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      MEMORIAS
     PELIGROSAS
MEMORIAS
PELIGROSAS




 FRANCISCO VALDEZ
D.R. © 2008 Aguascalientes, México.   Registrada en INDAUTOR.
DEDICATORIA




A mi madre, familia y amigos cuyo estímulo para seguir escribiendo
               ha sido tan valioso y confortante.
Capitulo 1
Martes 16 de noviembre del 1999 20:40 pm.

Hospital Central de Ginecoobstetricia...

¡Una camilla!... ¡dense prisa!....gritaba la recepcionista Evangelina Torres… era su primer día de
trabajo y los hospitales anteriores donde llego a servir, nada tenían que ver con este a donde la
habían transferido el último año previo a su jubilación.
Con una camilla que rechinaba en una de sus ruedas llego la enfermera Yukie Hata dispuesta a
ayudar.
Una puerta trasera izquierda de un vehículo rojo se abría para tratar de dar paso a una mujer que
en medio de gritos, reclamos y gemidos se esforzaba por subir a la camilla con la ayuda de un
camillero y su esposo, cuando lo consigue, solo le queda recorrer sus últimos metros, los cuales la
separan de la sala donde la causa de su intenso dolor saldrá a conocer por primera vez un mundo
muy diferente al que se había acostumbrado durante más de 270 días atrás.

Esperando en la sala de partos estaba el médico interno de pregrado Adrian Saldivar, quien se le
dio aviso telefónico acerca de lo que se acercaba a su área de trabajo,

-¡no puede ser!, ¿que no piensan dejarme acabar los expedientes?-

No había sido un día muy tranquilo para él, y el médico adscrito, el doctor Tomás Nicandro de
ninguna manera contribuía a que lo fuera.

-¡No has acabado los expediente de la sala 3!- se oyó su voz mientras salía del consultorio de
urgencias obstétricas, - se te va a acumular el trabajo date prisa-

-si- contesto del doctor Adrian con una sonrisa medio fingida – viene hacia acá un parto fortuito,
en cuanto termine de atenderlo, con gusto me daré la prisa necesaria-

El doctor Adrian procedía de Zacatecas, alto, de complexión mediana, moreno claro, risueño por
naturaleza, muy rara vez se disgustaba, relajado, estudioso, con mucha iniciativa. No fue el mejor
estudiante de su universidad, pero tenía ese toque humano que hacía que un paciente se sintiera
bien, les nacía el alagarlo cada vez que había la oportunidad.

-¿no viene preparada con nada verdad?- pregunto el doctor Adrian.

-imposible, apenas la subimos a la camilla y la desvestí en el consultorio me di cuenta que no
podía esperar ya más, casi viene coronando- contestó Yukie.

-Pásela, aquí la canalizaremos y procuraremos prepararla lo mejor posible, ¡uff! espero no nos dé
una sucia sorpresa- dijo el doctor Adrian.

-vístase usted también, sus compañeras no han llegado y no podemos esperar más-

-pero no es mi área, sino urgencias y tampoco hay nadie, mi compañera no ha llegado-

-ahora lo es, pida un uniforme a CEYE (Central de Equipos Y Esterilización) y cámbiese pronto, las
enfermeras de la tarde aún están en el quirófano ayudando en una cesárea-

-está bien, no tardare ahorita entro-
-pero rápido-

En menos de 2 minutos la enfermera Yukie ya traía un uniforme azul marino un gorro, un cubre
boca y se calzaba las botas especiales para circular dentro del área blanca de Tococirugia o área de
partos.

-Abra el equipo de parto ayúdeme a vestirme, este producto está a punto de abandonar el útero
materno-

-¿qué medida de guantes necesita?-

-siete y medio-

-no voy a alcanzar a canalizar la vena ni a rasurar, ni a aplicar el enema evacuante-

-no importa-

En cuestión de minutos la enfermera Yukie tenía todo listo, gasas, equipo de parto abierto,
incubadora para introducir al producto después de cortar el cordón umbilical, aspirarlo, secarlo,
ligar su cordón tomarle sus medidas y recibir su dosis de antibiótico en sus ojos y su vitamina k.

-¡Puje fuerte, ya viene! –

-¡un poco más señora, no se detenga!-

Decía el doctor mientras observaba dilatarse cada vez más el canal del parto y aparecer en forma
más clara la cabeza del producto.

Ante los ojos sorprendidos de Carlos Rúa un estudiante de enfermería que acababa de llegar al
área y que apenas contemplaba su primer parto, el útero de esa mujer expulsaba un producto
femenino, sonrosado acompañado de un líquido abundante color ámbar que lo rodeo durante su
estancia dentro de el.

-Hermoso ¿verdad?- comentaba Yukie ante los sorprendidos ojos del estudiante.

-un verdadero y maravilloso milagro, nada que ver con las animaciones que nuestros maestros nos
mostraban simulando el parto-

-esas solamente te dan la idea, para que comprendas por lo que pasa el bebe-

-sí, lo sé-

-¿te gustaría que juntos nos encargáramos de este bebe ahorita que acaben de aspirarlo?-

-¡claro que sí!, con mucho gusto-

-entonces te voy a poner en tus brazos este campo estéril para que lo recibas de las manos del
doctor, y en seguida lo lleves a la mesa al lado de la incubadora-

-está bien, oye, por cierto, ¿eres china?-

-no, soy japonesa-
-que bien, que bonita estas-

-gracias-

-vamos a estar viniendo mucho tiempo aquí los de mi grupo, ¿me enseñarías cosas de tu cultura y
tu idioma?-

-tal vez, a medida que me vayas impresionando con tus habilidades y aprendizaje te iré enseñando
algunas cosas sobre mi país y mi idioma-

-vale, ya dijiste-

Un llanto agudo, junto con un suspiro de alivio de la mujer interrumpió el ajetreo de la sala de
partos que este nacimiento fortuito había provocado esa noche nada tranquila en apariencia.
Momento propicio para recibir al bebe y atender sus primeras necesidades.

-Ahora sí, mientras aseo la cavidad de la paciente, ya pueden pasarle por favor su solución por la
vena, Hartmann 1000 ml mas 20 unidades de oxitocina, por favor- ordeno el doctor Adrian.

-claro que si doctor- dijo Yukie.

-Hola buenas noches, ¿todo bien?- se oyó una voz que entraba a la sala.

Era Carolina Fuentes, una enfermera admirada por el personal masculino del hospital, alta, de
figura agradable, ojos color miel, piel clara, cabello negro largo y ondulado sujeto fuertemente por
un pasador que lo mantenía ajustado a su cabeza, pues en el hospital la regla de enfermería era
no traer el cabello suelto, sino sujeto. Su habilidad en cualquier área del hospital que la asignaran
era ya algo muy conocido y apreciado por todos.

-muy bien Caro… pero creo que ya tienes en que entretenerte, yo debo de regresar a mi área que
es urgencias, y te dejo con Carlos un estudiante que tiene muchos deseos de aprender, trátalo
bien - dijo guiñando un ojo - es su primera vez… en un parto real.-

-descuida, el va a aprender mucho esta noche, es más desde ahora el va a ser el encargado total
de esta área, y yo su ayudante, el canalizará a la paciente y le dará sus cuidados post-parto,
¿verdad que si Carlitos?-

-este… si claro, como usted diga- dijo el estudiante riéndose nervioso mientras tomaba las
medidas del bebé. Su pie, su cabeza, su abdomen, su altura y su pecho.

-muy bien, ya me contarás como te trataron si nos toca vernos en el comedor, y recuerda,
prohibidas las dudas, cualquiera que tengas pregúntala, te ayudaremos en todo, ya que tu eres
quien nos va a cuidar a nosotras y nuestros hijos en el futuro ¿ok Carlitos?-

-sí, muchas gracias –

-mata ne, eso significa “hasta luego”- dijo Yukie guiñando un ojo.

Todos en la sala sonrieron.

-gracias Yukie, por tu apoyo- agradeció finalmente el doctor Adrian.
Meditando sobre como estaría el resto de su guardia Yukie caminaba a su servicio, urgencias
obstétricas, después de que al llegar a las 20:00 hrs ya había ingresado a tres amenazas de aborto,
un parto prematuro, una hemorragia uterina disfuncional, y un parto fortuito, no parecía que
aquella noche fuera a mejorar.

-Gambaru yo (esfuérzate), no viniste a México desde hace dos años a tener más problemas
¿verdad? sino a tratar de hacer lo correcto y ser feliz. Cumplir tus sueños- dijo dentro de sí misma.
Martes 16 de Noviembre 21:55 pm.

Hospital General Galeno

-¡Camillero, presentarse en recepción de urgencias, urgente!-

Ese fue el voceo que realizo la recepcionista Adriana Márquez mientras observaba un hombre de
complexión robusta convulsionando en la sala de espera mientras sangraba por su boca.

-¡ayúdenlo, por favor!- gritaba su familiar mientras las personas que esperaban su consulta veían
el terrorífico cuadro y se hacían para atrás sin evitar observar detalladamente.

-¡ábranme paso!- dijo Agustín el camillero en voz alta.

Mientras el doctor Eduardo Valadez y el enfermero Javier Fonseca trataban de introducir un
bolígrafo entre sus dientes para evitar que se mordiera el mismo su lengua.

Lo levantaron, lo llevaron a la sala de choque donde se atienden los casos críticos que se van
presentando.

-¡canalícenlo con solución Hartmann, y pásensela en bolo!, preparen un ámpula de diazepam y
pásensela también, quiero una química sanguínea completa, una biometría hemática y placas
abdominales- ordeno el doctor Eduardo.

-el paciente esta edematizado será difícil- dijo Javier mientras con dificultad buscaba con sus
dedos alguna vena que pudiera palparse.

-mientras hallo la vena destapa los tres tubos, el rojo el morado y el azul y prepara las telas
adhesivas para fijar el catéter por favor- indico Javier a Israel su pasante.

-sí, de inmediato- contestó.

-y no olvides que debemos de llevar el registro de todo lo que vayamos pasando, así que debemos
de estar muy atentos respecto a que aplicamos y en que dosis, fíjate si algún compañero esta libre
para que nos venga a apoyar-

-sí, también lo hare-

-se ve muy difícil canalizarlo ¿verdad?-

-no te preocupes… lo lograremos, ten fe-

Logrando encontrar una vena, casi por anatomía, agradeció haber hecho de esa su clase favorita
en sus tiempos de estudiante. Sus compañeros le decían que había errado la profesión, si le
gustaba tanto la anatomía y fisiología debía de haber sido médico, sin embargo el les decía que
amaba la enfermería y que aunque la medicina era muy interesante, jamás olvidaría lo que una
enfermera en su niñez le había enseñado con sus actos. El cálido toque de sus manos cuando lo
curaba de sus heridas después de haber estado accidentado, la tierna voz con que lo confortaba al
darle sus medicamentos y al pasarle otros por sus venas, su sonrisa y mirada que le invitaba tener
confianza en que todo iba a estar bien, y en su esposo, un enfermero que al hablar, siempre había
algo edificante y confortable que aprender de él, la destreza con que lo veía ayudar a sus colegas
en casos críticos que sucedían justo en la cama al lado de él, en el largo mes y medio que duró
encamado por un accidente automovilístico.

Esa pareja que se notaba el amor que se tenían a simple vista, siempre estaban platicando acerca
de lo nuevo que aprendían en su profesión, y de cómo se relacionaba con lo que ya habían
aprendido antes. Recordaba también como esa pareja enseñaba a unos estudiantes a memorizar
lo que más tarde escucho él mismo en el aula, La Regla De Oro, los 5 Correctos:

1.- Cama correcta

2.- Paciente Correcto.

3.- Medicamento correcto.

4.- Dosis Correcta.

5.- Vía de Administración correcta.

Y no se diga, los 4 principios básicos:

A) Respetar la individualidad del paciente.

B) Proveer a sus necesidades físicas elementales

C) Protegerlo de agentes externos dañinos a su salud.

D) Ayudarlo a regresar a su vida útil.

-¡listo, terminé!- dijo Javier mientras le daba a su pasante la indicación de que llevara las muestras
de sangre al laboratorio después de haberlos marcado con el nombre del paciente. Fijo el catéter
que había colocado en la vena, y comenzaba a pasar el diazepam indicado, gradualmente fueron
cediendo las convulsiones hasta llegar la estabilización, llamo al camillero, indico llevar al paciente
a radiología para tomar las placas.

-Espero que seas un buen pasante y estudiante Israel, con mucha paciencia y vocación porque esta
noche quiero enseñarte muchas cosas interesantes con este caso que nos acaba de llegar- pensó
Javier mientras miraba a su pasante dirigirse al laboratorio y buscar un compañero que los pudiera
ayudar.

-llámame en cuanto estén los resultados y las placas, estaré haciendo la nota de ingreso, y dile a
Adrianita que me pase a los familiares por favor- ordeno el doctor Eduardo.

-claro que si doctor, de inmediato- dijo Javier mientras empezaba a llenar la hoja de enfermería.

-Adrianita, el doctor Eduardo necesita a los familiares del paciente que pasamos a la sala de
choque, ¿se los pasas a el consultorio 3 por favor?-

-por supuesto que sí, de inmediato-

-gracias mi niña, y ya pórtate bien por favor, van cuatro suturas, un paro cardiorespiratorio y esta
crisis convulsiva con hemorragia a tan solo dos horas de haber iniciado el turno y no veo que
traten de enviarme a alguien a que me ayude, ¿qué acaso te hemos tratado tan mal en nuestras
guardias?- dijo Javier bromeando, mientras guiñaba el ojo y sonreía.
-¡uff!- suspiro Adriana -¿qué te pasa?... hoy he sido un ángel de bondad, créeme no te gustaría
que de verdad me portara mal- bromeo también.

-aparte mira, no estás solo completamente, tienes a Israel tu pasante-

-es cierto, tienes razón, buen muchacho y muy hábil sin embargo no hay que olvidar que ellos
todavía son enfermeros y enfermeras en formación, de ninguna manera los podemos utilizar como
fuerza de trabajo, ese sería un error muy grande, porque si ellos cometieran un error, se arruinaría
su carrera y ocasionaría de paso muy serios problemas a la institución-

-cierto, por eso ustedes deben de ser los mejores y más pacientes maestros del mundo con ellos si
no, ¡imagínate!, pobres criaturas-

-así es mi niña, así es…bueno, continuemos que la noche es joven todavía-

-¿al ratito vas a ir como siempre a estudiar tus idiomas?-

-sí, si hay chance claro, ¿por qué?-

-le dejaron a mi hijo una tarea y me gustaría que pudieras verla antes de que se la entregue al
profesor-

-claro que sí, con mucho gusto en cuanto esté más tranquilito te busco- dijo retirándose.

-¿están los resultados listos?- pregunto el doctor Eduardo.

-sí, y nada positivos doctor-

-¿qué notaste mi estimadísimo enfermero gastroenterólogo?-

-un cuadro anémico muy severo, esta no es su primera vez sangrando, se nota-

-tienes razón y ya vi la placa también, prepáralo para su ingreso, con el diagnóstico de úlcera
perforada y crisis convulsivas, ya mañana el cirujano decidirá hoy no vino el nuestro-
Miércoles 17 de Noviembre 09:00 am.

-¡Oh por Dios! otra nochecita así y creo que valorare mi situación actual con miras a un permiso
muy largo…-

Pensó Javier mientras se tiraba en su cama matrimonial después de tomarse un vaso de leche tibia
y de haberle dado de comer a su mascota, un gato siamés llamado “mechas” muy querido hasta
por los vecinos, quien lo veía no podía menos que impresionarse y terminar acariciando su suave
pelaje y admirando el color de sus ojos.

Había pasado una noche fatal, poca ayuda y bastante trabajo, solo porque su pasante de verdad
resulto más listo y con iniciativa de lo que esperaba y el doctor Valadez mostro consideración ante
las circunstancias, pudo salir de ella con éxito.

Anteriormente había tenido uno que era un desastre en filipina blanca, nunca entendió como
pudo siquiera haber sobrevivido a la adolescencia, no se diga a las exigencias de la carrera.

Muchas veces le llego a sugerir que cambiara de profesión, a una en donde no pudiera dañar
seriamente a un ser vivo, pero de eso, el tiempo se encargo.

Mientras pensaba en cuándo llegaría esa persona especial que ocupara el otro lado de su cama
que ya la sentía muy grande, fue cerrando los ojos, poco a poco, perdiéndose en un profundo y
reparador sueño.



30 minutos después a menos de 20 minutos de camino en el centro de la cuidad, la enfermera
Yukie habiendo alimentado a su mascota un conejo blanco con dos pequeñas manchas negras
llamado “Petto” que significa mascota en japonés, destendía su cama con una espumosa taza de
chocolate en su mano, la noche no había sido nada piadosa con ella, su compañera no llegó,
solicito un permiso, y no había suficiente personal para cubrir adecuadamente las áreas, le fue
imposible seguir platicando con Carlitos el estudiante que acababa de conocer y que se intereso
tanto en su cultura e idioma, Carolina entro al quirófano por cuatro ocasiones por lo que Yukie
tuvo que cubrir su puesto con frecuencia ayudando al doctor Adrian, y por si fuera poco tuvo que
soportar la mirada nada apropiada del doctor Nicandro que desde hacía dos meses, lo que tenía
ella en ese hospital, no había variado en lo más mínimo, el mismo límite de concupiscencia que
aumentaba más y más con el tiempo.

-¡Hay Dios mío!, o como te llaman mis papas Jehová, o Yahvé, ¿por qué no habrá un hombre que
de verdad sea eso… un hombre?, yo se que tú eres muy grande, desde que mi padre abandono el
sintoísmo es otro, ni siquiera el budismo había logrado tampoco hacer lo que tú con la biblia
hiciste… pero bueno… yo no tengo la fe de él, pero cuánto quisiera encontrar un hombre así.-

Mientras pensaba eso…poco a poco se entrego al rehabilitador descanso del profundo del sueño.
Capítulo 2
Jueves 18 de noviembre 8:00 a.m.

¡Riiiinggg! ¡Riiiinggg!... suena un despertador la mañana de ese jueves señalando las 8:00 am.

¡Mmm!, ¡Mmm!, 5 minutitos más…. Onegaishimas… (Por favor).

-¡levántate Yuki!... ya es un nuevo día-

la animaba Karla Muñiz su compañera y colega de 28 años, cabello castaño, ojos color miel, piel
morena clara y unas pocas libras de más, que compartía la casa que rentaban, los gastos, paseos,
gustos, y todo lo que rayara en las diversiones triviales de la vida cotidiana. Ella trabajaba en el
Hospital General Privado Esculapio. Una de las clínicas privadas más renombradas de la cuidad.

Amante del cine, no deseaba perderse esta noche la película en que Tom Cruise sería el
protagonista. Amante de las logias secretas y conspiraciones, esa película trataría sobre un médico
que al querer darle un giro a su monótona vida, termina involucrándose en una de ellas,
observando sus rituales y poniendo en peligro hasta su matrimonio.

-Yuki…tu dijiste que hoy te ibas a encargar de la cocina, sala y comedor y yo de las recamaras y el
patio, ¿lo recuerdas?-

-hai, oboeteruyo, chottomatekudasai...-

-Yuki… ya te he dicho que pase de noche la clase de japonés, o de plano no recuerdo si tome
alguna vez una, ¿recuerdas que también hablas español, y muy bien verdad?-

-sí, e inglés también y chino- decía mientras reía –te dije que sí, lo recuerdo, que me esperaras un
poquito por favor, este horario de noche me ha alterado el sueño mucho, anoche me dormí a las 3
de la mañana, pareciera que hubiera estado en el hospital-

-pues ayer que llegaste de él te dormiste desde casi las 10 hasta las 3 de la tarde, y te vi muy
repuestita-

-así es pero, cuando llegue del gimnasio no me dejaste ni bañarme, ¿a quién se le ocurre hacer
una reunión social con baile solo por una nueva compañera que les llego de España en tu hospital?
Se nota que en los hospitales particulares tienen menos trabajo que nosotras en los públicos-

-ja, ja, ja, ja ¿cómo se te ocurre decir eso?, mmm, bueno… tal vez si un poquito menos-

-ya estoy lista, a darle… ¿a qué hora se empieza la película que quieres ver?-

-a las 6 de la tarde así que date toda la prisa que puedas, quiero que vayamos antes de compras y
caminar un rato por la plaza y el jardín, conocí a un estilista que fue ayer al hospital con un dedo
herido y me enseño unos cortes en su catalogo preciosos, quiero cambiar de look, ¿no te gustaría
a ti también?, los sorprenderías el viernes que te toca guardia-

-mmm, no por el momento me siento bien así ahora-

-vamos a darle entonces que el tiempo vuela…-
A 30 minutos de distancia Javier apagaba la alarma de su celular, se regalo sus 5 minutos más de
cómoda cama, se estiro, se lavo la cara mientras que mechas su gatito rondaba por sus pies
ronroneando.

-Buenos días mechas ¿cómo amaneciste?, acostado y en ayunas igual que yo ¿verdad?, ahorita
preparamos algo-

Mientras se preparaba un par de huevos con jamón, un chocolate y ponía unos panes en un plato,
sonó el teléfono de su alcoba.

-buenos días, ¿diga?-

-buenos días caballero, ¿cómo amaneció?-

-muy bien Lizbeth, ¿y tú?-

-con muchas ganas de verte, ¿sabías que va a haber una película muy romántica en estreno hoy?-

-sí, lo sé-

-¿me invitarías hoy al cine, mi querido poeta, o vas a ir solo como de costumbre?-

-Liz… a pesar de que tu tono fue un poquito burlón, está bien, vamos juntos-

-¿cómo te fue de guardia ayer?, no te vimos como siempre en la cafetería donde siempre vas a
escuchar trova-

-quise salirme un poco de la rutina y fui caminar por un muy buen rato por la tarde, recorrí la plaza
el jardín el centro comercial, cuando menos lo pensé ya tenía más de dos horas caminado, pero
me sentí muy bien, puede meditar un poco-

-bueno, ¿a qué hora pasaras por mí?-

-a las 5:30, porque la película es a las 6-

-te espero, y te traes lo nuevo que hayas escrito, me encanta como escribes-

-está bien Liz… lo hare, te veo al rato-


Lizbeth Maris es una química laboratorista de 26 años, figura esbelta, ojos verdes, piel blanca,
cabello lacio y largo rubio. Muy hábil, respetada por sus superiores, la cual los turnos de la tarde y
noche la reclamaban, pero ella nunca se veía privándose de sus paseos de tarde, cafés, música,
spa, salón de belleza, boutiques…etc., o haciendo análisis con los ojos entre abiertos y cerrados
por el sueño de un fatal turno nocturno, la mañana se había hecho para ella y no más.

 Se sorprendía de ver como Javier a quien admiraba y sentía que debía de ser suyo, cada mañana
que lo veía aunque se observaba cansado, su semblante estaba completo, no parecía que a sus 32
de edad llevara 12 años trabajando en esa institución tan desgastante de los cuales llevaba 11
años por las noches. A ella le encantaba su cabello lacio, quebrado, su voz suave que guardaba un
toque de ternura, la mirada de sus ojos de color negro, y su figura entre quien va al gimnasio pero
sin querer resaltar demasiado, siempre discreto, romántico, no pregonaba religión ni partido
alguno, pero tenía principios y bases que hacían que todo mundo lo respetara, una habla limpia y
jamás se le veía sin un libro sobre algo diferente que estudiar, ciencia, historia, religión, logias,
poesía, o lo de su profesión. Hablaba idiomas y sus conocimientos hacían que cualquier persona
que hablara con él se sintiera como en casa. Recordaba que entre sus pláticas él decía que le
gustaba ser un conocedor, más no un experto en todo ya que eso no es posible. Cuando descubrió
que escribía poemas, no pudo evitar sentirse más atraída hacia él, ya que ella desde la infancia
amaba los escritos de los grandes maestros de la poesía, Sabines, Bécquer, Nervo, Acuña, etc.
pensaba que si un día hallaba a alguien así no lo dejaría escapar. Sin embargo, no era ella el tipo
de mujer que Javier anhelaba, cosa que no iba a detenerla, no definitivamente.



Yukie Hata, enfermera de profesión, 26 años, procedente de Nagoya, Japón, esbelta, de ojos muy
llamativos rasgados pero grandes a la vez, piel morena clara, risueña, inteligente, de cabello largo
y castaño hasta las escápulas, de padres Estudiantes de la Biblia desde hace 9 años, con mucha
iniciativa, inquietudes y sueños, dominaba las artes marciales que una amiga le había enseñado
para su defensa personal así como un pretendiente que reafirmo esos conocimientos el tiempo
que la pretendió.

Cosa que le interesaba no dejaba de estudiarla hasta satisfacerse, lo que la hizo hábil en
computación, idiomas, historia universal, religiones, logias, cocina y lo de su profesión.

Su fe no era la de sus padres sin embargo respetaba mucho lo que le inculcaron de la biblia, sus
principios, sus historias, y admiraba profundamente los cambios que veía en su padre desde que la
estudiaba, aunque ella misma no se definía sobre su identidad religiosa todavía, tenía varias
preguntas inquietantes que aún no había llegado a comprender su razón. Llevaba dos años
viviendo en México un país que desde pequeña admiro mucho. Su infancia nada halagüeña
consistió en una familia disfuncional con un padre alcohólico que golpeaba a ella y su madre.

