El mito de Eco y Narciso cuenta la historia de cómo Eco se enamoró de Narciso pero él la rechazó, lo que la llevó a desear que Narciso sufriera el mismo desamor que ella sentía. Más tarde, Narciso se enamoró de su propia imagen reflejada en el agua y, al no poder poseerse a sí mismo, murió de amor desconsolado.
1. GRUPO 1
ORFEO Y EURIDICE
Cuentan que cuando Orfeo tocaba no solo los hombres, animales y dioses
se quedaban embelesados escuchándole, sino que incluso la Madre
Naturaleza detenía su fluir para disfrutar de sus notas, y que así, los ríos,
plantas y hasta las rocas escuchaban a Orfeo y sentían la música en su
interior, animando su esencia. Más de una vez este mágico don le ayudó en
sus viajes, como cuando acompañó a los argonautas y su canto pudo
liberarles de las Sirenas, o pudo dormir al dragón guardián del vellocino de
oro. Pero eso es otra historia y debe ser contada en otra ocasión...
Además de músico y poeta, Orfeo fue un viajero ansioso por conocer, por
aprender... estuvo en Egipto y aprendió de sus sacerdotes los cultos a Isis y
Osiris, y se empapó de distintas creencias y tradiciones. Fue un sabio de su
tiempo.
Con tantas cualidades, no era de extrañar que las mujeres le admiraran y
que tuviera no pocas pretendientes. Eran muchas las que soñaban con yacer junto a él y ser despertadas con una dulce
melodía de su lira al amanecer. Muchas que querían compartir su sabiduría, su curiosidad, su vitalidad.
Pero solo una de ellas llamó la atención de nuestro héroe, y no fue otra que Eurídice, quien seguramente no era tan
atrevida como otras y puede que tampoco tan hermosa... pero el amor es así, caprichoso e inesperado, y desde que la
vio, la imagen de su tierna sonrisa, de su mirada brillante y transparente, se repetían en la mente de Orfeo, que no dudó
en casarse con ella. Zeus, reconociendo el valor que había demostrado en muchas de sus aventuras, le otorgó la mano
de su ninfa, y vivieron juntos muy felices, disfrutando de un amor que se dice que fue único, tierno y apasionado como
ninguno.
Pero no hay felicidad eterna, pues si la hubiera, acabaríamos olvidando la tristeza, y la felicidad perdería su sentido... y
también en esta ocasión sobrevino la tragedia.
Quiso el destino que el pastor Aristeo quedara también prendado de Eurídice, y que un día en que esta paseaba por sus
campos, el pastor olvidara todo respeto atacándola para hacerla suya. Nuestra ninfa corrió para escaparse, con tan
mala fortuna que en la carrera una serpiente venenosa mordió su pie, inoculándole el veneno y haciendo que cayera
muerta sobre la hierba.
No hubo lágrimas suficientes para consolar el dolor de Orfeo, y una noche de las muchas que pasó en vela llorando a su
amada, decidió que si hacía falta, descendería él mismo a los infiernos de Hades para reclamar a Eurídice. Fue un viaje
duro, tuvo que enfrentarse al guardián de las puertas de los Infiernos, Cancerbero, quien a punto estuvo de atacar pero
que finalmente respondió a la música de Orfeo como otros tantos animales habían hecho anteriormente. Así fue como
nuestro músico se internó en el submundo, sin cesar de tocar y de cantar su tristeza.
Cuentan que el mismo Hades se detuvo a escucharle, que las torturas se interrumpieron, que todos encontraron un
momento de paz en la visita de Orfeo. Sísifo, condenado a subir una piedra hasta la cumbre de la montaña una y otra
vez, detuvo su marcha; los buitres que torturaban a Prometeo desgarrando sus entrañas se posaron en el suelo y
Tántalo, quien jamás podría saciar su hambre o su sed, rompió a llorar olvidando sus necesidades. Y los señores del
infierno, Hades y Perséfone, quedaron conmovidos por la belleza del canto de Orfeo.
Así, decidieron devolver a la vida terrenal a Eurídice, con la condición de que esta caminase detrás de Orfeo en el viaje
de vuelta al mundo de los vivos, y que este no mirase atrás ni una sola vez hasta que no estuvieran en la superficie. Y
ambos emprendieron la marcha.
