Este documento resume la leucemia, incluyendo su definición como un grupo de enfermedades malignas de la médula ósea que causa un aumento anormal de glóbulos blancos, sus diferentes tipos clasificados por población celular afectada y gravedad, sus síntomas y formas de diagnóstico a través de análisis de sangre y médula ósea, y los tratamientos disponibles como quimioterapia, radioterapia, trasplante de médula ósea y terapias biológicas.
VOLUMEN 1 COLECCION PRODUCCION BOVINA . SERIE SANIDAD ANIMAL
Trabajo monográfico-La leucemia
1. 1. ¿Qué es la leucemia?
La leucemia es un grupo de enfermedades malignas de la médula ósea (Tejido
que se encuentra en el centro de la mayoría de los huesos. Produce los glóbulos blancos,
los glóbulos rojos y las plaquetas que provoca un aumento incontrolado de leucocitos
(glóbulos blancos) en la médula ósea.
• Etimología: Literalmente, significa "sangre blanca" la palabra está formada por
dos elementos griegos: leuc, una variante de leuco = λευκός, "blanco"; y emia,
αἷμα = "sangre".
• Prevalencia: La leucemia es el cáncer más frecuente en la infancia, con 3-4
casos por año por cada 100.000 niños menores de 15 años.
2. Clasificación y tipos
• Existen distintos tipos de clasificación, en función del criterio que se utilice para
ello:
1) En función de la población celular afectada:
1. Leucemia mieloide crónica (LMC) incluida dentro de los síndromes
mieloproliferativos crónicos.
2. Leucemia linfoide crónica (LLC) incluida dentro de los síndromes
linfoproliferativos y equiparable al linfoma linfocítico.
3. Leucemia linfoide aguda o Leucemia Linfoblástica (LLA)
4. Leucemia mieloide aguda o Leucemia Mieloblástica (LMA)
5. Leucemia mielógena (LM)
Además de linfomas no Hogdkin leucemizados, es decir, con la presencia de
células linfomatosas en la sangre periférica, como sucede en la Tricoleucemia.
2) En función de la gravedad de la patología:
1. Aguda: En este caso, se da un aumento muy rápido de las células sanguíneas
inmaduras. Estas células no realizan las funciones sanguíneas necesarias, y
ocupan un espacio que permitiría el desarrollo de las células maduras. Es muy
importante que el tratamiento sea precoz ya que si no la progresión celular y la
2. dispersión de las células malignas puede conducir a que la leucemia llegue a
otros órganos corporales. Esta forma de leucemia es la más común en niños.
2. Crónica: En esta afección, se producen demasiados glóbulos blancos maduros
pero anormales. Progresa durante meses o años, por lo que no siempre se
administra el tratamiento inmediatamente, sino que a veces se monitoriza la
situación para ver cual es el momento más efectivo para la terapia. Aunque
pueden ocurrir en cualquier grupo de edad, la leucemia crónica ocurre más a
menudo en personas mayores.
3. Formas de presentación
El método más seguro para confirmar o descartar el diagnóstico es mediante la
realización de un mielograma (radiografía de la médula espinal después de administrar
una inyección que contiene un tinte, entre el revestimiento de la médula espinal y el
cerebro) y, sólo en casos seleccionados, puede ser necesario realizar una biopsia
(extracción de células o tejidos) de la médula ósea.
Algunas de sus manifestaciones clínicas más importantes son:
• Compromiso del estado general: decaimiento, falta de fuerzas, mareos, náuseas,
inapetencia, disminución de peso importante.
• Fiebre que dura varios días sin una causa aparente, sudoración nocturna,
escalofríos.
• Dolor o sensibilidad ósea, dolores articulares y de extremidades.
• Hemorragias frecuentes sin motivo aparente, por ejemplo, sangramiento anormal
de las encías o de nariz.
• Petequias (Manchas pequeñas de color rojo por extravasación sanguínea) o
Hematomas sin haber tenido algún golpe.
• Palidez de piel, interior de la cavidad oral o de los párpados.
• Aumento de tamaño de los ganglios linfáticos.
• Aparición de masas o crecimientos anormales de órganos abdominales como el
bazo y el hígado, o aparición de masas que crecen en otras partes del cuerpo.
• Alteraciones de los exámenes sanguíneos (Hemograma, VIH, etc.).
• Irregularidad en los ciclos menstruales.
4. Causas
La causa de la leucemia se desconoce en la mayoría de los casos. Sin embargo, está
demostrado que no es un padecimiento hereditario o contagioso. La mayor parte de las
veces se presenta en niños previamente sanos. Por tratarse de una reproducción de
formas similares de células inmaduras y anormales en la sangre, a la leucemia se le
considera un "cáncer de la sangre".
