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San Esteban vuelve a contar con botica
dos siglos después
El 8 de febrero, ¡apúntate a La2 de TVE
y a 13 tv!
Viernes, 6 febrero, 2015
Para que el domingo 8 de febrero, Jornada Nacional de Manos Unidas, le pongas al mal tiempo buena
cara, te ofrecemos un plan para que no tengas que salir de casa por la mañana: ¡apúntate a La2 de TVE y
a 13 tv!
A las 10:30h, en el “El Día del Señor” de La2 de TVE podréis ver nuestro vídeo de campaña “Luchamos
contra la pobreza, ¿te apuntas?” al que seguirá la retransmisión de la Misa que va a oficiar monseñor
Carlos Osoro, arzobispo de Madrid, enla Parroquia S. Mateo del barrio de Villaverde.
Y después, a las 11:30h. recorreremos con “Pueblo de Dios” las calles de Phnom Pehn, donde trabajan las
mujeres recolectoras de basuras, a las que acompaña y apoya la ONG CSARO, con quienes Manos
Unidas colabora desde hace ya muchos años.
Y casi seguido, entre 11:15/11:30 podremos cambiar de canal para ver el programa “Encuentros con el
Papa” de 13TV al que asistirán el secretario general de Manos Unidas Rafael Serrano y los dos invitados
a la campaña sister Caridad Paramundayil y Jorge Crisafulli. Además de realizar conexiones telefónicas
con Monseñor Omella, nuestra Responsable de Proyectos en África, Mabel Ibáñez y África Marcitllach,
Coordinadora de Proyectos de CentroIndia, en el departamento de Asia.
También la radio, COPE, RNE, Canal Sur Radio y Andalucía Información, tendrán en algunos de sus
programas a nuestros invitados o miembros de Manos Unidas...y estamos seguros de que muchos más
medios se harán eco de esta jornada.
Aprovechamos para agradecer a los medios de comunicación su colaboración en la difusión del mensaje
de concienciación y de denuncia de nuestra campaña “Luchamos contra la pobreza, ¿te apuntas?”
8 DE FEBRERO: PRIMERA JORNADA
INTERNACIONAL DE ORACIÓN Y
SENSIBILIZACIÓN CONTRA LA TRATA DE
PERSONAS
Madrid, 6 de febrero de 2015.- El Papa Francisco ha denunciado de forma rotunda y reiterada
la trata de seres humanos, una práctica que ha definido como un “crimen contra la humanidad”.
Respondiendo a su llamada, el Pontificio Consejo para la Pastoral de los Emigrantes e
Itinerantes, el Pontificio Consejo de Justicia y Paz y la Unión Internacional femenina y
masculina de Superiores Generales convocan este año, el 8 de febrero, la Primera Jornada
Internacional de Oración y Sensibilización contra la Trata. La fecha elegida coincide con la
fiesta de Santa Josefina Bakhita, una esclava de origen sudanés que, al ser liberada, se
convirtió en religiosa y fue canonizada en el año 2000, símbolo de esperanza y libertad.
El primer objetivo de esta iniciativa es crear mayor conciencia sobre este fenómeno global para
impulsar una movilización que llegue a todos los rincones del mundo y permita reflexionar
sobre las situaciones de violencia e injusticia que viven tantas personas que hoy en día se ven
privadas de libertad y de dignidad. Hablamos de las víctimas del grave delito de la trata, pero,
también, de las situaciones de pobreza y vulnerabilidad en las que se ven inmersas y que las
convierten en simples instrumentos para el lucro de otros.
"Enciende una luz contra la trata" es el lema elegido para esta jornada, con el que se
expresa el objetivo de arrojar luz sobre la oscuridad que pesa sobre este crimen. Esta
convocatoria, que será secundada con la celebración de Vigilias de Oración en distintos países
de todo el mundo, tendrá su punto culminante en Roma el domingo 8 de febrero, durante el
rezo del Ángelus en la plaza de San Pedro.
El drama de la trata de personas es una de esas “periferias” pastorales a las que se refiere el
papa Francisco en las que la Iglesia católica está presente desde hace mucho tiempo:
denunciando, sensibilizando y, sobre todo, estando al lado de las personas que son víctimas de
esa tráfico y necesitan mayor apoyo. Por ese motivo, otro de los principales objetivos de esta
jornada es seguir aportando desde las organizaciones de la Iglesia más involucradas en la
respuesta a este problema soluciones urgentes e iniciativas concretas de lucha contra esta
forma moderna de esclavitud que viola los derechos y la dignidad de tantas personas en todo el
mundo.
Cáritas, el Secretariado de la Comisión Episcopal de Migraciones, CONFER y Justicia y Paz se
suman con fuerza a esta iniciativa e invitan a todas las diócesis, parroquias, asociaciones,
familias y personas a reflexionar y rezar juntos en esta Jornada contra la Trata.
Reafirmamos la necesidad inaplazable de defender, en primer lugar, los derechos humanos de
las víctimas y de aplicar con voluntad real la legislación vigente en favor de su protección y su
dignidad irrenunciable.
La invitación de estas entidades anima a recorrer un camino que vaya “desde la conciencia a la
oración, de la oración a la solidaridad, y de la solidaridad a la acción concertada, hasta que la
esclavitud y la trata desaparezcan”, como señala el cardenal Peter Turkson, presidente del
Pontificio Consejo Justicia y Paz. Todo ello para visibilizar, según recuerdan los obispos
españoles, el “drama humano y moral” de esta realidad.
Para acceder al material didáctico disponible
sobre sensibilizacióny prevención en el tema
de la trata de personas [PINCHAR AQUÍ]
El rezo de Omar
06/02/2015
Omar le pone rostro a la muerte. Siente que estos son sus últimos suspiros en este mundo. Suplica a las
fuerzas de seguridad que avisen a su madre, quiere despedirse. Madrugada del viernes 28 de marzo de
2014. Las noticias “alertan” que alrededor de 800 personas han intentado entrar a Melilla. Omar era uno
de ellos. Recorrió más de 4.800 km para perseguir sus sueños en Europa, hoy solo quiere olvidarlo todo.
Omar se estrecha en un abrazo
con la persona que le dio la vida. Ella teme
por su destino, él intenta transmitirle
confianza. Ninguno de los dos sabe que
ese momento no se repetirá en mucho
tiempo. Él quisiera congelar en su memoria
ese instante y todo lo que lo rodea.
Parte una mañana hacia Maradí
(Níger), su hermana lo espera. Necesita la
bendición de su Dios para emprender su
viaje. Llaman al Imán de la mezquita y leen
juntos el Khoram durante 5 horas. Omar ya
se siente preparado, empaca sus pocas
pertenencias.
PUERTAS DEL DESIERTO
Su próximo destino es Arlit (Níger), puertas del desierto. Su primo, gran conocedor de
la ciudad, le consigue al mejor para atravesar el Desierto de Tamanrasette (Argelia). Todo tiene
su precio, los ahorros comienzan a esfumarse. Las pocas señales que se ven por el camino,
son de muerte: ¿humano o animal?, huesos. Un día y una noche dura la travesía.
A tan solo 5 km antes de llegar a Tamanrasette, son abandonados a su suerte. El
conductor no puede continuar, podría tener problemas. Omar intenta mantener la calma, cree
poder ver la ciudad desde allí. No tiene “papeles” y las fronteras están cerradas. Reza a su
Dios, sus esperanzas siguen intactas.Es la primera vez en su vida en que estaba en un sitio en
el que la gente no tiene su mismo color de piel.
DECISIONES
Otra vez toca partir. Recuerda a su madre, se encomienda nuevamente a su Dios. Otro
autobús, otro día y otra noche viajando. Pasará por Ghardaia (Argelia) para llegar a Orán. Allí
un amigo lo espera, Rabiu. Comienzan a trabajar juntos en la construcción, le enseñará a Omar
cómo desenvolverse en este nuevo mundo. Los meses van pasando, Rabiu decide partir; pero
Omar aún no se siente preparado. Debe ordenar su vida, continuar trabajando, ayudar a su
madre.
Las noticias llegan a pesar de la distancia: Rabiu ha cruzado a Europa.
MARRUECOS
El siguiente destino es Marruecos, para ello contacta con un “conocedor” del camino,
que también pondrá precio. Pasan la noche en su casa. Omar ya no viajará solo, lo acompañan
5 personas más.
Oujda, uno de los puntos más importantes de la ruta subsahariana, antesala a Europa.
Entrarán caminando, pasando por varios poblados. Omar confía, siente que está ya a un paso
de conseguir su “sueño”: a Omar le encantan los camiones y quisiera estudiar mecánica, llegar
a Europa haría posible su sueño.
LOS CAMPAMENTOS
Otra vez vuelven a ser abandonados antes de llegar. Logran entrar a Oujda y se
dirigen a uno de los asentamientos, ubicado en un recinto a cielo abierto perteneciente a la
universidad de esa ciudad. Omar comprende las reglas, busca al responsable de su
comunidad, quien da el visto bueno para su estancia allí, pago de por medio; dispone ahora de
unos pocos metros cuadrados, su “hogar” será una tienda hecha con plásticos, mantas y palos
de madera. Poco es el dinero con que cuenta y aún queda camino por recorrer, teme por su
supervivencia. Sólo dos noches pasará allí.
NI BRÚJULAS, NI MAPAS
Nador será el próximo punto del mapa al que deben llegar, pero antes irán hasta
Taourit. No llevan ni brújulas ni mapas, solo la memoria les guiará, recordando las palabras que
alguien pronunció.
Deben esperar el tren de mercancías, aguardan dos días allí, duermen en la estación.
Unos cartones les sirven de refugio y de escondite. La segunda noche es la elegida para partir.
Pasan tres horas y el tren sigue su marcha, Omar tiene un mal presentimiento. Se acerca a un
lugareño y le pregunta hacia dónde se dirigían. Se dirigía al otro extremo de Marruecos,
Casablanca. la peor noticia, el grupo comienza a alterarse. Omar los tranquiliza, se bajan en la
siguiente estación, Taza, y toman un autobús directo a Nador.
EL CEMENTERIO
Sus pies pisan Nador y la Estación de policía es lo primero que ven. Procuran ser
invisibles. Deben llegar a Beni Enzar, a poco kilómetros de allí. La noche como mejor
compañera. Una vez en la estación de Beni Enzar deben encontrar el cementerio para
ascender hasta el Monte Gurugú. Esas eran las indicaciones. Pero no hacen más que volver al
punto de partida, una y otra vez, llaman a un hombre que vive en este monte, la espera dura
hasta las 5 de la madrugada. Los lleva a la cima y les ofrece un lugar para descansar.
EL GURUGÚ
“En el Gurugú, Omar no puede creer lo que sus ojos ven: personas viviendo en
condiciones inhumanas. Teme que esa vida le devore”. Cuentan los pocos dirhams que les
quedan, reúnen 300. Importe que les cubre la estancia semanal a todo el grupo; las reglas de
juego: oír, ver, callar, obedecer.
Una especie de gobierno a cielo abierto, es necesaria la organización de la vida allí.
Omar se encarga de la cocina, los mediodías para su grupo y las noches para los de su
comunidad Hausa. Para ello, diariamente, harán varios kilómetros cuesta abajo en busca de
alimentos y agua. Se come solo si consiguen algo.
28 de marzo de 2014: SENTIRSE MORIR
No sabe exactamente cuántos eran, pero las noticias del día siguiente anuncian que
por lo menos fueron 800 personas. Esa madrugada reciben la orden. El gran día ha llegado. No
salen todos al mismo tiempo. Omar y otros más esperan en el pumbin (escondite). Cuando las
fronteras queden libres de vigilancia, ese será el momento.
Omar cree no necesitar escaleras, él tiene la fuerza y la energía, es su primer intento
de paso. No puede permitirse pasar más tiempo en ese monte, debe ayudar a su madre.
Comienza a ascender hasta que sus manos comienzan a sangrar: se han topado con las
cuchillas. Omar siente el llamado a la oración de las mezquitas cercanas. Desea rezar, pero en
otro idioma, “en español”.
Ya han llegado las fuerzas marroquíes, intentan atraparlo. Los segundos son vitales y
Omar los está perdiendo. Siente como si le aventasen un gancho en su espalda, bajarlo de allí
es el objetivo. Ya no tiene mas fuerzas. Cae.
Su mirada se dirige al cielo, siente que un escalofrío le recorre, no puede mover su
cuerpo por más que lo intente. Unas voces le ordenan que se levante. “No puedo”, responde.
Eso parece insultarlos, se empeñan en ponerlo de pie, Omar vuelve a caer. Y sobre él, palos
de madera rebotan con una brutalidad despiadada. Omar cree comprenderlo todo, un llanto le
nace desde lo más profundo.
Nunca nadie le explicó qué se siente al morir, pero él ya le ha puesto nombre. Pide que
avisen a su madre, quiere despedirse. La ambulancia llega finalmente, Omar ya no tiene noción
del tiempo transcurrido. Lo suben, junto a más heridos, para trasladarlos al hospital. La música
comienza a sonar a un volumen intolerable. Omar les ruega compasión; pero son desoídas sus
súplicas.
EL HOSPITAL
Nadie acude a su llamado. Omar se encuentra en la sala de urgencias, con más
personas que tuvieron una suerte parecida. Las lágrimas vuelven a brotar. Desearía
desaparecer, está agotado y quebrado su cuerpo en partes.
Por primera vez en mucho tiempo, alguien le pregunta cómo se llama, cómo está y si
tiene hambre. Personal de la Delegación de Migraciones se hace presente en el hospital, Omar
desconoce la existencia de organizaciones que ayudaran a migrantes. Por un momento, creyó
estar en España.
El dolor intenso y el llanto se hacen compañeros de Omar durante días. Su cuerpo
sigue sin responderle. Un doctor se le acerca y le informa de su situación. Omar recibe las
peores noticias: problemas graves en sus pies y su espalda. Deben operarlo y luego tendrá que
hacer rehabilitación, pero no le pueden asegurar que pueda volver a caminar. Omar ya dejó de
oír lo que el doctor le sigue explicando, sólo retumba en su cabeza la pregunta “¿que será de
mi vida ahora?”
La única persona que conocerá su suerte será su hermana. Omar le pide que guarde
silencio para con su madre, la conoce muy bien y no quiere preocuparla.
LA FE MUEVE MONTAÑAS
Tras cuatro meses de
rehabilitación, Omar abandona el hospital y
continúa el proceso de forma ambulatoria.
Ahora su hogar estará en la iglesia de
Nador. Los resultados comienzan a
notarse, muy despacio comienza a mover
sus pies. Su Fe permanece intacta, anhela
volver a andar para doblar sus rodillas y
rezar en la Mezquita más cercana. Sus
piernas comienzan a responderle. Vuelve a
caminar con la ayuda de un andador.
Omar sigue en contacto con
Daniela. Aquí, una de las fotografías que le ha enviado, junto a su madre.
“Hoy sólo puede aconsejar a quien desee realizar este viaje, que no lo haga”
EL REGRESO
Volver a su Níger, un pensamiento que lo ha acompañado en más de una oportunidad.
Dios lo es todo para él y Omar acepta que esto es lo que Él le tenía preparado para su vida, su
destino. Recuerda a sus amigos que ya están en Europa. Por momentos se arrepiente de
haber emprendido esta “aventura”. Hoy sólo puede aconsejar a quien desee realizar este viaje,
que no lo haga. Omar quisiera olvidarlo todo.
Siente y sabe que hoy no puede intentarlo nuevamente, no así. Se convence que
regresar es la mejor opción. Su madre lo espera ansiosa.
No sabe qué le espera, intenta con todas sus fuerzas imaginar su futuro. Se ilusiona
con empezar una nueva vida. Sólo tiene 23 años. Confía en que su Dios algo pueda hacer por
él. “Tengo la vida, gracias Dios”, repite.
Autor: Daniela Frechero
Colombia debe evitar el reclutamiento
infantil, según las Naciones Unidas
EFE - Ginebra
04/02/2015 - 15:05h
Uruguay debe evitar la explotación laboral de niños, según la ONU
El Comité de la ONU para los Derechos de los Niños lamentó hoy que continúen los altos índices de
reclutamiento infantil en Colombia y que muchos de estos niños sean perseguidos como criminales en
lugar de como víctimas.
Los pasados 20 y 21 de enero, Colombia se sometió al escrutinio del Comité de Derechos de los Niños, en
una revisión regular a la que están sometidos todos los países de las Naciones Unidas.
"El Comité está preocupado por el continuo reclutamiento de niños por grupos no estatales; y el hecho de
que algunos de estos niños sean perseguidos por Colombia como criminales y no tratados como
víctimas", reza el informe.
"Las niñas reclutadas son sometidos a violencia sexual, de forma sistemática y repetida, incluidos
violación, esclavitud, embarazos forzados y abortos".
Ante esta situación, el Comité pide a Colombia que haga todo lo necesario para evitar esta situación,
como cambios legislativos y establecimiento de los recursos adecuados, especialmente en las regiones
más afectadas por el conflicto.
Asimismo, los expertos piden que se tenga en cuenta que los niños soldados son víctimas, por lo que
tienen derecho a asistencia psicosocial adecuada, especialmente las niñas víctimas de violencia sexual.
"Esta es nuestra mayor preocupación, que los niños reclutados no son considerados como víctimas sino
como responsables", aseveró en rueda de prensa Gehad Madi, el relator del informe.
Dicho esto, Madi mostró su esperanza de que las conversaciones de paz entre el gobierno colombiano y
las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC) den fruto y pueda haber desmovilizaciones
masivas, incluidas la de los niños.
"Esperamos que las negociaciones sean fructíferas y que el gobierno esté en una posición mejor para
ayudar y asistir a los niños desmovilizados, para que obtengan la protección que merecen y sean
registrados y rehabilitados", agregó Madi.
Por otra parte, el Comité pide que "se investiguen todas las denuncias y alegaciones de que fuerzas de
seguridad del Estado, como la Policía y las Fuerzas Armadas, hayan podido cometer contra los niños
soldados".
Por otra parte, los expertos muestran su preocupación por la suerte de los niños desplazados internos,
especialmente los de origen indígena y afrodescendientes.
"Si bien notamos los programas establecidos para proteger a los niños desplazados, el Comité sigue
preocupado porque éstos esfuerzos han sido insuficientes para asegurar adecuadamente los derechos de
los niños desplazados como ha sido ordenado por la Corte Constitucional", añade.
En otro apartado, los expertos lamentan que "muchos niños son víctimas de asesinatos o desapariciones,
incluidos asesinatos cometidos por los agentes gubernamentales, y que existe mucha impunidad al
respecto".
"Las causas primigenias de estos actos violentos, como el crimen organizado, la corrupción, las drogas, la
pobreza y la marginación son insuficientemente tratadas", agrega el texto.
Los expertos se preocupan por los "altos índices de violencia doméstica y abuso, de la cuales son
particularmente víctimas las niñas, incluidas las que ejercen como trabajadoras domésticas".
Ante esta situación, los expertos solicitan que el Estado haga todo lo necesario para evitar los actos de
tortura contra niños, incluido que se investiguen los casos donde policías y militares estén implicados y
que se les ofrezca a los agentes entrenamiento específico.
Finalmente, el Comité se lamenta del alto nivel de embarazos adolescentes, especialmente en áreas
rurales, lo que deriva en muchos casos en una alta mortalidad materna entre las púberes gestantes "como
resultado de una acceso inadecuado a los servicios sexuales y reproductivos".
Los expertos, asimismo, se hacen eco de las denuncias de "obstáculos o denegación a los servicios de
aborto legal" por parte de personal médico.
Papa: Muchos cristianos también hoy
víctimas de gente que odia a Jesucristo
2015-02-07 Radio Vaticana
(RV).- El martirio de los cristianos no es una cosa del pasado, muchos de ellos son víctimas
también hoy “de gente que odia a Jesucristo”. Es la sufrida constatación de Papa Francisco en la
homilía de la misa matutina en la Casa de Santa Marta, después de una meditación intensa
sobre la vida y la muerte de Juan el Bautista.
La parábola de “Juan el Grande” en primer plano y, apenas detrás, el dolor agudo por los muchos
cristianos que aún hoy son llevados al matadero porque su vida anuncia la de un Dios que otros odian. Es
una de las homilías de Santa Marta más conmovedoras la que propone el Papa siguiendo el pasaje del
Evangelio de Marcos, que cuenta la trágica muerte de Juan el Bautista. Él – subrayó el Pontífice – que
“nunca traicionó su vocación”, “consciente que su deber era sólo proclamar” la “proximidad del Mesías”
– consciente de ser “sólo la voz”, porque “la Palabra era Otro” – “termina su vida como el Señor, con el
martirio”.
Juan víctima de un rey corrupto
Es sobre todo cuando termina en la cárcel por mano de Herodes Antipas que “el hombre más grande
nacido de mujer” se hace, observa el Papa, “pequeño, pequeño, pequeño”, golpeado primero por la
prueba de “la oscuridad del alma” – cuando duda que Jesús sea aquel a quien ha preparado el camino – y
luego cuando llega para él el momento final, ordenado por un rey fascinado y desconcertado al mismo
tiempo por Juan. Una orden que el Papa se detiene a considerar con realismo:
“Al final, después de esta purificación, después de este descenso continuo en la anonadación, haciendo
camino a la anonadación de Jesús, termina su vida. Ese rey desconcertado es capaz de tomar una decisión,
pero no porque su corazón se haya convertido, sino porque el vino le ha dado coraje. Y así Juan termina
su vida bajo la autoridad de un rey mediocre, borracho y corrupto, por el capricho de una bailarina y el
odio vengativo de una adúltera. Así termina el Grande, el hombre más grande nacido de mujer”.
Cristianos odiados también hoy
“Cuando leo este pasaje – afirmó el Papa – les confieso que me conmuevo” y pienso siempre en “dos
cosas”:
“En primer lugar, pienso en nuestros mártires, en los mártires de nuestros días, los hombres, las
mujeres, los niños que son perseguidos, odiados, expulsados de sus hogares, torturados, masacrados. Y
esto no es una cosa del pasado: esto sucede hoy. Nuestros mártires, que terminan sus vidas bajo la
autoridad corrupta de gente que odia a Jesucristo. Nos hará bien pensar en nuestros mártires. Hoy
pensamos en Pablo Miki, pero eso sucedió en el 1600. ¡Pensemos en los de hoy! En los del 2015”.
Nadie tiene la vida “comprada”
Por otra parte, continuó el Santo Padre, este abajarse de Juan el Grande “continuamente hasta la nada” me
hace pensar, “que estamos en este camino y vamos hacia la tierra, donde todos acabaremos”. Me hace
pensar en “mí mismo”:
“También yo acabaré. Todos nosotros acabaremos. Nadie tiene la vida ‘comprada’. Nosotros también,
queriendo o no queriendo, vamos por el camino de la anonadación existencial de la vida, y esto, al menos
a mí, me hace rezar para que esta anonadación se parezca lo más posible a Jesucristo, a su anonadación”.
(GM - RV)
Nuevas ideologías destruyen a la familia:
el Papa a los obispos africanos
2015-02-07 Radio Vaticana
Permanecer fieles a la propia identidad y ser una experiencia viva de comunión y de servicio,
especialmente a los más pobres: fue la exhortación del Papa a los participantes en el Simposio de
las Conferencias Episcopales de África y Madagascar (SECAM), recibidos en audiencia en la Sala
Clementina en el Vaticano.
“Este encuentro con ustedes me ofrece la oportunidad para alentar a esta Institución, pensada y
promovida luego del Concilio Vaticano II para servir a las Iglesias locales de África. Este servicio tiene el
objetivo de dar respuestas comunes a los nuevos desafíos del continente, para que la Iglesia pueda hablar
‘a una sola voz’, dando testimonio de su vocación y siendo signo e instrumento de salvación, de paz, de
diálogo, de reconciliación”, afirmó el Pontífice.
“Para realizar esta misión se requiere que los Pastores sean libres de toda preocupación mundana y
política y refuercen los vínculos de comunión con el Papa a través de la colaboración con las Nunciaturas
Apostólicas”, prosiguió el Obispo de Roma. Fundamental para ello es “la comunicación fluida y directa
con las otras instancias de la Iglesia”. Al mismo tiempo es necesario mantener “experiencias eclesiales al
alcance de todos”, como así también de “estructuras pastorales sobrias”, porque “las grandes estructuras
burocráticas analizan abstractamente los problemas y corren el riesgo de tener a la Iglesia alejada de la
gente”, recalcó.