En los tres años de formación de su carrera fue la modelo escolar favorita de su profesor de
anatomía que no dejaba de resaltar sus atributos y la de historia su muy buena memoria. En el año
de su servicio social, encaró con la muerte tanto en su persona como en todos los pacientes a los
que ayudo durante ese conflicto armado que se levanto cerca del hospital donde servía. Al ver la
maldad cara a cara y lo que el hombre era capaz de hacer, no era de extrañar que en ocasiones
dudara de la existencia de algún dios.

Cuando en una redada fue capturada, un soldado estuvo a punto de terminar con su preciada
virginidad, cosa que ella evito mediante enterrar una aguja en su cuello que había encontrado en
el piso, cosa que distrajo al soldado tiempo suficiente para que en segundos colocara una patada
inversa en la más sensible área masculina que hay. Lo que dejo al soldado fuera de este mundo.

Llena de recuerdos tanto tristes como alegres, acerca de reuniones religiosas que tuvo y
experiencias clínicas varias y de todo lo que había aprendido en libros de historia y con un amigo
templario, y otras experiencias personales, decidió un día cambiar de vida radicalmente,
mudándose a México ante la sorpresa de sus padres, siguiendo sus sueños.
Su padre antiguo militar e ingeniero civil, devoto sintoísta, observador años después de los rituales
budistas, fue testigo de cambios que acabaron con su familia, como un terremoto, una peste,
haciendo que se formulara preguntas profundas como: ¿por qué?, si siempre fue un devoto
budista y otro tiempo sintoísta y nunca dejo de cumplir con sus votos ni con sus rituales de
adoración a sus antepasados ¿por qué no protegió a sus padres ni hermanos ni tíos? ¿era acaso
que hizo todo mal?, ¿era él un villano? ¿no merecía piedad?, veía como gente perjudicial y buena
para nada progresaba impunemente, ¿acaso el debía de ser igual para progresar?, ¿algún día
acabaría todo eso? ¿cómo se puede ser feliz ante tanta desgracia?, jamás imagino que un tiempo
después en 1990 iban a contestársele a plenitud todas sus preguntas. Por mientras dentro de esa
crisis conoció a Mihoko, una hermosa mujer que al momento de verla, sintió que la corte celestial
le estaba obsequiando el bálsamo a su alma golpeada por la tragedia, de ahí nació Yukie y sus dos
hermanos los cuales en un accidente acabaron su vida, salvándose Yukie de milagro. Con ese
detonante se removieron las dudas pasadas no contestadas aunándolas a las nuevas, las cuales el
alcohol fue lo único que pudo mitigar la pena, convirtiéndolo a él en lo que tanto temía, un villano
golpeador que lastimaba de forma continua a su esposa e hija.

-Teruo, por favor, ¡mira lo que has hecho de tu familia… la que te queda!, ¿acaso ya no nos
quieres? ¿ya no te importamos ni un poco?- exclamaba Mihoko, mientras Yukie no paraba de
llorar, abrazándola.

-¡Otoosan, Okaasan!, ¡yamete... kowaii yo! (¡padre, madre!, ¡ya paren por favor, tengo miedo!)-
era lo único que podía decir con sus ojos rasgados inundados de lágrimas.

- Ii ko ni narukara…mou yamete (seré una buena niña pero… ya paren por favor)- rogaba Yukie
quien lo último que sintió fue como su padre las aventó con fuerza a las dos para salirse a
conseguir más sake.

-Okaasan nan de… (Madre… ¿por qué?)- preguntaba Yukie

-la naturaleza del ser humano es frágil y muy fácil de corromperse y deteriorarse, tu padre no ha
sabido canalizar sus penas ni aceptar la ayuda que se le ofrece- contesto su madre.

-había personas violentas dentro de nuestra familia antes, ¿yo también lo voy a ser?-

-no, si tú no deseas hacerlo, existe algo que se llama libre albedrío y es guiado por principios, los
cuales son inviolables y moldean el comportamiento para bien, eso lo aprendí con las personas
que me visitaron hace un mes, y aún lo hacen, llamaron a mi puerta justo cuando estaba a punto
de hacer una locura-

-¿que ibas a hacer madre? –

-una locura hija, ya te lo contaré después, ahora quisiera que tu padre oyera a estas personas,
aunque sea una sola vez-
Una noche lluviosa tendido ante la tumba de sus padres, Teruo ya no le importaba la vida, ni la
suya ni la de su familia que había dejado atrás hace una semana, sin trabajo, ni motivo alguno para
seguir adelante rompió la botella de sake, y corto sus venas trasversalmente, terminando por
encajar en su abdomen esa misma botella cortada, lanzándose finalmente a un hoyo que estaba al
lado de la tumba de su familia. Poco a poco fue perdiendo la conciencia mientras la sangre
abandonaba su circulación normal.

A los pocos segundos un hombre se lanza a ese mismo hoyo, venda con un trapo fuertemente los
brazos de Teruo y cubre la herida abdominal y con su celular realiza una llamada de emergencia la
cual tuvo una respuesta casi inmediata, afortunadamente para Teruo una ambulancia estaba
haciendo ronda por ahí cerca.

-¡yametekure , ore nanka shinda hougaii! (¡deténganse, que hacen, yo quiero morir!)-

-no durante nuestra guardia amigo, no durante nuestra guardia- exclamaban los paramédicos
mientras con un gran esfuerzo sacaban a Teruo de ese hoyo.

-¿Qué orilla a un hombre a hacer esto?- preguntaba uno de ellos

-un vacío espiritual… cuando piensas que la vida es solo lo que tus ojos pueden ver, y olvidas lo
que no se puede ver, lo más probable es que hagas esto- contestó en otro paramédico.

Ya en el hospital, al abrir los ojos, desintoxicado de una semana de sake sin otro alimento aparte,
observaba a los ojos que lo hicieron descubrir el amor inundados en lágrimas, junto con el
producto de ese amor justo a su lado, en la cama.

-Otousan dai jyobu? (Padre ¿estás bien?)- preguntaba Yukie

- dai jobu da yo (estoy bien)- contesto Teruo mientras sentía que el remordimiento humedecía sus
ojos al pensar en lo que hubiera pasado si esos paramédicos no lo hubieran ayudado, dándole una
segunda oportunidad.

-Teruo, kimi wo aishiteruyo (Teruo te amo), le dijo Mihoko con esa voz que antes le hacía sentir
que Dios existe.

-Escucha a las personas que me visitan mi amor por favor, se que te van a ayudar, y te van a
contestar todas las preguntas que siempre te han atormentado-

-está bien, pídeles que vengan mañana aquí, ya que estaré todavía una semana más internado-
contesto Teruo, mientras abrazaba a su hija, que se acurruco en su pecho.

Esas visitas fueron el principio de su cambio radical de vida, Mihoko y Yukie jamás dejarían de
sorprenderse de ver como Teruo, una vez contestadas sus preguntas de manera clara, convincente
y sencilla por la Biblia se convirtiera en el más amoroso, comprensivo, tierno, compasivo y
espiritual hombre que ni en sus sueños podrían alguna vez haber conocido.

Sus metas, su habla, su conducta, sus pensamientos y sentimientos pronto permitieron que
retomara su carrera con éxito, dando a su hija una buena carrera y a su esposa esa vida que tanto
hubiera querido tener con sus padres y hermanos si estos no hubieran fallecido.
Capítulo 3
¡Trrrrrr! !Trrrrr!, vibraba el celular de Lizbeth, cuando esta lo tomo lo abrió y apareció el siguiente
mensaje:

-“espero que ya estés lista Liz… o me iré solo como de costumbre ;-)”-

Mientras sonreía, sintiendo que estaba cada vez más cerca el día de su triunfo, se llevaba hacia sus
delgados y delineados labios un carmín de color rojo tenue, revisaba por último su atuendo, su
maquillado rostro y con una coqueta sonrisa dio un guiño ante el espejo y se retiro hacia el
Peugeot 406 color azul metálico que la esperaba en la puerta de su casa.

-Hola, espero no haberte hecho esperar demasiado- decía saludándolo de un beso en su mejilla.

-no tanto, hasta eso se tenerles paciencia a las damitas- respondió mientras correspondía al
saludo.

-entonces, estuvieron en el cafetal el día de ayer, ¿cómo les fue?-

-bueno, extrañamos al trovador que les hace siempre tercera a los cantantes, que por cierto nos
preguntaron que en donde te habíamos dejado-

-¿y qué les contestaste?-

-que no sabía, pero que no te iba dejar de seguir la pista, también varios compañeros de tu
guardia estaban-

-ayer sentí más ganas de caminar que de escuchar música estaba un poquito… pensativo desde la
mañana, así me dormí de hecho, para cuando me desperté y me bañe esa fue mi primera idea
para pasar la tarde-

-¿y porque no me hablaste con todo gusto te habría acompañado?-

-eres una mujer muy ocupada Liz… de ninguna manera me gustaría que te sintieras siempre
pegada a mí-

-¿eso crees de verdad?... pareciera que en un año que llevo en el hospital viéndote y saludándote
no has aprendido nada de mi-

 Discretamente mientras manejaba, escuchando a Roxette, con su pupila derecha observaba a
Lizbeth de reojo, planeaba la forma de tener cuidado, él ya conocía sus sentimientos, eran más
que obvios, pero decirle que no era su tipo de mujer a pesar de lo hermosa que estaba, de ninguna
manera le parecía lo más adecuado. Disfrutaba de su compañía, era interesante tierna, aunque un
poquito frívola, no era el tipo de mujer con el que podría sostener una profunda plática
interesante de historia o religión. Así que decidió llevar todo igual, con un trato superficial. Sin
cometer el error de un día darle unas alas tan grandes que terminarían volando muy lejos juntos.

-llegamos Liz… que bonito quedo este nuevo Megacinema ¿verdad?, son 20 salas, el paraíso de
cualquier cinéfilo-

-así es Javi… así es-
Un muy bello cine se abría delante de ellos, dos puertas corredizas automáticas, en medio de esas
entradas la taquilla que con cuatro ventanillas daba rapidez en el servicio a los usuarios cuyos
deseos de entrar eran más que evidentes. Dentro de él, se podía observar los carteles de las
películas en exhibición, las actuales y las futuras, una elegante cafetería que tenía servicio de
mesas de color azul marino, sanitarios amplios limpios y aromatizados, un área para preparar los
deliciosos baguettes y crepas que junto con el café hacía que valiera la pena cada peso pagado.

Para aquellos que no gustaban de eso había otra área para las palomitas dulces, picosas o saladas,
para los dulces a granel, la nieve y la fuente de sodas, se veían promociones de gorras, combos,
juguetes, peluches, etc.…, nada para entretenerse faltaba.

-dos entradas adultos por favor- solicito Javier mientras entregaba la tarjeta de puntos que le
pedía la señorita de taquilla.

-disfrute su película, tiene usted 160 puntos-

-Liz… te dejo un poco, no tardo, solo voy al sanitario-

-sí, te espero aquí-

Apenas termino la frase cuando una mano toca su hombro con efusividad…

-hola amiguita, no te asustes soy yo-

-hola Karlita me asustaste… ¿hacía buen rato ya sin vernos verdad?-

-si Liz casi cuatro meses, desde que nos dejaste para irte al Hospital Galeno tus ausencias son cada
vez más largas y…pues ya vez, el trabajo es muy absorbente, ¿y tú que cuentas de nuevo dime?-

-nada amiguita, todo igual trabajo, hogar y diversión-

-¿ya por fin lograste lo que tanto deseabas picarona?… estabas clavadísima con ese compañero lo
recuerdo cuando me lo contabas con tanto gusto ya hace casi 4 meses- codeo a Lizbeth mientras
sonreía.

-pues… no exactamente pero ahorita vengo con él, y creo que tendré que carrerearlo un poquito-

-wau, pues adelante amiguita, a echarle los kilos, que no se te escape, ha por cierto, déjame te
presento a una amiga muy linda, se llama Yukie y es enfermera, apenas tiene dos meses
trabajando en el hospital de gineco, es tu vecina ya que está en la misma institución pública-

-ah… mucho gusto Yukie… ¿eres china?-

-no, soy japonesa, mucho gusto ¿Liz…beth?-

-sí, exactamente, Lizbeth-
Aquel saludo no fue precisamente el más cordial que hubiera dado, pues al conocerla no vio a una
buena amiga futura, sino a una potencial rival que podía echar sus planes de conquista abajo en
solo un instante. Javier era un amante de la cultura japonesa, sabía el idioma, y no podía pasar por
alto la efusividad con que hablaba de sus mujeres las cuales le atraían mucho, las fotos de
modelos y videos que le enseñaba en su reproductor portátil de 8 Gigas, la fluidez con que hablaba
ese idioma, en fin… nada agradable se le hizo saber que una enfermera oriental estaba rondando
tan cerca, y más cuando la belleza era una característica que podía atribuírsele muy bien.

-¿qué película vienen a ver?- pregunto Lizbeth

-la de Tom Cruise- contesto Karla.

-era de esperarse, ¿pues se trata de logias o algo así verdad? a ti te apasionan esos temas-

-sí, se nota que va estar muy buena, aparte se me hace más interesante que solo andar de
compras y recortando gente con las amigas- reía mientras hablaba

-pues si… pero esos temas dan miedo, toda esa gente que anda en eso es muy poderosa y muy
mala, y siempre están involucradas en cosas ocultas que quien sabe-

-son los que controlan todo este mundo amiguita, algún día te platicaré con lujo de detalles hasta
donde llega este asunto, y si ahorita te da miedo, después no vas ni a dormir siquiera-

-¡ya para, que miedo!-

-pero es real- dijo Yukie – a mi me encanta la historia, y es inevitable estudiarla sin toparte con
ellos, esos tipos a pesar de ser logias ocultas se te ocultan a plena vista, ¿alguna vez te has
interesado en la simbología?-

-no… la verdad, ¿por qué es tan importante?-

-estamos rodeados de símbolos por doquier que tu veas, hasta en lo más trivial, por ejemplo
muchos templos de religiones comunes y sus rituales no son más que imitaciones de ritos y credos
muy antiguos que se fueron adoptando a través de los siglos, para ganar adeptos, ellos también
los tienen, este es de verdad un tema profundo y cuando quieras lo podemos platicar, Karla sabe
mucho de esto también-

-eso lo sé, ya tenemos rato de conocernos, tal vez platiquemos después-

-así es, ahorita es hora de cine, ¿cuál van a ver ustedes?- pregunto Karla.

-La de Richard Gere- contesto Lizbeth

-ooooh, que románticos… suerte tigresa, que no se te vaya vivo-

-¿por qué tigresa, y porque vivo?- pregunto Yukie…

-hay amiguita… ya te instruiré en algunos dichos y metáforas populares de mi país- contesto Karla
mientras Lizbeth se burlaba.

-nos vemos Liz…- se despidieron de un beso.
Viéndolas retirarse Lizbeth solo pensaba en lo inconveniente que sería que Javier conociera a
Yukie, tenía todo lo necesario para convertirse en su rival, bonita, inteligente y por si fuera poco,
dentro de la misma institución, aunque fuera en otro hospital, y muy cercano al suyo.

¿Qué hacer?... pensaba ella, tenía todas las de perder, durante el último mes había logrado que
por fin él se diera cuenta de que ella existía, y ahora, veía como todo eso en segundos se
desvanecía. ¿Darle celos con alguien más tal vez? me sobra con quien hacer eso, o ¿decirle de una
vez todo lo que siento y a ver qué pasa?, tal vez le llegue un poquito y me acepte.

-¡ni lo pienses Lizbeth!- dijo Javier tocándole el hombro mientras ella dio un brinco en su sitio ante
los ojos de varias personas.

-¡Javier, me asustaste!- le dijo mientras temblaba finamente y apretaba sus puños.

-ni lo pienses que es agradable ver que estas en la luna y yo aquí en la tierra tratando de
contactarte- decía Javier bromeando mientras se reía.

-perdón por asustarte mi niña… de veras que estabas en la luna, ¿pues qué estabas pensando?-

-ha… nada, nada importante, me distraje un poco es todo-

-alcance a ver que hablabas con alguien ¿amigas tuyas?-

-si… una conocida de tiempo atrás, de cuando trabajaba en el hospital Esculapio-

-¿y la otra?-

-una amiga suya que me presentó, pero ya vámonos a la dulcería ya casi son las 6-

-está bien Liz vamos, ¿qué vas a querer?...-

Ya en la sala de cine Lizbeth no podía creer lo que había hecho, la película de Richard Gere que
estaban viendo era sobre un americano hijo de padre japonés que viajo a Japón para pedir
disculpas en nombre de su padre a su tía, en plena temporada en que se recordaba la catástrofe
sufrida en Hiroshima y Nagasaki. Y era un filme del año 1991, estaba como una muestra de cine
americano-japonés.

-¡No puedo creerlo!- Se decía a sí misma, mientras observaba a Javier perdido totalmente en la
película, ella se le recargo, le tomo la mano, puso su brazo izquierdo alrededor de su cuello, todo
para llamar su atención en vano, el solo volteaba de vez en cuando a sonreírle y comentarle algo
breve.

-Wau, ¿qué te pareció Liz?- pregunto Javier mientras llevaba a Lizbeth a su casa escuchando a Toni
Braxton.

-si me agrado, estuvo interesante-

-hubo algunas leves fallas de traducción en los subtítulos en español, pero mínimas, wau este
lenguaje me fascina, lo disfruto más que el mismo ingles-

-¿porque estudiaste ingles entonces si no te gusta?-
-porque en estos momentos, por lo menos hasta que llegue el 2030, el inglés es la lengua
universal, así como en tiempos cristianos lo fue el griego, eso hace que el aprenderlo no sea
opcional, sino obligatorio, por eso lo hice-

-¿y porque el 2030?-

-existen proyecciones que hacen pensar seriamente en que para ese año China ya va ser una
potencia mundial como lo es ahora Estados Unidos, razón por la cual ahora ya estoy estudiando
ese lenguaje, lo vamos a necesitar. Fíjate, el chino mandarín es un dialecto llamado Han, parte de
otros 600 que componen esa lengua, es hablado hasta ahora por 850 millones de personas en el
mundo. Así que quien piense que China se quedará siempre como ahora está, queda muy alejado
de la realidad-

-wau, no sabía eso, la tremenda invasión China-

-ya lleva años desarrollándose linda, fíjate desde pequeños cuántos juguetes nuestros eran chinos-

-oye, eso es cierto-

 Mientras llegaban a su casa, escuchando Un Break My Heart, la imagen de Yukie no dejaba de
hacer mella en su tranquilidad, sabía que no era cuestión de mucho tiempo antes de que su poeta
conociera a esa enfermera, así que debía de adelantarse un poco e intentar sembrar algo dentro
de él, después de todo era un hombre y ella una mujer atractiva a la cual no le faltaban los
pretendientes.

-llegamos Liz...-

Javier detuvo su Peugeot en la puerta de la casa de Lizbeth, se bajo, abrió la puerta del copiloto
mientras ofrecía su mano a la damita que iba bajarse de su unidad.

-te veo después Liz… que descanses y sueñes bonito-

Javier trato de dar un beso en su mejilla para despedirse cuando Lizbeth, lo detuvo, sujeto sus
mejillas con ambas manos, las llevo a su cuello, y acercándolo poso sus labios en los de él,
besándolo de una manera tierna pero intensa.

Sorprendido por ese inesperado acto, Javier se quedo bloqueado, solo sintiendo como esa bella
Mujer estaba entregando un amor que él sabía que ya lo tenía reservado desde hace tiempo.
Cerró los ojos, la acerco a su pecho y correspondió entre convencido de ello y no, a ese beso que
sintió que no solo provenía de sus labios, sino de su ser entero.
Al concluir ese contacto labial intenso, tan solo se quedaron observándose uno al otro, perdiendo
se en su mirada profundamente.

-Liz...-

-sshhh- musito ella mientras colocaba su dedo índice en sus labios sellándolos

-date la oportunidad, y de paso, dámela a mí también, no me digas que no te imaginabas lo que
siento por ti, porque era evidente-
Sin romper ese momento Javier solo dejó que Lizbeth se quedara por un rato en sus brazos,
mientras ella lo abrazaba, lo besaba nuevamente, antes de entrar a su casa y cerrar la puerta
lentamente.

Así, sorprendido, confundido, sintiendo todavía ese beso en sus labios, llego a su casa, se tiro al
mueble, abrió su libro de psicología, prendió su equipo Sony y dejo que el ambiente se llenara de
una relajante música instrumental de Ray Conniff mientras leía y acariciaba a su gato mechas.



-¡No puedo creerlo!- exclamaba Yukie mientras comentaban la película que acababan de ver,

-¿qué es lo que no puedes creer Yuki?-

-esperaba más datos históricos interesantes, pero parece que al que dirigió esa película le
interesaba más resaltar las orgias sexuales que esas logias tienen por costumbre hacer, que la
forma como operan para infiltrarse en cada espacio vital de la sociedad-

-bueno… no olvides que ellos tienen ritos muy específicos para iniciar a los nuevos, ya ves lo que
hacen los skull and bones, hasta sarcófagos y tumbas utilizan-

-si así es, los Illuminati de Baviera desde su fundación en 1776 tuvieron como objetivo juntar a las
sociedades diseminadas de su tiempo para unirlas y tener un gran poder, ¡imagínate!, templarios,
Priorato, assesins juntos, y después infiltrados en los masones, una lista de habilidades
maquiavélicas al servicio de Adam Weishaup, su fundador-

-no eran los únicos bárbaros que había, no olvides a los Gormogones, en el siglo XVIII hicieron
temblar hasta a los mismos masones-

-por supuesto, eran un grupo anti-masón, con el pequeño defectito de que eran caníbales-

-bueno, nos entretuvimos… eso es lo que cuenta, vimos a Tom Cruise, y no se diga a los tipos de
adelante que estaban babeando por Nicole Kidman-

-sí, está muy guapa-

-y a ti Yuki… como te gustan los hombres-

-atentos, tiernos, románticos, divertidos, inteligentes, que se note que eres alguien realmente
importante para ellos- decía mientras suspiraba

-hay amiguita… mejor bájate de tu nube o te vas a quedar solterona, esos hombres ya se
extinguieron desde hace mucho-

-no el que va a ser para mí, tenlo por seguro amiguita-

-¿qué quieres cenar?, esta semana me toca-

-algo ligerito-

-sale un conejo asado entonces, ¿donde dejaste a petto?- reía bromeando,

-¡ni te atrevas a tocarlo!- reía también.
Esa misma noche un hombre corría desesperadamente por su vida, una silueta negra y alta lo
perseguía sin parar, dejando un vehículo chocado contra un poste atrás, su única esperanza era
correr en esa avenida altamente transitada durante el día pero que le estaban haciendo
reparaciones, así que no podía esperar que algún carro pasara para pedirle ayuda, las farolas eran
discontinuas, una funcionaba y dos no, una que otra tenía una luz tiritante que exasperaba en
lugar de alumbrar. Volteaba a la derecha, a la izquierda, nadie, solo le quedaba correr y rogar por
que se cansara primero el ente que lo perseguía.

-¡nunca debí de hacerle caso a ese infeliz!- se lamentaba, ya demasiado tarde.

Al instante mientras observaba no muy lejos una callejuela donde empezaba a haber casas, antes
que pudiera desviarse a ella, sintió un golpe de un objeto duro que rebotaba en su cabeza
haciéndole perder el equilibrio, una vez en el piso antes que intentara levantarse, la silueta tomo
la forma de un hombre alto, con una larga gabardina negra, sombrero negro, barba candado,
cabello largo, complexión fornida, tatuajes de símbolos religiosos varios en ambos antebrazos y
una mirada oscura, hueca, sin emoción alguna, quien lo viera pensaría que se escapó de una
película de vampiros.

Mientras tomaba del cuello a su víctima, levantándolo encima de su cabeza y apoyado sobre un
poste le preguntaba:

-¿en donde esta? ¿la traes ahora aquí?- con una voz ronca, vibrante, no muy alta.

-¿quién es usted? ¿qué quiere?- decía el hombre con la voz entre cortada, sujetando con ambas
manos la mano y el brazo de quien lo tenía suspendido en el aire.

-tú lo sabes muy bien, así que ¡dámela ya!- levantó un poco mas su siniestra voz

-usted no sabe nada, esto está por encima de mí mismo, y de usted- respondió con voz suplicante

-¡déjeme ir!, le pagaré el doble de lo que le están pagando, se lo juro- siguió rogando el hombre

-esto está por encima del dinero, tengo una misión, conseguir lo que te has robado de esa oficina,
así que ¡dámelo ya!- replico el perseguidor

-no la tengo aquí- dijo el hombre sintiendo que se ahogaba

-¿¡en donde esta, dímelo!?- repitió alzando más la voz

-no te lo diré, con esto se podrá cerrar un capítulo de terror que esta ciudad está pasando-

-solamente fuiste a tres lugares desde que la robaste, ten por seguro que la encontraré, así que te
daré una última oportunidad, ahórrame el trabajo de buscar en esos tres lados, dime en donde la
dejaste y probablemente considere dejarte vivir tu patética vida, ¿qué dices?-

-¡que te vayas al infierno, eso digo!-

Fue lo último que ese hombre pudo decir, ante la luz tiritante de una farola el cuello de ese
hombre tronó como una caña doblada ahogando lo que pudo haber sido su último grito de dolor.
Capítulo 4
Viernes 19 de Noviembre 8:00 am



¡Riiingg! ¡Riiingg! ¡Riiingg!

