TUTORIA II - CIRCULO DORADO UNIVERSIDAD CESAR VALLEJO
MATERIALES INSTRUCCIONALES UNIVERSIDAD NACIONAL ABIERTA
1. UNA INVESTIG@CIÓN, Vol. I, N° 2, 2009
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PRODUCCIÓN DE MATERIALES IMPRESOS
A PARTIR DE PROPIEDADES TEXTUALES E INSTRUCCIONALES
Milagros Matos Aray
RESUMEN
Este estudio se propone orientar a los académicos que, por primera vez, elaboran materiales instruccionales impresos en la Universidad Nacional Abierta (UNA). Para iniciar esta tarea, se revisaron algunos documentos que, en los últimos tres años, fueron generados desde el Subprograma Diseño Académico, sobre esa materia específica. También, se consideró la experiencia de la investigadora como autora de paquetes instruccionales para administrar cursos en la UNA, su formación como especialista en el área de lengua y su rol formativo como conductora de equipos de trabajo que deben elaborar elementos de esos paquetes. La integración de esas informaciones permitieron vincular aportes de la lingüística textual, el diseño instruccional y las estrategias de aprendizaje, con la intención de acercar a los especialistas en contenido hacia la producción de materiales instruccionales impresos (textos académicos). Se pretende con esta acción, que los especialistas dispongan de conocimientos precisos, para asumir la escritura de esos textos como mediadores del aprendizaje y promotores del aprender a aprender. Para lograrlo, sus materiales instruccionales han de provocar, en los estudiantes, procesos de reflexión sobre lo que estos deben aprender, para luego transferir ese conocimiento en contextos reales de actuación. En este sentido, la escritura de materiales instruccionales impresos debe evidenciar propiedades textuales del tipo: coherencia, cohesión, adecuación y presentación. Junto a éstas, se adicionan propiedades instruccionales vinculadas con aspectos pedagógicos, teóricos, operativos y de planificación. La estructura de este trabajo consta de dos partes. La primera de ellas induce al lector hacia el abordaje de la escritura de ese tipo de texto académico; la segunda, ofrece recomendaciones para convertir un material instruccional impreso en un mediador de aprendizajes. En esta parte, se establecen criterios para evaluar y autorregular tal producción.
Palabras clave: paquete instruccional - material instruccional impreso - propiedades textuales.
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PRODUCTION OF PRINTED MATERIALS
FROM TEXTUAL AND INSTRUCTIONAL PROPERTIES
Milagros Matos Aray
ABSTRACT
The purpose of this research is to orientate academicals that, by the first time, elaborate printed instructional materials at the Universidad Nacional Abierta (UNA). To initiate this task, were checked some of the documents generated, in the last three years, from the Subprogram Academic Design about this specific subject. It was also taken into consideration the researcher experience as the author of instructional packages to administrate courses at the UNA, as well as her training as specialist in language and her formative role as leader of teamwork which must elaborate elements from these packages. The combination of that information permitted to link contributions from textual linguistic, instructional design and learning strategies with the aim to bring specialists closer to the production of printed instructional materials (academic texts). The purpose is that specialists have specific knowledge to assume the writing of these texts as mediators in learning and promoters to the learning to learn. In order to reach that, their materials must provoke on students thought processes about what they must learn, so that then they are able to transmit that knowledge in real contexts. Along these lines, the writing of printed instructional materials must exhibit textual properties such as: coherence, cohesion, adequacy and presentation. There are some other instructional properties related to pedagogical, theoretical, operative and planning aspects. This work consists of two parts: the first one induces the reader to deal with this kind of writing; the second one is about recommendations to transform printed instructional material into a mediator of learning. In this part, is set up the criteria to evaluate and auto regulate that production.
Key words: instructional package - printed instructional material - textual properties.
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Presentación
Este estudio tiene por finalidad orientar las acciones de los especialistas en contenido que, por primera vez, asumen la tarea de elaborar materiales Instruccionales impresos, para la administración de cursos en la Universidad Nacional Abierta (UNA). Ejemplos de esos materiales son: el Texto UNA, la Selección de Lecturas, la Guía Instruccional, el Problemario y el Manual, entre otros. Estos materiales impresos o textos académicos forman parte de lo que en el contexto de la UNA se conoce con el nombre de paquete instruccional; es decir, “...el conjunto de elementos que integran [la administración de] una asignatura en educación a distancia [y] pueden poseer diversos modos de representación: escritos, audiovisuales, electrónicos” (Matheus, Matos, Núñez y Tancredi, 1999:18). En este sentido, se destaca la diversidad de soportes en los que puede elaborarse un material instruccional. En este estudio, se hace referencia específicamente al material Instruccional o texto académico elaborado en formato impreso.
Por texto académico se define el producto comunicativo (oral o escrito) que se elabora en un contexto institucional educativo, con fines específicos. Siguiendo a Padrón (1996), los rasgos característicos atribuibles a esos textos son los siguientes:
a. Intención vinculada con los procesos de producción del conocimiento.
b. Destinatarios integrantes de la comunidad institucional.
c. Origen procedencia; es decir, contexto sociocultural ligado a la producción del conocimiento (universidad, asociación científica, grupo de desarrollo intelectual, círculo científico-tecnológico…).