El Papa recordó luego a las jóvenes generaciones:
“En África el futuro está en las manos de los jóvenes y ellos hoy están llamados a defenderse de nuevas e
inescrupulosas formas de colonización como el éxito, la riqueza y el poder a toda costa, pero también del
fundamentalismo y el uso distorsionado de la religión y las ideologías nuevas que destruyen la identidad
de las personas y de las familias”.
“Investir en el campo de la educación, dijo, es el camino más eficaz para superar la tentación de ceder a
estos estilos de vida tan peligrosos”. Una educación que será útil para “contrastar la difusa mentalidad de
atropello y de violencia, las divisiones sociales, éticas y religiosas”. Para ello es necesario – constató el
Papa – “ofrecer una propuesta educativa que enseñe a los jóvenes a pensar críticamente y les indique un
recorrido de maduración de los valores”, a través de una pastoral escolástica que combine la tarea
educativa con el anuncio explícito del Evangelio.
Francisco dedicó también atención al tema de la familia y a una “cierta disgregación familiar” en curso
también en África y recordó:
“La Iglesia está llamada a valorizar e incentivar todas las iniciativas en favor de la familia como fuente
privilegiada de toda fraternidad y fundamento y vía primaria de la paz” (cfr Juan Pablo II, Mensaje para la
XXVII Jornada Mundial de la Paz, 1° enero 1994).
El Pontífice prosiguió recordando las encomiables obras de tantos sacerdotes religiosos y laicos en sostén
de la familia, con especial atención a los ancianos, a los enfermos y a los minusválidos:
“Sobre todo en las regiones más aisladas y remotas, sus Iglesias han proclamado el Evangelio de la vida y
siguiendo el ejemplo del buen samaritano, han socorrido a los más necesitados” .
El Papa resaltó además su “estupendo testimonio de caridad” de frente a la reciente emergencia del virus
ébola y destacó la labor de tantos misioneros africanos que “ofrecieron su vida por permanecer junto a los
enfermos” e insistió:
“Nosotros, discípulos de Cristo, no podemos no preocuparnos por los más débiles” y debemos también
suscitar la atención de la sociedad y de las Autoridades públicas sobre su condición de vida”.
Finalmente, tras manifestar su aprecio por la “preciosa contribución” de tantos sacerdotes, religiosos y
fieles laicos en el anuncio del Evangelio y en el progreso social de las poblaciones, el Obispo de Roma
remarcó que este Simposio es también un “lugar de promoción de la legalidad, para que sean sanadas las
llagas de la corrupción y del fatalismo y para favorecer el compromiso de los cristianos en las realidades
seculares, en vista del bien común”. Y recordó que la gran tarea de la evangelización consiste en el hacer
que el Evangelio permee en nuestra vida de modo que nosotros podamos llevarlo a los otros:
“Es importante recordar que la evangelización comporta la conversión, es decir, el cambio interior”.
“Como resultado de esta conversión a la salvación, no sólo el individuo sino
la entera comunidad eclesial es cambiada, se transforma siempre más en una expresión viva de fe y de
caridad”, concluyó.
(MCM - RV)
Romero jamás dijo: “Resucitaré en el
pueblo”
(©AP)
(©AP) Roberto Morozzo della Rocca
Las investigaciones para la beatificación del arzobispo
de San Salvador, asesinado en 1980, sacaron a la luz
una serie de frases apócrifas atribuidas a él y que
demuestran la manipulación realizada sobre su figura
Andrés Beltramo Álvarez
ciudad del vaticano “Como cristiano, no creo en la muerte sin resurrección: Si me matan, resucitaré en el
pueblo salvadoreño”. Esa frase, usada tantas veces para presentar a Óscar Arnulfo Romero como un líder
populista y mesiánico, es apócrifa. Fue inventada por un periodista. Pero sirvió para alimentar un mito
político, que costó muchos años desarmar. En entrevista con el Vatican Insider Roberto Morozzo della
Rocca, biógrafo del arzobispo de San Salvador, aclara varios lugares comunes sobre el inminente beato.
Se ha dicho que al Vaticano llegaron “kilos de papel” que buscaban desprestigiar a Romero.
¿Cómo se pudo dar una versión correcta de su figura?
Reconstruimos una explicación histórica para entender qué había detrás de estos kilos de papel. Por
ejemplo si llegaba una carta de un obispo del Salvador contraria a Romero, entonces se tenía que entender
porqué ese obispo pensaba así y muchas veces se veía que no eran motivos ideales sino celos personales,
porque los sacerdotes de este obispo seguían a Romero y lo preferían a él, que entonces se ponía celoso.
Esto se entiende viendo lo que escribían los sacerdotes de la diócesis. Somos humanos y muchas cosas
debían ser explicada.
¿El contexto ideológico polarizado condicionó la opinión que había sobre Romero?
Sí, era el tiempo de la Guerra Fría. El Salvador, Nicaragua y Guatemala eran países al centro en este
periodo. Entonces hablar de justicia social, de reformas, de democracia no le gustaba a todos, ni a la
derecha que quería mantener el control militar y político del país. Pero tampoco le gustaba a la izquierda
castrista que quería la revolución directamente. Romero hablaba pero sólo algunos lo escuchaban.
Muchos estaban en su contra, de las dos partes.
¿Roma se contagió de este contexto polarizado?
En Occidente había miedo al comunismo y Roma no conocía a Romero. Pablo VI lo conocía y lo
estimaba, pero en general el Vaticano dependía de las informaciones que venían de El Salvador: Del
nuncio que no estaba contento con él, de otros obispos, del gobierno que mandaba reportes negativos, los
embajadores salvadoreños aquí se quejaban e influían.
Entonces ¿Romero tenía enemigos en la izquierda también?
Romero fue tomado como bandera por la izquierda, mientras él no se sentía ni de derecha ni de izquierda.
Él estaba por la justicia. Su figura fue instrumentalizada de todas las partes, fue interpretado mal y
presentado mal también.
Si la izquierda lo tomó como bandera fue por varias frases famosas de él, como “si me matan,
resucitaré en el pueblo”.
Descubrimos que esa frase es apócrifa, por varias razones. Ante todo porque apareció después de su
muerte. Un periodista guatemalteco, muerto en 1994, escribió esa y otras. Romero no podía desmentir el
haber hablado con él porque ya estaba muerto, pero su entrevista tiene errores muy evidentes. Por
ejemplo tenía fechas erradas. Personalmente realicé la investigación en el diario Excélsior de México,
donde la entrevista fue publicada. Ninguno de los colegas que escribían para ese periódico y solían ser los
enviados a El Salvador eran esta persona que firmó la supuesta entrevista. El periodista tenía ya varios
precedentes de cosas inventadas sobre Guatemala y no tenía una buena fama. Además, dos años antes,
había escrito un texto simulando su muerte con palabras casi iguales a las que atribuyó a Romero.
¿La frase coincidía con el pensamiento de Romero?
Si uno toma escritos de los ejercicios espirituales de Romero, en todo momento se expresa en manera
totalmente opuesta a lo que el periodista dice. He buscado todas las citas del obispo antes de su muerte y
jamás habla en estos términos mesiánicos con seguridad. Él siempre habló con mucha angustia de la
muerte. Además el periodista escribió que la entrevista fue por teléfono, ¿cómo era posible creer en una
llamada realizada así, sin más, en medio de la noche?
¿Cómo se llegó a sacar a la luz el verdadero rostro del arzobispo?
Debimos explicar el sentimiento religioso de Romero, hacer entender por qué él hablaba tanto en público.
Consultamos el archivo personal de él, hablamos con muchos testigos, hicimos numerosos viajes a El
Salvador. Varias entrevistas habían sido realizadas antes en el proceso de beatificación ahí, en la diócesis.
¿Cómo veía su muerte?
Con gran miedo, sufría. El día antes de su asesinato se puso a llorar en casa de unos amigos. Su humor
cambiaba continuamente. Si usted sintiese que lo van a matar, ¿cómo viviría? Con un gran problema
interior. Él había recibido muchas amenazas, era muy consciente que tenía los días contados.
El monacato budista y cristiano, de Mª Jesús
Hernando
El monacato budista y cristiano. Desde la perspectiva de Jesús López Gay
Mª Jesús Hernando García
Publicaciones Claretianas
15,50 euros
La salvación o el "nirvana" es esencial para el budismo. Así lo atestigua su máxima: "útil para sí, útil para
los demás", a traves de dos vertientes: el dominio de sí y la benevolencia hacia los demás. Por ello, afirma
López Gay, aunque en esta religión se excluye cualquier revelación o gracia sobrenatural, sin embargo, se
refleja una gran espiritualidad donde el hombre, sin saberlo, está buscando una trascendencia que pueda
salvarlo.
El monje es aquel que mejor puede realizar esta búsqueda a través de su vida sencilla de ascesis, celibato,
pobreza, obediencia y meditación. Virtudes, todas ellas, que también vive el momje cristiano y que, a
juicio de Mª Jesús, conviene poner en diálogo para conocer sus similitudes y diferencias.
Mª Jesús Hernando García, ha sido misionera durante varios años en Corea del Sur, donde entró en
contacto con la religión budista. Deseosa de conocer mejor el budismo y las demás religiones, se licenció
en misionología en la Universidad Gregoriana de Roma,e hizo su tesis de teología sobre el diálogo entre
budismo y cristianismo en la Pontificia Universidad Comillas de Madrid.Actualmente es delegada
episcopal de Ecumenismo y Diálogo interreligioso en la dióceis de Getafe; ejerce su actividad docente en
el IES Juan Carlos I de Ciempozuelos, en el Centro de Teología de Getafe, en la Univ. Eclesiástica San
Dámaso (Madrid) y en la Univ. Rey Juan Carlos de Fuenlabrada.
Cómplices del Espíritu, de José Cristo Rey
García Paredes
Cómplices del Espíritu. El nuevo paradigma de la Misión
José Cristo Rey García Paredes
Publicaciones Claretianas
16 euros
No hay mayor dignidad para un ser humano que ser «cómplice del Espíritu». Que alguien sea escogido
para entrar en las corrientes del Espíritu creador y re-creador excede cualquier sueño o pretensión.
El Espíritu emerge por doquier. Él es el alma de la Iglesia y agente principal de la misión. Desde esta
perspectiva hemos de enfocar nuestra visión. El cambio de paradigma en la teología de la misión es cada
día más evdete. La misión del Espíritu –la Missio Dei– reconfigura nuestra comprensión del mundo y de
la Iglesia. «La misión es una; los ministerios, múltiples» (AA2). Podemos decir: «La misión del Espíritu
es una sola; cómplices del Espíritu somos muchas personas». Se hace necesaria una auténtica «conversión
misionera» que afecte a personas, estructuras e instituciones, para que el Espíritu pueda contar con
nuestra complicidad para llevar su misión adelante. Se trata de ceder el paso y no entorpecer la acción de
quien es el verdadero protagonista de la misión: el Espíritu Santo.
José Cristo Rey García Paredes, misionero claretiano, es doctor en Teología, catedrático en el Instituto
Teológico de Vida Religiosa de Madrid (Univ. Pontificia de Salamanca) y profesor del Instituto Superior
de Pastoral, así como docente invitado en diferentes centros de ámbito internacional (Europa-Asia-
América). Gran conocedor de la vida consagrada a nivel mundial, ha sido nombrado Consultor de la
CIVCSVA por el papa Francisco. Autor de varias obras de teología, destaca su labor de estudio y sus
obras referidas a la vida consagrada, que han sido traducidas a varias lenguas.
Ricardo Senabre, la crítica como
enseñanza
Muere a los 78 años uno de los grandes críticos de
nuestro país, estudioso de la literatura y colaborador
de El Cultural desde los comienzos de la revista.
EL CULTURAL | 06/02/2015
Ricardo
Senabre
Ricardo Senabre, catedrático de Teoría de la Literatura y Literatura Comparada, crítico de El Cultural
desde los comienzos de la revista y una de las voces más respetadas de la literatura española, ha muerto
a los 78 años a causa de una complicación en la enfermedad pulmonar que padecía.
Vinculado durante toda su vida a la docencia, Senabre fue catedrático de Teoría de Literatura de la
Universidad de Salamanca desde 1986 y honorable profesor emérito de la misma universidad hasta su
muerte. Nacido en Alcoy, Alicante, en 1937, se licenció en Filología Románica en 1960 y obtuvo el grado
de Doctor en 1963 en la Universidad de Salamanca, con una tesis sobre el lenguaje y estilo de Ortega y
Gasset. En ambos casos obtuvo Premio Extraordinario. Su capacidad fue pronto recompensada y a partir
de 1967 fue el encargado de la cátedra de Historia de la Lengua Española, en donde se desempeñó
durante tres años. A continuación pasó a la cátedra de Gramática Histórica de la Lengua Española de
Granada.
Aquellos fueron tiempos fecundos en la trayectoria de Senabre, que creó entonces el Colegio
Universitario de Cáceres, luego transformado en Universidad de Extremadura, en donde fue Decano en
dos periodos sucesivos. En un ciclo de conferencias impartidas en 2012 en esa misma institución, insistió
en la "erosión" que, a su juicio, sufre el lenguaje en el periodismo y la literatura contemporáneos. Fue una
de sus luchas constantes, también desde las páginas de El Cultural, desde donde ejerció la crítica con
una independencia y un rigor característicos: "No me he sentido nunca presionado por editoriales ni
premios", contó en una entrevista. "Vivo en un lugar pequeño, apartado de la capital y de las capillitas.
No reseño libros de amigos. Y cuando pongo reparos a una obra, desearía que el autor entendiera
que no son en absoluto personales, y que, para mí, el escritor tiene, por serlo, todo el respeto y el
aprecio imaginables, porque ejerce una actividad nobilísima".
En 1975, con la Universidad de Extremadura ya creada, fue nombrado catedrático de Gramática
General y Crítica Literaria. Y llegaron las distinciones: la Encomienda de Alfonso X el Sabio, la
Medalla de Extremadura y la Medalla de Oro de aquella Universidad. Para Senabre, la docencia era
inseparable de la crítica. "Los profesores y los críticos tienen una labor orientadora inexcusable", decía. Y
a ello, a orientar y señalar errores, se dedicó no solo durante sus cuarenta y ocho años de docencia, sino
también en cada una de las reseñas que publicó hasta el final de su vida. Pese a mantener siempre una
postura crítica con ciertos usos lingüísticos y literarios, nunca cayó en la jeremiada, y asumía que cada
época tiene sus excesos y que, al final, el tiempo hará su inevitable criba: "Si ahora echamos la vista atrás,
¿cuántos grandes novelistas había en el siglo XIX? Pues Galdós, Pardo Bazán y poco más. Existían
muchos, pero ¿cuántos recuerdan en la actualidad a esa enorme cantidad de escritores folletinescos o de
novelas históricas?".
Creía en el poder de la educación. Y en la fuerza de la lectura como creadora de ciudadanos libres, y por
eso lamentaba el actual arrinconamiento de las humanidades en las escuelas: "La educación es básica -
dijo en un coloquio posterior a una de sus conferencias en la Universidad de Extremadura-. Se han
suprimido en la educación elemental de los primeros años los dictados, los ejercicios del lenguaje...
Cuando yo estudiaba el ingreso de Bachillerato se hacían todos los días dictados, me obligaban a leer en
voz alta textos en prosa y verso, me corregían si leía mal los versos y no hacías las pausas adecuadas...
Todo eso ha desaparecido".
Conferenciante, investigador y ensayista, Senabre publicó más de doscientos cincuenta trabajos de
investigación aparecidos en revistas especializadas de países como España, Alemania, Estados Unidos,
Holanda o Francia. Y escribió libros fundamentales, empezando por su tesis doctoral, Lengua y estilo de
Ortega y Gasset (1964), pero también, y entre muchos otros, La poesía de Rafael Alberti (1977), Gracián
y "El Criticón" (1979), Introducción a la poesía de Eugenio Frutos (1982), Literatura y público (1987),
Escritores de Extremadura (1988), Antonio Machado y Juan Ramón Jiménez: poetas del siglo XX (1991),
Capítulos de historia de la lengua literaria (1998), Estudios sobre fray Luis de León (1998), Claves de la
poesía contemporánea: de Bécquer a Brines (1999) y Metáfora y novela (2005).
Para Senabre, la literatura era "el más formidable instrumento de comunicación creado por el ser
humano". Pues, decía, nos permite escuchar y conocer "las experiencias, los sueños, las emociones o las
fantasías de millones de personas que nos han dejado su voz y su mensaje". "No hay Facebook de mayor
alcance", dijo en otra ocasión. La literatura, así pues, como un modo de enriquecer nuestro pequeño
mundo, de ampliarlo, de conocer costumbres y pasiones que tal vez nos eran desconocidos, de compartir
las desdichas o la felicidad de personajes que existieron o pudieron existir. "¿Hay algún libro de
psicología que pueda enseñarnos más sobre los celos que el Otelo de Shakespeare?", se preguntaba
en un cara a cara con Joaquín Marco.
"Tengo mucha curiosidad, eso me mantiene vivo y me divierte", declaró en una sus últimas entrevistas. Y
es que el profesor no dejaba pasar ni un día sin leer un rato de forma desinteresada; es decir, sin leer, o
releer, aquellos libros por los que sentía devoción, novelas, cuentos o poemas que le gustaba disfrutar sin
la urgencia de la reseña ni del análisis filológico. Estaba a favor, decía, de la lectura como una "actividad
placentera y no como un deber penoso que suscita el rechazo", tal y como se entiende hoy en los planes
de estudio.
A la literatura española dedicó la práctica totalidad de su labor investigadora. Ediciones anotadas de
Valle-inclán, Zorrilla, Fray Luis de León, Ortega y Gasset, Unamuno, Pío Baroja, Pedro Caba,
Cristóbal de Mesa, y tantos otros. Nunca dejó de recibir premios y el conjunto de su trayectoria
investigadora y docente fue recompensado en 2004 con la Medalla de Honor de la Universidad Menéndez
Pelayo. Formaba parte de los consejos editoriales de diversas revistas filológicas, como Anales de la
literatura española contemporánea, Tropelías, Glosa, Analecta malacitana, Anuario de Estudios
Filológicos, y Epos, entre otras. Y era miembro permanente del jurado del Premio Príncipe de Asturias de
Comunicación y Humanidades.
Ricardo Senabre será incinerado en Alicante, en donde, durante los últimos años, pasaba largas
temporadas junto a su mujer.
José Luis Pardo: “La filosofía no tiene una
rentabilidad inmediata o directa, ni económica ni
política. Pero eso no quiere decir que no tenga
consecuencias”
La lechuza es desde tiempos inmemoriales símbolo de la filosofía
Entrevista de Carlos Javier González
Serrano a José Luis Pardo para Filosofía
Hoy
Catedrático de la Universidad Complutense y profesor en la Facultad de Filosofía, José Luis Pardo
(Madrid, 1954) es autor de numerosos libros que han obtenidos galardones tan prestigiosos como el
Premio Nacional de Ensayo de 2005 por La regla del juego. Su extensa labor como traductor y
comentarista de las obras de Gilles Deleuze ha hecho de él uno de los expertos más respetados en el
pensamiento de este filósofo y, por derecho y méritos propios, una de las figuras más reconocidas del
panorama filosófico español y europeo. Mantiene con regularidad una columna de opinión en el diario El
País, donde es posible rastrear el sello de su propio pensamiento. Su esfuerzo por aventurarse a hacer hoy
filosofía, más allá del mero y erudito estudio de su historia, ha convertido a José Luis Pardo en una
referencia contemporánea, y a muchos de sus libros (como Deleuze: violentar el pensamiento, Nunca fue
tan hermosa la basura, Estética de lo peor o Esto no es música) en obras de consulta obligada para
quienes desean acercarse a la filosofía actual.
Paul Ricoeur escribía en Tiempo y narración: “La historia que la filosofía hegeliana toma como
tema no es ya una historia del historiador: es una historia del filósofo”. ¿Qué lugar ocupa, social y
académicamente, la filosofía en la actualidad?
Hace unos cuantos años, yo le hice una pregunta parecida a esta al profesor Michel Serres, y recuerdo su
respuesta; me dijo: “La sociedad siempre es vieja, la filosofía siempre es joven”. Quizá peco de
optimismo infundado, pero yo creo que sigue siendo así. Nuestra sociedad está cada vez más cansada,
más envejecida ideológicamente, menos esperanzada, pero la filosofía está como nueva. Ya sé que no
tiene el “poder simbólico” que tenía en el XIX, al que se refería la cita de Ricoeur sobre Hegel, pero a mí
eso no me preocupa.
Otra cosa es cómo están las Facultades de Filosofía de nuestras universidades e institutos y cómo están
los profesores de esta materia. Hasta ahora, no tenían una mala imagen en la sociedad, pero
probablemente ahora, en el trance económico en el que nos encontramos, eso empeorará (porque todo lo
que no sirva para crear empleo va a estar muy mal visto por los neoliberales –más bien
neoconservadores– y neopopulistas que tanto abundan hoy). Académicamente, la filosofía ya ha sufrido
un ataque importantísimo (en la Secundaria y en la Universidad), pero me temo que también esto irá a
peor. Y lo más preocupante es que el otro frente filosófico, el de los libros, también atraviesa un momento
crítico. Si, con todo, la filosofía está más tranquila que otros en esta situación es porque nunca sirvió para
ganar dinero, que es lo que hoy nos preocupa principalmente. Pero aunque haya gobiernos miopes, épocas
miserables y hasta países entregados a la mezquindad creo que la filosofía saldrá de esta, como ha salido
de otras peores.
A propósito de cómo nos contamos a nosotros mismos lo que sucede… En uno de sus artículos en El
País (“Había una vez una crisis”), apunta que “desde hace algún tiempo venimos notando un cierto
cansancio narrativo, una especie de fatiga que ya se ha convertido un poco en hartazgo y otro poco
en indiferencia”. ¿En qué consiste tal cansancio?
Tengo la impresión de que se ha querido hacer de la crisis económica un relato con un principio (causas o
culpables), un nudo (la deuda impagable) y un desenlace (la “salida” y el “crecimiento”), que siempre es
algo muy tranquilizador. Pero ha pasado mucho tiempo desde que empezó a contarse este cuento, hemos
perdido de vista el principio (los responsables se difuminan en una culpabilidad colectiva, las causas se
pierden de vista) y el supuesto desenlace que todas las semanas se anuncia próximo se aleja cada vez más
y más (¿2014? ¿2020? ¿2025?). La capacidad de atención narrativa de los mortales es limitada. Cuando
una historia es demasiado larga ya no podemos vincular los episodios entre sí, nos aburrimos y perdemos
el hilo. Por eso el relato parece cada vez más increíble.
José Luis Pardo (fotografía: Roger Marrón)
¿Puede auxiliar de alguna manera la filosofía a la política en sus tareas gubernamental y
legislativa? ¿Cómo?
La filosofía no tiene una rentabilidad inmediata o directa, ni económica ni política. Pero eso no quiere
decir que no tenga consecuencias. De hecho, la mayor parte de las disciplinas científicas (tanto las más
teóricas como las más experimentales) proceden en última instancia de ese estilo de pensamiento
instaurado por la filosofía, por no hablar de otros conocimientos prácticos e incluso de patrones morales.
Pero estas “consecuencias” de la filosofía requieren, para concretarse, de toda una serie de mediaciones
institucionales, del mismo modo que, pongamos por caso, se requieren toda una serie de mediaciones para
que los conocimientos de “física fundamental” se transformen en dispositivos tecnológicos en manos de
los usuarios de todo el mundo. Quienes buscan en la filosofía soluciones rápidas y utilidades de fácil
aprovechamiento, ya sea en materia política como en cualquier otro campo, se equivocan de plano: no
solamente pervierten la propia actividad (por ejemplo, la política) que quieren “mejorar” con un barniz
filosófico (preferentemente “ético”, en este caso) que no es más que fachada, sino que también degradan a
la filosofía convirtiéndola casi siempre en sofística y palabrería para mercachifles.
Aristóteles explicaba –Política, V, 11– que la tiranía encierra tres objetivos principales: que los
ciudadanos piensen poco, que desconfíen unos de otros y que no puedan actuar. ¿Se puede
encontrar alguna familiaridad entre esta descripción aristotélica del gobierno despótico y las
actuales estructuras de poder en Occidente?