Una alarma insistente interrumpió el baño que tomaba el doctor Tomás Nicandro que se
preparaba para irse a trabajar. Ginecoobstetra, hombre maduro, cincuentón, algunas libras de
más, pelo canoso y escaso, muy hábil en su trabajo y coeficiente elevado. Era el subdirector del
turno nocturno del Hospital de Ginecoobstetricia y también el jefe de enseñanza del Hospital
Esculapio. Ambos puestos ganados no sólo por su habilidad, sino por los muy influyentes amigos
que poseía, era casi imposible que deseara algo que no pudiera conseguir solo con una llamada.

-¡si diga, Nicandro al habla!-

-te necesitamos esta misma tarde en la sala principal, vamos a tener una reunión de urgencia, no
tardaremos mucho, y ni se te ocurra faltar-

-¿cuándo les he fallado como para que me digas esto así?-

-sí, lo sabemos tú eres de fiar, solo que a veces olvidas por tus trabajos que nuestra comunidad
también demanda que no la abandones tanto-

-son puestos directivos donde me pusieron, requieren tiempo, son absorbentes, si no deseaban
eso para mí me hubieran puesto detrás de un escritorio de algún plan social de los tantos que hay-

-estas ahí porque eso conviene a nuestra comunidad, no lo olvides, todos para todo-

-¿qué tan urgente es?-

-de vida o muerte, así que no faltes, todos estaremos a las 5:30, no se iniciará si alguien falta-

-ahí estaré-
Bip, biiip, biiip

Un horno de microondas finalizaba su ciclo de calentado. Javier sacaba un vaso de agua al que
agregaría una cucharada de café y tres de azúcar, durante su almuerzo, una ensalada de fruta, una
vaso de leche y un par de huevos con chorizo, no dejaba de pensar en lo que le había pasado la
noche anterior, ese beso había tatuado su mente, no nomás sus labios. Sin embargo aunque fue
algo genial, no dejaba de sufrir en su conciencia.

-¡Vamos Javier!, cualquier hombre no desaprovecharía semejante oportunidad, ella esta preciosa,
definitivamente me voy a convertir en la envidia de muchos-

-sí, pero… ¡no la quieres!, ¿te das cuenta de lo que le vas a hacer?- le musitaba una vocecita
llamada conciencia dentro de él.

-pero si ella así lo quiere, ¿por qué no dárselo?, cualquier hombre lo haría- pensó mientras trataba
de acallar esa voz.

¡Riiingg! ¡riiingg!

Un timbre telefónico interrumpía su auto examen de conciencia

-hola lindo, buenos días, ¿cómo amaneciste?-

-ho… hola Liz… bien gracias, ¿y tú?-

-¿no te lo imaginas?, ayer fui de ida y vuelta al paraíso en tan solo unos segundos, ¿cómo crees
que debería de estar?, la respuesta es obvia ¿verdad?-

-si… claro- sonreía Javier mientras se ruborizaba

-ayer no pude dormir Liz… de verdad que tenía tu imagen delante de mí todo el tiempo, ese beso
que me diste, ¡uff!, no sabría como describirlo, estuvo bello, tendré que hacer muchas poesías
para fin de describirlo-

-¡wau!- exclamo Liz mientras apretaba sus ojos y colocaba su puño en el pecho en señas de “casi
victoria”.

-y solo es el inicio mi niño lindo, imagínate todo lo que te tengo reservado a través de un año
desde que te conocí- decía Lizbeth con una voz cálida, dulce.

-Liz… cualquiera pensaría que esa es una declaración formal, ¿no crees?-

-tómalo como gustes Javi… mientras que sea así, que lo tomes.-

-¿nos podemos ver hoy otra vez antes de que entres a tu guardia?, me encantaría comer contigo-

-está bien, nos vemos en Vips a las 4 ¿te parece bien?-

-perfecto, te espero-
En un salón grande, elegante de madera con piso de mosaicos blancos y negros, dos columnas al
final sobre las cuales había hojas de plata sosteniendo una esfera de cristal cada una, donde
simétricamente al centro de ellas se posaba un triangulo formado por un compas y una regla, con
un ojo dentro de un símbolo octagonal, revestido en sus paredes de colores púrpura y negro con
una mesa y sillas de caoba al centro, rodeados por obras de arte como el nacimiento de Venus de
Cabanel, Goya, Migue Ángel, etc… se realizaba una reunión, en la cual varias personalidades de la
política y las diferentes ciencias existentes, tomaban cada cual su sitio en esas 16 victorianas sillas.

-Muy bien Señores- iniciaba quien presidiría aquella reunión

-estamos aquí para tomar acciones a decisiones importantes, él día de ayer una de nuestras
oficinas externas fue robada, se extrajo una memoria cuyo contenido es vital para el buen
funcionamiento de nuestras finanzas, como ya sabemos, a través de la historia, los que han
tratado de perjudicarnos, han pasado sin lograrlo, para ejemplo los Gormogones, la iglesia, etc.…
Y esta vez no va a ser la excepción, en cuanto se detectó ese incidente, se tomaron las medidas
necesarias para recuperar esa valiosa memoria-

-¿se puede saber cuáles son esas medias?- intervino uno de los miembros

-las necesarias, no se preocupe compañero, la misión quedo encomendada a una persona cuyo
historial no deja la menor duda de que se obtendrá un buen resultado-

-entonces si está controlada esta situación ¿para qué es esta junta solemne?- intervino otro

-es porque sabemos que en nuestra comunidad somos todos para todo, si uno pierde, los demás
también, si hay éxito, se reflejará en todos, así que un error así puede hacer que nuestras finanzas
se vean comprometidas seriamente-

-tenemos cuentas aparte de lo que es nuestra sociedad, ¿en qué sentido se nos perjudicaría si la
cuenta comprometida no es la nuestra?- intervino otro diferente

-como se los dije anteriormente, uno cae y el efecto dominó no se hará esperar mucho-

-¿significa esto que…pudiera quedar descubierto no nomás nuestra identidad sino la forma de
obtener los ingresos mayores?-intervino otro miembro del grupo

-así es, por lo menos dos instituciones, la bancaria y la de salud, se verían perjudicadas, y no
podemos darnos el lujo a perder el control de alguna de ellas-

-la gubernamental estaría libre por lo que veo, ¿verdad?- pregunto otro miembro,

-solo por poco tiempo porque si perdemos el control de nuestros ingresos, las investigaciones
hacia la tuya no se harían espera ni un segundo siquiera por la AFI o hasta el FBI, es cierto que
contamos con muy buenos amigos dentro pero no todos los que nos echaríamos encima son
sobornables-

-entonces sí parece algo grave- comento otro miembro

-sí, lo es, pero solo mientras recuperemos con éxito la memoria robada-

-usted dijo que casi era una garantía que la iba a recuperar- afirmo otro miembro
-sí, pero por mientras estamos en estado crítico, y la forma de cubrirnos las espaldas es lo
siguiente que vamos a discutir, si es que ya no quiere interrumpir alguien más…-

-no señor, adelante…-



Mientras planchaba su uniforme para la guardia que le esperaba esa noche, Yukie pensaba en la
película que había visto, y en los antecedentes históricos de las logias, al parecer, su amiga Karla la
había contagiado de su paranoia, aparte de que un amigo templario que había tenido, le revelaba
secretos que pese al riesgo que corría, creía que ganaría algún favor especial de ella. Cosa que
nunca pasó. Ella creía en conservar su tesoro íntegro hasta que llegara el adecuado, chapada
desde niña a la antigua, confirmaba lo que creía cuando en las reuniones que iban sus padres,
escucho un discurso que se llamó, “como comenzar bien el matrimonio”, en donde se resalto que
la pureza moral y física, aunque no era una garantía absoluta de éxito, contribuía en gran manera
a la confianza mutua entre la pareja que se amaba de verdad, una serie de ejemplos y textos
tomados de la biblia daban peso a lo que el ponente decía.

-no eran tan malas esas reuniones- pensaba

Todo lo que enseñaban era lógico, coherente y práctico, sin embargo su carrera, sus inquietudes,
impedían que fuera con regularidad a ellas, lo que contribuyó a su falta de identidad religiosa.

Su madre le repetía que fuera, que no faltara tanto, pero ella respondía siempre, que primero
estaba ser una excelente enfermera, antes que cualquier cosa.

-¡Claro que no me equivoque!- se repetía vez tras vez

-¡soy lo que quiero ser!, ya solo me falta mi ansiada pareja-

Repasaba mentalmente los dos noviazgos fallidos que había tenido, ¿qué había fallado?, el
primero a los 16 años, el primer amor, maravilloso, inolvidable, un hombre de casi 18 años que se
le declaró encima de un puente en un río cerca de la provincia donde vivía, atractivo, dulce, le
robó su primer beso en ese mismo puente, el cual le supo a dulce de fresa. Todo iba bien hasta
que a los seis meses de relación ella descubre que su flamante primer novio, se había estancado
en la pubertad, sin probabilidades de salir pronto de esa situación, así que termino con él.
El segundo a los 20 años, un deportista de su universidad que sobresalía también en el arte
musical, buen alumno dedicado y muy caballeroso, algo que en Japón no se da mucho en el trato
hacia la mujer, así que, parecía que había ganado el takarakuji o lotería japonesa hasta el año de
su noviazgo en que él le pidió un poco de tiempo, un mes, ya que debía de estar seguro de algo
importante en su vida, lo que hizo que se llenara de más ilusiones, así que asintió con la cabeza.
Pasado ese mes, un día nublado de otoño acercándose una tormenta mientras caminaban en el
parque él decide terminar con ella. Con sus ojos abiertos por completo, su estado de shock lo
único que le permitió fue preguntar el porqué,

-¿hice algo? o… ¿no lo hice tal vez?- consternada pregunto

-no eres tú Yuki… soy yo, de verdad eres la persona más linda y tierna que he conocido, con unos
principios que hasta me hacen temblar, pero… he descubierto por fin que… mi inclinación natural
no es por el sexo opuesto.-
Sintiendo como que un balde lleno de agua con hielos le cayó sobre la espalda desnuda, lo único
que Yukie hizo fue sentarse en una banca, cerrar sus ojos, temblar y apretar fuertemente sus
puños y dientes y recordar dos importantes palabras que su mama siempre repetía para las peores
situaciones de la vida “jisei to shimpotsuyousa” (Autodominio y Gran Paciencia)… no son solo
palabras, respiró profundo por tres veces, abrió sus almendrados ojos que empezaban a anegarse
en lagrimas y le dijo con palabras y ademanes,

-comprenderás que… cualquier otra mujer, literalmente te hubiera desfigurado la cara y te hubiera
castrado después de lo que me estás haciendo ¿verdad?, pero eso no haría que ganara
absolutamente nada, simplemente me hubiera despojado a si misma de mi dignidad en vano, así
que te agradecería profundamente que desaparezcas de mi vista y no me vuelvas a hablar jamás
por favor-

-Yuki… ¿de verdad odias tanto a los que son como yo?, esto no es más que una sexualidad
alternativa, no tiene que cambiar lo bien que nos hemos llevado hasta ahora-

-no… no es eso, aunque no estoy de acuerdo con su modo de vida, respeto a los de tu clase, son
libres de elegir lo que deseen, pero lo que no soporto es que me hayas elevado hasta lo más alto
en esta relación, y después sin más contemplación me cortes las alas dejándome caer al vacío y sin
red, eso… eso es lo que no sé en cuanto tiempo te lo llegaré a perdonar-

-lamento que sea así, perdóname, adiós Yukie-

Se levanto y se fue, dejándola en esa banca justo cuando empezaban a caer del cielo gotas de agua
dulce que se mezclaban con las gotas de agua salada que brotaban de sus anegados ojos.

Mientras caminaba, solo la dominaba un pensamiento, encerrarse en su cuarto, llorar hasta
quedarse inconsciente en el sueño, y después de eso recurrir a su inseparable libreta de escritos y
poemas en donde esperaba desahogar el dolor indescriptible que tenía en ese momento.

Solo el apoyo que sus padres le dieron, y las muestras de interés sincero que le manifestaron las
jóvenes del grupo religioso de su padre, pudieron hacer que Yukie, a pasos agigantados fuera
superando su doloroso trance sin que sus calificaciones y carrera salieran afectadas.

¡Riiiiing!!Riiingg!

Una alarma la saca de sus recuerdo, ya había acabado su uniforme, sus medias, sus zapatos, su
cofia, solo le quedaba esperar la hora de irse, todavía faltaban dos horas para eso.

-¡sí, diga!-

-hola amiguita, soy yo, solo para saludarte y desearte que tengas buena guardia, tal vez ya no te
vea, voy a llegar algo noche, me pidieron doblar turno-

-gracias Karlita, cuídate y no trabajes tanto amiguita te vas desgastar y después ya no te va a
querer tu novio-

-tienes razón amiguita te hare caso algún día, cuando lo tenga- Karla se carcajeaba

-¿cómo, aún no te lo ha dicho?-
-no le falta mucho, creo, este fin de semana me invito al pasear, tal vez ese sea el día, lo que sí es
que cada vez lo disimula menos-

-ya estuvo entonces, solo se paciente y vételo ganando poco a poco-

-así es amiguita, cuídate entonces, te veo por la mañana-

-sayounara, kyoutsukete gambattekudasai-

-hay amiguita no cambias, ¡no te entiendo nada!-

-eso es adiós, cuídate y échale ganas-

-bueno, adiós.-



Ya en el restaurante Vips, entraba Javier con Lizbeth, esperaban a que la recepcionista les asignara
un lugar en no fumadores, cosa que no hubiera querido Liz ya que aunque no era fumadora
crónica por lo menos 2 o 3 al día si los consumía.

-¿tú nunca has fumado Javi?-

-no, ni ganas, solamente con ver las nefastas consecuencias que ese vicio ocasiona, ya me siento
disuadido, pero bueno, no me molesta que lo hagan, mientras no sea enfrente de mí-

Ni el intento hizo Liz por sacar la cajetilla que tenía en su bolso. Ordenaron unas enchiladas suizas
y una jarra de naranjada mineral. Mientras comían, platicaron más sobre sus gustos, metas, etc.…
Javier alagaba su buen gusto de vestir desde lo formal hasta lo informal, mostrando que no le era
tan invisible como ella lo pensaba.

-muy bello tu vestido verde de ayer con esa flor en el escote en V, y tus medias y zapatos también,
iban con tus ojos, y tu maquillaje discreto me agrado también-

Ella sonrió mientras le daba en su boca pastel de queso que habían ordenado para postre. Se
sentía en el paraíso de nuevo, no resistió el besarlo otra vez.
La reunión solemne de esa gente poderosa llegaba a su conclusión, todos estaban preparados para
cualquier eventualidad que amenazara su posición y su poder. Satisfechos se dieron sus saludos
ceremoniales, brindaron por ser los dueños del mundo desde tiempos atrás inmemorables, desde
el antiguo Egipto hasta la actual potencia Angloamericána, y, mientras un grupo de las mujeres
más hermosas de diversas nacionalidades mostraban sus privilegiadas curvas anatómicas al
natural completamente, ellos usando máscaras diversas, le daban la bienvenida a un nuevo
integrante de una universidad extranjera donde había pasado por pruebas muy severas
relacionadas con tumbas y cráneos robados, ahora iba a conocer la parte más placentera de su
membrecía al mundo de las logias.

-no debemos de confiarnos- comento uno de los miembros

-el plan parece a prueba de fallos, ¿no crees?- comento el otro

-sí, aparentemente, pero preferiría a Garza que a Nicandro en esa área tan delicada del sector
salud, él es muy orgulloso, y su concupiscencia lo hace débil ante las mujeres, míralo ahora, ni
siquiera espera el ritual de purificación femenina para lanzarse sobre dos o tres de ellas-

-es cierto en lo que dices, pero recuerda que de no ser por él y su lengua persuasiva, los directores
de los hospitales donde trabaja desde cuándo hubieran descubierto los movimientos que se
efectúan dentro de ellos, de hecho el parece más el director de esos hospitales que los que lo son-

-es cierto eso también, pero… no se… algo me hace desconfiar-

-Garza no tiene carácter, por eso se le usa solo para lo más intrascendente-

-ahora lo que debe de preocuparnos es que la prensa ni la policía husmeé demasiado , ya ves que
hay cierto detective y cierto reportero que ya van como dos veces que han querido darnos serios
dolores de cabeza, solo porque nuestro Prior tiene ese coeficiente elevado y buenos contactos nos
ha ayudado a salir ilesos-

-y recuerda que estamos también bajo advertencia, a la próxima que nos metamos, nos
tendremos que rascar con nuestras uñas, y la verdad, yo no las tengo tan largas- (Risas)

-yo no puedo quedarme más, mi familia me espera y mañana tengo junta con la directiva bancaria,
y, ahora que lo pienso, ¿no tienes que preparar tú el discurso presidencial?, en 15 días tu jefe
tiene que darlo-

-¡mmm!, si para aguafiestas te contrataran, te hacías millonario, no lo dudo- comento ese
miembro finalmente meneando la cabeza y haciendo una mueca.
Por las tranquilas calles del centro de la cuidad, esta una catedral de casi 400 años de antigüedad,
una plaza pública en donde cada temporada otoñal se dan cita cada domingo las familias para
escuchar la orquesta local, las oficinas del gobernador del estado y plaza de armas se levanta
erguidas para ser fotografiadas por los turistas fascinados. No lejos se construye un paso desnivel
para ampliar el área peatonal. Sentado en esa pequeña exedra, se puede observar negocios,
bancos, farmacias, hoteles de lujo, fuentes de sodas, así como carritos de venta de nieves,
raspados, churros, duros de cerdo con salsa, algodones de azúcar de varios colores, un lugar ideal
para entretenerse o tener una emocionante cita.

En ese entorno, ese viernes un hombre alto, fornido, vestido de negro, que nadie se atrevería
siquiera a pedirle la hora, caminaba tranquilamente, planeaba ir a un lugar especial esa noche,
tenía el tiempo limitado, el domingo temprano recibiría una llamada en la cual se esperaba que
entregara algo para recibir una muy jugosa cantidad de dinero mediante una transferencia
electrónica de fondos, el contratante contaba ya con su clave, solo esperaba tener en sus manos lo
prometido, el tiempo apremiaba pues después de visitar el sitio planeado le esperaban dos más en
caso de no hallar lo que buscaba en el primero. Sin embargo siempre habrá tiempo para dedicarse
a uno mismo, así que, después de haber comido un coctel de camarón grande y un filete de
pescado a la diabla, se detuvo un momento compro un duro con salsa, que a pesar de haberlo
pagado el señor que se lo vendió no dejaba de sentir temor ante su presencia, fue a la fuente de
sodas, pidió una jarra de limonada mineral y tranquilamente consumió lo obtenido. Al terminar,
pago la cuenta a la mujer que lo atendió, le dio la esplendida cantidad de 10 dólares de propina
mientras le preguntaba por el hotel que se hallaba en la contra esquina del banco .

Una vez informado, siguió su camino, los transeúntes no se atrevían a verle el rostro, su sola
apariencia bastaba para desear no meterse con él.

Su pensamiento, tres lugares, los cuales desafortunadamente dos eran públicos, difícilmente los
penetraría sin llamar la atención, habría heridos o muertos de seguro, pero solo le quedaba un día,
era viernes por la noche, así que planearlo meticulosamente no era una opción viable, improvisar,
solo le quedaba eso, ya tenía la experiencia de otras misiones más difíciles que había realizado,
esta era relativamente fácil, sin embargo aún así, lamentaba no haberle sacado la información al
tipo de ayer, le hubiera simplificado todo. Pero eso era el pasado, esta noche era su presente, y
positivamente lo iba a hacer, cumpliría su propósito.
Capítulo 5
¡Si llego!, ¡si llego!, ¡si llego!

A paso acelerado, siendo casi las 8:00 de la noche, Javier pasaba al checador por la entrada de
personal del Hospital Galeno, la estancia con Liz, le quito un poquito más del tiempo planeado,
pues ahora que había sido todo descubierto, y no había más que ocultar, Liz no desaprovechaba
instante alguno para demostrar son efusividad sus intensos sentimientos reprimidos de tiempo
atrás. Esa “amigovia” no espero que Javier dijera “si acepto” simplemente con tolerar la situación
y seguirla, podía tomarse como un “de acuerdo”.

Llego, registro su entrada digitalmente, y se dispuso a entrar al vestidor para cambiarse de ropa y
ponerse su uniforme blanco.

-Hola a todos, ¿cuántos nos dejan?- dijo mientras saludaba a cada uno de sus colegas

-los suficientes para que te diviertas un poco Javi, parece que vienen dos ambulancias en camino
todavía - contesto una de ellas

-bueno pues… manos a la obra, entrégame-

-¡hola!... me asignaron aquí- se oyó la voz de Israel

-hola Israel, que bueno que estarás conmigo otra vez, ¿qué tal la guardia del martes, he?-

-intensa, pero aprendí mucho, tu plática sobre cómo usar el desfibrilador me ayudo mucho, ya
estudie lo que es una fibrilación, como se identifica en el monitor y recordar la regla de oro y los
principios básicos fue interesante-

-vaya Javi, aprovechas tu tiempo con los pasantes, he-

-ellos nos van a cuidar en el futuro, no creo que sea un desperdicio de tiempo el tenerlos como
navajitas, filositos, imagínate a uno de ellos cometiendo un error fatal por causa de nuestra
negligencia al enseñarles, ya sea con nosotros o con algún familiar-

-trágico e imperdonable sería eso-

-Israel ¿puedes recibir el material por favor mientras yo recibo a los pacientes?, habrá que ver
después como están las consultas y si el doctor Valadez ya actualizo indicaciones-

-claro que si, de inmediato.-

Una hora después la supervisora llego a hacer cambios en el área diciendo:

-hola Javi, hoy hubo cuatro incidencias por lo que de nuevo tuve que hacer ajustes, te quedarás
otra vez solo con tu pasante en los consultorios con el doctor Valadez y los demás, y apoyarás sala
de choque de ser necesario, dejé solo una compañera en el área de encamados de cirugía en las
dos salas, y en medicina interna solo dos enfermeras con una pasante para las tres salas, casi igual
en pediatría y terapia intensiva. Así que si no me ves dando rondas por aquí es porque estaré muy
ocupada abajo, te encargo aquí arriba, por fis.

-claro que si jefa, como digas- contesto Javier guiñando un ojo
Adriana Márquez llevaba ya en la computadora de la recepción más de 18 pacientes, aparte de los
15 que habían dejado pendientes del turno anterior, por lo que la noche no pintaba favorable de
nuevo.

-creo que hoy tampoco podré estudiar mi chino, ni hablar Israel, nos espera otra intensa noche,
hoy te tengo que enseñar a suturar y a hacer férulas, pues desde que llegue no he visto a ningún
interno - pensó dentro de sí Javier.



A 35 minutos de donde estaba laborando, un hombre de altura llamativa y apariencia siniestra
pide un cuarto en el Hotel Imperial, paga en efectivo, firma con un nombre falso igual que su
identificación, para despistar menciona que viene a ver un familiar internado en el Hospital
Esculapio, el segundo lugar al que se dirigía en caso de no hallar lo que buscaba, engañando al
recepcionista le dice que había tirado la tarjeta donde estaba el número así que pide la guía
telefónica para localizarlo, la cual enseguida se la dan.

-habitación 97 por favor, disfrute su estancia, el botones subirá su equipaje-

-disculpe, ayer se adelanto un amigo de la familia registrándose en este mismo hotel también
perdí su número de cuarto fue ayer como a las 4 de la tarde, bajito, calvo, venía con un traje beige-

-permítame revisar… mmm… si, no se registró solo vino a visitar a un matrimonio de la habitación
103, pensaba hacerlo pero dijo que mejor se alojaría con un conocido, ya no regreso-

Esa información era más que suficiente para él, subió a su habitación, se dio un baño marcó al
hospital, fingiéndose enfermo pregunto si tenía que entrar por la puerta principal si iba como a las
10 o más tarde, al escuchar la respuesta, sonrió con satisfacción. La respuesta recibida era que
solo por urgencias iba a haber servicio y que iba a haber poco personal por lo que tal vez tendría
que esperar algo de tiempo.

-Gracias- enseguida colgó.

Buenas noticias, poco personal y este muy ocupado.

-espero no necesitar aprovechar esta situación- pensó dentro de sí mismo, con la esperanza de
que en ese hotel iba a encontrar lo que buscaba.

Observando la habitación 103, esperaba un golpe de suerte, que salieran juntos para poder
husmear, si era un matrimonio joven, seguramente así sería, y no tendría que mandar más
personas a la inexistencia, pero si era uno mayor, difícilmente sería así, y tendría que adelantar su
viaje hacia el polvo sin la más mínima duda.

