1. UNIVERSIDAD NACIONAL EXPERIMENTAL
“ROMULO GALLEGOS”
DECANATO DE POSTGRADO
DOCTORADO EN CIENCIAS DE LA EDUCACIÓN
RETOS DELA EDUCACIÓN UNIVERSITARIA EN VENEZUELA EN LA
PERSPECTIVA DE LOS DESAFIOS A ENFRENTAR EN UNA
SOCIEDAD DEL CONOCIMIENTO
Facilitadora: Participante:
Dra. Feryeny Padrino Wilmer Escorche
Valle de la Pascua, Mayo de 2012
2. INTRODUCCIÓN
La educación universitaria tiene entre sus funciones la creación,
transmisión y difusión del conocimiento. Si el conocimiento, ocupa hoy en día
un lugar central en los procesos que configuran la sociedad contemporánea,
las instituciones que trabajan con y sobre el conocimiento participan también
de esa centralidad. Esta consideración ha llevado a un análisis de las
relaciones entre las instituciones de educación superior y la sociedad,
estableciendo la relevancia del papel estratégico de la educación superior en
la perspectiva de los desafíos en una sociedad del conocimiento.
La educación superior tiene una importancia estratégica en la
sociedad contemporánea para la construcción del futuro dado el alcance y el
ritmo de las transformaciones, la sociedad cada vez tiende más a fundarse
en el conocimiento, razón de que la educación superior forme hoy en día
parte fundamental del desarrollo cultural, socioeconómico y ecológicamente
sostenible de los individuos, las comunidades y las naciones. Por
consiguiente, y dado que tiene que hacer frente a imponentes desafíos, la
propia educación superior ha de emprender la transformación y la renovación
más radical que jamás haya tenido por delante, de forma que la sociedad
contemporánea, que en la actualidad vive una profunda crisis de valores,
pueda trascender las consideraciones meramente económicas y asumir
dimensiones de moralidad y espiritualidad más arraigadas.
Palabras claves: Educación universitaria, sociedad del conocimiento
3. RETOS DE LA EDUCACIÓN UNIVERSITARIA EN VENEZUELA EN LA
PERSPECTIVA DE LOS DESAFIOS A ENFRENTAR EN UNA SOCIEDAD
DEL CONOCIMIENTO
La sociedad se encuentra en una época de cambios donde se
destacan los conceptos de globalización, integración y competitividad,
los cuales generan características concretas como la solución de los
límites y fronteras políticas, el acercamiento de culturas y costumbres,
su adaptación y asimilación en nuevos contextos, así como la
velocidad de transmisión de conocimientos de toda índole en el
quehacer de la educación superior.
Es por ello que, los cambios suceden a nivel global y los que
tienen lugar en las formaciones sociales nacionales, han hecho
obligante repensar la docencia universitaria con la finalidad de formar
profesionales de mayor competencia y confianza y sobre todo
efectividad en el ejercicio de sus funciones.
En este orden de ideas y de acuerdo a lo planteado por Bottíni
(2002), cuando señala que
Es evidente la presencia de una educación universitaria
colapsada debido a la deficiente preparación técnica, científica,
epistemológica y axiológica de la gran mayoría de los recursos
humanos. En consecuencia, se plantea el imperativo de
reflexionar sobre la importancia de la educación como elemento
clave para incrementar la productividad, abatir la pobreza, lograr
una distribución más equitativa de los bienes y servicios que la
sociedad genera y, por ende, elevar la calidad de los procesos
comunicacionales, los cuales definen el progreso y desarrollo de
las economías, las riquezas y todos los recursos provenientes
del esfuerzo mancomunado en las comunidades (p. 52)
Por ello, se afirma que la principal riqueza de una nación radica en
los niveles de conocimiento de la gente. Desde esta visión, la riqueza
de un país no depende de su materia prima, sino de la formación de
sus recursos humanos. Sobre la base de esta afirmación, Drucker,
4. (2002), sostiene que “el verdadero recurso dominante y factor de
producción absolutamente decisivo no es ya ni el capital, ni la tierra, ni
el trabajo, es el conocimiento” (p.96). Con respecto a lo señalado, es
propicio considerar que si se quiere consolidar un desarrollo
sostenible, cuya plataforma sea la educación, para no qu edarse al
margen del progreso es indispensable orientar la educación con
criterios morales, humanísticos, sin perder el horizonte científico y
tecnológico.