El viaje fue difícil, lleno de penurias. Si la bajada al Hades había costado, el ascenso fue aún peor. Eurídice seguía
herida y débil, y las sombras se cernían sobre ellos amenazadoras, el frío se colaba en sus huesos, los tropiezos eran
cada vez más frecuentes. A punto ya de llegar a la salida, cuando los primeros rayos de luz traspasaron las sombras,
Eurídice dejó escapar un suspiro aliviado, y Orfeo olvidó la orden de Hades y miró hacia atrás por un instante. Entonces
su amada empezó a desvanecerse, pues la condición impuesta había sido violada, y aunque Orfeo se lanzó sobre ella
en un abrazo que la retuviera, no fue más que aire lo que estrechó entre sus brazos.
Orfeo intentó entonces descender de nuevo al Hades, pero Caronte, el barquero de la laguna Estigia, le negó la entrada,
y ambos apenas pudieron despedirse con una mirada a través de las aguas. Y aunque esperó Orfeo siete días con sus
siete noches en el margen del lago, acabó viendo que era demasiado tarde para enmendar su error, y marchó a
vagabundear por los desiertos, sin apenas probar bocado, acompañado solo por su lira y su música.
ACTIVIDAD
1.- ¿Por qué la felicidad entre Eurídice y Orfeo no podía perdurar para siempre?¿Estás de acuerdo con la afirmación
dada en el mito?
2.- En un tabla de doble entrada compara las cualidades que tenía Orfeo y las que tenía Euridice?
3.- Escribe el significado, 3 sinónimos y 3 antónimos de las palabras subrayadas.
4.- Escribe en 5 líneas tus conclusiones en relación al mito (tema, mensaje, otros).
5.- En una tabla, escribe los personajes mitológicos a los que hace alusión el relato e indica quiénes eran.
2. GRUPO 2
LA CAJA DE PANDORA
En el trance de la creación, se encargó al titán Prometeo y a su hermano
Epimeteo la tarea de crear al hombre. Prometeo lo moldeó con barro y le
dio una postura erguida, a imagen de los dioses. Epimeteo, por su parte,
debía proveer al hombre, así como a los otros animales, con las facultades
necesarias para su preservación. Mientras que Epimeteo trabajaba,
Prometeo supervisaba el trabajo. Así fueron otorgando a los diferentes
animales de coraje, fuerza, rapidez, sagacidad; garras para uno y alas
para el otro, etc... Pero cuando llegó el momento de dar sus dones al
hombre, Epimeteo había sido tan pródigo con sus recursos que ya no le
quedaban dones para él.
Prometeo, sintiendo que el hombre era superior al resto de los animales,
decidió otorgarle un don que ningún otro animal poseyera: el fuego. De
aquella manera, Prometeo subió al cielo y, con la ayuda de Atenea,
encendió su antorcha en el carro del Sol, y les regaló el fuego a los
hombres.
Aquello encolerizó a Zeus, que tramó un plan para vengarse de los titanes,
por robarle el fuego, y de los hombres, por aceptarlo. Para ello ideó a la
primera mujer, a cuya creación contribuyeron todos los dioses, por la que
la llamaron Pandora (“llena de virtudes”). Así, Hefesto la modeló con
arcilla, Afrodita le dio belleza, Hermes le otorgó el don de la persuasión,
Apolo la bendijo con talento musical y el don de sanar... Los dioses ofrecieron a Pandora como regalo a
Epitemeo que, desoyendo las advertencias de su hermano Prometeo, la aceptó, tomándola luego como
esposa.
