2. ¿Qué es la hiperactividad?
• El uso popular del término hace que se asocie al niño hiperactivo
con el malcriado, travieso o con graves problemas de conducta.
• Al hablar de niños hiperactivos haremos referencia a lo que la
Asociación Americana de Psiquiatría (APA) denomina como
“DESORDEN POR DÉFICIT DE ATENCIÓN CON
HIPERACTIVIDAD”.
• El déficit de atención con y sin hiperactividad afecta a niños muy
diversos.
3. ¿A quién afecta?
• Se estima que de un 3% a un 5% de los niños menores de 10 años
padecen déficit de atención con hiperactividad.
• Es un trastorno más frecuente en los niños que en las niñas.
• Por cada diez niños hiperactivos se encuentra una niña hiperactiva.
• Según la APA existen dos subgrupos, con sintomatología parecida:
- Aquellos en los que predominan los problemas de atención.
- Aquellos en los que predominan la impulsividad y la hiperactividad
motriz sobre los problemas de atención.
4. ¿Un pronóstico de riesgo?
• Un 25% de los niños hiperactivos incurren en actos delictivos,
abusan de las drogas o el alcohol y tienen problemas de
personalidad durante la vida adulta.
• Muchos de los niños hiperactivos, bien conducidos, pueden llegar a
ser personas perfectamente adaptadas al entorno.
• Además, hay que tener en cuenta que:
- Existen diferentes niveles de gravedad en cuanto a este trastorno.
- El Déficit de Atención con Hiperactividad tiene un “efecto de bola
de nieve”.
5. ¿En qué consiste el efecto “bola de nieve”?
• Los problemas de atención, la impulsividad y la inquietud motriz,
son características poco compatibles con el buen rendimiento
escolar y el comportamiento adecuado.
• Normalmente, un niño hiperactivo no tratado adecuadamente,
según van pasando los años, no sólo acentúa su sintomatología
inicial, sino que se pueden observar en él inadaptación escolar,
problemas de conducta, autoimagen negativa, imagen de sí mismos
errónea (híper o infravalorada) y, en algunos casos, hasta síntomas
depresivos.
6. ¿En qué consiste el efecto “bola de nieve”?
• Habitualmente, el niño que se muestra hiperactivo durante los
primeros años, reduce la hiperactividad motriz durante la
adolescencia (pero otros síntomas persisten).
• Sin tratamiento adecuado, el déficit de atención perdura después de
la adolescencia y los déficits cognitivos derivados de la impulsividad
y la falta de estrategias adecuadas de procesamiento de la
información se mantienen hasta la edad adulta.
7. ¿En qué consiste el efecto “bola de nieve”?
• Los niños con un ambiente social inadecuado tienden a adoptar
conductas predelincuentes, a incorporarse a grupos extremistas o
marginales o entrar en el mundo de las drogas.
• En general, si se detecta el problema en los primeros años escolares
y el niño recibe la intervención adecuada lo solventará sin mayores
dificultades.
8. ¿Se puede detectar?
• Dada su mayor frecuencia, las alteraciones durante el embarazo o el
parto pueden servirnos de alerta de posibles dificultades.
• El exceso de actividad de un bebé en las primeras semanas de vida
no lo es. No obstante, la mayoría de los niños hiperactivos fueron
bebés llorones y con problemas de adaptación a los ritmos de
comidas y del sueño.
9. ¿Se puede detectar?
• La actividad motriz es un buen predictor de hiperactividad
observada en edad preescolar.
• En los años preescolares los niños hiperactivos destacan por su
inquietud, falta de autonomía, se les considera como desobedientes,
duermen poco y se despiertan temprano, tienen dificultades con las
comidas y falta de conciencia de las normas. Son descontrolados y
con frecuencia sufren accidentes, mostrándose irritables y
caprichosos (Barkley, 1981; Ross y Ross, 1982).
• Por lo general, se les suele describir como niños inquietos e
insoportables, inmaduros, testarudos, temperamentales,
inconscientes, entrometidos y con evidentes deseos de ser
constantemente el centro de atención. Con frecuencia molestan a
los compañeros y pueden no llevarse bien con ellos (Ávila y Polaino
Lorente, 1993).
10. ¿Qué factores influyen en la evolución?
• En general, entre los factores que pueden favorecer una evolución
negativa del trastorno se encuentran:
• La hiperactividad permanente, el bajo cociente intelectual, las
alteraciones de conducta, la falta de equilibrio mental de los padres
y las relaciones escolares y familiares difíciles.
• Si además presenta conductas desafiantes, agresividad, negativismo
e hiperactividad durante la infancia, el pronostico puede incluir
delincuencia, deficiente rendimiento escolar y adaptación negativa
durante la adolescencia.
11. ¿Qué factores influyen en la evolución?
• Entre los factores que pueden influir en una evolución positiva de la
hiperactividad infantil se encuentran:
- La detección temprana del problema.
- La aplicación de un tratamiento sistemático en los primeros años
de escolaridad.
- La familia bien estructurada y organizada.
- La existencia de normas flexibles pero claras en el funcionamiento
familiar.
- La capacidad de la familia para adaptar la exigencia a las
posibilidades del niño hiperactivo sin caer en la sobreprotección.
12. ¿Qué factores influyen en la evolución?
- El apoyo escolar en los primeros cursos escolares.
- La ausencia de negativismo, agresividad y trastornos de conducta
importantes en el niño.
- La remisión de la hiperactividad infantil en los primeros años de
escolaridad, aunque persista el déficit de atención.
- La prevalencia del refuerzo social y la ausencia de castigo físico
para el control de la conducta (premiar lo positivo más que castigar
lo negativo).
- La confianza de los padres en la capacidad intelectual del niño al
margen de sus problemas de hiperactividad.
- Un entorno escolar no excesivamente cambiante, la capacidad del
profesor de reforzar las conductas positivas y de ignorar
adecuadamente las conductas negativas.
- La enseñanza activa y la flexibilidad en los métodos de enseñanza
utilizados.
14. Conducta desatenta
No termina las tareas que empieza.
Comete muchos errores.
No se centra en los juegos.
Muchas veces parece que no escucha cuando se le habla
directamente.
Tiene dificultades para organizarse.
Evita las tareas que requieren esfuerzo.
Muy a menudo pierde cosas que necesita (juguetes, ejercicios
escolares, lápiz, libros, ropa...).
Se distrae con cualquier cosa.
Es muy descuidado en las actividades.
15. Conducta desatenta
Los niños hiperactivos tienen más problemas de conducta cuando
la información es repetida que cuando es novedosa.
La desmotivación de un hiperactivo por la tarea tiene su origen en
una mayor dificultad para procesar los estímulos y no en la vaguería
o la desgana.
Los niños hiperactivos se desmotivan con facilidad porque tienen
que realizar un mayor esfuerzo para mantener la atención.
El niño hiperactivo no puede establecer de forma correcta un orden
de prioridades entre los estímulos que se le presentan.
Las tareas escolares requieren de una atención selectiva
(seleccionar un estímulo entre otros) o de una atención continua
(mantener la atención ante un mismo estímulo durante un tiempo
prolongado).
16. Conducta hiperactiva y falta de autocontrol
La excesiva actividad motora sobrepasa los límites normales para
su edad y su nivel madurativo.
Este exceso se manifiesta normalmente por el movimiento
constante y la falta de autocontrol corporal y emocional:
- Movimientos constantes de pies y manos.
- Se levanta constantemente.
- Corretea por todos lados.
- Le cuesta jugar a actividades tranquilas.
- Está activado como si tuviera un motor.
- Habla en exceso.
A partir de los 9 años, la hiperactividad motriz en el aula se
manifiesta a través de diferentes “excusas” para ponerse de pie
(enseñar la tarea al profesor, preguntarle algo a un compañero, ir a
la mochila a buscar algo...).
17. Conducta hiperactiva y falta de autocontrol
Durante los tres primeros años de escolaridad los niños aprenden a
“sujetarse” en su asiento, descargándose a través de movimientos
más finos como: rascarse la cara, estirarse el labio, cambiar
constantemente de mano para apoyar la cabeza, juguetear con la
goma o el lápiz, estirarse la ropa, rascarse el ojo, sentarse sobre
uno y otro pie, volverse para hablar con el compañero...
La hiperactividad motriz en las niñas es siempre más ligera que la
de los niños, siendo frecuentemente este movimiento más fino y
constante y, en muchas ocasiones, su hiperactividad motriz pasa
desapercibida a la sombra de los chicos de apariencia mucho más
descontrolados.
18. Conducta hiperactiva y falta de autocontrol
Para que un niño aprenda a controlarse deberemos:
- Proporcionarle modelos adecuados de conducta tranquila y
reposada.
- Hacerle tomar conciencia de sus dificultades para estar sentado.
- Ayudarle a evitar las situaciones que le causan descontrol (p.e.,
las esperas) mientras no pueda controlarlas.
- Exigirle autocontrol en la medida de sus posibilidades reales.
- Entrenarle en autocontrol utilizando autorregistros o vídeos que le
permitan valorar sus progresos.
