1. PASTORAL DE ADOLESCENTES
1. Conociendo a los preadolescentes
El momento en que se deja de ser niño y se
empieza a entrar al círculo de los “más grandes”,
suele ser vivido intensamente, tanto por los
protagonistas de este tránsito, como por los que
están cercanos a ellos.
En esta etapa de la vida ocurren importantes
cambios personales: es el tiempo en que el individuo abandona su
existencia receptiva y dependencia, hacia una existencia autónoma y
personalizada. La seguridad infantil va perdiendo terreno a favor de
una autonomía aún no relazada. Estos cambios alteran no sólo el
universo personal del individuo, sino que implica todo el contexto
socio-afectivo en que está involucrado: padres, familia, Iglesia, centro
educativo, amigos etc.
La observación y estudio de la adolescencia dio a conocer aspectos
importantes respecto a la secuencia del proceso, permitiendo
discriminar sub. Etapas en su interior. Algunos autores consideran
dividir la adolescencia en dos etapas: la preadolescencia y la
adolescencia que van de los 13 a 15 años.
Este proceso los cambios se dan gradualmente y de manera
interrelacionada y que por lo tanto, no es lo mismo tener 11 años a
tener 13, aunque a cese se parezcan tanto. Para nuestros objetivos,
importa detenernos en la primera etapa de la adolescencia, es decir
en la preadolescencia.
2. Ser adolescente: ¡Ya no! y ¡Todavía te falta!
Lo que parece distingue al preadolescente es la auto percepción y
la percepción de los demás de que “Ya no son los mismos”. Existen
señales internas y externas que denotan que están cambiando. Por
momentos este cambio es ansiosamente esperado y en otros les
gustaría, tanto a sus protagonistas como a sus educadores, “seguir
siendo como antes”. Importa conocer los aspectos más centrales de
esta etapa para entender a los que están transitando.
Dejar la niñez implica un cambio lleno de expectativas por las
nuevas posibilidades que el “ser más grande” depara. Como también
sentimientos de duelo por lo que se deja atrás. En la reciente
investigación” El adiós a la niñez. Los preadolescentes dan cuenta de
sus frecuentes sentimientos de soledad, aburrimiento y melancolía y de
sus deseos de libertad y amistad.
2. Junto a los cambios externos, que se hacen visibles, en la
preadolescencia se inicia el desarrollo de las características sexuales
secundarias que se asocian al surgimiento del impulso sexual.
Para ambos sexos, la imagen corporal es muy importante en
términos de recibir de la percepción de los demás. Los distintos ritmos
de desarrollo o la no conformidad con la propia imagen suelen estar
muy asociados a la baja autoestima, ya que en esta etapa buscan
afanosamente ser aceptados por sus pares. La comparación constante
puede transformarse en motivo de burlas y aislamiento.
a los cambios biológicos también se acompañan los cambios
psicológicos importantes, la pregunta ¿Qué me esta sucediendo?; ala
excitabilidad casi eufórica de reírse por todo y de todo se intercala la
irritabilidad, las ganas irrefrenables de llorar por cualquier cosa o por
ninguna cosa… la autoconciencia puede aparecer asociada a fuertes
sentimientos de soledad, asociada a no sentirse queridos.
Se habla de un desajuste íntimo, vivido a veces dolorosamente. Son
dos fuerzas en oposición: la del niño mayor, seguro, lúcido y estable y
la del que empieza a vivir la pubertad: ansioso, perplejo, oscilante,
critico. Hasta que evolucione la estructura infantil hacia los
requerimientos nuevos, se vivencia un periodo de crisis mas o menos
conflictivo.
En ese contexto, aparecen demandando autonomía y libertad
para elegir y actuar, al mismo tiempo están muy susceptibles a la
opinión de los demás y anhelan sentirse confirmados en sus elecciones.
Experimentan necesidad de mayor distancia afectiva de los padres
que les permita asegurar su autonomía y, sin embargo, están muy
necesitados de afecto y reconocimiento que los sostenga y afirma su
búsqueda.
Los gustos cambian. En esto también actúa la presión del medio
que ya no acepta que se sigan entreteniendo con cosas de niños. Pero
todavía están confundidos respecto a lo que realmente les agrada.
