2. Apreciación global Anualmente, Vodafone celebra una convención para su unidad de negocio de empresa. En este tipo de actos, de naturaleza corporativa solemne, se presentan los nuevos planes de negocio y se repasan las cifras obtenidas en el pasado ejercicio. Como en todo evento corporativo, se refuerza el orgullo de pertenencia y la identificación con la marca. Esto último cobra una relevancia fundamental porque muchos de los comerciales no forman parte de la plantilla de Vodafone, sino que son empleados de concesiones de la marca que, de no estar satisfechos con el operador, podrían perfectamente pasarse a la competencia. Así, todas las convenciones cierran sus contenidos con mensajes de unidad e identificación con Vodafone, dándoles a entender que, aunque no sean parte directa de la plantilla, son miembros más de la “familia”. Existe, además, una barrera polémica, pues las cuentas más importantes de la compañía, generalmente, se encargan a comerciales en nómina de la propia Vodafone. Esta situación interna se da, además, en un mercado de alta competitividad, donde los operadores están constantemente lanzando nuevos productos al mercado. Junto al orgullo corporativo, hay que convencer a los asistentes de los propios productos y servicios que ofrece la compañía que, en el fondo, tampoco se diferencian demasiado de lo que pueda ofrecer la competencia. En el mercado de las telecomunicaciones no hay segundo puesto, así que la fe en la compañía y la identificación con la marca son el pilar de estas convenciones anuales. La reunión de 2007 se encontró con un problema que parecía no tener solución. Hasta ahora, cualquier temática genérica soportaba un mensaje de orgullo y motivación. Si a eso le añadíamos un buen hotel y una barra libre, se capeaba la reunión de una forma solvente. Un clásico para estas reuniones era identificarse con el exitoso patrocinio de la F1 que, de la mano de Ferrari y Michael Schumacher, siempre daba alegrías a Vodafone. Todo se presentaba a las mil maravillas al haberse pasado el patrocinio al equipo McLaren, donde ese año corría el héroe español Fernando Alonso, flamante bicampeón del mundo. Todo pintaba a las mil maravillas y Vodafone España se frotaba las manos con la imagen del piloto asturiano. Pero no resultó
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6. Descripción de la estrategia instrumentada (máximo 4 placas) Todo cuanto sabían los 750 invitados a la convención anual de ventas de la Unidad de Negocio de Empresa de Vodafone era que se celebraría en la ciudad gallega de A Coruña. Uno de los focos urbanos de la comunidad, todo cuanto podía predecirse por las sobrias comunicaciones previas era que al aterrizar por la mañana,a cudirían a uno de los auditorios de la ciudad y de allí a una cena de gala y a un buen hotel. Ante su sorpresa, los autobuses que recogieron a los invitados se alejaban del casco urbano. Comenzaban a tomar carreteras secundarias y se adentraban en los frondosos bosques gallegos, parajes de mil y una leyendas de origen celta. Tras un viaje en el que nadie sabía el destino final, los autobuses pararon en mitad de un claro del bosque, uno de los famosos “pazos” gallegos, donde se había recontruido un poblado medieval gallego. Al bajar de los autobuses, un grupo de gaiteros tradicionales recibía a los invitados a este peculiar poblado. Por ningún lado se veía un auditorio ni las monótonas salas de formación y conferencias. Como si de una película surrealista se tratara, poco a poco iban adentrándose en el poblado… que no estaba deshabitado. La imagen de Vodafone, como banderas tradicionales, era la única referencia que les recordaba que se trataba de un acto coporativo. En las medievales contrucciones, todo tipo de artesanos desarrollaban su día a día, maestros que habían sido bsucados y escogidos por la organización por los pueblos más tradicionales de estos páramos. Los habitantes invitaban a los recién llegados a que no sólo contemplaran su arte, sino que también probaran ellos mismo a realizar una obra de orfebrería, cestería… todo tipo de manualidades de origen medieval. Entonces, unas voces gruesas y divertidas invitaban a un nuevo espacio a los presentes. Unas rollizas y simpáticas cocineras guisaban en herramientas medievales los más clásicos platos de la gastronomía gallega. Nuestro sinvitados habían retrocedido cinco siglos en el tiempo. Una voz misteriosa pasó entonces a invitarles al claro en mitad del bosque. Allí, un inmenso despliegue de sillerías en madera rústica se había dispuesto ante una estructura de plataforma básica, rodeada por el verde follaje colindante. Éste era nuestro auditorio. Tapado por ramas, se reveló la pantalla de proyección para la reunión plenaria. Era el momento de comenzar con la reunión coporativa… y
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8. Objetivos alcanzados (máximo 3 placas ) La política interna de privacidad de Vodafone no nos concede acceso al feed-back desarrollado por la compañía tras la convención al haber un gran número de asistentes que eran empleados de concesionarios y no de la propia compañía. En cualquier caso, las encuestas de satisfacción fueron interpretadas por el departamento de Imagen y Marca como “extraordinarias” y el mismo equipo de la organización preparó tres reuniones internas adicionales para Vodafone en tan solo dos meses. Desde Septiembre de 2007 hasta finales de año, el número de concesionarios que había cambiado de operados había sido el más bajo (es una rotación natural del mercado) en muchos años, algo impensable poco antes del evento dado el contexto que rodeaba a la compañía en esos días. En la actualidad, Global Events se encuentra organizando la convención anual de 2008 de su unidad de particulares, mejro signo imposible de la la confianza que la multinacional deposita en los organizadores. La naturaleza del acto, exclusivamente destinada a motivación no nos permite manejas cifras económicas en términos de ROI y efectos comerciales cuantificables.