Primer ejercicio: citas y bibliografía en formato APA
1. Programa de educación para la salud dirigido a pacientes y cuidadores
familiares de candidatos a Trasplante Hepático
El trasplante hepático (TH) es el procedimiento quirúrgico indicado en
pacientes con una enfermedad hepatobiliar progresiva e irreversible, cuando
otras alternativas terapéuticas se han agotado y el paciente tiene una
esperanza de vida comprometida tanto de forma inminente como a corto plazo
en uno o dos años. Por tanto, hoy día el trasplante hepático constituye la única
alternativa terapéutica viable para un gran número de pacientes con
insuficiencia hepática.
La alta prevalencia de algunas de las patologías que motivan las
insuficiencias hepáticas, fundamentalmente la cirrosis por VHC y alcohólica y el
hepatocarcinoma, que constituyen las principales indicaciones de TH hoy día,
asociada al aumento de la tasa de donación (Amador, Charco, & García-Valdecasas,
2005), (en la actualidad la más alta del mundo por millón de habitantes), y a
nuevas modalidades de trasplante (en dominó, de donante vivo, trasplante split,
etc) están logrando que cada año se aumente la tasa de pacientes
trasplantados. Actualmente se realizan en España más de 1000 TH
(Coordinación Autonómica de Trasplantes de Andalucía. Servicio Andaluz de Salud. Consejería
de Salud. Junta de Andalucía. Memoria 2005 del Programa de detección, extracción y
trasplantes de órganos y tejidos.2005). Sin embargo a pesar de lo anterior el número
de receptores continúa siendo superior al de donantes. Anualmente son
valorados en España varios miles de posibles receptores para su inclusión en
programas de TH, de los que un 40% aproximadamente son admitidos a la lista
de espera para trasplante.
Desde 1984 en que se empezó en España el Programa de TH se ha
avanzado sustancialmente en la mejora de las técnicas quirúrgicas, en el
diseño y manejo de fármacos inmunosupresores y en general en la atención
sanitaria y social que reciben estos pacientes. Como es lógico todo esto ha
repercutido en un aumento de la esperanza de vida del paciente trasplantado,
hasta alcanzar actualmente una supervivencia a 15 años superior al 50 %
(Amador et al., 2005). Durante este tiempo además de estudios centrados en
estos avances que han hecho posible el aumento del número de años de
supervivencia se ha estudiado también, no solo la cantidad de años de vida,
sino, la calidad de la misma. En este sentido son múltiples los estudios que
analizan la calidad de vida de pacientes con TH (DiMatteo, Lepper, & Croghan,
2000; Karam et al., 2001; O'Carroll, Couston, Cossar, Masterton, & Hayes,
2003), describiendo niveles de calidad de vida al año (mantenidos a los 3 años)
casi similares a los de población estándar. Asimismo en estos estudios, donde
se analiza la calidad de vida antes y después del TH se correlacionan elevados
niveles de ansiedad en el pretrasplante con peores resultados de calidad de
vida al año del TH (O'Carroll et al., 2003), hasta el punto de establecer el nivel
de ansiedad en el pretrasplante como el principal factor predictor de calidad de
vida en el postrasplante. La etiología y gravedad de la insuficiencia hepática no
se correlacionó con la calidad de vida en el postrasplante, salvo en el estudio
de Karam(Karam et al., 2001) donde se relacionó la gravedad de la
insuficiencia hepática con los resultados a un año de la función social de
paciente.
Sin embargo la etapa del pretrasplante está poco estudiada (Burra et al.,
2005; Dobbels et al., 2005; Dobbels, Verleden, Dupont, Vanhaecke, & De
Geest, 2006; Streisand et al., 1999), son escasos lo estudios con muestras
2. representativas y metodología adecuada que aborden las características de la
población candidata a TH, en cuanto a calidad de vida, prevalencia de
trastornos psicológico, etc, durante el periodo en el que el paciente y sus
cuidadores permanecen en lista de espera. Si nos retraemos al periodo
inmediatamente anterior a la inclusión en listas de espera de TH, la situación
está aun menos estudiada (Bunzel & Laederach-Hofmann, 2000)(Hardinger et
al., 1999). Hemos de tener en cuenta que es precisamente este periodo el que
afecta a mayor cantidad de pacientes, ya que en esta fase, además de los que
se incluyen finalmente en la lista de espera, nos encontramos a todos aquellos
que por diversos motivos no cumplen criterios como posibles receptores de un
hígado(Bona et al., 2000).
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