19. Conducta hiperactiva y falta de autocontrol
El niño hiperactivo no sólo manifiesta una actividad motriz excesiva,
sino que, en algunos casos, también puede presentar dificultades
en la coordinación motriz y en la estructuración perceptiva.
El 50% de los niños con déficit de atención con hiperactividad
presentan signos neurológicos menores (SNM). En este grupo debe
incluirse a los niños que presentan un cociente intelectual normal,
sin signos de focalidad neurológica, pero con un desarrollo
deficiente de las funciones sensitivo-motoras o de la integración
perceptiva.
Entre los SNM se encuentran:
- dificultades en ejecutar movimientos sucesivos y opuestos con
mucha rapidez,
- dificultades en el reconocimiento de figuras o letras trazadas en la
piel,
- dificultades en el reconocimiento de objetos al tacto.
20. La conducta impulsiva
Se precipita en responder antes de que se hayan completado las
preguntas.
Tiene dificultades para guardar turno.
Suele interrumpir o se inmiscuye en las actividades de otros (en
conversaciones de otros o en juegos).
Mientras un niño reflexivo parece regirse por el lema “deseo, pienso
y luego actúo”, el niño impulsivo más parece funcionar en el “deseo
y actúo”.
Los niños hiperactivos parece que acentúen la conducta impulsiva
en situaciones que conllevan una satisfacción inmediata, ya sea
material (p.e., esperar turno para recibir un premio prometido) o
social (p.e., ir a un cumpleaños o recibir la atención del profesor).
La conducta impulsiva junto con la falta de conciencia del riesgo les
hace más propensos a tener accidentes.
Carecen de la reflexividad y madurez suficientes para analizar una
situación real (menos si es hipotética), resultando normalmente su
conducta inmadura e inadecuada.
21. La desorganización y la falta de autonomía
El niño hiperactivo se caracteriza por la desorganización personal
interna y externa, resultándole muy difícil comportarse de forma
autónoma:
• La cajonera de clase está desordenada, el cuarto puede parecer
una leonera y la cartera difícilmente tendrá los libros que
debería tener, pierde con frecuencia material escolar, ropa o
cualquier cosa que lleve al colegio.
• Sus fichas o cuaderno de trabajo son un caos. Pueden olvidarse
de colocar la hoja correspondiente de forma correcta antes de
empezar la tarea, saltarse preguntas aunque sepa la respuesta,
al ordenar los números colocarlos mal al resolver las cuentas,
no poner los márgenes...
En la educación de estos niños la dificultad radica en mantener el
equilibrio justo entre lo que les exigimos y lo que podemos exigirles
en función de sus propias capacidades.
22. Los problemas graves de comportamiento
La hiperactividad y la agresividad no son parte de un mismo
problema, son dos cuadros sintomatológicos distintos.
No obstante, el Déficit de Atención con Hiperactividad y los
Problemas de Conducta y Agresividad coinciden en un 30 – 50% de
los niños hiperactivos (Hinshaw, 1994).
El mal comportamiento inicial reflejado por una mayor dificultad
para aceptar la autoridad y los límites a su comportamiento, la
necesidad de conocer los resultados positivos de sus actos y
obtener recompensas de forma inmediata, así como el negativismo
desafiante (negarse a obedecer o desafiar a la autoridad) puede
llevar, con el paso del tiempo, a un trastorno serio de conducta.
Para los niños hiperactivos que presentan desde pequeños este
tipo de comportamiento, se hace urgente el comienzo de una
intervención en autocontrol y el asesoramiento educativo a los
padres.
23. Diferencias entre los niños hiperactivos y los hiperactivos-
agresivos
NIÑOS HIPERACTIVOS-AGRESIVOS NIÑOS HIPERACTIVOS
Los síntomas empiezan antes de Los síntomas se detectan después.
entrar en el colegio.
Síntomas más graves. Más leves.
Más problemas en la relación con la Menos problemas.
madre.
Madres más controladoras, más Madres menos controladoras y más
negativas y que utilizan menos positivas.
premios.
Niños más desobedientes, desafiantes Desobedientes.
y protestones.
Rendimiento muy pobre. Rendimiento pobre.
Poco populares y rechazados, más Poco populares, pero menos
criticados negativamente por los rechazados.
compañeros.
Son más frecuentemente catalogados El trastorno de aprendizaje es un
como niños con problemas de diagnóstico asociado menos
aprendizaje. frecuente.
Peor pronóstico. Mejor pronóstico.
La agresividad en la adolescencia se Sólo algunos incurren en actos
relaciona con un mayor índice de criminales.
delitos y en la vida adulta de actos
criminales.
24. El funcionamiento cognitivo
La conducta desatenta del niño hiperactivo tiene un origen
cognitivo.
Con el fin de elaborar programas de intervención más específicos,
los investigadores están tratando de determinar el perfil de atención
de los niños hiperactivos. Los resultados encontrados hasta el
momento son muy diversos y, en ocasiones, contradictorios.
25. El funcionamiento cognitivo
La falta de acuerdo entre los investigadores puede deberse a dos
razones:
- La atención es una compleja función neuropsicológica de difícil
estudio y,
- la variabilidad de los niños hiperactivos puede dar lugar a un
sinfín de razones por la que los niños no atienden de forma
adecuada.
Los niños hiperactivos no tienen menor capacidad de atención que
los niños normales (Schachar y Logan,1990), sino que difieren en la
forma en que focalizan y dirigen su atención.
Más que déficit de atención se trata de una disfunción de la
atención (Raine y Jones, 1987; Cabanyes y Polaino-Lorente,1997).
26. Dificultades de atención más frecuentes
Dificultad en la atención controlada frente a la automática.
Dificultad en procesar varios estímulos de forma simultánea.
Dificultad en distinguir los estímulos relevantes de los irrelevantes.
Dificultad para mantener la atención de forma continuada.
Dificultad para atender a estímulos que aparecen con frecuencia
lenta.
Dificultad en aprender y recordar lo aprendido por procesar la
información de forma más superficial.
Mayor sensibilidad a las variaciones del contexto o del ambiente de
trabajo.
Estilos de procesamiento cognitivo inadecuados para el aprendizaje
escolar (impulsivo o reflexivo; dependiente o independiente de
campo perceptivo; flexibilidad o rigidez cognitiva).
27. Características de los estilos cognitivos
Predominio del procesamiento impulsivo sobre el
procesamiento reflexivo:
- Todos los niños evolucionan desde una impulsividad cognitiva
propia de la inmadurez a la reflexividad cognitiva de la edad
adulta (“impulsividad evolutiva”). En el niño hiperactivo la
evolución es más lenta, mostrando durante mucho más tiempo
un modo de pensar y procesar la información impulsivo.
- Los niños impulsivos y los reflexivos analizan y procesan la
información de manera diferente.
- Los niños impulsivos se detienen menos veces a observar una
serie de dibujos, recogiendo menos información que los
reflexivos.
- Sus ojos recorren menos figuras y realizan menos
comparaciones entre ellas.
- En juegos de asociación lógica de palabras cometen más
errores y hacen preguntas más simples que no les permiten
eliminar un grupo de respuestas posibles, para adivinar cuál es
un objeto oculto (Drake, 1970).
28. Características de los estilos cognitivos
Predominio del procesamiento global (poco analítico):
• La independencia de campo perceptivo se refiere al grado en
que la persona percibe una parte del campo visual (p.e., un
dibujo) como un todo independiente, más que como una parte
misma de ese campo.
• Witkin y Asch (1948) definieron la dependencia-independencia
de campo perceptivo como el grado en que la persona percibe
una parte del campo perceptivo, como separado del contexto
que lo rodea, en vez de hacerlo como si estuviera incluido en él,
o el grado en que la persona percibe de manera analítica.
• Muchas investigaciones revelan que entre los niños hiperactivos
es más frecuente encontrar niños que funcionan como
dependientes de campo perceptivo (respecto a su grupo de
edad) que entre los niños no hiperactivos, en los que la
independencia de campo es más común.
29. Características de los estilos cognitivos
En los últimos años se ha tratado de estudiar cómo influye el tener
un estilo cognitivo dependiente de campo y se han detectado las
características siguientes (Orjales y Polaino-Lorente, 1992):
• Estos individuos suelen tener una menor especialización
hemisférica.
• Perciben la información de forma más global.
• Menos capacidad para desenmascarar información encubierta o
de estructurar y entender información poco organizada.
• Son más lentos en el aprendizaje de conceptos (resultándoles
más difícil), sobre todo si la información esté desestructurada o
la información relevante se vea velada por información
irrelevante.
• No suelen utilizar estrategias de contraste de hipótesis en el
aprendizaje de conceptos, usando estrategias de ensayo-error.
• No se detienen a pensar.
30. Características de los estilos cognitivos
• Muestran mayor dificultad en tareas de resolución de problemas,
cuando la solución depende de que se tome un elemento fuera
del contexto en el que se presenta, teniéndose que reestructurar
de tal forma que este elemento se use en un contexto diferente.
• Muestran menor rendimiento en codificación, decodificación y
retención de la información, en pruebas en las que para llegar a
la solución correcta deban establecer una hipótesis.