El material intruccional impreso, visto como un texto académico, es un elemento del paquete instruccional en la UNA. La conformación de este paquete puede tener modos variados de estructuración; no obstante, el documento Plan de Curso debe estar presente en él, como se describirá en la sección Nº 1 de este trabajo. Entre las modalidades de elaboración de un paquete instruccional, se pueden mencionar, entre
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varias, las siguientes: Plan de Curso+Material Instruccional UNA (producción institucional); Plan de Curso+Selección de Lecturas+Guía Instruccional; Plan de Curso+Problemario; Plan de Curso+Material Instruccional UNA o un texto editado externamente+Video.
Para desarrollar las dos secciones de este estudio, se partió del análisis de algunos documentos generados desde el Subprograma de Diseño Académico de la Institución, en los últimos tres años, relacionados con la producción de los elementos de un paquete instruccional. Asimismo, se tomó en cuenta la experiencia académica de la autora quien en distintas oportunidades ha propuesto y escrito paquetes instruccionales, y ha conducido equipos de trabajo, para elaborar tales textos.
Como especialista en el área de lengua, la autora conoce las dificultades que suelen encontrar los especialistas en contenido, al momento de desarrollar elementos de paquetes instruccionales; pues, la escritura de esos elementos debe evidenciar el dominio de las propiedades textuales o comunicativas inherentes a la escritura; además, debe mostrar una estructura y un uso del lenguaje característicos del diseño Instruccional. Asumir esta concepción del material instruccional impreso, requiere de investigaciones, propuestas de trabajo (borradores iniciales), reformulaciones y toma de decisiones permanentes, entre los académicos involucrados en su producción. Pues, las acciones conjuntas que planifican los especialistas en contenido (académicos productores del paquete Instruccional) y los diseñadores instruccionales y evaluadores (académicos asesores sobre las estrategias a desarrollar para facilitar el proceso de enseñanza/aprendizaje, desde el punto de vista instruccional), les lleva a emprender un proceso formativo para la elaboración del material instruccional que puede ser visto, desde dos ángulos:
a El inherente a las propiedades textuales o comunicativas del texto académico elaborado y los aspectos instruccionales, como elementos mediadores en el aprendizaje. Sobre este particular, cobran particular
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significación los aspectos pedagógicos asociados al discurso académico.
b Los vinculados con los saberes y contenidos propios de la particular área del conocimiento para la que se produce el paquete instruccional completo de un curso a un elemento de él, como es el material instruccional impreso.
Seguidamente se ofrecen pautas de acción, de manera general, para la elaboración de un material instruccional impreso, en el contexto de la UNA.
1. Fundamentos de la producción del material impreso como un elemento del paquete instruccional
El material Instruccional impreso es el producto de la actividad verbal o lingüística que permite al sujeto emisor del mensaje (especialista en contenido, en este estudio), en compañía del diseñador instruccional y el evaluador, comunicar una intencionalidad pedagógica que se la proporciona el diseño instruccional. Este tipo de texto, se utiliza para guiar un proceso de enseñanza/aprendizaje. Siguiendo a Pozo y Monereo (1999), el texto es una estructura comunicativa, con rasgos específicos. Para Mendoza (2008), tanto el texto impreso como el presentado en otro formato, utilizados en la Educación a Distancia, se convierten en medios de exposición que facilitan la enseñanza y el aprendizaje. En su proceso de elaboración, se presta especial cuidado a la selección, organización y secuencia del contenido; pues, estos aspectos inciden significativamente en el aprendizaje.
Para abordar la producción de un material instruccional impreso en la UNA, deben planificarse acciones conjuntas entre los especialistas en contenido y los diseñadores instruccionales. Al respecto, Núñez (2000:22 y 23) destaca la conveniencia de tal interacción entre esos académicos, desde sus distintos roles, a fin de conformar un equipo de producción interdisciplinario que instaura “...una manera diferente de hacer las cosas, de manera eficiente y amena”. Por otra parte, este modo de trabajar
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brinda a la Institución las siguientes ventajas: (a) la formación en materia de diseño y evaluación del especialista en contenido y (b) el especialista en contenido, al tener el control sobre todo el proceso de producción del curso en el tiempo, podría hacer las modificaciones necesarias para [la] actualización [del material que elabora].
El punto de partida para iniciar la producción del material instruccional impreso es analizar las especificaciones curriculares del curso, para el que se propone el texto académico impreso. Éstas se encuentran en el documento base correspondiente al diseño o rediseño curricular de la carrera o mención que será atendida.
Lo referido anteriormente será la puerta de entrada para conocer, el perfil de los egresados de la carrera para la cual se propone el material, los objetivos generales de la carrera, su plan de estudios o mapa curricular, las especificaciones de los cursos y sus requisitos y/o prelaciones. Consultar estas informaciones previas, evita el solapamiento entre los contenidos de un curso y otro, al momento de organizar las acciones para escribir el respectivo material instruccional. Asimismo, permite considerar si el curso podría atender a diferentes carreras de la Institución. Esta acción trae implícita la idea de modularidad del material instruccional, con miras a su reutilización. Es decir, tal como lo refiere Tancredi (2004:84), éste puede ser asimilado a la noción de objeto de aprendizaje que se construye de forma tal que pueda ser reutilizado y de este modo, se evita la duplicidad innecesaria de tareas; “...se aprovecha el [traslado] de contenidos en los diseños curriculares dentro de una carrera ofrecida por una universidad, como entre las diferentes carreras (inter e intracarreras, respectivamente; se reduce el costo de producción y de actualización de los cursos”, entre varias ventajas.