Sin duda. Hay un “aire de familia” entre todas las tiranías, seguramente provocado por el hecho de que su
mecanismo fundamental es siempre el miedo, y eso hace que algunas descripciones de los antiguos le
vengan como anillo al dedo del mundo contemporáneo, porque, en el fondo, los hombres no hemos
cambiado tanto. En otro sentido, por supuesto, el Estado moderno es completamente distinto de la polis
griega, aunque no podemos dejar de ver en el primero un efecto (lejano, quizá lleno de malas
interpretaciones y hasta de mala fe) de la segunda. Solemos reservar el nombre de “tiranía” para el tipo de
perversión de la política característico de las sociedades “antiguas”, mientras que para las perversiones
modernas tenemos otros nombres como “totalitarismo” (aunque no sea esta la única perversión posible, es
desde luego una patología peculiar del Estado moderno). La descripción aristotélica de la tiranía, tal y
como la leemos desde nuestros días, parece sugerir que los tiranos sí que piensan, confían y actúan. El
problema es más bien que hoy son los gobernantes quienes parecen no pensar, no confiar unos en otros y
ser incapaces de actuar.
Parece que la liquidez del tiempo a la que se refiere Zygmunt Bauman se ha convertido en una
característica del presente. ¿Pero acaso “no podemos medirlo”, no contamos “con relojes y
calendarios, y cuando pasa un mes, pasa para mí, para ti y para todos nosotros”, como interrogaba
Joachim a Hans Castorp en La montaña mágica de Thomas Mann? ¿En qué sentido se han
desdibujado las fronteras temporales en la actualidad?
De una manera semejante a como las nuevas tecnologías han servido de instrumento para un
empequeñecimiento del espacio (la velocidad de las comunicaciones hace que lleguemos en seguida –en
el mundo virtual y en el real– a cualquier parte), se ha producido también un estrechamiento del tiempo y
un salto cualitativo en su indiferenciación. El estrechamiento se debe a lo que suele llamarse “el imperio
del corto plazo”: ya nadie –ni los individuos, ni las instituciones, ni los Estados– puede hacer planes de
futuro a largo plazo, todos los consensos y acuerdos se volatilizan en la fluidez de una situación que
cambia con tanta rapidez y con tanta volubilidad como los tipos de interés financiero, y cualquier
construcción de sentido se ve constantemente amenazada de caducidad por estos cambios constantes que
agujerean las biografías personales, laborales o académicas de la gente y las políticas de las instituciones
colectivas. Si esto comporta una descualificación mayor del tiempo es porque la experiencia de una
temporalidad dividida en tramos (años, meses, días, horas) ha sido sustituida por la de un continuum
indiferenciado que constantemente es vaciado de todo contenido y vuelto a rellenar con otros contenidos
igualmente efímeros (contenidos de relleno, en definitiva).
Cada vez vemos menos la portada del periódico con las noticias relevantes del día jerarquizadas por su
importancia según el criterio de los editores, porque se encuentra hoy amenazada por una única y
multiforme (o amorfa) pantalla de cristal líquido que se va modificando a cada instante al ritmo de los
“clics” de los usuarios; y, así mismo, nuestras horas, días o semanas son cada vez más incapaces de
albergar un sentido mínimamente consistente, y dependen cada vez más de los rellenadores de
contenidos, permanentemente ocupados en impedir que haya vacíos. Y hay una clase específica de
malestar y de sufrimiento asociada a esta experiencia, aunque todavía sea difícil de detectar y de nombrar.
En Esto no es música. Introducción al malestar en la cultura de masas (Galaxia Gutenberg, 2007)
lleva a cabo un exhaustivo análisis de la cultura pop. Culmina el libro con un curioso texto sobre la
serie de televisión Smallville (sobre las cuitas de un joven Clark Kent –incipiente Superman–). Al
hilo de este comentario, aduce que el concepto de identidad “se ha convertido en la más tiránica y
rígida de las exigencias individuales, en el más grave de los problemas políticos”. ¿Nos está
permitido, en el escenario social y político actual, cobrar conciencia de quiénes somos… a pesar de
las circunstancias? ¿Es posible disociar aquello que elegimos libremente de lo que nos es impuesto –
más o menos explícitamente–?
A partir de cierto momento de nuestra historia reciente, tenemos la sensación de que los “problemas de
identidad” (y los conflictos entre identidades) han sustituido a los “problemas sociales” (y a los conflictos
de clase) como plataforma interpretativa de lo que nos pasa e incluso como explicación de las derrotas y
las victorias políticas. Y no es que yo tenga nostalgia de aquellos tiempos en los que “la lucha de clases
como motor de la historia” pretendía explicarlo todo. Lo que digo es que la identidad, políticamente
entendida (con lo que comporta de apelación a cosas tales como el orgullo, las ofensas y las deudas de
honor), es un concepto agónico (se construye por contraposición irreductible a otras identidades) y que
socava el fundamento mismo del pacto social, de tal manera que las “políticas de la identidad” son una
forma de reproducir, a escala micro o macro, ese tipo de enfrentamientos cuyo modelo son las viejas
guerras de religión y que justamente el Estado de Derecho nació para zanjar (por tanto, el resurgimiento
reformulado de esta clase de conflictos es un síntoma más de la decadencia del Estado de Derecho).
En el plano personal, la obsesión por la identidad o la “angustia” de la identidad es una patología propia
de la adolescencia, y por tanto su generalización es coherente con un tiempo en el cual, como antes
decíamos, nadie consigue construir narrativamente su historia porque le cambian el guión en cada
capítulo. Llegar a ser un individuo siempre significó, en el contexto ilustrado, elevarse desde el plano de
lo propio (de los “nuestros” en términos étnicos, familiares, sexuales, lingüísticos, etc.) al de lo universal.
Ahora, sin embargo, lo entendemos más bien como la ruptura de los vínculos sociales y el encierro en lo
particular irreductible. No estoy seguro, en definitiva, de que la cuestión de tomar conciencia de nosotros
mismos sea la misma que la cuestión de la identidad: al contrario, yo lo definiría como el problema de la
intimidad, es decir, de aquello que justamente hace imposible el encierro en una (supuesta) identidad
irreductible y arrojadiza.
“[There’s] nothing you can say but you can learn how to play the game”, escriben Lennon y
McCartney en “All You Need is Love”. Si extendemos la metáfora del juego al capitalismo voraz,
¿nos ofrece la filosofía alguna herramienta para poder “decir” algo sobre él, de tal forma que nos
permita “jugar al juego” del capitalismo con cierta conciencia, bajo nuestra propia
responsabilidad? ¿O estamos fatalmente perdidos?
Nuestra condición siempre ha sido la de unos “jugadores” que tienen que comenzar a jugar antes de
conocer exactamente cuáles son las reglas del juego. La filosofía no es una solución para poder descubrir
anticipadamente esas reglas y así jugar con mayor seguridad o con garantías totales. Es solamente el
experimento que consiste en convertir esa condición nuestra, ineludible, en una investigación acerca de
qué significa exactamente que haya reglas y cuál es el modo en que pueden descubrirse, cuestionarse,
modificarse o seguirse, con la desmesurada pretensión de intentar saber, al final, algo más sobre este
juego de lo que sabíamos al principio. Si queremos llamar “capitalismo” (un concepto bastante difuso y
cargado de ideología) a las aguas en las cuales intentamos no ahogarnos (por lo menos, no
inmediatamente), los intelectuales no podemos hacer otra cosa que situarnos en el plano del discurso, en
el plano de la argumentación, y especialmente cada vez que esta tiende a hacerse imposible o inoperante
en virtud de unas leyes supuestamente ciegas e infalibles, porque también el juego del capitalismo
necesita algo más que capital para poder jugarse. Podemos estar perdidos, pero nunca “fatalmente”.
La comunidad universitaria asiste a una subida histórica de tasas. En Nunca fue tan hermosa la
basura (Galaxia Gutenberg, 2010), explica que, cuando la “sociedad del conocimiento” queda ligada
a “la obtención de financiación externa” y a las demandas empresariales, la formación universitaria
es violentamente mediatizada y expuesta a “las variables condiciones del mercado”. ¿Qué futuro le
depara, en este sentido, a la filosofía? ¿Apostaría, en la línea de Jordi Llovet, por el “fin de las
Humanidades”?
No cabe duda de que asistimos a una suerte de “fin de las humanidades” y de la institución universitaria
tal y como fue concebida por la Ilustración, y no solo por la subida de las tasas: yo suelo decir que
“Bolonia era esto”, es decir, que primero se desarticulan los mecanismos que el conocimiento superior
tiene para desarrollarse autónomamente y evaluar su calidad al margen de criterios políticos, morales o
económicos, y después es muy sencillo desmontar el aparato mismo de las universidades por razones de
urgencia económica o de alarma laboral. No digo que el espíritu universitario ilustrado esté muerto para
siempre, pero estoy seguro de que en este punto se han producido y se están produciendo daños que, si no
son irreversibles o irreparables, costará muchísimo tiempo y muchísimo esfuerzo reparar o revertir.
Aunque esto podría decirse de todo el conocimiento científico, las humanidades son en particular la
prueba de que una sociedad no se orienta exclusivamente, como dice Martha Nussbaum, por el “ánimo de
lucro” (y ello no porque seamos altruistas o no nos gusten las ventajas materiales, sino porque, por suerte
o por desgracia, la condición humana mortal no se satisface únicamente con la lógica del beneficio).
Cuando esta prueba desaparece o es cuestionada, como antes decíamos, nos estamos fraguando un tipo de
infelicidad o de malestar que, aunque es muy antiguo, es también muy propio de nuestro tiempo. La
discusión parece ser ahora, lamentablemente, la de quién “capitalizará” ese malestar. Y digo
“lamentablemente” porque con el malestar la cuestión no es la de atesorarlo o sacarle rendimientos
electorales, sino la de reducirlo o paliarlo.
El G6 del arte
Están al frente de seis relevantes instituciones
culturales. Lideran algunos de los museos más
importantes del mundo.
‘El País Semanal’ les ha pedido que posen junto a la
obra favorita de sus pinacotecas y cuenten las
obsesiones comunes a todo director de gran museo.
Jesús Ruiz Mantilla 6 FEB 2015 - 00:00 CET
Miguel Zugaza, director del madrileño Museo del Prado, posa junto a 'Las meninas', de Velázquez. / Sofía
Moro
Por extraño que pueda parecer, este es el tiempo de los museos. Por muy obsesionados que andemos con
las prisas o precisamente gracias a eso, necesitamos detenernos para dedicar un largo espacio en nuestras
vidas a la mera contemplación. Una experiencia íntima, el contacto visual, un diálogo en silencio con la
belleza, el misterio, la intriga, la atracción de una obra de arte elevan al ciudadano contemporáneo hasta
el punto de merecer la pena la espera, el desplazamiento, incluso la aglomeración.
¿La recompensa? Un momento de confesión, sin más celosía que las pertinentes medidas de seguridad,
con piezas irrepetibles, originales, únicas, en plena época de distribución masiva en serie de todo tipo de
objetos o manifestaciones, incluidas las culturales. El valor de lo que no se puede volver a producir y ha
quedado consagrado para la historia en mitad de un pulso contra el tiempo, del que ha salido ganando. La
poderosa singularidad de la obra de arte.
El museo es la casa del pintor, comenta Eduardo Arroyo en su particular Guía del Prado. El refugio
donde se inspira, el techo que cobija la identidad del creador. Son sendas por recorrer, respuestas,
indicaciones, su brújula. Pero también es el gran foro ciudadano: un prominente lugar de reunión para el
disfrute y la reflexión. Para el asombro, la emoción callada y la admiración.
Quienes llevan sus riendas hoy en día se desenvuelven en las fricciones propias del presente. Quizás
seamos hijos de la época más regocijante, abierta, plural y contagiosa que haya existido nunca en cuanto a
la relación de la cultura con la ciudadanía. Los retos del silencio y la paz que requieren los museos, la
experiencia casi de comunión religiosa que podríamos demandar a la contemplación del arte a menudo no
se corresponden con el recurrente, aunque no permanente, tumulto que se vive en los grandes museos.
El País Semanal ha propuesto a seis responsables de algunas de las principales pinacotecas del mundo
una cruda elección rayana casi en el fetichismo. Cada uno de ellos debía elegir de la colección que tiene a
su cargo una sola obra y posar con ella.
El Louvre, museo más visitado en 2013, recibió el año pasado a 10 millones de personas
Miguel Zugaza se pliega ante el emblema de Las meninas, de Velázquez, en el Prado. Nicholas Penny,
dentro de la National Gallery de Londres, ha elegido Un concierto, de Lorenzo Costa, donde se plasma un
palpable diálogo entre la música y la pintura. Wim Pijbes, en el Rijksmuseum de Ámsterdam, se ha
decantado por el revuelo asustadizo de El cisne amenazado, de Jan Asselijn. Sabine Haag, del Museo de
Arte Histórico de Viena, apuesta por el Salero, de Benvenuto Cellini, una escultura de mesa en oro y
marfil, robada y felizmente recuperada. Jean-Luc Martinez, en el Louvre, no se resiste ante la imponente
Victoria de Samotracia en plena restauración, y Thomas P. Campbell, en el Metropolitan de Nueva York,
escoge el Templo de Dendur.
Todos los centros que dirigen fueron creados y abiertos al público en el siglo XIX. Más bien que mal, con
las avalanchas y el interés de la gente en aumento, como pueden y les dejan –si descendemos al trauma de
la última era de los recortes en el Prado, por ejemplo–, han ingresado ya en la dualidad real/virtual del
siglo XXI. Un museo pudiera ser el mayor legado que las generaciones precedentes logran dejar a a sus
hijos. Con esa concepción, heredera de la Ilustración, Europa fue abriendo en sus capitales y sus ciudades
bandera las puertas de estos templos cívicos.
Hoy, el efecto imán no es suficiente. Ni lo único por explotar. Hoy y mañana, los museos pueden
trasladarse a nuestros hogares a través de Internet. Lejos de menguar el interés en la experiencia real, los
avances tecnológicos la aumentan. Pero vayamos por partes.
Una de las grandes preocupaciones de los directores de grandes museos no es detener las avalanchas –
bienvenida sea cada vez más gente a sus salas–, sino ordenarlas. Una delegación de responsables de
pinacotecas francesas acaba de visitar España para que les expliquen cómo abordar la apertura siete días a
la semana.
El Louvre, antes de su ampliación en la era de Mitterrand, recibía 2,7 millones de visitas al año. La obra,
con su famosa y polémica pirámide a la entrada, calificada además como faraónica, fue proyectada para
acoger a cuatro millones. El complejo de Ramsés se quedó corto. La exhibición de grandeur también. En
2013, el museo parisiense fue el más visitado del año, con más de 10 millones de personas. La ola ha
obligado a invertir 53 millones de euros en recomponer la acogida y los itinerarios.
El hecho de que el Louvre continúe en una auténtica transformación para afrontar la creciente fiebre por
el arte llevó a Jean-Luc Martinez, su director, a proponer una fotografía suya con la Victoria de
Samotracia junto a un andamio. Quería dar testimonio de una de las restauraciones más cruciales del
Louvre en los últimos tiempos. Simbolizar la constante carrera de un museo en pos del cuidado de sus
tesoros. En este caso, los técnicos revisaron 20 piezas de mármol de forma separada para dejarlas como
nuevas.
Sabine Haag posa junto a 'Salero', de Benvenuto Cellini. / hans hochstöger
“Tengo una relación afectiva con esta obra. Fue mi guía al entrar a un museo por primera vez. A medida
que recorría la escalera me atrapó su belleza, la magia que le aportaba al lugar”. Con el tiempo también le
convirtió en experto en escultura griega, romana y etrusca: “Su virtuosismo, su capacidad de seducción…,
su reto constante al conocimiento. Es una obra que, a medida que la estudias, nos confirma la sensación
de que cuanto más creemos saber, más ignoramos”.
Un lugar como el Louvre –con 2.300 empleados– quiere mantener su posición en el mundo de hoy. Un
mastodonte así, cuyo tiempo medio de visita está en 2 horas y 40 minutos, con un 60% de gente que pisa
sus salas por primera vez, necesita estar a la altura de los tiempos: “Me hace feliz que cada vez acuda más
gente al museo, que crezcan los aficionados a la historia del arte, nuestro reto consiste en ofrecer una
experiencia personalizada”, comenta Martinez, que lleva dos años al frente de la institución.
Abrir todos los días puede ser una solución a su avalancha. Se trata de una iniciativa que ha supuesto un
giro primordial para las pinacotecas españolas. El Prado lo puso en práctica en 2012. Miguel Zugaza, su
director, resalta la importancia de la medida y pone sobre la mesa los resultados. Más cuando en los
últimos siete años el Estado ha recortado su aportación en un 60%.
Zugaza se amarra a Las meninas para simbolizar la adelantada y profética visión que tuvo Velázquez en
su día, reflejada en su cuadro: “El protagonista es el espectador ante la contemplación de una obra”. Un
espectador que se suponía en posición de privilegio. De hecho, el cuadro colgó de las paredes donde
despachaba Felipe IV: fue pintado para él. El tiempo expandió ese privilegio a todo el mundo. Al público
global que hoy lo admira. “Desde que Luca Giordano lo calificara como la teología de la pintura, no ha
bajado de su pedestal hasta hoy”, afirma Zugaza.
Las meninas son emblema del Prado. Su protagonismo desafía al tiempo. Pero como símbolo de la
diversidad de visiones que nos ofrece el presente, Zugaza también podía haber elegido El jardín de las
delicias, de El Bosco. “Es una obra cuya visita en el museo resulta completamente distinta a la que
puedes disfrutar si lo ves en alta definición en tu casa. En la sala sólo captas una experiencia limitada, si
entras al detalle en el ordenador, descubres muchas más cosas”.
El robo de una pieza es una de las obsesiones de la mente
de un director de museo
El cataclismo que la irrupción de Internet ha supuesto para los mercados de casi todos los sectores
culturales ha producido en el mundo de los museos el efecto contrario: “Nos ofrecen la oportunidad de
cumplir nuestra misión a escala global. Quien no pueda acercarse físicamente a Madrid, puede entrar en
el Prado desde cualquier lugar del mundo”.
Otro aspecto para el paradójico equilibrio del presente. No otra cosa supone dirigir un museo para Wim
Pijbes, responsable del Rijksmuseum de Ámsterdam: “Resulta una acción de balance que se pone de
manifiesto entre amplias y diferentes propuestas sin perder de vista los detalles más ínfimos”.
Pijbes lo resume eficazmente con un proverbial arte de birlibirloque haciendo uso de los eslóganes: “Dar
servicio a un público amplio con un toque personal. Transformar el Rijksmuseum en tu Rijksmuseum”.
En ese aspecto, él ha elegido como símbolo este poderoso Cisne amenazado, de Jan Asselijn: “Por su
fuerza, su soberana belleza que le otorga poder absoluto. Una vez contemplado, no puedes olvidarlo”. En
tu retina queda el solemne revoloteo blanco en defensa de su nido, con la imagen de la amenaza ante la
belleza que se revuelve haciendo valer la dignidad de su supervivencia. Bonita metáfora para los tiempos
oscuros dentro de un cuadro pintado por el artista barroco holandés en 1650 y que para Pijbes merece la
pena y justifica el esfuerzo de una visita. “En un mundo de preponderancia virtual y vida acelerada, el
valor de experiencias auténticas atrae cada vez a más gente”. Con todos los inconvenientes que ello puede
conllevar. Con las dificultades que supone armonizar la transformación de instituciones creadas para
minorías en el XIX a recintos para mayorías en el XXI.
Nicholas Penny, responsable de la National Gallery en Londres, que abandona este año el cargo,
reflexiona sobre la metamorfosis: “Nuestros centros, creados hace dos siglos para poblaciones más
reducidas, no se han desarrollado lo suficiente para desenvolverse en la sociedad del turismo de masas.
Contamos con un enorme volumen de visitas en la National Gallery –más de seis millones–, y eso supone
una gran dificultad para el disfrute tranquilo de algunas de nuestras obras. Me pregunto a menudo cómo
se las arregla un joven artista a la hora de estudiar la obra de Rafael o Miguel Ángel en el Vaticano. Es un
auténtico problema y lo será mayor para mis sucesores y quienes llevan museos en París, Florencia o
Roma, más que para nosotros”.
Los museos más concurridos de Londres –El Británico, la Tate Modern y la National Gallery–, se colocan
año tras año a la cabeza de la lista de los 10 más visitados del mundo. “Existe una gran reticencia en las
sociedades democráticas a expresar cualquier cosa que sugiera que lo popular es malo. Pero resulta
innegable que a menudo los libros más vendidos no son los mejores. Lo mismo ocurre con las
exposiciones más visitadas. No son siempre las mejores, lo mismo que las obras de arte favoritas del gran
público”, afirma Penny.
Thomas P. Campbell, director del MET de Nueva York, posa junto al templo de Dendur. / Ana Nance
Las creencias e intereses de cada época se dan la mano, según el responsable de la National Gallery. “No
siempre el verdadero amor al arte mueve a los turistas a sentir que deben contemplar una obra; lo mismo
que en la época medieval, no era siempre el fervor lo que motivaba a los peregrinos a viajar a pie largas
distancias”. Aunque eso no ensombrece lo fundamental: “Para mí es un hecho y afronto con una enorme
convicción que los museos pertenecen a la gente y no deben ser tratados como un recurso para los
privilegiados o los mejor educados”.
Para manejarlo se requiere un perfil con determinadas características: “No es fácil. Debe tratarse de
alguien experto en la materia y con una considerable experiencia de comisariados y organización de
exposiciones, asimismo con disposición de emplear tiempo en labores administrativas, así como
habilidades para la dirección, la influencia y la recaudación de fondos de donantes. Queda poco tiempo en
cambio para acudir a la biblioteca, organizar como quisiéramos las exposiciones o ayudar a un joven
colega en una investigación, es necesario sacrificar mucho de lo que nos gusta, pero, aun así, el trabajo
tiene sus recompensas”.
Como disfrutar las veces que uno lo desee de una íntima relación con las obras que adora. Es el caso de
Un concierto, pintura de Lorenzo Costa. La pieza junto a la que Penny ha elegido posar: “Me impresionó
desde el primer día que pisé el museo con mi padre en 1950”, recuerda Penny. Debió ser grande el
impacto. Porque hoy, el responsable de la pinacoteca prepara un catálogo sobre el arte proveniente de
Bolonia y Ferrara en su colección. “Como historiador del arte me resulta fascinante. Para mí representa el
inicio de un género que floreció después durante siglos y que resultó especialmente atractivo para los
seguidores de Caravaggio”, comenta.
El arte de recaudar fondos resulta fundamental en estos tiempos. En EE UU sacan ventaja porque las
instituciones culturales apenas cuentan con aportaciones de los Gobiernos. Pero en Europa se ha debido
forjar una generación de gestores que ha tenido que aprender a cabalgar a partes iguales entre el dinero
público y privado. El caso de Zugaza y el Prado en España representa mejor que nadie ese viaje con un
cambio de estatus legal incluso en el museo.
Atrás quedan los tiempos en que la pinacoteca madrileña vivía prácticamente a cargo del Estado. Hoy, el
70% de los fondos de su presupuesto –42 millones de euros– los aporta el museo. Aunque no es lo
deseable: “Lo ideal sería que del Estado provenga la mitad y la otra parte quede equilibrada con las
recaudaciones de visitas y las aportaciones privadas”, comenta Zugaza.
Nicholas Penny, director saliente de la National Gallery de Londres, posa con 'Un concierto', de Lorenzo
Costa. / Manuel Vázquez
No es el caso del Metropolitan de Nueva York: con fondos en su mayoría privados, sigue desarrollando
formatos que atraen gran público y marcan tendencia en la gran liga mundial del patrimonio. Para
Thomas P. Campbell, su director, la excitación de dirigir el Met reside en la mezcla de varios campos:
“La tecnología, el viaje, la formación, marcarse metas que unan la utilidad con la creación”, asegura.
O un sencillo traslado a través del tiempo. Como ha hecho él al elegir El Templo de Dendur, obra egipcia
del siglo I antes de Cristo, regalo del Gobierno de dicho país a Estados Unidos en 1965. Hoy puede
apreciarse desde Central Park a través de unas grandes cristaleras en las, según asegura Campbell, “se
simboliza el aroma de convivencia entre la antigüedad y la vida moderna en un palpable sentido de la
historia dentro de un ambiente que lo torna real y muy relevante al tiempo”.