Su espera fue recompensada, un matrimonio de edad madura salía de la habitación, cuando
bajaban las escaleras el salió de la suya, y, agradeciendo el no estar un país de primer mundo
donde ya casi todos los hoteles tienen chapa electrónica, aquí solamente necesitaría una simple
tarjeta. Entra a la habitación, empieza a husmear en cajones, closets, sin hacer desorden pues no
había tanto que husmear y… nada, llevándose las manos a la cara la frota, junto con sus ojos
cerrados, decepcionado de saber que si iba a tener que aprovechar la situación del hospital al cual
acababa de hablar.
Al dirigirse a la puerta oye unos pasos que se acercaban

-¡rayos!, que suerte- pensó.

Así fue… el matrimonio regreso porque habían olvidado sus identificaciones, abrieron la puerta
mientras el perseguidor se escondía en el baño.

-¿estás seguro que debemos de ir a la policía?- tengo miedo

-mi amor, Sergio no ha llegado desde ayer, se supone que esta mañana nos íbamos a encontrar,
este asunto es bastante delicado como para que me haya quedado mal así nomas, no es posible,
lo más probable es que él ya esté muerto, no era cualquier cosita en lo que andaba, iba a
perjudicar a logias, sicarios y gente poderosa de alta esfera-

-por eso mismo te digo, ¡vámonos y olvidemos todo!, ¿vale la pena morir por esto?, ¡vamos a
tener un hijo por Dios!-

-lo sé querida, y quiero que nazca sin que esta podredumbre humana exista, es gente de lo peor,
son asesinos, traficantes, corruptos, desenmascararlos será la mejor herencia que le daremos a
nuestro hijo-

-entonces… ¿si las vas a entregar?-

-por supuesto, es lo que Sergio hubiera querido-

-¡no hables de él como si estuviera muerto!-

-¡lo está!- exclamo el perseguidor, quien salió del baño de la habitación habiendo oído ya más de
lo que era necesario.

Antes que el pasmado matrimonio pudiera siquiera abrir la boca para gritar sus cuellos fueron
sujetados por dos poderosas manos que apretaban con una fuerza casi sobrehumana.

-¡al primero que intente gritar, le separaré la cabeza del cuerpo, no bromeo!- exclamaba mientras
los iba obligando a arrodillarse.

-Ahora díganme ¡donde esta!-

-¡por favor, tenga piedad, está embarazada!- suplicaba el hombre

-si no quieres que nazca antes de tiempo porque se lo saque con mis propias manos, entonces
dime ¡donde esta!, ¿la tienes aquí?-

-¡no!, lo esperaba esta mañana para que me la entregara, dijo que la guardo con alguien de
confianza en el Hospital Esculapio, lo juro- (mentía)

-¡mmmm!, ¿Hospital Esculapio he?- musito el perseguidor

-es todo lo que sabemos… ¿nos dejara ir? –

-¿para qué?, ¿para que vayan a la policía?-

-¡no iré!... ¡lo juro, jamás volverá a saber nada de nosotros!-
-sí, lo sé, estoy seguro que ni yo ni nadie volverán a saber algo de ustedes, me encargaré de eso yo
mismo, ¿así que desean un lugar sin violencia ni nada verdad?, está bien, los mandaré a un lugar
precisamente así, la inexistencia.-



-¡Caro, ¿ya están esos equipos?, doña Conchita ya no creo que aguante más!- exigía el doctor
Adrian

-no doctor, acaban de salir de la autoclave, están muy calientes, voy a urgencia a ver si Yukie tiene
aunque sea uno de casualidad-

Mientras caminaba a urgencias, observaba a la supervisora dando indicaciones a Yukie,

-¡uff!, nuevamente solas, ya lo presiento- decía dentro de sí

-está bien Jefa con mucho gusto lo haré- contestaba Yukie a su supervisora

-confío en ti, tu iniciativa y facilidad de palabra me impresiona, enseñas muy bonito y más mérito
es porque eres extranjera, nuestro idioma está entre los que encabezan los más difíciles del
mundo-

-no por nada está ahí, me costó mucho trabajo de verdad aprenderlo, y todavía sigo-

-¿cuál dirías que es la clave para aprender tan bien otro idioma?, porque por más que intento el
inglés, no me entra ni trepanándome el cráneo- (risa burlona)

-igual que nuestra bella carrera de enfermería jefa, si amas algo, no importa cuánto sufras en el
proceso, lo disfrutas, acabas haciéndolo porque te satisface, te llena, pero si no te gusta, olvídalo,
ni trepanándote te va a entrar-

-así es Yukie… tienes toda la razón, oye supe que escribes poesías, hace casi un mes te vio una
compañera muy inspirada escribiendo, vaya que calladito te lo tenias he, dijo que están preciosas-

-si, a veces, ya tengo algunos añitos haciéndolo, es mi válvula de escape de estrés y tristezas
acumuladas-

-espero pronto conocerlas-

-claro, con gusto-

-perdón por la interrupción, Yuki… tendrás un equipo de parto por favor, no tengo ninguno,
acaban de salir de la autoclave y están muy calientes-

-claro Caro… tómalo, está arriba de la gaveta de medicamentos-

-gracias, oye parece que te vas a quedar hoy con Carlitos ¿verdad?, es un estudiante muy listo,
aprende muy rápido y tiene mucha iniciativa-

-así es, ya le debo una clasecita de japonés-

-jefa ¿a quién me vas a enviar?, sigo sola-
-en media hora más ya no lo estarás Caro-

-disculpe señorita Yukie, me ayuda por favor diciéndome si hago bien esta tricotomía- pregunto
Carlitos

-claro que si mi niño, vamos, jefa te veo al rato, nos vemos Caro-

Mientras rasuraban su vello púbico a una paciente que iba a ingresar, Yukie preguntaba a su
estudiante la anatomía del órgano sexual femenino interno y externo, así como los cuidados de
enfermería que se debían de hacer, lo enseño a llenar las hojas, a apuntar datos así como la regla
de oro y los principios básicos de enfermería. La docencia se le daba con la naturaleza de la misma
habla.



Un matrimonio, cuyo único error fue contactar a la persona indebida con los problemas indebidos
y con un perseguidor siniestro encima, sentía que era amarrado fuertemente uno dando la
espalda al otro con un trapo metido a presión en la boca, cada uno veía con terror al hombre cuya
mirada hueca, vacía, reflejaba la muerte, un fin del cual muy difícilmente se librarían, sabían que
no podía tratarse de un tipo cualquiera, sino de un profesional, hábil, psicópata.

Mientras eran rociados con un combustible bastante flamable, vieron como antes de irse el
último chorro terminaba en un tomacorriente en donde el perseguidor conecto un tipo de reloj
digital cuya cuenta regresiva era de 5 minutos.

-en cuanto este reloj llegue a cero explotara, y ustedes quedarán reducidos a cenizas en cuestión
de minutos con el liquido que les rocié. Así que, ¿hay otra cosa que tengan que decirme, que me
convenza de cambiar de opinión?-

El hombre asintió con la cabeza, lo que hizo que el perseguidor le sacara el trapo de la boca,

-de nada te servirá lo que halles en el Esculapio, el secreto desaparecerá con nosotros, y todos
ustedes no volverán a ver jamás su inmundo dinero, malditas ratas, ¡así que púdranse!-

-¡tú eres el que se pudrirá, o no, perdón, se calcinara!-

Metiendo el trapo nuevamente hacia su boca, salió de la habitación, se dirigió a la suya, tomo su
maleta y salió a la recepción, diciendo que ya había salido su familiar del hospital y que ya no
necesitaría la habitación, pagándola aún así.

-gracias por haber estado en nuestro hotel-

agradeció el recepcionista sin saber que jamás debía de haberlo hecho, el perseguidor sale
dirigiéndose al Hospital Esculapio, mientras veía su cronometro, ya tan solo treinta segundos lo
separaban de su obra de borrar a dos personas peligrosas para la comunidad que lo había
contratado, un trabajo rápido y efectivo, la explosión la cual no iba ser grande destruiría solo la
habitación parcialmente, sin dañar otras, mientras que el combustible que roció en sus víctimas
aceleraría la combustión del fuego y consumiría más rápidamente los cuerpos, para cuando
trataran de hacer algo los rescatistas, ya más de la mitad serían cenizas.
Una mucama entraba a la habitación 97 recién abandonada, tomo una toalla que estaba en la
cama y que demostraba que el inquilino se había bañado, el frigo bar le faltaba una pequeña
botella de vino y un refresco de lata, las cuales se encontraban en el cesto de basura.

Justo cuando se disponía a poner en orden todo una explosión irrumpe la tranquilidad del pasillo,
haciendo que ella se tirara al piso, oyó como vidrios volaban en pedazos junto con trozos de
madera que serian la puerta de la habitación 103, las alarmas contra incendio suenan y se activan,
en segundos el pasillo era una estela de humo y agua que se dispersaba. La mucama se levanta
por simple instinto para salir y ver que no hubiera nadie herido, con un trapo en su boca y nariz, se
acerca a la habitación, entra en ella, y sin dar crédito a lo que sus ojos contemplan un par de
cuerpos rodaban por el piso en llamas, amarrados, la destrucción de la habitación fue mínima, más
no la forma como ardían esas antorchas humanas.

En cuestión de segundos y exprimiendo al máximo sus neuronas, ella recordaba el curso de
incendios y primeros auxilios que había tomado hace tres meses cuando fue de las pocas
seleccionadas para ser becadas por el hotel.

Un bombero les enseño:

Se necesita la concurrencia de cuatro factores para que un fuego se inicie y tenga continuidad:

    1. Combustible: usualmente es un compuesto orgánico, como el carbón, madera, plásticos,
        gases, gasolina, etc.
    2. Combureno: que es el oxígeno del aire.
    3. Temperatura, o energía de activación, que se puede obtener con una chispa, temperatura
        elevada u otra llama.
    4. Reacción en cadena, es la reacción mediante la cual la combustión se mantiene sin
        necesidad de mantener la fuente principal de ignición. Sin esta última solo se tiene el
        fenómeno llamado incandescencia.
La concurrencia de estos cuatro factores da lugar a la combustión, lo que se conoce como
tetraedro del fuego. Faltando uno de estos el fuego de inmediato se termina.

Por instinto nuevamente después de recordar esa vital lección, la mucama se lanza por colchas
que tenía en su carrito y se lanza sobre los cuerpos con una de ellas extendida intentando ahogar
un elemento importante, el oxígeno, haciéndolos rodar sobre un piso encharcado de agua por los
rociadores del pasillo logra sofocar las llamas que consumían con velocidad a esos desafortunados
cuerpos, en eso, mirones y empleados llegan a la zona afectada y la mucama grita con voz en
cuello:
-¡una ambulanciaaa prontooo! -
-ya vienen para acá y los bomberos también- dijo uno de los empleados.
Mientras retiraba ya mojada la salvadora colcha que sofoco el fuego, la imagen estremeció a los
presentes, una pareja con la piel negra rojiza, quemada en casi su totalidad con prendas calcinadas
adheridas en el cuerpo y temblando, ¡vivos todavía!, y lo no menos sorprendente fue ver que en el
abdomen de una de esas víctimas había movimientos continuos, alguien deseaba salir de ese
lugar.
Al llegar los paramédicos rompieron lo que quedaba de las sogas que los amarraban, sacaron los
trapos que había en sus bocas y ambos cuerpos inhalaron con ansias una bocanada de aire,
sugiriendo que su aparato respiratorio aún funcionaba adecuadamente.
La mucama les había salvado la vida, y la vez, había dictado condena a un grupo de personas que
estaban a punto de seguir actuando impunemente.
Poniendo compresas húmedas con solución salina y preparando las camillas para subirlos y
trasladarlos, los paramédicos escuchaban la voz del hombre decir:
-¡a...aa…ayuda, mi…esp…esposa...su…bebe…!-
-lo sabemos, todavía se mueve y su esposa vive también todavía- dijo un paramédico
-t...te…oi…oigo… est…estoy…bien…amor- Respondió la esposa
Los paramédicos se miraban entre sorprendidos y conmovidos, mientras dentro de sí mismos no
dejaban de estar sorprendidos sobre quién sería tan salvaje para hacer algo así, y más con una
mujer que estaba en el momento más sutil y sagrado de su vida, gestando a un nuevo ser humano.
-¡l…l…la…ca…ja…do…dora…da...!- musito el hombre
-¿caja dorada?- preguntaron varios.-
La mucama entro al cuarto de nuevo, de un vistazo barrio los escombros de la habitación y noto
que en el extremo derecho de lo que era la cama una valija media quemada se asomaba, la abrió y
dentro de ella, una caja dorada había sobrevivido un poco estrellada, no se atrevió a abrirla, la
entrego a los paramédicos que le informaron que ya la tenían. El hombre cerró los ojos en muestra
de aprobación, pidió que la abrieran, y cuando lo hicieron, lo que vieron les pareció de lo más
extraño que hayan visto, dos rectángulos pequeños color gris de un lado, y con un espejo por el
otro, por el lado del espejo tenía grabado un triángulo con un ojo en la punta encerrado emitiendo
rayos, y por el lado gris, una cruz templaria cruzada por una espada en su centro, el otro tenía en
su lado gris grabado un triangulo formado por un compas y una regla con un ojo al centro, y en el
lado del espejo una flor de lis.
-¿Qué es esto?- pregunto uno de los paramédicos
-¿n...no…sabe?- pregunto el hombre
-ni idea-
Asintió el hombre con los ojos.
-¿i…ire…iremos al….hospi…hospital?-
Por supuesto que sí, usted irá al Galeno y su esposa al de Ginecoobstetricia.
Al escuchar eso, el hombre supo lo que tenía que hacer, pues ya lo había platicado un día antes
con su esposa, la hizo prometer que si algo salía mal se separarían y entregarían a la persona
adecuada, que comprendiera, el paquete doble que habían dejado a su cargo.
Estando los dos ya listos para ser llevados al nosocomio en distintas ambulancias, el hombre
sospechaba que esa era la última vez que vería a su bella esposa, y lamentaba no haber conocido a
su hijo, así que solo pasaba algo por su mente,
-¡con Dios como testigo prometo que esos tipos nos acompañaran hacia dónde vamos de seguro!-
Se dijo dentro de sí mismo ese hombre.
Así que en cuanto vio que estaba junto a su esposa pidió algo al paramédico:
-¡l…la…caja…p…pon…ponga…uno e…en… su…mano… y otro…e…en la….mía…por…favor!
Sorprendidos los paramédicos, se preguntaban qué significaba eso…porque tenían que tener esa
cosa rara cada uno en su mano, ¿será algo simbólico para ellos?, ¿algún tipo de superstición?
bueno… en fin, optaron por obedecer su voluntad, abrieron la caja, y depositaron un rectángulo
cuidadosamente a cada uno en su mano.


-¡Hospital Galeno!, ¡hospital Galeno!, responda por favor,
-aquí el hospital Galeno, diga- contesto Adriana Márquez
-aquí cruz roja tenemos a un masculino en edad madura con quemaduras de tercer grado con
100% de superficie corporal quemada, su estado es grave, solicitamos ingreso directo a sala de
choque con urgenciólogo y dermatólogo para valoración si cuentan con él por favor.
-no contamos con dermatólogo pero sí con urgenciólogo, ¿en cuánto tiempo llegan?-
-10 a 15 minutos-
-de acuerdo, los esperamos-


-¡Hospital de gineco!¡hospital de Gineco! Responda por favor-
-aquí el hospital de gineco diga- contestó Evangelina Torres
-aquí cruz roja tenemos a una paciente femenina de edad madura con quemaduras de tercer
grado con 90% de superficie corporal quemada, su estado es grave, solicitamos tener lista la sala
de choque, trae signos de choque hipovolémico-
-están equivocados deben de llevarla al Galeno, aquí es solo ginecoobstetricia- respondió
Evangelina en seguida
-no, no es así, la paciente está embarazada-
-¿cuánto tiempo en llegar?-
-10 a 15 minutos-
-los esperamos-
Capítulo 6

¡Paciente quemado en camino, lo trae la cruz roja solicitan la sala de choque preparada!- exclamo
Adriana al ver a Javier acercándose.
-muy bien Adrianita, enterado, ¿en cuánto tiempo?-
-unos 10 minutos-
-doctor Valadez tenemos una ambulancia en camino con un paciente quemado, ya tengo la sala de
choque preparada-
-excelente mi Javi, ¿listo también tu pasante?, esto será educativo para él-
-sí, ya viene para acá estaba en suturas, hoy le enseñe los puntos separados, después le voy a
enseñar los cruzados, los de Sarnoff, el súrgete continuo y los subdérmicos-
-muy bien… sí que lo vas dejar filosito al chamaco-
-como siempre les digo a mis compañeras, ellos son el futuro, si no la hacen, sería nuestra culpa
por no enseñarlos bien-
-ya llegue, ¿que tenemos?-
-en cualquier momento va a entrar por ahí un paciente quemado, ¿te sabes la regla de los 9
Israél?-
-mmmm, recuerdo que en primeros auxilios la maestra nos las enseño, déjame ver si me acuerdo,
Cabeza 9% lo que es 4.5% por cada lado anterior y posterior.
Extremidades superiores 18% lo que es 4.5% por cada antebrazo y brazo.
Extremidades inferiores 36% lo que es 9% por cada pierna y muslo.
Genital y perineo es el 1%
Y de pecho…. Mmmm, hay…cielos…espérate…-
-36 % también Israel lo que es 9% en pecho y abdomen y en espalda región dorsal y lumbar, muy
bien muchacho, me impresionas, ahora ¿qué necesitaremos hacer cuando entre el paciente por
esa puerta?-
-pues…colocar oxígeno, reponer líquidos, lavar heridas y…-
-muy bien Israel…ya me lo dirás lo demás sobre la marcha ya están aquí-
Adriana anunciaba la llegada mientras el vigilante abría las puertas de la sala de urgencias...
-¿que nos traen muchachos?- preguntaron al unísono el doctor Valadez y Javier…
-paciente masculino de 35 años víctima de terrorismo, una explosión en el cuarto del hotel
imperial, estaba amarrado con su esposa embarazada, presenta quemaduras de tercer grado con
100% de superficie corporal quemada, con 38 grados de temperatura, 34 de frecuencia
respiratoria, 126 de frecuencia cardiaca, por razones obvias no tomamos presión, pero la
suponemos baja…-
-¿de qué son signos este asunto Israel?- pregunto el doctor Valadez
-de choque hipovolémico, ¿verdad?-
-muy bien Israel, así se hace- aprobó Javier
-listo muchachos… a la de tres lo cambiamos de camilla, a mi conteo… uno…dos…tres… ¡¡uff!!-
conto Javier
-quitemos compresas e iniciemos a retirar ropa quemada y cualquier cosa combustible y
pongámosle oxígeno- ordeno Javier a Israel
-sí… claro, y… ¿cómo vamos a canalizar para reponer líquidos?... esta todo quemado, ¿habrá que
diseccionar?- pregunto Israel
-no, ni pensarlo porque destruiríamos la vena e impediríamos su utilización futura, así como
también eso supone elevado riesgo de una infección muy severa- comentó Javier
-¿intentará un cateterismo subclavio doctor?- pregunto Javier
-estoy viendo que la vía aérea no está comprometida, funciona bien, ve abriendo el equipo, lo voy
a intentar-
-Israel prepárate una solución Hartmann de 1000 ml con su normogotero por favor, yo seguiré
limpiando y desbridando las heridas- ordeno Javier
-claro que sí… de inmediato-
-no olvides memorizar lo que hacemos para después anotarlo en la hoja de enfermería, he-
-no-
-ya entré en la vena subclavia ¿esta lista la solución?- en un segundo doctor, ya estoy purgando el
equipo- respondió Israel
-excelente… Javier ¿me pasas unos tubos por favor?, ahora yo te voy a probar a ti, ¿qué estudios
vamos a necesitar he?-
-vaya, ¿esta vengando al pobre de mi pasante verdad?, ¿que soy tan cruel acaso?-
-no para nada, solo bromeaba, es para desestresarnos- comento el doctor Valadez mientras
tomaba las muestras antes de conectar las soluciones-
-biometría hemática completa, química sanguínea completa, tiempos y niveles de mioglobulina en
orina- contestó Javier
-¡eso era todo…mi enfermero!…siempre hay que poner el ejemplo, jamás pediremos más de lo
que nosotros mismos somos capaces de dar-
-muy importante esa regla… de acuerdo completamente-
-lista la solución, ahora pasaremos antibióticos ya se ve más estable… ¿donde les firmamos
muchachos ya para que se puedan ir?- preguntaba el doctor a los paramédicos.
-aquí por favor doctor, gracias, y esperamos ya no verlos más por esta noche- bromeaban ellos.
-esperemos que así sea de verdad… cuídense, adiós.-
-Víctima de terrorismo, amarrado junto a su esposa embarazada… ¡que bárbaro!, ¿hasta dónde
iremos a llegar?- pregunto Israel asustado.
-la maldad humana no tiene límites Israel… cuando me pongo estudiar mis libros de psicología y
perfiles me doy cuenta de que estamos cada vez deteriorándonos más, también cuando he leído la
biblia he visto que hay fuerzas espirituales inicuas que influyen en el comportamiento humano
muy sutilmente- Respondió Javier
-¿crees en el diablo?- pregunto el doctor Valadez a Javier
-la verdad sí y en Dios también, hay muchas cosas que no nomás sugieren su existencia, sino que la
prueban definitivamente, pero aún así no entiendo muchas cosas sobre ellos-
-¡d...doc…doctor…!-
Con el asombro dibujado en el rostro los tres clavan su mirada atenta en el paciente que decía sus
primeras palabras, sin saber que serían casi las últimas, ya era probable que no lograrían
entregarlo al siguiente turno con vida.
-sí, dígame soy el doctor Valadez y estoy para ayudarlo, y él es Israel y él es Javier-
-m...mi…man...mano-
Enseguida el doctor Valadez observa la mano del paciente quemado y ve un rectángulo pequeño
de color gris de un lado y con un espejo del otro. Igual Javier e Israel observan.
-el…símbo…lo… ¿lo…con...oce?-
Con el rectángulo pequeño en la mano y mirando fijamente ambos símbolos menea la cabeza
negando que lo conociera, lo mismo paso con Israel quien lo veía como un juguete novedoso.
-creo que lo he visto en algún lado pero… no recuerdo en donde, ni lo que significa…discúlpeme-
comento el doctor
-¿me lo permite por favor doctor?- pidió Javier.
Lo observo muy atento, y a medida que lo hacía miraba cada vez con más reticencia al portador.
-mmm- suspira profundamente Javier mientras ve al paciente directo a los ojos
-¿a cuál orden perteneces?, ¿tienes algún nivel masónico?, ¿numero de tumba o título
altisonante?, las logias en este tiempo están revueltas completamente, aquí tienes la cruz
templaria por un lado, que es una orden de la edad media del siglo XII, pero también el símbolo de
los Illuminati de Bavaria fundados en el siglo XVIII para absorber a todas esa logias de una vez, la
pirámide con el ojo que todo lo ve y lo ilumina esta simbolizando su omnipresencia en todo
vestigio de lo que el humano hace o crea, no me extrañaría que contaras con otros símbolos como
la flor de lis o el triangulo masónico del compas con la regla y el ojo al centro, ¿verdad?-
Mientras el doctor Valadez e Israel veían a Javier perplejos, el hombre en la camilla cerraba los
ojos en señal de aprobación y dibujando una sonrisa forzada en su quemado rostro dijo a Javier:
-y…yo no…soy…nad...a…de…eso….pero,             ¿te…gustar…ia…darles….un        golp…e     de…muerte…a
esa…gente?-
Javier no concebía siquiera la idea de semejante proposición, así que se quedo perplejo con esas
palabras
-¿está usted hablando en serio?... creo que la deshidratación de hace rato atrofió su corteza
cerebral, ¿cómo puede ser semejante cosa?... ¡esa gente es la dueña literal de este planeta!-
El hombre hacia un esfuerzo sobrehumano para hablar bien en las pésimas condiciones en que se
hallaba así que trataba de aspirar más aire para alargar más su capacidad de hablar.
-El dinero… es el…principal…sostén…de…estas logias,…armas, guerras…secuestro…corrupción…
todo genera… dinero,…en tus…manos…esta…algo que…los…puede…arruinar,… los hará… casi…
matarse… entre ellos… literalmente.-
Sumidos cada vez más en el desconcierto…El doctor Valadez, Israel, Javier no sabían qué hacer con
lo que estaban oyendo de ese hombre misterioso.
-la… otra parte... de la…memoria…búscala… en el ho…ho…hoo…-
Poco a poco el hombre se fue sumiendo en un letargo profundo, su esfuerzo fue demasiado, tenía
que descansar aunque fuera un poco, así que opto por cerrar los ojos y dormir.
-¿búscala en el ho…? ¿qué diantres es el ho?, ¿hotel, hospicio, hospital, hoyo de alguna tumba?-
-después de que descanse lo sabremos, creo que por el momento tanto tú como él nos han dado
demasiado por hoy, Javier de verdad mis respetos para ti, siempre te hemos visto como una
enciclopedia parlante y eso tú lo sabes, tu memoria ya muchos la quisiéramos, pero hoy si que
hasta miedo nos diste - dijo el doctor Valadez
Mientras dejaban al hombre dormir un rato en la sala de choque, regresaron a sus no pocas
actividades que habían dejado pendientes.