Hay quien cuenta que Epimeteo tenía en su casa un habitación donde guardaba algunos objetos que no
había alcanzado a repartir por la Tierra y que entre todos esos objetos había un baúl sellado, cuyo secreto
fue alimentando la curiosidad de Pandora. Otros aseguran que aquella caja había sido un regalo que
Hermes entregó a Pandora junto con la advertencia: de no abrirla jamás. Sea como fuese, se asegura que
la curiosidad venció finalmente a Pandora, quien quebró el sello y abrió la caja, haciendo que escaparan de
ella una multitud de males para atormentar a los hombres: la gota, el reumatismo, los cólicos, la fatiga, la
locura, la envidia, la ira, la venganza, el vicio, la pasión, la tristeza, la pobreza, el crimen... que se
repartieron por todas partes... Pandora se apresuró en cerrar la caja, pero ya era tarde, pues todo su
contenido había escapado, exceptuando una sola cosa: la esperanza. El mundo vivió entonces una época
de desolación, hasta que Pandora volvió a abrir la caja para liberar a la esperanza. Pandora corrió entonces
hacia los hombres para decirles que no estaba todo perdido, pues aún les quedaba la esperanza. Y dicen
que desde entonces, aunque los males nos acechen, la esperanza nunca nos deja por entero, evitando que
ningún mal nos derrote completamente.
Si bien, existen otras versiones que aseguran que Pandora fue enviada por Zeus al hombre como un signo
de bendición, dotada por todos los dioses con bienes que guardaron en una caja, la cual abriría
accidentalmente, haciendo que todas las bendiciones huyesen, excepto la esperanza.
ACTIVIDAD
1.- ¿Qué encargaron los dioses a Prometeo y a su hermano Epimeteo?
2.- Explica por qué Prometeo decide entregarle al hombre un don diferente al resto de los animales.
3.- Escribe el significado, 3 sinónimos y 3 antónimos de las palabras subrayadas.
4.- Escribe en 5 líneas tus conclusiones en relación al mito (tema, mensaje, otros).
5.- En una tabla, escribe los personajes mitológicos a los que hace alusión el relato e indica quiénes eran.
3. GRUPO 3
El mito de Eco y Narciso
Eco merece una digresión. Su alegría y parlachinería cautivaron a Júpiter;
sorprendidos en adulterio por Juno, castigólaesta a que jamás podría
hablar por completo; su boca no pronunciaría sino las últimas sílabas de
aquello que quisiera expresar. Pues bien, viendo Eco a Narciso quedó
enamorada de él y le fue siguiendo, pero sin que él se diera cuenta. Al fin
decide acercársele y exponerle con ardiente palabrería su pasión. Pero,
¿cómo podrá si las palabras le faltan? Por fortuna, la ocasión le fue
propicia. Encontrándose solo el mancebo, desea darse cuenta de por
dónde pueden caminar sus acompañantes y grita: "¿Quién está aquí?" Eco repite las últimas palabras "... está aquí".
Maravillado queda Narciso de esta voz dulcísima de quien no ve. Vuelve a gritar: "¿por qué me huyes?" Eco repite: "...
me huyes". Y Narciso: "¡juntémonos!" Y Eco: "...juntémonos". Por fin se encuentran. Eco abraza al ya desilusionado
mancebo. Y este dice terriblemente frío: " No pensarás que yo te amo..." Y Eco repite, acongojada: "...yo te amo".
"¡Permitan los dioses soberanos -grita él- que antes la muerte me deshaga que tú goces de mí!"
Huyó, implacable, Narciso. Y la ninfa así menospreciada, se refugió en lo más solitario de los bosques. La consumía su
terrible pasión. Deliraba. Se enfurecía. Y pensó: "¡ojalá cuando él ame como yo amo, se desespere como me desespero
yo!"
Némesis, diosa de la venganza -y a veces de la justicia- escuchó su ruego. En un valle encantador había una fuente de
agua extremadamente clara, que jamás había sido enturbiada ni por el cieno ni por los hocicos de los ganados. A esa
fuente llegó Narciso, y habiéndose tumbado en el césped para beber, Cupido le clavó, por la espalda, su flecha... Lo
primero que vio Narciso fue su propia imagen, reflejada en el propio cristal. Insensatamente creyó que aquel rostro
hermosísimo que contemplaba era de un ser real, ajeno a sí mismo. Sí, él estaba enamorado de aquellos ojos que
relucían como luceros, de aquellos cabellos dignos de Apolo. El objeto de su amor era... él mismo. ¡Y deseaba
poseerse! Pareció enloquecer... ¡No encontraba boca para besar! Como una voz en su interior le reprochó: "¡insensato!"