El director del MET recuerda también la primera vez que lo vio: “Me impactó su poderío, la
monumentalidad transportada. Se ha convertido en uno de los grandes iconos del museo, me impresiona
cómo la obra nos habla de la resistencia de la cultura, de su supervivencia; conlleva un gran mensaje para
el mundo presente”. El de la prisa, la masificación, donde, según él, resulta un reto guiar al visitante hacia
los lugares aislados: “Existen muchos dentro de nuestro museo y, aunque son difíciles de encontrar,
representan mejor que las colas o los amontonamientos la mágica experiencia que uno puede vivir
dentro”.
Siempre que no sea la que se dio en el Museo de Historia del Arte en Viena un 11 de mayo de 2003. Lo
cuenta Sabine Haag, su responsable desde 2009. Puso de manifiesto otro de los problemas fundamentales
en la mente de cualquier director: el robo de una pieza. Dejamos el punto de thriller para el final. “Era la
Noche de la Música, se cerraba tarde. Algunas alas del edificio estaban en restauración. Un hombre
aprovechó los andamios, rompió una ventana y se llevó el Salero, de Benvenuto Cellini, una de nuestras
obras más preciadas. Tardó 90 segundos. No había nadie, al día siguiente fueron las señoras de la
limpieza las que se dieron cuenta de que faltaba”.
El ladrón resultó ser empleado de una empresa de seguridad. “Estaba familiarizado con nuestras medidas.
Fue todo un revuelo en nuestro país y fuera. Por eso no pudo colocarla, entre el seguro y la policía
acabaron atrapándole. Les dijo que había enterrado la pieza en un bosque cercano a la ciudad. En enero de
2006, volvió al museo”. Hoy es la obra que Sabine Haag considera su emblema. “Viví todo eso como
directora de la colección, cuando nos fue devuelta pueden imaginarse lo que nos emocionamos”.
Teresa de Jesús
MJ /
Teresa de Jesús paso por Sevilla, donde vivió experiencias duras, como la negativa del obispo a que
fundaran sin renta, los apuros económicos, las denuncias a la Inquisición… Y también gozosas, como el
reencuentro con su hermano Lorenzo y la presencia de su sobrina Teresita. En Sevilla, a su marcha, dejó
una comunidad muy querida para ella, donde su amiga María de San José, una carmelita inteligente y
culta, era la priora. De esta relación tenemos un riquísimo testimonio en su epistolario.
Ahora, a los 500 años del nacimiento de la santa, en Sevilla se la recuerda y aprecia. “La palabra
encendida de santa Teresa de Jesús” es el nombre del coloquio que organiza la Casa de los Poetas y las
Letras de Sevilla en torno a los principales valores y claves de su obra y su figura literaria, en el marco
del V Centenario.
Participan:
 Juan José Espinosa, poeta y crítico
 Carla Carmona, profesora de filosofía de la Universidad de Extremadura y escritora.
 Manuel Gregorio González es crítico literario y escritor. Desde hace más de veinte años colabora
en prensa y es autor del blog “Arte inútil”.
 Abel Feu es licenciado en filosofía, poeta, editor y crítico literario.
Se celebrará el jueves 19 de febrero de 2015, a las 19,30, en el Casino de la Exposición de Sevilla.
Fuente: icas-sevilla.org
Retrato de Fray Juan de la Miseria. Foto: Antonio S. Carrasco
“Dios te perdone Fray Juan, que ya me pintaste fea y legañosa…”
Pocas veces una retratada remató tan pronto su retrato. Fray Juan de la Miseria, el hermano carmelita que
se atrevió a pintar a Teresa de Ávila, sí que debió mostrar una cara digna de retrato tras oír las palabras de
la santa de Ávila…
Teresa no nació en Sevilla, pero sí dejó aquí su huella, aunque quizás habría deseado no dejar ni el polvo
de sus sandalias. Llegó a “esta tierra de promisión” en mayo de 1575, acompañada de pocas monjas,
muchos recelos y muy poco dinero. Su primera casa estuvo en la calle de las Armas, actual de Alfonso
XII, donde la incipiente comunidad sobrevivió con un ajuar escaso, sobre unos colchoncillos que según
las monjas “estaban acompañados de mucha gente como piojos, chinches y otras molestas visitas”. No
fue este el peor trago para la Santa de Ávila ya que tuvo que defenderse de un proceso de la Inquisición
firmado en el Castillo de San Jorge de Triana a comienzos de 1576. Supo salir airosa y, con apoyos como
el de Lorenzo Cepeda, pudo trasladarse en ese año a una nueva casa en la calle Pajería, la actual Zaragoza
según nos recuerda un azulejo en el cruce con Doña Guiomar. Se conserva el lugar en las cercanías a la
Plaza Nueva, un rincón que parece llevarnos a la Sevilla del siglo XVI. No permaneció mucho más
tiempo la santa en Sevilla pero sí su fundación. En 1586, con la autorización de San Juan de la Cruz, se
trasladaron las carmelitas descalzas a unas casas del barrio de Santa Cruz. Allí siguen orando y
trabajando desde hace más de tres siglos en el convento de San José, conocido como Las Teresas.
Siempre es buen momento para buscar el rostro de la santa en su rincón de la antigua judería: un atrio
silencioso, los recuerdos de San Juan de la Cruz, la iglesia de Vermondo Resta, los retablos con imágenes
carmelitas, la Inmaculada de Juan de Mesa, el Niño Jesús Quitito, las obras de la Roldana… En la
pequeña sacristía nos interroga el retrato de la santa, un icono verdadero y real, mascarilla de vida, una
obra que no gustó a la santa. La escoltan sus zapatillas, un tambor, sus hábitos, ostensorios y relicarios…
Junto a su retrato parece hablarnos el original de una de las grandes obras de la santa abulense, el original
del libro de Las Moradas. Tan vivo retrato de la santa como la carta final que dejó en 1576 hablando de
la ciudad: “Las injusticias que se guardan en esta ciudad, la poca verdad, las dobleces… Yo le digo que
con razón (Sevilla) tiene la fama que tiene. Yo confieso que la gente de esta tierra no es para mí y me
deseo ver ya en la tierra de promisión. La abominación de pecados que hay por aquí son para afligir
harto. El Señor lo remedie…”
Sevilla, ciudad imposible para la santa. Laus Deo.
Retrato de una dama, Abec, Sevilla, 2013.
Teresa de Jesús, vida y verdad
MJ / 6 horas ago
El próximo 28 de febrero a las 20:30 h. se estrena la obra teatral “Teresa de Jesús, Vida y Verdad”, en el
Centro de Congresos y Exposiciones Lienzo Norte de Ávila.
Con un lenguaje sencillo, actual y ágil que adentra y hace disfrutar a todo aquel que tenga interés en
conocer a esta gran mujer y santa que sigue tan “viva” 500 años después.
Juan del Santo y Candelas Pérez han adaptado el guion de la obra: Vuelve a escribir Teresa de
Jesús escrito por la Madres Carmelitas de San José de Ávila
La obra será interpretada por la actriz abulense Candelas Pérez y dirigida por Juan del Santo, actor
madrileño de cine y teatro; director y productor de documentales religiosos, estando parte de su obra
seleccionada en la Filmoteca del Vaticano; profesor de oratoria y colaborador del prestigioso profesor de
interpretación neoyorquino Bob MC Andrew. En su último trabajo ha sido coguionista y actor del
largometraje “FLOW”, película seleccionada y premiada en diversas categorías en Europa…
La vida de Teresa de Jesús estuvo llena de contrastes, fue una de las mejores plumas del Siglo de Oro
español, una mujer de acción valiente y audaz pero sobre todo una mujer con una intensa, apasionada
y apasionante búsqueda interior y una referencia en el panorama de la mística universal.
Se me hace imposible definir a Teresa y hacerlo supondría limitarla, lo único que podemos hacer es
representar lo que honestamente pensamos y percibimos que esencialmente fue, una mujer que
verdaderamente penetró en el misterio del espíritu y que halló a Dios en lo más profundo de su ser. En
definitiva una mujer que amó a Dios con todo su corazón, toda su alma y toda su mente. Teresa es
maestra de oración, pero sobre todo de vida. En ella la oración es acción y en cada acto, ora. Ésta ha sido
nuestra labor y ojalá nos hayamos aproximado en alguna medida.
Les deseamos que disfruten de este monólogo tanto como nosotros lo hemos disfrutado en su elaboración
(Juan del Santo)
Estreno: 28 de febrero, a las 20.30 en el Centro de Congresos Lienzo Norte (Ávila). Precio entrada: 8€
Yo soy uno de ellos
Con cada uno he tenido alguna relación personal, aunque fuera indirecta. Y hoy, en
plena Campaña de Manos Unidas, al repasar situaciones de hambre y de injusticia en el
mundo me he identificado con personas que por la intervención de otros han tenido, al
fin, algo de suerte en medio de su situación miserable.
Soy Ernesto Guerrero. Tuve la suerte de visitar hace años a pueblos mixtecas en
Guerrero (México) y revisar proyectos de Manos Unidos en la zona. En Cocula
financiaba entonces un Proyecto de Líderes Sociales. No pase por alto el título del
Proyecto, porque no en vano fue en el basurero de Cocula donde los matones oficiales
remataron y quemaron a los cuarenta estudiantes de la Escuela Rural Normal de
Ayotzinapa. Estuve con padres de normalistas y pudiera ser que saludara al padre o a la
madre de algunos de ellos. Y hoy recuerdo la buena suerte de Ernesto Guerrero, el único
que salvó la vida. Yo soy él y los demás que fueron asesinados.
Y soy Sidi Kounta y siento su larga y dramática marcha desde el norte de Mali después
de que el grupo islamista Ansar Dine asesinara a casi toda su familia. Él logró escapar y
llegó un año más tarde a la valla de Melilla. Logró saltarla al tercer intento y dio por
bien empleados todos los trabajos y terrores que sufrió para poder llegar y pagar el salto.
Con sus treinta años trabaja en una empresa de limpieza y a pesar de sus negros
recuerdos de hambre y de muerte que dejó en Mali, ha hecho las paces con la vida. Yo
soy él y soy también los cientos y cientos de miles de africanas y africanos que buscan
dignidad aun saltando vallas o medioahogándose en pateras.
Boniface Tradé jamás olvidará lo del 12 de enero de 2010, el terremoto. Él vivía en el
barrio Carrefour de Puerto Príncipe y su casa desapareció como cientos de miles de ellas
por medio país. Han sido para él y para su familia años muy duros, pero han
sobrevivido a todo. Y este verano tuvo la alegría de estrenar casa nueva a través de una
cooperativa de la diócesis de Puerto Príncipe financiada por Manos Unidas. Es una casa
de planta baja, hermosa y nuevecita. La ha pintado de azul. Cuarenta años de vida sin
levantar cabeza, pero esta casa nueva en el barrio de Delmas, le ha hecho feliz. Y yo
me siento Boniface y cuantos a través de Manos Unidas y de tantas ONGs de desarrollo
humano se han encontrado con la vida.
Y soy Manuela. Esta identidad es la que menos me cuesta y pongo nombre falso por si
acaso. Yo soy Manuela y estoy sola en la vida, viuda de hace años, con un hijo que
desapareció sin volver la vista y con una paga pequeñita de viuda de pobre. He vivido
estos dos últimos años muy malamente, entre pobreza, desvalimiento y enfermedad y se
me han abierto los cielos cuando me han concedido una plaza en una Residencia de
ancianos. Me han tocado mil loterías juntas, me siento defendida y considerada y jamás
comí mejor ni dormí más caliente. Soy una afortunada aun en medio de mis
discapacidades que me rebajan para casi todo. Sí, efectivamente yo soy Manuela y soy
miles de personas mayores acompañadas y atendidas en tantas Residencias, que no son
campos de concentración, como con mal gusto y total falsedad publicaba hace unos días
un periódico local. Sí, la Residencia es mi casa y yo me siento Manuela.
La oferta de acciones de Manos Unidas-Salamanca para estos dos meses, búsquela en su
web, me ha llenado la conciencia de gentes pobres del mundo entero; sólo conozco el
nombre y el rostro de unos pocos pero me duelen todos por igual. Y no sé cómo ni
cuánto ni si a lo peor nada…, pero yo, con otros, claro, intento empujar la historia.
Empuja tú también…
¿Entiende el papa cómo funciona ‘el
mercado’ estadounidense?
Escrito por Antonio Duato, el 7 de febrero, 2015
En este artículo se resume otro extenso del obispo McElroy, publicado por la revista América, con el
título La Iglesia de los pobres, en el que afirma que el papa entiende el funcionamiento del mercado
“demasiado bien”.
El mercado no es sacro; Francisco pone
en crisis el modelo estadounidense
El obispo auxiliar de San Francisco, McElroy, explica que el magisterio de Bergoglio ha encendido un
debate en el país sobre la desigualdad, la libertad de empresa, la política y la dignidad humana
FRANCESCO PELOSO, Vatican Insider, 6-Febrero-2015
ROMA
La doctrina social propuesta por Papa Francisco no es bien vista por todos en los Estados Unidos. Desde
hace un año, las críticas que ha dedicado Bergoglio al modelo del capitalismo financiero en su versión
globalizada han suscitado algunos malos humores en ciertos ámbitos liberales o ultraliberales de los
Estados Unidos. Pero hay también algunos que, con menos prejuicios, consideran que tal vez Papa
Francisco no ha comprendido cómo funciona el “mercado”, por lo menos en su versión estadounidense.
El obispo auxiliar de San Francisco, monseñor Robert W. McElroy, reflexiona al respecto en un largo
artículo publicado por la revista mensual de los jesuitas “Actualizaciones sociales” que se titula “La
ideología del mercado”. También fue publicado por la revista de la Compañía de Jesús en Estados
Unidos, “America”.
Por una parte, el obispo indica que el estilo y las novedades que ha introducido Papa Francisco han sido
muy bien recibidos entre la opinión pública de los Estados Unidos; la reforma de la Curia vaticana, la
decisión pastoral de dirigirse «a las necesidades de los hombres», la invitación a la conversión y a la
renovación personal mediante la fe, la promoción de una visión eclesial que no solo emita condenas, han
sido factores que han contribuido a llamar la atención hacia Papa Francisco.
Exclusión en Nueva York
Sin embargo, los problemas comenzaron cuando (en particular con la publicación de la exhortación
apostólica “Evangelii gaudium”) el magisterio del Papa afrontó argumentos económicos y fue tomando
forma la crítica a un sistema financiero que «mata» a quienes están excluidos, a los que no son
«consumidores». «Las críticas contra Papa Francisco –explicó mons. McElroy– se basan en tres
elementos principales: el Papa no comprende la importancia del mercado; el capitalismo criticado por
Papa Francisco es muy diferente del sistema económico de los Estados Unidos; el punto de vista del Papa
está distorsionado por sus orígenes latinoamericanos y no estarían en sintonía con las enseñanzas de sus
predecesores». Sin embargo, según el obispo, el problema no es tanto la falta de comprensión del Papa
sobre el sistema capitalista o sobre la «centralidad de los mercados», sino más bien «que lo comprende
demasiado bien, por lo que plantea cuestiones de fondo sobre la justicia y sobre el sistema económico
estadounidense». Francisco, explicó el obispo auxiliar de San Francisco, pone en discusión algunos de los
principios sobre los que se funda el modelo económico de los Estados Unidos: es decir el significado real
que tiene la desigualdad económica, «la moralidad del libre mercado y la relación entre las actividades
económicas y el lugar que cada quien tiene en la sociedad».
Los puntos afrontados por el magisterio del Papa, reveló McElroy, se relacionan con la presunta
sacralidad del mercado de la que surge la inevitabilidad de la pobreza (es decir que el pobre lo es por
responsabilidad propia) y la capacidad del sistema de producir bienestar y mejorar las condiciones de vida
sin intervenciones exteriores; en este contexto, la libre empresa conjugada con el talento individual son
los elementos clave de la ideología capitalista. De esta manera, «la desigualdad nace del derecho de
hombres y mujeres a utilizar el proprio talento de la mejor manera que consideren y de la justa exigencia
de recompensar a los individuos por su aportación a iniciativas específicas».
Y, si es justo que una sociedad establezca un mínimo de subsistencia para los propios ciudadanos, no se
combate la desigualdad, porque en cierto sentido forma parte del sistema. «Pero, para la doctrina católica
–escribió McElroy–, este presupuesto, tan profundamente arraigado en la cultura estadounidense, es
radicalmente inaceptable. El punto de partida del pensamiento de la Iglesia no es la necesidad de
maximizar el crecimiento económico o el derecho de los individuos a ser recompensados, sino la par
dignidad de todos los hombres y mujeres, creados a imagen de Dios». En este caso, por lo demás, hay
una alusión al punto 29 del documento conciliar “Gaudium et spes”, en el que se afirma: «las
desigualdades económicas y sociales excesivas entre miembros y pueblos de una única familia humana,
suscitan escándalo y van en contra de la justicia social, de la equidad, de la dignidad de la persona
humana, cuando no contra la paz social e internacional». En esta perspectiva, indicó el religioso
estadounidense, «graves desigualdades entre las naciones y en su interior son automáticamente
sospechosas según la doctrina católica: no constituyen la materialización del orden natural, sino que
representan una profunda violación del mismo».
McElroy observó que la sacralidad del mercado ha sido «traicionada» en diferentes ocasiones, incluso en
los Estados Unidos y, en particular, con la reforma agraria del siglo XIX y a principios del siglo XX
durante la Gran Depresión. En estas ocasiones las decisiones políticas sobre la economía fueron
concebidas para favorecer cambios y reformas o afrontar periodos de crisis. El mercado, pues, debe ser
siempre un instrumento, «un medio al servicio de las personas y de las comunidades», y no transformarse
en un «imperativo categórico».
Para concluir, McElroy, con una referencia a la última campaña electoral presidencial de 2012, subrayó
otra tendencia cultural de los Estados Unidos, según la cual la sociedad se divide entre «productores»
(«makers») y «asistidos» («takers»). «Los primeros son los que pagan impeustos mayores que los
beneficios que reciben de la administración pública, mientras que los segundos son los que reciben
mayores beneficios que los impuestos que pagan». La idea principal, se lee en el texto, «es que una
porción consistente de la sociedad estadounidense drena constantemente recursos del sistema
económico».
Se trata de una idea, observó el obispo, que se ha reforzado «debido al aumento de la desigualdad y de la
reducción de la movilidad económica de los que nacen en familias que constituyen el 20% más pobre de
la población». «El resultado –afirmó McElroy– es que justamente la exclusión contra la que Papa
Francisco nos pone en guardia ha hecho mella en la retórica pública y en la unidad de la sociedad
estadounidense. Los pobres, que era nel centro de la acción política y de la atención pública en los años
60 y 70 del siglo pasado, ahora se encuentran relegados a un rincón del debate público». «Los programas
para beneficiarlos –explicó– deben ser justificados con base en las ventajas colaterales para la clase
media. La idea, que a menudo no es explícita, pero que está profundamente arraigada en este cambio
cultural, es que los que son pobres son, en gran parte, responsables de su pobreza».
Y entonces, «pensar que es posible dividir una sociedad entre “productores” y “asistidos” encarna
exactamente ese individualismo condenado por Papa Francisco». Y esta división se basa en el principio
de que la «producción de la riqueza es esencialmente una empresa individual, sin reconocer la enorme
importancia del aporte de la sociedad en cualquier iniciativa empresarial. Niega la afirmación central de
la doctrina católica de que la Creación es obra de Dios donada a la humanidad en conjunto, y que los
bienes materiales tienen una distribución universal que no debe ser contradicha». Es, en definitiva, una
forma ideológica que, además de los datos económicos, asignan al mercado el papel de «árbitro ético del
mérito, del esfuerzo y del talento», y «ejerce una influencia subversiva en la sociedad estadounidense,
sembrando discordia y división». «Sin reformas estructurales del sistema económico, que pretendan
remover los obstáculos al crecimiento del empleo –concluyó McElroy–, el círculo vicioso de la exclusión
económica y social, que es el centro del desafío lanzado por el Papa, solamente empeorará».
Pueblo: en busca de un concepto
Leonardo Boff
Pocas palabras hay más usadas por distintas retóricas que esta de «pueblo». Su sentido es tan fluctuante
que las ciencias sociales le tienen poco aprecio prefiriendo hablar de sociedad o de clases sociales. Pero
como nos enseñaba L. Wittgenstein «el significado de una palabra depende de su uso». Entre nosotros,
quienes más usan positivamente la palabra «pueblo» son aquellos que se interesan por la suerte de las
clases subalternas: el «pueblo».
Vamos a intentar hacer un esfuerzo teórico para dar un contenido analítico a «pueblo» a fin de que su uso
sirva a aquellos que se sienten excluidos de la sociedad y quieren ser «pueblo».
El primer sentido filosófico-social tiene sus raíces en el pensamiento clásico de la antigüedad. Ya Cicerón
y después san Agustín y Tomás de Aquino afirmaban que «pueblo no es cualquier reunión de hombres de
cualquier modo, es la reunión de una multitud en torno al consenso del derecho y de los intereses
comunes». Corresponde al Estado armonizar los distintos intereses.
Un segundo sentido de «pueblo» nos viene de la antropología cultural: es la población que pertenece a la
misma cultura, y habita un determinado territorio. Tantas culturas, tantos pueblos. Este sentido es
legítimo porque distingue un pueblo de otro: un quechua boliviano es diferente de un brasileño. Pero ese
concepto de «pueblo» oculta las diferencias y hasta las contradicciones internas: tanto pertenece al
«pueblo» un hacendado del agronegocio como el peón pobre que vive en su hacienda. Pero en el estado
moderno el poder solo se legitima si está enraizado en el «pueblo». Por eso la Constitución reza que «todo
poder emana del pueblo y debe ser ejercido en su nombre».
Un tercer sentido es clave para la política. Política es la búsqueda común del bien común (sentido
general) o la actividad que busca el poder del Estado para administrar a partir de él la sociedad (sentido
específico). En boca de los políticos profesionales «pueblo» presenta una gran ambigüedad. Por un lado
expresa el conjunto indiferenciado de los miembros de una sociedad determinada (populus), y por el otro
significa la gente pobre y con escasa instrucción y marginalizada (plebs = plebe). Cuando los políticos
dicen que «van al pueblo, hablan al pueblo y actúan en beneficio del pueblo, piensan en las mayorías
pobres».
Aquí surge una dicotomía entre las mayorías y sus dirigentes o entre la masa y las élites. Como decía N.
W. Sodré: «una secreta intuición hace que cada uno se juzgue más pueblo cuanto más humilde es. Nada
tiene, y por eso mismo se enorgullece de ser «pueblo» (Introdução à revolução brasileira, 1963, p. 188).
Por ejemplo, nuestras élites brasileñas no se sienten «pueblo». Como decía antes de morir en 2013
Antônio Ermírio de Moraes: «las élites nunca piensan en el pueblo, solamente en sí mismas». Ese es el
problema.
Hay un cuarto sentido de «pueblo» que deriva de la sociología. Aquí se impone cierto rigor del concepto
para no caer en el populismo. Inicialmente posee un sentido político-ideológico en la medida en que
oculta los conflictos internos del conjunto de personas con sus culturas diferentes, status social y
proyectos distintos.
Ese sentido tiene escaso valor analítico pues es demasiado globalizador aunque sea el más usado en el
lenguaje de los medios de comunicación y de los poderosos.
Sociológicamente «pueblo» aparece también como una categoría histórica que se sitúa entre masa y
élites. En una sociedad que fue colonizada y de clases, es clara la figura de la élite: los que detentan el
poder, el tener y el saber. La élite posee su ethos, sus hábitos y su lenguaje. Frente a ella surgen los
nativos, los que no gozan de plena ciudadanía ni pueden elaborar un proyecto propio. Asumen,
introyectado, el proyecto de las élites. Estas son hábiles en manipular «al pueblo»: es el populismo. El
«pueblo» es cooptado como actor secundario de un proyecto formulado por las élites y para las élites.
Pero siempre hay rasgaduras en el proceso de hegemonía o dominación de clase: de la masa lentamente
surgen líderes carismáticos que organizan movimientos sociales con una visión propia del país y de su
futuro. Dejan de ser «pueblo-masa» y empiezan a ser ciudadanos activos y relativamente autónomos.