• Tiene mayor impulsividad y menor control personal.
• Parecen menos capaces de manipular activamente el entorno
circundante, mostrándose más pasivos en sus relaciones con el
entorno.
• Más dificultad para autoevaluarse correctamente. Tienen
dificultad para aislar lo relevante de lo irrelevante, así como, lo
subjetivo de lo verdaderamente objetivo.
• Muestran menor autonomía en las relaciones interpersonales.
31. Características de los estilos cognitivos
• En las relaciones sociales utilizan mayor número de referentes
sociales, es decir, son menos capaces de aislar las ideas,
sugerencias y actitudes de los demás respecto de las suyas
propias, resultando más fácilmente influenciables (los
independientes de campo, por el contrario, son más
autónomos).
• Más propensión a aceptar de forma incuestionable las
posiciones asumidas por la autoridad frente a un mayor sentido
crítico y menor dependencia de la autoridad de los niños
independientes de campo.
• Por el contrario, esta situación les permite una mayor eficacia en
la solución de problemas que requieren partir de claves sociales.
32. Características de los estilos cognitivos
La falta de flexibilidad cognitiva en el procesamiento de la
información:
• Es la habilidad para cambiar rápidamente, y de forma apropiada,
de un pensamiento o acción a otro de acuerdo con las
demandas de la situación (Gattan y Eslinger, 1990).
• La flexibilidad cognitiva implica dos procesos: 1º. Frenar una
respuesta activada (inhibición de la primera respuesta), y 2º. La
habilidad para ejecutar una respuesta alternativa más adecuada
a la situación (activación de una nueva respuesta).
Los niños hiperactivos reúnen características que en gran medida
dificultan el buen rendimiento intelectual: son dependientes de
campo, es decir, poco analíticos, carecen de flexibilidad
cognitiva y trabajan de forma impulsiva.
33. Dificultades para organizar la información
Los niños hiperactivos tienen problemas para discriminar la
información relevante de la información secundaria, su impulsividad
hace que tomen decisiones en función de datos pobres o
irrelevantes y la falta de flexibilidad cognitiva puede parcializar el
procesamiento y la elaboración de la información.
Su pensamiento puede parecer caótico y desordenado, y necesitan
más pautas de organización del exterior y un seguimiento y refuerzo
continuado.
34. Falta de estrategias de solución de problemas
Los niños hiperactivos aplican menor número y variedad de
estrategias de solución de problemas. Por ejemplo, resuelven
puzzles cogiendo al azar piezas y funcionando por ensayo-error de
una forma poco sistemática (no probando primero con una pieza
todas las posibilidades ni apartándola para continuar el mismo
proceso con otra), o resuelven los problemas con los amigos
siguiendo una única estrategia (pegar, amenazar, chivarse), aunque
no les resulte eficaz.
35. Dificultades de aprendizaje: ¿fracaso escolar?
No todos los niños hiperactivos tienen trastornos de aprendizaje, ni
todos los niños con trastornos de aprendizaje tienen problemas de
hiperactividad. No obstante, los problemas de atención, la
hiperactividad y la impulsividad dificultan el aprendizaje en todos los
niños hiperactivos.
Entre el 60-80 % de los niños con hiperactividad tienen problemas
académicos importantes (Barkley, 1982), incluidos el fracaso
escolar y un alto porcentaje de abandono de los estudios.
El rendimiento más pobre puede pasar desapercibido en los
primeros cursos de primaria y hacerse más patente a partir de
tercero, cuando la exigencia escolar comienza a ser mayor.
En los niños hiperactivos con un cociente intelectual alto, suele ser
frecuente que la falta de atención y la impulsividad se vean
compensados, en gran medida, por su buena aptitud intelectual,
pudiendo mantener un rendimiento escolar medio.
36. Dificultades de aprendizaje: ¿fracaso escolar?
¿Cuál es el origen de estas dificultades de aprendizaje? Algunos
resultados de las investigaciones que se llevan a cabo, apuntan
hacia los déficits que producen las dificultades en atención
sostenida. Las dificultades de atención parecen reducir la capacidad
para aprender algo mecánicamente. No suelen presentar problemas
de memoria en pruebas de memoria inmediata, como repetir una
serie de números (Douglas, 1972), pero sí las suelen presentar
cuando las tareas requieren mantenimiento de atención, repetición y
memoria (August y Garfinkel, 1990).
Alguna de las dificultades más frecuentes suelen darse en la
comprensión y fluidez lectora, en el cálculo y resolución de
problemas matemáticos, en la escritura y coordinación, perceptivo-
espaciales, para seguir instrucciones y para mantener la motivación.
37. Dificultades en la comprensión y fluidez lectora
Los niños hiperactivos pueden tener dificultades de integración del
lenguaje (Narbona, 1997). Hasta dos tercios de los niños
hiperactivos pueden presentar dificultades de lenguaje (Love y
Thompson, 1988).
El 9 % de los niños hiperactivos tienen más problemas de lectura de
los que cabría esperar, acorde a su capacidad intelectual y su edad
(Halpering, Gittelman, Klein y Rudel, 1984).
Si se comparan niños normales e hiperactivos que tienen el mismo
nivel intelectual verbal, las puntuaciones de lectura de los niños
hiperactivos son más bajas.
Cometen frecuentes omisiones en la lectura. Se “comen” palabras o
letras o las sustituyen unas por otras.
Su comprensión lectora es deficiente (no en vocabulario, pero sí en
la comprensión de textos largos).
38. Dificultades en el cálculo y resolución de problemas
En los estudios realizados con niños hiperactivos de igual capacidad
intelectual, se observa un peor rendimiento en el grupo hiperactivo en
tareas matemáticas (Zentall, Smith, Lee y Wieczorek, 1993).
No suelen tener dificultades cuando se trata de hacer cálculos matemáticos
sencillos, pero encuentran dificultades para mantener la concentración en
cuentas de varias cifras, sobre todo si tienen “llevadas”.
Suelen tener dificultades en la resolución de problemas matemáticos,
dificultades que pueden deberse a:
• La dificultad en pasar del pensamiento concreto al abstracto.
• Su impulsividad, leyendo demasiado rápido la información,
saltándose datos relevantes para la comprensión del problema.
El niño hiperactivo puede sacar buenas notas en matemáticas en los dos
primeros años de primaria, cuando las operaciones de cálculo matemático
se basan más en la memoria y la automatización y los problemas
matemáticos son sencillos de representar mentalmente.
39. Dificultades de escritura y coordinación
Los niños hiperactivos tienen déficits visomotores, tiempos de
reacción motriz mayores (necesitan más tiempo para dar respuesta
motriz ante la aparición de un estímulo) y cometen mayor número
de errores (Zentall y Smith en prensa).
Suelen tener dificultades en actividades de psicomotricidad fina: son
torpes para ensartar, modelar con plastilina, colorear de forma
controlada, abrocharse los botones pequeños o hacerse el lazo a
los zapatos.
Escriben mal, con letra excesivamente grande o pequeña y,
frecuentemente, desorganizada. Insistiéndole, puede llegar a
controlarla de forma adecuada, pero a costa de ejercer excesiva
presión sobre el bolígrafo, lo que hace que se canse de escribir y
haga con desgana la tarea. A ser más rápido su pensamiento que
su mano, la situación se empeora.
40. Dificultades de escritura y coordinación
En función de la longitud de lo que debe copiar, los niños cometen
más errores, ante la necesidad de mantener más tiempo la
atención.
Ante las dificultades que presentan estos niños para
responsabilizarse de su ropa y su aspecto, para ser autónomos en
las tareas diarias y para responsabilizarse del orden de su cuarto,
los padres suelen buscar recursos que faciliten estas tareas, como
poner gomas en los puños del babi, utilizar chándal o pantalones
que no requieren abrochar o desabrochar botones para ir al baño,
zapatillas de deporte con velcro... Sin embargo, es importante tener
en cuenta que los niños deben practicar estas actividades durante
las vacaciones y los fines de semana, para que poco a poco pueda
exigírseles en la vida cotidiana.
Las dificultades en la motricidad pueden traducirse en una falta de
coordinación manual que puede afectar a la escritura.
41. Dificultades perceptivo-espaciales
No se encuentran en todos los niños hiperactivos.
El test Guestáltico visomotor de Bender permite detectar los niños
cuyas alteraciones perceptivo-espaciales podrían reflejar una
disfunción cerebral.
Entre las alteraciones perceptivas observadas figuran las rotaciones
de figuras, las asimetrías de tamaño y la perseveración (repetición
excesiva de una figura o parte de la misma por dificultades para
aislar cerebralmente el estímulo).
42. Dificultad para seguir instrucciones y mantener la motivación
Los niños hiperactivos mejoran el rendimiento si la presentación de
la información se realiza de forma rápida (Conte y col., 1987).
Tienen más dificultades en completar tareas cuando la información
inicial es detallada frente a que sea global (Zentall y Gohs, 1984).
Rinden mejor en actividades novedosas libres de detalles
irrelevantes (Shroyer y Zentall, 1986).
