Memoria del taller de expresión plástica con materiales encontrados del R.E. San Sebastián de la Gomera.
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1. MEMORIA DEL TALLER DE EXPRESIÓN PLÁSTICA
CON MATERIALES ENCONTRADOS.
“RESlDENCIA ESCOLAR DE SAN SESASTIAN DE LAGOMERA”.
CURSO 1989 – 90
Luis J. Ferreira
El taller de expresión plástica, que funcionó desde Enero hasta Junio, contó con
22 alumnos (18 chicos y 4 chicas) de B.U.P. y de F.P. Se inició con 7 solamente, a
pesar de que fueran 16 los que inicialmente mostraron interés por este taller, pero
paulatinamente -a medida que se fueron realizando y exponiendo obras- vio
aumentado su número de participantes, hasta llegar a los 22 indicados, más algunos
colaboradores. El grupo de participantes nunca fue estable ni cerrado, pues, sino más
bien inestable y abierto, e incluso no hubo quizás propiamente grupo, sino alumnos/as
que comenzaron a trabajar desde que se abrió el taller, dejándolo más tarde algunos,
otros que se incorporaron en diferentes momentos, junto con alguno de los que lo
abandonaron, y otros que aparecían ocasionalmente y colaboraban en la realización de
alguna obra. Cada cual, o por pequeños grupos (2 o 3 alumnos/as) desarrollaba un
proyecto de trabajo, con una asistencia más o menos regular o irregular.
El horario de dedicación a esta actividad ha ido creciéndose al tiempo que el del
número de participantes, y ha venido presentando el mismo carácter de apertura.
Comencé abriendo el taller en dos sesiones semanales, de dos horas cada una, pero
enseguida vi la necesidad de abrirlo en otros momentos, quedando al final abierto en
todo momento (de 3h. a 10´30h.), con objeto de dar mejor respuesta al interés que
estaba empezando a despertar el taller; ello pudo permitir que quienes lo desearan
pudieran intensificar su trabajo, y el facilitar las posibilidades de trabajo de quienes
tenían algún impedimento para hacerla en el horario inicial. Esta ampliación y
flexibilización del horario se pudo realizar porque los alumnos/as mostraron suficiente
seriedad y entusiasmo en su trabajo y porque yo pude garantizarla.
Esta situación que se ha venido planteando respecto del alumnado y del horario
ha resultado ser muy diferente de la inicialmente programada. En mi programa
preveía, en caso de que la actividad tuviera suficiente demanda, formar tres grupos de
trabajo, con 10 alumnos a lo sumo cada uno, y realizar el taller en un trimestre con
cada uno de ellos, durante 2 sesiones a la semana de 2 horas. El hecho de abrir el
taller en Enero, suprimiendo un trimestre, y sobre todo el haber comenzado el taller
con poca demanda me obligó a cambiar de planteamientos.
El espacio con que hemos contado puede considerarse ideal. Era amplio, bien
iluminado (natural y artificialmente), con dos tomas de agua en una pila grande, con
varias tomas de luz y con un cuarto adicional suficientemente amplio y dotado de
estanterías que pudimos utilizar como almacén de materiales. En principio dispusimos
de varias mesas, aceptables en cuanto a dimensiones y resistencia, pero enseguida
nos resultaron insuficientes; incorporamos alguna más pero siguieron siéndonos
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2. escasas, ya que trabajábamos simultáneamente con diferentes proyectos, puesto que
cada cual, o en grupos de 2 o 3, tenia el suyo propio, y cada proyecto u obra se
realizaba en una mesa.
