1. Didáctica de la Lengua Castellana y la
Literatura
Uri Ruiz Bikandi (coord.)
El objeto de la didáctica de la Lengua y la
Literatura.
Programar en Lengua y Literatura.
Evaluar en el área de Lengua y Literatura.
Tecnologías de la información y la comunicación
y enseñanza de la Lengua y La Literatura.
La educación literaria como eje de la
programación.
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2. El objeto de la didáctica de la
Lengua y la Literatura.
Ruiz Bikandi define Didáctica de la lengua como “un campo de conocimiento que
tiene como objeto el complejo proceso de enseñar y aprender lenguas con el fin de
mejorar las prácticas y adecuarlas a las situaciones cambiantes en que esta actividad
se desarrolla”
La creación de la Escuela Nueva, dejó atrás los planteamientos de la concepción
más tradicional de la enseñanza. Freinet fue uno de sus precursores más destacados. En
esta época la psicología se interesó de un modo especial por el estudio del aprendizaje
humano, por lo que pronto la pedagogía se vinculó a ella de manera estrecha. Hubo
distintas teorías que tuvieron gran peso en la educación: las teorías conductistas teorías
lingüísticas estructuralistas y generativistas, el paradigma cognitiva, la psicolingüística
recuperada por Vigostky, las teorías socio-cognitivas…Todas y cada una de estas
teorías han aportado un grano de arena a nuestro conocimiento actual del aprendizaje
humano y han ayudado a desarrollar metodologías mas adaptadas a nuestro forma de
aprender.
Con este pensamiento ecléctico se define el sistema didáctico, como un sistema
donde el aprendiz es agente activo de la construcción de los conocimientos, el
aprendizaje se concibe como la apropiación de unos saberes que se interrelacionan con
unos conocimientos adquiridos, mediante procesos de construcción y reconstrucción.
Este proceso se desarrolla en la interacción social que tiene lugar en el aula entre el
profesorado, con los compañeros y con los contenidos.
Así desde el punto de vista del sistema didáctico:
cada uno de los elementos depende de los otros, es decir, están
interrelacionados.
El sistema didáctico forma junto con los sistemas didácticos de las otras
áreas de conocimiento, el sistema de enseñanza. Es decir, los contenidos
de distintas áreas están relacionados. Enseñamos de forma globalizada,
sin segmentar la realidad.
El sistema de enseñanza está inserto en una complejidad de contextos
sociales y culturales que influyen en el conjunto del sistema didáctico,
es decir, está integrado en su contexto social y cultural.
Para seleccionar los contenidos de enseñanza que se transmitirán a los aprendices hemos
de tener en cuenta la transposición didáctica. Es decir, como los contenidos científicos
deben ser transformados y adaptados. No se enseñan tal y como han sido formulados en
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3. el marco de las ciencias de referencia. Para que puedan ser aprendidos por los alumnos
tiene que sufrir cambios que, por un lado, los hagan accesibles y, por otro, les den una
nueva coherencia.
Esto sucede porque los contextos en los que se produce el conocimiento científico son
diferentes de los contextos educativos. Por ello es necesario un proceso de
recontextualización.
Otro concepto común a todas las didácticas es el contrato didáctico lo define
Brousseau de la siguiente manera “se trata de una relación que determina
explícitamente lo que cada participante, profesor y alumno, tiene la responsabilidad de
hacer, y de lo cuál será responsable, de uno u otra forma ante los demás. Este sistema
de obligaciones reciprocas se parece a un contrato”
La delimitación de los contenidos de enseñanza de la asignatura de Lengua y Literatura
ha de tener en cuenta todos estos aspectos didácticos. Por tanto ha de reflexionarse
teóricamente y de forma independiente cual es el objeto de la didáctica de la Lengua y
la Literatura.
Programar en Lengua y Literatura.
Una vez decidido el objeto de enseñanza hay que dar el siguiente paso, que supone
realizar la programación. La programación es una concreción de las intenciones
educativas. Para ello hemos de tomar decisiones sobre los distintos aspectos de la
concreción curricular: objetivos, contenidos, metodología, recursos, actividades y
evaluación.
La programación ha de ser reflexionada y concretada para los alumnos de cada
curso escolar. Además deber ser abierta de modo que pueda irse revisando a lo largo de
su puesta en marcha para irla adaptando o modificando si fuera necesario.
Para realizar la programación hemos de partir del currículo oficial que a partir de la
L.O.E se concreta para cada comunidad autónoma a través de distintos Decretos,
Reales decretos y órdenes. A partir del currículo de cada comunidad los centros (y
dentro de él los distintos departamentos) llevan a cabo la distribución de los objetivos y
contenidos en los distintos ciclos y los adaptan a sus necesidades propias en función del
contexto social y cultural donde se encuentre el centro. A partir de esta programación
didáctica cada profesor la adapta y concreta una vez más para su propio grupo de
alumnos, a personas concretas, realizando la programación de aula.