En este afán surge la “lata”, el aburrimiento, de no saber que elegir.
Están probando al mundo con sus posibilidades y probándose a si
mismos.
La música pasa a ser un interés nuevo que permite integrarse a un
lenguaje juvenil universal. Los cantantes y grupos de rock entre otros
pasan a ser portadores de signos de identidad cultural juvenil, aun
cunado no tengan claro qué representan.
En la esfera social aparecen temores e inseguridad en su relación
con el otro sexo y una búsqueda de apoyo en el grupo de pares, el
que brinda protección, dependencia y afiliación, buscan nuevas
relaciones que confirmen su nuevo estatus.
3. RESPONDER A LAS NECESIDADES DE LOS
PREADOLESCENTES.
Tendiendo delante de nuestros ojos lo que
significa ser preadolescente, tenemos que
preguntarnos qué es lo más importante a la
hora de querer hacer un acompañamiento
pastoral de esta etapa de vida. Mirando lo
que nuestros preadolescentes viven, tenemos
que decir que el criterio más importante a
tener en cuenta en el acompañamiento
pastoral de esta etapa es la perentoriedad de responder a sus
necesidades.
Actualmente los preadolescentes enfrentan dos experiencias que no
están en condiciones de resolver solos y que, potencialmente, pueden
introducir perturbaciones serias a su proceso de crecimiento. Estas
experiencias representan sus mayores necesidades: la soledad y el
aburrimiento.
1. La experiencia de la soledad y la necesidad de ser
contenidos.
En su caminar, los preadolescentes, se sienten con frecuencia solos.
Es la soledad natural de quienes empiezan a experimentar la génesis
de la autoconciencia que los hace sentirse diferentes y únicos.
También es la soledad que quienes no tiene un espacio afectivo seguro
y estable, la de quienes conviven con los adultos temerosos y
confundidos que parecen tan adolescentes con ellos mismos, o que
están ocupados que no tienen tiempo mas que para ordenes y
recriminaciones.
Finalmente la soledad que sufren los que les cuesta tener amigos,
que se sienten poco valorados y atractivos para los demás. Se sienten
solos y temerosos del rechazo de los demás, evitan el encuentro, se
encierran y aíslan, en la casa, en el colegio, en el barrio.
Tomado encuenta seriamente las muchas caras de la soledad
preadolescente, significa ofrecerles un espacio donde se sientan
escuchados, valorados y respetados. Se trata de ofrecerles un medio
genuino, junto a los adultos genuinos que los contengan en su afecto,
que los acojan con paciencia y serenidad frente a sus errores,
encaminándolos al cambio conscientemente asumido.
4. Significa darles la oportunidad de conocerse un poco más, de
entender lo que les pasa y de aceptarse, desde la experiencia de
sentirse aceptados y queridos. Implica respetar su intimidad sin
intromisiones controladoras, ofreciendo una relación cercana y atenta.
Es también la oportunidad de desarrollar las habilidades sociales
necesarias para la relación con los demás, superando las
descalificaciones y burlas que proyectan en los demás los propios
temores de ser descalificados y rechazados.
Darles la experiencia de compartir con los pares, aceptando las
diferencias, valorando y construyendo la propia identidad.
Ser contenido es vivir la experiencia el amor del Padre, que acepta y
perdona y que los impulsa a ser cada vez mejores, más valientes y
más generosos.
2. La experiencia del aburrimiento y la necesidad de ser
estimulados.
Para los adultos que conviven con los preadolescentes, lo que más
los confunde es el constante aburrimiento de los preadolescentes, Les
resulta inaudito al llamado aburrimiento, en el sentido de creer que
sentirse aburrido es una decisión personal y no una emoción que se
experimenta frente a las situaciones que se viven, y, por lo tanto, se
manifiesta independiente de la voluntad. Se da por supuesto,
entonces, que “los preadolescentes se aburren porque quieren”, por
que eligen aburrirse.
Vale la pena detenerse a percibir que todos tenemos una
tendencia natural al placer, definido como ese aumento de la
intensidad de la vida que se experimenta cuando sentimos que algo
llena la vida. Esto ocurre cuando el impulso vital encuentra
satisfacción y nos hace “sentir” internamente la vida.
