Este acontecimiento conlleva muchas sorpresas. Sorpresas sobre quienes trajeron a los norteafricanos, sobre la enorme ingenuidad política de aquellos agentes, sobre los aliados internos de los musulmanes (un vasto clan nobiliario, algunos clérigos politizados, y la minoría hebrea), sobre lo que se pudo hacer por parte de los hispano visigodos y no se hizo como fue una sana reacción, y sobre la reacción final de una minoría cristiana que, si bien estaba interinamente vencida, no se dejaba derrotar. Tras un grano como semilla –la Fe religiosa- salieron cinco Reinos hispánicos y, al fin, la corona de las Españas, o de España, según se prefiera. Detalle del grabado de Roberts (s. XIX) del Peñón de Gibraltar. Su nombre se debe al desembarco de Tarik en el premontorio de Calpe (Yebel Tariq). Sorprende la rapidez y contundencia como los musulmanes subordinados al califato Omeya de Damasco se impusieron a la monarquía visigoda, que daba una imagen de poder. Sorprende cómo los invasores provocaron el hundimiento, por arte de ensalmo, de una monarquía hispano goda, que parecía consolidada después de tres siglos. Sorprende el final de toda la estructura política, social, cultural y económica de un reino como el visigodo, que junto con el reino Franco y quizás el reino Ostrogodo, fue uno de los pocos reinos importantes que configuraron los germanos tras invadir el Imperio romano. Este desplome fue sorprendente e inesperado tanto para los cristianos como para los musulmanes, y, lógicamente, también para los traidores al último rey hispanogodo, Rodrigo. Pues bien, esta larga y ardua página preparatoria que se abrirá de ocho siglos de historia de España, la continuarán la labor de España en la Cristiandad europea durante los 200 años posteriores, y la recreación de toda América, inmenso continente de inconmensurable espacios y grandiosa belleza, con una población sinceramente católica e hispánica al menos hasta hoy. Sorprende que un reducido o discreto Ejército musulmán, tuviese tan buenos resultados, y ocasionase el hundimiento de su enemigo, el reino visigodo. De por sí, la
  • 3. José Fermín Garralda Arizcun. Zaragoza, 30-IV-2011 3 invasión sólo podía producir algún quebranto, ya por el número de los combatientes, ya porque su retaguardia estaba muy alejada de la península, ya porque el nexo de unión de ambos lados del Estrecho era tan frágil como la inexperiencia naval de los musulmanes. Conocida imagen de la corona votiva del rey Detalle del rey don Rodrigo, en la miniatura de visigodo Recesvinto. la “Genealogía de los Reyes de España”. Tesoro de Guarrazar, Toledo. En conclusión: las razones del hundimiento de la monarquía visigoda hay que buscarlas sobre todo en el lado hispano. Por eso, hay que explicar previamente la crisis de la monarquía goda. Ahora bien, a pesar de la crisis interna y global de Hispania, lo decisivo para el hundimiento del reino de Toledo fue la invasión del Islam. Lejos de la hipótesis estructural, afirmará Orlandis: “Esta crisis intestina, que le restó capacidad de resistencia (al reino visigodo), facilitó el hundimiento de la Monarquía visigoda ante el empuje musulmán. Pero hay que reconocer que la invasión árabe fue el factor capital en la desaparición del Reino de Toledo y que el curso de los acontecimientos hubiera sido, con toda probabilidad, completamente distinto, de no haberse producido el asalto procedente del exterior”. Veremos que la derrota visigoda frente al Islam se debió particularmente a los aspectos siguientes: a la división entre la nobleza goda, a la decadencia moral del rey Witiza, la traición del clan de los witizanos una vez fallecido el rey Witiza, y a las agitadas actividades de la minoría judía, que tanto había sufrido durante algunos reinados godos, aunque hubiese prosperado mucho en el último gobierno del rey Witiza. Es decir, el reino visigodo cayó por la sorpresa de los hispanogodos y no darse cuenta de lo que estaba ocurriendo, por la división política, por el juego del invasor de presentarse como aliado de una facción nobiliaria, por la falta de jefes naturales, por la incapacidad para unirse frente a un enemigo común, por la falta de una reacción a tiempo confiando en que “no pasaba nada” esencialmente diferente a lo vivido hasta entonces, por la crisis que atravesaban no pocos eclesiásticos, la inmoralidad de costumbres en las élites, y las complicidades interiores con los invasores. Sabemos que el año 711 fue el comienzo de una larga invasión, pues durante 800 años se sucedieron las invasiones islámicas de la península Ibérica desde el Norte de
  • 4. José Fermín Garralda Arizcun. Zaragoza, 30-IV-2011 4 África. Si bien comenzaron con el conde don Julián, Tariq y Musa, después llegarán aportes sirios y árabes y, sobre todo, numerosas oleadas musulmanas, norteafricanas y guerreras hasta el fanatismo, de almorávides (siglo XII), almohades (siglo XIII, con las Navas de Tolosa en 1212) y los benimerines (siglo XIV). Ahí está también la amenaza turca sobre la Granada de Boabdil, amenaza continuada en los siglos XVI y comienzos del XVII. Incluso Felipe V de Borbón, llevó sus Armas al Norte de África a comienzos del s. XVIII. Conocíamos las responsabilidades del conde don Julián, pero no creíamos que fuesen tantas. No obstante, como no hay mal que por bien no venga, al fin se formó España, dominadora del Orbe, cuna de San Ignacio, espada de Roma, cuya constitución y grandeza fue la unidad católica, pues, como decía Menéndez y Pelayo sobre la unidad de España, España no tiene otra unidad. 2. MARCO HISTÓRICO Y DESGARRO INTERIOR DE HISPANIA COMO CAUSA DE LA INVASIÓN MUSULMANA 2.1. DESGARRO INTERIOR En la monarquía hispano goda se había roto el espíritu público, esto es, el concepto de pueblo y de monarquía para el bien común. ¿Por qué? Citemos varios motivos: 1º Las clientelas nobiliarias originaron fuertes clanes político-familiares, y a menudo estos se enfrentaron entre sí por el poder del trono. La aristocracia visigoda, antaño guerrera, originó enfrentamientos en su seno. Incluso politizó a los obispos de Sevilla y Toledo, que eran del clan witizano. Los visigodos habían perdido sus virtudes castrenses. Debido a esta división, las resistencias que los hispanogodos presentaron a los islamitas fueron aisladas; de ofrecer un frente común, los musulmanes no podían haber aguantado debido a su escaso número y al ir desplazándose hacia el norte lejos de sus bases de abastecimiento. 2º La desmoralización popular se refleja en la excesiva carga fiscal y la desmovilización militar del pueblo. Aumentó mucho el número de siervos fugitivos, así como el de suicidios, que llegó a preocupar a los obispos hispanogodos, lo que muestra el desequilibrio psíquico de muchos individuos. Por su parte, el holandés Dozy ha pintado un oscuro retrato de la sociedad hispano visigoda y de la Iglesia en Hispania, debido quizás a su fanatismo anticlerical. Más bien habrá que señalar que dicha Iglesia ofreció resistencia al nuevo estado de cosas y que estimulará los núcleos de resistencia en las montañas del norte de Hispania. 3º La crisis económica se expresó en el envilecimiento de la moneda, y el enrarecimiento del comercio exterior. Ahora bien -y fruto de un inmoderado afán de acumular síntomas de decadencia-, no se debe incidir demasiado en ella, porque también existieron otras crisis –hambres y pestes- durante las dos centurias anteriores, por ejemplo en los reinados de Ervigio y Egica (Orlandis). Si hubo hambres en los años 707 y 709, en 710 hubo una estupenda cosecha.
