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70 Cir Esp. 2007;81(2):70-7
Introducción
La publicación de un manuscrito es la culminación del
método científico. ¿Para qué sirve? Cuando se redacta
de forma apropiada, proporciona a la comunidad científi-
ca información relativa a lo que se hizo, por qué se hizo,
cómo se hizo, qué resultó de lo que se hizo y qué signifi-
ca lo que se hizo1
.
Pero antes de pensar en escribir, conviene decidir si la
futura publicación tiene razón de ser. Es inexcusable un
ejercicio de reflexión y autocrítica que evite justificacio-
nes propias y calibre la relevancia de las conclusiones a
la luz del estado actual de los conocimientos disponibles.
Se ha de responder de forma afirmativa a estas tres
cuestiones: ¿tiene razón de ser la publicación de los da-
tos disponibles?; ¿se dispone de pruebas sólidas y res-
puestas claras a la hipótesis y los objetivos propuestos?,
y ¿son relevantes las conclusiones del estudio?2
.
Una vez superada esta fase, no empiece a escribir to-
davía. Un buen manuscrito puede ser rechazado por es-
coger un formato o una revista inadecuados1-5
. Dedique
unos minutos a seleccionar el tipo de artículo más conve-
niente para sus propósitos: un artículo original, la comuni-
cación de un caso clínico o de una serie de casos, un artí-
Artículo especial
¿Cómo presentar los resultados
de una investigación científica?
II. El manuscrito y el proceso de publicación
Carlos Manterolaa,b
,Viviana Pinedaa
, Manuel Viala,b
y Luis Grandec
a
Departamento de Cirugía. Universidad de La Frontera. Temuco. Chile.
b
CIGES (Capacitación, Investigación y Gestión para la Salud Basada en Evidencia). Universidad de La Frontera. Temuco. Chile.
c
Servicio de Cirugía General. Hospital del Mar. Universidad Autónoma de Barcelona. Barcelona. España.
Resumen
La publicación de un manuscrito es el resultado ló-
gico de cualquier proyecto de investigación: permite
compartir información con la comunidad científica,
proporciona satisfacción personal y facilita la progre-
sión profesional. En este artículo se revisan algunas
reglas y se apuntan algunas recomendaciones para
la construcción de las principales secciones de un
trabajo original (introducción, metodología, resulta-
dos, discusión). Además, se discuten algunos aspec-
tos del proceso editorial y de las principales causas
de devolución de un manuscrito. No debe olvidarse,
sin embargo, que por muy bien que uno escriba no
se puede superar los defectos metodológicos de un
estudio mal planteado. Disponer de una buena hipó-
tesis de trabajo, unos objetivos claros y una metodo-
logía impecable es la mejor forma de evitar aprietos a
la hora de escribir.
Palabras clave: Tipo de publicación. Categoría de tipo
de publicación. Componentes de una publicación. Forma-
tos de una publicación. Informe técnico.
HOW SHOULD THE RESULTS OF A RESEARCH
STUDY BE PRESENTED? II THE MANUSCRIPT AND
THE PUBLICATION PROCESS
Publishing a manuscript is the logical result of any
research study, allowing information to be shared
with the scientific community, and providing personal
satisfaction and career enhancement. The present ar-
ticle reviews some of the rules and recommendations
for drafting the main sections of an original study (in-
troduction, methodology, results, discussion). We dis-
cuss several aspects of the editorial process and the
main reasons why manuscripts are returned. Howe-
ver well a manuscript is written, it cannot hide the
methodological defects of a poorly designed study.
The best way to avoid difficulties when writing is to
have a good working hypothesis, clear objectives,
and impeccable methodology.
Key words: Publication type. Publication type category.
Publication components. Publication formats. Technical
report.
Correspondencia: Dr. C. Manterola.
Departamento de Cirugía. Universidad de La Frontera.
Casilla 54-D. Temuco. Chile.
Correo electrónico: cmantero@ufro.cl
Manuscrito recibido el 29-9-2006 y aceptado el 30-11-2006
180.066
04 Art Especial 265 (70-7).qxp 5/2/07 16:43 Página 70
Documento descargado de http://www.elsevier.es el 15/02/2012. Copia para uso personal, se prohíbe la transmisión de este documento por cualquier medio o formato.
culo de revisión no sistemática, narrativa o de puesta al
día, un editorial, una carta al editor, etc. Cada uno de ellos
tiene una intención bien definida y su construcción, un es-
quema diferente. El otro aspecto esencial es la elección
de la revista a la que enviará el manuscrito. Examine las
revistas candidatas, lea cuidadosamente la información
para autores, verifique el posible interés de la revista por
el tema del artículo, compruebe si existen publicaciones
recientes en esa revista referentes al contenido, contrape-
se la composición del comité editorial, infórmese de si se
trata de una revista incluida en las bases de datos nacio-
nales e internacionales, si tiene un sistema de evaluación
por pares (peer-review), su celeridad en el proceso edito-
rial y su tasa de citación (factor de impacto). Basar la elec-
ción única y exclusivamente en esta última variable puede
constituir una grave equivocación que, además, conlleve
una demora en la aceptación de nuestro artículo6
.
