1. ARISTÓTELES
LA FÍSICA Y EL SISTEMA DEL MUNDO.
I – LA FÍSICA COMO CIENCIA TEÓRICA.
Aristóteles incluye la física entre los saberes teóricos, aquellos donde el
conocimiento es fin y medio, junto a las matemáticas y a la metafísica.
Dado que a ésta, tratado del ser en general, la llama filosofía primera,
denomina filosofía segunda a las matemáticas (estudio del ser
determinado por la extensión y cantidad), y a la física (ser determinado
por el movimiento).
Así entiende la física como ciencia que estudia el movimiento, sea éste
provocado natural o artificialmente. Es a la vez cinemática (estudio de
la naturaleza en movimiento) y dinámica (estudio de las causas del
movimiento, o fuerzas).
La física aristotélica se caracteriza por cuatro rasgos:
1. es esencialista: estudia las esencias o cualidades corpóreas.
2. es dualista: percibe la realidad fragmentada en dos sistemas:
Mundo sublunar (terrestre) y Mundo translunar (celeste).
3. es teleológica: todo se explica por causas finales; porque todo lo
que ocurre, ocurre por un fin.
4. es deductivista (no inductiva, no experimental): porque aplica los
mismos métodos que la lógica.
II - PRIMEROS PRINCIPIOS
1. El movimiento: es el cambio de lugar (topos) de un cuerpo en un
tiempo determinado. Puede ser sustancial, si afecta a la ousía; o
accidental, que a su vez distingue entre el natural (rectilíneo o
circular) y el violento.
2. El lugar: límite inmediato e inmóvil circundante al cuerpo. Todo
cuerpo tiene un lugar y todo lugar un cuerpo (no hay lugar vacío);
debemos considerar como excepción el propio universo, que en su
totalidad no está en ningún lugar.
3. El tiempo: número y medida del movimiento según lo anterior y
posterior.
4. El vacío: Aristóteles intenta probar que no existe, por medio de la
falsación metafísica del vacío: si el vacío existiera, tendríamos un
lugar o accidente sin sustancia o cuerpo, lo cual es radicalmente
imposible, pues todo lugar es lugar de un cuerpo; todo accidente
lo es de una sustancia.
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2. ARISTÓTELES
III- LA MAQUINARIA CELESTE. EL SISTEMA DEL MUNDO.
Aristóteles concibió el universo como un sistema de esferas
concéntricas, cerrado por la esfera de las estrellas fijas. Todo el
sistema se encuentra en movimiento circular continuo. Está dividido
en dos sistemas o mundos: el translunar o celeste, que abarcaría
desde la cara externa de la luna hasta la esfera de las estrellas fijas;
y el sublunar, que comprendería desde la cara interna de la luna
hasta el centro de la tierra. (Ver plano)
Mundo sublunar:
Está integrado por cuatro principios o elementos: tierra, agua, aire,
fuego, mezclados entre sí por el giro de las esferas. Los cuerpos que
lo componen son generables y corruptibles.
En él se dan dos clases de movimiento accidental:
Movimiento natural: de carácter rectilíneo, sigue la tendencia de
cada cuerpo hacia su lugar natural. El fuego y el aire tienden hacia
arriba, el agua y la tierra hacia abajo.
Movimiento violento: Saca a un cuerpo de su lugar natural.
Mundo translunar:
En él no existe el vacío, es un universo cerrado, compacto y finito.
Está formado enteramente por una sustancia, el éter o
“quintaesencia”. Se trata de una sustancia pura, inmaculada e
incorruptible. En consecuencia, los cuerpos celestes son también
eternos e incorruptibles, y presentan un único movimiento continuo
de carácter circular.
IV- PRIMER MOTOR INMÓVIL
Como todo cambio o movimiento requiere un principio o causa que
lo produzca, hay que admitir la existencia de una primera causa, no
movida por ninguna otra, por lo que Aristóteles lo llama “primer
motor inmóvil”, y lo identifica con Dios. Se encuentra fuera del
universo, donde no hay nada material. Por tanto, no tiene materia,
es pura forma, ni tiene potencia, sino que es Acto puro. No puede
mover al mundo como causa eficiente, sino como causa final (si
entendemos el movimiento como paso de la potencia al acto, la
tendencia ideal de todo movimiento sería el ser acto puramente, en
lo que radica la perfección de cualquier cosa.)
Este primer motor inmóvil no conoce al mundo, ni lo crea ni lo
cuida.
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