A fin de abordar la producción de un material Instruccional impreso, el especialista en contenido atiende aspectos estructurales propios del diseño Instruccional, para la educación a distancia. A partir de ellos, desarrolla los contenidos correspondientes desde un determinado campo del saber e induce, con su escritura, a los estudiantes, en el aprender a
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aprender. Es decir, en promover el proceso de reflexión (y metacognición) sobre lo que el estudiante aprende. De ahí que el uso del lenguaje escrito en la producción de los elementos de un paquete Instruccional resulta primordial; pues, se trata de activar procesos cognitivos y metacognitivos, para su aplicación en situaciones específicas o contextualizadas. Mediante el uso del lenguaje instruccional se logra motivar al estudiante, inducirlo en el aprender a aprender, involucrarlo en interacciones múltiples con el contenido, en interacciones con sus pares y profesores para propiciar el trabajo colaborativo, entre varias acciones.
Siguiendo a Monereo (2006), por aprender a aprender se entiende el proceso de autorregulación de lo que aprendemos; la toma de decisiones conscientes e intencionadas sobre lo que se aprende; la aplicación de herramientas para que el aprendizaje no se detenga. Para ello, se requiere de los agentes comunicativos que promueven la mediación de los aprendizajes; entre ellos, los académicos y las tecnologías que estos empleen en la instrucción (material instruccional impreso).
Otro aspecto que hay que considerar es el de mediación pedagógica, que Fainholc (2003), la define como la acción, la intervención, el recurso o material didáctico que se da en el hecho educativo, para facilitar el proceso de enseñanza/aprendizaje. En este sentido, se destaca el significado que adquiere el aspecto comunicacional, en esos procesos formativos.
El objetivo fundamental de la mediación pedagógica es promover la comunicación entre el estudiante y el contenido propuesto en el material Instruccional. De este modo, se logra lo que Mendoza (2002), considera como el acercamiento comprensivo de las ideas, a través de los sentidos.
Por su parte, Prieto Castillo (1995), refiere la importancia de la mediación pedagógica, en la práctica educativa universitaria, a través de los medios y materiales que se utilizan para la educación: textos, fotocopias, videos, materiales electrónicos, entre varios. Todos estos para promover el aprendizaje, fortalecer la formación integral de los
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estudiantes y dotar de calidad a la educación. Para el citado investigador, la mediación pedagógica promueve y acompaña el aprendizaje de los interlocutores; es decir, induce a los educandos en la tarea de construir y apropiarse del mundo por sí mismos.
Asumir la producción del material Instruccional impreso implica involucrarse en un proceso de planificación de la escritura y de acciones pedagógicas y en un proceso de mediación y de fomento hacia el aprender a aprender. Estos procesos demandan de los académicos que elaboran textos como elementos de un paquete Instruccional, conocer los aspectos textuales y los instruccionales implícitos en la escritura.
Para llevar a cabo las acciones referidas, la producción de ese tipo de texto debe emprenderse por etapas que den cuenta del inicio, desarrollo, implantación y seguimiento del curso. De este modo, el diseño Instruccional será visto, según Dorrego (s/f), como un proceso sistemático en el que se analizan las necesidades y metas de enseñanza y, a partir de ese análisis, se seleccionan y desarrollan las actividades y los recursos para alcanzar las metas trazadas; se establecen los procedimientos para evaluar el aprendizaje y se revisa la instrucción.
Al momento de elaborar un material instruccional Impreso, es fundamental que el especialista en contenido tenga en cuenta al estudiante, como el usuario principal del texto producido; es la audiencia a quien se dirige el texto. Éste interactuará y mediará en el aprendizaje del estudiante; pues este lector aplicará estrategias diversas, para procesar las informaciones contenidas en el material. Por ejemplo: búsqueda y selección de la información, ampliación, transferencia, análisis, anticipación, planificación, acción física o mental, entre varias opciones. También, el material instruccional permitirá que los estudiantes se vinculen con los referentes del mundo exterior donde ellos se desenvuelven: sus compañeros del curso, el o los académicos de la institución u otras personas que le sirven como mediadores del proceso de enseñanza/aprendizaje. Por otra parte, el estudiante, con sus interacciones y las mediaciones que se plantean para él, puede lograr una
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efectiva asociación entre el binomio teoría/práctica del curso, con incidencia en su aprendizaje.
Los textos impresos que se utilizan como materiales Instruccionales en la UNA pueden clasificarse en dos grupos: los que son elaborados por académicos de la Institución y evidencian pautas propias del diseño Instruccional y los textos que son publicados por editoriales diversas que, aunque su finalidad no es conducir un proceso de enseñanza/aprendizaje a distancia, son seleccionados por los especialistas en contenido, para administrar un curso, por la forma como pueden incidir en la generación de aprendizajes en los estudiantes. En la mayoría de esos textos –que suelen llamarse textos del mercado-, suelen estar ausentes los rasgos que caracterizan el diseño Instruccional, para la modalidad de estudios a distancia.