Esta autonomía que se concede a los centro y a los docentes pretende lograr una
educación que se adapta a las necesidades individuales del alumnado, logrando así una
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4. educación de calidad. Al mismo tiempo se aseguran unas competencias básicas que
todos los centros han de asegurar, logrando así la equidad del sistema educativo.
Los objetivos y contenidos del área de Lengua y Literatura han de plantearse en
términos de capacidad, para ello se debe tener en cuenta: Las operaciones cognitivas
que implica la capacidad y las realidades sobre las que se aplica la capacidad.
Una de las opciones más coherentes para jerarquizar y organizar los contenidos del
área de Lengua y Literatura según las metas educativas perseguidas tendría en cuenta
los siguientes aspectos:
- El enfoque instrumental del área.
- La necesidad de plantear de forma relacionada el desarrollo de las habilidades
lingüísticas.
- La selección de géneros de texto de distintos ámbitos de uso.
- La vinculación de los conocimientos literarios con las prácticas discursivas
seleccionadas para el desarrollo de las habilidades lingüísticas.
- La relación entre la reflexión sobre la lengua y el aprendizaje de habilidades
lingüísticas.
- La necesidad de tener en cuenta la diversidad lingüística y cultural del entorno
en el que se programa.
La programación en el aula se entiende como un conjunto de unidades didácticas
que establece cada profesor para un grupo de alumnos en un periodo temporal
determinado, es el elemento decisivo de la concreción del currículo. La manera de
entender la unidad didáctica determina el proceso de enseñanza y aprendizaje.
En el caso del aprendizaje lingüístico y literario, hay básicamente dos opciones: bien
se plantean las habilidades lingüísticas y literarias como elementos independientes o
bien se entiende que guardan relación entre sí y dicha relación se plasma en la
planificación del proceso de enseñanza-aprendizaje. Por ello podemos distinguir
básicamente dos arquetipos de unidad didáctica:
Uno responde a la fragmentación de los saberes lingüísticos-comunicativos
El otro arquetipo responde al principio de que se ha de aprender de forma
relacionada aquello que se ha de utilizar como tal. Si el uso lingüístico
requiere de la utilización coordinada y simultánea de diferentes saberes, es
necesario plantear procesos de trabajo que muestren esta complejidad y
establecer las ayudas necesarias para que los estudiantes aprendan a
realizarlos. El control del alumnado, de su propio esfuerzo y de la conciencia
de sus dificultades se convierten en un requisito fundamental, que le
permitirá convertirse poco a poco en un aprendiz autónomo y reflexivo.
Otra opción metodológica importante es la integración del trabajo por
proyectos en la secuencia didáctica. Kilpatrik lo define como “Un plan de trabajo, que
se elige libremente con el objetivo de realizar algo que despierta el propio interés;
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5. puede tratarse de la resolución de un determinado problema o bien de una tarea que se
desea llevar a cabo”
Este plan de trabajo bajo la dirección del profesor, como mediador experto,
consiste en un conjunto de actividades, organizadas y secuenciadas en función de un
resultado o producto determinado.
Los proyectos de trabajo, en su larga y diversa trayectoria, han demostrado ser
una forma de planificación didáctica y eficaz, y al mismo tiempo, un instrumento de
observación e investigación didáctica por parte del profesorado, lo que ofrece muchas
posibilidades para la innovación educativa.
Las actividades de aprendizaje establecen cómo se trabaja en el aula con los
contenidos programados. En el planteamiento de cualquier actividad podemos analizar
el papel que tiene el alumnado, el profesor y la forma de plantear los contenidos. En
función de estas variables pueden realizarse diversas clasificaciones, entre las que
seleccionamos las dos siguientes, que pueden ser de utilidad para la clase de Lengua y
Literatura:
Según la consideración del aprendizaje lingüístico, existen actividades
que plantean el desarrollo de un proceso de comunicación y hay
ejercicios de manipulación y reflexión sobre distintos aspectos del código
lingüístico.
Según el tipo de respuesta que se espera del alumnado, hay actividades
cerradas o de respuesta única y actividades abiertas o de respuesta
múltiple.
Programar supone tener en cuenta a cada uno de los alumnos, y adaptar la
educación a las necesidades específicas de cada alumno, como persona única e
irrepetible. Por tanto hay que programar teniendo en cuenta la diversidad educativa.