Su rendimiento es mejor si se les permite responder a la tarea con
movimiento y no sólo de forma verbal y estática.
Su rendimiento mejora con la sola presencia de un adulto en la
habitación, aunque no esté prestando atención a la tarea que está
realizando el niño (Van der Meere y col., 1995).
43. El desarrollo socioemocional
Los niños hiperactivos muestran un desarrollo más inmaduro que
sus compañeros de la misma edad.
Se desmoralizan con facilidad.
Cambian frecuentemente de estado de ánimo.
No toleran la frustración.
Les cuesta aceptar sus errores y culpan con frecuencia a los
demás.
Les cuesta ponerse en el lugar del otro y tener en cuenta sus
deseos y sentimientos.
Se muestran tercos y malhumorados con frecuencia.
Parecen tener una autoestima muy baja o falsamente inflada.
44. La baja tolerancia a la frustración
Los niños hiperactivos se ven sometidos a mayor número de
situaciones frustrantes a lo largo de su desarrollo, aumentando de
forma considerable con la exigencia escolar.
La sucesión de situaciones frustrantes en combinación con escasas
experiencias de éxito, producen en el niño sentimientos de
indefensión que le llevan a hacerle cada vez más intolerante ante
situaciones de exigencia.
Cuando las exigencias no están controladas, el niño se desespera,
tira la toalla y se niega a trabajar o a obedecer.
45. La baja autoestima o la autoestima aparentemente inflada
El autoconcepto es el concepto o la imagen que cada uno tiene de
sí mismo.
Con la información que un niño recibe de las personas que le
rodean y contrastando esa imagen con la realidad, se forma su
autoconcepto.
Si la imagen que tiene un niño de sí mismo y que se ha forjado en
relación con la información de los adultos (en quienes se miran
como espejos) y de sus propias experiencias, le gusta, diremos que
el niño tiene una autoestima positiva o buena autoestima.
Si la imagen que tiene de sí mismo no le gusta, diremos que el niño
tiene una autoestima negativa o mala autoestima.
Dadas sus características, no es fácil que el autoconcepto del niño
hiperactivo y su autoestima se desarrollen de una forma sana.
Es un niño más difícil de educar por lo que con mayor frecuencia
suele recibir información negativa de su comportamiento.
46. La baja autoestima o la autoestima aparentemente inflada
Se mete con más frecuencia en dificultades, comete muchos más errores
y con mayor frecuencia que los niños de su edad.
Las malas experiencias se acumulan en torno a un sentimiento de
indefensión, de falta de control de los efectos de su comportamiento sobre
la realidad.
Todo ello contribuye a la formación de una baja autoestima.
La baja autoestima está relacionada con el mal rendimiento escolar y se
agrava al llegar a la adolescencia, de tal manera que los niños hiperactivos
tienen una imagen de sí mismos peor que los niños normales al llegar a
esta edad.
El niño hiperactivo tiene dificultades para hacer las cosas y, además, no
quiere hacerlas.
Los niños hiperactivos suelen atribuirse los éxitos, pero no los fracasos. En
este caso, tienden a responsabilizar a los demás de su mala actuación (el
profesor me tiene manía, el otro empezó, el examen era muy difícil...).
47. La baja autoestima o la autoestima aparentemente inflada
La mala imagen que tienen de sí mismos se suele traducir en
comportamientos fácilmente observables que varían según las
características individuales. Se pueden distinguir tres grupos:
Los niños que manifiestan abiertamente que se sienten
incapaces (se quejan constantemente de su incompetencia,
solicitan ayuda para cosas muy elementales, rehuyen la
responsabilidad, evitan trabajos que requieran esfuerzo,
reaccionan con descontrol o agresividad ante experiencias de
fracaso...)
Los niños que tratan de esconder sus sentimientos de
incapacidad (evitan cometer errores demandando excesivas
instrucciones y dirección del profesor, para conseguir resultados
escolares aceptables, especialmente las niñas hiperactivas).
Muestran ansiedad elevada ante el rendimiento escolar,
excesiva dedicación a las tareas escolares sin que los
resultados sean acordes con el esfuerzo y gran frustración
cuando no alcanzan los niveles de autoexigencia que se
imponen.
48. La baja autoestima o la autoestima aparentemente inflada
Los niños que dan muestras de arrogancia y prepotencia
(interpretados por los adultos como egoístas, desconsiderados y
crueles).
Ante esta situación la actitud de los adultos y de los padres es
muy importante, y conviene tener en cuenta que debemos:
• Tener presente que el niño tiene una mala imagen de sí mismo y
desea reconocimiento, aunque lo busque de forma inadecuada,
burlándose y humillando a los demás.
• Darle ese reconocimiento por cualquier cosa que haga
correctamente adelantándonos a su mal comportamiento.
• Tratar de evitar situaciones en las que sabemos que se pondrá
“guerrero”, sobre todo al principio.
• Ignorar, en la medida de lo posible, su mala actitud.
• No confirmar su etiqueta de “eres malo”, utilizando frases como “lo
que has hecho no me gusta, tendrás que arreglarlo”.
• No desvelar al niño que hemos entendido lo que le pasa, actuando
en consecuencia, pero no haciéndole consciente de su “juego
inconsciente”.
49. La aparición de sentimientos depresivos
Los resultados de las investigaciones parecen reflejar un mayor
índice de sentimientos depresivos en los niños hiperactivos en
comparación con los niños no hiperactivos de la misma edad y
condición social (Orjales, 1991).
Un grupo de estos niños tiende a la depresión infantil, con una
autoestima muy deteriorada, mientras otro tiende hacia la “euforia
infantil”, con un comportamiento que parece contrario al del
depresivo y con un autoconcepto que parece extremadamente
positivo (“aquí no pasa nada”, infructuoso intento de huir de la
frustrante realidad).
La intervención en ambos casos, aunque con matices
diferenciadores, consiste en enseñar a evaluar y a adaptar sus
propios recursos a su realidad.
El entrenamiento en autoevaluación y el autorregistro de los propios
progresos es muy importante.
50. Desfase entre capacidad intelectual y emocional: inmadurez
Suele ser descritos como niños que se comportan de forma
infantil, inestables y con frecuentes cambios de humor.
Resultan más vulnerables a las dificultades de relación con el
entorno.
Suelen adoptar una postura extrema: o bien, las cosas “no parecen
afectarles”, o bien, “parecen descolocarles constantemente”.
La inmadurez de un niño hiperactivo hace que, por ejemplo, se
desespere si no recibe la merienda nada más salir del colegio, que
las esperas o las demoras de premios sean insoportables o que
aguante peor la frustración ante los cambios de planes.
51. Necesidad de llamar la atención
Una característica de la mala conducta de los niños hiperactivos es
la desobediencia. Tras ella puede esconderse el deseo de llamar
la atención de los adultos, aunque sea a costa de un castigo o una
regañina.
Es un niño con problemas de control: le cuesta estar sentado,
centrar su atención durante tiempo prolongado y no ser impulsivo,
dificultando la adaptación de la conducta a los requerimientos de
cada situación.
Tras un primer momento en que pudo intentar llamar la atención de
manera positiva, el niño no será capaz de hacerlo así y se
acostumbrará a que su profesor (-a) esté pendiente de él utilizando
su mal comportamiento.
No sólo no se verán reforzados sus escasos intentos de autocontrol,
sino que se habrá fomentado indebidamente su mal
comportamiento.
52. Las dificultades en las relaciones sociales
Los niños hiperactivos son más rechazados por sus compañeros
(Pope, Bierman y Mumma, 1989).
Aunque parece que el exceso de actividad no es problemático en
relación con los compañeros si no está acompañado de
impulsividad y dificultades de atención (Pope, Bierman y Mumma,
1989).
Los niños hiperactivos agresivos parecen mantener una conducta
de interacción inadecuada con sus compañeros de forma más
estable y duradera que los niños que sólo son hiperactivos. Estos
últimos mejoran con los años (Johnston y Pelham, 1986).
Tienen el mismo conocimiento de estrategias prosociales (ayudar a
los más pequeños) que los niños normales, pero tienen menos
estrategias y de menor calidad para iniciar una amistad o para
solucionar conflictos. Además, utilizan estrategias menos
adecuadas para conseguir algo de otras personas (Miranda,
Presentación y López, 1994).
53. Las dificultades en las relaciones sociales
Junto a la cantidad y calidad de las estrategias para la relación
social que tienen los niños hiperactivos, otro factor incide de forma
determinante en las relaciones con los demás: la impulsividad.
No son capaces de predecir las consecuencias sociales de sus
conductas.
Les interesa la satisfacción inmediata.
No pueden pensar en que las consecuencias de sus acciones
pueden limitar sus relaciones futuras.
Cuando al día siguiente sus compañeros le recriminen la actitud
negativa del día anterior y se nieguen a dejarle participar en un
juego, él negará sus errores y culpará a los demás.
55. Padres y profesores: primeros pasos del diagnóstico
Los padres y los profesores son dos figuras clave para la
detección del déficit de atención con hiperactividad.