La condición principal para elaborar un material instruccional, en cualquiera de sus formatos, es partir de la propuesta de su Plan de Curso para los tipos de paquetes instruccionales que se pueden elaborar. Ese Plan es un documento de planificación de a instrucción que determina
“... la estructura de una asignatura y recoge un conjunto de especificaciones para orientar la selección y/o la elaboración del material Instruccional, así como su posterior administración en el sistema de enseñanza a distancia” (UNA, 1999:3). Este documento se elabora para precisar los sustentos o la fundamentación de un curso, sus objetivos y contenidos generales, además, de los recursos dispuestos para el aprendizaje. Estas informaciones representan los insumos básicos para la toma de decisiones en lo que respecta al enfoque del curso y la selección y producción de su o sus materiales instruccionales.
También, se define el Plan de Curso como
... un documento de carácter académico, en el cual se estructura el proceso instruccional de un curso, de manera integrada. En éste se considera, por una parte, la significatividad lógica de la presentación del contenido, y por otra, una serie de condiciones de carácter pedagógico, pertinentes para la modalidad a distancia, que en conjunto promueven el aprendizaje en el estudiante UNA (Alfonzo, Arellano y Ojeda, 2006a:4).
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Los propósitos que ha de contener ese plan deben explicitar acciones dirigidas hacia:
• La gestión y mediación de los aprendizajes a través de lo propuesto en el texto, a los estudiantes.
• La reflexión del pensamiento.
• El desarrollo de competencias.
• La práctica educativa.
En atención a lo antes expuesto, se puede decir que esos propósitos deben tomar en cuenta a los usuarios principales a quienes se dirigen las acciones explicitadas en el Plan de Curso: los estudiantes. A partir de lo comunicado en ese documento, ellos podrán planificar la gestión de sus aprendizajes, organizar su tiempo de estudio, generar productos y participar en distintas estrategias de evaluación de sus aprendizajes, autorregular su proceso de aprendizaje, o bien promover la autonomía de sus acciones.
Al momento de elaborar un Plan de Curso, se ha de tomar en cuenta la presencia de los siguientes elementos que caracterizan su estructura textual y le dan identidad institucional al documento elaborado. Esos elementos son: portada, fundamentación, objetivos, contenidos, estrategias instruccionales y de evaluación, bibliografía e instructivos para realizar trabajos prácticos, si el caso lo amerita. Aquellos se presentan de manera secuencial, con la finalidad de que respondan tanto a aspectos formales en su estructuración y presentación, como a los aspectos relativos a la escritura y a la instrucción.
La elaboración de un Plan de Curso se lleva a cabo en dos etapas: antes de la producción del material Instruccional, y después de elaborado el material instruccional. Sobre este particular, se destaca el hecho de que durante el desarrollo del material instruccional puede haber reconducciones de algunas intenciones que fueron previstas en el Plan de Curso inicial. La planificación de las acciones formuladas en ese plan
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inicial es lo que permite al especialista en contenido, en trabajo conjunto con el diseñador instruccional y evaluador, emprender la escritura del material Instruccional. De ahí, la estrecha vinculación entre el Plan de Curso que se elabora como fase inicial para producir un material Instruccional impreso y el desarrollo del material Instruccional, a partir de las intenciones declaradas en aquel. Ambos documentos ‘dialogan’ permanentemente y se transforman, en el tiempo.
Siguiendo a Mendoza (2002), para generar el Plan de Curso inicial, es necesario organizar la actividad, a partir de las siguientes interrogantes:
• ¿Cuál es la utilidad del curso?
• ¿Cuál es su propósito?
• ¿Cuál es la audiencia? ¿Cuáles son las metas a alcanzar y los objetivos a lograr?
• ¿Cómo plantear el procesamiento didáctico de la instrucción?
• ¿Qué medios utilizar para llevar a cabo el proceso Instruccional?
• ¿De qué forma se plantea la interactividad?
• ¿Cómo y cuándo evaluar el aprendizaje de los estudiantes?
Sobre la base de lo anterior, se destaca que este tipo de documento se convierte en una guía para escribir el material instruccional impreso.
En la siguiente sección, se presentan algunas recomendaciones generales que ayudarán a los especialistas en contenido hacer de sus materiales instruccionales impresos, mediadores del aprendizaje. Para ello, se describen propiedades instruccionales y textuales y se establecen criterios para la evaluación y autorregulación del proceso de producción escrita.
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2. Propiedades instruccionales y textuales para la producción de un material impreso
2.1. Propiedades instruccionales
Desde el Subprograma de Diseño Académico de la UNA, se han generado en los últimos tres años documentos fundamentales, para orientar a los especialistas en contenido que han de producir distintos elementos de un paquete Instruccional. Así se tienen los siguientes:
• Matos, M. (2008). Vinculación Plan de Curso y Material Instruccional como mediadores del aprendizaje. Caracas: UNA. Vicerrectorado Académico. Subprograma de Diseño Académico.
• Mendoza, J.; Guzmán, W. y Matos, M. (2008). La evaluación en los Planes de Curso e Instructivos para la elaboración de trabajos prácticos. Caracas: UNA. Vicerrectorado Académico. Subprograma de Diseño Académico.
• Mendoza, J. y Guzmán, W. (2008). Estructura básica para la elaboración del material instruccional impreso en la Universidad Nacional Abierta. Caracas: UNA. Vicerrectorado Académico. Subprograma de Diseño Académico.