Surgen sindicatos nuevos, movimientos de los sin tierra, de los sin techo, de mujeres, de
afrodescendientes, de indígenas, entre otros. De la articulación de esos movimientos entre sí nace un
«pueblo» concreto. Ya no depende de las élites. Elabora una conciencia propia, un proyecto diferente para
el país, ensaya prácticas de resistencia y de transformación de las relaciones sociales vigentes. El
«pueblo» por lo tanto, nace y es el resultado de la articulación de los movimientos y de las comunidades
activas. Este es el hecho nuevo en Brasil y en América Latina de los últimos decenios que culmina hoy
con las nuevas democracias de cuño popular y republicano. Bien decía un líder del nuevo partido
Podemos» en España: «no fue el pueblo quien produjo el hecho de levantarse, fue el levantarse quien
produjo el pueblo». (Le Monde Diplomatique, enero, p. 16).
Ahora podemos hablar con cierto rigor conceptual: aquí hay un «pueblo» emergente a medida que tiene
conciencia y proyecto propio para el país. «Pueblo» posee también una dimensión axiológica: todos están
llamados a ser pueblo: no haber dominados y dominadores, élites y masas, sino ciudadanos-actores de una
sociedad en la cual todos pueden participar.
Cuando fallan las fuerzas...
La posada del silencio nº 54, curso vi
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  • 1. Vídeo de hoy: San Esteban vuelve a contar con botica dos siglos después El 8 de febrero, ¡apúntate a La2 de TVE y a 13 tv! Viernes, 6 febrero, 2015 Para que el domingo 8 de febrero, Jornada Nacional de Manos Unidas, le pongas al mal tiempo buena cara, te ofrecemos un plan para que no tengas que salir de casa por la mañana: ¡apúntate a La2 de TVE y a 13 tv! A las 10:30h, en el “El Día del Señor” de La2 de TVE podréis ver nuestro vídeo de campaña “Luchamos contra la pobreza, ¿te apuntas?” al que seguirá la retransmisión de la Misa que va a oficiar monseñor Carlos Osoro, arzobispo de Madrid, enla Parroquia S. Mateo del barrio de Villaverde. Y después, a las 11:30h. recorreremos con “Pueblo de Dios” las calles de Phnom Pehn, donde trabajan las mujeres recolectoras de basuras, a las que acompaña y apoya la ONG CSARO, con quienes Manos Unidas colabora desde hace ya muchos años. Y casi seguido, entre 11:15/11:30 podremos cambiar de canal para ver el programa “Encuentros con el Papa” de 13TV al que asistirán el secretario general de Manos Unidas Rafael Serrano y los dos invitados a la campaña sister Caridad Paramundayil y Jorge Crisafulli. Además de realizar conexiones telefónicas con Monseñor Omella, nuestra Responsable de Proyectos en África, Mabel Ibáñez y África Marcitllach, Coordinadora de Proyectos de CentroIndia, en el departamento de Asia. También la radio, COPE, RNE, Canal Sur Radio y Andalucía Información, tendrán en algunos de sus programas a nuestros invitados o miembros de Manos Unidas...y estamos seguros de que muchos más medios se harán eco de esta jornada. Aprovechamos para agradecer a los medios de comunicación su colaboración en la difusión del mensaje de concienciación y de denuncia de nuestra campaña “Luchamos contra la pobreza, ¿te apuntas?” 8 DE FEBRERO: PRIMERA JORNADA INTERNACIONAL DE ORACIÓN Y SENSIBILIZACIÓN CONTRA LA TRATA DE
  • 2. PERSONAS Madrid, 6 de febrero de 2015.- El Papa Francisco ha denunciado de forma rotunda y reiterada la trata de seres humanos, una práctica que ha definido como un “crimen contra la humanidad”. Respondiendo a su llamada, el Pontificio Consejo para la Pastoral de los Emigrantes e Itinerantes, el Pontificio Consejo de Justicia y Paz y la Unión Internacional femenina y masculina de Superiores Generales convocan este año, el 8 de febrero, la Primera Jornada Internacional de Oración y Sensibilización contra la Trata. La fecha elegida coincide con la fiesta de Santa Josefina Bakhita, una esclava de origen sudanés que, al ser liberada, se convirtió en religiosa y fue canonizada en el año 2000, símbolo de esperanza y libertad. El primer objetivo de esta iniciativa es crear mayor conciencia sobre este fenómeno global para impulsar una movilización que llegue a todos los rincones del mundo y permita reflexionar sobre las situaciones de violencia e injusticia que viven tantas personas que hoy en día se ven privadas de libertad y de dignidad. Hablamos de las víctimas del grave delito de la trata, pero, también, de las situaciones de pobreza y vulnerabilidad en las que se ven inmersas y que las convierten en simples instrumentos para el lucro de otros. "Enciende una luz contra la trata" es el lema elegido para esta jornada, con el que se expresa el objetivo de arrojar luz sobre la oscuridad que pesa sobre este crimen. Esta convocatoria, que será secundada con la celebración de Vigilias de Oración en distintos países de todo el mundo, tendrá su punto culminante en Roma el domingo 8 de febrero, durante el rezo del Ángelus en la plaza de San Pedro. El drama de la trata de personas es una de esas “periferias” pastorales a las que se refiere el papa Francisco en las que la Iglesia católica está presente desde hace mucho tiempo: denunciando, sensibilizando y, sobre todo, estando al lado de las personas que son víctimas de esa tráfico y necesitan mayor apoyo. Por ese motivo, otro de los principales objetivos de esta jornada es seguir aportando desde las organizaciones de la Iglesia más involucradas en la respuesta a este problema soluciones urgentes e iniciativas concretas de lucha contra esta forma moderna de esclavitud que viola los derechos y la dignidad de tantas personas en todo el mundo. Cáritas, el Secretariado de la Comisión Episcopal de Migraciones, CONFER y Justicia y Paz se suman con fuerza a esta iniciativa e invitan a todas las diócesis, parroquias, asociaciones, familias y personas a reflexionar y rezar juntos en esta Jornada contra la Trata. Reafirmamos la necesidad inaplazable de defender, en primer lugar, los derechos humanos de las víctimas y de aplicar con voluntad real la legislación vigente en favor de su protección y su dignidad irrenunciable.
  • 3. La invitación de estas entidades anima a recorrer un camino que vaya “desde la conciencia a la oración, de la oración a la solidaridad, y de la solidaridad a la acción concertada, hasta que la esclavitud y la trata desaparezcan”, como señala el cardenal Peter Turkson, presidente del Pontificio Consejo Justicia y Paz. Todo ello para visibilizar, según recuerdan los obispos españoles, el “drama humano y moral” de esta realidad. Para acceder al material didáctico disponible sobre sensibilizacióny prevención en el tema de la trata de personas [PINCHAR AQUÍ] El rezo de Omar 06/02/2015 Omar le pone rostro a la muerte. Siente que estos son sus últimos suspiros en este mundo. Suplica a las fuerzas de seguridad que avisen a su madre, quiere despedirse. Madrugada del viernes 28 de marzo de 2014. Las noticias “alertan” que alrededor de 800 personas han intentado entrar a Melilla. Omar era uno de ellos. Recorrió más de 4.800 km para perseguir sus sueños en Europa, hoy solo quiere olvidarlo todo. Omar se estrecha en un abrazo con la persona que le dio la vida. Ella teme por su destino, él intenta transmitirle confianza. Ninguno de los dos sabe que ese momento no se repetirá en mucho tiempo. Él quisiera congelar en su memoria ese instante y todo lo que lo rodea. Parte una mañana hacia Maradí (Níger), su hermana lo espera. Necesita la bendición de su Dios para emprender su viaje. Llaman al Imán de la mezquita y leen juntos el Khoram durante 5 horas. Omar ya se siente preparado, empaca sus pocas pertenencias. PUERTAS DEL DESIERTO Su próximo destino es Arlit (Níger), puertas del desierto. Su primo, gran conocedor de la ciudad, le consigue al mejor para atravesar el Desierto de Tamanrasette (Argelia). Todo tiene su precio, los ahorros comienzan a esfumarse. Las pocas señales que se ven por el camino, son de muerte: ¿humano o animal?, huesos. Un día y una noche dura la travesía. A tan solo 5 km antes de llegar a Tamanrasette, son abandonados a su suerte. El conductor no puede continuar, podría tener problemas. Omar intenta mantener la calma, cree poder ver la ciudad desde allí. No tiene “papeles” y las fronteras están cerradas. Reza a su
  • 4. Dios, sus esperanzas siguen intactas.Es la primera vez en su vida en que estaba en un sitio en el que la gente no tiene su mismo color de piel. DECISIONES Otra vez toca partir. Recuerda a su madre, se encomienda nuevamente a su Dios. Otro autobús, otro día y otra noche viajando. Pasará por Ghardaia (Argelia) para llegar a Orán. Allí un amigo lo espera, Rabiu. Comienzan a trabajar juntos en la construcción, le enseñará a Omar cómo desenvolverse en este nuevo mundo. Los meses van pasando, Rabiu decide partir; pero Omar aún no se siente preparado. Debe ordenar su vida, continuar trabajando, ayudar a su madre. Las noticias llegan a pesar de la distancia: Rabiu ha cruzado a Europa. MARRUECOS El siguiente destino es Marruecos, para ello contacta con un “conocedor” del camino, que también pondrá precio. Pasan la noche en su casa. Omar ya no viajará solo, lo acompañan 5 personas más. Oujda, uno de los puntos más importantes de la ruta subsahariana, antesala a Europa. Entrarán caminando, pasando por varios poblados. Omar confía, siente que está ya a un paso de conseguir su “sueño”: a Omar le encantan los camiones y quisiera estudiar mecánica, llegar a Europa haría posible su sueño. LOS CAMPAMENTOS Otra vez vuelven a ser abandonados antes de llegar. Logran entrar a Oujda y se dirigen a uno de los asentamientos, ubicado en un recinto a cielo abierto perteneciente a la universidad de esa ciudad. Omar comprende las reglas, busca al responsable de su comunidad, quien da el visto bueno para su estancia allí, pago de por medio; dispone ahora de unos pocos metros cuadrados, su “hogar” será una tienda hecha con plásticos, mantas y palos de madera. Poco es el dinero con que cuenta y aún queda camino por recorrer, teme por su supervivencia. Sólo dos noches pasará allí. NI BRÚJULAS, NI MAPAS Nador será el próximo punto del mapa al que deben llegar, pero antes irán hasta Taourit. No llevan ni brújulas ni mapas, solo la memoria les guiará, recordando las palabras que alguien pronunció. Deben esperar el tren de mercancías, aguardan dos días allí, duermen en la estación. Unos cartones les sirven de refugio y de escondite. La segunda noche es la elegida para partir. Pasan tres horas y el tren sigue su marcha, Omar tiene un mal presentimiento. Se acerca a un lugareño y le pregunta hacia dónde se dirigían. Se dirigía al otro extremo de Marruecos, Casablanca. la peor noticia, el grupo comienza a alterarse. Omar los tranquiliza, se bajan en la siguiente estación, Taza, y toman un autobús directo a Nador. EL CEMENTERIO Sus pies pisan Nador y la Estación de policía es lo primero que ven. Procuran ser invisibles. Deben llegar a Beni Enzar, a poco kilómetros de allí. La noche como mejor compañera. Una vez en la estación de Beni Enzar deben encontrar el cementerio para ascender hasta el Monte Gurugú. Esas eran las indicaciones. Pero no hacen más que volver al punto de partida, una y otra vez, llaman a un hombre que vive en este monte, la espera dura hasta las 5 de la madrugada. Los lleva a la cima y les ofrece un lugar para descansar. EL GURUGÚ “En el Gurugú, Omar no puede creer lo que sus ojos ven: personas viviendo en condiciones inhumanas. Teme que esa vida le devore”. Cuentan los pocos dirhams que les
  • 5. quedan, reúnen 300. Importe que les cubre la estancia semanal a todo el grupo; las reglas de juego: oír, ver, callar, obedecer. Una especie de gobierno a cielo abierto, es necesaria la organización de la vida allí. Omar se encarga de la cocina, los mediodías para su grupo y las noches para los de su comunidad Hausa. Para ello, diariamente, harán varios kilómetros cuesta abajo en busca de alimentos y agua. Se come solo si consiguen algo. 28 de marzo de 2014: SENTIRSE MORIR No sabe exactamente cuántos eran, pero las noticias del día siguiente anuncian que por lo menos fueron 800 personas. Esa madrugada reciben la orden. El gran día ha llegado. No salen todos al mismo tiempo. Omar y otros más esperan en el pumbin (escondite). Cuando las fronteras queden libres de vigilancia, ese será el momento. Omar cree no necesitar escaleras, él tiene la fuerza y la energía, es su primer intento de paso. No puede permitirse pasar más tiempo en ese monte, debe ayudar a su madre. Comienza a ascender hasta que sus manos comienzan a sangrar: se han topado con las cuchillas. Omar siente el llamado a la oración de las mezquitas cercanas. Desea rezar, pero en otro idioma, “en español”. Ya han llegado las fuerzas marroquíes, intentan atraparlo. Los segundos son vitales y Omar los está perdiendo. Siente como si le aventasen un gancho en su espalda, bajarlo de allí es el objetivo. Ya no tiene mas fuerzas. Cae. Su mirada se dirige al cielo, siente que un escalofrío le recorre, no puede mover su cuerpo por más que lo intente. Unas voces le ordenan que se levante. “No puedo”, responde. Eso parece insultarlos, se empeñan en ponerlo de pie, Omar vuelve a caer. Y sobre él, palos de madera rebotan con una brutalidad despiadada. Omar cree comprenderlo todo, un llanto le nace desde lo más profundo. Nunca nadie le explicó qué se siente al morir, pero él ya le ha puesto nombre. Pide que avisen a su madre, quiere despedirse. La ambulancia llega finalmente, Omar ya no tiene noción del tiempo transcurrido. Lo suben, junto a más heridos, para trasladarlos al hospital. La música comienza a sonar a un volumen intolerable. Omar les ruega compasión; pero son desoídas sus súplicas. EL HOSPITAL Nadie acude a su llamado. Omar se encuentra en la sala de urgencias, con más personas que tuvieron una suerte parecida. Las lágrimas vuelven a brotar. Desearía desaparecer, está agotado y quebrado su cuerpo en partes. Por primera vez en mucho tiempo, alguien le pregunta cómo se llama, cómo está y si tiene hambre. Personal de la Delegación de Migraciones se hace presente en el hospital, Omar desconoce la existencia de organizaciones que ayudaran a migrantes. Por un momento, creyó estar en España. El dolor intenso y el llanto se hacen compañeros de Omar durante días. Su cuerpo sigue sin responderle. Un doctor se le acerca y le informa de su situación. Omar recibe las peores noticias: problemas graves en sus pies y su espalda. Deben operarlo y luego tendrá que hacer rehabilitación, pero no le pueden asegurar que pueda volver a caminar. Omar ya dejó de oír lo que el doctor le sigue explicando, sólo retumba en su cabeza la pregunta “¿que será de mi vida ahora?” La única persona que conocerá su suerte será su hermana. Omar le pide que guarde silencio para con su madre, la conoce muy bien y no quiere preocuparla. LA FE MUEVE MONTAÑAS
  • 6. Tras cuatro meses de rehabilitación, Omar abandona el hospital y continúa el proceso de forma ambulatoria. Ahora su hogar estará en la iglesia de Nador. Los resultados comienzan a notarse, muy despacio comienza a mover sus pies. Su Fe permanece intacta, anhela volver a andar para doblar sus rodillas y rezar en la Mezquita más cercana. Sus piernas comienzan a responderle. Vuelve a caminar con la ayuda de un andador. Omar sigue en contacto con Daniela. Aquí, una de las fotografías que le ha enviado, junto a su madre. “Hoy sólo puede aconsejar a quien desee realizar este viaje, que no lo haga” EL REGRESO Volver a su Níger, un pensamiento que lo ha acompañado en más de una oportunidad. Dios lo es todo para él y Omar acepta que esto es lo que Él le tenía preparado para su vida, su destino. Recuerda a sus amigos que ya están en Europa. Por momentos se arrepiente de haber emprendido esta “aventura”. Hoy sólo puede aconsejar a quien desee realizar este viaje, que no lo haga. Omar quisiera olvidarlo todo. Siente y sabe que hoy no puede intentarlo nuevamente, no así. Se convence que regresar es la mejor opción. Su madre lo espera ansiosa. No sabe qué le espera, intenta con todas sus fuerzas imaginar su futuro. Se ilusiona con empezar una nueva vida. Sólo tiene 23 años. Confía en que su Dios algo pueda hacer por él. “Tengo la vida, gracias Dios”, repite. Autor: Daniela Frechero Colombia debe evitar el reclutamiento infantil, según las Naciones Unidas EFE - Ginebra 04/02/2015 - 15:05h Uruguay debe evitar la explotación laboral de niños, según la ONU El Comité de la ONU para los Derechos de los Niños lamentó hoy que continúen los altos índices de reclutamiento infantil en Colombia y que muchos de estos niños sean perseguidos como criminales en lugar de como víctimas. Los pasados 20 y 21 de enero, Colombia se sometió al escrutinio del Comité de Derechos de los Niños, en una revisión regular a la que están sometidos todos los países de las Naciones Unidas. "El Comité está preocupado por el continuo reclutamiento de niños por grupos no estatales; y el hecho de que algunos de estos niños sean perseguidos por Colombia como criminales y no tratados como víctimas", reza el informe.
  • 7. "Las niñas reclutadas son sometidos a violencia sexual, de forma sistemática y repetida, incluidos violación, esclavitud, embarazos forzados y abortos". Ante esta situación, el Comité pide a Colombia que haga todo lo necesario para evitar esta situación, como cambios legislativos y establecimiento de los recursos adecuados, especialmente en las regiones más afectadas por el conflicto. Asimismo, los expertos piden que se tenga en cuenta que los niños soldados son víctimas, por lo que tienen derecho a asistencia psicosocial adecuada, especialmente las niñas víctimas de violencia sexual. "Esta es nuestra mayor preocupación, que los niños reclutados no son considerados como víctimas sino como responsables", aseveró en rueda de prensa Gehad Madi, el relator del informe. Dicho esto, Madi mostró su esperanza de que las conversaciones de paz entre el gobierno colombiano y las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC) den fruto y pueda haber desmovilizaciones masivas, incluidas la de los niños. "Esperamos que las negociaciones sean fructíferas y que el gobierno esté en una posición mejor para ayudar y asistir a los niños desmovilizados, para que obtengan la protección que merecen y sean registrados y rehabilitados", agregó Madi. Por otra parte, el Comité pide que "se investiguen todas las denuncias y alegaciones de que fuerzas de seguridad del Estado, como la Policía y las Fuerzas Armadas, hayan podido cometer contra los niños soldados". Por otra parte, los expertos muestran su preocupación por la suerte de los niños desplazados internos, especialmente los de origen indígena y afrodescendientes. "Si bien notamos los programas establecidos para proteger a los niños desplazados, el Comité sigue preocupado porque éstos esfuerzos han sido insuficientes para asegurar adecuadamente los derechos de los niños desplazados como ha sido ordenado por la Corte Constitucional", añade. En otro apartado, los expertos lamentan que "muchos niños son víctimas de asesinatos o desapariciones, incluidos asesinatos cometidos por los agentes gubernamentales, y que existe mucha impunidad al respecto". "Las causas primigenias de estos actos violentos, como el crimen organizado, la corrupción, las drogas, la pobreza y la marginación son insuficientemente tratadas", agrega el texto. Los expertos se preocupan por los "altos índices de violencia doméstica y abuso, de la cuales son particularmente víctimas las niñas, incluidas las que ejercen como trabajadoras domésticas". Ante esta situación, los expertos solicitan que el Estado haga todo lo necesario para evitar los actos de tortura contra niños, incluido que se investiguen los casos donde policías y militares estén implicados y que se les ofrezca a los agentes entrenamiento específico. Finalmente, el Comité se lamenta del alto nivel de embarazos adolescentes, especialmente en áreas rurales, lo que deriva en muchos casos en una alta mortalidad materna entre las púberes gestantes "como resultado de una acceso inadecuado a los servicios sexuales y reproductivos". Los expertos, asimismo, se hacen eco de las denuncias de "obstáculos o denegación a los servicios de aborto legal" por parte de personal médico.
  • 8. Papa: Muchos cristianos también hoy víctimas de gente que odia a Jesucristo 2015-02-07 Radio Vaticana (RV).- El martirio de los cristianos no es una cosa del pasado, muchos de ellos son víctimas también hoy “de gente que odia a Jesucristo”. Es la sufrida constatación de Papa Francisco en la homilía de la misa matutina en la Casa de Santa Marta, después de una meditación intensa sobre la vida y la muerte de Juan el Bautista. La parábola de “Juan el Grande” en primer plano y, apenas detrás, el dolor agudo por los muchos cristianos que aún hoy son llevados al matadero porque su vida anuncia la de un Dios que otros odian. Es una de las homilías de Santa Marta más conmovedoras la que propone el Papa siguiendo el pasaje del Evangelio de Marcos, que cuenta la trágica muerte de Juan el Bautista. Él – subrayó el Pontífice – que “nunca traicionó su vocación”, “consciente que su deber era sólo proclamar” la “proximidad del Mesías” – consciente de ser “sólo la voz”, porque “la Palabra era Otro” – “termina su vida como el Señor, con el martirio”. Juan víctima de un rey corrupto Es sobre todo cuando termina en la cárcel por mano de Herodes Antipas que “el hombre más grande nacido de mujer” se hace, observa el Papa, “pequeño, pequeño, pequeño”, golpeado primero por la prueba de “la oscuridad del alma” – cuando duda que Jesús sea aquel a quien ha preparado el camino – y luego cuando llega para él el momento final, ordenado por un rey fascinado y desconcertado al mismo tiempo por Juan. Una orden que el Papa se detiene a considerar con realismo: “Al final, después de esta purificación, después de este descenso continuo en la anonadación, haciendo camino a la anonadación de Jesús, termina su vida. Ese rey desconcertado es capaz de tomar una decisión, pero no porque su corazón se haya convertido, sino porque el vino le ha dado coraje. Y así Juan termina su vida bajo la autoridad de un rey mediocre, borracho y corrupto, por el capricho de una bailarina y el odio vengativo de una adúltera. Así termina el Grande, el hombre más grande nacido de mujer”. Cristianos odiados también hoy “Cuando leo este pasaje – afirmó el Papa – les confieso que me conmuevo” y pienso siempre en “dos cosas”: “En primer lugar, pienso en nuestros mártires, en los mártires de nuestros días, los hombres, las mujeres, los niños que son perseguidos, odiados, expulsados de sus hogares, torturados, masacrados. Y esto no es una cosa del pasado: esto sucede hoy. Nuestros mártires, que terminan sus vidas bajo la autoridad corrupta de gente que odia a Jesucristo. Nos hará bien pensar en nuestros mártires. Hoy pensamos en Pablo Miki, pero eso sucedió en el 1600. ¡Pensemos en los de hoy! En los del 2015”. Nadie tiene la vida “comprada” Por otra parte, continuó el Santo Padre, este abajarse de Juan el Grande “continuamente hasta la nada” me hace pensar, “que estamos en este camino y vamos hacia la tierra, donde todos acabaremos”. Me hace pensar en “mí mismo”: “También yo acabaré. Todos nosotros acabaremos. Nadie tiene la vida ‘comprada’. Nosotros también, queriendo o no queriendo, vamos por el camino de la anonadación existencial de la vida, y esto, al menos a mí, me hace rezar para que esta anonadación se parezca lo más posible a Jesucristo, a su anonadación”. (GM - RV) Nuevas ideologías destruyen a la familia: el Papa a los obispos africanos 2015-02-07 Radio Vaticana Permanecer fieles a la propia identidad y ser una experiencia viva de comunión y de servicio, especialmente a los más pobres: fue la exhortación del Papa a los participantes en el Simposio de las Conferencias Episcopales de África y Madagascar (SECAM), recibidos en audiencia en la Sala Clementina en el Vaticano.
