2. Los ectoparásitos se alimentan de descamaciones cutáneas o de la sangre de los
huéspedes. Pueden provocar daños directamente por pérdida de sangre e irritación
cutánea. Numerosos parásitos externos (p. ej. garrapatas) también son vectores de
enfermedades sistémicas graves para los animales (p. ej. babesiosis, enfermedad
de Lyme, etc.). Otros (p. ej. ácaros del género Sarcoptes) también son transmisibles
a las personas (p. ej. sarna sarcóptica, una zoonosis).
3.
4. Los parásitos externos o ectoparásitos abarcan un amplio abanico de artrópodos
parásitos, que son ácaros (garrapatas y ácaros) o insectos (pulgas, piojos picadores
y chupadores, mosquitos, moscas y flebotomos [especie de mosquitos]).
5.
6. Algunos ectoparásitos, como las cochinillas en las plantas, o los aradores del
sarna en animales, establecen una asociación permanente con su huésped, a
menudo, con una fuerte reducción anatómica. Otros, como es la regla en los
parásitos hematofagos, se desplazan activamente en busca de individuos a los que
explotar.
7. El tratamiento de los ectoparásitos dependerá de la naturaleza y especie del
parásito. El tratamiento necesario para matar el parásito dependerá de su especie
concreta.