Este documento describe la historia del Día del Bibliotecario en Nicaragua, el cual se celebra el 8 de noviembre en honor a Carlos Fonseca Amador. Fonseca trabajó como bibliotecario y fue un ávido lector que aprovechó sus lecturas para promover el cambio social. El documento también discute los desafíos actuales que enfrentan los bibliotecarios nicaragüenses como salarios bajos y falta de oportunidades de desarrollo profesional continuo.
2. INTORDUCCCION
En este escrito sostenemos y afirmamos que el Día del
Bibliotecario Nicaragüense no llegó a la historia de nuestra
bibliotecografía por vía de un frío decreto oficialista, sino por
el calor tropical, ardiente, solidario y fraterno de un
sinnúmero de acciones generadas por bibliotecarios, hombres
y mujeres, que a través de su trabajo y su quehacer socio-
cultural desde las bibliotecas, ha generado un caudal de
actividades, que fueron acompañadas a veces desde el
gobierno, la empresa privada e instituciones nacionales y
organismos internacionales...
Entérese cómo fue el proceso socio cultural bibliotecario que
dio paso a la celebración -de hecho- del 8 de noviembre como
Día del Bibliotecario Nicaragüense.
3. HISTORIA DE DONDE NACE LA IDEA DEL DIA DEL BIBLIOTECARIO.
El 8 de noviembre, a partir del año 1980, se ha
celebrado en Nicaragua el Día Nacional del
Bibliotecario. Iniciativa del Ministerio de
Educación, en el contexto de su primera
campaña de bibliotecas, la fecha escogida
correspondió a la caída en combate de Carlos
Fonseca Amador, máximo conductor
revolucionario de la Nicaragua del siglo XX.
4. El mismo Rothschuh ha recordado a Fonseca
organizando los ficheros bajo el sistema decimal Dewey
y, si no atendiendo a los usuarios, leyendo Un
estudiante interno describió la llegada del nuevo
bibliotecario así: Sacó poca ropa, un par de zapatos y
bastantes libros con algunos ejemplares de Segovia
revista que había fundado y dirigido en Matagalpa. Era
alto y delgado, frente amplia, con una gran manzana en
la garganta, vestimenta humilde, pero limpia.
5. Añadió otro alumno: “Carlos cerraba la
biblioteca del Goyena para abrir la que tenía en
su armario, donde guardaba libros de mayor
calidad…siempre andaba con un libro bajo el
brazo”. Era, pues, un consumado lector.
6. Tal experiencia sería la principal fuente de su formación
e incluía una vastedad de materias e incluso, cosas
inocentes como libros de versos por César Vallejo y
Emilio Quintana. Novelas por William Faulkner, libros de
política escritos por católicos como el Cardenal José
María Carosegún carta suya del 11 de noviembre de
1957. De temática distinta, seguramente habían sido
los 80 libros y panfletos que la Guardia Nacional le
confiscó, al catear su cuarto en León, en septiembre de
1956.
7. Los biógrafos han enumerado otros títulos leídos por
Carlos Fonseca. Por ejemplo, Matilde Zinmmerman
apunta que en la cárcel de Alajuela, Costa Rica, recibió
enviado por su esposa, una colección de Revista
Conservadora del Pensamiento Centroamericano, la cual
según Humberto Ortega devoraba.
8. Es un honor, un ejemplo y un reto al mismo tiempo para
los bibliotecarios, y los gestores de la información en
general, evocar en su día aprobado oficialmente el 24 de
septiembre de 2009 a un hombre que aprovechó como
nadie su existencia para leer e informarse de todo
aquello que podía servir a su causa: la transformación de
Nicaragua. Nuestra máxima satisfacción puntualizó, en
Viva Sandino, no consiste en escribir acerca de los
héroes, sino en seguir su ejemplo, en la trinchera rural o
en la catacumba urbana. El propósito de Fonseca de
estudiar el pasado tenía un fin claro: cambiar el presente
y el futuro.
9. HABIENDO ESCUDRIÑADO LA HISTORIA DE MUCHOS COLEGAS ESCRITORES Y
COPILADORES DE NICARAGUA.
El 8 de noviembre cada año pasa sin pena y sin gloria, y el
menos precio de la carrera de Bibliotecología, cerrada en el
año de 1994, es incompresible para los mismo
Bibliotecarios emperico no tener la oportunidad de seguir
se preparando día a día en una especialidad de
bibliotecología, sin dejar de mencionar el bajo salario que
devengamos por ejercer esta profesión que al igual que
cualquier otra debe ser bien retribuida.