Para ello hay metodologías que favorecen esta atención a la diversidad, pues permiten
un acercamiento más individualizado, tener en cuenta los intereses individuales, ritmos
y estilos de aprendizaje, como por ejemplo los proyectos de aprendizaje.
Otras propuestas para atender a la diversidad son:
- Planificar actividades que permitan diversidad de respuestas.
- Desglosar las tareas complejas en pasos simples.
- Realizar en el aula todos aquellos pasos de la actividad que necesiten ayuda
especializada y reservar para el trabajo individual fuera del aula tareas que
requieran de poca autonomía.
- Fomentar el trabajo cooperativo en el aula.
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6. Evaluar en el área de Lengua y
Literatura.
La evaluación y su peso en el proceso educativo ha ido evolucionado a lo largo del
tiempo. Hoy en día se dice de la evaluación que es una parte más del proceso de
enseñanza-aprendizaje. La evaluación ha de ser global, continua y formativa.
Ha de ser continua puesto que ha de basarse en el proceso de aprendizaje del alumno
y no en resultados concretos. Esta evaluación también ha de ser global, valorando al
alumnado como un individuo que se desarrolla de forma global y que interrelaciona sus
capacidades. Desde el punto de vista del alumno, la autoevaluación está adquiriendo un
peso importante, pues favorece la creación de aprendices autónomos que regulan su
propio aprendizaje.
Además no solo se trata de evaluar al alumno, sino también el proceso de
enseñanza, es decir, la labor docente, ver si la programación se había diseñado de una
forma correcta, evaluar su puesta en práctica, y una evaluación final que recoja aspectos
que deban mantenerse y modificar aquellos que no hayan funcionado.
Para evaluar el área de Didáctica de la Lengua y la Literatura:
- Evaluación de la lengua oral: preparar pequeñas actividades orales y que
tengan que ser registradas y evaluadas por los mismos alumnos, y que después el
profesor supervisará. La escucha también deberá estar planificada: escucha
activa, guiada y con objetivos compartidos que busque una respuesta al acabar.
De vez en cuando, se pedirá que dentro de la actividad global desarrollen
intensivamente algún aspecto delimitado. El profesor ha de explicitar a partir de
ejemplos y de modelaje, las características de cada producción oral que se pide,
tanto del producto, como del proceso para conseguirlo. Por último todos los
trabajos pueden recogerse en un portafolio donde se observe la evolución del
alumno a lo largo del curso.
- Evaluación de la lectura: Comprender e interpretar un texto supone una
actividad compleja. La evaluación tendrá que tener en cuenta cuáles son los
procesos implicados (habilidades y estrategias), algunas de ellas son: Estructuras
cognitivas, microprocesos, macroprocesos y procesos de elaboración. Cada
actividad evaluadora se centrará en alguno de sus componentes.
- Evaluación de la composición escrita: Las actividades de evaluación de esta
habilidad discursiva tendrán que ser contextualizadas. Habrá que establecer
tareas acotadas o subtareas que permitan evaluar de manera focalizada los
diferentes componentes de la competencia escritora, en relación naturalmente
con los contenidos que en clase se están enseñando.
- Evaluación de conocimientos sobre la lengua y la literatura: En este apartado
la evaluación se moverá entre dos polos: por una parte actividades que lleven al
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7. alumnado a relacionar estos conocimientos con los usos discursivos de la
lengua, y por otra la explicitación de ese conocimiento a través del razonamiento
organizado y sistemático sobre la lengua y la literatura y la capacidad para
establecer relaciones entre las diferentes nociones y en diferentes entornos.
Tecnologías de la información y la
comunicación y enseñanza de la
Lengua y La Literatura.
El modo de entender el papel de las tecnologías de la información y de la
comunicación en relación con la enseñanza de la Lengua y la Literatura ha
experimentado un cambio profundo.
Hace unos años hablar de nuevas tecnologías aludía al empleo de herramientas de
ofimática (procesadores de texto y programas de edición).Con la generalización de
Internet “nuevas tecnologías” se asocia con el empleo de:
- Herramientas lingüísticas en línea (diccionarios de la lengua, sinónimo, rimas,
etc…)
- Búsqueda de información (enciclopedias y portales educativos)
- Consulta de bibliotecas digitales
Ante este fenómeno, la enseñanza ya no podía seguir dependiendo del libro de texto, de
la pizarra y de los libros de consulta. Enseñar a aprender con Internet se ha convertido
en una meta educativa y se han ampliado, de este modo, los objetivos relacionados con
la competencia lectora.
