Un buen tecnólogo debe tener la capacidad de colaborar en cualquier frente de la obra como apoyo fundamental de la ejecución de esta, además de contar con competencias como pensamiento divergente, participación activa, pensamiento crítico, aprendizaje e iniciativa. Asimismo, debe ser una persona humilde, respetuosa y sencilla que sepa analizar y escuchar guardando los parámetros entre superior y subalterno.