Casi simultáneamente mientras que en el Galeno atendían a ese hombre en el hospital de
Ginecoobstetricia no la pasaban mejor.

-¡Gracias Yuki!, si había visto la regla de los 9 en la escuela, pero no le había entendido bien la
maestra, no explica como tu- dijo Carlitos el estudiante.
-de nada Carlitos, tal como te dije el martes pasado, prohibidas las dudas, y más cuando tenemos
que atender cosas como las que están a punto de entrar por esa puerta en un momento-
-tengo miedo, nunca he visto a alguien quemado completamente-
-por eso es que solamente vas a ver por hoy, y aprender…-
-en cuanto acabemos esto, ¿me seguirás enseñando la regla de tres para diluir medicamentos?,
pues ya me sé la somatometría: es perímetro abdominal, torácico, del pie, talla y peso ¿verdad?-
-muy bien Carlitos-
-y también el mecanismo de trabajo de parto, ¿te lo digo?-
-que bien, pero no ahora mi niño, ahorita estoy muy concentrada en lo que va a traer la
ambulancia-
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Memorias peligrosas: un parto y una emergencia

  • 1. Te MEMORIAS PELIGROSAS
  • 2.
  • 3.
  • 5. D.R. © 2008 Aguascalientes, México. Registrada en INDAUTOR.
  • 6. DEDICATORIA A mi madre, familia y amigos cuyo estímulo para seguir escribiendo ha sido tan valioso y confortante.
  • 7.
  • 8. Capitulo 1 Martes 16 de noviembre del 1999 20:40 pm. Hospital Central de Ginecoobstetricia... ¡Una camilla!... ¡dense prisa!....gritaba la recepcionista Evangelina Torres… era su primer día de trabajo y los hospitales anteriores donde llego a servir, nada tenían que ver con este a donde la habían transferido el último año previo a su jubilación. Con una camilla que rechinaba en una de sus ruedas llego la enfermera Yukie Hata dispuesta a ayudar. Una puerta trasera izquierda de un vehículo rojo se abría para tratar de dar paso a una mujer que en medio de gritos, reclamos y gemidos se esforzaba por subir a la camilla con la ayuda de un camillero y su esposo, cuando lo consigue, solo le queda recorrer sus últimos metros, los cuales la separan de la sala donde la causa de su intenso dolor saldrá a conocer por primera vez un mundo muy diferente al que se había acostumbrado durante más de 270 días atrás. Esperando en la sala de partos estaba el médico interno de pregrado Adrian Saldivar, quien se le dio aviso telefónico acerca de lo que se acercaba a su área de trabajo, -¡no puede ser!, ¿que no piensan dejarme acabar los expedientes?- No había sido un día muy tranquilo para él, y el médico adscrito, el doctor Tomás Nicandro de ninguna manera contribuía a que lo fuera. -¡No has acabado los expediente de la sala 3!- se oyó su voz mientras salía del consultorio de urgencias obstétricas, - se te va a acumular el trabajo date prisa- -si- contesto del doctor Adrian con una sonrisa medio fingida – viene hacia acá un parto fortuito, en cuanto termine de atenderlo, con gusto me daré la prisa necesaria- El doctor Adrian procedía de Zacatecas, alto, de complexión mediana, moreno claro, risueño por naturaleza, muy rara vez se disgustaba, relajado, estudioso, con mucha iniciativa. No fue el mejor estudiante de su universidad, pero tenía ese toque humano que hacía que un paciente se sintiera bien, les nacía el alagarlo cada vez que había la oportunidad. -¿no viene preparada con nada verdad?- pregunto el doctor Adrian. -imposible, apenas la subimos a la camilla y la desvestí en el consultorio me di cuenta que no podía esperar ya más, casi viene coronando- contestó Yukie. -Pásela, aquí la canalizaremos y procuraremos prepararla lo mejor posible, ¡uff! espero no nos dé una sucia sorpresa- dijo el doctor Adrian. -vístase usted también, sus compañeras no han llegado y no podemos esperar más- -pero no es mi área, sino urgencias y tampoco hay nadie, mi compañera no ha llegado- -ahora lo es, pida un uniforme a CEYE (Central de Equipos Y Esterilización) y cámbiese pronto, las enfermeras de la tarde aún están en el quirófano ayudando en una cesárea- -está bien, no tardare ahorita entro-
  • 9. -pero rápido- En menos de 2 minutos la enfermera Yukie ya traía un uniforme azul marino un gorro, un cubre boca y se calzaba las botas especiales para circular dentro del área blanca de Tococirugia o área de partos. -Abra el equipo de parto ayúdeme a vestirme, este producto está a punto de abandonar el útero materno- -¿qué medida de guantes necesita?- -siete y medio- -no voy a alcanzar a canalizar la vena ni a rasurar, ni a aplicar el enema evacuante- -no importa- En cuestión de minutos la enfermera Yukie tenía todo listo, gasas, equipo de parto abierto, incubadora para introducir al producto después de cortar el cordón umbilical, aspirarlo, secarlo, ligar su cordón tomarle sus medidas y recibir su dosis de antibiótico en sus ojos y su vitamina k. -¡Puje fuerte, ya viene! – -¡un poco más señora, no se detenga!- Decía el doctor mientras observaba dilatarse cada vez más el canal del parto y aparecer en forma más clara la cabeza del producto. Ante los ojos sorprendidos de Carlos Rúa un estudiante de enfermería que acababa de llegar al área y que apenas contemplaba su primer parto, el útero de esa mujer expulsaba un producto femenino, sonrosado acompañado de un líquido abundante color ámbar que lo rodeo durante su estancia dentro de el. -Hermoso ¿verdad?- comentaba Yukie ante los sorprendidos ojos del estudiante. -un verdadero y maravilloso milagro, nada que ver con las animaciones que nuestros maestros nos mostraban simulando el parto- -esas solamente te dan la idea, para que comprendas por lo que pasa el bebe- -sí, lo sé- -¿te gustaría que juntos nos encargáramos de este bebe ahorita que acaben de aspirarlo?- -¡claro que sí!, con mucho gusto- -entonces te voy a poner en tus brazos este campo estéril para que lo recibas de las manos del doctor, y en seguida lo lleves a la mesa al lado de la incubadora- -está bien, oye, por cierto, ¿eres china?- -no, soy japonesa-
  • 10. -que bien, que bonita estas- -gracias- -vamos a estar viniendo mucho tiempo aquí los de mi grupo, ¿me enseñarías cosas de tu cultura y tu idioma?- -tal vez, a medida que me vayas impresionando con tus habilidades y aprendizaje te iré enseñando algunas cosas sobre mi país y mi idioma- -vale, ya dijiste- Un llanto agudo, junto con un suspiro de alivio de la mujer interrumpió el ajetreo de la sala de partos que este nacimiento fortuito había provocado esa noche nada tranquila en apariencia. Momento propicio para recibir al bebe y atender sus primeras necesidades. -Ahora sí, mientras aseo la cavidad de la paciente, ya pueden pasarle por favor su solución por la vena, Hartmann 1000 ml mas 20 unidades de oxitocina, por favor- ordeno el doctor Adrian. -claro que si doctor- dijo Yukie. -Hola buenas noches, ¿todo bien?- se oyó una voz que entraba a la sala. Era Carolina Fuentes, una enfermera admirada por el personal masculino del hospital, alta, de figura agradable, ojos color miel, piel clara, cabello negro largo y ondulado sujeto fuertemente por un pasador que lo mantenía ajustado a su cabeza, pues en el hospital la regla de enfermería era no traer el cabello suelto, sino sujeto. Su habilidad en cualquier área del hospital que la asignaran era ya algo muy conocido y apreciado por todos. -muy bien Caro… pero creo que ya tienes en que entretenerte, yo debo de regresar a mi área que es urgencias, y te dejo con Carlos un estudiante que tiene muchos deseos de aprender, trátalo bien - dijo guiñando un ojo - es su primera vez… en un parto real.- -descuida, el va a aprender mucho esta noche, es más desde ahora el va a ser el encargado total de esta área, y yo su ayudante, el canalizará a la paciente y le dará sus cuidados post-parto, ¿verdad que si Carlitos?- -este… si claro, como usted diga- dijo el estudiante riéndose nervioso mientras tomaba las medidas del bebé. Su pie, su cabeza, su abdomen, su altura y su pecho. -muy bien, ya me contarás como te trataron si nos toca vernos en el comedor, y recuerda, prohibidas las dudas, cualquiera que tengas pregúntala, te ayudaremos en todo, ya que tu eres quien nos va a cuidar a nosotras y nuestros hijos en el futuro ¿ok Carlitos?- -sí, muchas gracias – -mata ne, eso significa “hasta luego”- dijo Yukie guiñando un ojo. Todos en la sala sonrieron. -gracias Yukie, por tu apoyo- agradeció finalmente el doctor Adrian.
  • 11. Meditando sobre como estaría el resto de su guardia Yukie caminaba a su servicio, urgencias obstétricas, después de que al llegar a las 20:00 hrs ya había ingresado a tres amenazas de aborto, un parto prematuro, una hemorragia uterina disfuncional, y un parto fortuito, no parecía que aquella noche fuera a mejorar. -Gambaru yo (esfuérzate), no viniste a México desde hace dos años a tener más problemas ¿verdad? sino a tratar de hacer lo correcto y ser feliz. Cumplir tus sueños- dijo dentro de sí misma.
  • 12. Martes 16 de Noviembre 21:55 pm. Hospital General Galeno -¡Camillero, presentarse en recepción de urgencias, urgente!- Ese fue el voceo que realizo la recepcionista Adriana Márquez mientras observaba un hombre de complexión robusta convulsionando en la sala de espera mientras sangraba por su boca. -¡ayúdenlo, por favor!- gritaba su familiar mientras las personas que esperaban su consulta veían el terrorífico cuadro y se hacían para atrás sin evitar observar detalladamente. -¡ábranme paso!- dijo Agustín el camillero en voz alta. Mientras el doctor Eduardo Valadez y el enfermero Javier Fonseca trataban de introducir un bolígrafo entre sus dientes para evitar que se mordiera el mismo su lengua. Lo levantaron, lo llevaron a la sala de choque donde se atienden los casos críticos que se van presentando. -¡canalícenlo con solución Hartmann, y pásensela en bolo!, preparen un ámpula de diazepam y pásensela también, quiero una química sanguínea completa, una biometría hemática y placas abdominales- ordeno el doctor Eduardo. -el paciente esta edematizado será difícil- dijo Javier mientras con dificultad buscaba con sus dedos alguna vena que pudiera palparse. -mientras hallo la vena destapa los tres tubos, el rojo el morado y el azul y prepara las telas adhesivas para fijar el catéter por favor- indico Javier a Israel su pasante. -sí, de inmediato- contestó. -y no olvides que debemos de llevar el registro de todo lo que vayamos pasando, así que debemos de estar muy atentos respecto a que aplicamos y en que dosis, fíjate si algún compañero esta libre para que nos venga a apoyar- -sí, también lo hare- -se ve muy difícil canalizarlo ¿verdad?- -no te preocupes… lo lograremos, ten fe- Logrando encontrar una vena, casi por anatomía, agradeció haber hecho de esa su clase favorita en sus tiempos de estudiante. Sus compañeros le decían que había errado la profesión, si le gustaba tanto la anatomía y fisiología debía de haber sido médico, sin embargo el les decía que amaba la enfermería y que aunque la medicina era muy interesante, jamás olvidaría lo que una enfermera en su niñez le había enseñado con sus actos. El cálido toque de sus manos cuando lo curaba de sus heridas después de haber estado accidentado, la tierna voz con que lo confortaba al darle sus medicamentos y al pasarle otros por sus venas, su sonrisa y mirada que le invitaba tener confianza en que todo iba a estar bien, y en su esposo, un enfermero que al hablar, siempre había algo edificante y confortable que aprender de él, la destreza con que lo veía ayudar a sus colegas
  • 13. en casos críticos que sucedían justo en la cama al lado de él, en el largo mes y medio que duró encamado por un accidente automovilístico. Esa pareja que se notaba el amor que se tenían a simple vista, siempre estaban platicando acerca de lo nuevo que aprendían en su profesión, y de cómo se relacionaba con lo que ya habían aprendido antes. Recordaba también como esa pareja enseñaba a unos estudiantes a memorizar lo que más tarde escucho él mismo en el aula, La Regla De Oro, los 5 Correctos: 1.- Cama correcta 2.- Paciente Correcto. 3.- Medicamento correcto. 4.- Dosis Correcta. 5.- Vía de Administración correcta. Y no se diga, los 4 principios básicos: A) Respetar la individualidad del paciente. B) Proveer a sus necesidades físicas elementales C) Protegerlo de agentes externos dañinos a su salud. D) Ayudarlo a regresar a su vida útil. -¡listo, terminé!- dijo Javier mientras le daba a su pasante la indicación de que llevara las muestras de sangre al laboratorio después de haberlos marcado con el nombre del paciente. Fijo el catéter que había colocado en la vena, y comenzaba a pasar el diazepam indicado, gradualmente fueron cediendo las convulsiones hasta llegar la estabilización, llamo al camillero, indico llevar al paciente a radiología para tomar las placas. -Espero que seas un buen pasante y estudiante Israel, con mucha paciencia y vocación porque esta noche quiero enseñarte muchas cosas interesantes con este caso que nos acaba de llegar- pensó Javier mientras miraba a su pasante dirigirse al laboratorio y buscar un compañero que los pudiera ayudar. -llámame en cuanto estén los resultados y las placas, estaré haciendo la nota de ingreso, y dile a Adrianita que me pase a los familiares por favor- ordeno el doctor Eduardo. -claro que si doctor, de inmediato- dijo Javier mientras empezaba a llenar la hoja de enfermería. -Adrianita, el doctor Eduardo necesita a los familiares del paciente que pasamos a la sala de choque, ¿se los pasas a el consultorio 3 por favor?- -por supuesto que sí, de inmediato- -gracias mi niña, y ya pórtate bien por favor, van cuatro suturas, un paro cardiorespiratorio y esta crisis convulsiva con hemorragia a tan solo dos horas de haber iniciado el turno y no veo que traten de enviarme a alguien a que me ayude, ¿qué acaso te hemos tratado tan mal en nuestras guardias?- dijo Javier bromeando, mientras guiñaba el ojo y sonreía.
  • 14. -¡uff!- suspiro Adriana -¿qué te pasa?... hoy he sido un ángel de bondad, créeme no te gustaría que de verdad me portara mal- bromeo también. -aparte mira, no estás solo completamente, tienes a Israel tu pasante- -es cierto, tienes razón, buen muchacho y muy hábil sin embargo no hay que olvidar que ellos todavía son enfermeros y enfermeras en formación, de ninguna manera los podemos utilizar como fuerza de trabajo, ese sería un error muy grande, porque si ellos cometieran un error, se arruinaría su carrera y ocasionaría de paso muy serios problemas a la institución- -cierto, por eso ustedes deben de ser los mejores y más pacientes maestros del mundo con ellos si no, ¡imagínate!, pobres criaturas- -así es mi niña, así es…bueno, continuemos que la noche es joven todavía- -¿al ratito vas a ir como siempre a estudiar tus idiomas?- -sí, si hay chance claro, ¿por qué?- -le dejaron a mi hijo una tarea y me gustaría que pudieras verla antes de que se la entregue al profesor- -claro que sí, con mucho gusto en cuanto esté más tranquilito te busco- dijo retirándose. -¿están los resultados listos?- pregunto el doctor Eduardo. -sí, y nada positivos doctor- -¿qué notaste mi estimadísimo enfermero gastroenterólogo?- -un cuadro anémico muy severo, esta no es su primera vez sangrando, se nota- -tienes razón y ya vi la placa también, prepáralo para su ingreso, con el diagnóstico de úlcera perforada y crisis convulsivas, ya mañana el cirujano decidirá hoy no vino el nuestro-
  • 15. Miércoles 17 de Noviembre 09:00 am. -¡Oh por Dios! otra nochecita así y creo que valorare mi situación actual con miras a un permiso muy largo…- Pensó Javier mientras se tiraba en su cama matrimonial después de tomarse un vaso de leche tibia y de haberle dado de comer a su mascota, un gato siamés llamado “mechas” muy querido hasta por los vecinos, quien lo veía no podía menos que impresionarse y terminar acariciando su suave pelaje y admirando el color de sus ojos. Había pasado una noche fatal, poca ayuda y bastante trabajo, solo porque su pasante de verdad resulto más listo y con iniciativa de lo que esperaba y el doctor Valadez mostro consideración ante las circunstancias, pudo salir de ella con éxito. Anteriormente había tenido uno que era un desastre en filipina blanca, nunca entendió como pudo siquiera haber sobrevivido a la adolescencia, no se diga a las exigencias de la carrera. Muchas veces le llego a sugerir que cambiara de profesión, a una en donde no pudiera dañar seriamente a un ser vivo, pero de eso, el tiempo se encargo. Mientras pensaba en cuándo llegaría esa persona especial que ocupara el otro lado de su cama que ya la sentía muy grande, fue cerrando los ojos, poco a poco, perdiéndose en un profundo y reparador sueño. 30 minutos después a menos de 20 minutos de camino en el centro de la cuidad, la enfermera Yukie habiendo alimentado a su mascota un conejo blanco con dos pequeñas manchas negras llamado “Petto” que significa mascota en japonés, destendía su cama con una espumosa taza de chocolate en su mano, la noche no había sido nada piadosa con ella, su compañera no llegó, solicito un permiso, y no había suficiente personal para cubrir adecuadamente las áreas, le fue imposible seguir platicando con Carlitos el estudiante que acababa de conocer y que se intereso tanto en su cultura e idioma, Carolina entro al quirófano por cuatro ocasiones por lo que Yukie tuvo que cubrir su puesto con frecuencia ayudando al doctor Adrian, y por si fuera poco tuvo que soportar la mirada nada apropiada del doctor Nicandro que desde hacía dos meses, lo que tenía ella en ese hospital, no había variado en lo más mínimo, el mismo límite de concupiscencia que aumentaba más y más con el tiempo. -¡Hay Dios mío!, o como te llaman mis papas Jehová, o Yahvé, ¿por qué no habrá un hombre que de verdad sea eso… un hombre?, yo se que tú eres muy grande, desde que mi padre abandono el sintoísmo es otro, ni siquiera el budismo había logrado tampoco hacer lo que tú con la biblia hiciste… pero bueno… yo no tengo la fe de él, pero cuánto quisiera encontrar un hombre así.- Mientras pensaba eso…poco a poco se entrego al rehabilitador descanso del profundo del sueño.
  • 16. Capítulo 2 Jueves 18 de noviembre 8:00 a.m. ¡Riiiinggg! ¡Riiiinggg!... suena un despertador la mañana de ese jueves señalando las 8:00 am. ¡Mmm!, ¡Mmm!, 5 minutitos más…. Onegaishimas… (Por favor). -¡levántate Yuki!... ya es un nuevo día- la animaba Karla Muñiz su compañera y colega de 28 años, cabello castaño, ojos color miel, piel morena clara y unas pocas libras de más, que compartía la casa que rentaban, los gastos, paseos, gustos, y todo lo que rayara en las diversiones triviales de la vida cotidiana. Ella trabajaba en el Hospital General Privado Esculapio. Una de las clínicas privadas más renombradas de la cuidad. Amante del cine, no deseaba perderse esta noche la película en que Tom Cruise sería el protagonista. Amante de las logias secretas y conspiraciones, esa película trataría sobre un médico que al querer darle un giro a su monótona vida, termina involucrándose en una de ellas, observando sus rituales y poniendo en peligro hasta su matrimonio. -Yuki…tu dijiste que hoy te ibas a encargar de la cocina, sala y comedor y yo de las recamaras y el patio, ¿lo recuerdas?- -hai, oboeteruyo, chottomatekudasai...- -Yuki… ya te he dicho que pase de noche la clase de japonés, o de plano no recuerdo si tome alguna vez una, ¿recuerdas que también hablas español, y muy bien verdad?- -sí, e inglés también y chino- decía mientras reía –te dije que sí, lo recuerdo, que me esperaras un poquito por favor, este horario de noche me ha alterado el sueño mucho, anoche me dormí a las 3 de la mañana, pareciera que hubiera estado en el hospital- -pues ayer que llegaste de él te dormiste desde casi las 10 hasta las 3 de la tarde, y te vi muy repuestita- -así es pero, cuando llegue del gimnasio no me dejaste ni bañarme, ¿a quién se le ocurre hacer una reunión social con baile solo por una nueva compañera que les llego de España en tu hospital? Se nota que en los hospitales particulares tienen menos trabajo que nosotras en los públicos- -ja, ja, ja, ja ¿cómo se te ocurre decir eso?, mmm, bueno… tal vez si un poquito menos- -ya estoy lista, a darle… ¿a qué hora se empieza la película que quieres ver?- -a las 6 de la tarde así que date toda la prisa que puedas, quiero que vayamos antes de compras y caminar un rato por la plaza y el jardín, conocí a un estilista que fue ayer al hospital con un dedo herido y me enseño unos cortes en su catalogo preciosos, quiero cambiar de look, ¿no te gustaría a ti también?, los sorprenderías el viernes que te toca guardia- -mmm, no por el momento me siento bien así ahora- -vamos a darle entonces que el tiempo vuela…-
  • 17. A 30 minutos de distancia Javier apagaba la alarma de su celular, se regalo sus 5 minutos más de cómoda cama, se estiro, se lavo la cara mientras que mechas su gatito rondaba por sus pies ronroneando. -Buenos días mechas ¿cómo amaneciste?, acostado y en ayunas igual que yo ¿verdad?, ahorita preparamos algo- Mientras se preparaba un par de huevos con jamón, un chocolate y ponía unos panes en un plato, sonó el teléfono de su alcoba. -buenos días, ¿diga?- -buenos días caballero, ¿cómo amaneció?- -muy bien Lizbeth, ¿y tú?- -con muchas ganas de verte, ¿sabías que va a haber una película muy romántica en estreno hoy?- -sí, lo sé- -¿me invitarías hoy al cine, mi querido poeta, o vas a ir solo como de costumbre?- -Liz… a pesar de que tu tono fue un poquito burlón, está bien, vamos juntos- -¿cómo te fue de guardia ayer?, no te vimos como siempre en la cafetería donde siempre vas a escuchar trova- -quise salirme un poco de la rutina y fui caminar por un muy buen rato por la tarde, recorrí la plaza el jardín el centro comercial, cuando menos lo pensé ya tenía más de dos horas caminado, pero me sentí muy bien, puede meditar un poco- -bueno, ¿a qué hora pasaras por mí?- -a las 5:30, porque la película es a las 6- -te espero, y te traes lo nuevo que hayas escrito, me encanta como escribes- -está bien Liz… lo hare, te veo al rato- Lizbeth Maris es una química laboratorista de 26 años, figura esbelta, ojos verdes, piel blanca, cabello lacio y largo rubio. Muy hábil, respetada por sus superiores, la cual los turnos de la tarde y noche la reclamaban, pero ella nunca se veía privándose de sus paseos de tarde, cafés, música, spa, salón de belleza, boutiques…etc., o haciendo análisis con los ojos entre abiertos y cerrados por el sueño de un fatal turno nocturno, la mañana se había hecho para ella y no más. Se sorprendía de ver como Javier a quien admiraba y sentía que debía de ser suyo, cada mañana que lo veía aunque se observaba cansado, su semblante estaba completo, no parecía que a sus 32 de edad llevara 12 años trabajando en esa institución tan desgastante de los cuales llevaba 11 años por las noches. A ella le encantaba su cabello lacio, quebrado, su voz suave que guardaba un toque de ternura, la mirada de sus ojos de color negro, y su figura entre quien va al gimnasio pero sin querer resaltar demasiado, siempre discreto, romántico, no pregonaba religión ni partido