  • 5. José Fermín Garralda Arizcun. Zaragoza, 30-IV-2011 5 4º Fue continuo el conflicto con los judíos debido a las prevaricaciones de los falsos conversos. Ello hizo que los Concilios XII, XIII y XVI de Toledo decretasen unos cánones restrictivos para su libertad. A ello los hebreos sumaron diversas conspiraciones, sobre todo la del año 694, fraguada entre los hebreos hispanos y los de Ultramar, provocando así la singular dureza en los cánones del Concilio XVII de Toledo. En este punto, observo una dicotomía entre la prudencia de Orlandis y lo que recogen otros autores. Para Orlandis: “Es imposible comprobar lo que pudiera haber de verdad en estas noticias, aunque la conducta observada por los judíos españoles cuando se produjo la invasión islámica obliga –dice- a no descartarlas a priori como una pura invención”. Por otra parte, ¿no es difícil que todo un concilio inventase semejante conspiración? Menéndez y Pelayo da por cierta dicha conspiración “contra la seguridad del Estado”. También la afirma el holandés Dozy, aportando interesantes detalles, confirmados por la Enciclopedia Judaica Castellana. Dozy señala que: “(…) hacia 694 (…) proyectaron una sublevación general, de acuerdo con sus correligionarios de allende del Estrecho, donde varias tribus beréberes profesaban el Judaísmo y donde los judíos desterrados de España habían encontrado refugio. La rebelión probablemente debía estallar en varios lugares a la vez, en el momento en que los judíos de África hubiesen desembarcado en las costas de España (…)”. También será muy importante la aportación de los hebreos en la preparación y desarrollo de la invasión islamita, desde alentar a los islamitas a realizar la invasión, y darles medios, hasta ayudarles a mantener con guarnición las ciudades que los islamitas y witizanos conquistaban. Imagen del XVII Concilio de Toledo, reunido por Egica en la iglesia de Santa Una página preciosa de un Leocadia de Toledo. manuscrito visigodo Miniatura del S. XIII 5º La crisis eclesiástica afectó al clero y sobre todo al episcopado, lo que choca con la labor de los 17 concilios toledanos, y las grandes figuras de la Iglesia hispanogoda, por ejemplo san Julián de Toledo que convocó el XV Concilio y, san Félix, arzobispo de Toledo, que convocó el XVII Concilio en esta ciudad. Así pues, entre los obispos hubo una progresiva germanización y una cada vez mayor presencia aristocrática. Que hubiese más
  • 6. José Fermín Garralda Arizcun. Zaragoza, 30-IV-2011 6 talante señorial que espíritu eclesiástico, lo muestran don Oppas, arzobispo de Sevilla, y Sisberto, obispo de Toledo. 6º Es muy posible que los witizanos creyesen al comienzo que los musulmanes iban únicamente a apoyarles para que accediesen al trono, y que luego tendrían que darles la recompensa. Esta bien podría ser la plaza de Ceuta, tesoros, o bien una parte del sur de España como Atanagildo hizo y entregó a los bizantinos por el apoyo prestado. 7º Es muy probable que los hispanogodos no advirtiesen el peligro que suponía la presencia y correría islamita. Quizás creyesen que los witizanos debían seguir apoyándose en los musulmanes al no haber vencido totalmente a los partidarios de Rodrigo, o bien porque este último estaba vivo. A ello se suma el empuje de la guerra santa de los islamitas dispuesta en el Corán y seguida literalmente durante los primeros siglos. En realidad, el Corán no admite interpretaciones. Esta nueva y joven religión ofrecía una mística de combate superior al espíritu desprevenido de los hispanos, y sobre todo al hecho de que estos no advertían el peligro que suponían los invasores. Detalle del óleo que representa la conversión de Recaredo y de los Detalle de la Cruz de los Ángeles. Año 800. visigodos al catolicismo en el IIer Concilio de Toledo, en el año 589. Catedral de Oviedo Es el origen de la Unidad Católica de España tanto social como jurídica, mantenida hasta 1978. 2.2. MARCO HISTÓRICO El marco fue el siguiente. El rey Egica (687-702), que fue un monarca enérgico, quiso garantizar la sucesión al trono asociando a él a su hijo Witiza, que por vía de aprendizaje y cooptación fue enviado a gobernar el antiguo reino de los suevos, allá en Galicia. Witiza fue ungido rey de Gallecia en el año 700. Ambos, Egica y Witiza -padre e hijo- hicieron frente a varias sublevaciones nobiliarias, que reprimieron con dureza, apartando a los culpables de cargos del oficio palatino y confiscándoles sus bienes. Seguramente fue Egica quien de ambos más decisión mostró en la represión de los rebeldes. Muerto Egica, su hijo Witiza fue el único rey (702-710). Witiza inició una política de atracción de los nobles desobedientes pero sin resultado alguno. Si inicialmente dio pruebas de ser un buen rey, al poco tiempo mostró una gran debilidad política, corrupción moral, anuló la legislación antijudía para a continuación favorecer mucho a los hebreos. A