El aburrimiento es una emoción en que se experimenta la sensación
de que el impulso vital se ha detenido o desaparecido. No hay nada
que “diga” algo al impulso vital, de modo que la aspiración al placer
queda abierta. La existencia se siente vacía y desierta, porque nos e
vivencia ninguna clase de impulso.
5. La acción pastoral con preadolescentes debe responder a sus
búsquedas, teniendo conciencia de que los preadolescentes no saben
qué andan buscando, porque no están aún en situación de saberlo.
Esto implica estar atento a estimularlos, respondiendo a sus ritmos,
ofreciéndoles experiencias breves y variadas. En ese sentido, tanto
necesitan espacios para la aventura, para paseos, como para la
conversación calmada o intensa en torno a temas que les importan.
Sus naturales sentimientos solidarios necesitan ser fomentados y
concretados en actividades en que sientan el poder de su bondad, aun
cuando no sean de largo alcance.
Su capacidad locomotora puede ser encauzada en la actividad del
baile y del deporte, al mismo tiempo que es posible entrenarlos para
trabajar organizadamente.
Su sensibilidad espiritual, de fuerte emotividad, encuentra
alimento en las experiencias celebrativas de mayor misticismo, que
motiven a un sentimiento de fe vivido con intensidad junto a otros.
Son capaces de grandes sacrificios personales cuando estos evocan con
fuerza su generosidad y los inspiran a actuar por los mas necesitados.
3. LINEAS DE ACCIÓN PARA LA PASTORAL PREJUVENIL
En este punto sobre las líneas de acción de
propone un conjunto de aspectos que permitan
llevar a la practica una respuesta a los
preadolescentes que intenta ser mas acertada.
Para ello se propone examinar un objetivo
orientador del programa, describir la
experiencia grupal a que se quiere invitar a los
preadolescentes, explicitar el modo de
comprender la formación, describir la relación
pedagógica que se considera adecuada, para
finalmente explicar el método que se utiliza
para los encuentros formativos.
6. 3.1 El objetivo de la pastoral Prejuvenil.
Teniendo en cuenta todo lo dicho hasta el momento, se podría
definir el objetivo de la pastoral con los adolescentes del siguiente
modo:
Acompañar el proceso de crecimiento de los preadolescentes, en un
espacio de acogida, donde se sientan contenidos y estimulados y se
encuentren con Jesús, como el héroe que encarna sus deseos de
audacia y ternura.
Este objetivo quiere tomar muy en serio el peligroso dato de que los
adolescentes se encuentran en la actualidad aburridos y solos.
3.2 Características de la experiencia grupal.
Se propone trabajar convocando a los adolescentes a integrarse en
un grupo de pares, de tipo mixto, con contornos indeterminados en
cuanto al número de participantes, que acoge jóvenes de 13 a 15 años,
con ritmo de encuentro semanal o quincenal.
Por las características de su etapa, los adolescentes no están en
condiciones de vivir experiencias comunitarias del tipo que se da en
pastoral con los jóvenes, grupos pequeños, estables, con un proceso de
continuidad en el tiempo. Ellos necesitan participar en grupos más
numerosos 20 a 30 chicos. Así el grupo resulta una experiencia más
estimulante por la variedad de relaciones que pueden establecer. Hay
que recordar que los vínculos más personalizados y selectivos es una
experiencia que los jóvenes llegan a vivir bastante al final de la
adolescencia, no antes.
7. Tampoco es posible esperar una participación muy estable. La idea
es favorecer el crecimiento en la participación responsable, sabiendo
que está en camino hacia ese aprendizaje, pero no en condiciones de
alcanzarlo. Es normal que los adolescentes tengan diversos motivos
por los cuales tener una participación discontinua. Lo importante es
que ellos sientan que el grupo está siempre abierto a acogerlos, que
los anima a una participación estable, pero que no rechaza a
ninguno.
3.3 La formación de los adolescentes.
Respecto al tema de la formación, conviene hacer una aclaración
inicial. En el área evangelizadora existen dos tipos de formación: La
catequesis y el acompañamiento permanente, ambas igualmente
necesarias para la madurez de fe de todo cristiano. Sin embargo,
cada una tiene un objetivo y un ámbito propios. Esta es una
aclaración importante por que la formación suele caer en confusiones
cuando no se distinguen bien los ámbitos.