  • 18. alguno, pero tenía principios y bases que hacían que todo mundo lo respetara, una habla limpia y jamás se le veía sin un libro sobre algo diferente que estudiar, ciencia, historia, religión, logias, poesía, o lo de su profesión. Hablaba idiomas y sus conocimientos hacían que cualquier persona que hablara con él se sintiera como en casa. Recordaba que entre sus pláticas él decía que le gustaba ser un conocedor, más no un experto en todo ya que eso no es posible. Cuando descubrió que escribía poemas, no pudo evitar sentirse más atraída hacia él, ya que ella desde la infancia amaba los escritos de los grandes maestros de la poesía, Sabines, Bécquer, Nervo, Acuña, etc. pensaba que si un día hallaba a alguien así no lo dejaría escapar. Sin embargo, no era ella el tipo de mujer que Javier anhelaba, cosa que no iba a detenerla, no definitivamente. Yukie Hata, enfermera de profesión, 26 años, procedente de Nagoya, Japón, esbelta, de ojos muy llamativos rasgados pero grandes a la vez, piel morena clara, risueña, inteligente, de cabello largo y castaño hasta las escápulas, de padres Estudiantes de la Biblia desde hace 9 años, con mucha iniciativa, inquietudes y sueños, dominaba las artes marciales que una amiga le había enseñado para su defensa personal así como un pretendiente que reafirmo esos conocimientos el tiempo que la pretendió. Cosa que le interesaba no dejaba de estudiarla hasta satisfacerse, lo que la hizo hábil en computación, idiomas, historia universal, religiones, logias, cocina y lo de su profesión. Su fe no era la de sus padres sin embargo respetaba mucho lo que le inculcaron de la biblia, sus principios, sus historias, y admiraba profundamente los cambios que veía en su padre desde que la estudiaba, aunque ella misma no se definía sobre su identidad religiosa todavía, tenía varias preguntas inquietantes que aún no había llegado a comprender su razón. Llevaba dos años viviendo en México un país que desde pequeña admiro mucho. Su infancia nada halagüeña consistió en una familia disfuncional con un padre alcohólico que golpeaba a ella y su madre. En los tres años de formación de su carrera fue la modelo escolar favorita de su profesor de anatomía que no dejaba de resaltar sus atributos y la de historia su muy buena memoria. En el año de su servicio social, encaró con la muerte tanto en su persona como en todos los pacientes a los que ayudo durante ese conflicto armado que se levanto cerca del hospital donde servía. Al ver la maldad cara a cara y lo que el hombre era capaz de hacer, no era de extrañar que en ocasiones dudara de la existencia de algún dios. Cuando en una redada fue capturada, un soldado estuvo a punto de terminar con su preciada virginidad, cosa que ella evito mediante enterrar una aguja en su cuello que había encontrado en el piso, cosa que distrajo al soldado tiempo suficiente para que en segundos colocara una patada inversa en la más sensible área masculina que hay. Lo que dejo al soldado fuera de este mundo. Llena de recuerdos tanto tristes como alegres, acerca de reuniones religiosas que tuvo y experiencias clínicas varias y de todo lo que había aprendido en libros de historia y con un amigo templario, y otras experiencias personales, decidió un día cambiar de vida radicalmente, mudándose a México ante la sorpresa de sus padres, siguiendo sus sueños.
  • 19. Su padre antiguo militar e ingeniero civil, devoto sintoísta, observador años después de los rituales budistas, fue testigo de cambios que acabaron con su familia, como un terremoto, una peste, haciendo que se formulara preguntas profundas como: ¿por qué?, si siempre fue un devoto budista y otro tiempo sintoísta y nunca dejo de cumplir con sus votos ni con sus rituales de adoración a sus antepasados ¿por qué no protegió a sus padres ni hermanos ni tíos? ¿era acaso que hizo todo mal?, ¿era él un villano? ¿no merecía piedad?, veía como gente perjudicial y buena para nada progresaba impunemente, ¿acaso el debía de ser igual para progresar?, ¿algún día acabaría todo eso? ¿cómo se puede ser feliz ante tanta desgracia?, jamás imagino que un tiempo después en 1990 iban a contestársele a plenitud todas sus preguntas. Por mientras dentro de esa crisis conoció a Mihoko, una hermosa mujer que al momento de verla, sintió que la corte celestial le estaba obsequiando el bálsamo a su alma golpeada por la tragedia, de ahí nació Yukie y sus dos hermanos los cuales en un accidente acabaron su vida, salvándose Yukie de milagro. Con ese detonante se removieron las dudas pasadas no contestadas aunándolas a las nuevas, las cuales el alcohol fue lo único que pudo mitigar la pena, convirtiéndolo a él en lo que tanto temía, un villano golpeador que lastimaba de forma continua a su esposa e hija. -Teruo, por favor, ¡mira lo que has hecho de tu familia… la que te queda!, ¿acaso ya no nos quieres? ¿ya no te importamos ni un poco?- exclamaba Mihoko, mientras Yukie no paraba de llorar, abrazándola. -¡Otoosan, Okaasan!, ¡yamete... kowaii yo! (¡padre, madre!, ¡ya paren por favor, tengo miedo!)- era lo único que podía decir con sus ojos rasgados inundados de lágrimas. - Ii ko ni narukara…mou yamete (seré una buena niña pero… ya paren por favor)- rogaba Yukie quien lo último que sintió fue como su padre las aventó con fuerza a las dos para salirse a conseguir más sake. -Okaasan nan de… (Madre… ¿por qué?)- preguntaba Yukie -la naturaleza del ser humano es frágil y muy fácil de corromperse y deteriorarse, tu padre no ha sabido canalizar sus penas ni aceptar la ayuda que se le ofrece- contesto su madre. -había personas violentas dentro de nuestra familia antes, ¿yo también lo voy a ser?- -no, si tú no deseas hacerlo, existe algo que se llama libre albedrío y es guiado por principios, los cuales son inviolables y moldean el comportamiento para bien, eso lo aprendí con las personas que me visitaron hace un mes, y aún lo hacen, llamaron a mi puerta justo cuando estaba a punto de hacer una locura- -¿que ibas a hacer madre? – -una locura hija, ya te lo contaré después, ahora quisiera que tu padre oyera a estas personas, aunque sea una sola vez-
  • 20. Una noche lluviosa tendido ante la tumba de sus padres, Teruo ya no le importaba la vida, ni la suya ni la de su familia que había dejado atrás hace una semana, sin trabajo, ni motivo alguno para seguir adelante rompió la botella de sake, y corto sus venas trasversalmente, terminando por encajar en su abdomen esa misma botella cortada, lanzándose finalmente a un hoyo que estaba al lado de la tumba de su familia. Poco a poco fue perdiendo la conciencia mientras la sangre abandonaba su circulación normal. A los pocos segundos un hombre se lanza a ese mismo hoyo, venda con un trapo fuertemente los brazos de Teruo y cubre la herida abdominal y con su celular realiza una llamada de emergencia la cual tuvo una respuesta casi inmediata, afortunadamente para Teruo una ambulancia estaba haciendo ronda por ahí cerca. -¡yametekure , ore nanka shinda hougaii! (¡deténganse, que hacen, yo quiero morir!)- -no durante nuestra guardia amigo, no durante nuestra guardia- exclamaban los paramédicos mientras con un gran esfuerzo sacaban a Teruo de ese hoyo. -¿Qué orilla a un hombre a hacer esto?- preguntaba uno de ellos -un vacío espiritual… cuando piensas que la vida es solo lo que tus ojos pueden ver, y olvidas lo que no se puede ver, lo más probable es que hagas esto- contestó en otro paramédico. Ya en el hospital, al abrir los ojos, desintoxicado de una semana de sake sin otro alimento aparte, observaba a los ojos que lo hicieron descubrir el amor inundados en lágrimas, junto con el producto de ese amor justo a su lado, en la cama. -Otousan dai jyobu? (Padre ¿estás bien?)- preguntaba Yukie - dai jobu da yo (estoy bien)- contesto Teruo mientras sentía que el remordimiento humedecía sus ojos al pensar en lo que hubiera pasado si esos paramédicos no lo hubieran ayudado, dándole una segunda oportunidad. -Teruo, kimi wo aishiteruyo (Teruo te amo), le dijo Mihoko con esa voz que antes le hacía sentir que Dios existe. -Escucha a las personas que me visitan mi amor por favor, se que te van a ayudar, y te van a contestar todas las preguntas que siempre te han atormentado- -está bien, pídeles que vengan mañana aquí, ya que estaré todavía una semana más internado- contesto Teruo, mientras abrazaba a su hija, que se acurruco en su pecho. Esas visitas fueron el principio de su cambio radical de vida, Mihoko y Yukie jamás dejarían de sorprenderse de ver como Teruo, una vez contestadas sus preguntas de manera clara, convincente y sencilla por la Biblia se convirtiera en el más amoroso, comprensivo, tierno, compasivo y espiritual hombre que ni en sus sueños podrían alguna vez haber conocido. Sus metas, su habla, su conducta, sus pensamientos y sentimientos pronto permitieron que retomara su carrera con éxito, dando a su hija una buena carrera y a su esposa esa vida que tanto hubiera querido tener con sus padres y hermanos si estos no hubieran fallecido.
  • 21. Capítulo 3 ¡Trrrrrr! !Trrrrr!, vibraba el celular de Lizbeth, cuando esta lo tomo lo abrió y apareció el siguiente mensaje: -“espero que ya estés lista Liz… o me iré solo como de costumbre ;-)”- Mientras sonreía, sintiendo que estaba cada vez más cerca el día de su triunfo, se llevaba hacia sus delgados y delineados labios un carmín de color rojo tenue, revisaba por último su atuendo, su maquillado rostro y con una coqueta sonrisa dio un guiño ante el espejo y se retiro hacia el Peugeot 406 color azul metálico que la esperaba en la puerta de su casa. -Hola, espero no haberte hecho esperar demasiado- decía saludándolo de un beso en su mejilla. -no tanto, hasta eso se tenerles paciencia a las damitas- respondió mientras correspondía al saludo. -entonces, estuvieron en el cafetal el día de ayer, ¿cómo les fue?- -bueno, extrañamos al trovador que les hace siempre tercera a los cantantes, que por cierto nos preguntaron que en donde te habíamos dejado- -¿y qué les contestaste?- -que no sabía, pero que no te iba dejar de seguir la pista, también varios compañeros de tu guardia estaban- -ayer sentí más ganas de caminar que de escuchar música estaba un poquito… pensativo desde la mañana, así me dormí de hecho, para cuando me desperté y me bañe esa fue mi primera idea para pasar la tarde- -¿y porque no me hablaste con todo gusto te habría acompañado?- -eres una mujer muy ocupada Liz… de ninguna manera me gustaría que te sintieras siempre pegada a mí- -¿eso crees de verdad?... pareciera que en un año que llevo en el hospital viéndote y saludándote no has aprendido nada de mi- Discretamente mientras manejaba, escuchando a Roxette, con su pupila derecha observaba a Lizbeth de reojo, planeaba la forma de tener cuidado, él ya conocía sus sentimientos, eran más que obvios, pero decirle que no era su tipo de mujer a pesar de lo hermosa que estaba, de ninguna manera le parecía lo más adecuado. Disfrutaba de su compañía, era interesante tierna, aunque un poquito frívola, no era el tipo de mujer con el que podría sostener una profunda plática interesante de historia o religión. Así que decidió llevar todo igual, con un trato superficial. Sin cometer el error de un día darle unas alas tan grandes que terminarían volando muy lejos juntos. -llegamos Liz… que bonito quedo este nuevo Megacinema ¿verdad?, son 20 salas, el paraíso de cualquier cinéfilo- -así es Javi… así es-
  • 22. Un muy bello cine se abría delante de ellos, dos puertas corredizas automáticas, en medio de esas entradas la taquilla que con cuatro ventanillas daba rapidez en el servicio a los usuarios cuyos deseos de entrar eran más que evidentes. Dentro de él, se podía observar los carteles de las películas en exhibición, las actuales y las futuras, una elegante cafetería que tenía servicio de mesas de color azul marino, sanitarios amplios limpios y aromatizados, un área para preparar los deliciosos baguettes y crepas que junto con el café hacía que valiera la pena cada peso pagado. Para aquellos que no gustaban de eso había otra área para las palomitas dulces, picosas o saladas, para los dulces a granel, la nieve y la fuente de sodas, se veían promociones de gorras, combos, juguetes, peluches, etc.…, nada para entretenerse faltaba. -dos entradas adultos por favor- solicito Javier mientras entregaba la tarjeta de puntos que le pedía la señorita de taquilla. -disfrute su película, tiene usted 160 puntos- -Liz… te dejo un poco, no tardo, solo voy al sanitario- -sí, te espero aquí- Apenas termino la frase cuando una mano toca su hombro con efusividad… -hola amiguita, no te asustes soy yo- -hola Karlita me asustaste… ¿hacía buen rato ya sin vernos verdad?- -si Liz casi cuatro meses, desde que nos dejaste para irte al Hospital Galeno tus ausencias son cada vez más largas y…pues ya vez, el trabajo es muy absorbente, ¿y tú que cuentas de nuevo dime?- -nada amiguita, todo igual trabajo, hogar y diversión- -¿ya por fin lograste lo que tanto deseabas picarona?… estabas clavadísima con ese compañero lo recuerdo cuando me lo contabas con tanto gusto ya hace casi 4 meses- codeo a Lizbeth mientras sonreía. -pues… no exactamente pero ahorita vengo con él, y creo que tendré que carrerearlo un poquito- -wau, pues adelante amiguita, a echarle los kilos, que no se te escape, ha por cierto, déjame te presento a una amiga muy linda, se llama Yukie y es enfermera, apenas tiene dos meses trabajando en el hospital de gineco, es tu vecina ya que está en la misma institución pública- -ah… mucho gusto Yukie… ¿eres china?- -no, soy japonesa, mucho gusto ¿Liz…beth?- -sí, exactamente, Lizbeth-
  • 23. Aquel saludo no fue precisamente el más cordial que hubiera dado, pues al conocerla no vio a una buena amiga futura, sino a una potencial rival que podía echar sus planes de conquista abajo en solo un instante. Javier era un amante de la cultura japonesa, sabía el idioma, y no podía pasar por alto la efusividad con que hablaba de sus mujeres las cuales le atraían mucho, las fotos de modelos y videos que le enseñaba en su reproductor portátil de 8 Gigas, la fluidez con que hablaba ese idioma, en fin… nada agradable se le hizo saber que una enfermera oriental estaba rondando tan cerca, y más cuando la belleza era una característica que podía atribuírsele muy bien. -¿qué película vienen a ver?- pregunto Lizbeth -la de Tom Cruise- contesto Karla. -era de esperarse, ¿pues se trata de logias o algo así verdad? a ti te apasionan esos temas- -sí, se nota que va estar muy buena, aparte se me hace más interesante que solo andar de compras y recortando gente con las amigas- reía mientras hablaba -pues si… pero esos temas dan miedo, toda esa gente que anda en eso es muy poderosa y muy mala, y siempre están involucradas en cosas ocultas que quien sabe- -son los que controlan todo este mundo amiguita, algún día te platicaré con lujo de detalles hasta donde llega este asunto, y si ahorita te da miedo, después no vas ni a dormir siquiera- -¡ya para, que miedo!- -pero es real- dijo Yukie – a mi me encanta la historia, y es inevitable estudiarla sin toparte con ellos, esos tipos a pesar de ser logias ocultas se te ocultan a plena vista, ¿alguna vez te has interesado en la simbología?- -no… la verdad, ¿por qué es tan importante?- -estamos rodeados de símbolos por doquier que tu veas, hasta en lo más trivial, por ejemplo muchos templos de religiones comunes y sus rituales no son más que imitaciones de ritos y credos muy antiguos que se fueron adoptando a través de los siglos, para ganar adeptos, ellos también los tienen, este es de verdad un tema profundo y cuando quieras lo podemos platicar, Karla sabe mucho de esto también- -eso lo sé, ya tenemos rato de conocernos, tal vez platiquemos después- -así es, ahorita es hora de cine, ¿cuál van a ver ustedes?- pregunto Karla. -La de Richard Gere- contesto Lizbeth -ooooh, que románticos… suerte tigresa, que no se te vaya vivo- -¿por qué tigresa, y porque vivo?- pregunto Yukie… -hay amiguita… ya te instruiré en algunos dichos y metáforas populares de mi país- contesto Karla mientras Lizbeth se burlaba. -nos vemos Liz…- se despidieron de un beso.
  • 24. Viéndolas retirarse Lizbeth solo pensaba en lo inconveniente que sería que Javier conociera a Yukie, tenía todo lo necesario para convertirse en su rival, bonita, inteligente y por si fuera poco, dentro de la misma institución, aunque fuera en otro hospital, y muy cercano al suyo. ¿Qué hacer?... pensaba ella, tenía todas las de perder, durante el último mes había logrado que por fin él se diera cuenta de que ella existía, y ahora, veía como todo eso en segundos se desvanecía. ¿Darle celos con alguien más tal vez? me sobra con quien hacer eso, o ¿decirle de una vez todo lo que siento y a ver qué pasa?, tal vez le llegue un poquito y me acepte. -¡ni lo pienses Lizbeth!- dijo Javier tocándole el hombro mientras ella dio un brinco en su sitio ante los ojos de varias personas. -¡Javier, me asustaste!- le dijo mientras temblaba finamente y apretaba sus puños. -ni lo pienses que es agradable ver que estas en la luna y yo aquí en la tierra tratando de contactarte- decía Javier bromeando mientras se reía. -perdón por asustarte mi niña… de veras que estabas en la luna, ¿pues qué estabas pensando?- -ha… nada, nada importante, me distraje un poco es todo- -alcance a ver que hablabas con alguien ¿amigas tuyas?- -si… una conocida de tiempo atrás, de cuando trabajaba en el hospital Esculapio- -¿y la otra?- -una amiga suya que me presentó, pero ya vámonos a la dulcería ya casi son las 6- -está bien Liz vamos, ¿qué vas a querer?...- Ya en la sala de cine Lizbeth no podía creer lo que había hecho, la película de Richard Gere que estaban viendo era sobre un americano hijo de padre japonés que viajo a Japón para pedir disculpas en nombre de su padre a su tía, en plena temporada en que se recordaba la catástrofe sufrida en Hiroshima y Nagasaki. Y era un filme del año 1991, estaba como una muestra de cine americano-japonés. -¡No puedo creerlo!- Se decía a sí misma, mientras observaba a Javier perdido totalmente en la película, ella se le recargo, le tomo la mano, puso su brazo izquierdo alrededor de su cuello, todo para llamar su atención en vano, el solo volteaba de vez en cuando a sonreírle y comentarle algo breve. -Wau, ¿qué te pareció Liz?- pregunto Javier mientras llevaba a Lizbeth a su casa escuchando a Toni Braxton. -si me agrado, estuvo interesante- -hubo algunas leves fallas de traducción en los subtítulos en español, pero mínimas, wau este lenguaje me fascina, lo disfruto más que el mismo ingles- -¿porque estudiaste ingles entonces si no te gusta?-
  • 25. -porque en estos momentos, por lo menos hasta que llegue el 2030, el inglés es la lengua universal, así como en tiempos cristianos lo fue el griego, eso hace que el aprenderlo no sea opcional, sino obligatorio, por eso lo hice- -¿y porque el 2030?- -existen proyecciones que hacen pensar seriamente en que para ese año China ya va ser una potencia mundial como lo es ahora Estados Unidos, razón por la cual ahora ya estoy estudiando ese lenguaje, lo vamos a necesitar. Fíjate, el chino mandarín es un dialecto llamado Han, parte de otros 600 que componen esa lengua, es hablado hasta ahora por 850 millones de personas en el mundo. Así que quien piense que China se quedará siempre como ahora está, queda muy alejado de la realidad- -wau, no sabía eso, la tremenda invasión China- -ya lleva años desarrollándose linda, fíjate desde pequeños cuántos juguetes nuestros eran chinos- -oye, eso es cierto- Mientras llegaban a su casa, escuchando Un Break My Heart, la imagen de Yukie no dejaba de hacer mella en su tranquilidad, sabía que no era cuestión de mucho tiempo antes de que su poeta conociera a esa enfermera, así que debía de adelantarse un poco e intentar sembrar algo dentro de él, después de todo era un hombre y ella una mujer atractiva a la cual no le faltaban los pretendientes. -llegamos Liz...- Javier detuvo su Peugeot en la puerta de la casa de Lizbeth, se bajo, abrió la puerta del copiloto mientras ofrecía su mano a la damita que iba bajarse de su unidad. -te veo después Liz… que descanses y sueñes bonito- Javier trato de dar un beso en su mejilla para despedirse cuando Lizbeth, lo detuvo, sujeto sus mejillas con ambas manos, las llevo a su cuello, y acercándolo poso sus labios en los de él, besándolo de una manera tierna pero intensa. Sorprendido por ese inesperado acto, Javier se quedo bloqueado, solo sintiendo como esa bella Mujer estaba entregando un amor que él sabía que ya lo tenía reservado desde hace tiempo. Cerró los ojos, la acerco a su pecho y correspondió entre convencido de ello y no, a ese beso que sintió que no solo provenía de sus labios, sino de su ser entero. Al concluir ese contacto labial intenso, tan solo se quedaron observándose uno al otro, perdiendo se en su mirada profundamente. -Liz...- -sshhh- musito ella mientras colocaba su dedo índice en sus labios sellándolos -date la oportunidad, y de paso, dámela a mí también, no me digas que no te imaginabas lo que siento por ti, porque era evidente-
  • 26. Sin romper ese momento Javier solo dejó que Lizbeth se quedara por un rato en sus brazos, mientras ella lo abrazaba, lo besaba nuevamente, antes de entrar a su casa y cerrar la puerta lentamente. Así, sorprendido, confundido, sintiendo todavía ese beso en sus labios, llego a su casa, se tiro al mueble, abrió su libro de psicología, prendió su equipo Sony y dejo que el ambiente se llenara de una relajante música instrumental de Ray Conniff mientras leía y acariciaba a su gato mechas. -¡No puedo creerlo!- exclamaba Yukie mientras comentaban la película que acababan de ver, -¿qué es lo que no puedes creer Yuki?- -esperaba más datos históricos interesantes, pero parece que al que dirigió esa película le interesaba más resaltar las orgias sexuales que esas logias tienen por costumbre hacer, que la forma como operan para infiltrarse en cada espacio vital de la sociedad- -bueno… no olvides que ellos tienen ritos muy específicos para iniciar a los nuevos, ya ves lo que hacen los skull and bones, hasta sarcófagos y tumbas utilizan- -si así es, los Illuminati de Baviera desde su fundación en 1776 tuvieron como objetivo juntar a las sociedades diseminadas de su tiempo para unirlas y tener un gran poder, ¡imagínate!, templarios, Priorato, assesins juntos, y después infiltrados en los masones, una lista de habilidades maquiavélicas al servicio de Adam Weishaup, su fundador- -no eran los únicos bárbaros que había, no olvides a los Gormogones, en el siglo XVIII hicieron temblar hasta a los mismos masones- -por supuesto, eran un grupo anti-masón, con el pequeño defectito de que eran caníbales- -bueno, nos entretuvimos… eso es lo que cuenta, vimos a Tom Cruise, y no se diga a los tipos de adelante que estaban babeando por Nicole Kidman- -sí, está muy guapa- -y a ti Yuki… como te gustan los hombres- -atentos, tiernos, románticos, divertidos, inteligentes, que se note que eres alguien realmente importante para ellos- decía mientras suspiraba -hay amiguita… mejor bájate de tu nube o te vas a quedar solterona, esos hombres ya se extinguieron desde hace mucho- -no el que va a ser para mí, tenlo por seguro amiguita- -¿qué quieres cenar?, esta semana me toca- -algo ligerito- -sale un conejo asado entonces, ¿donde dejaste a petto?- reía bromeando, -¡ni te atrevas a tocarlo!- reía también.
  • 27. Esa misma noche un hombre corría desesperadamente por su vida, una silueta negra y alta lo perseguía sin parar, dejando un vehículo chocado contra un poste atrás, su única esperanza era correr en esa avenida altamente transitada durante el día pero que le estaban haciendo reparaciones, así que no podía esperar que algún carro pasara para pedirle ayuda, las farolas eran discontinuas, una funcionaba y dos no, una que otra tenía una luz tiritante que exasperaba en lugar de alumbrar. Volteaba a la derecha, a la izquierda, nadie, solo le quedaba correr y rogar por que se cansara primero el ente que lo perseguía. -¡nunca debí de hacerle caso a ese infeliz!- se lamentaba, ya demasiado tarde. Al instante mientras observaba no muy lejos una callejuela donde empezaba a haber casas, antes que pudiera desviarse a ella, sintió un golpe de un objeto duro que rebotaba en su cabeza haciéndole perder el equilibrio, una vez en el piso antes que intentara levantarse, la silueta tomo la forma de un hombre alto, con una larga gabardina negra, sombrero negro, barba candado, cabello largo, complexión fornida, tatuajes de símbolos religiosos varios en ambos antebrazos y una mirada oscura, hueca, sin emoción alguna, quien lo viera pensaría que se escapó de una película de vampiros. Mientras tomaba del cuello a su víctima, levantándolo encima de su cabeza y apoyado sobre un poste le preguntaba: -¿en donde esta? ¿la traes ahora aquí?- con una voz ronca, vibrante, no muy alta. -¿quién es usted? ¿qué quiere?- decía el hombre con la voz entre cortada, sujetando con ambas manos la mano y el brazo de quien lo tenía suspendido en el aire. -tú lo sabes muy bien, así que ¡dámela ya!- levantó un poco mas su siniestra voz -usted no sabe nada, esto está por encima de mí mismo, y de usted- respondió con voz suplicante -¡déjeme ir!, le pagaré el doble de lo que le están pagando, se lo juro- siguió rogando el hombre -esto está por encima del dinero, tengo una misión, conseguir lo que te has robado de esa oficina, así que ¡dámelo ya!- replico el perseguidor -no la tengo aquí- dijo el hombre sintiendo que se ahogaba -¿¡en donde esta, dímelo!?- repitió alzando más la voz -no te lo diré, con esto se podrá cerrar un capítulo de terror que esta ciudad está pasando- -solamente fuiste a tres lugares desde que la robaste, ten por seguro que la encontraré, así que te daré una última oportunidad, ahórrame el trabajo de buscar en esos tres lados, dime en donde la dejaste y probablemente considere dejarte vivir tu patética vida, ¿qué dices?- -¡que te vayas al infierno, eso digo!- Fue lo último que ese hombre pudo decir, ante la luz tiritante de una farola el cuello de ese hombre tronó como una caña doblada ahogando lo que pudo haber sido su último grito de dolor.
