Los primeros años de vida de un niño son fundamentales para detectar posibles alteraciones en su habla como la tartamudez. Si se detecta tempranamente, se puede evitar que se instale y lograr controlarla modificando o reduciendo los síntomas. La detección y tratamiento tempranos son clave para prevenir un desarrollo persistente de la disfluencia.
1. La tartamudez se manifiesta como una alteración de la fluidez del
habla, es decir que la continuidad, la facilidad y la velocidad se ven
afectadas. Actualmente también es denominada Disfluencia.
Las repeticiones de sonidos, sílabas o palabras como así también las
prolongaciones y los bloqueos antes de comenzar una emisión, son
características. Dicha sintomatología suele estar acompañada de
tensión muscular, así como por movimientos que comprometen
diferentes partes del cuerpo del individuo.
El 1% de la población mundial presenta dicha sintomatología
independientemente del nivel socio-cultural y la ubicación geográfica.
Todos comparten las mismas dudas, desafíos y expectativas.
Se observa más frecuentemente en hombres que en mujeres. Su inicio
puede darse a partir de los 18 meses, aunque es más frecuente
descubrirla entre los 2 y 5 años. Poder detectarla en una primera
instancia permite un mejor pronóstico, evitando de esta manera, su
posible desarrollo.
Es involuntaria e impredecible. Su característica cíclica juega un
papel importante. Ninguna persona disfluente sabe de antemano
cuándo ni cómo podrá manifestarse. Su frecuencia y su severidad
pueden fluctuar día a día. Son los intentos de controlar a la tartamudez
los que generalmente la hacen más severa.
Muchas veces la Disfluencia puede esconderse, y así pueden aparecen
las conductas de evitación junto a los pensamientos y sentimientos
negativos en relación al habla. El haber experimentado situaciones
incómodas al hablar pueden dejar una huella temida, que comienza a
condicionar las situaciones comunicativas.
La Disfluencia no es una enfermedad ni tampoco se origina por
imitación.
Si bien hay conocimiento sobre una importante predisposición genética
existen evidencias que los genes por sí solos no podrían manifestarla.
Probablemente son algunos factores emocionales, ambientales,
sociales, cognitivos y lingüísticos que favorecen su aparición y su
desarrollo. Estos no deben ser tomados como una pieza única si se
quiere plantear un correcto abordaje, sino tener en cuenta que todas
entran en juego de manera particular en cada persona. Una mirada
Multidimensional permite obtener un panorama amplio y acorde a las
2. necesidades de cada persona disfluente.
info@latartamudez.com.ar | Av. Santa Fe 1845 5°D . CABA | (54) 11. 4814.3584
Los primeros años de vida de un niño son fundamentales en su
evolución. La Disfluencia no se encuentra ajena a este período.
Actualmente se sabe que en estos primeros años la disfluencia puede
aparecer a veces esporádicamente y otras, con mayor constancia o
frecuencia, fluctuando su severidad.
Existen evidencias científicas que demuestran que si la Disfluencia es
abordada desde su inicio puede modificarse, reducirse o hasta
desaparecer.
La Disfluencia no debe ESPERAR para ser tratada, puede no ser
pasajera ni deberse a un periodo emocional como se creía. Cuanto
mayor es el tiempo de evolución desde su inicio, mayores son las
probabilidades de que se convierta en una dificultad persistente.
NO existen recetas ni un diagnóstico común a todos los disfluentes,
cada caso es único.
La persona que tartamudea merece el apoyo de todas las personas que
comparten su día a día. Los padres juegan un papel fundamental y
cuantos más conocimientos posean sobre la Disfluencia sumado a un
pronto abordaje, mayor es la posibilidad de lograr gradualmente un
ambiente comunicativo favorable para su hijo.
Para lograr una dinámica familiar que contribuya a la fluidez, se deben
tener en cuenta las siguientes recomendaciones:
• Al hablar, intente sostener la mirada hacia la persona disfluente y no
manifieste comentarios sobre la forma de hablar. Valorar el contenido
de su mensaje es nuestro objetivo.
• Los comentarios y expresiones sobre la calidad del habla no
favorecen a la disfluencia. Debemos recordar que es cíclica e
involuntaria.
3. • La mejor forma de ayudarlo es darle tiempo. Tiempo para expresar
su mensaje. Tiempo para terminar las emisiones. Interrumpir,
completar expresiones o pedirle que se tranquilice no hacen más que
aumentar la tensión a la hora de hablar.
• Los adultos somos el modelo comunicativo de los niños. Alcanzar un
habla más relajada, sin presiones, con pausas adecuadas y respetando
los turnos para hablar lograrán favorecer la atmósfera comunicativa.
Los primeros años en la evolución del niño, son
elementales para detectar posibles alteraciones en su
habla. Si estamos atentos, podremos evitar que la
disfluencia se instale y lograr controlarla.
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Cuando una persona tartamudea, su desempeño académico y su vida social
pueden verse afectados. Es común que la persona evite determinadas
palabras, personas y situaciones, para no tartamudear. A largo plazo, esto
puede afectar negativamente su autoestima; e interferir con los aspectos
socio-emocionales, educativos, y profesionales de su vida.
Mirar ampliamente a la disfluencia permitirá Modificar y Controlar el aspecto
motor del habla buscando moldear Actitudes Internas y Profundas de cada
individuo que se despliegan en cada interacción comunicativa.
A la hora de su abordaje, será fundamental conocer en profundidad y
desmenuzar cada una de las piezas que integran la disfluencia y la
interrelación entre ellas. Poder valorar cada una de ellas establecerá el perfil
único que posee cada persona disfluente.
Frustración, impotencia, vergüenza, temor, miedo… son sentimientos que se
generan al no poder comunicar. Acompañan las situaciones cotidianas y
muchas veces limitan elecciones y deseos. Minimizar este aspecto de la
disfluencia provocará que otros logros adquiridos puedan desestabilizarse.
Un correcto abordaje desde una mirada Multidimensional logrará alcanzar un
control motor del habla a través de estrategias comunicativas.
4. Profundizar en la naturaleza de la Disfluencia propia de cada persona logrará
la armonía entre sus sentimientos y la comunicación, permitiendo vencer
barreras que quitaban libertad a las palabras.