Las células plasmáticas se encuentran en el tejido conectivo laxo y linfático, descendiendo de los linfocitos B. En 1955, Coons y Col demostraron que las células plasmáticas son el origen de las inmunoglobulinas producidas en respuesta a un antígeno. Los antígenos son sustancias macromoleculares que pueden incluir proteínas de microorganismos infecciosos, y llegan a los tejidos conectivos o linfáticos donde pueden activar una respuesta inmune.