  • 7. José Fermín Garralda Arizcun. Zaragoza, 30-IV-2011 7 pesar de ello, Witiza sufrió la sublevación de un tal Pelayo, hijo del Fafila que había muerto en sus manos por ser responsable de una anterior sublevación. Pues bien, parece que este Pelayo fue el caudillo e Covadonga, el primer caudillo o príncipe –no rey- de Asturias. Según Albanés, el despotismo de Witiza hizo que el célebre Eudon (algún autor dice que seguramente hebreo) provocase una conjura, de modo que la nueva junta o senado creado pensó como rey en Rodrigo, nieto de Receswinto. En breve, en el año 710 murió Witiza, joven, con menos de 30 años. Dejó tres hijos: Akhila, Olmundo y Ardabastro. ¿Quién ocupará un trono ambicionado por los linajes o clanes? Según unos, la mayoría de los nobles legalizó el reinado de Rodrigo, y según otros –los que omiten la conjura de Eudon- la aristocracia rechazó los intentos de poner a Akhila, “y procedió a la designación de un sucesor a la corona, sistema raramente aplicado en la práctica, pero (…) legal” (Orlandis). A efectos prácticos era lo mismo. Ocupó el trono un nuevo rey, Rodrigo. Aunque este era, sin duda, el rey legítimo, sufrirá la sublevación de los seguidores de los hijos de Witiza, que se apoyarán en los islamitas (y hebreos, que habían sufrido la legislación y política hispano goda) para ser después conquistados por los guerreros del Islam. El clan witizano dirigido por los hermanos del difunto Witiza –don Oppas obispo de Sevilla y Sisberto arzobispo de Toledo- “no se resignará a su derrota y planeó la conquista del trono con ayuda extranjera” (Orlandis). No obstante, la ayuda exterior no era algo nuevo, pues Atanagildo había logrado ser rey con auxilio de Bizancio en el año 555, y Sisenando con apoyo del reino franco en el 631. Al otro lado del estrecho, aunque todavía no alzado el poder musulmán, los witizanos podían apoyarse en los muslines. Por su parte, independientemente o de forma coordinada, también podían actuar los hebreos favorecidos por Witiza entre los no pocos hebreos expulsados de Hispania. Es ahora cuando entra en escena el conde don Julián, que introdujo a los musulmanes en España. 3. LAS CUATRO PRIMERAS EXPEDICIONES 3.1. EL MISTERIOSO “CONDE DON JULIÁN” El llamado conde don Julián era -al parecer- de origen bizantino, aunque pudiera ser godo o tener otro origen. Recordemos que Bizancio estuvo presente en el Norte de África, desde Cartago a Ceuta, desde el s. VI. Don Julián –la leyenda le llamará “conde don Julián”- era tributario o “cliente” de Witiza. Existen relatos legendarios que nos refieren los ultrajes que recibió del rey don Rodrigo, de los que prescindimos además de no ser creíbles. Mandaba el presidio de Ceuta, que quizás fuese el refugio más perfecto para los witizanos ansiosos de la revancha contra Rodrigo. Fue el intermediario del grupo witizano. Pues bien, ¿de qué fue responsable ante la Historia el conde don Julián, si prescindimos de la fantástica reivindicación de don Julián por el novelista Juan Goytisolo (México, 1966)? El conde entró en contacto con el gobernador árabe de la zona occidental de África del Norte, llamado Musa-ben-Nusayr, que buscaba consolidar el dominio musulmán en la zona de Magreb. Recordemos el escaso éxito que tuvo la religión islámica entre los
  • 8. José Fermín Garralda Arizcun. Zaragoza, 30-IV-2011 8 beréberes. Musa residía en Trípoli, y tenía su segundo, un tal Tarik, gobernando el Magreb (Marruecos) con sede en Tánger. Las primeras proposiciones de don Julián a Tarik inspiraron a los musulmanes serios recelos. A ello se añadía la gran dificultad de los musulmanes para cruzar el estrecho, debido al hecho de desconocer del arte de la navegación, a carecer de barcos, y a convertirse el Estrecho en un mar bravío por la confluencia de las aguas atlánticas y mediterráneas. Don Julián quiso convencer a los musulmanes ofreciéndoles hechos y no sólo palabras. Así, hizo una expedición de sondeo dirigida contra la península, formada sólo por cristianos. Esta expedición regresó a Ceuta a finales de 709 con mucho botín y la importante información de la falta de resistencia visigoda. La noticia llegó a Musa y, después, al califa de Damasco. Interesa saber que el califa omeya estaba al tanto de estos asuntos. Los musulmanes mostraron suspicacias, además del temor del califa porque las recientes conquistas musulmanas todavía no se habían consolidado. Crecer en territorios y población sin consolidar la ocupación del lugar podía ser muy contraproducente. Por parte musulmana todo eran suspicacias, incapacidades y temores, mientras que por parte de don Julián, los witizanos y los hebreos, todo era allanar caminos, dar apoyos, y mostrar facilidades de botín. En efecto, los muslines no actuaban solos. Según Sánchez-Albornoz: “Tariq y Muza contaron enseguida con dos formidables quintas columnas: los witizanos, que constituían una facción nobiliaria y poderosa, y los judíos, hasta allí perseguidos, y en tres años conquistaron raudos Hispania” (Sánchez-Albornoz, “El drama de la formación…”). 3.2. LA EXPEDICIÓN DE CONTACTO DE TARIF. En julio de 710, un puñado de 400 hombres al mando de Tarif-ben-Malluk, que era un liberto, embarcaron en cuatro navíos proporcionados, al parecer y de nuevo, por el conde don Julián. Los 400 hombres se distribuían en 300 infantes y 100 caballeros. Desembarcaron en Tarifa, lugar que recibió el nombre del jefe musulmán. La expedición de saqueo (gazúa) fue un éxito, pues, sin encontrar resistencia alguna, se tomó un abundante botín, del que destacaban bellas mujeres. La codicia del desierto parecía insaciable: disminuyeron los recelos y los magrebíes decidieron emprender campañas más potentes, con idea incluso de intervenir en la península de una forma sólida y efectiva. La expedición fue de contacto y una tentativa exitosa.