Bajo ésta perspectiva, la educación estimula y motiva la producción
de conocimientos, los cuales deben transmitirse de una generación a
otra. No obstante, comunicar y actualizar los productos cognoscitivos,
no es suficiente, ya que es imprescindible, que las generaciones
sean capaces de prever el futuro. Para lograr esto al ritmo que
evoluciona el mundo se requiere una educación integradora,
constructiva, con una función social y altamente didáctica con apoyo
de una comunicación eficaz para que el conocimiento sea compartido,
socializado y aprovechado.
Por consiguiente, en el contexto actual de la sociedad del
conocimiento y con los retos a los que la educación superior debe
enfrentarse en los próximos tiempos, las universidades deben tener
muy claro cuál debe ser su modelo de presencia en los nuevos
escenarios. Debe embarcarse en un proceso cultural de cambio
permanente que le permita incorporar los nuevos paradigmas
tecnológicos y organizativos en el diseño de su oferta de servicios,
mediante el uso de los instrumentos, el diseño de las estructuras y la
gestión de las alianzas que sean más adecuados y que la conviertan
en una universidad centrada en el cliente y orientada al servicio, en la
vía del rediseño continuo o de la transformación de sus procesos de
negocio, aprendiendo a involucrar a toda la organización en la gestión
5. del impacto que ello va a suponer y para contrarrestar los efectos de
exclusión social que el uso de la tecnología va a generar.
Si se aspira a que las instituciones educativas universitarias sean
exitosas, es necesario un cambio en el modelo de gestión institucional,
que inicie con el reconocimiento de la escuela como una organización
y que, como tal, requiere autonomía y asistencia externa para el logro
de sus objetivos.
Cabe destacar, que el objetivo pedagógico central ya no es formar
técnicos especializados para los diferentes sectores laborales, sino
individuos adaptables y críticos frente a las propuestas de
transformación de un mundo diferente, capaces de comprender y
organizar la complejidad de la información, que integren en su cultura
los nuevos conocimientos pero también el impacto ético, social y
ambiental que producen los mismos. Que utilicen y generen nuevas
formas de comunicación, que puedan asumir responsablemente las
nuevas opciones planteadas por la realidad en el marco de la
pluralidad conceptual.
De este modo, el aprendizaje concebido como una acumulación
cuantitativa y estratificada de la información será desplazado por la
dinámica de generación del conocimiento. Deberá entonces crearse
una pedagogía que estimule el desarrollo de las cap acidades
creativas, más que una acumulación informativa. En lugar de
organizarse bajo el modelo de jerarquías acumulativas, la nueva
educación universitaria se orientará hacia la creación de redes donde
el aprendizaje se organice en espacios modulares, pre senciales y
virtuales, en forma interactiva, a lo largo de toda la vida, por medio del
intercambio y la cooperación, de la circulación horizontal de las ideas
y del conocimiento.
Por tanto, la sensación de caos, de complejidad, las
contradicciones, que parecen dominar el pensamiento de las
6. sociedades revela la crisis de los métodos utilizados para conocer y
transformar el mundo, jerarquizados, rígidos, carentes de pluralidad
analítica y contenido creativo. El manejo de la complejidad se
simplificará con el desarrollo de una nueva metodología que enseñe a
conocer. No solamente habrá que modificar los contenidos de los
programas de estudio sino replantearse la utilidad de razonar y de
aprender. Habrá que descubrir la lógica multidisciplinaria de los
nuevos procesos, reducir la dimensión de la complejidad para ejercer
la posibilidad de elegir.
Bajo esta perspectiva, la sociedad emergente desarrolla y valora el
conocimiento más que las máquinas, limitadas por el espacio físico y
el valor energético del sistema que las contiene. La máquina-
herramienta concebida como una extensión humana limita en la
sociedad de mercado la multipotencialidad del sujeto y su inteligencia
creativa, donde unos pocos crean para que la mayoría consuma.
Por último, es conveniente destacar, que las comunicaciones
constituyen el núcleo de esta sociedad y muestran la necesidad de
aprender a trabajar en grupo, en cooperación, en red, aprender a vivir
en esa nueva forma de materialidad. El aprendizaje de la solidaridad,
el análisis del pensamiento grupal, de la tolerancia, de la negociación,
parece ser las claves operativas para la sociedad naciente. Las
nuevas tecnologías de la comunicación pueden ser un eficaz
instrumento de democratización y de fomento de la actividad
intelectual pero hay que darles contenido, no basta con llenar de
páginas en inglés los buzones informáticos de los países del sur. Hay
que identificar y comunicar los problemas con el fin de estimular la
participación y el desarrollo de alternativas sociales, uti lizar las nuevas
tecnologías para desarrollar eficaces políticas educativas
universitarias.