El documento resume la historia y características del barrio del Albayzín en Granada. Explica que el Albayzín se comenzó a poblar en la época ibera y romana, y que los árabes establecieron dos núcleos principales tras la conquista en el siglo VIII: el Albayzín y la Alhambra. Destaca que el Albayzín mantuvo su trama urbana del periodo nazarí, con calles estrechas y casas tradicionales llamadas "carmenes". Finalmente, enfatiza que
1. El Albayzín, aproximación miscelánea
Historia
Se comenzó a poblar en época ibera, y existió poblamiento disperso romano. No hay
datos de asentamiento islámico anterior a la llegada de los ziríes, por lo que se supone que
la ciudad se abandonó desde el final del imperio romano hasta la fundación del reino zirí
(1013) que fue cuando se rodeó de murallas (Alcazaba Cadima). Según algunos
lingüistas debe su nombre actual a los pobladores de la ciudad de Baeza que, desterrados
de ella tras la batalla de las Navas de Tolosa, se asentaron en esta zona de Granada
fuera de las murallas existentes. Otros lingüistas aseguran que el topónimo viene del
árabe al-bayyāzīn (en su pronunciación granadina con imela, al-bayyīzīn), que significa
[el arrabal de] los halconeros. Sin embargo, el hecho de que en Andalucía existan muchos
Alhama de
otros barrios con ese nombre, en
Granada, Salobreña y Huéneja (Granada), Antequera y Villanueva de Algaidas
(Málaga), Baena (Córdoba), Porcuna y Sabiote (Jaén), y Constantina (Sevilla), según la
Junta de Andalucía, pone muy en duda esa tesis. También existen barrios con esta
denominación en otras partes de España, como en Campo de Criptana (Ciudad Real),
fruto de la expulsión de los moriscos tras la Rebelión de las Alpujarras o en Pastrana
(Guadalajara), barrio éste creado por Doña Ana de Éboli, para acoger a los moriscos del
reino de Granada.
Lo cierto es que albaicín indica siempre un barrio en altura y con un poblamiento peculiar
desvinculado del resto de la ciudad.
El hecho de que en el siglo XXI este barrio no sea propiamente un arrabal no significa
que en la Edad Media no fuera considerado como tal.
Constituye uno de los núcleos antiguos de Granada, junto con la Alhambra, el Realejo y
el Arrabal de Bib-Rambla, en la parte llana de la ciudad.
Antes de la llegada de los árabes a la península Ibérica, en lo que hoy es la ciudad de
Granada y sus alrededores existían tres pequeñas poblaciones:
Iliberis (Elvira), en lo que después se llamó Albaicín y Alcazaba.
Castilia, cerca del actual pueblo de Atarfe.
Garnata, en la colina frente a la Alcazaba, que era más bien un barrio de Iliberis.
Sin embargo,tras estos enunciados clásicos,la investigación arqueológica actual,sitúa
Madinat Ilbira en Atarfe hasta el siglo XI que se traslada la ciudad al Albaicín tras la
caída del califato y la situación de inseguridad que genera. Los habitantes de Ilbira se
someten como clientes a los Banu Sinhaya y a los banu Ziríes y se decide el traslado de la
capital de la Cora de Elvira a la colina del Albaicín
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2. El Albayzín, aproximación miscelánea
En el 756 ya están los árabes en la península. Es la época del Emirato Independiente. La
población árabe se manifiesta en dos núcleos:
Vista del Albaicín desde la Alhambra
El Albaicín
La Alhambra
Este barrio tuvo su mayor influencia en la época de los Nazaríes
El Albaicín mantiene la trama urbana del periodo nazarí, con calles estrechas, en una
intrincada red que se extiende desde la parte más alta (S. Nicolás) hasta el curso del Río
Darro y de la calle Elvira, que se encuentran en Plaza Nueva.
El tipo tradicional de vivienda es el carmen, compuesto por una vivienda exenta rodeada
por un alto muro que la separa de la calle y que incluye un pequeño huerto o jardín.
Fue característico de dicho barrio la canalización y distribución del agua potable a través
de aljibes; en total se han podido constatar unos 28; de los cuales, una gran mayoría
siguen aún en uso.
El Albaicín fue declarado patrimonio de la Humanidad por la Unesco.
Arquitectura
En el Albaicín se encuentran numerosos
monumentos y conjuntos monumentales de
distintas épocas, fundamentalmente
Nazaritas y renacentistas:
Muralla Ziri, de la Alcazaba Cadima.
Arco de las Pesas o Puerta Nueva
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3. El Albayzín, aproximación miscelánea
Muralla Nazarí, Puerta de Fajalauza, Torres de la Alhacaba, Puerta
Monaita, Puerta de Elvira.