Los materiales que hemos utilizado han sido encontrados, fundamentalmente de
desecho, aunque también algunos de tipo natural. Únicamente se han adquirido las
pinturas, aunque quizás sean más medios que materiales, ya que a falta de sustitutorios
(carteles y objetos o materiales coloreados al gusto del autor, por ej.) se vio la
necesidad de incorporar colores y determinadas técnicas de pintado a las diferentes
composiciones; en parte porque obedecía al gusto y deseo de los autores y porque se
presuponía que las obras contarían con mayor vistosidad y aprobación del público. En
alguna ocasión se utilizó engrudo preparado por nosotros con harina y agua, como
pegamento, aunque corrientemente empleamos cola vinílica adquirida, y como medio o
aglutinante de pintura, y elementos naturales como colorantes alimentarios y hierbas,
así como aditivos naturales o artificiales, como harina, azúcar, sal gorda, lavavajillas,
etc. para elaborar pinturas.
Los materiales han sido aportados, o al menos buscados, en su mayoría por mi; unos
fueron encontrados en la residencia -particularmente maderas y muebles-, lo que
explica su amplio uso, y otros fuera de ella. Quizás la causa de ese posible absentismo
de los alumnos en el aporte de material radique en que han contado corrientemente con
suficientes materiales para trabajar; pero a su vez yo procuré facilitárselos para no
vernos escasos de ellos y como consecuencia con el taller semiparalizado. Contaba con
5 meses de trabajo, sabía que los alumnos/as tendrían dificultades y también reparo
para aportar materiales y decidí servírselos yo, para garantizarnos al menos las
materias primas; no obstante ellos participaron algo en su búsqueda y en el transporte.
Las herramientas utilizadas han sido las consideradas por mi básicas y adquiridas
para el taller: metro, escuadra, martillos, destornilladores varios, punzón, alicates
diversos, tenazas, llave inglesa, llave múltiple, lima, escofina, espátula, sierra de metal,
cuchilla, grapadora de tapizar, tornillo, gatos, alargadera, taladradora y caladora
eléctricas. Utilizamos también otras que pedimos prestadas, tales fueron: serrucho,
formón, lijadora bibradora, cepillo eléctrico, radial, pistola eléctrica para pintar y
soldadora de electrodos. Como instrumentos de pintura se han utilizado los
convencionales brochas y pinceles y otros no convencionales como las manos
directamente, esponja, estropajo, palos, secador de pelo, motor, pistola, espátula,
diferentes materiales para dejar huellas, etc.
Puede afirmarse que paulatinamente el taller ha ido creciéndose en cuanto a
participación del alumnado, número de horas semanales de actividad invertidas,
resultados obtenidos; en cuanto a expectativas sobre las posibilidades del tipo de
expresión plástica realizada, y en cuanto a interés en definitiva. Todo ello ha sido
posible merced a mi intervencionismo, forma de hacer que tratándose de una
expresión plástica libre y creativa puede tener sus connotaciones negativas; no
obstante, dadas las circunstancias con que me encontré (poca duración del taller,
posible no continuidad del mismo, desconocimiento y prejuicio sobre este tipo de
expresión, respuestas inhibitorias al intentar suscitar en los alumnos/as actividades
creativas o imaginativas por inseguridad y temor al ridículo, etc.), me propuse hacer lo
posible por obtener una muestra lo más abundante y variada posible –que contara con
calidad- de las posibilidades de esta concepción de expresión plástica. Ello suponía,
pues, intervenir ofreciendo materiales, proponiendo ideas, diseños y técnicas o
procedimientos de trabajo, e incluso ayudar en la realización de las obras; de todas las
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3. formas, en mi ánimo ha estado el no intervenir en la medida de lo posible, o ayudar
cuando fuera necesario, de manera que ha habido obras en las que mi participación en
diferentes aspectos ha sido muy grande, obras en las que he participado en mayor o
menor medida junto con el autor o autores, y obras en las que no he intervenido
prácticamente para nada. Es de suponer que si la continuidad del tallar fuera posible mi
intervención; seria menos necesaria, y en esa medida los trabajos serian más propios
de los alumnos/as y más libres. Lo que sí puedo constatar una vez más es que la
imaginación y la expresión libre han de ser formadas o educadas; no obstante, mientras
van haciéndose pueden y deben ponerse en, juego, precisamente como medio de
aprendizaje y garantía de su desarrollo.
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