2. La pobreza es una situación o forma de vida que
surge como producto de la imposibilidad de acceso
o carencia de los recursos para satisfacer las
necesidades físicas y psíquicas básicas humanas que
inciden en un desgaste del nivel y calidad de vida de
las personas, tales como la alimentación, la vivienda,
la educación, la asistencia sanitaria o el acceso al
agua potable. También se suelen considerar la falta
de medios para poder acceder a tales recursos,
como el desempleo, la falta de ingresos o un nivel
bajo de los mismos. También puede ser el resultado
de procesos de exclusión social, segregación social
o marginación.
3. A esta forma previa de ver la pobreza, centrada en las capacidades para
realizar las propias potencialidades, se opone otra definición igualmente
antigua, aquella que ve la pobreza y la condición de pobre (pauper) como un
estado de privación o falta de recursos para poder adquirir una “canasta de
bienes y servicios” necesaria para vivir una vida mínimamente saludable.
Estamos aquí frente a lo que habitualmente se denomina pobreza absoluta y
es aún hoy la medida globalmente más usada para determinar la extensión de
la pobreza, tal como lo muestran los cómputos realizados por el Banco
Mundial en base a una “línea internacional de pobreza”. Esta línea fue
tradicionalmente fijada en 2 dólares estadounidenses de 1985 per cápita, en
paridad de poder adquisitivo, para definir la pobreza y en 1 dólar para definir
la pobreza extrema. En agosto de 2008, la línea de pobreza extrema fue
reajustada a 1,25 dólares. Esta cantidad refleja el promedio del ingreso
mínimo necesario para sobrevivir en los diez a veinte países más pobres del
mundo.
4. A quienes más afecta la pobreza es a los niños y niñas.
Aunque la privación grave de bienes y servicios perjudica
a todos los seres humanos, resulta más amenazante para
los derechos de la infancia: a la supervivencia, la salud y
la nutrición, la educación, la participación y la protección
contra el peligro y la explotación. Establece un entorno
que perjudica el desarrollo infantil de muchas maneras:
mental, física, emocional y espiritual.
Más de 1000 millones de niños y niñas sufren una grave
carencia de por lo menos uno de los bienes y servicios
necesarios para sobrevivir, crecer y desarrollarse.
5. En el año 1999, Ecuador ocupaba el puesto 17 entre 22 países
latinoamericanos, según el índice de pobreza humana. En la primera
mitad de la década del 2000 ha habido una reducción significante de la
pobreza (14% de 1999 a 2006) y de la extrema pobreza (8%). Aun así,
en 2006, casi el 13% de los ecuatorianos se encuentra en extrema
pobreza y un 38% en pobreza; mientras que la Amazonía, la zona más
pobre del Ecuador, posee 40% de pobreza extrema y 60% de pobreza.
De similar manera, ocurre en la zona rural cuyo índice de pobreza es
dos veces más alto que en la zona urbana, y la pobreza extrema es 5
veces más alta que en la ciudad.
En el año 2006, un 70% de las mujeres ecuatorianas no tenían ingresos
propios, comparado a un 34% de los hombres que si lo tuvieron.
La etnia más afectada por la pobreza, se concentra en el sector
indígena, quienes poseen dos veces más índice de pobreza que la raza
blanca así como los afroecuatorianos de la costa.
6. El porcentaje de personas desnutridas o que padecen
hambre se redujo de 26% en 1999 a un 18% en 2006;
la reducción global en estos años ha sido del 5%
(8.6% únicamente en el 2006). Aun así, en la
Amazonía y la Sierra, se presenta el 24% de personas
que sufren de desnutrición, mientras que en la costa
se del 12.5%
7.
8.
9.
10. El índice de la pobreza en Ecuador disminuyó de 37,6% en 2006
a 32,8% en 2010, mientras que el de la miseria de bajó de 16,9%
a 13,9% en el mismo período, informó ayer el director del estatal
Instituto Nacional de Estadística y Censos (INEC), Byron Villacís.
Agregó que durante el gobierno del presidente socialista Rafael
Correa, en el poder desde enero de 2007, la pobreza en el área
urbana se ubicó en 22,5% y en el sector rural en 53% a diciembre
de 2010.