• Alfonzo, A.; Arellano, E. y Ojeda, N. (2006a). Lineamientos para la elaboración de planes de cursos. Caracas: UNA. Vicerrectorado Académico. Subprograma de Diseño Académico.
• Alfonzo, A.; Arellano, E. y Ojeda, N. (2006b). UNA. Producción de materiales instruccionales. Caracas: UNA. Vicerrectorado Académico. Subprograma de Diseño Académico.
Con excepción del primer documento citado, los restantes han focalizado, mayoritariamente, su atención hacia la producción del texto académico, desde el punto de vista instruccional. En cambio, el primero de ellos, introduce elementos que permiten integrar, en la producción del material instruccional impreso, la perspectiva textual y la instruccional.
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Para ello, expone contenidos sobre el proceso de la escritura y sus posibilidades para mediar en el aprendizaje. Ello permite ver la escritura como un proceso cognitivo de producción que abre el camino para inducir el aprendizaje, desde el mismo texto.
A partir de lo anterior, se puede transferir lo expresado por Sanmartí, Jorba e Ibáñez (1999:303), a la situación de aprendizaje que induce un material Instruccional impreso; pues, en éste, “...toda acción tiene un aspecto intencional y un aspecto operativo”. Lo intencional es lo que se desea lograr con el aprendizaje. Es decir, el aprendizaje estratégico que se aspira sea alcanzado por el estudiante. Lo operativo es el cómo lograrlo. Para ello, la manera de organizar los contenidos da sustento al diseño Instruccional que debe evidenciarse en el texto elaborado. Para ahondar en cada uno de esos aspectos instruccionales, se sugiere revisar el documento Estructura Básica para la Elaboración del Material Instruccional Impreso en la Universidad Nacional Abierta, (2008), citado al inicio de esta sección. De ese documento, se menciona a continuación, de manera sucinta, la estructura instruccional que se propone al material impreso, como texto académico.
• Introducción
Desarrollo inicial
• Orientaciones para el estudio independiente
Desarrollo de cada unidad
• Orientaciones generales
• Introducción de la unidad
• Secuencia Instruccional
• Estrategias instruccionales del tipo: ayudas didácticas, ejemplos, preguntas intercaladas, ejercicios propuestos, entre varias opciones.
• Estrategias de evaluación
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Cierre de cada unidad
• Síntesis y/o conclusión de cada Unidad
• Estrategias de autoevaluación
De los elementos anteriores, se destacará la secuencia Instruccional y las estrategias de evaluación, por su impacto en la mediación de los aprendizajes.
La secuencia Instruccional se relaciona con el desarrollo de los contenidos que deben exponerse en el material instruccional impreso. Ella ha de presentarse de manera precisa, lógica, completa y sustentada en argumentos teóricos. La secuencia Instruccional de los contenidos debe propiciar en los estudiantes, el aprender a aprender. Es por ello que esa secuencia debe ir más allá de la mera presentación de informaciones, a fin de generar aprendizajes desprovistos de la simple memorización.
Tal como lo declara Lauillard (cit. por Mendoza, 2002), la secuencia Instruccional debe plantearse en una forma discursiva interactiva, adaptable y reflexiva. La instrucción debe focalizarse hacia el desarrollo de competencias que lleven al estudiante, a la construcción y reconstrucción del conocimiento.
En lo que respecta a las estrategias de evaluación, siguiendo a Mendoza y Guzmán (2008), se sugiere la combinación de ejercicios y actividades relacionados con los procesos cognitivos que se estiman incorporar en las evaluaciones sumativas, para facilitar la autoevaluación de los aprendizajes. En este sentido, las evaluaciones formativas cobran particular significado. Por otra parte, las prácticas propuestas han de vincularse con el nivel de complejidad enunciado en los objetivos de aprendizaje y con el nivel de complejidad que tendrán las evaluaciones sumativas propuestas.
En la producción de materiales instruccionales debe plantearse al estudiante la formulación de estrategias de evaluación autorreguladas. Es decir, aquellas que propician la conducción del proceso de evaluación, por parte del estudiante. Este tipo de evaluaciones, tal como refieren
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Matheus, Matos, Núñez y Tancredi (1999), hacen al estudiante más independiente y refina sus habilidades para procesar cualquier material de lectura. Por otra parte, le permiten resolver satisfactoriamente las evaluaciones sumativas que la Institución planifica, para la certificación se los aprendizajes. Por ello se sugiere llevar al estudiante hacia la reconstrucción de lo estudiado, la verificación de la calidad de su reconstrucción y la anticipación a la situación de evaluaciones exorreguladas. Es decir, las situaciones de evaluación que propone la institución al estudiante, como una fuente externa a él.
De las informaciones anteriores, se infiere el valor que adquieren las secuencias instruccionales y de evaluación, en los materiales instruccionales impresos.
Pozo y Monereo (1999) destacan la necesidad de intervenir las acciones instruccionales, para aprender. En este caso, las estrategias planificadas e intencionadas llevan al estudiante a organizar e interpretar las informaciones transmitidas en el material instruccional. Por ello, es necesario estimular el buscar, seleccionar, inferir y analizar, entre varias acciones que se planifiquen para mediar en el aprendizaje.
Transfiriendo la idea del aprender a aprender desde el texto académico, los especialistas en contenido, al momento de producir su material Instruccional impreso, deben considerar las siguientes acciones a fin de propiciar el aprendizaje, en los estudiantes:
a El saber que se corresponde con el dominio conceptual-declarativo.
b El poder que se asocia con el dominio psicomotor-procedimental.
c El querer que se vincula con el dominio afectivo-actitudinal (Monereo, 1999).
