Este documento presenta resúmenes breves de varias obras pictóricas del artista surrealista René Magritte. Describe cuadros como El hijo del hombre, El modelo rojo, Golconde, La leyenda dorada, El maestro de escuela, El vestido de la noche, Los amantes, El ramillete perfecto, El falso espejo y Ceci nest pas une pipe, resumiendo sus características visuales clave y los temas recurrentes en la obra de Magritte como figuras de espaldas, medias lunas y juegos con
2. En este sentido, el surrealismo y, en concreto, la pintura surrealista,
es una comunicación vital de un individuo, el pintor, con el
público. Se trasladan a la pintura objetos que son una cosa y
parecen otra, se distorsiona la realidad…
6. El autor dijo de este cuadro: “El problema de los zapatos muestra
con que facilidad la falta de cuidado convierte las cosas más
terribles en asuntos completamente inocuos. Gracias al Modelo
Rojo nos damos cuenta de que envolver un pie humano en un
zapato es, en realidad, una costumbre monstruosa”. Impresiona
el realismo de las tablas del fondo… y, yo juraría que he visto
esos zapatos hechos realidad
8. ¿No os recuerda mucho a Dalí? Un poquito de surrealismo, formas e
inspiración clásicas (la ventana, el busto…), el paisaje casi
deconstruido en cubos…
10. Otro de los cuadros archiconocidos del autor. Representa a hombres
vestidos a imagen y semejanza de Magritte, con el característico
abrigo y bombín y colocados en diferentes posiciones sobre la
vertical (unos miran a derecha, otros de frente, otros a izquierda
y otros están de espaldas) y en diferentes planos… Como si
fueran gotas de lluvia… ¿It’s raining men? ¡Pues eso!
12. Otro clásico. Baguettes de pan desfilando tras una ventana en un
cielo azul y una verde campiña… vamos, lo que uno espera
encontrar cada día cuando levanta su persiana…
14. Los hombres de espaldas son un recurrente en la obra de Magritte.
También lo es la media luna… y la noche… y la vestimenta…
aunque, bien pensado, es el vaqueros y camiseta de hoy.
18. Como vamos viendo, Magritte gustaba de pintar un marco en
muchas de sus obras. En este caso, se acentúa por el color rojo
de la pared. También las cabezas y caras cubiertas con pañuelos
o trapos son recurrentes.
Este beso destila lo que pretende: sensualidad, sexualidad y pasión.
20. Botticelli se ha colado en este cuadro.
Un hombre de espaldas (¿el maestro de escuela de hace un rato?) y
sobre su espalda, una joven, la Primavera de Botticelli, pero con
la cara de su musa y esposa: Georgette. Al fondo, un bosque
frondoso al final del cual se vislumbra un claro.
22. Otro de los cuadros maravillosos (¿alguno no lo es?) de Magritte.
Pintado en época temprana, a finales de los años 20, representa
un ojo que sustituye su iris por un cielo azul con nubes.
El ojo mira al cielo, que se refleja en él.