5. Signos y síntomas
3. La leucemia es una enfermedad crónica y silenciosa que puede desarrollarse durante
muchos años sin mostrar síntomas evidentes.
A medida que se agrava, se pueden presentar síntomas como:
- Anemia, manifestada sobre todo por la palidez de la piel.
- Dolores de cabeza.
- Dolor muscular.
- La aparición de moretones y sangrados frecuentes, sobre todo por la nariz.
- Fatiga extrema y debilidad.
- Taquicardia.
- Fiebres recurrentes.
- Sudoración nocturna.
- Fiebre.
- Pérdida de peso y de apetito.
- Respiración entrecortada y con mucha dificultad para respirar.
- Dolor en las articulaciones.
- Sangrados en piel y mucosas.
- Sensibilidad extrema en la piel.
- Aumento de la frecuencia cardíaca.
- Dolor e inflamación abdominal.
En casos muy avanzados, se infiltran células sanguíneas inmaduras en órganos como el
hígado, el bazo, los ganglios, genitales, huesos y articulaciones, provocan en el enfermo
múltiples problemas y dolores intensos. Cuando el sistema nervioso central se ve
afectado por la enfermedad, el enfermo padece vómitos, dolores de cabeza y parálisis de
algunos nervios.
6. Diagnóstico
Se lleva a cabo un análisis de sangre, examinando a través del microscopio el aspecto de
las células sanguíneas y la eventual presencia de células inmaduras y blastos.
Las pruebas sanguíneas pueden confirmar un diagnóstico de leucemia, aunque sin
especificar el tipo exacto. Para ello, es necesario que un médico especialista
(hematólogo) proceda al examen de la médula ósea del paciente. Este procedimiento,
denominado aspirado medular, se efectúa puncionando un hueso grande (generalmente
el hueso de la cadera o el esternón) para obtener una pequeña cantidad de grumo
medular que se examina a través del microscopio.
Otro procedimiento de gran utilidad es la biopsia medular que se practica con una aguja
de mayor tamaño para obtener una pequeña porción de médula y de hueso.
Si el examen de la médula ósea revela la presencia de células leucémicas, es necesario
ampliar las analíticas para conocer la extensión de la enfermedad.
Mediante una punción lumbar se puede confirmar la presencia de células anómalas en el
fluido que ocupa los espacios situados dentro y alrededor del cerebro y de la médula
espinal (fluido cerebroespinal). Por medio de diversas pruebas de imagen (radiografías,
tomografía computarizada, ecografía) se pueden detectar signos de la enfermedad en
otras localizaciones (tórax, abdomen).
7. Tratamientos y tipos
4. El tratamiento de la leucemia es complejo: varía según el tipo de leucemia y no suele ser
el mismo para todos los enfermos.
En términos generales, la terapia se establece según las características específicas de las
células leucémicas detectadas, teniendo también en cuenta la extensión de la
enfermedad y aspectos como la edad y el estado general del enfermo.
Siempre que sea posible, un paciente afectado por la leucemia debe ser atendido en un
centro hospitalario que disponga de un Servicio de Hematología especializado en este
tipo de enfermedades.
-Pacientes afectados de leucemia aguda: Requiere tratamiento inmediato, dado que el
primer objetivo de la terapia es conseguir una remisión una ausencia de enfermedad
detectable. Una vez alcanzada, suelen administrarse más ciclos de tratamiento para
prevenir una recaída. Las posibilidades de curación son elevadas aunque muy variables
según el tipo de leucemia y la edad del paciente.
-Los pacientes afectados de leucemia crónica: Los que se no presenten síntomas de la
enfermedad pueden no requerir un tratamiento inmediato, pero deben someterse a
controles periódicos para detectar un posible progreso de la enfermedad. Un tratamiento
adecuado ayuda a controlar el trastorno y sus síntomas, pero las posibilidades de una
curación total con quimioterapia convencional son muy escasas.
Tipos de tratamiento
El tratamiento de una leucemia puede incluir:
• Medicamentos o quimioterapia por vía intravenosa u oral
• Quimioterapia por vía intratecal (medicamentos introducidos en la médula
espinal con una aguja, en el área denominada espacio subaracnoide)
• Radioterapia
• Trasplante de médula ósea o de sangre de cordón umbilical
• Terapia biológica
• Medicamentos para prevenir y tratar náuseas y otros efectos secundarios del
tratamiento.
• Transfusiones sanguíneas (de glóbulos rojos o plaquetas)
• Antibióticos, para prevenir y tratar infecciones.
