1. GRACIAS A MI MAMA
Gracias mamá, a ti te debo la vida, me diste el derecho de nacer, lo más importante,
me diste la leche de tu seno, que permitió convertirme en un ser humano con gran
amor y tener las defensas necesarias para poder enfrentar las enfermedades que a
través de la vida he tenido que soportar.
Hoy lo reconozco, y nuevamente te doy gracias, si no mi vida sería diferente, estaría
sufriendo las consecuencias de la reforma a la salud, que ha demostrado el grado de
deshumanización y comercialización, que hace el estado cantinero y jugador, del
derecho a la salud, que cada día reposa como letra moribunda en nuestra constitución
política de 1991.
Ya la esperanza se perdió, el derecho se comercializo es una cascada que empieza
en los convenios que firman nuestros gobernantes con los productores de los
“fármaco”, droga que calma pero no cura, pero deja secuelas en el organismo, los
efectos secundarios.
Ellos son los primeros que despluman el estado vendiéndole sus mercancías, él es
uno de los mayores compradores, luego una ley nos obliga a filiarnos a unos
organismos denominados EPS (Empresas prestadoras de salud), donde las normas
de ingeniería y los movimientos económicos priman sobre los derechos de la salud del
pobre ciudadano, que paga o el estado lo subsidia.
Luego la parte científica donde están los médicos y especialistas se la juegan por las
migajas que puede repartir este gran negocio de la salud, por un sueldo venden sus
conocimientos y estos terminan restringidos a tiempos, protocolos y procesos de
producción, como si atender un enfermo fuera igual que producir una salchicha.
Luego caen en manos de los visitadores médicos los impulsores para la
comercialización del producto “droga último grito para curar las enfermedades” los
médicos formulan y los boticarios venden al por menor, droga que compran con
grandes descuentos, falsificadas y robadas a laboratorios, falsificadores y funcionarios
que roban de laboratorios o de los inventarios de las EPS.
2. Las IPS, son los que les fían al sistema, pero los hospitales del gobierno terminan
endeudados, quebrados y reestructurados para ser entregados a los capitalistas de
las EPS, para que puedan redondear el negocio haciendo la famosa integración
económica vertical y horizontal, que les permite conseguir poder económico, político,
situación aberrante que permite llevar a los confiados, desvalidos y balbucientes
afiliados del sistema de salud, al horror de ver comprometida su salud, sus derechos,
sus patrimonio en tan deshumanizado negocio, que tiene al final del camino la pérdida
de su vida, fin de esta historia económica.