  • 9. “Este encuentro con ustedes me ofrece la oportunidad para alentar a esta Institución, pensada y promovida luego del Concilio Vaticano II para servir a las Iglesias locales de África. Este servicio tiene el objetivo de dar respuestas comunes a los nuevos desafíos del continente, para que la Iglesia pueda hablar ‘a una sola voz’, dando testimonio de su vocación y siendo signo e instrumento de salvación, de paz, de diálogo, de reconciliación”, afirmó el Pontífice. “Para realizar esta misión se requiere que los Pastores sean libres de toda preocupación mundana y política y refuercen los vínculos de comunión con el Papa a través de la colaboración con las Nunciaturas Apostólicas”, prosiguió el Obispo de Roma. Fundamental para ello es “la comunicación fluida y directa con las otras instancias de la Iglesia”. Al mismo tiempo es necesario mantener “experiencias eclesiales al alcance de todos”, como así también de “estructuras pastorales sobrias”, porque “las grandes estructuras burocráticas analizan abstractamente los problemas y corren el riesgo de tener a la Iglesia alejada de la gente”, recalcó. El Papa recordó luego a las jóvenes generaciones: “En África el futuro está en las manos de los jóvenes y ellos hoy están llamados a defenderse de nuevas e inescrupulosas formas de colonización como el éxito, la riqueza y el poder a toda costa, pero también del fundamentalismo y el uso distorsionado de la religión y las ideologías nuevas que destruyen la identidad de las personas y de las familias”. “Investir en el campo de la educación, dijo, es el camino más eficaz para superar la tentación de ceder a estos estilos de vida tan peligrosos”. Una educación que será útil para “contrastar la difusa mentalidad de atropello y de violencia, las divisiones sociales, éticas y religiosas”. Para ello es necesario – constató el Papa – “ofrecer una propuesta educativa que enseñe a los jóvenes a pensar críticamente y les indique un recorrido de maduración de los valores”, a través de una pastoral escolástica que combine la tarea educativa con el anuncio explícito del Evangelio. Francisco dedicó también atención al tema de la familia y a una “cierta disgregación familiar” en curso también en África y recordó: “La Iglesia está llamada a valorizar e incentivar todas las iniciativas en favor de la familia como fuente privilegiada de toda fraternidad y fundamento y vía primaria de la paz” (cfr Juan Pablo II, Mensaje para la XXVII Jornada Mundial de la Paz, 1° enero 1994). El Pontífice prosiguió recordando las encomiables obras de tantos sacerdotes religiosos y laicos en sostén de la familia, con especial atención a los ancianos, a los enfermos y a los minusválidos: “Sobre todo en las regiones más aisladas y remotas, sus Iglesias han proclamado el Evangelio de la vida y siguiendo el ejemplo del buen samaritano, han socorrido a los más necesitados” . El Papa resaltó además su “estupendo testimonio de caridad” de frente a la reciente emergencia del virus ébola y destacó la labor de tantos misioneros africanos que “ofrecieron su vida por permanecer junto a los enfermos” e insistió: “Nosotros, discípulos de Cristo, no podemos no preocuparnos por los más débiles” y debemos también suscitar la atención de la sociedad y de las Autoridades públicas sobre su condición de vida”. Finalmente, tras manifestar su aprecio por la “preciosa contribución” de tantos sacerdotes, religiosos y fieles laicos en el anuncio del Evangelio y en el progreso social de las poblaciones, el Obispo de Roma remarcó que este Simposio es también un “lugar de promoción de la legalidad, para que sean sanadas las llagas de la corrupción y del fatalismo y para favorecer el compromiso de los cristianos en las realidades seculares, en vista del bien común”. Y recordó que la gran tarea de la evangelización consiste en el hacer que el Evangelio permee en nuestra vida de modo que nosotros podamos llevarlo a los otros: “Es importante recordar que la evangelización comporta la conversión, es decir, el cambio interior”. “Como resultado de esta conversión a la salvación, no sólo el individuo sino la entera comunidad eclesial es cambiada, se transforma siempre más en una expresión viva de fe y de caridad”, concluyó. (MCM - RV) Romero jamás dijo: “Resucitaré en el pueblo”
  • 10. (©AP) (©AP) Roberto Morozzo della Rocca Las investigaciones para la beatificación del arzobispo de San Salvador, asesinado en 1980, sacaron a la luz una serie de frases apócrifas atribuidas a él y que demuestran la manipulación realizada sobre su figura Andrés Beltramo Álvarez ciudad del vaticano “Como cristiano, no creo en la muerte sin resurrección: Si me matan, resucitaré en el pueblo salvadoreño”. Esa frase, usada tantas veces para presentar a Óscar Arnulfo Romero como un líder populista y mesiánico, es apócrifa. Fue inventada por un periodista. Pero sirvió para alimentar un mito político, que costó muchos años desarmar. En entrevista con el Vatican Insider Roberto Morozzo della Rocca, biógrafo del arzobispo de San Salvador, aclara varios lugares comunes sobre el inminente beato. Se ha dicho que al Vaticano llegaron “kilos de papel” que buscaban desprestigiar a Romero. ¿Cómo se pudo dar una versión correcta de su figura? Reconstruimos una explicación histórica para entender qué había detrás de estos kilos de papel. Por ejemplo si llegaba una carta de un obispo del Salvador contraria a Romero, entonces se tenía que entender porqué ese obispo pensaba así y muchas veces se veía que no eran motivos ideales sino celos personales, porque los sacerdotes de este obispo seguían a Romero y lo preferían a él, que entonces se ponía celoso. Esto se entiende viendo lo que escribían los sacerdotes de la diócesis. Somos humanos y muchas cosas debían ser explicada. ¿El contexto ideológico polarizado condicionó la opinión que había sobre Romero? Sí, era el tiempo de la Guerra Fría. El Salvador, Nicaragua y Guatemala eran países al centro en este periodo. Entonces hablar de justicia social, de reformas, de democracia no le gustaba a todos, ni a la derecha que quería mantener el control militar y político del país. Pero tampoco le gustaba a la izquierda castrista que quería la revolución directamente. Romero hablaba pero sólo algunos lo escuchaban. Muchos estaban en su contra, de las dos partes. ¿Roma se contagió de este contexto polarizado? En Occidente había miedo al comunismo y Roma no conocía a Romero. Pablo VI lo conocía y lo estimaba, pero en general el Vaticano dependía de las informaciones que venían de El Salvador: Del nuncio que no estaba contento con él, de otros obispos, del gobierno que mandaba reportes negativos, los embajadores salvadoreños aquí se quejaban e influían. Entonces ¿Romero tenía enemigos en la izquierda también? Romero fue tomado como bandera por la izquierda, mientras él no se sentía ni de derecha ni de izquierda.
  • 11. Él estaba por la justicia. Su figura fue instrumentalizada de todas las partes, fue interpretado mal y presentado mal también. Si la izquierda lo tomó como bandera fue por varias frases famosas de él, como “si me matan, resucitaré en el pueblo”. Descubrimos que esa frase es apócrifa, por varias razones. Ante todo porque apareció después de su muerte. Un periodista guatemalteco, muerto en 1994, escribió esa y otras. Romero no podía desmentir el haber hablado con él porque ya estaba muerto, pero su entrevista tiene errores muy evidentes. Por ejemplo tenía fechas erradas. Personalmente realicé la investigación en el diario Excélsior de México, donde la entrevista fue publicada. Ninguno de los colegas que escribían para ese periódico y solían ser los enviados a El Salvador eran esta persona que firmó la supuesta entrevista. El periodista tenía ya varios precedentes de cosas inventadas sobre Guatemala y no tenía una buena fama. Además, dos años antes, había escrito un texto simulando su muerte con palabras casi iguales a las que atribuyó a Romero. ¿La frase coincidía con el pensamiento de Romero? Si uno toma escritos de los ejercicios espirituales de Romero, en todo momento se expresa en manera totalmente opuesta a lo que el periodista dice. He buscado todas las citas del obispo antes de su muerte y jamás habla en estos términos mesiánicos con seguridad. Él siempre habló con mucha angustia de la muerte. Además el periodista escribió que la entrevista fue por teléfono, ¿cómo era posible creer en una llamada realizada así, sin más, en medio de la noche? ¿Cómo se llegó a sacar a la luz el verdadero rostro del arzobispo? Debimos explicar el sentimiento religioso de Romero, hacer entender por qué él hablaba tanto en público. Consultamos el archivo personal de él, hablamos con muchos testigos, hicimos numerosos viajes a El Salvador. Varias entrevistas habían sido realizadas antes en el proceso de beatificación ahí, en la diócesis. ¿Cómo veía su muerte? Con gran miedo, sufría. El día antes de su asesinato se puso a llorar en casa de unos amigos. Su humor cambiaba continuamente. Si usted sintiese que lo van a matar, ¿cómo viviría? Con un gran problema interior. Él había recibido muchas amenazas, era muy consciente que tenía los días contados. El monacato budista y cristiano, de Mª Jesús Hernando El monacato budista y cristiano. Desde la perspectiva de Jesús López Gay Mª Jesús Hernando García Publicaciones Claretianas 15,50 euros La salvación o el "nirvana" es esencial para el budismo. Así lo atestigua su máxima: "útil para sí, útil para los demás", a traves de dos vertientes: el dominio de sí y la benevolencia hacia los demás. Por ello, afirma López Gay, aunque en esta religión se excluye cualquier revelación o gracia sobrenatural, sin embargo, se refleja una gran espiritualidad donde el hombre, sin saberlo, está buscando una trascendencia que pueda salvarlo.
  • 12. El monje es aquel que mejor puede realizar esta búsqueda a través de su vida sencilla de ascesis, celibato, pobreza, obediencia y meditación. Virtudes, todas ellas, que también vive el momje cristiano y que, a juicio de Mª Jesús, conviene poner en diálogo para conocer sus similitudes y diferencias. Mª Jesús Hernando García, ha sido misionera durante varios años en Corea del Sur, donde entró en contacto con la religión budista. Deseosa de conocer mejor el budismo y las demás religiones, se licenció en misionología en la Universidad Gregoriana de Roma,e hizo su tesis de teología sobre el diálogo entre budismo y cristianismo en la Pontificia Universidad Comillas de Madrid.Actualmente es delegada episcopal de Ecumenismo y Diálogo interreligioso en la dióceis de Getafe; ejerce su actividad docente en el IES Juan Carlos I de Ciempozuelos, en el Centro de Teología de Getafe, en la Univ. Eclesiástica San Dámaso (Madrid) y en la Univ. Rey Juan Carlos de Fuenlabrada. Cómplices del Espíritu, de José Cristo Rey García Paredes Cómplices del Espíritu. El nuevo paradigma de la Misión José Cristo Rey García Paredes Publicaciones Claretianas 16 euros No hay mayor dignidad para un ser humano que ser «cómplice del Espíritu». Que alguien sea escogido para entrar en las corrientes del Espíritu creador y re-creador excede cualquier sueño o pretensión. El Espíritu emerge por doquier. Él es el alma de la Iglesia y agente principal de la misión. Desde esta perspectiva hemos de enfocar nuestra visión. El cambio de paradigma en la teología de la misión es cada día más evdete. La misión del Espíritu –la Missio Dei– reconfigura nuestra comprensión del mundo y de la Iglesia. «La misión es una; los ministerios, múltiples» (AA2). Podemos decir: «La misión del Espíritu es una sola; cómplices del Espíritu somos muchas personas». Se hace necesaria una auténtica «conversión misionera» que afecte a personas, estructuras e instituciones, para que el Espíritu pueda contar con nuestra complicidad para llevar su misión adelante. Se trata de ceder el paso y no entorpecer la acción de quien es el verdadero protagonista de la misión: el Espíritu Santo. José Cristo Rey García Paredes, misionero claretiano, es doctor en Teología, catedrático en el Instituto Teológico de Vida Religiosa de Madrid (Univ. Pontificia de Salamanca) y profesor del Instituto Superior de Pastoral, así como docente invitado en diferentes centros de ámbito internacional (Europa-Asia- América). Gran conocedor de la vida consagrada a nivel mundial, ha sido nombrado Consultor de la CIVCSVA por el papa Francisco. Autor de varias obras de teología, destaca su labor de estudio y sus obras referidas a la vida consagrada, que han sido traducidas a varias lenguas. Ricardo Senabre, la crítica como enseñanza
  • 13. Muere a los 78 años uno de los grandes críticos de nuestro país, estudioso de la literatura y colaborador de El Cultural desde los comienzos de la revista. EL CULTURAL | 06/02/2015 Ricardo Senabre Ricardo Senabre, catedrático de Teoría de la Literatura y Literatura Comparada, crítico de El Cultural desde los comienzos de la revista y una de las voces más respetadas de la literatura española, ha muerto a los 78 años a causa de una complicación en la enfermedad pulmonar que padecía. Vinculado durante toda su vida a la docencia, Senabre fue catedrático de Teoría de Literatura de la Universidad de Salamanca desde 1986 y honorable profesor emérito de la misma universidad hasta su muerte. Nacido en Alcoy, Alicante, en 1937, se licenció en Filología Románica en 1960 y obtuvo el grado de Doctor en 1963 en la Universidad de Salamanca, con una tesis sobre el lenguaje y estilo de Ortega y Gasset. En ambos casos obtuvo Premio Extraordinario. Su capacidad fue pronto recompensada y a partir de 1967 fue el encargado de la cátedra de Historia de la Lengua Española, en donde se desempeñó durante tres años. A continuación pasó a la cátedra de Gramática Histórica de la Lengua Española de Granada. Aquellos fueron tiempos fecundos en la trayectoria de Senabre, que creó entonces el Colegio Universitario de Cáceres, luego transformado en Universidad de Extremadura, en donde fue Decano en dos periodos sucesivos. En un ciclo de conferencias impartidas en 2012 en esa misma institución, insistió en la "erosión" que, a su juicio, sufre el lenguaje en el periodismo y la literatura contemporáneos. Fue una de sus luchas constantes, también desde las páginas de El Cultural, desde donde ejerció la crítica con una independencia y un rigor característicos: "No me he sentido nunca presionado por editoriales ni premios", contó en una entrevista. "Vivo en un lugar pequeño, apartado de la capital y de las capillitas. No reseño libros de amigos. Y cuando pongo reparos a una obra, desearía que el autor entendiera que no son en absoluto personales, y que, para mí, el escritor tiene, por serlo, todo el respeto y el aprecio imaginables, porque ejerce una actividad nobilísima". En 1975, con la Universidad de Extremadura ya creada, fue nombrado catedrático de Gramática General y Crítica Literaria. Y llegaron las distinciones: la Encomienda de Alfonso X el Sabio, la Medalla de Extremadura y la Medalla de Oro de aquella Universidad. Para Senabre, la docencia era inseparable de la crítica. "Los profesores y los críticos tienen una labor orientadora inexcusable", decía. Y a ello, a orientar y señalar errores, se dedicó no solo durante sus cuarenta y ocho años de docencia, sino también en cada una de las reseñas que publicó hasta el final de su vida. Pese a mantener siempre una
  • 14. postura crítica con ciertos usos lingüísticos y literarios, nunca cayó en la jeremiada, y asumía que cada época tiene sus excesos y que, al final, el tiempo hará su inevitable criba: "Si ahora echamos la vista atrás, ¿cuántos grandes novelistas había en el siglo XIX? Pues Galdós, Pardo Bazán y poco más. Existían muchos, pero ¿cuántos recuerdan en la actualidad a esa enorme cantidad de escritores folletinescos o de novelas históricas?". Creía en el poder de la educación. Y en la fuerza de la lectura como creadora de ciudadanos libres, y por eso lamentaba el actual arrinconamiento de las humanidades en las escuelas: "La educación es básica - dijo en un coloquio posterior a una de sus conferencias en la Universidad de Extremadura-. Se han suprimido en la educación elemental de los primeros años los dictados, los ejercicios del lenguaje... Cuando yo estudiaba el ingreso de Bachillerato se hacían todos los días dictados, me obligaban a leer en voz alta textos en prosa y verso, me corregían si leía mal los versos y no hacías las pausas adecuadas... Todo eso ha desaparecido". Conferenciante, investigador y ensayista, Senabre publicó más de doscientos cincuenta trabajos de investigación aparecidos en revistas especializadas de países como España, Alemania, Estados Unidos, Holanda o Francia. Y escribió libros fundamentales, empezando por su tesis doctoral, Lengua y estilo de Ortega y Gasset (1964), pero también, y entre muchos otros, La poesía de Rafael Alberti (1977), Gracián y "El Criticón" (1979), Introducción a la poesía de Eugenio Frutos (1982), Literatura y público (1987), Escritores de Extremadura (1988), Antonio Machado y Juan Ramón Jiménez: poetas del siglo XX (1991), Capítulos de historia de la lengua literaria (1998), Estudios sobre fray Luis de León (1998), Claves de la poesía contemporánea: de Bécquer a Brines (1999) y Metáfora y novela (2005). Para Senabre, la literatura era "el más formidable instrumento de comunicación creado por el ser humano". Pues, decía, nos permite escuchar y conocer "las experiencias, los sueños, las emociones o las fantasías de millones de personas que nos han dejado su voz y su mensaje". "No hay Facebook de mayor alcance", dijo en otra ocasión. La literatura, así pues, como un modo de enriquecer nuestro pequeño mundo, de ampliarlo, de conocer costumbres y pasiones que tal vez nos eran desconocidos, de compartir las desdichas o la felicidad de personajes que existieron o pudieron existir. "¿Hay algún libro de psicología que pueda enseñarnos más sobre los celos que el Otelo de Shakespeare?", se preguntaba en un cara a cara con Joaquín Marco. "Tengo mucha curiosidad, eso me mantiene vivo y me divierte", declaró en una sus últimas entrevistas. Y es que el profesor no dejaba pasar ni un día sin leer un rato de forma desinteresada; es decir, sin leer, o releer, aquellos libros por los que sentía devoción, novelas, cuentos o poemas que le gustaba disfrutar sin la urgencia de la reseña ni del análisis filológico. Estaba a favor, decía, de la lectura como una "actividad placentera y no como un deber penoso que suscita el rechazo", tal y como se entiende hoy en los planes de estudio. A la literatura española dedicó la práctica totalidad de su labor investigadora. Ediciones anotadas de Valle-inclán, Zorrilla, Fray Luis de León, Ortega y Gasset, Unamuno, Pío Baroja, Pedro Caba, Cristóbal de Mesa, y tantos otros. Nunca dejó de recibir premios y el conjunto de su trayectoria investigadora y docente fue recompensado en 2004 con la Medalla de Honor de la Universidad Menéndez Pelayo. Formaba parte de los consejos editoriales de diversas revistas filológicas, como Anales de la literatura española contemporánea, Tropelías, Glosa, Analecta malacitana, Anuario de Estudios Filológicos, y Epos, entre otras. Y era miembro permanente del jurado del Premio Príncipe de Asturias de Comunicación y Humanidades. Ricardo Senabre será incinerado en Alicante, en donde, durante los últimos años, pasaba largas temporadas junto a su mujer. José Luis Pardo: “La filosofía no tiene una rentabilidad inmediata o directa, ni económica ni política. Pero eso no quiere decir que no tenga consecuencias”
  • 15. La lechuza es desde tiempos inmemoriales símbolo de la filosofía Entrevista de Carlos Javier González Serrano a José Luis Pardo para Filosofía Hoy Catedrático de la Universidad Complutense y profesor en la Facultad de Filosofía, José Luis Pardo (Madrid, 1954) es autor de numerosos libros que han obtenidos galardones tan prestigiosos como el Premio Nacional de Ensayo de 2005 por La regla del juego. Su extensa labor como traductor y comentarista de las obras de Gilles Deleuze ha hecho de él uno de los expertos más respetados en el pensamiento de este filósofo y, por derecho y méritos propios, una de las figuras más reconocidas del panorama filosófico español y europeo. Mantiene con regularidad una columna de opinión en el diario El País, donde es posible rastrear el sello de su propio pensamiento. Su esfuerzo por aventurarse a hacer hoy filosofía, más allá del mero y erudito estudio de su historia, ha convertido a José Luis Pardo en una referencia contemporánea, y a muchos de sus libros (como Deleuze: violentar el pensamiento, Nunca fue tan hermosa la basura, Estética de lo peor o Esto no es música) en obras de consulta obligada para quienes desean acercarse a la filosofía actual. Paul Ricoeur escribía en Tiempo y narración: “La historia que la filosofía hegeliana toma como tema no es ya una historia del historiador: es una historia del filósofo”. ¿Qué lugar ocupa, social y académicamente, la filosofía en la actualidad? Hace unos cuantos años, yo le hice una pregunta parecida a esta al profesor Michel Serres, y recuerdo su respuesta; me dijo: “La sociedad siempre es vieja, la filosofía siempre es joven”. Quizá peco de optimismo infundado, pero yo creo que sigue siendo así. Nuestra sociedad está cada vez más cansada, más envejecida ideológicamente, menos esperanzada, pero la filosofía está como nueva. Ya sé que no tiene el “poder simbólico” que tenía en el XIX, al que se refería la cita de Ricoeur sobre Hegel, pero a mí eso no me preocupa. Otra cosa es cómo están las Facultades de Filosofía de nuestras universidades e institutos y cómo están los profesores de esta materia. Hasta ahora, no tenían una mala imagen en la sociedad, pero probablemente ahora, en el trance económico en el que nos encontramos, eso empeorará (porque todo lo que no sirva para crear empleo va a estar muy mal visto por los neoliberales –más bien neoconservadores– y neopopulistas que tanto abundan hoy). Académicamente, la filosofía ya ha sufrido un ataque importantísimo (en la Secundaria y en la Universidad), pero me temo que también esto irá a peor. Y lo más preocupante es que el otro frente filosófico, el de los libros, también atraviesa un momento crítico. Si, con todo, la filosofía está más tranquila que otros en esta situación es porque nunca sirvió para ganar dinero, que es lo que hoy nos preocupa principalmente. Pero aunque haya gobiernos miopes, épocas miserables y hasta países entregados a la mezquindad creo que la filosofía saldrá de esta, como ha salido de otras peores. A propósito de cómo nos contamos a nosotros mismos lo que sucede… En uno de sus artículos en El País (“Había una vez una crisis”), apunta que “desde hace algún tiempo venimos notando un cierto cansancio narrativo, una especie de fatiga que ya se ha convertido un poco en hartazgo y otro poco en indiferencia”. ¿En qué consiste tal cansancio? Tengo la impresión de que se ha querido hacer de la crisis económica un relato con un principio (causas o culpables), un nudo (la deuda impagable) y un desenlace (la “salida” y el “crecimiento”), que siempre es algo muy tranquilizador. Pero ha pasado mucho tiempo desde que empezó a contarse este cuento, hemos perdido de vista el principio (los responsables se difuminan en una culpabilidad colectiva, las causas se pierden de vista) y el supuesto desenlace que todas las semanas se anuncia próximo se aleja cada vez más y más (¿2014? ¿2020? ¿2025?). La capacidad de atención narrativa de los mortales es limitada. Cuando
  • 16. una historia es demasiado larga ya no podemos vincular los episodios entre sí, nos aburrimos y perdemos el hilo. Por eso el relato parece cada vez más increíble. José Luis Pardo (fotografía: Roger Marrón) ¿Puede auxiliar de alguna manera la filosofía a la política en sus tareas gubernamental y legislativa? ¿Cómo? La filosofía no tiene una rentabilidad inmediata o directa, ni económica ni política. Pero eso no quiere decir que no tenga consecuencias. De hecho, la mayor parte de las disciplinas científicas (tanto las más teóricas como las más experimentales) proceden en última instancia de ese estilo de pensamiento instaurado por la filosofía, por no hablar de otros conocimientos prácticos e incluso de patrones morales. Pero estas “consecuencias” de la filosofía requieren, para concretarse, de toda una serie de mediaciones institucionales, del mismo modo que, pongamos por caso, se requieren toda una serie de mediaciones para que los conocimientos de “física fundamental” se transformen en dispositivos tecnológicos en manos de los usuarios de todo el mundo. Quienes buscan en la filosofía soluciones rápidas y utilidades de fácil aprovechamiento, ya sea en materia política como en cualquier otro campo, se equivocan de plano: no solamente pervierten la propia actividad (por ejemplo, la política) que quieren “mejorar” con un barniz filosófico (preferentemente “ético”, en este caso) que no es más que fachada, sino que también degradan a la filosofía convirtiéndola casi siempre en sofística y palabrería para mercachifles. Aristóteles explicaba –Política, V, 11– que la tiranía encierra tres objetivos principales: que los ciudadanos piensen poco, que desconfíen unos de otros y que no puedan actuar. ¿Se puede encontrar alguna familiaridad entre esta descripción aristotélica del gobierno despótico y las actuales estructuras de poder en Occidente? Sin duda. Hay un “aire de familia” entre todas las tiranías, seguramente provocado por el hecho de que su mecanismo fundamental es siempre el miedo, y eso hace que algunas descripciones de los antiguos le vengan como anillo al dedo del mundo contemporáneo, porque, en el fondo, los hombres no hemos cambiado tanto. En otro sentido, por supuesto, el Estado moderno es completamente distinto de la polis griega, aunque no podemos dejar de ver en el primero un efecto (lejano, quizá lleno de malas interpretaciones y hasta de mala fe) de la segunda. Solemos reservar el nombre de “tiranía” para el tipo de perversión de la política característico de las sociedades “antiguas”, mientras que para las perversiones modernas tenemos otros nombres como “totalitarismo” (aunque no sea esta la única perversión posible, es desde luego una patología peculiar del Estado moderno). La descripción aristotélica de la tiranía, tal y como la leemos desde nuestros días, parece sugerir que los tiranos sí que piensan, confían y actúan. El problema es más bien que hoy son los gobernantes quienes parecen no pensar, no confiar unos en otros y ser incapaces de actuar. Parece que la liquidez del tiempo a la que se refiere Zygmunt Bauman se ha convertido en una característica del presente. ¿Pero acaso “no podemos medirlo”, no contamos “con relojes y calendarios, y cuando pasa un mes, pasa para mí, para ti y para todos nosotros”, como interrogaba Joachim a Hans Castorp en La montaña mágica de Thomas Mann? ¿En qué sentido se han desdibujado las fronteras temporales en la actualidad? De una manera semejante a como las nuevas tecnologías han servido de instrumento para un empequeñecimiento del espacio (la velocidad de las comunicaciones hace que lleguemos en seguida –en el mundo virtual y en el real– a cualquier parte), se ha producido también un estrechamiento del tiempo y un salto cualitativo en su indiferenciación. El estrechamiento se debe a lo que suele llamarse “el imperio del corto plazo”: ya nadie –ni los individuos, ni las instituciones, ni los Estados– puede hacer planes de futuro a largo plazo, todos los consensos y acuerdos se volatilizan en la fluidez de una situación que cambia con tanta rapidez y con tanta volubilidad como los tipos de interés financiero, y cualquier construcción de sentido se ve constantemente amenazada de caducidad por estos cambios constantes que agujerean las biografías personales, laborales o académicas de la gente y las políticas de las instituciones colectivas. Si esto comporta una descualificación mayor del tiempo es porque la experiencia de una temporalidad dividida en tramos (años, meses, días, horas) ha sido sustituida por la de un continuum indiferenciado que constantemente es vaciado de todo contenido y vuelto a rellenar con otros contenidos igualmente efímeros (contenidos de relleno, en definitiva).