Los niños ya participan de una catequesis sistemática con vistas al
sacramento de la primera comunión. La pastoral adolescente se ubica
en la etapa siguiente y por esto parece muy adecuado entender la
formación de este periodo como un acompañamiento y no como
catequesis. Vamos a establecer como se concibe esta formación de
acompañamiento.
3.4 La formación como acompañamiento del proceso madurativo.
Centrar la mirada en las experiencias de los jóvenes llevó a tomar
muy enserio la evolución biológica, psicológica, social, ética y
espiritual que experimentan los jóvenes desde la pubertad hasta
llegar a ser jóvenes adultos. Esta mirada sobre el ciclo vital permitió
comprender que la formación no puede sino ser un proceso de
acompañamiento que respeta el ritmo de crecimiento de los jóvenes,
a la vez que contribuye a revelarlo y consolidarlo.
Por tanto allí donde antes había temas a pasar, hay ahora
dimensiones de la vida del joven a tener en cuenta en el
acompañamiento formativo.
8. Por esto el concepto de formación en la pastoral con adolescentes
quiere tomar en cuenta cinco dimensiones o ejes centrales en el
acompañamiento, desarrolladas a través de un programa anual Estas
son:
- Autoconocimiento: En este eje se pretende favorecer una
alfabetización emocional básica de los adolescentes
conjugando el conocimiento de sus propias emociones con el
aprender a manejarlas algo mejor y desarrollar habilidades
de conducción de sus propias motivaciones. Considera temas
como la autoestima, auto imagen, relación logro-esfuerzo,
temor-rabia y aburrimiento.
- Fraternidad: En este eje se busca facilitar el reconocimiento y
la empatía de los adolescentes con las emociones de los otros
en su entorno inmediato y favorecer un cierto mejoramiento
en la capacidad de manejarse bien con ellas. Considera
temas como los celos, las bromas, la convivencia familiar, el
manejo de la presión grupal y la celebración de los
cumpleaños.
- Bondad: en este eje se pretende fortalecer la empatía social,
particularmente con los más débiles. Considera actividades
como extender la ternura, visitas a hogares, realización de
actividades recreativas para niños, desarrollar la
responsabilidad ciudadana, la profundización del sentido de
las normas de cortesía, etc.
- Recreación: En este eje se pretende dar espacio a la
necesidad de expansión recreativa y la convivencia lúdica de
los adolescentes, considerando actividades tales como paseos,
campamentos, festivales etc.
- Vivencia de la fe. En este eje se pretende educar y fortalecer
la fe de los adolescentes. Todos los ejes anteriores se trabajan
con un mirada creyente, sin embargo, parece necesario
considerar además un eje especifico donde los adolescentes
puedan profundizar su encuentro personal con Jesús, el
héroe, conocer a hombres o mujeres de Dios como Juan
Martín Moye, Madre María Xavier etc. tener experiencias de
oración y celebrar la reconciliación y la eucaristía.
9. 3.5 Método de la pastoral adolescente.
LINEAS DE ACCION
De acuerdo al itinerario formativo, que se propone hay dos tipos de
encuentros: los de acción (recreación, solidarios, deportivos, etc.) y los
de reflexión.
. Los encuentros de acción: Estos requieren de una buena
planificación, la que se logra con el método tradicional de
planificación que consiste en diseñar un objetivo, programar las
acciones para llevarlos a cabo, estableciendo tiempos, responsables,
recursos y modos de evaluación.
. Los encuentros de reflexión: En cambio, para los encuentros de
reflexión, necesitamos un método que responda a la realidad de los
adolescentes y a nuestros objetivos formativos. Si lo pensamos bien,
podemos coincidir en ciertos elementos que le pediríamos al método
que estamos buscando para considerarlo adecuado. Podemos decir
que:
- Queremos un método eficiente, es decir que no deje las
cosas en el aire sino que permita efectivamente alcanzar
los objetivos que nos proponemos en cada encuentro.
- Queremos un método que permita que haya variedad en
los encuentros, por que los adolescentes necesitan ser
estimulados a través de la variedad.