  • 28. Capítulo 4 Viernes 19 de Noviembre 8:00 am ¡Riiingg! ¡Riiingg! ¡Riiingg! Una alarma insistente interrumpió el baño que tomaba el doctor Tomás Nicandro que se preparaba para irse a trabajar. Ginecoobstetra, hombre maduro, cincuentón, algunas libras de más, pelo canoso y escaso, muy hábil en su trabajo y coeficiente elevado. Era el subdirector del turno nocturno del Hospital de Ginecoobstetricia y también el jefe de enseñanza del Hospital Esculapio. Ambos puestos ganados no sólo por su habilidad, sino por los muy influyentes amigos que poseía, era casi imposible que deseara algo que no pudiera conseguir solo con una llamada. -¡si diga, Nicandro al habla!- -te necesitamos esta misma tarde en la sala principal, vamos a tener una reunión de urgencia, no tardaremos mucho, y ni se te ocurra faltar- -¿cuándo les he fallado como para que me digas esto así?- -sí, lo sabemos tú eres de fiar, solo que a veces olvidas por tus trabajos que nuestra comunidad también demanda que no la abandones tanto- -son puestos directivos donde me pusieron, requieren tiempo, son absorbentes, si no deseaban eso para mí me hubieran puesto detrás de un escritorio de algún plan social de los tantos que hay- -estas ahí porque eso conviene a nuestra comunidad, no lo olvides, todos para todo- -¿qué tan urgente es?- -de vida o muerte, así que no faltes, todos estaremos a las 5:30, no se iniciará si alguien falta- -ahí estaré-
  • 29. Bip, biiip, biiip Un horno de microondas finalizaba su ciclo de calentado. Javier sacaba un vaso de agua al que agregaría una cucharada de café y tres de azúcar, durante su almuerzo, una ensalada de fruta, una vaso de leche y un par de huevos con chorizo, no dejaba de pensar en lo que le había pasado la noche anterior, ese beso había tatuado su mente, no nomás sus labios. Sin embargo aunque fue algo genial, no dejaba de sufrir en su conciencia. -¡Vamos Javier!, cualquier hombre no desaprovecharía semejante oportunidad, ella esta preciosa, definitivamente me voy a convertir en la envidia de muchos- -sí, pero… ¡no la quieres!, ¿te das cuenta de lo que le vas a hacer?- le musitaba una vocecita llamada conciencia dentro de él. -pero si ella así lo quiere, ¿por qué no dárselo?, cualquier hombre lo haría- pensó mientras trataba de acallar esa voz. ¡Riiingg! ¡riiingg! Un timbre telefónico interrumpía su auto examen de conciencia -hola lindo, buenos días, ¿cómo amaneciste?- -ho… hola Liz… bien gracias, ¿y tú?- -¿no te lo imaginas?, ayer fui de ida y vuelta al paraíso en tan solo unos segundos, ¿cómo crees que debería de estar?, la respuesta es obvia ¿verdad?- -si… claro- sonreía Javier mientras se ruborizaba -ayer no pude dormir Liz… de verdad que tenía tu imagen delante de mí todo el tiempo, ese beso que me diste, ¡uff!, no sabría como describirlo, estuvo bello, tendré que hacer muchas poesías para fin de describirlo- -¡wau!- exclamo Liz mientras apretaba sus ojos y colocaba su puño en el pecho en señas de “casi victoria”. -y solo es el inicio mi niño lindo, imagínate todo lo que te tengo reservado a través de un año desde que te conocí- decía Lizbeth con una voz cálida, dulce. -Liz… cualquiera pensaría que esa es una declaración formal, ¿no crees?- -tómalo como gustes Javi… mientras que sea así, que lo tomes.- -¿nos podemos ver hoy otra vez antes de que entres a tu guardia?, me encantaría comer contigo- -está bien, nos vemos en Vips a las 4 ¿te parece bien?- -perfecto, te espero-
  • 30. En un salón grande, elegante de madera con piso de mosaicos blancos y negros, dos columnas al final sobre las cuales había hojas de plata sosteniendo una esfera de cristal cada una, donde simétricamente al centro de ellas se posaba un triangulo formado por un compas y una regla, con un ojo dentro de un símbolo octagonal, revestido en sus paredes de colores púrpura y negro con una mesa y sillas de caoba al centro, rodeados por obras de arte como el nacimiento de Venus de Cabanel, Goya, Migue Ángel, etc… se realizaba una reunión, en la cual varias personalidades de la política y las diferentes ciencias existentes, tomaban cada cual su sitio en esas 16 victorianas sillas. -Muy bien Señores- iniciaba quien presidiría aquella reunión -estamos aquí para tomar acciones a decisiones importantes, él día de ayer una de nuestras oficinas externas fue robada, se extrajo una memoria cuyo contenido es vital para el buen funcionamiento de nuestras finanzas, como ya sabemos, a través de la historia, los que han tratado de perjudicarnos, han pasado sin lograrlo, para ejemplo los Gormogones, la iglesia, etc.… Y esta vez no va a ser la excepción, en cuanto se detectó ese incidente, se tomaron las medidas necesarias para recuperar esa valiosa memoria- -¿se puede saber cuáles son esas medias?- intervino uno de los miembros -las necesarias, no se preocupe compañero, la misión quedo encomendada a una persona cuyo historial no deja la menor duda de que se obtendrá un buen resultado- -entonces si está controlada esta situación ¿para qué es esta junta solemne?- intervino otro -es porque sabemos que en nuestra comunidad somos todos para todo, si uno pierde, los demás también, si hay éxito, se reflejará en todos, así que un error así puede hacer que nuestras finanzas se vean comprometidas seriamente- -tenemos cuentas aparte de lo que es nuestra sociedad, ¿en qué sentido se nos perjudicaría si la cuenta comprometida no es la nuestra?- intervino otro diferente -como se los dije anteriormente, uno cae y el efecto dominó no se hará esperar mucho- -¿significa esto que…pudiera quedar descubierto no nomás nuestra identidad sino la forma de obtener los ingresos mayores?-intervino otro miembro del grupo -así es, por lo menos dos instituciones, la bancaria y la de salud, se verían perjudicadas, y no podemos darnos el lujo a perder el control de alguna de ellas- -la gubernamental estaría libre por lo que veo, ¿verdad?- pregunto otro miembro, -solo por poco tiempo porque si perdemos el control de nuestros ingresos, las investigaciones hacia la tuya no se harían espera ni un segundo siquiera por la AFI o hasta el FBI, es cierto que contamos con muy buenos amigos dentro pero no todos los que nos echaríamos encima son sobornables- -entonces sí parece algo grave- comento otro miembro -sí, lo es, pero solo mientras recuperemos con éxito la memoria robada- -usted dijo que casi era una garantía que la iba a recuperar- afirmo otro miembro
  • 31. -sí, pero por mientras estamos en estado crítico, y la forma de cubrirnos las espaldas es lo siguiente que vamos a discutir, si es que ya no quiere interrumpir alguien más…- -no señor, adelante…- Mientras planchaba su uniforme para la guardia que le esperaba esa noche, Yukie pensaba en la película que había visto, y en los antecedentes históricos de las logias, al parecer, su amiga Karla la había contagiado de su paranoia, aparte de que un amigo templario que había tenido, le revelaba secretos que pese al riesgo que corría, creía que ganaría algún favor especial de ella. Cosa que nunca pasó. Ella creía en conservar su tesoro íntegro hasta que llegara el adecuado, chapada desde niña a la antigua, confirmaba lo que creía cuando en las reuniones que iban sus padres, escucho un discurso que se llamó, “como comenzar bien el matrimonio”, en donde se resalto que la pureza moral y física, aunque no era una garantía absoluta de éxito, contribuía en gran manera a la confianza mutua entre la pareja que se amaba de verdad, una serie de ejemplos y textos tomados de la biblia daban peso a lo que el ponente decía. -no eran tan malas esas reuniones- pensaba Todo lo que enseñaban era lógico, coherente y práctico, sin embargo su carrera, sus inquietudes, impedían que fuera con regularidad a ellas, lo que contribuyó a su falta de identidad religiosa. Su madre le repetía que fuera, que no faltara tanto, pero ella respondía siempre, que primero estaba ser una excelente enfermera, antes que cualquier cosa. -¡Claro que no me equivoque!- se repetía vez tras vez -¡soy lo que quiero ser!, ya solo me falta mi ansiada pareja- Repasaba mentalmente los dos noviazgos fallidos que había tenido, ¿qué había fallado?, el primero a los 16 años, el primer amor, maravilloso, inolvidable, un hombre de casi 18 años que se le declaró encima de un puente en un río cerca de la provincia donde vivía, atractivo, dulce, le robó su primer beso en ese mismo puente, el cual le supo a dulce de fresa. Todo iba bien hasta que a los seis meses de relación ella descubre que su flamante primer novio, se había estancado en la pubertad, sin probabilidades de salir pronto de esa situación, así que termino con él. El segundo a los 20 años, un deportista de su universidad que sobresalía también en el arte musical, buen alumno dedicado y muy caballeroso, algo que en Japón no se da mucho en el trato hacia la mujer, así que, parecía que había ganado el takarakuji o lotería japonesa hasta el año de su noviazgo en que él le pidió un poco de tiempo, un mes, ya que debía de estar seguro de algo importante en su vida, lo que hizo que se llenara de más ilusiones, así que asintió con la cabeza. Pasado ese mes, un día nublado de otoño acercándose una tormenta mientras caminaban en el parque él decide terminar con ella. Con sus ojos abiertos por completo, su estado de shock lo único que le permitió fue preguntar el porqué, -¿hice algo? o… ¿no lo hice tal vez?- consternada pregunto -no eres tú Yuki… soy yo, de verdad eres la persona más linda y tierna que he conocido, con unos principios que hasta me hacen temblar, pero… he descubierto por fin que… mi inclinación natural no es por el sexo opuesto.-
  • 32. Sintiendo como que un balde lleno de agua con hielos le cayó sobre la espalda desnuda, lo único que Yukie hizo fue sentarse en una banca, cerrar sus ojos, temblar y apretar fuertemente sus puños y dientes y recordar dos importantes palabras que su mama siempre repetía para las peores situaciones de la vida “jisei to shimpotsuyousa” (Autodominio y Gran Paciencia)… no son solo palabras, respiró profundo por tres veces, abrió sus almendrados ojos que empezaban a anegarse en lagrimas y le dijo con palabras y ademanes, -comprenderás que… cualquier otra mujer, literalmente te hubiera desfigurado la cara y te hubiera castrado después de lo que me estás haciendo ¿verdad?, pero eso no haría que ganara absolutamente nada, simplemente me hubiera despojado a si misma de mi dignidad en vano, así que te agradecería profundamente que desaparezcas de mi vista y no me vuelvas a hablar jamás por favor- -Yuki… ¿de verdad odias tanto a los que son como yo?, esto no es más que una sexualidad alternativa, no tiene que cambiar lo bien que nos hemos llevado hasta ahora- -no… no es eso, aunque no estoy de acuerdo con su modo de vida, respeto a los de tu clase, son libres de elegir lo que deseen, pero lo que no soporto es que me hayas elevado hasta lo más alto en esta relación, y después sin más contemplación me cortes las alas dejándome caer al vacío y sin red, eso… eso es lo que no sé en cuanto tiempo te lo llegaré a perdonar- -lamento que sea así, perdóname, adiós Yukie- Se levanto y se fue, dejándola en esa banca justo cuando empezaban a caer del cielo gotas de agua dulce que se mezclaban con las gotas de agua salada que brotaban de sus anegados ojos. Mientras caminaba, solo la dominaba un pensamiento, encerrarse en su cuarto, llorar hasta quedarse inconsciente en el sueño, y después de eso recurrir a su inseparable libreta de escritos y poemas en donde esperaba desahogar el dolor indescriptible que tenía en ese momento. Solo el apoyo que sus padres le dieron, y las muestras de interés sincero que le manifestaron las jóvenes del grupo religioso de su padre, pudieron hacer que Yukie, a pasos agigantados fuera superando su doloroso trance sin que sus calificaciones y carrera salieran afectadas. ¡Riiiiing!!Riiingg! Una alarma la saca de sus recuerdo, ya había acabado su uniforme, sus medias, sus zapatos, su cofia, solo le quedaba esperar la hora de irse, todavía faltaban dos horas para eso. -¡sí, diga!- -hola amiguita, soy yo, solo para saludarte y desearte que tengas buena guardia, tal vez ya no te vea, voy a llegar algo noche, me pidieron doblar turno- -gracias Karlita, cuídate y no trabajes tanto amiguita te vas desgastar y después ya no te va a querer tu novio- -tienes razón amiguita te hare caso algún día, cuando lo tenga- Karla se carcajeaba -¿cómo, aún no te lo ha dicho?-
  • 33. -no le falta mucho, creo, este fin de semana me invito al pasear, tal vez ese sea el día, lo que sí es que cada vez lo disimula menos- -ya estuvo entonces, solo se paciente y vételo ganando poco a poco- -así es amiguita, cuídate entonces, te veo por la mañana- -sayounara, kyoutsukete gambattekudasai- -hay amiguita no cambias, ¡no te entiendo nada!- -eso es adiós, cuídate y échale ganas- -bueno, adiós.- Ya en el restaurante Vips, entraba Javier con Lizbeth, esperaban a que la recepcionista les asignara un lugar en no fumadores, cosa que no hubiera querido Liz ya que aunque no era fumadora crónica por lo menos 2 o 3 al día si los consumía. -¿tú nunca has fumado Javi?- -no, ni ganas, solamente con ver las nefastas consecuencias que ese vicio ocasiona, ya me siento disuadido, pero bueno, no me molesta que lo hagan, mientras no sea enfrente de mí- Ni el intento hizo Liz por sacar la cajetilla que tenía en su bolso. Ordenaron unas enchiladas suizas y una jarra de naranjada mineral. Mientras comían, platicaron más sobre sus gustos, metas, etc.… Javier alagaba su buen gusto de vestir desde lo formal hasta lo informal, mostrando que no le era tan invisible como ella lo pensaba. -muy bello tu vestido verde de ayer con esa flor en el escote en V, y tus medias y zapatos también, iban con tus ojos, y tu maquillaje discreto me agrado también- Ella sonrió mientras le daba en su boca pastel de queso que habían ordenado para postre. Se sentía en el paraíso de nuevo, no resistió el besarlo otra vez.
  • 34. La reunión solemne de esa gente poderosa llegaba a su conclusión, todos estaban preparados para cualquier eventualidad que amenazara su posición y su poder. Satisfechos se dieron sus saludos ceremoniales, brindaron por ser los dueños del mundo desde tiempos atrás inmemorables, desde el antiguo Egipto hasta la actual potencia Angloamericána, y, mientras un grupo de las mujeres más hermosas de diversas nacionalidades mostraban sus privilegiadas curvas anatómicas al natural completamente, ellos usando máscaras diversas, le daban la bienvenida a un nuevo integrante de una universidad extranjera donde había pasado por pruebas muy severas relacionadas con tumbas y cráneos robados, ahora iba a conocer la parte más placentera de su membrecía al mundo de las logias. -no debemos de confiarnos- comento uno de los miembros -el plan parece a prueba de fallos, ¿no crees?- comento el otro -sí, aparentemente, pero preferiría a Garza que a Nicandro en esa área tan delicada del sector salud, él es muy orgulloso, y su concupiscencia lo hace débil ante las mujeres, míralo ahora, ni siquiera espera el ritual de purificación femenina para lanzarse sobre dos o tres de ellas- -es cierto en lo que dices, pero recuerda que de no ser por él y su lengua persuasiva, los directores de los hospitales donde trabaja desde cuándo hubieran descubierto los movimientos que se efectúan dentro de ellos, de hecho el parece más el director de esos hospitales que los que lo son- -es cierto eso también, pero… no se… algo me hace desconfiar- -Garza no tiene carácter, por eso se le usa solo para lo más intrascendente- -ahora lo que debe de preocuparnos es que la prensa ni la policía husmeé demasiado , ya ves que hay cierto detective y cierto reportero que ya van como dos veces que han querido darnos serios dolores de cabeza, solo porque nuestro Prior tiene ese coeficiente elevado y buenos contactos nos ha ayudado a salir ilesos- -y recuerda que estamos también bajo advertencia, a la próxima que nos metamos, nos tendremos que rascar con nuestras uñas, y la verdad, yo no las tengo tan largas- (Risas) -yo no puedo quedarme más, mi familia me espera y mañana tengo junta con la directiva bancaria, y, ahora que lo pienso, ¿no tienes que preparar tú el discurso presidencial?, en 15 días tu jefe tiene que darlo- -¡mmm!, si para aguafiestas te contrataran, te hacías millonario, no lo dudo- comento ese miembro finalmente meneando la cabeza y haciendo una mueca.
  • 35. Por las tranquilas calles del centro de la cuidad, esta una catedral de casi 400 años de antigüedad, una plaza pública en donde cada temporada otoñal se dan cita cada domingo las familias para escuchar la orquesta local, las oficinas del gobernador del estado y plaza de armas se levanta erguidas para ser fotografiadas por los turistas fascinados. No lejos se construye un paso desnivel para ampliar el área peatonal. Sentado en esa pequeña exedra, se puede observar negocios, bancos, farmacias, hoteles de lujo, fuentes de sodas, así como carritos de venta de nieves, raspados, churros, duros de cerdo con salsa, algodones de azúcar de varios colores, un lugar ideal para entretenerse o tener una emocionante cita. En ese entorno, ese viernes un hombre alto, fornido, vestido de negro, que nadie se atrevería siquiera a pedirle la hora, caminaba tranquilamente, planeaba ir a un lugar especial esa noche, tenía el tiempo limitado, el domingo temprano recibiría una llamada en la cual se esperaba que entregara algo para recibir una muy jugosa cantidad de dinero mediante una transferencia electrónica de fondos, el contratante contaba ya con su clave, solo esperaba tener en sus manos lo prometido, el tiempo apremiaba pues después de visitar el sitio planeado le esperaban dos más en caso de no hallar lo que buscaba en el primero. Sin embargo siempre habrá tiempo para dedicarse a uno mismo, así que, después de haber comido un coctel de camarón grande y un filete de pescado a la diabla, se detuvo un momento compro un duro con salsa, que a pesar de haberlo pagado el señor que se lo vendió no dejaba de sentir temor ante su presencia, fue a la fuente de sodas, pidió una jarra de limonada mineral y tranquilamente consumió lo obtenido. Al terminar, pago la cuenta a la mujer que lo atendió, le dio la esplendida cantidad de 10 dólares de propina mientras le preguntaba por el hotel que se hallaba en la contra esquina del banco . Una vez informado, siguió su camino, los transeúntes no se atrevían a verle el rostro, su sola apariencia bastaba para desear no meterse con él. Su pensamiento, tres lugares, los cuales desafortunadamente dos eran públicos, difícilmente los penetraría sin llamar la atención, habría heridos o muertos de seguro, pero solo le quedaba un día, era viernes por la noche, así que planearlo meticulosamente no era una opción viable, improvisar, solo le quedaba eso, ya tenía la experiencia de otras misiones más difíciles que había realizado, esta era relativamente fácil, sin embargo aún así, lamentaba no haberle sacado la información al tipo de ayer, le hubiera simplificado todo. Pero eso era el pasado, esta noche era su presente, y positivamente lo iba a hacer, cumpliría su propósito.
  • 36. Capítulo 5 ¡Si llego!, ¡si llego!, ¡si llego! A paso acelerado, siendo casi las 8:00 de la noche, Javier pasaba al checador por la entrada de personal del Hospital Galeno, la estancia con Liz, le quito un poquito más del tiempo planeado, pues ahora que había sido todo descubierto, y no había más que ocultar, Liz no desaprovechaba instante alguno para demostrar son efusividad sus intensos sentimientos reprimidos de tiempo atrás. Esa “amigovia” no espero que Javier dijera “si acepto” simplemente con tolerar la situación y seguirla, podía tomarse como un “de acuerdo”. Llego, registro su entrada digitalmente, y se dispuso a entrar al vestidor para cambiarse de ropa y ponerse su uniforme blanco. -Hola a todos, ¿cuántos nos dejan?- dijo mientras saludaba a cada uno de sus colegas -los suficientes para que te diviertas un poco Javi, parece que vienen dos ambulancias en camino todavía - contesto una de ellas -bueno pues… manos a la obra, entrégame- -¡hola!... me asignaron aquí- se oyó la voz de Israel -hola Israel, que bueno que estarás conmigo otra vez, ¿qué tal la guardia del martes, he?- -intensa, pero aprendí mucho, tu plática sobre cómo usar el desfibrilador me ayudo mucho, ya estudie lo que es una fibrilación, como se identifica en el monitor y recordar la regla de oro y los principios básicos fue interesante- -vaya Javi, aprovechas tu tiempo con los pasantes, he- -ellos nos van a cuidar en el futuro, no creo que sea un desperdicio de tiempo el tenerlos como navajitas, filositos, imagínate a uno de ellos cometiendo un error fatal por causa de nuestra negligencia al enseñarles, ya sea con nosotros o con algún familiar- -trágico e imperdonable sería eso- -Israel ¿puedes recibir el material por favor mientras yo recibo a los pacientes?, habrá que ver después como están las consultas y si el doctor Valadez ya actualizo indicaciones- -claro que si, de inmediato.- Una hora después la supervisora llego a hacer cambios en el área diciendo: -hola Javi, hoy hubo cuatro incidencias por lo que de nuevo tuve que hacer ajustes, te quedarás otra vez solo con tu pasante en los consultorios con el doctor Valadez y los demás, y apoyarás sala de choque de ser necesario, dejé solo una compañera en el área de encamados de cirugía en las dos salas, y en medicina interna solo dos enfermeras con una pasante para las tres salas, casi igual en pediatría y terapia intensiva. Así que si no me ves dando rondas por aquí es porque estaré muy ocupada abajo, te encargo aquí arriba, por fis. -claro que si jefa, como digas- contesto Javier guiñando un ojo
  • 37. Adriana Márquez llevaba ya en la computadora de la recepción más de 18 pacientes, aparte de los 15 que habían dejado pendientes del turno anterior, por lo que la noche no pintaba favorable de nuevo. -creo que hoy tampoco podré estudiar mi chino, ni hablar Israel, nos espera otra intensa noche, hoy te tengo que enseñar a suturar y a hacer férulas, pues desde que llegue no he visto a ningún interno - pensó dentro de sí Javier. A 35 minutos de donde estaba laborando, un hombre de altura llamativa y apariencia siniestra pide un cuarto en el Hotel Imperial, paga en efectivo, firma con un nombre falso igual que su identificación, para despistar menciona que viene a ver un familiar internado en el Hospital Esculapio, el segundo lugar al que se dirigía en caso de no hallar lo que buscaba, engañando al recepcionista le dice que había tirado la tarjeta donde estaba el número así que pide la guía telefónica para localizarlo, la cual enseguida se la dan. -habitación 97 por favor, disfrute su estancia, el botones subirá su equipaje- -disculpe, ayer se adelanto un amigo de la familia registrándose en este mismo hotel también perdí su número de cuarto fue ayer como a las 4 de la tarde, bajito, calvo, venía con un traje beige- -permítame revisar… mmm… si, no se registró solo vino a visitar a un matrimonio de la habitación 103, pensaba hacerlo pero dijo que mejor se alojaría con un conocido, ya no regreso- Esa información era más que suficiente para él, subió a su habitación, se dio un baño marcó al hospital, fingiéndose enfermo pregunto si tenía que entrar por la puerta principal si iba como a las 10 o más tarde, al escuchar la respuesta, sonrió con satisfacción. La respuesta recibida era que solo por urgencias iba a haber servicio y que iba a haber poco personal por lo que tal vez tendría que esperar algo de tiempo. -Gracias- enseguida colgó. Buenas noticias, poco personal y este muy ocupado. -espero no necesitar aprovechar esta situación- pensó dentro de sí mismo, con la esperanza de que en ese hotel iba a encontrar lo que buscaba. Observando la habitación 103, esperaba un golpe de suerte, que salieran juntos para poder husmear, si era un matrimonio joven, seguramente así sería, y no tendría que mandar más personas a la inexistencia, pero si era uno mayor, difícilmente sería así, y tendría que adelantar su viaje hacia el polvo sin la más mínima duda. Su espera fue recompensada, un matrimonio de edad madura salía de la habitación, cuando bajaban las escaleras el salió de la suya, y, agradeciendo el no estar un país de primer mundo donde ya casi todos los hoteles tienen chapa electrónica, aquí solamente necesitaría una simple tarjeta. Entra a la habitación, empieza a husmear en cajones, closets, sin hacer desorden pues no había tanto que husmear y… nada, llevándose las manos a la cara la frota, junto con sus ojos cerrados, decepcionado de saber que si iba a tener que aprovechar la situación del hospital al cual acababa de hablar.