1) La quimioterapia
La quimioterapia consiste en la utilización de medicamentos que destruyen las células
leucémicas. Según el tipo de leucemia, puede administrarse un solo tipo de
medicamento, lo habitual es combinar dos o más fármacos. Algunas quimioterapias se
administran por vía oral pero la mayoría se inyectan por vía intravenosa. En pacientes
que precisan repetidas inyecciones por esta vía se hace necesaria la implantación
de un catéter, que consiste en un tubo fino y flexible que se inserta en una vena grande,
generalmente en una vena del brazo, del tórax (por debajo de la clavícula) o del cuello.
A través de él se administran todos los medicamentos, evitando la molestia de las
punciones repetidas.
5. Los medicamentos administrados por vía intravenosa u oral penetran en el torrente
sanguíneo y llegan a las células malignas de la mayor parte del organismo. Sin
embargo, esto no sucede así con las células que puedan estar presentes en el sistema
nervioso central, ya que se hallan protegidas por una barrera consistente en una red de
vasos sanguíneos que filtran la sangre que llega al cerebro y a la médula espinal. Para
alcanzar las células leucémicas presentes en el sistema nervioso central, es necesario
aplicar quimioterapia intratecal, que consiste en la inyección de medicamentos
anticancerosos directamente en el fluido cerebroespinal mediante una punción en la
parte inferior de la columna vertebral. Algo similar puede ocurrir con las células
leucémicas acantonadas en los testículos para cuyo tratamiento, en ocasiones, debe
recurrirse a la radioterapia.
La quimioterapia se administra por ciclos:
1) Un período de tratamiento
2) Un período de recuperación
3) Otro ciclo de tratamiento.
En función del tipo de tratamiento su administración requerirá ingreso hospitalario o
podrá efectuarse en la consulta del médico, o incluso en el domicilio del paciente.
Video redes: ¿Qué es la quimioterapia?www.youtube.com/watch?
v=XKRygNxNjQk&feature=player_embedded#at=30
2) La radioterapia
La radioterapia se utiliza conjuntamente con la quimioterapia en algunos tipos de
leucemia. Consiste en la aplicación de rayos de elevada energía que dañan las células
cancerosas e impiden su crecimiento.
La radioterapia puede aplicarse de dos formas distintas, bien sobre una zona específica
del organismo donde exista acumulación de células leucémicas, como en el bazo o los
testículos, bien sobre la totalidad del cuerpo. Este último tipo de radioterapia,
denominada irradiación corporal total, se suele aplicar como paso previo al trasplante de
progenitores hematopoyéticos.
3) Terapias biológicas
La terapia biológica (a veces llamada inmunoterapia, bioterapia o terapia modificadora
de la respuesta biológica) es una nueva familia de agentes que pueden utilizase en el
tratamiento contra el cáncer. Las terapias biológicas utilizan el sistema inmune del
cuerpo, ya sea directa o indirectamente, pera combatir el cáncer o para disminuir los
efectos secundarios que pueden causar algunos tratamientos del cáncer. Los más
utilizados son los interferones, las interleucinas, los factores estimulantes (G-CSF,
eritropoyetina) y los anticuerpos monoclonales.
4) Trasplante de medula ósea
El trasplante hematopoyético es otra opción de tratamiento que puede aplicarse en
determinados pacientes. La médula ósea del enfermo, productora de células malignas, es
6. destruida mediante la administración de dosis altas de medicamentos y radioterapia, y
reemplazada por una médula sana. Esta última puede proceder de un donante (trasplante
alogénico), o bien del propio enfermo (trasplante autogénico o autólogo).
Si bien tradicionalmente los trasplantes hematopoyéticos se realizaban con progenitores
hematopoyéticos de médula ósea (trasplante de médula ósea), en la actualidad se
efectúan trasplantes con progenitores obtenidos de la sangre periférica (venosa), tras
haber estimulado el paso de progenitores hematopoyéticos de la médula ósea a la
sangre, y trasplantes de la sangre de cordón umbilical, muy rica en progenitores
hematopoyéticos, obtenida en el momento del parto.
7.1. Etapas del tratamiento
Etapas del tratamiento:
Existen varias etapas en el tratamiento de la leucemia:
• Inducción: combinación de diversos agentes quimioterápicos asociados o no a
radioterapia. Se administran para detener el proceso de producción de células
anormales por parte de la médula ósea. El objetivo de esta etapa del tratamiento
es impedir la producción de más células leucémicas. Esta fase puede durar
aproximadamente un mes, y puede repetirse si no se alcanza el objetivo.
• Intensificación/ consolidación: tratamiento quimioterápico administrado aún
cuando no se detectan células anómalas. A pesar de no visualizarse es muy
probable que sigan en el organismo, se administra más tratamiento para
intensificar o consolidar la inducción. En ocasiones la consolidación puede
consistir en un trasplante autogénico o alogénico.