"¿cómo te has enamorado de un vano fantasma? Tu pasión es una quimera, retírate de esa fuente y verás como la
imagen desaparece. Y, sin embargo, contigo está, contigo ha venido, se va contigo... ¡y no la poseerás jamás!"
Alzó los brazos al cielo Narciso. Llorando. Tiróse los cabellos. Y gritó, blasfemo así: "Decidme selvas, vosotras que
habéis sido testigo de tantos idilios apasionados... ¿por qué el amor es tan cruel para mí? Hace siglos que existís;
decidme ¿visteis nunca un amor obligado a sufrir designios más rudos? Yo veo al objeto de mi pasión y no le puedo
encontrar. No me separan de él ni los mares enormes, ni los senderos inaccesibles, ni las montañas, ni los bosques. El
agua de una fontana me lo presenta consumido del mismo deseo que a mí me consume. ¡Oh pasión mía! ¡quienquiera
que seáis, aproximaos a mí como a vos me aproximo! ¡Ni mi juventud ni mi belleza son causas para vuestro temor! Yo
desdeñé el amor de todas las ninfas... No tengáis para mí el mismo desdén. Pero ¿si me amáis, por qué os sirvo de
burla? Os tiendo mis brazos y me tendéis los vuestros. Os acerco mi boca y vuestros labios se me ofrecen. ¿Por qué
permanecer más tiempo en el error? Debe ser mi propia imagen la que me engaña. Me amo a mí mismo. Atizo el mismo
fuego que me devora. ¿Qué será mejor: pedir o que me pidan? ¡Desdichado de mí que no puedo separarme de mí
mismo! A mí me pueden amar otros, pero yo no me puedo amar... ¡Ay! El dolor comienza a desanimarme. Mis fuerzas
disminuyen. Voy a morir en la flor de la edad. Mas no ha de aterrarme la muerte liberadora de todos mis tormentos.
Moriría triste si hubiera de sobrevivirme el objeto de mi pasión. Pero bien entiendo que vamos a perder dos almas una
sola vida."
Dicho esto, tornó Narciso a contemplarse en la misma fuente. Y lloró, ebrio de pasión, ante su propia imagen. Volvió a
traslucir frases entrecortadas... ¿Quién? ¿Narciso? ¿Su imagen llorosa? "¿por qué me huyes? Espérame, eres la única
persona a quien yo adoro. El placer de verte es el único que queda a tu desventurado amante."
Poco a poco Narciso fue tomando los colores finísimos de esas manzanas, coloradas por un lado, blanquecinas y
doradas por el otro. El ardor le consumía poco a poco. La metamorfosis duró escasos minutos. Al cabo de ellos, de
Narciso no quedaba sino una rosa hermosísima, al borde de las aguas, que se seguía contemplando en el espejo
sutilísimo.
Todavía se cuenta que Narciso, antes de quedar transformado pudo exclamar: "¡Objeto vanamente amado...adiós...!" Y
Eco: "... adiós" cayendo enseguida en el césped rota de amor. Las náyades, sus hermanas, le lloraron amargamente
meneándose las doradas cabelleras. Las dríadas dejaron romperse en el aire sus lamentaciones. Pues bien: a los
llantos y a las lamentaciones contestaba Eco... cuyo cuerpo no se pudo encontrar. Y, sin embargo, por montes y valles,
en todas las partes del mundo, aún responde Eco a las últimas sílabas de toda la patética voz humana.
ACTIVIDAD
1.- ¿Por qué Eco es castigada por Juno?
2.- ¿Por qué Eco le desea el mal a Narciso?
3.- Escribe el significado, 3 sinónimos y 3 antónimos de las palabras subrayadas.
4.- Escribe en 5 líneas tus conclusiones en relación al mito (tema, mensaje, otros).
5.- En una tabla, escribe los personajes mitológicos a los que hace alusión el relato e indica quiénes eran.
4. GRUPO 4
MEDUSA
En épocas antiguas vivieron en el fondo del océano tres espantosas hermanas, hijas de un
monstruo marino. Dos de ellas eran inmortales. La tercera, en cambio, llamada Medusa, era
mortal. Y, justamente, por su mortalidad, quiso saber cómo vivían los otros mortales.
