1. DISCURSO DE DESPEDIDA A LOS ALUMNOS DEl GRADO QUINTO
Estimadas Alumnas. Estimados Alumnos.
Hace seis años, con un cúmulo de temores bajo el brazo, llegaron por vez
primera a la escuela. Ahora, ya sin aquéllos temores, pero sí con tristeza,
llegó la hora de la despedida, de decir:¡Adiós!
Se despiden de su escuela y atrás quedarán sus puertas abiertas.
Han sido 6 años de esfuerzo y, en ocasiones, los deberes escolares fueron
arduos. Pero fueron también seis años de recompensas y de satisfacciones, de
amistades y recuerdos que permanecerán para siempre en el libro de sus
vidas.
Son Ustedes un buen ejemplo para los estudiantes que ingresarán a ocupar los
lugares vacantes.
¡Cuánto entusiasmo y dedicación demostraron como estudiantes de primaria!
Sus maestros los recordarán como estudiantes honestos y responsables,
alegres y comprometidos. A partir de este momento, la primaria será un
capítulo en el libro de sus vidas. Ahora se enfrentarán a un presente con
nuevos desafíos.
En las turbulencias que pudieran surgir en su camino, cada uno de Ustedes
deberá reafirmar una visión de justicia, de paz y de respeto a los derechos
humanos y a las leyes que rigen nuestro país.
Por ahora, una cosa les debe quedar clara: el estudio, y nada más que el
estudio, será la llave que les abrirá las puertas del mañana.
En un mundo cambiante como el que les tocó vivir, la preparación es la mejor
estrategia para enfrentar las crisis de un mundo incierto.
El futuro de cada uno de Ustedes no está en manos del destino; y aún cuando
pudieran creer que el destino es el que baraja las cartas, son Ustedes quienes
las juegan. Lo que les quiero decir, es que Ustedes formarán su propio destino.
Ustedes y sólo Ustedes son quienes deben preguntarse qué es lo desean hacer
con sus vidas.
Sus padres, sus maestros, han puesto los cimientos: el respeto a la dignidad
de la persona; el respeto que debe empezar por Ustedes mismos, y debe
continuar con sus familias, con todos los que los rodean y con la sociedad
entera. Aprendan a decir sí, y aprendan a decir no, cuando sea necesario.
¡Ustedes son personas valiosas! ¡No permitan que nada ni nadie los desvíe de
su camino como personas dignas y honestas!
Sigan siendo buenos hijos, respeten siempre a sus padres, protejan a sus
hermanos. Sean personas cabales. Un hombre cabal, una mujer cabal, es una
persona comprometida con su familia y con la sociedad, pero sobre todo,
comprometida consigo misma.
Asuman con entrega, con coraje y con valor la responsabilidad de empuñar el
timón de sus vidas, que la mar les pertenece