El primer paso que deben seguir ambos es la observación
de los síntomas básicos:
La desatención.
La hiperactividad motriz-impulsividad.
Estos síntomas pueden presentarse a la vez o por
separado, es decir, en un niño podríamos encontrar que
manifiesta síntomas de desatención, pero no de
impulsividad-hiperactividad, y en otro niño con el mismo
diagnóstico que tiene mayor sintomatología impulsiva e
hiperactiva que de déficit de atención.
56. Padres y profesores: primeros pasos del diagnóstico
Para evaluar estos síntomas con objetividad podemos
tomar como punto de referencia los criterios propuestos por
la Asociación Americana de Psiquiatría (APA).
- Ver documentos que se adjuntan:
- DSM-IV, para el diagnóstico del Déficit de Atención con
Hiperactividad.
- Cuestionarios de Conners (para profesores y para padres).
- Prueba de control con los ojos cerrados (hiperactividad
motriz).
57. Conductas hiperactivas y conductas agresivas
CONDUCTAS HIPERACTIVAS CONDUCTAS AGRESIVAS
Se tropieza con el de delante de la fila, Empuja, pega y da codazos para
le pisa varias veces sin darse cuenta, ponerse el primero.
se levanta de su asiento a menudo
durante la clase.
Habla cuando no le corresponde. Discute enfadado.
Hace tonterías para atraer la atención Le quita algo a otro niño.
del adulto que está con otro niño.
Corre por la habitación en lugar de Se niega a trabajar y se muestra
trabajar. desafiante.
No presta sus cosas. Quita y destruye las cosas de los
demás.
No termina las tareas. Se niega a hacer nada.
Pierde las cosas. Se niega a compartir sus cosas.
Se ríe tontamente cuando nadie lo Fuerza a otro chico a realizar algo que
hace. no quiere.
Desordena el armario al coger algo, se Tira las cosas y las destroza.
le caen las cosas.
Repite las preguntas una y otra vez. Insulta.
Emite sonidos cuando debería callar.
Se olvida de lo que debe hacer. Pega y da patadas a los adultos.
58. Diagnóstico del equipo multiprofesional
Una vez alertados sobre la sospecha del Déficit de Atención
con Hiperactividad, es necesario confirmar el diagnóstico y
determinar en que grado y en qué áreas afecta este
problema al niño.
La exploración psicopedagógica nos permite realizar:
Un diagnóstico diferencial (ayuda a establecer si la
sintomatología responde o no a un trastorno por D. A. c. H. o a
otro síntoma como depresión infantil, trastorno por ansiedad,
problemas de conducta, etc.)
Un diagnóstico de posición (confirmada la hiperactividad,
debemos determinar en que medida afecta al niño y en qué
áreas, debiendo realizar una exploración completa que incluya
tantas pruebas como se consideren necesarias para cada
niño).
59. Diagnóstico del equipo multiprofesional
Algunas de las pruebas más frecuentes, aunque no son
necesarias todas para todos los niños, son:
Pruebas intelectuales, para determinar la existencia
de retraso mental y para una valoración cualitativa de
las capacidades del niño, de las estrategias que utiliza y
de la forma en que emocionalmente responde a estas
pruebas de exigencia intelectual (frustración, cansancio,
etc.). Permiten comparar el rendimiento intelectual
respecto a los demás niños de la misma edad, al tiempo
que su propio rendimiento en cada una de las pruebas,
observando los aspectos cognitivos más débiles y más
fuertes.
60. Diagnóstico del equipo multiprofesional
Batería de pruebas pedagógicas, para valorar el nivel
escolar del niño, buscando conocer aspectos como: el nivel de
velocidad lectora y exactitud lectora (omisión de palabras,
sustitución, seguir con el dedo, etc.); el nivel de
automatización de la lectura (errores en palabras largas y
en las poco frecuentes); el nivel de comprensión lectora
respecto de su edad; la calidad de la caligrafía (letra
adecuada y grado de automatización);nivel de ortografía; el
cálculo matemático automático (mentalmente, sin utilizar
los dedos, o si olvida los datos); la calidad de las estrategias
de solución de problemas matemáticos; los hábitos de
estudio (se pone a estudiar sólo, organización del tiempo, se
mantiene sentado en la mesa de trabajo, trae los libros
necesarios, etc.); la capacidad de resumir la idea principal
de un texto y la de definir conceptos; y la riqueza de
vocabulario.
61. Diagnóstico del equipo multiprofesional
Batería de pruebas cognitivas, para determinar las
alteraciones en los procesos cognitivos, como:
• Lugar de control respecto a situaciones
académicas o interpersonales (grado en que un niño
percibe el éxito o fracaso en la escuela o en situaciones
personales como fruto de factores internos (inteligencia,
esfuerzo personal, etc.) o externos (suerte, dificultad de
la tarea o favoritismos del profesor) y el grado de
control que percibe sobre ellos (si los puede o no
cambiar). Se pueden utilizar las “Escalas de Lugar de
Control en Situaciones Académicas y en Situaciones
Interpersonales para niños y adolescentes” (ELC, de
Godoy y colab.).
62. Diagnóstico del equipo multiprofesional
• Los estilos cognitivos: el dependiente-independiente
de campo perceptivo, se mide a través del “Test de
Figuras Enmascaradas para niños” (CEFT de Witkin,
Oltman, Raskin y Karp, 1982); el cognitivo reflexivo o
impulsivo, se utiliza el “Test de Emparejamiento de
Figuras Familiares” (Cairns y Cammock, 1978) y según
el rendimiento en esta prueba los niños hiperactivos son
“rápidos inexactos” (mayor componente de
impulsividad) o “lentos inexactos” (mayor componente
de déficit de atención); la flexibilidad y rigidez cognitiva,
evaluada con el “Test de Colores y Palabras”, el STROOP
(C.J. Golden, 1994).
63. Diagnóstico del equipo multiprofesional
• Pruebas de integración perceptiva, como el “Test
Guestaltico Visomotor” de Bender (para el diagnóstico
de lesiones cerebrales en niños) y el de la “Figura
compleja” de Rey (1942).
La evaluación del déficit de atención, se utilizan
tareas de vigilancia (estar atento y alerta a un estímulo)
y el tiempo de reacción (el tardado en dar una respuesta
ante un estímulo). Se aplican los “Test de Percepción de
Diferencias (CARAS)” (Thurstone y Yela, 1988), para
evaluar la aptitud para percibir de forma rápida y
correcta, semejanzas y diferencias; y el “subtest de
claves del WISC-R”, prueba de atención selectiva que
forma parte del Test de Inteligencia de Weschler para
niños (1994).
64. Diagnóstico del equipo multiprofesional
La exploración neurológica, para la detección de
signos neurológicos menores.
La exploración neurofisiológica, el encefalograma
(detectar alteraciones que agraven el problema de la
hiperactividad infantil); la cartografía cerebral (técnica
de neuroimagen que permite valorar el funcionamiento
cerebral); y los potenciales evocados (que permiten
valorar la capacidad de discriminación, de análisis y de
codificación de los estímulos).
66. Dimensiones que debe contemplar
► Un programa de intervención adecuado debe:
• Ser elaborado de forma individualizada.
• Debe incluir todos los dominios en los que el niño hiperactivo
manifiesta algún problema (cognitivos, emocionales y
comportamentales).
• Determinar en qué medida estas dificultades afectan al ámbito
escolar y social.
• Tiene que ser enfocado desde un punto de vista personal y
familiar.
► Es a los especialistas (psicopedagogos, psicólogos, pedagogos y
neurólogos especializados) a quienes, de forma conjunta corresponde
realizar el diagnóstico diferencial, el diagnóstico de posición y el diseño
de un programa de intervención.
67. El tratamiento farmacológico
► En la actualidad, el metilfenidato es el medicamento recomendado por
el comité para fármacos de la Asociación Americana de Pediatría y la
Sociedad Canadiense de Pediatría. No obstante, son varios los
fármacos los que son utilizados.
► Entre el 70 y el 80 por ciento de los niños diagnosticados con Déficit
de Atención con Hiperactividad responden favorablemente a este
fármaco, algunos de ellos de manera espectacular.
► A diferencia de otro tipo de fármacos, el metilfenidato carece de
efectos secundarios importantes, tan sólo se han descrito en algunos
casos cierta dificultad para iniciar el sueño y disminución del apetito
(Cabanyes y Polaino-Lorente, 1997).
68. El tratamiento farmacológico
► Características de los tratamientos farmacológicos:
• La medicación reduce la hiperactividad motriz, la agresividad y mejora la
atención y concentración.
• Su efecto es limitado (sólo mientras dura la medicación), pero facilitan la
aplicación de los tratamientos psicológicos de forma paralela.
• Su facilidad de aplicación y sus efectos inmediatos, permiten, en
ocasiones, que el niño mantenga el ritmo de aprendizaje y no pierda el
curso.
• No obstante, si la aplicación no se realiza de forma cuidadosa, el niño o los
padres pueden atribuir las mejoras a la medicación y no a su propio
esfuerzo, atribuyéndole efectos mágicos y reduciendo la sensación de
control del niño sobre su propia conducta.