10. Cabe desatacar, que en la unan-león en los años del
2000-al 20010 el salario del Bibliotecario estaba
muy bien retribuido a las exigencia de ese
momento del sistema de Bibliotecas (SIBUL), Hoy el
sistema de Biblioteca en su proceso de
modernización y en los avances tecnológicos, el
trabajo del Bibliotecario ha adquirido mayores
retos para alcanzar los objetivos planteado en la
misión de la Universidad de la UNAN-LEON.
11. Hemos notado en los últimos Años como los
salario de otra dependencia o de partamente
o escalafones, han sido valorados y
retribuido considerablemente.
Siguiendo con el punto a tratar los retos de
los bibliotecarios Año a año son diferentes en
el sentido que aumenta la población
estudiantil y la comunidad universitaria
también, el sistema de información varia al
igual que la tecnología avanza.
12. Quiero dejar muy claro que este documento no tiene
nada que ver con resentimiento hacia ningún órgano de
la institución, de mi universidad, sino que es una
iniciativa de propuesta para que las personas
competentes tomen en cuenta que la profesión del
Bibliotecario es profesional y que debe de considerar,
estas para que el salario no quede bajo con las otras
profesiones que andan por encima de dicha profesión.
13. Tanto el gobierno como la empresa privada deben
preocuparse por equiparar el salario que devengan los
bibliotecarios con los otros directores o jefes de áreas
de sus dependencias, ya que en muchos casos es
absurda y ridícula la diferencia que existen entre ellos
cuando en realidad son igualmente profesionales.
14. Conclusión.
A todos mis compañero bibliotecario de la unan- león, y de todo el
país que celebremos el día del Bibliotecario con gran honor a este
hito de las bibliotecas de Nicaragua y el mundo como es Carlos
Fonseca Amador, que el siendo un joven lector y que tenía
conocimiento empíricos como la gran mayoría de los bibliotecarios
de este país, pudo elevar y enaltecer esta profesión con muchos
méritos y perseverancia. Le yendo los escritos de muchos
bibliotecarios del país, el 8 de noviembre no solo se elige este día
por su caída en combate, si no por los grandes aportes que dio
como bibliotecario en su momento en nuestro país. Dejando claro
que Carlos Fonseca es un bibliotecario por excelencia.
15. RECOMENDACIONES
Tanto el gobierno como la empresa privada
deben preocuparse por equiparar el salario que
devengan los bibliotecarios con los otros
directores o jefes de áreas de sus
dependencias, ya que en muchos casos es
absurda y ridícula la diferencia que existen
entre ellos cuando en realidad son igualmente
profesionales.
16. Quiénes son las personas que resguardan con celo y como
si fueran propios los documentos, libros, revistas, diarios,
Son los bibliotecarios, amantes del patrimonio
documental, preservadores de libros incunables,
restauradores aunque sean con las uñas de aquel material
deteriorado o en vías de destrucción. Valoremos el trabajo
que a diario realizan los y las bibliotecarias.
17. Los archivos y bibliotecas existentes en nuestro país,
salvo la Biblioteca del Banco Central y el Instituto de
Historia de la UCA, carecen de locales adecuados
debidamente equipados para la organización y
conservación de sus archivos, careciendo de todo lo
básico: estantería, cajas especiales, climatización, etc.
18. La Ley de Protección al Patrimonio Cultural de la
Nación en su artículo 12 expone: “Los propietarios
o poseedores de bienes culturales quedan
obligados a entregar previo inventario, a la
Dirección de Patrimonio objetos cuando ésta lo
solicite para efectos de exhibirlos temporalmente
al público dentro o fuera del país.
19. El Gobierno debería realizar un inventario de los
fondos documentales existentes tanto en los
archivos y bibliotecas del Estado como lo que se
encuentra en bibliotecas privadas con el objetivo
de contribuir al desarrollo de los archivos
nicaragüenses incentivando de esta manera la
protección de nuestro patrimonio documental,
concentrados en los archivos tanto públicos como
privados.
20. Se está perdiendo de manera irreversible el patrimonio
documental del país, la memoria histórica de la nación, lo
que da testimonio de su vida económica, política,
administrativa, social y cultural. La tragedia más grande
que le puede ocurrir a un país es no tener ni preservar su
memoria escrita, no porque no exista, sino porque no se
tiene conciencia de su valor e importancia, mucho menos
sentido histórico, se le deja perder con gran indiferencia o
se le destruye voluntaria e involuntariamente.