El equilibrio entre las dos primeras acciones provee a los estudiantes de herramientas para atender el qué aprender como objeto de estudio y el cómo aprender, como pensamiento estratégico. La interacción entre ellas les aporta el saber hacer con direccionalidad. La tercera acción les induce en el querer hacer, al destacar aspectos de su motivación que
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resultan imprescindibles, en los procesos de reflexión y toma de decisiones que deben caracterizar sus aprendizajes. Seguidamente, se presenta de manera sucinta y a modo de orientación, los rasgos que han de estar presentes al momento de escribir un material Instruccional impreso y las pautas para su corrección y/o autocorrección. La evidencia de esos rasgos permite al especialista en contenido que genera un texto Instruccional, verificar si su producción escrita satisface o no, los requisitos que aquel debe tener, corregir su producción escrita y autorregular su proceso de escritura.
2.2 Propiedades textuales o aspectos comunicativos, para la elaboración de materiales instruccionales impresos.1
1 Las informaciones que se presentan en esta parte fueron adaptadas del Plan de Evaluación de la Asignatura Lengua y Comunicación en Educación, correspondiente a la Carrera de TSU en Educación Integral. Material de Apoyo Elaborado con Fines Didácticos, para la Corrección del Trabajo Práctico. Ver: Matos (2004). A continuación se presentan informaciones básicas que permitirán a los especialistas en contenido disponer de criterios sustentados en una teoría del lenguaje (la Lingüística del Texto), para valorar, en su justa dimensión, su producción textual escrita. En este sentido, se destacan aspectos fundamentales de la escritura, como proceso cognitivo de producción, dadas sus repercusiones en el aprendizaje, bajo la modalidad de estudios a distancia que caracteriza a la UNA. También, se precisa la forma cómo debe ser corregida tal producción. Abordar estos procesos (el de la escritura y el de su corrección), a partir de criterios válidos, orienta las tomas de decisiones sobre lo escrito y genera la autorregulación de la escritura, por parte del especialista en contenido. A partir de lo enunciado, se infiere que en la producción textual y en su revisión o corrección está implícito el proceso de la autocorrección. Es decir, la reflexión de nuestro texto escrito antes de mostrarlo, con fines diversos, a audiencias particulares. Esta autorreflexión contempla los criterios o aspectos comunicativos que determinan la consideración de un texto. Seguidamente se definen cada uno de ellos.
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Adecuación. Es una propiedad del texto que orienta al emisor de la información sobre el uso que ha de darle al lenguaje, según la situación comunicativa. Ese uso determina el tipo de registro a utilizar (formal/informal), la conveniencia o no de disponer del lenguaje técnico, la adopción de fórmulas de tratamiento según su audiencia y el tipo de texto a producir (tú, usted o la manera impersonal).
Coherencia. Es un aspecto comunicativo vinculado con la forma cómo el texto debe ser estructurado y como deben distribuirse sus informaciones, atendiendo a rasgos de: precisión, pertinencia, orden, entre varios.
Cohesión. Es una propiedad del texto asociada con aspectos léxicos, sintácticos y ortográficos y con los vínculos que unen o relacionan las distintas ideas que conforman un texto (signos de puntuación, pronombres, artículos, conjunciones...)
Presentación. Es un aspecto comunicativo asociado con los aspectos formales de la escritura que remiten a las convenciones sociales, sobre la manera cómo deben mostrarse públicamente los materiales escritos.
Las propiedades textuales o rasgos comunicativos definidos anteriormente permiten corregir, autocorregir y/o autorregular la producción de un material instruccional impreso que pretende ser mediador de aprendizajes. Para emprender tales acciones, es necesario precisar cómo se debe asumir la corrección o revisión. Con estos términos, se alude la actividad pedagógica que integra diversos propósitos, a fin de promover aprendizajes mediante la producción escrita (material instruccional). Estos propósitos se dirigen a:
a Verificar si el material Instruccional impreso pone en evidencia la presencia de las propiedades textuales relacionadas con coherencia, cohesión, adecuación y presentación.
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b Realizar reelaboraciones al texto académico propuesto, a partir de la verificación de sus propiedades textuales.
c Integrar las propiedades instruccionales y textuales, en la producción del material impreso, como parte del diseño instruccional que ha de caracterizar este tipo de texto.
La manera cómo se oriente a los especialistas en contenido en la corrección y autocorrección de su material instruccional y la autorregulación que pueda derivar de los procesos de producción del mismo se sustenta en la consideración del proceso de la escritura académica, como una oportunidad para aprender a generar textos instruccionales (desde lo pedagógico y lo comunicacional), inducir a los estudiantes en situaciones de aprendizaje y promover en ellos el aprender a aprender. En este sentido, la corrección, y autocorrección que se haga a un material Instruccional impreso no son acciones equivalentes a ir tras la búsqueda del “error” ortográfico o sintáctico; no se trata de convertir la escritura en un evento punitivo. Al contrario, esas tres acciones impregnadas de criterios para su abordaje llevan al especialista en contenido a reflexionar, sobre la base de su propia producción textual.