  • 9. José Fermín Garralda Arizcun. Zaragoza, 30-IV-2011 9 Ruta más detallada del inicio del dominio musulmán Recorrido de Tarik y Musa en la conquista de hacia el Norte de la península. Rutas de Tarik (de Sur a Hispania. Norte), Musa (de S. a N.), Abdelaziz (Sur), Al-Hurr (NE), Al-Samah (NE), Ambaca (NE) y Abd al-Rahman (NE) 3.3. TARIK Y LA EXPEDICIÓN DE INVASIÓN. LA BATALLA DE GUADALETE (711-714) Debido al botín recogido, Muza envió una nueva expedición de invasión y conquista. La dirigió un guerrero diferente al anterior: Tarik ben Ziyad (Tariq o Taric). Para unos autores era una persona de oscuro origen. Manuel Riu señala que era persa de Hamadán. Ello no impide que según el rabino Jacob S. Raisin, Tarik era “un judío de la Tribu de Simeón”, hijo de Cahena, converso al Islam. Tarik gobernaba Tánger a las órdenes de Musa. Debido al éxito de la anterior expedición, la nueva gazúa la componían las cuatro naves ya utilizadas, más otras nuevas, buscando con ellas mantener un tráfico fluido entre las dos columnas de Hércules, a ambos lados del estrecho. De nuevo intervino el conde don Julián para asesorar sobre el terreno y para aportar la colaboración de sus partidarios. Según el rabino Raisin, la invasión de la España goda la realizaron “doce mil judíos y moros”. La expedición estuvo bien preparada porque aprovechó la ocasión de que el rey Rodrigo estaba muy ocupado combatiendo una rebelión al Norte de España, al parecer contra los vascones sublevados en Pamplona. Según R. C. Albanés, esta sublevación la promovió la comunidad hebrea de dicha Pompaelo. ¿La fecha de la invasión?: el 27-IV-711. La expedición llegó a Calpe, que luego se llamará Gibraltar (de Yabal Tarik o montaña de Tarik). Con la retaguardia en Gibraltar, Tarik se dirigió a la bahía de Algeciras, que llamarán “Isla Verde”. Como sólo tenía 7.000 hombres y todavía muchos recelos hacia la oferta de don Julián, debía tener precauciones. Entre dichos hombres había una gran mayoría de berberiscos y libertos, y sólo unos 50 árabes. Pensó ir a Sevilla, para lo cual solicitó refuerzos. A pesar de que su superior Musa le envió 5.000 beréberes –lo que indica que estaba muy comprometido-, y los witizanos le apoyaron fuertemente, estos 12.000 hombres todavía no eran suficientes para que Tarik tomase la iniciativa. Esto es significativo de la insuficiencia y escaso número de musulmanes llegados de África durante mucho tiempo, lo que refleja los graves errores de los hispanogodos.
  • 10. José Fermín Garralda Arizcun. Zaragoza, 30-IV-2011 10 Trabajo en marfil de gran Imagen parcial de la mezquita mayor de Córdoba detalle. Siglo X. Córdoba A las dos o tres semanas de la invasión, la noticia llegó al monarca don Rodrigo. Conocedor de lo que ocurría en la Bética, el rey se trasladó con rapidez a Córdoba, donde organizó un ejército de 40.000 soldados. Una pregunta surge ahora: ¿es que el monarca visigodo era un simple sargento al ir de aquí para allá, en vez de tener un Ejército organizado con unos mandos capaces de todo? Inicialmente, los musulmanes eran colaboradores de una insurrección witizana contra el rey legítimo que era Rodrigo. Pero pronto fue al revés. No obstante, las dudas de Tarik no eran infundadas debido a los escasos apoyos que recibían los witizanos por parte de la población. Como los refuerzos recibidos de África no eran tan elevados, y quizás porque los beréberes habían sido convertidos al Islam recientemente, Tarik solicitó ayuda por segunda vez. Rodrigo, reunió en Córdoba a los nobles hispanogodos, y quizás pensó que la rapidez sería su mejor aliada, para que los refuerzos africanos no se uniesen con los witizanos de Sevilla. En Sevilla estaba don Oppas y en Toledo don Sisberto, con sus tropas, ambos arzobispos traidores y hermanos de Witiza. La batalla de Guadalete. Sánchez Albornoz ha estudiado con detalle la localización del lugar de la batalla y las primeras actuaciones de los invasores. El lugar de la batalla fue la orilla del río Guadalete (Wadi-Lakka), cerca de Arcos de la Frontera. Riu señala que fue a orillas del río Guadarranque, entre la Torre de Cartagena y Gibraltar. Los árabes hablan de cien mil cristianos, pero es una cifra exagerada para magnificar la victoria de los invasores. Tarik tenía unos 17.000 beréberes y africanos, a los que se sumaron los witizanos. La batalla de Guadalete se desarrolló entre el 19 al 26 de julio, quizás el día 23. El factor decisivo fue la formación del Ejército de don Rodrigo, pues las alas estaban dirigidas por los partidarios de Akhila -hijo del difunto rey Witiza-, concretamente por los witizanos el arzobispo de Sevilla, don Oppas, y Sisberto, arzobispo de Toledo ya citados. La batalla duró dos días, con ventaja inicial para los visigodos debido a la caballería de la que carecían los berberiscos. Ahora bien, en el momento en el que los islamitas quisieron retroceder ya en lo más duro del combate, las alas del ejército con el arzobispo Oppas se retiraron y cambiaron sus armas de dueño, dejando solo a don Rodrigo en el centro del
  • 11. José Fermín Garralda Arizcun. Zaragoza, 30-IV-2011 11 ataque general. Don Julián también estaba ahí. El rey visigodo fue incapaz de frenar el choque en condiciones tan desiguales, y fue derrotado. Al parecer, Rodrigo murió en la batalla y su cadáver fue río abajo, pues se encontró a su caballo, sólo, junto a la orilla. Ahora bien, es posible que el cadáver no encontrado fuese recogido por los fieles o “gardingos” del séquito del rey, pues según la “Crónica Rotense” (s. IX), en la población portuguesa de Viseo se encontró un sepulcro con la inscripción: “Aquí yace Rodrigo, el último rey de los Godos” (Orlandis). Los restos del Ejército hispanogodo se retiraron hacia Córdoba. La derrota visigoda permitió a los musulmanes reforzar su caballería, facilitando su movilidad y haciendo posible la dispersión de sus tropas. Sin embargo, Tarik les persiguió, les dio alcance, y les derrotó de nuevo en Astiog (Écija). Como prueba de la traición de los witizanos, Sánchez-Albornoz cita, entre otros testimonios, el del Ibn al Qutiya -descendiente de Sara, nieta de Witiza-, quien dejó escrito con orgullo que sus abuelos habían traído consigo el Islam a la península. Las cifras de las tropas de ambos bandos no son seguras. Hemos dicho que las fuentes islámicas citan 100.000 cristianos, y las cristianas un total de 187.000 enemigos del rey Rodrigo. Dichas fuentes no son creíbles. Ambas cifras son exageradísimas. Por su parte, Collins menciona 2.500 cristianos y 1.900 invasores. Lewis hace ascender el número a 33.000 y 12.000 respectivamente. Al fin, lo más probable es que fuesen 40.000 del rey Rodrigo frente a 25.000 musulmanes, witizanos y hebreos. Luego vino la traición en plena batalla, que ha quedado viva en el recuerdo de los españoles. A