Se puso en camino en busca de los hombres y voló hacia Grecia, más exactamente hacia Atenas.
Medusa tenía un aspecto tan horrible, que quien la miraba quedaba petrificado de miedo.
Luego de la primera visita de Medusa, los hombres encontraron en las calles de Atenas una gran
fila de estatuas de mármol que hasta ese momento no habían existido. Pensaron que las
estatuas eran regalo de los dioses.
- ¡Dioses, les estamos agradecidos! –exclamaron los atenienses entusiasmados y arrastraron las estatuas hacia sus
jardines. Pero les sorprendió que las figuras de piedra llevaran puestos vestidos de tela. Pronto, algunos atenienses
echaron de menos a sus parientes que habían desaparecido sin dejar rastro. Los niños, llorando, buscaban a sus
padres y madres y los padres buscaban a sus hijos. Ya se imaginarán ustedes el espanto de estas personas cuando
encontraron petrificados a sus seres queridos.
Apareció un barbero con la cara pálida y arrastrándose en cuatro patas. Tanto miedo había tenido que las piernas le
temblaban y no podía caminar derecho.
- Gente –sollozo-, yo sé qué ha sucedido.
- ¿Qué pasó? Rápido, cuenta.
- Tengo que tranquilizarme primero. Yo la vi. La mujer, en lugar de cabello tiene culebras vivas en su cabeza. Tiene
lomo y piernas de caballo. Todos los que la miran, quedan convertidos en piedra.
- Sí, pero… ¿por qué escapaste tú con vida?
- Eso mismo trataré de explicarles: estaba afeitando a un cliente. El lado izquierdo ya estaba terminado. Así que giré su
cabeza hacia el otro lado, es decir, hacia la calle. Continué afeitándolo cuando noté que mi cliente se ponía cada vez
más rígido; ¡bajo mi cuchilla el hombre se estaba convirtiendo en piedra! Fue espantoso. Luego puse mi mirada en el
espejo y vi cómo la mujer con cabellos de serpiente cruzaba la calle. Y quien la miraba se petrificaba en el lugar. Creo
que me salvé porque solo la vi en el espejo. ¡Quien no me crea, que vaya a mi barbería! –exclamó mostrando su
navaja.
Un murmullo de espanto y miedo corría entre la multitud.
- Amigo –exclamó un hombre-, solamente Palas Atenea, la diosa protectora de nuestra ciudad, puede ayudarnos. Ella
nos regaló el árbol del olivo. Ahora tampoco nos va abandonar. Debemos llevarle ofrendas y orar en su templo. Toda
Atenas peregrinó hacia el templo de Palas Atenea.
- Gran diosa Atenea, sálvanos de la mujer con cabellos de serpientes.
Los atenienses oraron con tanto fervor que la diosa Atenea descendió del Olimpo y se hizo presente.
- Yo conozco a esa mujer. Ella se llama Medusa –dijo Atenea-. Atenienses vuelvan a sus casas y no se preocupen
más. Medusa no volverá por segunda vez.
Atenea volvió al Olimpo y buscó al héroe Perseo.
- Perseo –dijo ella-, tú eres el hijo de una princesa griega y tu padre es Zeus. Tengo una difícil misión, que solo tú
puedes realizar. Salva al pueblo de Atenas. Degüellaa Medusa. Del cadáver de Medusa saltará un caballo alado, que
responde al nombre de Pegaso. Pegaso puede volar y te servirá fielmente.
Este maravilloso caballo será tu recompensa.
_ ¿Dónde encuentro a Medusa?
_ Tienes que volar al otro lado del océano. Hermes, el mensajero de los dioses, te prestará un par de sandalias aladas.
¡Ah!, y otra cosa. Cerca del monstruo viven tres ninfas que odian a Medusa y te ayudarán a matarla. Ahora vete y
demuestra que eres un hijo del gran Zeus.
Con las sandalias aladas de Hermes en sus pies, Perseo encontró en pocas horas a las tres ninfas.
La primera ninfa le entregó un sombrero: “Este es tu camuflaje. Si te lo pones en la cabeza, entonces serás invisible”.
La segunda ninfa le dio una espada: “Esta espada está hecha del metal más fuerte que hay. Solo con esta arma podrás
degollar a Medusa”.