Las acciones referidas traen consigo la idea de mejora continua del material instruccional impreso, para solucionar situaciones de la escritura de textos académicos como mediadores del aprendizaje. Además, fortalecen las competencias textuales y estratégicas de los académicos que asumen la producción textual escrita, como una actividad retadora, en su tránsito por la Institución. En este proceso asistido, el especialista en contenido desarrolla estrategias para la escritura de textos instruccionales y promueve el intercambio comunicacional que se ha de establecer entre las partes involucradas en ese proceso: lector, texto, autor. Para lograrlo, es necesario planificar la escritura del material instruccional impreso, atendiendo a los siguientes interrogantes:
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¿Cómo produzco un material Instruccional impreso? → atendiendo a las fases de la escritura (preescritura, elaboración, reelaboración, versión final) e intentando que las ideas plasmadas en el texto escrito den evidencia de las propiedades o aspectos comunicativos que lo han de caracterizar (coherencia, cohesión, adecuación y presentación).
¿Cómo corrijo el texto instruccional? → verificando la presencia o ausencia de las propiedades o aspectos comunicativos.
¿Cómo reelaboro el material Instruccional impreso? → realizando una nueva propuesta de éste, a partir de la(s) reflexión(es) derivada(s).
Al escribir el material instruccional, el especialista en contenido está inmerso en la escritura como un proceso cognitivo. En su mente, se alojan muchas de las ideas que los estudiantes interactuarán y mediarán con otras del medio exterior, para asociarlas y relacionarlas. Para lograrlo, su texto llevará al estudiante a plantearse situaciones sobre la base de lo leído, reflexionar ante ello, resolver situaciones, ordenar y jerarquizar, entre varias situaciones de aprendizaje.
Para Ríos (2004), entre otros investigadores, la escritura de un texto debe permitir la confrontación de ideas, pensamientos, sentimientos e impresiones, para hacérselas llegar a una audiencia de manera comprensible y alcanzar determinados objetivos. Sobre este particular, se destaca la importancia de la escritura coherente, cohesiva y adecuada del material Instruccional impreso, la atención a su audiencia inmediata (los estudiantes de la modalidad de estudios a distancia de la UNA), el desarrollo de objetivos de enseñanza y su incidencia en el aprendizaje. La atención a esos aspectos hace posible que el material Instruccional impreso genere en sus lectores diversos procesos. De este modo, el especialista en contenidos mediante su producción textual promueve, en el estudiante, diversos procesos de aprendizaje.
Siguiendo a Cassany (1996), se enuncian a continuación las acciones que este autor considera pertinentes, para la producción eficaz de un texto escrito. En el caso de este estudio, se transfiere la información
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a la producción de materiales Instruccionales impresos. Al leerlas, es conveniente reflexionar ante ellas, a fin de guiar la producción de tales textos.
Al escribir es necesario:
• Tomar en cuenta la audiencia a quienes se dirige el texto, a fin de pensar en las cosas que les quiere decir, en las cosas que ya saben, en cómo quiere presentarse a sí mismo. En el caso del material Instruccional impreso, promover el aprender a aprender.
• Planear cómo será el texto, es decir, bajo cuál esquema podrá ser presentado. Este esquema o estructura remite a los elementos instruccionales mencionados en la Sección 2 de este estudio.
• Releer y revisar el texto a medida que se vaya produciendo, para verificar la presencia o no de sus propiedades textuales o aspectos comunicativos y propiedades instruccionales. Esto permite compartir inquietudes con el diseñador Instruccional y el evaluador, para verificar si el texto producido es un mediador del aprendizaje o no.
• Tomar decisiones sobre la base de la acción anterior y seguir escribiendo o reescribiendo el material instruccional.
De lo expuesto anteriormente, se resaltan momentos o fases de la escritura que, generalmente, los productores de textos que se inician en esa tarea desestiman o piensan que al seguirlas debilitan ese proceso. Se refiere en concreto a las siguientes fases:
1. Planificación de la escritura del texto instruccional sustentada en representaciones gráficas de diversa índole, con las cuales se identifique el escritor (mapas mentales, esquemas, mapas
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conceptuales...). Al respecto, se sugiere revisar el texto de Matheus, Matos, Núñez y Tancredi (1999).
2. Producción de borradores del texto instruccional, a partir de la fase anterior. (Primeras aproximaciones al texto). El plural “borradores” da la idea de una acción que se repite varias veces en el tiempo, hasta que el productor del texto considere aceptable su material Instruccional impreso, para una revisión profunda y corrección de otras personas.
3. Revisión del texto producido, en atención a las propiedades instruccionales y textuales. Esta acción lleva implícita la relectura del material y las sugerencias que se puedan acotar, para emprender cambios en aquel que permitan mejorarlo, en función de que ese texto es un mediador del aprendizaje que difunde la “voz” del académico que lo elabora.
4. Producción de la versión acabada del material instruccional, dando continuidad a la consolidación de las fases anteriores. Al llegar a esta última fase, el especialista en contenido debe sentirse satisfecho con su texto académico, antes de su difusión a los estudiantes.
Sobre la base de las informaciones difundidas en este estudio, el especialista en contenidos podrá abordar con propiedad, la producción de un material Instruccional impreso, desde la visión de la lingüística textual y el diseño instruccional.