continuación, Tarik dividió sus tropas en tres secciones. La primera sitió Córdoba, que fue ocupada antes del 20 de agosto. La segunda fue hacia Granada y Málaga, con el objeto de recibir el apoyo en nombre de los witizanos o bien que se rindiesen los rodriguistas leales. La tercera, con él al frente, se dirigió hacia Toledo, para impedir que los realistas se reorganizasen. Los signos de descomposición interna anteriores al 711 se mostraron a la luz. Incluso el arzobispo de Toledo, Sinderedo, abandonó la defensa del Reino y huyó a Roma. Muchos otros le imitaron. Este es un elemento más para hacernos cargo de la situación. El 11 de noviembre del 711 la fuerte capital del Reino hispano visigodo se rindió a la Media Luna porque los hebreos abrieron las puertas de la ciudad. Tarik encontró una gran parte del inmenso botín que el rey godo Alarico tomó cuando saqueó Roma hacía 300 años, antes de llegar a Francia. La táctica de Tarik era evitar que los hispanogodos se agrupasen. Tenía que perseguirlos. En la rapidez estaba su éxito. Por eso, siguió hacia el Noroeste: Guadalajara, Osma, Castrogeriz y Amaya (al Norte de Palencia). Musa, desde la actual Libia, estaba al corriente de estos éxitos, pero la envidia le corroía. Tarik hacía su campaña, su guerra, se separaba de sus propias directrices, ganaba oro, y mostraba una espectacular empresa a los ojos del mundo conocido. ¿Qué directrices tenía Tarik? Tras Guadalete, Tarik debía detenerse a la espera de instrucciones. Pero él siguió adelante, hacia el Norte. Esto, además de una desobediencia a Musa, era imprudente porque se iba separando de sus bases y debilitando sus fuerzas. Desde luego, cualquier apoyo de la minoría judía era inestimable. De nuevo Tarik pidió tropas auxiliares a Musa. La política de Musa tenía que cambiar, pues inicialmente estaba encaminada a consolidar su posición en el Norte de África y ampliar sus dominios hacia en Atlántico, no hacia el Norte. Desde Amaya, Tarik fue a Astorga y de ahí se volvió a Toledo, agotado.
  • 12. José Fermín Garralda Arizcun. Zaragoza, 30-IV-2011 12 Según numerosos autores de origen musulmán, hebreo, y otros nada sospechosos de antisemitismo como Amador de los Ríos, o bien cristianos, los hebreos patrocinaron la invasión con hombres y dinero, con dirigentes; no pocos hebreos del norte de África entraron con los islamitas, los que estaban en Hispania abrieron las puertas de las principales ciudades (por ejemplo Toledo), y en todas partes aportaron piquetes de tropas y guarniciones para custodiar las ciudades que los islamitas no podían proteger. Seguramente los hebreos se consideraron vencedores. Esto continuó en tiempos de Musa. Ya hemos citado el motivo: la legislación de los Concilios de Toledo contraria a los judaizantes, y los cánones del XVII Concilio toledano, que fueron muy perjudiciales para los hebreos debido a la conspiración ocurrida contra la seguridad del Reino. Aunque apoyaron a los muslines, con el tiempo serán mal tratados por ellos al igual que los cristianos. 3.4. EXPEDICIÓN DE CONQUISTA POR MUSA (712- 714), “PÉRDIDA Y RECUPERACION DE ESPAÑA” De nuevo estamos ante una expedición de conquista, pero también fue de consolidación. Musa organizó un ejército de alta calidad: no lo formaban beréberes sino 18.000 árabes, sirios y las nuevas aristocracias musulmanas. Era junio de 712. Casi un año de Guadalete. Musa llegó a Algeciras. El nuevo jefe quería plantear la campaña de una manera diferente a la de Tarik, para mostrar así que era él quien mandaba. De esta manera, se propuso consolidar su dominio sobre el Sur peninsular. Reconquistó Medina Sidonia, Alcalá de Guadaira y Carmona. El hecho que Medina Sidonia se hubiera perdido antes, significa que los hispano visigodos del lugar no querían entregarse. Llega a Sevilla, que puso una débil resistencia. La guarnición visigoda de Sevilla se retiró voluntariamente a la próxima región de Niebla, en la actual Jaén. Paño de un posible estandarte árabe con bordados epigráficos y geométricos. Siglo XI (Huesca) Musa puso la mirada en Mérida. Esta ciudad era una de las más importantes de Hispania por su raigambre, su población, su riqueza comercial, la pluralidad de gentes y su situación. Los principales partidarios del rey Rodrigo se habían refugiado en ella. Si Mérida aguantaba –y a ello estaban dispuestos sus jefes y su población-, los moros se detendrían y además verían cómo otras ciudades les podían imitar. Mérida significó el primer descalabro de Musa. Esta ciudad aguantó desde los inicios del invierno de 712 hasta final de mes de junio de 713. Incluso Sevilla se sublevó. Musa envió a su hijo a sofocar la rebelión de Sevilla con gran dureza, lo que hizo, además de
  • 13. José Fermín Garralda Arizcun. Zaragoza, 30-IV-2011 13 controlar los focos rebeldes de Niebla, Beja y Ossonoba, y dominar Andalucía hasta Murcia. Mientras Musa mantenía el sitio a Mérida, su hijo Adb-al-Aziz-ibn-Muza logró la capitulación del conde godo Teodomiro de Murcia, con capital en Orihuela, en abril de 713. Teodomiro fue sometido sin lucha y pactó con el islamita. En el pacto se reconoce a Tudmir ibn Gandaris (Teodomiro), a su familia y a la población de siete ciudades (Balantala, Elche, Iyih, Locant, Lorca, Mula, Oriola), la protección de Alá y su profeta, su libertad y la de sus gentes, y poder seguir siendo cristianos y conservar sus iglesias. A cambio, Teodomiro debería comunicar cualquier noticia que afectase a la seguridad de los musulmanes, y su pueblo debía abonar fuertes tributos, es decir, cada hombre un dinar, cuatro almudes de trigo, cuatro de cebada, cuatro medidas de vinagre, una medida de miel y otra de aceite, mientras que el esclavo abonaría la mitad de esto. Estos tributos eran muy fuertes. Dichas capitulaciones fueron revalidadas más adelante por el califa Marwan. Todo ello indica cierta autonomía en el “Estado” de Teodomiro, valorado por los historiadores de manera diferente (Valdeavellano, Ubieto, Sanchis y Guarner, Soldevila, Lacarra etc.). Esta autonomía más adelante se oscurecerá para de nuevo reaparecer cuando una de las divisiones administrativas del emirato independiente de Córdoba sea la cora o provincia de Teodomiro. Mientras tanto, el sitio de Mérida se prolongaba, aunque fue ocupada el 30-VI-713. Estos éxitos, más el tesoro encontrado en Mérida, permitió a Musa llegar a Toledo para que Tarik le rindiera cuentas. La entrevista, realizada en Almaraz (el Encuentro), en la confluencia del Tiétar con el Tajo, fue turbulenta. Tarik fue humillado, siendo uno de los motivos de la ira de Musa la forma como este había repartido los tesoros. Musa llegó a Toledo y aquí estuvo el invierno del 713 al 714. Desde la antigua capital hispanogoda, se encargó de dominar el sur de Hispania, informar al califa de Damasco, y darle cuenta de las abundantes