• Mantenimiento: etapa que mantiene la médula ósea libre de leucemia a través
de una quimioterapia constante de menor intensidad pero de mayor duración.
Esta fase puede durar desde meses hasta varios años. Se requieren visitas
regulares al médico para controlar la respuesta al tratamiento, controlar sus
efectos secundarios y detectar la posible reaparición de la enfermedad.
7.2. Tratamiento de soporte
La leucemia y su tratamiento pueden tener complicaciones y efectos secundarios. Los
pacientes suelen recibir un tratamiento de soporte para prevenir o controlar las posibles
complicaciones y para mejorar su calidad de vida mientras dure el tratamiento.
Se suelen administrar antibióticos con el propósito de prevenir infecciones a las que
están más fácilmente expuestos. También se les aconseja permanecer alejados de
personas de su entorno que sufran catarros u otros procesos infecciosos, así como de
aglomeraciones. La aparición de un proceso infeccioso en el paciente leucémico es
preocupante y requiere un tratamiento inmediato, en ocasiones deben ser hospitalizados.
8. Efectos secundarios del tratamiento
7. Es muy difícil minimizar los efectos de la. Dado que el tratamiento también afecta a las
células sanas y a los tejidos, puede provocar la aparición de efectos secundarios. Éstos
se pueden ver, y dependen fundamentalmente del tipo, intensidad y duración del
tratamiento. También dependen de una persona u otra, e incluso de un ciclo de
tratamiento al siguiente. En general, el médico organiza la pauta de tratamiento para un
determinado paciente para evitar al máximo la aparición de efectos secundarios.
Los médicos y las enfermeras siempre explican al paciente los efectos secundarios cabe
esperar, y le indican medicamentos, dietas u otros remedios para intentar suavizarlos.
Cuando a una persona le diagnostican leucemia, es de gran ayuda establecer una lista de
preguntas que se desean plantear al médico, o bien ser acompañado por un familiar o
amigo que tomará parte en la conversación.
9. Efectos secundarios de la radioterapia
Los pacientes con tratamiento de radioterapia pueden desarrollar síntomas de cansancio
que requieren períodos de reposo. Los médicos suelen aconsejar que permanezcan
activos en la medida de sus posibilidades.
La radioterapia intracraneal ocasiona a menudo la pérdida del cabello, y asimismo
puede provocar irritaciones en el cuero cabelludo. Es importante mantener éste último
en perfecto estado de limpieza, y para ello se precisa seguir las recomendaciones del
médico. No deben aplicarse lociones o cremas en el área tratada sin consultar al médico.
La radioterapia además puede provocar nauseas, vómitos y pérdida de apetito. Estos
efectos secundarios suelen ser transitorios y se les pueden sugerir métodos para
aliviarlos mientras dura el tratamiento.
Sin embargo, algunos efectos secundarios pueden ser duraderos. En niños muy jóvenes
sometidos a radioterapia intracraneal se han detectado problemas de aprendizaje y
coordinación. Por este motivo, se intenta evitarla o a utilizar la menor dosis de radiación
posible, y sólo en aquellos casos en que el tratamiento con quimioterapia no es efectivo
por sí solo.
Por otra parte la mayoría de los adultos jóvenes sometidos a este tratamiento desarrollan
esterilidad y algunos precisarán la administración de hormonas.
10. Controles a largo plazo
Son muy importantes las revisiones tras un tratamiento contra la leucemia. Estas
incluyen normalmente un examen físico completo y un examen de sangre, médula y, en
ocasiones, del líquido cefalorraquídeo (líquido de color transparente, que baña el
encéfalo y la médula espinal), con el fin de descartar una posible reaparición de la
enfermedad.
Algunos efectos secundarios pueden aparecer muchos años después del tratamiento, por
ello es conveniente que los pacientes se sometan a revisiones periódicas y comuniquen a
su médico cualquier problema o cambio de salud por mínimo que éste sea.
8. 11. La alimentación
Algunos pacientes presentan problemas de alimentación como consecuencia de la
pérdida de apetito y de las náuseas, vómitos o llagas bucales, que pueden impedir una
ingesta normal
Ciertos enfermos manifiestan que los alimentos «les saben diferente» o que «tienen la
boca seca», hechos que también dificultan la alimentación.
Una buena alimentación implica obtener suficientes calorías y proteínas para prevenir
las pérdidas de peso y recuperar fuerzas. Los pacientes en tratamiento que reciben una
alimentación correcta a menudo se encuentran mejor y poseen mayor energía, lo que les
ayuda a superar los efectos secundarios de dicho tratamiento.
Es conveniente que los enfermos busquen consejo sobre normas de alimentación con
médicos, enfermeras o dietistas especializados.