  • 38. Al dirigirse a la puerta oye unos pasos que se acercaban -¡rayos!, que suerte- pensó. Así fue… el matrimonio regreso porque habían olvidado sus identificaciones, abrieron la puerta mientras el perseguidor se escondía en el baño. -¿estás seguro que debemos de ir a la policía?- tengo miedo -mi amor, Sergio no ha llegado desde ayer, se supone que esta mañana nos íbamos a encontrar, este asunto es bastante delicado como para que me haya quedado mal así nomas, no es posible, lo más probable es que él ya esté muerto, no era cualquier cosita en lo que andaba, iba a perjudicar a logias, sicarios y gente poderosa de alta esfera- -por eso mismo te digo, ¡vámonos y olvidemos todo!, ¿vale la pena morir por esto?, ¡vamos a tener un hijo por Dios!- -lo sé querida, y quiero que nazca sin que esta podredumbre humana exista, es gente de lo peor, son asesinos, traficantes, corruptos, desenmascararlos será la mejor herencia que le daremos a nuestro hijo- -entonces… ¿si las vas a entregar?- -por supuesto, es lo que Sergio hubiera querido- -¡no hables de él como si estuviera muerto!- -¡lo está!- exclamo el perseguidor, quien salió del baño de la habitación habiendo oído ya más de lo que era necesario. Antes que el pasmado matrimonio pudiera siquiera abrir la boca para gritar sus cuellos fueron sujetados por dos poderosas manos que apretaban con una fuerza casi sobrehumana. -¡al primero que intente gritar, le separaré la cabeza del cuerpo, no bromeo!- exclamaba mientras los iba obligando a arrodillarse. -Ahora díganme ¡donde esta!- -¡por favor, tenga piedad, está embarazada!- suplicaba el hombre -si no quieres que nazca antes de tiempo porque se lo saque con mis propias manos, entonces dime ¡donde esta!, ¿la tienes aquí?- -¡no!, lo esperaba esta mañana para que me la entregara, dijo que la guardo con alguien de confianza en el Hospital Esculapio, lo juro- (mentía) -¡mmmm!, ¿Hospital Esculapio he?- musito el perseguidor -es todo lo que sabemos… ¿nos dejara ir? – -¿para qué?, ¿para que vayan a la policía?- -¡no iré!... ¡lo juro, jamás volverá a saber nada de nosotros!-
  • 39. -sí, lo sé, estoy seguro que ni yo ni nadie volverán a saber algo de ustedes, me encargaré de eso yo mismo, ¿así que desean un lugar sin violencia ni nada verdad?, está bien, los mandaré a un lugar precisamente así, la inexistencia.- -¡Caro, ¿ya están esos equipos?, doña Conchita ya no creo que aguante más!- exigía el doctor Adrian -no doctor, acaban de salir de la autoclave, están muy calientes, voy a urgencia a ver si Yukie tiene aunque sea uno de casualidad- Mientras caminaba a urgencias, observaba a la supervisora dando indicaciones a Yukie, -¡uff!, nuevamente solas, ya lo presiento- decía dentro de sí -está bien Jefa con mucho gusto lo haré- contestaba Yukie a su supervisora -confío en ti, tu iniciativa y facilidad de palabra me impresiona, enseñas muy bonito y más mérito es porque eres extranjera, nuestro idioma está entre los que encabezan los más difíciles del mundo- -no por nada está ahí, me costó mucho trabajo de verdad aprenderlo, y todavía sigo- -¿cuál dirías que es la clave para aprender tan bien otro idioma?, porque por más que intento el inglés, no me entra ni trepanándome el cráneo- (risa burlona) -igual que nuestra bella carrera de enfermería jefa, si amas algo, no importa cuánto sufras en el proceso, lo disfrutas, acabas haciéndolo porque te satisface, te llena, pero si no te gusta, olvídalo, ni trepanándote te va a entrar- -así es Yukie… tienes toda la razón, oye supe que escribes poesías, hace casi un mes te vio una compañera muy inspirada escribiendo, vaya que calladito te lo tenias he, dijo que están preciosas- -si, a veces, ya tengo algunos añitos haciéndolo, es mi válvula de escape de estrés y tristezas acumuladas- -espero pronto conocerlas- -claro, con gusto- -perdón por la interrupción, Yuki… tendrás un equipo de parto por favor, no tengo ninguno, acaban de salir de la autoclave y están muy calientes- -claro Caro… tómalo, está arriba de la gaveta de medicamentos- -gracias, oye parece que te vas a quedar hoy con Carlitos ¿verdad?, es un estudiante muy listo, aprende muy rápido y tiene mucha iniciativa- -así es, ya le debo una clasecita de japonés- -jefa ¿a quién me vas a enviar?, sigo sola-
  • 40. -en media hora más ya no lo estarás Caro- -disculpe señorita Yukie, me ayuda por favor diciéndome si hago bien esta tricotomía- pregunto Carlitos -claro que si mi niño, vamos, jefa te veo al rato, nos vemos Caro- Mientras rasuraban su vello púbico a una paciente que iba a ingresar, Yukie preguntaba a su estudiante la anatomía del órgano sexual femenino interno y externo, así como los cuidados de enfermería que se debían de hacer, lo enseño a llenar las hojas, a apuntar datos así como la regla de oro y los principios básicos de enfermería. La docencia se le daba con la naturaleza de la misma habla. Un matrimonio, cuyo único error fue contactar a la persona indebida con los problemas indebidos y con un perseguidor siniestro encima, sentía que era amarrado fuertemente uno dando la espalda al otro con un trapo metido a presión en la boca, cada uno veía con terror al hombre cuya mirada hueca, vacía, reflejaba la muerte, un fin del cual muy difícilmente se librarían, sabían que no podía tratarse de un tipo cualquiera, sino de un profesional, hábil, psicópata. Mientras eran rociados con un combustible bastante flamable, vieron como antes de irse el último chorro terminaba en un tomacorriente en donde el perseguidor conecto un tipo de reloj digital cuya cuenta regresiva era de 5 minutos. -en cuanto este reloj llegue a cero explotara, y ustedes quedarán reducidos a cenizas en cuestión de minutos con el liquido que les rocié. Así que, ¿hay otra cosa que tengan que decirme, que me convenza de cambiar de opinión?- El hombre asintió con la cabeza, lo que hizo que el perseguidor le sacara el trapo de la boca, -de nada te servirá lo que halles en el Esculapio, el secreto desaparecerá con nosotros, y todos ustedes no volverán a ver jamás su inmundo dinero, malditas ratas, ¡así que púdranse!- -¡tú eres el que se pudrirá, o no, perdón, se calcinara!- Metiendo el trapo nuevamente hacia su boca, salió de la habitación, se dirigió a la suya, tomo su maleta y salió a la recepción, diciendo que ya había salido su familiar del hospital y que ya no necesitaría la habitación, pagándola aún así. -gracias por haber estado en nuestro hotel- agradeció el recepcionista sin saber que jamás debía de haberlo hecho, el perseguidor sale dirigiéndose al Hospital Esculapio, mientras veía su cronometro, ya tan solo treinta segundos lo separaban de su obra de borrar a dos personas peligrosas para la comunidad que lo había contratado, un trabajo rápido y efectivo, la explosión la cual no iba ser grande destruiría solo la habitación parcialmente, sin dañar otras, mientras que el combustible que roció en sus víctimas aceleraría la combustión del fuego y consumiría más rápidamente los cuerpos, para cuando trataran de hacer algo los rescatistas, ya más de la mitad serían cenizas.
  • 41. Una mucama entraba a la habitación 97 recién abandonada, tomo una toalla que estaba en la cama y que demostraba que el inquilino se había bañado, el frigo bar le faltaba una pequeña botella de vino y un refresco de lata, las cuales se encontraban en el cesto de basura. Justo cuando se disponía a poner en orden todo una explosión irrumpe la tranquilidad del pasillo, haciendo que ella se tirara al piso, oyó como vidrios volaban en pedazos junto con trozos de madera que serian la puerta de la habitación 103, las alarmas contra incendio suenan y se activan, en segundos el pasillo era una estela de humo y agua que se dispersaba. La mucama se levanta por simple instinto para salir y ver que no hubiera nadie herido, con un trapo en su boca y nariz, se acerca a la habitación, entra en ella, y sin dar crédito a lo que sus ojos contemplan un par de cuerpos rodaban por el piso en llamas, amarrados, la destrucción de la habitación fue mínima, más no la forma como ardían esas antorchas humanas. En cuestión de segundos y exprimiendo al máximo sus neuronas, ella recordaba el curso de incendios y primeros auxilios que había tomado hace tres meses cuando fue de las pocas seleccionadas para ser becadas por el hotel. Un bombero les enseño: Se necesita la concurrencia de cuatro factores para que un fuego se inicie y tenga continuidad: 1. Combustible: usualmente es un compuesto orgánico, como el carbón, madera, plásticos, gases, gasolina, etc. 2. Combureno: que es el oxígeno del aire. 3. Temperatura, o energía de activación, que se puede obtener con una chispa, temperatura elevada u otra llama. 4. Reacción en cadena, es la reacción mediante la cual la combustión se mantiene sin necesidad de mantener la fuente principal de ignición. Sin esta última solo se tiene el fenómeno llamado incandescencia. La concurrencia de estos cuatro factores da lugar a la combustión, lo que se conoce como tetraedro del fuego. Faltando uno de estos el fuego de inmediato se termina. Por instinto nuevamente después de recordar esa vital lección, la mucama se lanza por colchas que tenía en su carrito y se lanza sobre los cuerpos con una de ellas extendida intentando ahogar un elemento importante, el oxígeno, haciéndolos rodar sobre un piso encharcado de agua por los rociadores del pasillo logra sofocar las llamas que consumían con velocidad a esos desafortunados cuerpos, en eso, mirones y empleados llegan a la zona afectada y la mucama grita con voz en cuello: -¡una ambulanciaaa prontooo! - -ya vienen para acá y los bomberos también- dijo uno de los empleados.
  • 42. Mientras retiraba ya mojada la salvadora colcha que sofoco el fuego, la imagen estremeció a los presentes, una pareja con la piel negra rojiza, quemada en casi su totalidad con prendas calcinadas adheridas en el cuerpo y temblando, ¡vivos todavía!, y lo no menos sorprendente fue ver que en el abdomen de una de esas víctimas había movimientos continuos, alguien deseaba salir de ese lugar. Al llegar los paramédicos rompieron lo que quedaba de las sogas que los amarraban, sacaron los trapos que había en sus bocas y ambos cuerpos inhalaron con ansias una bocanada de aire, sugiriendo que su aparato respiratorio aún funcionaba adecuadamente. La mucama les había salvado la vida, y la vez, había dictado condena a un grupo de personas que estaban a punto de seguir actuando impunemente. Poniendo compresas húmedas con solución salina y preparando las camillas para subirlos y trasladarlos, los paramédicos escuchaban la voz del hombre decir: -¡a...aa…ayuda, mi…esp…esposa...su…bebe…!- -lo sabemos, todavía se mueve y su esposa vive también todavía- dijo un paramédico -t...te…oi…oigo… est…estoy…bien…amor- Respondió la esposa Los paramédicos se miraban entre sorprendidos y conmovidos, mientras dentro de sí mismos no dejaban de estar sorprendidos sobre quién sería tan salvaje para hacer algo así, y más con una mujer que estaba en el momento más sutil y sagrado de su vida, gestando a un nuevo ser humano. -¡l…l…la…ca…ja…do…dora…da...!- musito el hombre -¿caja dorada?- preguntaron varios.- La mucama entro al cuarto de nuevo, de un vistazo barrio los escombros de la habitación y noto que en el extremo derecho de lo que era la cama una valija media quemada se asomaba, la abrió y dentro de ella, una caja dorada había sobrevivido un poco estrellada, no se atrevió a abrirla, la entrego a los paramédicos que le informaron que ya la tenían. El hombre cerró los ojos en muestra de aprobación, pidió que la abrieran, y cuando lo hicieron, lo que vieron les pareció de lo más extraño que hayan visto, dos rectángulos pequeños color gris de un lado, y con un espejo por el otro, por el lado del espejo tenía grabado un triángulo con un ojo en la punta encerrado emitiendo rayos, y por el lado gris, una cruz templaria cruzada por una espada en su centro, el otro tenía en su lado gris grabado un triangulo formado por un compas y una regla con un ojo al centro, y en el lado del espejo una flor de lis. -¿Qué es esto?- pregunto uno de los paramédicos -¿n...no…sabe?- pregunto el hombre -ni idea- Asintió el hombre con los ojos. -¿i…ire…iremos al….hospi…hospital?- Por supuesto que sí, usted irá al Galeno y su esposa al de Ginecoobstetricia. Al escuchar eso, el hombre supo lo que tenía que hacer, pues ya lo había platicado un día antes con su esposa, la hizo prometer que si algo salía mal se separarían y entregarían a la persona adecuada, que comprendiera, el paquete doble que habían dejado a su cargo.
  • 43. Estando los dos ya listos para ser llevados al nosocomio en distintas ambulancias, el hombre sospechaba que esa era la última vez que vería a su bella esposa, y lamentaba no haber conocido a su hijo, así que solo pasaba algo por su mente, -¡con Dios como testigo prometo que esos tipos nos acompañaran hacia dónde vamos de seguro!- Se dijo dentro de sí mismo ese hombre. Así que en cuanto vio que estaba junto a su esposa pidió algo al paramédico: -¡l…la…caja…p…pon…ponga…uno e…en… su…mano… y otro…e…en la….mía…por…favor! Sorprendidos los paramédicos, se preguntaban qué significaba eso…porque tenían que tener esa cosa rara cada uno en su mano, ¿será algo simbólico para ellos?, ¿algún tipo de superstición? bueno… en fin, optaron por obedecer su voluntad, abrieron la caja, y depositaron un rectángulo cuidadosamente a cada uno en su mano. -¡Hospital Galeno!, ¡hospital Galeno!, responda por favor, -aquí el hospital Galeno, diga- contesto Adriana Márquez -aquí cruz roja tenemos a un masculino en edad madura con quemaduras de tercer grado con 100% de superficie corporal quemada, su estado es grave, solicitamos ingreso directo a sala de choque con urgenciólogo y dermatólogo para valoración si cuentan con él por favor. -no contamos con dermatólogo pero sí con urgenciólogo, ¿en cuánto tiempo llegan?- -10 a 15 minutos- -de acuerdo, los esperamos- -¡Hospital de gineco!¡hospital de Gineco! Responda por favor- -aquí el hospital de gineco diga- contestó Evangelina Torres -aquí cruz roja tenemos a una paciente femenina de edad madura con quemaduras de tercer grado con 90% de superficie corporal quemada, su estado es grave, solicitamos tener lista la sala de choque, trae signos de choque hipovolémico- -están equivocados deben de llevarla al Galeno, aquí es solo ginecoobstetricia- respondió Evangelina en seguida -no, no es así, la paciente está embarazada- -¿cuánto tiempo en llegar?- -10 a 15 minutos- -los esperamos-
  • 44. Capítulo 6 ¡Paciente quemado en camino, lo trae la cruz roja solicitan la sala de choque preparada!- exclamo Adriana al ver a Javier acercándose. -muy bien Adrianita, enterado, ¿en cuánto tiempo?- -unos 10 minutos- -doctor Valadez tenemos una ambulancia en camino con un paciente quemado, ya tengo la sala de choque preparada- -excelente mi Javi, ¿listo también tu pasante?, esto será educativo para él- -sí, ya viene para acá estaba en suturas, hoy le enseñe los puntos separados, después le voy a enseñar los cruzados, los de Sarnoff, el súrgete continuo y los subdérmicos- -muy bien… sí que lo vas dejar filosito al chamaco- -como siempre les digo a mis compañeras, ellos son el futuro, si no la hacen, sería nuestra culpa por no enseñarlos bien- -ya llegue, ¿que tenemos?- -en cualquier momento va a entrar por ahí un paciente quemado, ¿te sabes la regla de los 9 Israél?- -mmmm, recuerdo que en primeros auxilios la maestra nos las enseño, déjame ver si me acuerdo, Cabeza 9% lo que es 4.5% por cada lado anterior y posterior. Extremidades superiores 18% lo que es 4.5% por cada antebrazo y brazo. Extremidades inferiores 36% lo que es 9% por cada pierna y muslo. Genital y perineo es el 1% Y de pecho…. Mmmm, hay…cielos…espérate…- -36 % también Israel lo que es 9% en pecho y abdomen y en espalda región dorsal y lumbar, muy bien muchacho, me impresionas, ahora ¿qué necesitaremos hacer cuando entre el paciente por esa puerta?- -pues…colocar oxígeno, reponer líquidos, lavar heridas y…- -muy bien Israel…ya me lo dirás lo demás sobre la marcha ya están aquí- Adriana anunciaba la llegada mientras el vigilante abría las puertas de la sala de urgencias... -¿que nos traen muchachos?- preguntaron al unísono el doctor Valadez y Javier… -paciente masculino de 35 años víctima de terrorismo, una explosión en el cuarto del hotel imperial, estaba amarrado con su esposa embarazada, presenta quemaduras de tercer grado con 100% de superficie corporal quemada, con 38 grados de temperatura, 34 de frecuencia respiratoria, 126 de frecuencia cardiaca, por razones obvias no tomamos presión, pero la suponemos baja…- -¿de qué son signos este asunto Israel?- pregunto el doctor Valadez
  • 45. -de choque hipovolémico, ¿verdad?- -muy bien Israel, así se hace- aprobó Javier -listo muchachos… a la de tres lo cambiamos de camilla, a mi conteo… uno…dos…tres… ¡¡uff!!- conto Javier -quitemos compresas e iniciemos a retirar ropa quemada y cualquier cosa combustible y pongámosle oxígeno- ordeno Javier a Israel -sí… claro, y… ¿cómo vamos a canalizar para reponer líquidos?... esta todo quemado, ¿habrá que diseccionar?- pregunto Israel -no, ni pensarlo porque destruiríamos la vena e impediríamos su utilización futura, así como también eso supone elevado riesgo de una infección muy severa- comentó Javier -¿intentará un cateterismo subclavio doctor?- pregunto Javier -estoy viendo que la vía aérea no está comprometida, funciona bien, ve abriendo el equipo, lo voy a intentar- -Israel prepárate una solución Hartmann de 1000 ml con su normogotero por favor, yo seguiré limpiando y desbridando las heridas- ordeno Javier -claro que sí… de inmediato- -no olvides memorizar lo que hacemos para después anotarlo en la hoja de enfermería, he- -no- -ya entré en la vena subclavia ¿esta lista la solución?- en un segundo doctor, ya estoy purgando el equipo- respondió Israel -excelente… Javier ¿me pasas unos tubos por favor?, ahora yo te voy a probar a ti, ¿qué estudios vamos a necesitar he?- -vaya, ¿esta vengando al pobre de mi pasante verdad?, ¿que soy tan cruel acaso?- -no para nada, solo bromeaba, es para desestresarnos- comento el doctor Valadez mientras tomaba las muestras antes de conectar las soluciones- -biometría hemática completa, química sanguínea completa, tiempos y niveles de mioglobulina en orina- contestó Javier -¡eso era todo…mi enfermero!…siempre hay que poner el ejemplo, jamás pediremos más de lo que nosotros mismos somos capaces de dar- -muy importante esa regla… de acuerdo completamente- -lista la solución, ahora pasaremos antibióticos ya se ve más estable… ¿donde les firmamos muchachos ya para que se puedan ir?- preguntaba el doctor a los paramédicos. -aquí por favor doctor, gracias, y esperamos ya no verlos más por esta noche- bromeaban ellos. -esperemos que así sea de verdad… cuídense, adiós.-
  • 46. -Víctima de terrorismo, amarrado junto a su esposa embarazada… ¡que bárbaro!, ¿hasta dónde iremos a llegar?- pregunto Israel asustado. -la maldad humana no tiene límites Israel… cuando me pongo estudiar mis libros de psicología y perfiles me doy cuenta de que estamos cada vez deteriorándonos más, también cuando he leído la biblia he visto que hay fuerzas espirituales inicuas que influyen en el comportamiento humano muy sutilmente- Respondió Javier -¿crees en el diablo?- pregunto el doctor Valadez a Javier -la verdad sí y en Dios también, hay muchas cosas que no nomás sugieren su existencia, sino que la prueban definitivamente, pero aún así no entiendo muchas cosas sobre ellos- -¡d...doc…doctor…!- Con el asombro dibujado en el rostro los tres clavan su mirada atenta en el paciente que decía sus primeras palabras, sin saber que serían casi las últimas, ya era probable que no lograrían entregarlo al siguiente turno con vida. -sí, dígame soy el doctor Valadez y estoy para ayudarlo, y él es Israel y él es Javier- -m...mi…man...mano- Enseguida el doctor Valadez observa la mano del paciente quemado y ve un rectángulo pequeño de color gris de un lado y con un espejo del otro. Igual Javier e Israel observan. -el…símbo…lo… ¿lo…con...oce?- Con el rectángulo pequeño en la mano y mirando fijamente ambos símbolos menea la cabeza negando que lo conociera, lo mismo paso con Israel quien lo veía como un juguete novedoso. -creo que lo he visto en algún lado pero… no recuerdo en donde, ni lo que significa…discúlpeme- comento el doctor -¿me lo permite por favor doctor?- pidió Javier. Lo observo muy atento, y a medida que lo hacía miraba cada vez con más reticencia al portador. -mmm- suspira profundamente Javier mientras ve al paciente directo a los ojos -¿a cuál orden perteneces?, ¿tienes algún nivel masónico?, ¿numero de tumba o título altisonante?, las logias en este tiempo están revueltas completamente, aquí tienes la cruz templaria por un lado, que es una orden de la edad media del siglo XII, pero también el símbolo de los Illuminati de Bavaria fundados en el siglo XVIII para absorber a todas esa logias de una vez, la pirámide con el ojo que todo lo ve y lo ilumina esta simbolizando su omnipresencia en todo vestigio de lo que el humano hace o crea, no me extrañaría que contaras con otros símbolos como la flor de lis o el triangulo masónico del compas con la regla y el ojo al centro, ¿verdad?- Mientras el doctor Valadez e Israel veían a Javier perplejos, el hombre en la camilla cerraba los ojos en señal de aprobación y dibujando una sonrisa forzada en su quemado rostro dijo a Javier: -y…yo no…soy…nad...a…de…eso….pero, ¿te…gustar…ia…darles….un golp…e de…muerte…a esa…gente?-
  • 47. Javier no concebía siquiera la idea de semejante proposición, así que se quedo perplejo con esas palabras -¿está usted hablando en serio?... creo que la deshidratación de hace rato atrofió su corteza cerebral, ¿cómo puede ser semejante cosa?... ¡esa gente es la dueña literal de este planeta!- El hombre hacia un esfuerzo sobrehumano para hablar bien en las pésimas condiciones en que se hallaba así que trataba de aspirar más aire para alargar más su capacidad de hablar. -El dinero… es el…principal…sostén…de…estas logias,…armas, guerras…secuestro…corrupción… todo genera… dinero,…en tus…manos…esta…algo que…los…puede…arruinar,… los hará… casi… matarse… entre ellos… literalmente.- Sumidos cada vez más en el desconcierto…El doctor Valadez, Israel, Javier no sabían qué hacer con lo que estaban oyendo de ese hombre misterioso. -la… otra parte... de la…memoria…búscala… en el ho…ho…hoo…- Poco a poco el hombre se fue sumiendo en un letargo profundo, su esfuerzo fue demasiado, tenía que descansar aunque fuera un poco, así que opto por cerrar los ojos y dormir. -¿búscala en el ho…? ¿qué diantres es el ho?, ¿hotel, hospicio, hospital, hoyo de alguna tumba?- -después de que descanse lo sabremos, creo que por el momento tanto tú como él nos han dado demasiado por hoy, Javier de verdad mis respetos para ti, siempre te hemos visto como una enciclopedia parlante y eso tú lo sabes, tu memoria ya muchos la quisiéramos, pero hoy si que hasta miedo nos diste - dijo el doctor Valadez Mientras dejaban al hombre dormir un rato en la sala de choque, regresaron a sus no pocas actividades que habían dejado pendientes. Casi simultáneamente mientras que en el Galeno atendían a ese hombre en el hospital de Ginecoobstetricia no la pasaban mejor. -¡Gracias Yuki!, si había visto la regla de los 9 en la escuela, pero no le había entendido bien la maestra, no explica como tu- dijo Carlitos el estudiante. -de nada Carlitos, tal como te dije el martes pasado, prohibidas las dudas, y más cuando tenemos que atender cosas como las que están a punto de entrar por esa puerta en un momento- -tengo miedo, nunca he visto a alguien quemado completamente- -por eso es que solamente vas a ver por hoy, y aprender…- -en cuanto acabemos esto, ¿me seguirás enseñando la regla de tres para diluir medicamentos?, pues ya me sé la somatometría: es perímetro abdominal, torácico, del pie, talla y peso ¿verdad?- -muy bien Carlitos- -y también el mecanismo de trabajo de parto, ¿te lo digo?- -que bien, pero no ahora mi niño, ahorita estoy muy concentrada en lo que va a traer la ambulancia-