riquezas. Ya con el buen tiempo, pues los ejércitos lo necesitaban para las campañas, Musa y Tarik se dirigieron con éxito hacia Zaragoza (714) y Medinacelli, mientras el conde visigodo Casius (iniciará la familia Banu Quasi de Tudela), que gobernaba Borja y Tarazona, apostató al convertirse al Islam para conservar su gobierno. En Zaragoza, Musa recibió un primer mensaje del califa para que viajase a Damasco. No se sabe a ciencia cierta cómo Musa ocupó Cataluña, pues discrepan la Crónica del Moro Rasis y las investigaciones de los historiadores Claudio Sánchez-Albornoz y de Abadal. En realidad, en Cataluña gobernaba uno de los hijos de Witiza, Akhila, que era un firme aliado de los musulmanes. Ya no sabemos si ellos eran aliados de aquel o, más bien, aquel de ellos. El hecho es que Akhila y sus hermanos, Olmondo y Ardabastro, estaban en Damasco, “negociando con el califa las condiciones de un acuerdo que les permitiera mantener en España la situación de privilegio que ansiaban y que les indujo a buscar el apoyo árabe” (Luis V. Díaz Martín). Asegurada Cataluña por Musa debido a no temer nada de este lugar, y además sin llegar a ocuparla –salvo Tarragona-, se dirigió al Oeste: hacia Bribiesca y Astorga. Se discute su Musa entró en Asturias; Sánchez Albornoz afirma que pudo enviar una pequeña tropa pero sin consecuencias. Ya estaban por aquí los partidarios de Rodrigo. De Astorga, fue a Galicia, logrando la conquista de la fortificada ciudad de Lugo como límite Norte máximo de su expansión por la península. Estando en Lugo, Musa recibe un segundo mensaje del califa para que viajase a Damasco. Después de dejar todo bien seguro, y a su hijo Abd al-Aziz al cargo de Sevilla en calidad de gobernador (amir), Musa, acompañado de Tarik, fue a Damasco, poco antes del
  • 14. José Fermín Garralda Arizcun. Zaragoza, 30-IV-2011 14 fallecimiento del califa al-Walid. La llegada a Damasco se realizó con mucho botín y hasta 30.000 prisioneros (Riu). El nuevo califa, Sulayman, dejó de lado a Musa, quien al pronto falleció en el más completo olvido. No sólo interesa la rápida conquista de Hispania, sino que a pesar de la debilidad musulmana los hispanogodos no se rebelaron. Aceptaron de hecho la situación. Divididos entre witizanos y rodriguistas, sin verdaderas élites y sin rey, no sólo fueron vencidos sino que fueron derrotados por decadentes. Una parte de los visigodos, los witizanos, se habían entregado al vencedor, aunque inicialmente creían que iban a servirse del musulmán. Esperaban su recompensa, que no fue el trono sino los 3.000 fundos patrimoniales del rey visigodo. Así, “A la traición de los hijos y fieles de Witiza siguió la de los generales vencedores. En lugar de entregar el reino a quienes les habían llamado y auxiliado, proclamaron la soberanía del califa de Damasco” (Sánchez-Albornoz, “El drama de la formación…”). Pero no toda Hispania estaba ocupada por los musulmanes: sólo había en ella un reducido ejército islamita y en lugares concretos. Sobre todo había sumisión en muchos gobernadores territoriales, entre ellos Teodomiro de Murcia y Casio del Alto Ebro. En muchas zonas, sobre todo las rurales –la población por entonces era predominantemente rural- la presencia musulmana era escasísima. En muchas ciudades y fortificaciones los efectivos islamitas no eran suficientes. Las élites visigodas y los obispos hispano visigodos parece que habían desaparecido. Los witizanos podían haber abandonado a los musulmanes, aunque los hebreos quizás siguiesen apoyando a estos últimos. Los musulmanes junto con los hebreos no eran más poderosos que los hispano visigodos unidos. En absoluto. Hubo resistencias locales o parciales, pero fracasaron por la desunión; muy diferente se hubiera escrito la historia si los hispanogodos hubiesen presentado batalla todos juntos. Por otra parte, y como aporte demográfico, a mediados del siglo VIII “no sobrepasarían la cifra de treinta mil las gentes llegadas a las playas hispanas desde el otro lado del Mediterráneo (Sánchez-Albornoz). Según Riu, cuando en el 741, con ocasión del alzamiento de los beréberes contra los árabes, lleguen entre 7.000 y 12.000 sirios, el total de musulmanes llegan a Hispania oscilaría entre los 21.000 y 36.000 islamitas, que estaban establecidos al sur y conservaron su agrupación por tribus, distribuidas por distritos militarizados. Otros autores señalan 35.000 invasores, procedentes de los 17.000 de Tarik y 18.000 de Musa. Una vez repuestos de la sorpresa de la invasión, y debido a las posteriores guerras civiles entre los musulmanes, los cristianos hubieran podido expulsar en poco tiempo a los islamitas. Ahora bien, una vez perdidas las diversas ocasiones, fue la fundación del dominio Omeya independiente en Hispania lo que perdió la península para los cristianos, exigiéndoles una costosa reconquista. Es muy posible que la vida ordinaria de campesinos, artesanos y pequeños comerciantes hubiese seguido igual que antes, que la Iglesia mantuviese intacto su ministerio y su organización, y que los jefes anteriores mantuviesen sus puestos aunque subordinados a los islamitas. Quizás los witizanos, sin reconocimiento alguno por parte de los invasores, considerasen reyes a los hijos de Witiza, pues una crónica mozárabe señala los nombres de “Achila regnavit annos III, Ardobastus regnavit annos VI”. No obstante, al no serles reconocido poder político alguno por los islamitas, los sucesores de Witiza se fusionaron con la aristocracia árabe. Muchos nobles visigodos se habían rendido a los musulmanes, que ocuparon la península más por capitulación y pacto que por victoria militar. Estos nobles siguieron gobernando sus territorios. A unos se les exigía la sumisión completa a las autoridades
  • 15. José Fermín Garralda Arizcun. Zaragoza, 30-IV-2011 15 musulmanas por haber opuesto alguna resistencia (capitulación), como hacían los romanos con las ciudades estipendiarias. A otros, los gobernadores los musulmanes les reconocían cierta autonomía política mediante pacto, como es el caso de Teodomiro. Algunos nobles no tuvieron reparo en islamizarse como el citado conde Casius del Ebro. En ambos casos, los cristianos podrían seguir siéndolo siempre que pagasen el impuesto de capitación (yizya), es decir, un impuesto personal o per capita, así como el tributo de la contribución territorial (jaray). Estos tributos eran muy onerosos para muchos pobladores y “seguidores del Libro” en la península. Esta era la proclamada tolerancia hacia los cristianos. Añadamos a ello las persecuciones en Córdoba (San Eulogio, s. IX) y otros lugares. Muchos siervos y colonos que estaban bajo la jurisdicción pre-feudal de un señor visigodo, ahora cambiarán de señor y será un musulmán, lo que no significo “una renovación general de la agricultura, ni del sistema de propiedad