- Queremos un método fácil de aplicar, que no necesite una
gran capacitación para su empleo
El método se divide en cuatro pasos principales que son:
1. Con un clima adecuado. Este primer paso busca centrar la atención
de grupo, generando una mínima expectación por el tema del
encuentro, con el clima de motivación necesario
2. Démonos cuenta. Este paso busca que los adolescentes puedan
mirar las experiencias que viven dándose cuenta de si mismos. Se
trata de favorecer el autoconocimiento de sus actitudes, intereses,
motivaciones, gustos, preferencias, valores, emociones etc., etc. es el
momento en que los adolescentes miran sus experiencias y se
reconocen en ellas.
10. 3. Alineemos nuestras motivaciones. Este tercer paso busca favorecer
un mínimo reordenamiento en sus experiencias.
A todos los seres humanos nos pasa que tenemos expectativas en la
vida, anhelos, aspiraciones, metas, etc. Sin embargo, no todos tenemos
la suficiente “inteligencia emocional” como para ordenar nuestras
motivaciones y por tanto nuestro comportamiento en función de esas
metas o anhelos. Con frecuencia nos ocurre que hay un divorcio
conductual entre lo que queremos lograr y lo que efectivamente
hacemos.
Las investigaciones más recientes al respecto han revelado que el
secreto más importante para alcanzar las metas de la vida, tiene que
ver con la capacidad de alinear debidamente las motivaciones, es
decir, poner en una misma línea lo que queremos alcanzar y lo que
hacemos para alcanzarlo. Entre nuestras metas y nuestras conductas
están nuestras motivaciones. Ellas son las que permiten acertar o
equivocarnos.
Si las motivaciones están alineadas con las metas, las conductas serán
coherentes
Esto es lo que permite, trabajar concentradamente, desarrollar
autodisciplina, ser capaz de postergar las gratificaciones inmediatas en
función de las metas y gozar de lo que se hace por vivirlo con control
interno y no como una obligación impuestas desde fuera.
Desde luego, no podemos pedir esto a los adolescentes. No podemos
esperar que ellos lo tengan, tenemos que enseñárselos, es decir,
tenemos que entrenarlos lenta, trabajosa, pero firme y
consistentemente.
Es importante que los adolescentes tengan la oportunidad de
descubrir por donde deberían reelaborar lo que viven para ser más
coherentes con sus metas.
4. Celebremos. Este cuarto paso pretende recoger lo vivido en el
encuentro en una oración celebrativa, de encuentro con los gestos,
actitudes y enseñanzas de Jesús. Con el deseo de poner en sus manos
los anhelos de crecimiento que cada uno guarda en su corazón.
Como pueden ver, este método pretende desarrollar en el
encuentro un pequeño proceso que les permita a los adolescentes
decir: CON UN CLIMA ADECUADO; DEMONOS CUENTA; ALINIEMOS
NUESTRAS MOTIVACIONES Y CELEBREMOS.
Lo importante es que no haya monotonía en los encuentros de
reflexión ya que los pasos del método no se alteran pero si se puede
hacer aportes variados a nivel didáctico. Nos ayudará un amplio
repertorio de recursos didácticos.
11. PARA PREPARAR EL ENCUENTRO
Además de esas recomendaciones durante el encuentro es
necesario tener prevista algunas cosas al prepararlo.
- Es importante tener preparado todo el material que se va a
usar en el encuentro.
- Preparar con cuidado cada paso, evitando leer todo el
tiempo el texto. Es útil para el animador hacerse de un
esquema es decir un punteo resumido de los pasos.
- Favorecer un ambiente de acogida, llegando antes,
preparando la sala, ordenado las sillas, tener cuando sea
posible música.
- Conviene dar siempre un tiempo determinado en el
encuentro, para los avisos, para evaluar el encuentro y para
dividir las tareas del siguiente encuentro.
- El animador puede ir incorporando ayuda de voluntarios
para encargarse de algunos aspectos del encuentro:
- preparar la sala
- Limpiar la sala después de la reunión
- Dar avisos
- Preparar un juego para el final
- Acoger a los integrantes al inicio
- Cronometrista
- Espiritualizador
- Cultivador