Con la finalidad de orientar la corrección, autocorrección y autorregulación del material instruccional impreso, elaborado por el especialista en contenido, se presenta en el Cuadro 1, un instrumento que permitirá la revisión de aquel, a partir de sus propiedades textuales o aspectos comunicativos.
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Cuadro 1: Propiedades textuales o aspectos comunicativos
evidenciadas en el material instruccional producido
Propiedad del texto
o aspecto comunicativo
Manifestaciones en el Material
Instruccional
Evidencia
Sí
No
1. Adecuación
1.1 ¿Está claro el propósito del material
Instruccional elaborado?
1.2 ¿Resulta adecuada la información para la
audiencia a quien se dirige el material
Instruccional?
1.3 ¿Existe correspondencia entre las fórmulas
de tratamiento utilizadas y el nivel de
formalidad que requiere el texto?
1.4 ¿Existe correspondencia entre el registro del
lenguaje utilizado y el nivel de formalidad del
texto?
1.5 ¿Se hace uso del lenguaje técnico
característico del área del conocimiento a la
que pertenece la temática a desarrollar?
2. Coherencia
2.1 ¿Hay precisión en el manejo de la
información presentada en el texto?
2.2 ¿Se muestra pertinente y suficiente la
información ofrecida?
2.3 ¿Se organizan las informaciones atendiendo al
esquema: inicio, desarrollo, cierre?
2.4 ¿Están jerarquizadas las ideas en el texto?
2.5 ¿Se corresponden las ideas con los
tópicos a desarrollar?
2.6 ¿Predomina en el texto un uso del lenguaje
pedagógico que promueva la mediación y el
aprender a aprender?
2.7 ¿El desarrollo de las unidades se fundamenta en
la presentación de argumentos nuevos y válidos?
3. Cohesión
3.1 ¿Existe una adecuada sintaxis?
3.2 ¿Se mantiene la temporalidad verbal?
3.3 ¿Hay un uso adecuado de la sustitución
anafórica?
3.4 ¿Hay un empleo adecuado de conectores y
enlaces textuales?
3.5 ¿Se hace un uso adecuado de los signos de
puntuación?
4. Presentación
4.1 ¿Se mantiene el uso de sangrías, márgenes,
tamaño y tipo de letra?
4.2 ¿Se hace un uso adecuado de citas y/o
referencias en el texto?
4.3 ¿Son cónsonos los títulos y/o subtítulos con la
información presentada?
4.4 ¿Hay elaboración de índices (general, por
unidades…)?
4.5 ¿Se presenta una introducción general y por
capítulos o unidades?
4.6 ¿Hay cierre de las unidades desarrolladas?
4.7 ¿Se evidencia en el texto ayudas pedagógicas
(preguntas, actividades, referencias a materiales
para consultar…)?
Fuente: Autora
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La verificación que se haga a cada una de las propiedades textuales o aspectos comunicativos del material instruccional impreso producido permite validar la escritura de ese texto académico, como un mediador del aprendizaje. Además, posibilita fomentar el aprender a aprender de la audiencia a quien se dirige el material (los estudiantes). Del mismo modo, orienta en cuanto a la incorporación o eliminación de elementos propios del lenguaje escrito que permitan aportar precisión a la escritura del material, para convertir tal producción, en un texto instruccional acorde con los requerimientos pedagógicos y textuales, para la modalidad de estudios a distancia que caracteriza a la UNA.
Síntesis descriptiva
Sobre la base de lo investigado, se presentan a continuación algunas ideas fundamentales en las cuales se apoya este estudio, en el contexto de la UNA.
La producción de los diferentes elementos que conforman el paquete instruccional de un curso es una acción, en la que interviene un equipo interdisciplinario: especialista en contenido, diseñador instruccional y evaluador. Cada uno de estos académicos con roles formativos muy específicos, dentro de ese proceso de producción.
La elaboración de un material instruccional impreso (Texto UNA, Selección de Lecturas, Guía Instruccional, Problemario y Manual, entre varios) debe cumplirse por etapas. La primera de ellas lleva al especialista en contenido (productor del texto) a revisar el documento base de la carrera o mención, para la que producirá tal material (diseño curricular). Luego, la formulación de un Plan de Curso (inicial) que le orientará en el desarrollo y redimensionamiento de su propuesta de texto.
El material instruccional impreso es un texto académico; es decir, un producto comunicativo (oral o escrito) que se elabora en un contexto institucional educativo, con fines específicos. Siguiendo a
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Padrón (1996), los rasgos característicos atribuibles a esos textos son: Intención, destinatarios y origen.
El material instruccional se convierte en un elemento mediador del aprendizaje, esencial en la modalidad de estudios a distancia. De ahí la importancia de su escritura, atendiendo propiedades textuales y propiedades instruccionales.
La permanente interacción que realiza el estudiante con el material instruccional le permite abordar diversos procesos de aprendizaje.
La elaboración de un material instruccional impreso debe atender las fases de la escritura (preescritura, escritura, reescritura), a fin de garantizar la calidad de la producción textual. En ésta, se han de evidenciar aspectos comunicativos y pedagógicos que integren el proceso de enseñanza y aprendizaje que se pretende generar.
Antes de culminar, se transcribe, para la reflexión, una expresión de Monereo (1999:368) que resume, en buena medida, las intenciones que se han pretendido transmitir a lo largo de este estudio:
El comportamiento verbal…modela notablemente la forma de aprender de sus alumnos.
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