2. La necesidad de desmitificar la profesión
técnica, mal vista en la sociedad, y cuya
elección por los jóvenes es vista como
segunda opción, frente a la privilegiada
educación universitaria, cuando se sabe
que el 46% de esos profesionales egresados
de universidades no encuentran trabajo, y
el 84% se dieron cuenta que no escogieron
la carrera seguida, según el Banco Mundial
3. las La educación técnica no está valorada porque
existe la desconexión necesidades de los sectores
productivos, lo que causa frustración en las empresas
que se ven obligadas a formar sus propias escuelas;
por la concepción disminuida de la formación técnica
en la sociedad y porque se le considera de menos
valor que el universitario; también porque no permite
a los técnicos fluir a etapas superiores de educación,
lo que origina un desaliento natural.
Este enfoque fue traído a colación, a propósito de la
preocupación de los sectores productivos por la
escasez de técnicos que hagan mejorar la
productividad y la competitividad.
4. El desempleo juvenil (entre 14 y 24 años) es muy alto, cercano al
10%; es preocupante porque es una juventud que, por primera vez,
está buscando empleo. Mientras en los países europeos se está a
favor de los técnicos, en una relación de 4 a 1, en el Perú, hay cuatro
ingenieros por un técnico. Se debe buscar cambios en el mercado
laboral, cambios tecnológicos y cambios en las personas, de manera
que, a partir de esos cambios, debe concebirse una educación
tecnológica que lleve a las empresas productividad y competitividad,
de ligar al profesional técnico con el mundo empresarial; las once mil
ocupaciones humanas, apenas el 2% está constituida por directores,
gerentes, científicos e intelectuales, frente a la amplísima mayoría
ubicada en las nueve grupos ocupacionales. Brindar una educación
popular a través de una educación de calidad, una educación con
valores para que sus alumnos sean ciudadanos honestos