agraria” (Riu). Dibujo árabe de una noria. Imagen de unas liebres en el libro Ibn al-Durayhim, Siglo XIII Libro de las utilidades de los animales El hijo de Musa se dedicó a una labor de pacificación. Se acercó a los seguidores de don Rodrigo, y quizás se casase con la viuda de Rodrigo, llamada Ailo o Egilona. Temeroso el califa del acercamiento del hijo de Musa a los vencidos, en marzo de 716 ordenó su decapitación. Esto indica que todo lo ocurrido en España interesaba directamente al califa. Quizás fuese el momento de la rebelión, pero ningún hispanogodo se movió. Del 716 al 719, el nuevo gobernador al-Hurr puso en práctica el acuerdo firmado entre el califa de Damasco y los hijos de Witiza. Estos renunciaban al título de rey, de manera que toda la península estaba bajo el poder del califa. También renunciaban a cargo y rango alguno independiente o al margen del dominio musulmán. A cambio de ello, el califa les reconocía la propiedad de tres mil fundos, que eran los bienes patrimoniales de la corona visigótica. Sin embargo, la nobleza de Cataluña y Septimania no aceptó la renuncia de Akhila, hijo de Witiza, y nombró como rey a Ardón, que fue el último monarca godo. Este rey estableció su capital en Narbona, hasta que el emir al- Samh conquiste esta ciudad (720). Hemos dicho que en Hispania aún quedaba al Islam mucho territorio y población por dominar, a lo que añadía el hecho que los musulmanes preferían la conquista de otras tierras para tomar botín, al esfuerzo de asentarse, trabajar y consolidarse en la península. El Islam penetró en las Galias, por Aquitania en el año 721, Provenza, Borgoña (725) y Gascuña (Poitiers, 732), pero fracasó. Súmese a esto las guerras civiles entre los árabes, sirios y beréberes en la Hispania dominada.
  • 16. José Fermín Garralda Arizcun. Zaragoza, 30-IV-2011 16 Más adelante, el dominio islamita de la península oscurecerá la presencia de los cristianos en ella, a pesar de la resistencia de san Eulogio y otros muchos en Córdoba y otros lugares. Los hebreos no seguirán mejor suerte, a pesar del apoyo prestado a los islamitas durante la invasión. Resistencia y triunfo de Covadonga de los cristianos. El Islam fracasó en Poitiers (732) y en Covadonga (722). Pelayo no fue un invento posterior, sino que existió. Hay que decir esto ante algunos intencionados escritores amigos de la negación. Al parecer, fue hijo del tal Fafila ya mencionado, gobernador de Tuy, muerto por Witiza por una conspiración. De ahí que Pelayo pudiera ser partidario del rey Rodrigo. También pudo ser un “espatiario” o miembro de la guardia real de Toledo. Eso sí, era noble de origen, pues de otra manera no hubiera tenido poder de convocatoria entre los refugiados godos, ni hubiera sido un jefe indiscutido. Al parecer, inicialmente colaboró con Munuza, gobernador islamita de Gijón, y luego fue a Córdoba de donde se escapó. Su oposición a los musulmanes no fue casual, sino intencionada. Las circunstancias la hicieron posible, y hasta le pudo mover el hecho de que el gobernador de Gijón había incluido a su hermana en su harén. Perseguido por Munuza, Pelayo se propuso levantarse contra la dominación musulmana. Muchos cristianos habían huido a Asturias, lo que explica que al llegar los islamitas a varias ciudades estas estuviesen desiertas. Montañas jóvenes y abruptas de los Picos de Europa, Monumento a don Pelayo en Covadonga. reborde montañoso de la meseta elevado durante el Refugiado en las montañas astures, quiso restaurar Terciario. Allí se inició la Reconquista de Hispania frente la monarquía hispanogoda a los pueblos invasores de la península Cueva en Covagonda donde se encuentra la Santina, lugar de peregrinación y devoción de toda España.
  • 17. José Fermín Garralda Arizcun. Zaragoza, 30-IV-2011 17 En 718 había un foco de inquietud en Asturias, mientras los islamitas estaban en Cataluña y la Septimania. Covadonga no fue un invento posterior, sino que también existió. Hubo combate. En 722 los islamitas hicieron retroceder a Pelayo, para luego enviar un destacamento que, como ha demostrado Sánchez-Albornoz, fue derrotado en Covadonga -“Cova Dominica”- el 28-V-722. (Hace 1.289 años… y ¡todavía seguimos hablando de este magno hecho!). El metropolitano de Toledo, esto es, el witizano don Oppas que de nuevo aparece en escena, iba en la expedición del Islam “con la intención de convencer a los insurrectos de lo insensato de su tentativa, (y) es hecho prisionero” (Díaz Martín). Aunque en la escaramuza de Covadonga sólo fue vencida la vanguardia o un destacamento de las tropas de Munuza, esta victoria se convirtió en un símbolo y en una gran gesta. Las cifras de mil cristianos contra veinte mil musulmanes son fantásticas. La proyección moral del hecho fue incalculable. Según Díaz Martín: “los restos de la vanguardia que, después del choque, huían, se despeñaron o se ahogaron en las agrestes tierras de los Picos de Europa; el resto del ejército, con el que Munuza, temeroso, abandonaba la región, fue sorprendido por los astures en Olalies”. Años después, es probable que Pelayo tuviese una “decidida voluntad de mantener una postura hostil frente a los invasores”, lo que se consolidará más adelante. Cuando Pelayo muera en 737, le sucederá su hijo Favila o Fafila “como si de un rey godo se tratara”. Según varios historiadores, sería alzado al estilo godo, por el pequeño ejército que era el pueblo armado. Diez años después de la victoria de Covadonga, el ejército franco derrotó a los musulmanes en Poitiers (732). Dos batallas decisivas: Covadonga fue una brillante escaramuza con una proyección de 800 años… hasta hoy, y Poitiers fue una gran batalla que dejó en manos de los hispanos la expulsión de los islamitas del resto de la Cristiandad. Y lo hicieron en la forja del espíritu. En las Navas de Tolosa de 1212 la Cruzada en Los Cuatro jinetes del Apocalipsis de San Hispania se convertirá en Cruzada de toda la Juan. Beato de Burgo de Osma (Biblioteca de su catedral, Año 1086) Cristiandad. El peligro almohade era muy grave, li- mite. Y los cristianos cumplieron con creces. Para la toma de Granada en 1492, España ya estaba formada, a la espera del ingreso de Navarra como Reino “por si” en 1513 y 1515, la que ya estaba en alma como lo demostró Sancho VII el Fuerte en las Navas de Tolosa trescientos años antes. Al terminar el siglo XV: “Pronto iba a resucitar el clima bélico y religioso tradicional de nuestra Edad Media y, por él dominados, íbamos a enfrentar las tormentas de la Modernidad” (Sánchez Albornoz). De nuevo para el homo hispanicus, “Donde una puerta se cierra otra se abre”: mantener y recobrar la Cristiandad, vencer al Turco en Lepanto, conquistar Túnez, y descubrir y civilizar América dando todo un continente, la inmensidad de América y Filipinas, a la civilización cristiana.