Iglesia de El Salvador (antigua mezquita mayor), S. Cristóbal, S. Miguel
Bajo, S. José, S. Gregorio, S. Ildefonso, San Juan de los Reyes (todas
antiguas mezquitas).
Palacio de Dar-AlHorra, El Bañuelo, Alminar de Almorabitun. Aljibe de
Trillo, Casa de los Mascarones, Casa de Yanguas.
Sta. Ana, S. Pedro, S. Cristóbal, S. Miguel alto.
Casa de Porras, Casa del Almirante, Casa de Castril, Casa de la Lona,
Casa de los Cordoba.
Real Chancillería.
El Embrujo del Barrio
Y el embrujo cayó, y permaneció para siempre, en sus calles tortuosas y laberínticas, en
sus vistas descomunales, en su vida alejada de cualquier realidad. Y el embrujo cayó y
mancilló a todos los que poseen la verdad absoluta, a todos los que creen sólo lo que
pueden ver pues llegaron a un lugar dónde no encontraron la verdad, donde encontraron
ensueño, donde no había más que magia, donde el duende sigue vivo, donde la ficción
supera a la realidad como nunca nadie podrádescribir, como nunca nadie podrá soñar.
Sus calles poseen el halo de otro tiempo, sus piedras besan nuestros pasos, o quizá sea al
revés, mientras caminamos sin sentidos, saturados por lo magnífico, por lo maravilloso,
por lo que escapa a la razón, por lo que está incluso por encima del Arte.
Sólo puede considerarse un insulto escribir o hablar del Albayzín, sólo puede ser una
bajeza intentar describir lo que está más allá de la razón, de las palabras, de las imágenes.
Porque el Albayzín lo es todo, el Albayzín es la grandeza del tiempo, de un tiempo
detenido, esperando, agazapado, viendo cómo la vida transcurre con sus sombras y sus
luces, con sus atardeceres, con sus noches de
bohemia, con sus amaneceres meloncólicos.
Un turista pasa sin escuchar una guitarra
flamenca llorar, un guitarrista arranca lamentos
mientras una estrella se posa en un barrio, una
estrella viaja mientras la tierra da su amor al
Albayzín.
Sus calles no son tales, son torturas al que
desconoce lo onírico, al que desconoce el placer,
al que no sabe ser guiado por un corazón
poderoso, ciego de amor, mudo de éxtasis. Con
nuestro callejero en la mano sólo podemos perdernos en el abismo, con nuestras entrañas
palpitantes descubriremos el más allá, la vida que hay detrás del bullicio, de la
cotidianidad, del hastío, cerca del embrujo, del éxtasis.
Un piedra tras otra guían nuestra alma por un mundo de Belleza que abarca cualquier
rincón, incluso el más abandonado, los lugares en los que Dios no puso su mano sino el
mismísimo Satanás, el Ángel Caído que fue a parar a un lugar dónde su belleza fuese
contrarrestada y diese a luz un mundo distinto, mezcla de placer, de belleza y de lujuria.
Porque el Albayzín es todo eso.
Confesémonos, en el Albayzín hemos soñado mundos, nuestro mundo, el mundo
musulmán, el de la orgía y desenfreno, el de la cultura y la belleza, el de la lucha, de la
rebelión, de la muerte, de lo sublime,... En el Albayzín hemos soñado que estamos vivos,
que otros están vivos.
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4. El Albayzín, aproximación miscelánea
Quizá otro día sea el momento de contar la historia de este barrio, el más típico de
Granada, quizá otro día sea el momento de hablar de conjuras, de hogueras, de muertos,
de reyes, pero eso puede que sea otro día; esta vez es el momento de contar la vida, de
compartir lo que pocos han compartido, de hacer un pacto con el diablo que con el tiempo
ha caducado, que con el paso de los años se ha ido desvaneciendo pero que siempre estará
presente, en lo más hondo de mis entrañas, en lo más profundo de mi existencia.
Porque no fue sino en el Albayzín donde empezó mi vida, no la biológica sino la única
que da sentido, la que te hace sentir que estás y eres a pesar de que tu cerebro se regodea
en devolverte imágenes que parecen irreales y tu corazón siente que todo es falso, que no
estás allí, pero tu alma te empuja al abismo y te dice que sí, que todo es cierto, que todo es
bello y magnífico. Sin embargo no todo tiene una cara amable porque no todo dura para
siempre, y luego la vida pierde sentido, y luego uno pierde la sensibilidad de sus sentidos,
y luego uno pierde volver a vivir el Albayzín con el ansia y la inocencia de antaño, y sólo
quedan recuerdos que destrozan un día a día, que destruyen lo cotidiano tras haber vivido
lo sobrenatural, tras haberse uno sentido tan vivo que ya sólo queda morir poco a poco,
calle tras calle, piedra tras piedra, rastreando lo sublime.
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