  • 17. Cada vez vemos menos la portada del periódico con las noticias relevantes del día jerarquizadas por su importancia según el criterio de los editores, porque se encuentra hoy amenazada por una única y multiforme (o amorfa) pantalla de cristal líquido que se va modificando a cada instante al ritmo de los “clics” de los usuarios; y, así mismo, nuestras horas, días o semanas son cada vez más incapaces de albergar un sentido mínimamente consistente, y dependen cada vez más de los rellenadores de contenidos, permanentemente ocupados en impedir que haya vacíos. Y hay una clase específica de malestar y de sufrimiento asociada a esta experiencia, aunque todavía sea difícil de detectar y de nombrar. En Esto no es música. Introducción al malestar en la cultura de masas (Galaxia Gutenberg, 2007) lleva a cabo un exhaustivo análisis de la cultura pop. Culmina el libro con un curioso texto sobre la serie de televisión Smallville (sobre las cuitas de un joven Clark Kent –incipiente Superman–). Al hilo de este comentario, aduce que el concepto de identidad “se ha convertido en la más tiránica y rígida de las exigencias individuales, en el más grave de los problemas políticos”. ¿Nos está permitido, en el escenario social y político actual, cobrar conciencia de quiénes somos… a pesar de las circunstancias? ¿Es posible disociar aquello que elegimos libremente de lo que nos es impuesto – más o menos explícitamente–? A partir de cierto momento de nuestra historia reciente, tenemos la sensación de que los “problemas de identidad” (y los conflictos entre identidades) han sustituido a los “problemas sociales” (y a los conflictos de clase) como plataforma interpretativa de lo que nos pasa e incluso como explicación de las derrotas y las victorias políticas. Y no es que yo tenga nostalgia de aquellos tiempos en los que “la lucha de clases como motor de la historia” pretendía explicarlo todo. Lo que digo es que la identidad, políticamente entendida (con lo que comporta de apelación a cosas tales como el orgullo, las ofensas y las deudas de honor), es un concepto agónico (se construye por contraposición irreductible a otras identidades) y que socava el fundamento mismo del pacto social, de tal manera que las “políticas de la identidad” son una forma de reproducir, a escala micro o macro, ese tipo de enfrentamientos cuyo modelo son las viejas guerras de religión y que justamente el Estado de Derecho nació para zanjar (por tanto, el resurgimiento reformulado de esta clase de conflictos es un síntoma más de la decadencia del Estado de Derecho). En el plano personal, la obsesión por la identidad o la “angustia” de la identidad es una patología propia de la adolescencia, y por tanto su generalización es coherente con un tiempo en el cual, como antes decíamos, nadie consigue construir narrativamente su historia porque le cambian el guión en cada capítulo. Llegar a ser un individuo siempre significó, en el contexto ilustrado, elevarse desde el plano de lo propio (de los “nuestros” en términos étnicos, familiares, sexuales, lingüísticos, etc.) al de lo universal. Ahora, sin embargo, lo entendemos más bien como la ruptura de los vínculos sociales y el encierro en lo particular irreductible. No estoy seguro, en definitiva, de que la cuestión de tomar conciencia de nosotros mismos sea la misma que la cuestión de la identidad: al contrario, yo lo definiría como el problema de la intimidad, es decir, de aquello que justamente hace imposible el encierro en una (supuesta) identidad irreductible y arrojadiza. “[There’s] nothing you can say but you can learn how to play the game”, escriben Lennon y McCartney en “All You Need is Love”. Si extendemos la metáfora del juego al capitalismo voraz, ¿nos ofrece la filosofía alguna herramienta para poder “decir” algo sobre él, de tal forma que nos permita “jugar al juego” del capitalismo con cierta conciencia, bajo nuestra propia responsabilidad? ¿O estamos fatalmente perdidos? Nuestra condición siempre ha sido la de unos “jugadores” que tienen que comenzar a jugar antes de conocer exactamente cuáles son las reglas del juego. La filosofía no es una solución para poder descubrir anticipadamente esas reglas y así jugar con mayor seguridad o con garantías totales. Es solamente el experimento que consiste en convertir esa condición nuestra, ineludible, en una investigación acerca de qué significa exactamente que haya reglas y cuál es el modo en que pueden descubrirse, cuestionarse, modificarse o seguirse, con la desmesurada pretensión de intentar saber, al final, algo más sobre este juego de lo que sabíamos al principio. Si queremos llamar “capitalismo” (un concepto bastante difuso y cargado de ideología) a las aguas en las cuales intentamos no ahogarnos (por lo menos, no inmediatamente), los intelectuales no podemos hacer otra cosa que situarnos en el plano del discurso, en el plano de la argumentación, y especialmente cada vez que esta tiende a hacerse imposible o inoperante
  • 18. en virtud de unas leyes supuestamente ciegas e infalibles, porque también el juego del capitalismo necesita algo más que capital para poder jugarse. Podemos estar perdidos, pero nunca “fatalmente”. La comunidad universitaria asiste a una subida histórica de tasas. En Nunca fue tan hermosa la basura (Galaxia Gutenberg, 2010), explica que, cuando la “sociedad del conocimiento” queda ligada a “la obtención de financiación externa” y a las demandas empresariales, la formación universitaria es violentamente mediatizada y expuesta a “las variables condiciones del mercado”. ¿Qué futuro le depara, en este sentido, a la filosofía? ¿Apostaría, en la línea de Jordi Llovet, por el “fin de las Humanidades”? No cabe duda de que asistimos a una suerte de “fin de las humanidades” y de la institución universitaria tal y como fue concebida por la Ilustración, y no solo por la subida de las tasas: yo suelo decir que “Bolonia era esto”, es decir, que primero se desarticulan los mecanismos que el conocimiento superior tiene para desarrollarse autónomamente y evaluar su calidad al margen de criterios políticos, morales o económicos, y después es muy sencillo desmontar el aparato mismo de las universidades por razones de urgencia económica o de alarma laboral. No digo que el espíritu universitario ilustrado esté muerto para siempre, pero estoy seguro de que en este punto se han producido y se están produciendo daños que, si no son irreversibles o irreparables, costará muchísimo tiempo y muchísimo esfuerzo reparar o revertir. Aunque esto podría decirse de todo el conocimiento científico, las humanidades son en particular la prueba de que una sociedad no se orienta exclusivamente, como dice Martha Nussbaum, por el “ánimo de lucro” (y ello no porque seamos altruistas o no nos gusten las ventajas materiales, sino porque, por suerte o por desgracia, la condición humana mortal no se satisface únicamente con la lógica del beneficio). Cuando esta prueba desaparece o es cuestionada, como antes decíamos, nos estamos fraguando un tipo de infelicidad o de malestar que, aunque es muy antiguo, es también muy propio de nuestro tiempo. La discusión parece ser ahora, lamentablemente, la de quién “capitalizará” ese malestar. Y digo “lamentablemente” porque con el malestar la cuestión no es la de atesorarlo o sacarle rendimientos electorales, sino la de reducirlo o paliarlo. El G6 del arte Están al frente de seis relevantes instituciones culturales. Lideran algunos de los museos más importantes del mundo. ‘El País Semanal’ les ha pedido que posen junto a la obra favorita de sus pinacotecas y cuenten las obsesiones comunes a todo director de gran museo. Jesús Ruiz Mantilla 6 FEB 2015 - 00:00 CET Miguel Zugaza, director del madrileño Museo del Prado, posa junto a 'Las meninas', de Velázquez. / Sofía Moro Por extraño que pueda parecer, este es el tiempo de los museos. Por muy obsesionados que andemos con las prisas o precisamente gracias a eso, necesitamos detenernos para dedicar un largo espacio en nuestras vidas a la mera contemplación. Una experiencia íntima, el contacto visual, un diálogo en silencio con la belleza, el misterio, la intriga, la atracción de una obra de arte elevan al ciudadano contemporáneo hasta
  • 19. el punto de merecer la pena la espera, el desplazamiento, incluso la aglomeración. ¿La recompensa? Un momento de confesión, sin más celosía que las pertinentes medidas de seguridad, con piezas irrepetibles, originales, únicas, en plena época de distribución masiva en serie de todo tipo de objetos o manifestaciones, incluidas las culturales. El valor de lo que no se puede volver a producir y ha quedado consagrado para la historia en mitad de un pulso contra el tiempo, del que ha salido ganando. La poderosa singularidad de la obra de arte. El museo es la casa del pintor, comenta Eduardo Arroyo en su particular Guía del Prado. El refugio donde se inspira, el techo que cobija la identidad del creador. Son sendas por recorrer, respuestas, indicaciones, su brújula. Pero también es el gran foro ciudadano: un prominente lugar de reunión para el disfrute y la reflexión. Para el asombro, la emoción callada y la admiración. Quienes llevan sus riendas hoy en día se desenvuelven en las fricciones propias del presente. Quizás seamos hijos de la época más regocijante, abierta, plural y contagiosa que haya existido nunca en cuanto a la relación de la cultura con la ciudadanía. Los retos del silencio y la paz que requieren los museos, la experiencia casi de comunión religiosa que podríamos demandar a la contemplación del arte a menudo no se corresponden con el recurrente, aunque no permanente, tumulto que se vive en los grandes museos. El País Semanal ha propuesto a seis responsables de algunas de las principales pinacotecas del mundo una cruda elección rayana casi en el fetichismo. Cada uno de ellos debía elegir de la colección que tiene a su cargo una sola obra y posar con ella. El Louvre, museo más visitado en 2013, recibió el año pasado a 10 millones de personas Miguel Zugaza se pliega ante el emblema de Las meninas, de Velázquez, en el Prado. Nicholas Penny, dentro de la National Gallery de Londres, ha elegido Un concierto, de Lorenzo Costa, donde se plasma un palpable diálogo entre la música y la pintura. Wim Pijbes, en el Rijksmuseum de Ámsterdam, se ha decantado por el revuelo asustadizo de El cisne amenazado, de Jan Asselijn. Sabine Haag, del Museo de Arte Histórico de Viena, apuesta por el Salero, de Benvenuto Cellini, una escultura de mesa en oro y marfil, robada y felizmente recuperada. Jean-Luc Martinez, en el Louvre, no se resiste ante la imponente Victoria de Samotracia en plena restauración, y Thomas P. Campbell, en el Metropolitan de Nueva York, escoge el Templo de Dendur. Todos los centros que dirigen fueron creados y abiertos al público en el siglo XIX. Más bien que mal, con las avalanchas y el interés de la gente en aumento, como pueden y les dejan –si descendemos al trauma de la última era de los recortes en el Prado, por ejemplo–, han ingresado ya en la dualidad real/virtual del siglo XXI. Un museo pudiera ser el mayor legado que las generaciones precedentes logran dejar a a sus hijos. Con esa concepción, heredera de la Ilustración, Europa fue abriendo en sus capitales y sus ciudades bandera las puertas de estos templos cívicos. Hoy, el efecto imán no es suficiente. Ni lo único por explotar. Hoy y mañana, los museos pueden trasladarse a nuestros hogares a través de Internet. Lejos de menguar el interés en la experiencia real, los avances tecnológicos la aumentan. Pero vayamos por partes. Una de las grandes preocupaciones de los directores de grandes museos no es detener las avalanchas – bienvenida sea cada vez más gente a sus salas–, sino ordenarlas. Una delegación de responsables de pinacotecas francesas acaba de visitar España para que les expliquen cómo abordar la apertura siete días a la semana. El Louvre, antes de su ampliación en la era de Mitterrand, recibía 2,7 millones de visitas al año. La obra, con su famosa y polémica pirámide a la entrada, calificada además como faraónica, fue proyectada para acoger a cuatro millones. El complejo de Ramsés se quedó corto. La exhibición de grandeur también. En 2013, el museo parisiense fue el más visitado del año, con más de 10 millones de personas. La ola ha obligado a invertir 53 millones de euros en recomponer la acogida y los itinerarios. El hecho de que el Louvre continúe en una auténtica transformación para afrontar la creciente fiebre por el arte llevó a Jean-Luc Martinez, su director, a proponer una fotografía suya con la Victoria de Samotracia junto a un andamio. Quería dar testimonio de una de las restauraciones más cruciales del Louvre en los últimos tiempos. Simbolizar la constante carrera de un museo en pos del cuidado de sus tesoros. En este caso, los técnicos revisaron 20 piezas de mármol de forma separada para dejarlas como nuevas. Sabine Haag posa junto a 'Salero', de Benvenuto Cellini. / hans hochstöger “Tengo una relación afectiva con esta obra. Fue mi guía al entrar a un museo por primera vez. A medida que recorría la escalera me atrapó su belleza, la magia que le aportaba al lugar”. Con el tiempo también le convirtió en experto en escultura griega, romana y etrusca: “Su virtuosismo, su capacidad de seducción…,
  • 20. su reto constante al conocimiento. Es una obra que, a medida que la estudias, nos confirma la sensación de que cuanto más creemos saber, más ignoramos”. Un lugar como el Louvre –con 2.300 empleados– quiere mantener su posición en el mundo de hoy. Un mastodonte así, cuyo tiempo medio de visita está en 2 horas y 40 minutos, con un 60% de gente que pisa sus salas por primera vez, necesita estar a la altura de los tiempos: “Me hace feliz que cada vez acuda más gente al museo, que crezcan los aficionados a la historia del arte, nuestro reto consiste en ofrecer una experiencia personalizada”, comenta Martinez, que lleva dos años al frente de la institución. Abrir todos los días puede ser una solución a su avalancha. Se trata de una iniciativa que ha supuesto un giro primordial para las pinacotecas españolas. El Prado lo puso en práctica en 2012. Miguel Zugaza, su director, resalta la importancia de la medida y pone sobre la mesa los resultados. Más cuando en los últimos siete años el Estado ha recortado su aportación en un 60%. Zugaza se amarra a Las meninas para simbolizar la adelantada y profética visión que tuvo Velázquez en su día, reflejada en su cuadro: “El protagonista es el espectador ante la contemplación de una obra”. Un espectador que se suponía en posición de privilegio. De hecho, el cuadro colgó de las paredes donde despachaba Felipe IV: fue pintado para él. El tiempo expandió ese privilegio a todo el mundo. Al público global que hoy lo admira. “Desde que Luca Giordano lo calificara como la teología de la pintura, no ha bajado de su pedestal hasta hoy”, afirma Zugaza. Las meninas son emblema del Prado. Su protagonismo desafía al tiempo. Pero como símbolo de la diversidad de visiones que nos ofrece el presente, Zugaza también podía haber elegido El jardín de las delicias, de El Bosco. “Es una obra cuya visita en el museo resulta completamente distinta a la que puedes disfrutar si lo ves en alta definición en tu casa. En la sala sólo captas una experiencia limitada, si entras al detalle en el ordenador, descubres muchas más cosas”. El robo de una pieza es una de las obsesiones de la mente de un director de museo El cataclismo que la irrupción de Internet ha supuesto para los mercados de casi todos los sectores culturales ha producido en el mundo de los museos el efecto contrario: “Nos ofrecen la oportunidad de cumplir nuestra misión a escala global. Quien no pueda acercarse físicamente a Madrid, puede entrar en el Prado desde cualquier lugar del mundo”. Otro aspecto para el paradójico equilibrio del presente. No otra cosa supone dirigir un museo para Wim Pijbes, responsable del Rijksmuseum de Ámsterdam: “Resulta una acción de balance que se pone de manifiesto entre amplias y diferentes propuestas sin perder de vista los detalles más ínfimos”. Pijbes lo resume eficazmente con un proverbial arte de birlibirloque haciendo uso de los eslóganes: “Dar servicio a un público amplio con un toque personal. Transformar el Rijksmuseum en tu Rijksmuseum”. En ese aspecto, él ha elegido como símbolo este poderoso Cisne amenazado, de Jan Asselijn: “Por su fuerza, su soberana belleza que le otorga poder absoluto. Una vez contemplado, no puedes olvidarlo”. En tu retina queda el solemne revoloteo blanco en defensa de su nido, con la imagen de la amenaza ante la belleza que se revuelve haciendo valer la dignidad de su supervivencia. Bonita metáfora para los tiempos oscuros dentro de un cuadro pintado por el artista barroco holandés en 1650 y que para Pijbes merece la pena y justifica el esfuerzo de una visita. “En un mundo de preponderancia virtual y vida acelerada, el valor de experiencias auténticas atrae cada vez a más gente”. Con todos los inconvenientes que ello puede conllevar. Con las dificultades que supone armonizar la transformación de instituciones creadas para minorías en el XIX a recintos para mayorías en el XXI. Nicholas Penny, responsable de la National Gallery en Londres, que abandona este año el cargo, reflexiona sobre la metamorfosis: “Nuestros centros, creados hace dos siglos para poblaciones más reducidas, no se han desarrollado lo suficiente para desenvolverse en la sociedad del turismo de masas. Contamos con un enorme volumen de visitas en la National Gallery –más de seis millones–, y eso supone una gran dificultad para el disfrute tranquilo de algunas de nuestras obras. Me pregunto a menudo cómo se las arregla un joven artista a la hora de estudiar la obra de Rafael o Miguel Ángel en el Vaticano. Es un auténtico problema y lo será mayor para mis sucesores y quienes llevan museos en París, Florencia o Roma, más que para nosotros”. Los museos más concurridos de Londres –El Británico, la Tate Modern y la National Gallery–, se colocan año tras año a la cabeza de la lista de los 10 más visitados del mundo. “Existe una gran reticencia en las sociedades democráticas a expresar cualquier cosa que sugiera que lo popular es malo. Pero resulta innegable que a menudo los libros más vendidos no son los mejores. Lo mismo ocurre con las exposiciones más visitadas. No son siempre las mejores, lo mismo que las obras de arte favoritas del gran público”, afirma Penny.
  • 21. Thomas P. Campbell, director del MET de Nueva York, posa junto al templo de Dendur. / Ana Nance Las creencias e intereses de cada época se dan la mano, según el responsable de la National Gallery. “No siempre el verdadero amor al arte mueve a los turistas a sentir que deben contemplar una obra; lo mismo que en la época medieval, no era siempre el fervor lo que motivaba a los peregrinos a viajar a pie largas distancias”. Aunque eso no ensombrece lo fundamental: “Para mí es un hecho y afronto con una enorme convicción que los museos pertenecen a la gente y no deben ser tratados como un recurso para los privilegiados o los mejor educados”. Para manejarlo se requiere un perfil con determinadas características: “No es fácil. Debe tratarse de alguien experto en la materia y con una considerable experiencia de comisariados y organización de exposiciones, asimismo con disposición de emplear tiempo en labores administrativas, así como habilidades para la dirección, la influencia y la recaudación de fondos de donantes. Queda poco tiempo en cambio para acudir a la biblioteca, organizar como quisiéramos las exposiciones o ayudar a un joven colega en una investigación, es necesario sacrificar mucho de lo que nos gusta, pero, aun así, el trabajo tiene sus recompensas”. Como disfrutar las veces que uno lo desee de una íntima relación con las obras que adora. Es el caso de Un concierto, pintura de Lorenzo Costa. La pieza junto a la que Penny ha elegido posar: “Me impresionó desde el primer día que pisé el museo con mi padre en 1950”, recuerda Penny. Debió ser grande el impacto. Porque hoy, el responsable de la pinacoteca prepara un catálogo sobre el arte proveniente de Bolonia y Ferrara en su colección. “Como historiador del arte me resulta fascinante. Para mí representa el inicio de un género que floreció después durante siglos y que resultó especialmente atractivo para los seguidores de Caravaggio”, comenta. El arte de recaudar fondos resulta fundamental en estos tiempos. En EE UU sacan ventaja porque las instituciones culturales apenas cuentan con aportaciones de los Gobiernos. Pero en Europa se ha debido forjar una generación de gestores que ha tenido que aprender a cabalgar a partes iguales entre el dinero público y privado. El caso de Zugaza y el Prado en España representa mejor que nadie ese viaje con un cambio de estatus legal incluso en el museo. Atrás quedan los tiempos en que la pinacoteca madrileña vivía prácticamente a cargo del Estado. Hoy, el 70% de los fondos de su presupuesto –42 millones de euros– los aporta el museo. Aunque no es lo deseable: “Lo ideal sería que del Estado provenga la mitad y la otra parte quede equilibrada con las recaudaciones de visitas y las aportaciones privadas”, comenta Zugaza. Nicholas Penny, director saliente de la National Gallery de Londres, posa con 'Un concierto', de Lorenzo Costa. / Manuel Vázquez No es el caso del Metropolitan de Nueva York: con fondos en su mayoría privados, sigue desarrollando formatos que atraen gran público y marcan tendencia en la gran liga mundial del patrimonio. Para Thomas P. Campbell, su director, la excitación de dirigir el Met reside en la mezcla de varios campos: “La tecnología, el viaje, la formación, marcarse metas que unan la utilidad con la creación”, asegura. O un sencillo traslado a través del tiempo. Como ha hecho él al elegir El Templo de Dendur, obra egipcia del siglo I antes de Cristo, regalo del Gobierno de dicho país a Estados Unidos en 1965. Hoy puede apreciarse desde Central Park a través de unas grandes cristaleras en las, según asegura Campbell, “se simboliza el aroma de convivencia entre la antigüedad y la vida moderna en un palpable sentido de la historia dentro de un ambiente que lo torna real y muy relevante al tiempo”. El director del MET recuerda también la primera vez que lo vio: “Me impactó su poderío, la monumentalidad transportada. Se ha convertido en uno de los grandes iconos del museo, me impresiona cómo la obra nos habla de la resistencia de la cultura, de su supervivencia; conlleva un gran mensaje para el mundo presente”. El de la prisa, la masificación, donde, según él, resulta un reto guiar al visitante hacia los lugares aislados: “Existen muchos dentro de nuestro museo y, aunque son difíciles de encontrar, representan mejor que las colas o los amontonamientos la mágica experiencia que uno puede vivir dentro”. Siempre que no sea la que se dio en el Museo de Historia del Arte en Viena un 11 de mayo de 2003. Lo cuenta Sabine Haag, su responsable desde 2009. Puso de manifiesto otro de los problemas fundamentales en la mente de cualquier director: el robo de una pieza. Dejamos el punto de thriller para el final. “Era la Noche de la Música, se cerraba tarde. Algunas alas del edificio estaban en restauración. Un hombre aprovechó los andamios, rompió una ventana y se llevó el Salero, de Benvenuto Cellini, una de nuestras obras más preciadas. Tardó 90 segundos. No había nadie, al día siguiente fueron las señoras de la limpieza las que se dieron cuenta de que faltaba”. El ladrón resultó ser empleado de una empresa de seguridad. “Estaba familiarizado con nuestras medidas.