  • 18. José Fermín Garralda Arizcun. Zaragoza, 30-IV-2011 18 José Fermín Garralda Arizcun Pamplona, 30-IV-2011 José de Moret S.I., Anales del Reino de Navarra. En 1766, la edición de Pascual Ibáñez de Todo Reino del Norte de España arrancaba su Pamplona, dice historia de su enfrentamiento contra los Joseph de Moret, Annales del Reyno de Navarra musulmanes. Incluida Navarra, con una Tudela ocupada por los Banu Qasi , hasta que sea liberada por Alfonso I el Batallador de Aragón. _____________ Fuentes: 1. Cristianas: Chronicon Moissiacense (s. IX), Chronicón de Isidoro Pacense, Crónica de Alfonso III, De Rebus Hispaniae del arzobispo Rodericus Toletanus (Rodrigo de Toledo) (s. XIII), Chronicon del obispo Lucas Tudensis (Lucas de Tuy) (Era 733), Cristiano anónimo mozárabe (754), Ximénez de Rada; Chronicon Sebastián de Salamanca, 2. Musulmanas: Ibn al-Athir, Crónica El Kamel; Al – Himiyari; Al-Nuwayri, Historia de los musulmanes de España y África, escrita hacia 1320; Al-Makkari; Abjar Machmua, Crónica anónima del s. XI; Crónica anónima de Abderramán III, escrita hacia 1010; Fath Al-Andalus; Ibn – Khaldoun (s. XIV), Historia de los berberes ; Ibn abd-Hakam, Historia de la conquista del al-Andalus; Abdalá, las “Memorias” del último rey zirí de Granada, escritas hacia 1095, editadas por Lévi-Provençal y E. García Gómez en 1980; Isa Ben Ahamad al Razí, Anales palatinos del califa Alhakam II, escritos hacia 990; Sa’id al-Andalusí, Libro de las categorías de las naciones, escrito hacia 1070. Bibliografía: Además de autores como A. Ballesteros Beretta, Lacarra, J. Mª. Font-Ruis, Emilio García Gómez, Z. García Villada, García Tolsá, Ramón Menéndez-Pidal, Sanchis y Guarner, Soldevila, Antonio Ubieto, Luis G. de Valdeavellano, Historia de España, José Vicens Vives, Lévi-Provençal, citemos los siguientes: 1. ALBANÉS, Ricardo, Los judíos a través de los siglos, México, 1939 2. AMADOR DE LOS RÍOS, José, Historia de los judíos de España y Portugal, Madrid, 1875 3. DÍAZ MARTÍN, Luis Vicente, “Constitución de la Monarquía asturiana (711-822)”, en Historia General de España y América, Madrid, Rialp, tomo III: El fallido intento de un Estado hispánico musulmán (711-1085), 1991, 658 pp., p. 3-38 4. DOZY Reinhart, Histoire des musulman d’Espagne, Leiden, 1932 5. Enciclopedia judaica castellana, México, 1948, 4 vols. 6. GARCÍA MORENO, L. A., El fin del Reino visigodo de Toledo, Madrid, 1975 7. MARIANA, Juan de, Historia General de España, diferentes ediciones 8. MARQUÉS DE LOZOYA, Historia de España, Barcelona, Salvat, v. I, 1977, 434 pp., pág. 217-238.
  • 19. José Fermín Garralda Arizcun. Zaragoza, 30-IV-2011 19 9. MENÉNDEZ Y PELAYO, Marcelino, Historia de los heterodoxos españoles. Las ediciones son numerosas. 10. ORLANDIS, José, Historia de España. La España visigótica, Madrid, Gredos, 1977, 331 pp. Las citas recogidas en estas páginas, proceden del citado libro de síntesis. ÍDEM. El poder real y la sucesión al trono en la monarquía visigoda, El cristianismo en la España visigoda, etc. 11. RIU, Manuel, Lecciones de Historia medieval, Barcelona, Ed. Teide, 4ª ed. actualizada 1975, 686 pp. 12. SÁNCHEZ-ALBORNOZ, Claudio, Orígenes de la Nación española. Estudios críticos sobre la Historia del reino de Asturias, Oviedo, Tomo I, 1972-1975; España, un enigma histórico, Barcelona, EDHASA, 1977, 2 vols., vid. Tomo I, 720 pp.; El drama de la formación de España y los españoles, Madrid, 2003, 67 pp.; “El Senatus visigodo. Don Rodrigo rey legítimo de España, Rev. “Cuadernos de Historia de España” (CHE), VI (1946), p. 5-99; “Otra vez Guadalete y Covadonga”, CHE, I y II (1944) p. 11-114; “Dónde y cuándo murió don Rodrigo, último Rey de los Godos”, CHE, III (1945), p. 5-105 13. También pueden añadirse los historiadores hebreos Graetz, Learssi, Kastein, Pessin, Sachar, Raisin, que explican el apoyo de los judíos a los musulmanes durante la invasión. 14. José Fermín Garralda Arizcun Pamplona, 30-IV-2011 LAUS DEO