La mirada de Jesús: Una mirada que traspasa el corazón
Historias
1.
2. BARA La importancia de Bará es fundamental, una vez que se recibió el privilegio de recibir todas las ofrendas y obligaciones en primer lugar , ninguna obligación o matanza debe ser hecha sin saludar a Bará. Es dueño de todas las encrucijadas y caminos. Es el hombre de la calle, quién cuida la puerta de nuestras casas, quién tranca o destranca los mercados, los negocios .
3. OGUM Señor Dios de la guerra, dueño de trabajo ya que posee todas las armas como sus símbolos. Dios del hierro en el que son forjados todos los instrumentos como Faca, espada, lanza, el martillo . Por ser dueño de la FACA viene luego de Bará, ya que sin las facas es imposible realizar los sacrificios. Protege también las entradas de las casas y los templos. Ogum es el protector de los militares soldados, trabajadores y agricultores
4. OIA Orixá del viento, de los rayos y de las tempestades. También es guerrera, posee una espada o sable como símbolo de guerra, es la única Orixá capaz de dominar a los Egunes (espíritu de los muertos). Es autoritaria pero muy sensual, de temperamento muy fuerte, dominador e impetuoso. Fue una de las esposas de Xangó.
5. XANGO Dios del rayo, de la justicia y del fuego. Es un orixà temido y respetado. Es viril y violento. Se acostumbra decir que Xangò castiga a los mentirosos, los ladrones, y malhechores. Sus símbolos son el hacha de dos filos y la balanza símbolo de justicia. Todo lo que se refiere a estudios, derechos, justicia, pertenecen a Xangò. Dios de oyò ,marido de oyà, oyum y obà.
6. ODE Son Dioses de caza, por lo tanto protectores de los cazadores. En Río Grande del Sur se reconoce a Otim como mujer. Ella participa en conjunto en toda obligación de Odé apenas cambiando los animales que comen. Cuando Odé come cerdo, Otim come cerda, Odé come pollo, Otim gallina. No cambia, sin embargo, sus armas.
7. OBA Diosa del Río Niger, pues existe un Río con su nombre, tercera mujer Xangó. Orixá aunque femenina, temida, fuerte, enérgica, considerada más fuerte que muchos Orixás masculinos.
8. OSSANHA Ossanha es el Orixá de las plantas medicinales. Es fundamental su importancia ya que su reino son las plantas y las hojas, imprescindibles en los rituales y obligaciones de la cabeza y el asentamiento de todos los Orixás a través del Mieró, así como de todas las heridas. También le pertenecen los huesos, nervios y músculos. Las personas con defectos físicos en las piernas, o con falta de una de ellas, casi siempre están ligados este Orixá.Pues el se presenta sin una de sus piernas, sea simbólicamente, sincrética mente, así como en trance, danza siempre con una de sus piernas, cuando se da la manifestación de Ossanha danzan toda la noche en una sola pierna.
9. XAPANA Dios de la peste de la viruela y de las enfermedades contagiosas. También es considerado médico del espíritu y de la materia. Posee el poder de curar todas las dolencias de la piel, heridas, etc. Su símbolo más conocido es la paja da Costa.
10. OXUM Orixá que posee el mismo nombre que un río de Nigeria, en Ijexá e Igebú. Segunda mujer de Xangó. Diosa del oro, de la riqueza y del amor. A Oxum le pertenece el vientre de la mujer y al mismo tiempo controla la fecundidad; por eso le pertenecen los niños. Dueña de los ríos y cachoeira, le gusta usar collares y joyas, cosas de oro y todo lo que se relacione con la vanidad, perfume, flores, etc.
11. IEMANJA Diosa de la Nación de Egbá, Nación Joruba donde existe el río Yemanjá. En el Brasil es Reina de las aguas y mares. Orixá muy respetada y reconocida como madre de todos los Orixás. Por eso a ella también le pertenece la fecundidad. Su día se celebra el 2 de febrero en esa fecha, se pueden apreciar largas procesiones.
12. OXALA Es considerado como el mayor de los Orixás del Panteón Africano. Simboliza la paz y es el padre mayor de nuestras naciones en la Religión Africana. Tiene diversas representaciones como viejo y joven. Es calmo sereno y pacificador, es el creador, por lo tanto respetado por todos los orixás y por todas las naciones. A Oxala pertenecen los ojos que ven todo