69. El tratamiento cognitivo-comportamental
► La finalidad del tratamiento del niño hiperactivo es conseguir que sea
capaz de alcanzar por sí mismo una total autonomía:
• Autonomía en la regulación de su comportamiento (autocontrol,
adaptación de normas, etc.)
• Autonomía física (hábitos, orden, colaboración, etc.)
• Autonomía cognitiva (capacidad de selección de información,
autoevaluación, selección de estrategias, autocorrección, etc.)
• Autonomía emocional (independencia de los adultos, autoestima
sana y relaciones satisfactorias con los demás)
► Los tratamientos cognitivo-comportamentales utilizan técnicas
cognitivas (autoinstrucciones, autoafirmaciones, toma de conciencia de
los procesos mentales...) y técnicas comportamentales (basadas en el
control de los acontecimientos que provocan la aparición o el
mantenimiento de las conductas positivas o negativas)
70. Las técnicas comportamentales
► Están dirigidas a mantener al niño trabajando en la tarea, controlar la
impulsividad, terminar las tareas, obedecer e incrementar sus
habilidades sociales al tiempo que tratan de reducir la hiperactividad
motriz, disminuir el tiempo en que el niño está fuera de la tarea que le
corresponde...
► Se basan en la administración de refuerzos o castigos para controlar
las conductas positivas o negativas del niño.
► Son muy variadas y pueden ser adaptables a múltiples ámbitos:
Para aumentar conductas positivas, el refuerzo positivo o premio:
• Dar puntos por buen comportamiento. Los puntos no se entregan
para reforzar todas las conductas correctas del niño, sino aquellas
conductas correctas que le requieren un gran esfuerzo.
71. Las técnicas comportamentales
Los puntos se plantean como algo temporal, como un
reconocimiento al esfuerzo realizado.
Los puntos se otorgan por conductas que cuestan esfuerzo.
Las conductas por las que se entregan puntos son individuales
para cada niño.
Hay que evitar que entre hermanos (o compañeros) se planteen
los puntos por la misma conducta como una competencia.
Los puntos no son canjeables por premios que supongan un gasto
extra.
El apoyo de una conducta con puntos debe llegar a extinguirse.
Cuando el niño se va acostumbrando a realizar la actividad y le
resulta fácil, podemos optar por mantener la misma exigencia,
pero conseguir el premio le costará más puntos, o bien
mantenemos el mismo número de puntos para el premio y
aumentamos la exigencia.
Los puntos ganados por una buena conducta no pueden quitarse
nunca por una mala conducta.
72. Las técnicas comportamentales
• El reconocimiento social. La alabanza social como premio es
muy eficaz para mejorar el rendimiento de un niño hiperactivo;
no obstante, como ni los padres, ni los profesores pueden estar
constantemente felicitando al niño por sus logros, es importante
entrenar a los niños para que sean ellos mismos quienes
apunten en un gráfico sencillo cada vez que han logrado un
objetivo (autorregistro).
• La atención de los mayores. Uno de los castigos más duros
para un niño hiperactivo es la retirada de atención de los
mayores. Ignorar cuando se porta mal y atenderle, escucharle,
jugar con él cuando se porta bien es uno de los principios
básicos para cambiar su comportamiento.
73. Las técnicas comportamentales
Para reducir conductas negativas, “el castigo”, es decir, cualquier
actividad negativa que, seguida a una conducta negativa que
deseamos eliminar, hace que disminuya la probabilidad de que la
conducta se repita en el futuro (reprimenda en privado, quedarse al
terminar la clase, trabajo escolar extra...):
• Tiempo fuera de refuerzo positivo. Consiste en la retirada a un
lugar cercano, pero lejos de estímulos gratificantes (como personas o
juguetes). Es una técnica para reducir la aparición de conductas
negativas, para que el niño deje de portarse mal, sobre todo si lo que
busca es la atención de las personas que están con él.
• Las reprimendas, siempre que no supongan prestar mucha atención
al niño, pues no son efectivas. Con niños hiperactivos las reprimendas
son efectivas si:
Son breves.
Deben producirse cada vez que el niño abandona la tarea o
comete la conducta que deseamos eliminar.
74. Las técnicas comportamentales
Deben producirse de forma inmediata a la aparición de la
conducta.
Deben ser aisladas (hacer “borrón y cuenta nueva”).
Deben ir acompañadas de palabras de aliento o refuerzo
positivo social cuando el niño se esté comportando bien.
Deben tener siempre la misma intensidad (ir aumentándola
no resulta eficaz).
A la regañina debe seguir un refuerzo por el primer buen
comportamiento que se observe en el niño inmediatamente
después de la conducta por la que se le “castigó”.
• Coste de refuerzo (o de premio), es una técnica que mezcla
el premio y el castigo. Básicamente consiste en la entrega diaria
de puntos que el niño debe conservar o perder dependiendo de
su comportamiento. Al final del día puede canjear los puntos
sobrantes por premios como tiempo para jugar, actividades
divertidas, caramelos, juguetes...
75. Las técnicas comportamentales
• Práctica positiva, consistente en pedir al niño que realice la
conducta correcta una y otra vez o de forma exagerada.
Los niños hiperactivos aumentan sus conductas positivas si:
• Se les exige en la medida de sus posibilidades.
• Se les premia por el esfuerzo realizado.
• Pueden observar de alguna forma visible que han mejorado.
Los niños hiperactivos disminuyen sus conductas negativas si:
• Se les castiga de forma inmediata, sin mucho público y con un
castigo lo más relacionado posible con la infracción cometida.
• Se ignoran la mayoría de sus conductas inadecuadas (o se les
retira a otro cuarto unos minutos) y se les refuerzan
inmediatamente aquellas conductas incompatibles con la que
deseamos eliminar.
76. Las técnicas cognitivas
Hicieron su aparición en el ámbito de la intervención de la
hiperactividad mucho más recientemente y su eficacia, cuando
se aplican asociadas a las técnicas comportamentales, ha sido
probada en muchas investigaciones. Existen distintas
opciones, entre ellas:
Ofrecer modelos de conducta reflexiva con aplicación de
buenas estrategias de solución de problemas. Los niños
imitan aquellos modelos de su mismo sexo y edad y no
aquellos que lo hacen todo bien, sino aquellos que cometen
errores y aprenden a rectificar a tiempo.
77. Las técnicas cognitivas
Técnicas para aprender a autoevaluarse correctamente.
Los niños hiperactivos no son capaces de reflexionar sobre los
acontecimientos que viven, tiene dificultades para observar los
acontecimientos que suceden en su entorno y analizarlos. Más
difícil aún es para ellos darse cuenta de sus propias
dificultades y analizar las posibles soluciones; tienen dificultad
para reflexionar sobre lo que les sucede y para enfrentarse a la
frustración que supone aceptar esas dificultades.
Una de las tareas de los especialistas durante las sesiones de
tratamiento individual consistirá en enseñar al niño a
autoevaluar su propia conducta (tanto positiva como la
negativa), autoevaluar sus estilos de aprendizaje
(adecuados e inadecuados) y los propios errores.
78. Las técnicas cognitivas
La autoevaluación debe dirigirse hacia dos aspectos:
La autoevaluación general del comportamiento, que va a
permitirle tomar conciencia de las cosas que hace bien, en las
que tiene dificultad y de sus posibles soluciones. El
procedimiento básico de autoevaluación será:
1. Hacer junto con el niño una lista de las cosas que se le dan bien
(encontrar con él las cosas positivas en su comportamiento, su
rendimiento, su aspecto físico y su actitud hacia los demás).
2. Confeccionar otra lista con las cosas que le cuesta hacer
(preguntar en clase levantando la mano, no dejar su asiento
mientras trabaja, terminar las tareas...). Sin entrar en juicios de
valor, se debe procurar que las conductas sean propuestas por
él o contrastadas con la experiencia siempre analizándolas
como un amigo en busca de ayuda, ya que el niño tendrá
dificultades para autoevaluarse, al no ser suficientemente
reflexivo y, además, no desear tener una imagen negativa de sí
mismo.
79. Las técnicas cognitivas
3. Cuestionarse posibles soluciones para cada uno de los
aspectos destacados en la lista anterior (propuestas por
él mismo, ayudándole a perfilarlas si son incoherentes o
irrealizables)
La autoevaluación general del comportamiento se realiza al
comenzar la intervención para proponer los objetivos y
presentar las actividades que formarán parte del
tratamiento, pero no finalizará en ese momento,
completándose a medida en que transcurriendo el tiempo
el niño pueda observar los objetivos conseguidos, los que
debe modificar y qué conductas positivas nuevas ha
descubierto.
80. Las técnicas cognitivas
La autoevaluación específica y objetiva de las tareas
realizadas en cada sesión, que permite al niño adecuar
sus expectativas a su rendimiento real. El procedimiento
a seguir será:
1. Al final de las actividades de una sesión, el niño debe
anotar y valorar (de 0 a 5) cada una de ellas.
2. La autoevaluación de cada actividad se realizará de
manera conjunta entre el niño y el adulto (quien debe
hacer de modelo reflexivo de análisis para el niño).
