1. El trabajo en el aula debe partir siempre de una valoración inicial en la que identifiquemos las necesidades
del grupo / clase y las necesidades de nuestros alumnos, teniendo especial consideración a aquellos que
presentan necesidades educativas especiales, como puede ser el caso de alumnos con TDAH.
Es importante que en estos casos contemos con información acerca del trastorno, de modo que, evitando la
generalización y teniendo siempre en cuenta las peculiaridades y necesidades individuales de cada alumno,
nos pueda ayudar a crear una intervención individualizada. En este sentido, debemos tener en cuenta una
serie de factores de éxito en el aula, que sean flexibles y varíen en cada caso individual, pero que nos sirvan
de guía.
A. En cuanto al resto de profesionales y familia:
Detección precoz de las dificultades.
Evaluación adecuada y conocida por todos los profesionales que están en contacto con el alumno.
Coordinación entre profesionales para la valoración de las dificultades, crear un modelo de intervención
ajustado (adaptación curricular individualizada), y en el seguimiento del alumno.
Coordinación con la familia en la valoración de las dificultades, para crear un modelo de intervención
ajustado, y coordinación e intervención con la familia durante el proceso de aprendizaje (dificultades
encontradas, pautas a seguir en casa…)
B. En cuanto al grupo / clase:
Trabajo de habilidades sociales, conocimiento de los otros, empatía.
Organizar el espacio para favorecer la atención y no distracción del alumno con TDAH: en primera fila, con
estímulos visuales que no sean necesarios en ese momento fuera de su campo visual (por ejemplo, murales
en el fondo de la clase),
Ambiente estructurado: crear una rutina en las sesiones beneficiará que el alumno pueda “engancharse”
en cualquier momento y facilite la comprensión de lo que se está haciendo a cada momento.
Favorecer el aprendizaje por experimentación y evitar largas explicaciones, haciendo uso de apoyos
visuales y elementos manipulativos, así como de las TIC.
Alumno – tutor que pueda ayudarle a estructurar su tarea y a trabajar las dificultades de modo natural.
Crear unas pautas de trabajo y normas de comportamiento conocidas por todos, claras y al alcance de
todos.
C. En cuanto al alumno:
Optimización de los recursos (personales, materiales, espaciales, temporales). Por ejemplo, crear el horario
de apoyo PT teniendo en cuenta su curva de fatiga y los momentos en los que su atención es mayor.
Trabajar el desarrollo de habilidades en las que los alumnos con TDAH presentan mayor dificultad:
atención sostenida, memoria, discriminación de los elementos importantes de los secundarios o
irrelevantes, capacidad de síntesis, estructuración de la tarea.
Favorecer un adecuado desarrollo de su autoconcepto, evitando la frustración y partiendo de elementos
motivadores que ayuden a obtener éxito en su proceso de aprendizaje.
Uso de técnicas y estrategias específicas: economía de fichas, programa de modificación de conducta si
fuera necesario, fraccionar sus tareas, dirigir su aprendizaje de modo que siempre obtenga éxito, refuerzo
positivo, asignación de tareas que requieran cierta responsabilidad y permitan la movilidad del alumno en
momentos de inquietud motora.