La tercera le dio un costal: “Este es para la cabeza de Medusa –exclamó-. No olvides que nunca debes mirar su
cabeza, pues Medusa, una vez muerta, también te puede transformar en piedra”.
No bien se había despedido Perseo de las ninfas, cuando Atenea se le presentó.
-Tú, héroe –dijo la diosa-, toma este escudo resplandeciente. Lo necesitarás. Tómalo en la mano y ve tras Medusa.
Mírala solamente a través de su imagen en el escudo. Su reflejo es inofensivo.
En una playa del océano, Perseo encontró a las tres espantosas hermanas. Se puso al acecho con sus increíbles
armas y esperó pacientemente a que tomaran una siesta. Se camufló con un sombrero y se alistó tras Medusa. Con su
escudo resplandeciente podía observar al monstruo sin peligro. De un golpe le cortó la cabeza y rápidamente la puso
en el costal. Solo entonces se quitó el sombrero, con lo cual se levantó su manto de invisibilidad. Luego sucedió el
prodigio que Palas Atenea había predicho, del cadáver sangrante de Medusa se irguió Pegaso, un fantástico caballo
blanco con poderosas alas. Relinchando, se arrodilló el animal ante su libertador.
Perseo se sentó sobre el lomo del caballo y voló lejos. Él conserva el costal con la cabeza de Medusa en un cuarto
secreto de su castillo. Cuando los enemigos atacan su reino, cabalga solo hacia su encuentro: en la mano lleva el
costal con la cabeza de Medusa. Mientras él mismo mira hacia un lado, les muestra a los guerreros enemigos la cabeza
de Medusa y ellos se petrifican en el lugar. Es cierto que Medusa está muerta, pero su mirada aún deja a incontables
hombres convertidos en piedra. Es por esta razón que había tantas estatuas de mármol en la antigua Grecia. Tantas,
que aún hoy los museos están llenas de ellas.
5. ACTIVIDAD
1.- ¿Qué hacía a Medusa ser diferente de sus hermanas? ¿Cómo era Medusa?
2.- ¿Qué le regalaron las ninfas a Perseo para enfrentar a Medusa? ¿Para qué le servía cada regalo? Explica.
3.- Escribe el significado, 3 sinónimos y 3 antónimos de las palabras subrayadas.
4.- Escribe en 5 líneas tus conclusiones en relación al mito (tema, mensaje, otros).
5.- En una tabla, escribe los personajes mitológicos a los que hace alusión el relato e indica quiénes eran.
6. GRUPO 5
Aracne
Aracne es hija de Idmón un tintorero y nació en Lidia. La joven era muy
famosa por tener gran habilidad para el tejido y el bordado.
Cuenta la leyenda que hasta las ninfas del campo acudían para admirar
sus hermosos trabajos en tales artes. Tanto llegó a crecer su prestigio y
popularidad que se creía que era discípula de Atenea (diosa de la
sabiduría y de las hiladoras).
Aracne era muy habilidosa y hermosa, pero tenía un gran defecto: era
demasiado orgullosa. Ella quería que su arte fuera grande por su propio
mérito y no quería deberle sus habilidades y triunfos a nadie. Por eso,
en un momento de inconciencia, retó a la diosa, quien por supuesto
aceptó el reto. Primero, se le apareció a la joven en forma de anciana y
le advirtió que se comportará mejor con la diosa y le aconsejó
modestia. Aracne, orgullosa e insolente desoyó los consejos de la
anciana y le respondió con insultos. Atenea montó en cólera, se
descubrió ante la atrevida jovencita y la competencia inició.
En el tapiz de la diosa, mágicamente bordado se veían los doce dioses principales del Olimpo en toda su
grandeza y majestad. Además, para advertir a la muchacha, mostró cuatro episodios ejemplificando las
terribles derrotas que sufrían los humanos que desafiaban a los dioses. Por su parte, Aracne representó los
amoríos deshonrosos de los dioses, como el de Zeus y Europa, Zeus y Dánae, entre muchos más. La obra
era perfecta, pero Palas encolerizada por el insulto hecho a los dioses, tomó su lanza, rompió el maravilloso
tapiz y le dio un golpe a la joven. Esta sin comprender, se siente totalmente humillada y deshonrada, por lo
que enloquece y termina por ahorcarse.