3. Cuando el niño ha empezado a entender el modo de
autoevaluarse se le podrá premiar si se considera que su
autoevaluación ha sido correcta (si coincide con la
situación real vivida momentos antes).
81. Las técnicas cognitivas
Para los niños más pequeños (entre 4 y 6 años) o para niños
con un cuadro de Déficit de Atención con Hiperactividad
grave, se llevará una autoevaluación de las conductas
positivas y la introdución de las tecnicas necesarias para
modificar poco a poco las negativas. Una vez modificada
la conducta negativa se puede realizar una
autoevaluación de lo que antes no sabía hacer y de lo
que ahora ya ha conseguido.
Los niños llegarán así al mismo lugar, es decir, a la
autoevaluación, pero “a toro pasado” de sus malas
conductas, con lo que la sensación de mejora y
gratificación será mucho mayor.
82. Las técnicas cognitivas
Entrenamiento para atribuir de forma adecuada las
consecuencias de los éxitos o los fracasos. Los niños
hiperactivos tienden a atribuir sus fracasos y su mal
comportamiento a factores externos y los éxitos a
factores internos. Es una forma de proteger la propia
autoestima, pero implica una absoluta falta de control
sobre los acontecimientos que le atañen. El
reconocimiento de cierto grado de responsabilidad en
una conducta es un requisito previo para su modificación.
Aprovecharemos el momento de la autoevaluación para
asegurarnos que el niño atribuye las causas de sus
buenas o malas conductas de una forma adecuada.
Cuando un niño muestre mucho rechazo a hablar de sus
propios errores, no conviene presionarle. En estos
casos reforzaremos su autoimagen positiva
sometiéndole a experiencias de éxito asegurado,
aumentando la tolerancia a la frustración.
83. Las técnicas cognitivas
Utilización de autoinstrucciones para aprender a
pensar. Los niños hiperactivos como los demás niños
utilizan el lenguaje para regular su conducta y ordenar su
pensamiento, sin embargo, no parecen ser tan hábiles
como los niños reflexivos. Los hiperactivos piensan de
forma impulsiva, saltándose muchas fases del proceso
que son necesarias para resolver una situación con
eficacia: observar; recoger toda la información; analizar la
información; desechar la información innecesaria; trazar
un plan de acción; tantear todas las posibilidades de
respuesta; predecir las posibles consecuencias de cada
respuesta; tomar una decisión; comprobar el resultado,
felicitarse si ha sido positivo; preguntarse en qué
momento se ha fallado; reanalizar la situación; y
reanalizar las posibilidades de respuesta.
84. Las técnicas cognitivas
Algunos niños hiperactivos procesan de forma impulsiva:
reciben la información (en ocasiones incompleta),
responden intuitivamente sin reflexionar y se frustran
cuando los resultados no son satisfactorios. Otros,
con dificultades de atención, procesan la información
de forma lenta y desorganizada, carente de
estrategias eficaces.
Para ayudar a frenar y organizar el pensamiento de los
niños impulsivos, el Dr. Meichenbaum (1974)
consideró necesario pedirles que verbalizaran en vos
alta sus pensamientos para después ayudarles a
organizarlos siguiendo una serie de pasos que
denominó autoinstrucciones. Las autoinstrucciones se
han convertido en instrucciones aplicables a todo tipo
de problemas:
85. Las técnicas cognitivas
PRIMER PASO: Debo saber ¿qué es lo que tengo que
hacer?
SEGUNDO PASO: ¿Cómo lo voy a hacer? Estableceré un plan
de acción.
TERCER PASO: Recordaré y diré en alto “tengo que estar
muy atento y ver todas las posibilidades
de respuesta”.
CUARTO PASO: Daré la respuesta.
QUINTO PASO: Evaluaré el resultado y diré:
Si es correcto: ¡Me ha salido bien!, ¡estupendo soy genial!
Si no es correcto: ¡Vaya!, ¿por qué me ha salido mal? (para
responder a esta pregunta deberé
analizar en qué paso he fallado). “¡Ah!,
¿fue por eso?, bueno, ahora que lo sé la
próxima vez saldrá mejor”.
86. Las técnicas cognitivas
Previo a los pasos anteriores, para que el niño centre su
atención en el material sobre el que va a trabajar se puede
incluir otro paso, formulado como “Antes de hacer nada
digo todo lo que veo” (Orjales), para entrenar a los niños en
el observar y analizar el material con el que van a trabajar
antes de que sepan lo que deben hacer con él.
Entrenamiento en estrategias de solución de
problemas. Cada tarea requiere un tipo de estrategias de
análisis y solución de problemas. Aprovechando el paso
segundo de las autoinstrucciones, ¿cómo lo voy a hacer?,
se pueden enseñar estrategias específicas para cada tarea.
De esta manera el niño aprenderá unas estrategias
generales que le servirán para abordar cualquier problema
y unas estrategias específicas para cada tarea en
particular.
88. Del profesor depende...
• Que sea detectado a tiempo el cuadro de Déficit de Atención con
Hiperactividad, ya que les suele costar menos que a los padres
percatarse de que algo no va bien.
• La manera en que los padres van a entender y aceptar las señales
de alerta del profesor, siendo lo más objetivo y riguroso posible al
transmitir la información.
• La mejora del comportamiento del niño en el aula.
• El control de los efectos negativos que el comportamiento del niño
pueda tener sobre los demás alumnos del curso, sin culpabilizar o
estigmatizar a ninguno.
89. El profesor debe...
• Asesorar a los padres para que busquen ayuda.
• Informarles de los progresos del niño y sugerir pautas de actuación
comunes para el colegio y la casa.
• Solicitar a los padres información del especialista y ponerse en
contacto con él para un trato más directo si es necesario.
• Conocer y aplicar técnicas cognitivas y de comportamiento en el
aula, maximizando el rendimiento del niño y mejorando su conducta
en el colegio.
• Ayudar a generalizar lo que el niño ha aprendido en las sesiones
individuales a la situación del aula utilizando autoinstrucciones, las
estrategias como marco de referencia para todos los niños..
• Adecuar las exigencias al nivel del niño.
• Favorecer la mejora de la autoestima y el autocontrol.
90. El profesor necesita...
• Un diagnóstico temprano de la situación en que se encuentra su
alumno (-a).
• Información clara de qué es el Trastorno por Déficit de Atención con
Hiperactividad.
• Información sobre el grado de afectación de su alumno (-a), es
decir, qué conductas deben modificarse, el nivel académico que
tiene, el nivel de atención que puede prestar a una tarea concreta,
si puede exigirle que trabaje más o menos tiempo seguido.
• Tener presente que el problema tiene solución y que la evolución
del niño depende en gran medida de su actitud y de la colaboración
de los padres.
• Disponer del asesoramiento adecuado sobre la mejor forma de
generalizar algunas técnicas empleadas en el tratamiento individual
al aula (contacto constante con el especialista).
91. El profesor necesita...
• Recibir instrucción directa sobre el tratamiento general del niño y
específica sobre las pautas de actuación para el aula.
• Colaborar con el neurólogo en el registro del comportamiento del
niño durante la toma de la medicación con el fin de ajustar la dosis
adecuada. Al tratarse de estimulantes los especialistas solo recetan
dosis necesarias para que el niño mantenga la atención durante la
jornada escolar.
El profesor puede aportar información muy valiosa valiéndose de un
sencillo registro siguiendo una escala de 0 a 2 puntos:
0: No está más inquieto que el resto de los niños de la clase. Se centra y
trabaja.
1: Se encuentra algo inquieto. Le cuesta centrarse.
2: Se encuentra muy inquieto. Se levanta o molesta en clase. No se centra.
92. El profesor necesita...
Para hacer el registro más fácil, el profesor puede utilizar el mismo
horario de clases, valorando cada una de ellas o cada tiempo de
trabajo según la escala indicada y la entregará a los padres al
final de la semana.
Es conveniente que el registro se encuentre de forma discreta en
la mesa del profesor para que pueda ser valorado por todos los
profesores si el niño tiene más de uno.
El profesor debe ceñir su tarea a la problemática que manifiesta el
niño en el aula. Si no se cuenta con la ayuda de los padres, el
profesor puede modificar muchas cosas en el niño sobre la
conducta específica del aula.
93. Estrategias y técnicas para facilitar la labor del
profesor en el aula
• El profesor para enfocar el trabajo en la clase debe tener en cuenta
los aspectos siguientes:
Para cada una de las conductas que quiera cambiar en un
alumno debe tratar de utilizar el mayor número de
aproximaciones diferentes al problema.
Retirar la atención ante las malas conductas cuando éstas se
produzcan con mucha frecuencia, reforzando (premiando) con
atención las contrarias.
Plantear las normas de clase para todos, no sólo para el niño
hiperactivo.
Tratar de evitar aquellas situaciones que se sabe el niño
hiperactivo no puede controlar.
Recordar que no se puede cambiar todas las conductas al
mismo tiempo. Comenzar por las menos difíciles de modificar.