En la actualidad, Internet permite a sus usuarios no solo acceder a una cantidad
ingente de información, sino también comunicar y compartir sus conocimientos,
opiniones e intereses. En este nuevo contexto socio-comunicativo, la escuela se
encuentra ante la necesidad de incluir entre sus metas el desarrollo de las capacidades
para interactuar en estas nuevas formas de comunicación, es decir, en el empleo de
nuevos medios y nuevas normas sociales y lingüísticas para la interacción verbal.
Hemos pasado pues al concepto de nuevas tecnologías, ordenador como
máquina de escribir, al de tecnologías de la información y comunicación, como medios
para intervenir en nuevas situaciones de lectura y de escritura, lo que obliga a introducir
nuevos objetivos de enseñanza de habilidades lingüísticas.
Internet proporciona además la posibilidad de que los docentes intervengan en
redes sociales que favorezcan su desarrollo profesional. Esta experiencia, les inducirá a
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8. usar estas plataformas con los alumnos y alumnas con entornos en los que la
comunicación y el trabajo en equipo sean las bases de su aprendizaje.
Utilizar Internet en las aulas significa educar para la vida, partir de su realidad y
utilizar un recurso muy potente que ofrece infinidad de posibilidades en beneficio de los
alumnos y alumnas. Significa también educar en competencias.
La educación literaria como eje de
la programación.
La enseñanza de la Literatura ha evolucionado desde la década de los setenta del
siglo pasado hasta nuestros días, este cambio se concreta en el paso de “Enseñanza
Literaria” a “Educación Literaria”
La Enseñanza Literaria partió en el siglo XIX de la necesidad de seleccionar el
patrimonio histórico para exaltar la conciencia nacional.
En 1960 esta visión quedó obsoleta y fue necesario redefinir la función social de la
enseñanza literaria. Se utilizó el Paradigma Historiográfico. Este paradigma se basa
en el desarrollo lineal de un sistema literario que selecciona a “los grandes autores” y
“las grandes obras”. Este paradigma ha sido criticado pues se dice de él que inhibe la
motivación y el interés por eliminar el descubrimiento personal. Se basa en un
aprendizaje memorístico y Antepone los contenidos al contacto real con los textos,
además relega las producciones realizadas por los alumnos. Pese a todas estas duras
críticas no se ha conseguido desterrar de las aulas por su fuerte arraigo y su facilidad
para organizar los contenidos.
En 1970 surgió el modelo basado en el comentario de texto, sin embargo este
modelo también recibió críticas. Aunque en un principio nació para crear lectores
competentes, la comprensión del texto quedaba subordinada a la aplicación del
procedimiento.
Debido a la insuficiencia de los modelos anteriores que no cumplen con las
exigencias educativas actuales surge la “Educación Literaria”. En este nuevo
modelo pretende crearse un lector literario que este inserto en una comunidad cultural.
Para conseguirlo es necesario desarrolla un hábito lector, para adquirir las destrezas
interpretativas necesarias y para ello es requisito indispensable haber frecuentados
muchos textos, estos 3 aspectos se interrelacionan unos con otros.
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9. La educación Literaria requiere de una reorganización de los contenidos escolares, y
para ello presenta líneas de avance de orden intercambiable, estas son:
Apreciar lecturas diversas
Disfrutar de formas de lectura variadas
Relacionar la lectura con la propia experiencia (es el modo de hacerla
significativa)
Dominar actividades lectoras complejas
Utilizar las convenciones literarias para dar sentido a la lectura
Relacionar la lectura con su contexto
Esta nueva tendencia supone la organización de contenidos ligado a la progresión de la
interpretación, es un modelo centrado en el desarrollo de las competencias que permiten
al alumnado crecer como lector literario. La metodología está basada en el
protagonismo de las lecturas.
Sin embargo es necesario concretar de forma operativa todas estas intenciones.
Respecto a la Formación lectora, por ejemplo, es necesario:
búsqueda de tiempos, y organización de esos tiempos: mantener el silencio,
estrategias para adentrar a los alumnos en el mundo de los libros, flexibilidad en
la selección de obras entre sus intereses y lectura de calidad.
Selección de títulos adecuados
Integrarlo en la comunidad cultural
Dar sentido a su experiencia y construirse.
Para conseguir estos objetivos las actividades que se propongan han de estar
“desescolarizadas” para no desnaturalizarlas de su propósito. Además deben plantear la
lectura como generadora de relaciones sociales y como práctica de consumo cultural.
Respecto a la Centralidad de la interpretación, supone la construcción de la lectura
interpretativa, es decir, dar sentido a los textos literarios, para ello, es necesario:
La lectura de muchos libros
La elaboración de una respuesta personal
Más una guía del experto que ayudará a profundizar en la reflexión (ZDP,
Vigosty)
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