  • 22. Fue todo un revuelo en nuestro país y fuera. Por eso no pudo colocarla, entre el seguro y la policía acabaron atrapándole. Les dijo que había enterrado la pieza en un bosque cercano a la ciudad. En enero de 2006, volvió al museo”. Hoy es la obra que Sabine Haag considera su emblema. “Viví todo eso como directora de la colección, cuando nos fue devuelta pueden imaginarse lo que nos emocionamos”. Teresa de Jesús MJ / Teresa de Jesús paso por Sevilla, donde vivió experiencias duras, como la negativa del obispo a que fundaran sin renta, los apuros económicos, las denuncias a la Inquisición… Y también gozosas, como el reencuentro con su hermano Lorenzo y la presencia de su sobrina Teresita. En Sevilla, a su marcha, dejó una comunidad muy querida para ella, donde su amiga María de San José, una carmelita inteligente y culta, era la priora. De esta relación tenemos un riquísimo testimonio en su epistolario. Ahora, a los 500 años del nacimiento de la santa, en Sevilla se la recuerda y aprecia. “La palabra encendida de santa Teresa de Jesús” es el nombre del coloquio que organiza la Casa de los Poetas y las Letras de Sevilla en torno a los principales valores y claves de su obra y su figura literaria, en el marco del V Centenario. Participan:  Juan José Espinosa, poeta y crítico  Carla Carmona, profesora de filosofía de la Universidad de Extremadura y escritora.  Manuel Gregorio González es crítico literario y escritor. Desde hace más de veinte años colabora en prensa y es autor del blog “Arte inútil”.  Abel Feu es licenciado en filosofía, poeta, editor y crítico literario. Se celebrará el jueves 19 de febrero de 2015, a las 19,30, en el Casino de la Exposición de Sevilla. Fuente: icas-sevilla.org Retrato de Fray Juan de la Miseria. Foto: Antonio S. Carrasco “Dios te perdone Fray Juan, que ya me pintaste fea y legañosa…” Pocas veces una retratada remató tan pronto su retrato. Fray Juan de la Miseria, el hermano carmelita que se atrevió a pintar a Teresa de Ávila, sí que debió mostrar una cara digna de retrato tras oír las palabras de la santa de Ávila… Teresa no nació en Sevilla, pero sí dejó aquí su huella, aunque quizás habría deseado no dejar ni el polvo de sus sandalias. Llegó a “esta tierra de promisión” en mayo de 1575, acompañada de pocas monjas, muchos recelos y muy poco dinero. Su primera casa estuvo en la calle de las Armas, actual de Alfonso XII, donde la incipiente comunidad sobrevivió con un ajuar escaso, sobre unos colchoncillos que según las monjas “estaban acompañados de mucha gente como piojos, chinches y otras molestas visitas”. No fue este el peor trago para la Santa de Ávila ya que tuvo que defenderse de un proceso de la Inquisición firmado en el Castillo de San Jorge de Triana a comienzos de 1576. Supo salir airosa y, con apoyos como el de Lorenzo Cepeda, pudo trasladarse en ese año a una nueva casa en la calle Pajería, la actual Zaragoza según nos recuerda un azulejo en el cruce con Doña Guiomar. Se conserva el lugar en las cercanías a la Plaza Nueva, un rincón que parece llevarnos a la Sevilla del siglo XVI. No permaneció mucho más tiempo la santa en Sevilla pero sí su fundación. En 1586, con la autorización de San Juan de la Cruz, se trasladaron las carmelitas descalzas a unas casas del barrio de Santa Cruz. Allí siguen orando y trabajando desde hace más de tres siglos en el convento de San José, conocido como Las Teresas. Siempre es buen momento para buscar el rostro de la santa en su rincón de la antigua judería: un atrio
  • 23. silencioso, los recuerdos de San Juan de la Cruz, la iglesia de Vermondo Resta, los retablos con imágenes carmelitas, la Inmaculada de Juan de Mesa, el Niño Jesús Quitito, las obras de la Roldana… En la pequeña sacristía nos interroga el retrato de la santa, un icono verdadero y real, mascarilla de vida, una obra que no gustó a la santa. La escoltan sus zapatillas, un tambor, sus hábitos, ostensorios y relicarios… Junto a su retrato parece hablarnos el original de una de las grandes obras de la santa abulense, el original del libro de Las Moradas. Tan vivo retrato de la santa como la carta final que dejó en 1576 hablando de la ciudad: “Las injusticias que se guardan en esta ciudad, la poca verdad, las dobleces… Yo le digo que con razón (Sevilla) tiene la fama que tiene. Yo confieso que la gente de esta tierra no es para mí y me deseo ver ya en la tierra de promisión. La abominación de pecados que hay por aquí son para afligir harto. El Señor lo remedie…” Sevilla, ciudad imposible para la santa. Laus Deo. Retrato de una dama, Abec, Sevilla, 2013. Teresa de Jesús, vida y verdad MJ / 6 horas ago El próximo 28 de febrero a las 20:30 h. se estrena la obra teatral “Teresa de Jesús, Vida y Verdad”, en el Centro de Congresos y Exposiciones Lienzo Norte de Ávila. Con un lenguaje sencillo, actual y ágil que adentra y hace disfrutar a todo aquel que tenga interés en conocer a esta gran mujer y santa que sigue tan “viva” 500 años después. Juan del Santo y Candelas Pérez han adaptado el guion de la obra: Vuelve a escribir Teresa de Jesús escrito por la Madres Carmelitas de San José de Ávila La obra será interpretada por la actriz abulense Candelas Pérez y dirigida por Juan del Santo, actor madrileño de cine y teatro; director y productor de documentales religiosos, estando parte de su obra seleccionada en la Filmoteca del Vaticano; profesor de oratoria y colaborador del prestigioso profesor de interpretación neoyorquino Bob MC Andrew. En su último trabajo ha sido coguionista y actor del largometraje “FLOW”, película seleccionada y premiada en diversas categorías en Europa… La vida de Teresa de Jesús estuvo llena de contrastes, fue una de las mejores plumas del Siglo de Oro español, una mujer de acción valiente y audaz pero sobre todo una mujer con una intensa, apasionada y apasionante búsqueda interior y una referencia en el panorama de la mística universal. Se me hace imposible definir a Teresa y hacerlo supondría limitarla, lo único que podemos hacer es representar lo que honestamente pensamos y percibimos que esencialmente fue, una mujer que verdaderamente penetró en el misterio del espíritu y que halló a Dios en lo más profundo de su ser. En definitiva una mujer que amó a Dios con todo su corazón, toda su alma y toda su mente. Teresa es maestra de oración, pero sobre todo de vida. En ella la oración es acción y en cada acto, ora. Ésta ha sido nuestra labor y ojalá nos hayamos aproximado en alguna medida. Les deseamos que disfruten de este monólogo tanto como nosotros lo hemos disfrutado en su elaboración (Juan del Santo) Estreno: 28 de febrero, a las 20.30 en el Centro de Congresos Lienzo Norte (Ávila). Precio entrada: 8€
  • 24. Yo soy uno de ellos Con cada uno he tenido alguna relación personal, aunque fuera indirecta. Y hoy, en plena Campaña de Manos Unidas, al repasar situaciones de hambre y de injusticia en el mundo me he identificado con personas que por la intervención de otros han tenido, al fin, algo de suerte en medio de su situación miserable. Soy Ernesto Guerrero. Tuve la suerte de visitar hace años a pueblos mixtecas en Guerrero (México) y revisar proyectos de Manos Unidos en la zona. En Cocula financiaba entonces un Proyecto de Líderes Sociales. No pase por alto el título del Proyecto, porque no en vano fue en el basurero de Cocula donde los matones oficiales remataron y quemaron a los cuarenta estudiantes de la Escuela Rural Normal de Ayotzinapa. Estuve con padres de normalistas y pudiera ser que saludara al padre o a la madre de algunos de ellos. Y hoy recuerdo la buena suerte de Ernesto Guerrero, el único que salvó la vida. Yo soy él y los demás que fueron asesinados. Y soy Sidi Kounta y siento su larga y dramática marcha desde el norte de Mali después de que el grupo islamista Ansar Dine asesinara a casi toda su familia. Él logró escapar y llegó un año más tarde a la valla de Melilla. Logró saltarla al tercer intento y dio por bien empleados todos los trabajos y terrores que sufrió para poder llegar y pagar el salto. Con sus treinta años trabaja en una empresa de limpieza y a pesar de sus negros recuerdos de hambre y de muerte que dejó en Mali, ha hecho las paces con la vida. Yo soy él y soy también los cientos y cientos de miles de africanas y africanos que buscan dignidad aun saltando vallas o medioahogándose en pateras. Boniface Tradé jamás olvidará lo del 12 de enero de 2010, el terremoto. Él vivía en el barrio Carrefour de Puerto Príncipe y su casa desapareció como cientos de miles de ellas por medio país. Han sido para él y para su familia años muy duros, pero han sobrevivido a todo. Y este verano tuvo la alegría de estrenar casa nueva a través de una cooperativa de la diócesis de Puerto Príncipe financiada por Manos Unidas. Es una casa de planta baja, hermosa y nuevecita. La ha pintado de azul. Cuarenta años de vida sin levantar cabeza, pero esta casa nueva en el barrio de Delmas, le ha hecho feliz. Y yo me siento Boniface y cuantos a través de Manos Unidas y de tantas ONGs de desarrollo humano se han encontrado con la vida. Y soy Manuela. Esta identidad es la que menos me cuesta y pongo nombre falso por si acaso. Yo soy Manuela y estoy sola en la vida, viuda de hace años, con un hijo que desapareció sin volver la vista y con una paga pequeñita de viuda de pobre. He vivido estos dos últimos años muy malamente, entre pobreza, desvalimiento y enfermedad y se
  • 25. me han abierto los cielos cuando me han concedido una plaza en una Residencia de ancianos. Me han tocado mil loterías juntas, me siento defendida y considerada y jamás comí mejor ni dormí más caliente. Soy una afortunada aun en medio de mis discapacidades que me rebajan para casi todo. Sí, efectivamente yo soy Manuela y soy miles de personas mayores acompañadas y atendidas en tantas Residencias, que no son campos de concentración, como con mal gusto y total falsedad publicaba hace unos días un periódico local. Sí, la Residencia es mi casa y yo me siento Manuela. La oferta de acciones de Manos Unidas-Salamanca para estos dos meses, búsquela en su web, me ha llenado la conciencia de gentes pobres del mundo entero; sólo conozco el nombre y el rostro de unos pocos pero me duelen todos por igual. Y no sé cómo ni cuánto ni si a lo peor nada…, pero yo, con otros, claro, intento empujar la historia. Empuja tú también… ¿Entiende el papa cómo funciona ‘el mercado’ estadounidense? Escrito por Antonio Duato, el 7 de febrero, 2015 En este artículo se resume otro extenso del obispo McElroy, publicado por la revista América, con el título La Iglesia de los pobres, en el que afirma que el papa entiende el funcionamiento del mercado “demasiado bien”. El mercado no es sacro; Francisco pone en crisis el modelo estadounidense El obispo auxiliar de San Francisco, McElroy, explica que el magisterio de Bergoglio ha encendido un debate en el país sobre la desigualdad, la libertad de empresa, la política y la dignidad humana FRANCESCO PELOSO, Vatican Insider, 6-Febrero-2015 ROMA La doctrina social propuesta por Papa Francisco no es bien vista por todos en los Estados Unidos. Desde hace un año, las críticas que ha dedicado Bergoglio al modelo del capitalismo financiero en su versión globalizada han suscitado algunos malos humores en ciertos ámbitos liberales o ultraliberales de los Estados Unidos. Pero hay también algunos que, con menos prejuicios, consideran que tal vez Papa Francisco no ha comprendido cómo funciona el “mercado”, por lo menos en su versión estadounidense. El obispo auxiliar de San Francisco, monseñor Robert W. McElroy, reflexiona al respecto en un largo artículo publicado por la revista mensual de los jesuitas “Actualizaciones sociales” que se titula “La ideología del mercado”. También fue publicado por la revista de la Compañía de Jesús en Estados Unidos, “America”.
  • 26. Por una parte, el obispo indica que el estilo y las novedades que ha introducido Papa Francisco han sido muy bien recibidos entre la opinión pública de los Estados Unidos; la reforma de la Curia vaticana, la decisión pastoral de dirigirse «a las necesidades de los hombres», la invitación a la conversión y a la renovación personal mediante la fe, la promoción de una visión eclesial que no solo emita condenas, han sido factores que han contribuido a llamar la atención hacia Papa Francisco. Exclusión en Nueva York Sin embargo, los problemas comenzaron cuando (en particular con la publicación de la exhortación apostólica “Evangelii gaudium”) el magisterio del Papa afrontó argumentos económicos y fue tomando forma la crítica a un sistema financiero que «mata» a quienes están excluidos, a los que no son «consumidores». «Las críticas contra Papa Francisco –explicó mons. McElroy– se basan en tres elementos principales: el Papa no comprende la importancia del mercado; el capitalismo criticado por Papa Francisco es muy diferente del sistema económico de los Estados Unidos; el punto de vista del Papa está distorsionado por sus orígenes latinoamericanos y no estarían en sintonía con las enseñanzas de sus predecesores». Sin embargo, según el obispo, el problema no es tanto la falta de comprensión del Papa sobre el sistema capitalista o sobre la «centralidad de los mercados», sino más bien «que lo comprende demasiado bien, por lo que plantea cuestiones de fondo sobre la justicia y sobre el sistema económico estadounidense». Francisco, explicó el obispo auxiliar de San Francisco, pone en discusión algunos de los principios sobre los que se funda el modelo económico de los Estados Unidos: es decir el significado real que tiene la desigualdad económica, «la moralidad del libre mercado y la relación entre las actividades económicas y el lugar que cada quien tiene en la sociedad». Los puntos afrontados por el magisterio del Papa, reveló McElroy, se relacionan con la presunta sacralidad del mercado de la que surge la inevitabilidad de la pobreza (es decir que el pobre lo es por responsabilidad propia) y la capacidad del sistema de producir bienestar y mejorar las condiciones de vida sin intervenciones exteriores; en este contexto, la libre empresa conjugada con el talento individual son los elementos clave de la ideología capitalista. De esta manera, «la desigualdad nace del derecho de hombres y mujeres a utilizar el proprio talento de la mejor manera que consideren y de la justa exigencia de recompensar a los individuos por su aportación a iniciativas específicas». Y, si es justo que una sociedad establezca un mínimo de subsistencia para los propios ciudadanos, no se combate la desigualdad, porque en cierto sentido forma parte del sistema. «Pero, para la doctrina católica –escribió McElroy–, este presupuesto, tan profundamente arraigado en la cultura estadounidense, es radicalmente inaceptable. El punto de partida del pensamiento de la Iglesia no es la necesidad de maximizar el crecimiento económico o el derecho de los individuos a ser recompensados, sino la par dignidad de todos los hombres y mujeres, creados a imagen de Dios». En este caso, por lo demás, hay una alusión al punto 29 del documento conciliar “Gaudium et spes”, en el que se afirma: «las desigualdades económicas y sociales excesivas entre miembros y pueblos de una única familia humana, suscitan escándalo y van en contra de la justicia social, de la equidad, de la dignidad de la persona humana, cuando no contra la paz social e internacional». En esta perspectiva, indicó el religioso estadounidense, «graves desigualdades entre las naciones y en su interior son automáticamente sospechosas según la doctrina católica: no constituyen la materialización del orden natural, sino que
  • 27. representan una profunda violación del mismo». McElroy observó que la sacralidad del mercado ha sido «traicionada» en diferentes ocasiones, incluso en los Estados Unidos y, en particular, con la reforma agraria del siglo XIX y a principios del siglo XX durante la Gran Depresión. En estas ocasiones las decisiones políticas sobre la economía fueron concebidas para favorecer cambios y reformas o afrontar periodos de crisis. El mercado, pues, debe ser siempre un instrumento, «un medio al servicio de las personas y de las comunidades», y no transformarse en un «imperativo categórico». Para concluir, McElroy, con una referencia a la última campaña electoral presidencial de 2012, subrayó otra tendencia cultural de los Estados Unidos, según la cual la sociedad se divide entre «productores» («makers») y «asistidos» («takers»). «Los primeros son los que pagan impeustos mayores que los beneficios que reciben de la administración pública, mientras que los segundos son los que reciben mayores beneficios que los impuestos que pagan». La idea principal, se lee en el texto, «es que una porción consistente de la sociedad estadounidense drena constantemente recursos del sistema económico». Se trata de una idea, observó el obispo, que se ha reforzado «debido al aumento de la desigualdad y de la reducción de la movilidad económica de los que nacen en familias que constituyen el 20% más pobre de la población». «El resultado –afirmó McElroy– es que justamente la exclusión contra la que Papa Francisco nos pone en guardia ha hecho mella en la retórica pública y en la unidad de la sociedad estadounidense. Los pobres, que era nel centro de la acción política y de la atención pública en los años 60 y 70 del siglo pasado, ahora se encuentran relegados a un rincón del debate público». «Los programas para beneficiarlos –explicó– deben ser justificados con base en las ventajas colaterales para la clase media. La idea, que a menudo no es explícita, pero que está profundamente arraigada en este cambio cultural, es que los que son pobres son, en gran parte, responsables de su pobreza». Y entonces, «pensar que es posible dividir una sociedad entre “productores” y “asistidos” encarna exactamente ese individualismo condenado por Papa Francisco». Y esta división se basa en el principio de que la «producción de la riqueza es esencialmente una empresa individual, sin reconocer la enorme importancia del aporte de la sociedad en cualquier iniciativa empresarial. Niega la afirmación central de la doctrina católica de que la Creación es obra de Dios donada a la humanidad en conjunto, y que los bienes materiales tienen una distribución universal que no debe ser contradicha». Es, en definitiva, una forma ideológica que, además de los datos económicos, asignan al mercado el papel de «árbitro ético del mérito, del esfuerzo y del talento», y «ejerce una influencia subversiva en la sociedad estadounidense, sembrando discordia y división». «Sin reformas estructurales del sistema económico, que pretendan remover los obstáculos al crecimiento del empleo –concluyó McElroy–, el círculo vicioso de la exclusión económica y social, que es el centro del desafío lanzado por el Papa, solamente empeorará». Pueblo: en busca de un concepto Leonardo Boff Pocas palabras hay más usadas por distintas retóricas que esta de «pueblo». Su sentido es tan fluctuante que las ciencias sociales le tienen poco aprecio prefiriendo hablar de sociedad o de clases sociales. Pero como nos enseñaba L. Wittgenstein «el significado de una palabra depende de su uso». Entre nosotros, quienes más usan positivamente la palabra «pueblo» son aquellos que se interesan por la suerte de las clases subalternas: el «pueblo». Vamos a intentar hacer un esfuerzo teórico para dar un contenido analítico a «pueblo» a fin de que su uso sirva a aquellos que se sienten excluidos de la sociedad y quieren ser «pueblo». El primer sentido filosófico-social tiene sus raíces en el pensamiento clásico de la antigüedad. Ya Cicerón y después san Agustín y Tomás de Aquino afirmaban que «pueblo no es cualquier reunión de hombres de cualquier modo, es la reunión de una multitud en torno al consenso del derecho y de los intereses comunes». Corresponde al Estado armonizar los distintos intereses. Un segundo sentido de «pueblo» nos viene de la antropología cultural: es la población que pertenece a la misma cultura, y habita un determinado territorio. Tantas culturas, tantos pueblos. Este sentido es legítimo porque distingue un pueblo de otro: un quechua boliviano es diferente de un brasileño. Pero ese concepto de «pueblo» oculta las diferencias y hasta las contradicciones internas: tanto pertenece al
  • 28. «pueblo» un hacendado del agronegocio como el peón pobre que vive en su hacienda. Pero en el estado moderno el poder solo se legitima si está enraizado en el «pueblo». Por eso la Constitución reza que «todo poder emana del pueblo y debe ser ejercido en su nombre». Un tercer sentido es clave para la política. Política es la búsqueda común del bien común (sentido general) o la actividad que busca el poder del Estado para administrar a partir de él la sociedad (sentido específico). En boca de los políticos profesionales «pueblo» presenta una gran ambigüedad. Por un lado expresa el conjunto indiferenciado de los miembros de una sociedad determinada (populus), y por el otro significa la gente pobre y con escasa instrucción y marginalizada (plebs = plebe). Cuando los políticos dicen que «van al pueblo, hablan al pueblo y actúan en beneficio del pueblo, piensan en las mayorías pobres». Aquí surge una dicotomía entre las mayorías y sus dirigentes o entre la masa y las élites. Como decía N. W. Sodré: «una secreta intuición hace que cada uno se juzgue más pueblo cuanto más humilde es. Nada tiene, y por eso mismo se enorgullece de ser «pueblo» (Introdução à revolução brasileira, 1963, p. 188). Por ejemplo, nuestras élites brasileñas no se sienten «pueblo». Como decía antes de morir en 2013 Antônio Ermírio de Moraes: «las élites nunca piensan en el pueblo, solamente en sí mismas». Ese es el problema. Hay un cuarto sentido de «pueblo» que deriva de la sociología. Aquí se impone cierto rigor del concepto para no caer en el populismo. Inicialmente posee un sentido político-ideológico en la medida en que oculta los conflictos internos del conjunto de personas con sus culturas diferentes, status social y proyectos distintos. Ese sentido tiene escaso valor analítico pues es demasiado globalizador aunque sea el más usado en el lenguaje de los medios de comunicación y de los poderosos. Sociológicamente «pueblo» aparece también como una categoría histórica que se sitúa entre masa y élites. En una sociedad que fue colonizada y de clases, es clara la figura de la élite: los que detentan el poder, el tener y el saber. La élite posee su ethos, sus hábitos y su lenguaje. Frente a ella surgen los nativos, los que no gozan de plena ciudadanía ni pueden elaborar un proyecto propio. Asumen, introyectado, el proyecto de las élites. Estas son hábiles en manipular «al pueblo»: es el populismo. El «pueblo» es cooptado como actor secundario de un proyecto formulado por las élites y para las élites. Pero siempre hay rasgaduras en el proceso de hegemonía o dominación de clase: de la masa lentamente surgen líderes carismáticos que organizan movimientos sociales con una visión propia del país y de su futuro. Dejan de ser «pueblo-masa» y empiezan a ser ciudadanos activos y relativamente autónomos. Surgen sindicatos nuevos, movimientos de los sin tierra, de los sin techo, de mujeres, de afrodescendientes, de indígenas, entre otros. De la articulación de esos movimientos entre sí nace un «pueblo» concreto. Ya no depende de las élites. Elabora una conciencia propia, un proyecto diferente para el país, ensaya prácticas de resistencia y de transformación de las relaciones sociales vigentes. El «pueblo» por lo tanto, nace y es el resultado de la articulación de los movimientos y de las comunidades activas. Este es el hecho nuevo en Brasil y en América Latina de los últimos decenios que culmina hoy con las nuevas democracias de cuño popular y republicano. Bien decía un líder del nuevo partido Podemos» en España: «no fue el pueblo quien produjo el hecho de levantarse, fue el levantarse quien produjo el pueblo». (Le Monde Diplomatique, enero, p. 16). Ahora podemos hablar con cierto rigor conceptual: aquí hay un «pueblo» emergente a medida que tiene conciencia y proyecto propio para el país. «Pueblo» posee también una dimensión axiológica: todos están llamados a ser pueblo: no haber dominados y dominadores, élites y masas, sino ciudadanos-actores de una sociedad en la cual todos pueden participar. Cuando fallan las fuerzas...