94. Estrategias y técnicas para facilitar la labor del
profesor en el aula
Tan importante es adaptar la tarea a un niño como programar un
sistema de registro para que éste compruebe de forma visible
que mejora.
Si se quiere modificar una conducta, se deberá desmenuzar en
pasos pequeños y reforzar cada uno de ellos.
Evitar la competición de unos niños con otros.
• Para evitar lo abstracto e indefinido, conviene concretar algunas
técnicas:
Modificar las condiciones del ambiente del aula para favorecer la
concentración en clase, modificando el espacio, la distribución de los
muebles, la localización de los pupitres, etc., para favorecer el cambio
de conducta del niño hiperactivo.
- El niño hiperactivo debe tener la posibilidad de trabajar solo
en un pupitre aislado, cuando necesite realizar tareas que
requieran concentración.
95. Estrategias y técnicas para facilitar la labor del
profesor en el aula
- El pupitre debe situarse cerca de la pizarra en un lugar libre
de distractores.
- Situando cerca del profesor al niño podremos controlarle
mejor y decirle que trabaje cuando se distraiga y animarle
cuando trabaje bien.
- Utilizar una carpeta abierta y colocada de pie sobre la mesa
a modo de pantalla mientras trabaja, en momentos en los
que sea factible algún cambio.
- Situar en la clase un cesto para meter los juguetes a primera
hora de la mañana hasta la hora del recreo, evitando que
tenga la tentación de jugar con ellos durante la clase.
- Permitir al niño escuchar de pie cuando ya se “ha caído” de
la silla, dándole un respiro a su necesidad de moverse.
96. Estrategias y técnicas para facilitar la labor del
profesor en el aula
- Nombrarle encargado de cerrar la clase a la hora del recreo
puede evitar que empuje en la fila para ser el primero.
- Asegurarnos de que adquiera la costumbre de vaciar la
mochila en el pupitre cuando llega, evitando tener que dar
paseos innecesarios a por su material.
- Colocar un cartel en la pared donde pueda pintarse puntos o
estrellas cada vez que termine una tarea, además de registro
de buena conducta le permitirá levantarse y dar un paseo
que le ayudará a concentrarse mejor en la siguiente tarea y
mantenerse otro buen rato sentado.
- Prohibir estuches sofisticados puede ayudar a reducir la
distracción.
- Tener fichas de laberintos, sopas de letras, de colorear, de
razonamiento lógico, etc., en la clase para los niños que
terminan antes, puede permitir tener controlados a los
rápidos y motivar a los lentos.
97. Estrategias y técnicas para facilitar la labor del
profesor en el aula
La estructuración de la tarea en tiempos cortos para ayudar
al niño a terminar los tareas, técnica que puede
complementarse con...
Las técnicas comportamentales aplicadas al aula:
Los premios para que las conductas positivas de los niños
aumenten. El profesor tiene las siguientes recompensas a su
alcance:
- Privilegios de clase (borrar la pizarra, cerrar con llave,
repartir el material, hacer recados...).
- La atención del profesor (decirle que venga a
enseñarnos la tarea cada vez que termine un ejercicio,
una sonrisa o guiño de aprobación, pararse a observar
su trabajo...)
98. Estrategias y técnicas para facilitar la labor del
profesor en el aula
- Los puntos individuales.
- Los puntos de grupo.
- Los autorregistros de rendimiento (guardar la primera
copia del curso y repetirla tiempo después para que
compare la diferencia, escribir el nombre cuando se
sepa una de las tablas de multiplicar, un separador de
libros donde se puedan ir apuntando quienes lo hayan
leído...).
- El reconocimiento público (comentarios positivos en alto,
permitir que el niño vaya a enseñarle la tarea o el
registro de puntos a otro profesor o al coordinador, notas
a casa destacando los aspectos positivos, un trabajo de
clase colgado en el corcho...).
99. Estrategias y técnicas para facilitar la labor del
profesor en el aula
El tiempo fuera de refuerzo positivo, sirve para eliminar
todos aquellos comportamientos negativos motivados por
el deseo del niño de llamar la atención del profesor. Una
vez seguros de que el niño busca llamar la atención
podremos aplicarlo, pero teniendo en cuenta los siguientes
pasos:
1. Plantear de antemano unas normas para toda la clase.
2. Cuando un niño interrumpa de cualquier modo el
trabajo de clase, el profesor no tendrá que darle
explicaciones, y le colocará “fuera de clase” (por
ejemplo).
3. A los cinco minutos (más o menos) el profesor pedirá a
otro niño que vaya a buscarle y le ponga al día de la
tarea a realizar.
4. Una vez que se ponga a trabajar el profesor le prestará
atención discretamente.
100. Estrategias y técnicas para facilitar la labor del
profesor en el aula
El castigo como consecuencia directa de la mala
conducta, de gran utilidad ya que el niño no valora el
castigo como una venganza del profesor sino como una
consecuencia directa de su comportamiento.
La práctica positiva, realizando la conducta que se ha
incumplido varias veces o en una intensidad exagerada.
Una manera de sistematizar el refuerzo individual con
puntos, en el contexto de clase, es el autorrefuerzo
positivo colectivo para el control del comportamiento
y la mejora del rendimiento escolar, mediante el cual se
favorece el refuerzo de conductas adecuadas; se
puede integrar el tratamiento del niño hiperactivo dentro
de la clase; se puede eliminar, en lo posible, el
ambiente de competitividad del aula; y se favorece el
refuerzo entre compañeros.
101. Estrategias y técnicas para facilitar la labor del
profesor en el aula
El profesor como modelo de conductas reflexivas y de
autocontrol. Está demostrado que los profesores reflexivos
tienen alumnos más reflexivos y los profesores impulsivos
tienen alumnos más impulsivos. El niño hiperactivo, por su
inmadurez y su dependencia emocional, es extremadamente
fácil de influir, por lo que el profesor puede modelar con éxito
actitudes reflexivas en la realización de tareas de clase.
La utilización de las autoinstrucciones en el aula,
aplicables en cualquier área o materia (y por todos los
alumnos), ayuda a secuenciar el pensamiento y aumentar la
eficacia en la solución de problemas (1º. Antes de hacer nada
digo todo lo que veo; 2º. ¿qué es lo que tengo que hacer?...
102. Estrategias y técnicas para facilitar la labor del
profesor en el aula
El papel de los coterapeutas, es decir de niños que
colaboran con el profesor para apoyar a otro niño en su
programa de trabajo individual. Ofrece las siguientes ventajas:
Controlar indirectamente más conductas en el aula.
Tener otra opinión de lo sucedido cuando él no ha estado
presente.
Crear cierto distanciamiento entre el niño hiperactivo y el
profesor en los momentos en los que el distanciamiento es
un requisito para la extinción del refuerzo.
Ayuda al niño coterapeuta a afianzar sus conocimientos.
Ayuda al niño coterapeuta a ser solidario, al tiempo que
recibe más atención del profesor.
Ayuda al niño hiperactivo a recordar objetivos que se han
propuesto y para los que está tratando de ganar puntos.
Ayuda al niño hiperactivo a ser más aceptado en un grupo.
103. Estrategias y técnicas para facilitar la labor del
profesor en el aula
El niño coterapeuta debe tener unas características
determinadas:
Debe ser un niño admirado o querido por el niño
hiperactivo.
Debe ser reflexivo y organizado.
Debe acceder voluntariamente al plan de trabajo.
No debe buscar la aprobación del profesor para prestar su
colaboración.
No debe manifestar ansiedad por la tarea encomendada.
Su colaboración tendrá un tiempo limitado (una semana,
prorrogable).
Debe poder compartir la mesa del niño hiperactivo durante
ese tiempo.
104. Estrategias y técnicas para facilitar la labor del
profesor en el aula
Debe recibir los mismos puntos que su compañero
obtenga por cumplir con sus objetivos.
Se le debe enseñar cómo ser un coterapeuta (apoya,
orienta, pero no soluciona).
Se debe controlar que el coterapeuta no se vuelque tanto
en el compañero que olvide su propio trabajo.
El “protagonista de la semana”, para mejorar la autoestima.
La actividad da comienzo cuando el profesor decide, mediante
un supuesto sorteo, quien va a ser el protagonista de la
semana (es necesaria la colaboración de los padres).
Con esta actividad podemos ayudar a que los niños se
conozcan mejor entre sí y favoreceremos que el niño
hiperactivo se vea valorado por los demás y sea percibido
por ellos de una forma positiva (se habla de él, los padres
cuentan de él anécdotas de su vida, en el mural aparecen
las cosas que le gustan, sus cosas buenas...).
105. Estrategias y técnicas para facilitar la labor del
profesor en el aula
La “Técnica de la tortuga”, para favorecer el autocontrol.
Esta técnica fue diseñada por M.Schneider (1994) como un
método eficaz para el autocontrol de la conducta impulsiva en
el aula, revelándose muy útil en situaciones de descontrol por
carga emocional. Muy útil en preescolar y hasta los siete
años. A partir de esta edad, la escenificación de la tortuga se
utiliza como un planteamiento lúdico de una técnica de
relajación y autocontrol.