Sin embargo, Palas Atenea no permitió que muriera sino que la convirtió en una araña, para que continuara
tejiendo por la eternidad.
ACTIVIDAD
1.- ¿Cómo era Aracne? Descríbela
2.- ¿Por qué crees que Atenea no la deja morir? Explica.
3.- Escribe el significado, 3 sinónimos y 3 antónimos de las palabras subrayadas.
4.- Escribe en 5 líneas tus conclusiones en relación al mito (tema, mensaje, otros).
5.- En una tabla, escribe los personajes mitológicos a los que hace alusión el relato e indica quiénes eran.
7. GRUPO 6
Apolo Y Daphne
Apolo, el dios del sol y de la música, siendo él un gran cazador, quiso matar a
la temible serpiente Pitón que se escondía en el monte Parrnaso. Habiéndola
herido con sus flechas, la siguió, moribunda en su huida hacía el templo de
Delfos. Allí acabó con ella mediante varios disparos de sus flechas.
Delfos era un lugar sagrado donde se pronunciaban los oráculos de la Madre
Tierra. Hasta los dioses consultaban el oráculo y se sintieron ofendidos de que
allí se hubiera cometido un asesinato. Querían que Apolo reparase de algún
modo lo que había hecho, pero Apolo reclamó Delfos para sí. Se apoderó del
oráculo y fundó unos juegos anuales que debían celebrarse en un gran
anfiteatro, en la colina que había junto al templo.
Orgulloso Apolo de la victoria conseguida sobre la serpiente Pitón, se atrevió a
burlarse del dios Eros por llevar arco y flechas siendo tan niño:
- ¿Qué haces, joven afeminado -le dijo-, con esas armas? Solo mis hombros son dignos de llevarlas. Acabo
de matar a la serpiente Pitón, cuyo enorme cuerpo cubría muchas yugadasde tierra. Confórmate con que
tus flechas hieran a gente enamoradiza y no quieras competir conmigo.
Irritado, Eros se vengó disparándole una flecha, que le hizo enamorarse locamente de la ninfa Daphne, hija
de la Tierra y del río Ladón o del río tesalio Peneo, mientras a esta le disparó otra flecha que le hizo odiar el
amor y especialmente el de Apolo.
Apolo la persiguió y cuando iba a darle alcance, Daphne pidió ayuda a su padre, el ríoPeneo de Tesalia, el
cual la transformó en laurel. Apenas había concluido la súplica, cuando todos los miembros se le
entorpecen: sus entrañas se cubren de una tierna corteza, los cabellos se convierten en hojas, los brazos
en ramas, los pies, que eran antes tan ligeros, se transforman en retorcidas raíces, ocupa finalmente el
rostro la altura y solo queda en ella la belleza.
Este nuevo árbol es, no obstante, el objeto del amor de Apolo, y puesta su mano derecha en el tronco,
advierte que aún palpita el corazón de su amada dentro de la nueva corteza, y abrazando las ramas como
miembros de su cariño, besa aquel árbol que parece rechazar sus besos. Por último le dice:
- Pues veo que ya no puedes ser mi esposa, al menos serás un árbol consagrado a mi deidad. Mis cabellos,
mi lira y aljaba se adornarán de laureles. Tú ceñirás las sienes de los alegres capitanes cuando elalborozo
publique su triunfo y suban al capitolio con los despojos que hayan ganado a sus enemigos. Serás
fidelísima guardia de las puertas de los emperadores, cubriendo con tus ramas la encina que está en
medio, y así como mis cabellos se conservan en su estado juvenil, tus hojas permanecerán siempre verdes.
ACTIVIDAD
1.- ¿Cómo era Apolo? Descríbelo
2.- ¿Qué opinión te merece la actitud de Eros? Explica
3.- Escribe el significado, 3 sinónimos y 3 antónimos de las palabras subrayadas.
4.- Escribe en 5 líneas tus conclusiones en relación al mito (tema, mensaje, otros).
5.- En una tabla, escribe los personajes mitológicos a los que hace alusión el relato e indica quiénes eran.