En este trabajo se realizará una descripción de los pa-
sos fundamentales del proceso de escritura de un ma-
nuscrito, tomando como ejemplo el artículo original, des-
de su título hasta la formulación de las conclusiones,
incluidas la generación de tablas y figuras y las referen-
cias bibliográficas. Además, se harán unos comentarios
sobre el proceso editorial que lleva a su publicación.
El manuscrito
Una forma fácil de recordar las secciones esenciales
de una publicación científica son las siglas IMRyC (Intro-
ducción, Metodología, Resultados y Discusión; IMRAD,
en inglés)7
. Cada una de ellas responde a una de las pre-
guntas básicas del método científico (tabla 1). A esta es-
tructura básica se unen la página inicial, el resumen y las
referencias bibliográficas.
La página inicial
El título. Es imprescindible un buen título, incita a la cu-
riosidad e induce al lector a adentrase en el texto. Sin
embargo, su función principal es describir con exactitud
el contenido del manuscrito. Debe contener el menor nú-
mero de palabras posible, pero al mismo tiempo debe ex-
plicar el tipo de estudio y si éste se ha realizado en hu-
manos, en animales de experimentación o en el
laboratorio. No tenga reparos en consultar otros títulos de
estudios similares, incluso de aquellos que ha utilizado
para construir el suyo. Después de tanto pensar, no se
extrañe que los revisores o algún redactor de la revista le
hagan observaciones.
Algunas publicaciones solicitan, además, un subtítulo
que, en buena ley, no debería incluir ninguna de las pala-
bras elegidas en el título y aporte una nueva visión del
trabajo.
Los autores. Aunque parezca una simpleza, la autoría
es uno de los aspectos más discutidos en los últimos
años1,2,4,8,9
. Por una parte, la biomedicina es cada vez
más compleja y, para llevar a buen puerto un proyecto,
en muchas ocasiones se precisan expertos en muchas
especialidades. Por otra, no se pasa por alto que hay
otros factores que influyen en el número de firmantes,
como incrementar artificialmente el currículo con vistas a
la obtención de plazas, promociones en las carreras pro-
fesionales, ayudas oficiales, etc. Una situación similar se
plantea en el orden de los autores.
El International Committee of Medical Journal Editors
(ICMJE) ha revisado recientemente los criterios que de-
ben cumplir los firmantes de un artículo científico8
, siem-
pre centrados en la contribución individual y el grado de
participación de los investigadores. La excepción a esta
regla podría establecerse en el último autor, en general
un investigador con dilatada experiencia en el tema trata-
do, un líder administrativo o la persona sobre la que re-
cae la tarea de obtener y garantizar el funcionamiento de
las instalaciones donde se ha realizado la investigación.
Tras la relación de autores, debieran aparecer las uni-
dades, servicios o departamentos y los centros donde se
ha realizado el trabajo. Tiene particular importancia esta-
blecer un código de símbolos para identificar perfecta-
mente a los autores y sus lugares de trabajo si pertene-
ciesen a grupos diferentes.
Dos recomendaciones en este apartado. Adopte una
firma y no la varíe a lo largo de su carrera. Esta recomen-
dación es, sobre todo, útil para los autores con nombres
o apellidos compuestos cuya identificación posterior en
los sistemas automáticos de indización se hace extrema-
damente laboriosa si no se ha adoptado una firma inva-
riable. De la misma forma, y por idénticas razones, sería
recomendable que cada institución estableciera unas
pautas para la referencia de sus unidades de trabajo,
servicios, departamentos, su propio nombre, su depen-
dencia universitaria, etc.
Correspondencia. En esta página debe detallarse, de
forma inequívoca y exhaustiva, el nombre completo, el lu-
gar de trabajo, las direcciones postal y electrónica, así
como los números de teléfono y fax del autor al que los
redactores de la revista dirigirán toda la correspondencia
y que se responsabiliza de mantener informado a todo el
equipo investigador.
Financiación. Es también en esta página donde los au-
tores deben hacer constar las fuentes de financiación, pú-
blicas o privadas, con las que se ha contado para la reali-
zación del trabajo, tanto por lo que atañe a equipamiento
como al personal o la obtención de sustancias o reactivos.
Conflicto de intereses. En cualquier estudio debería
quedar constancia de las situaciones que pudieran plan-
tear algún tipo de duda acerca de la calidad o la interpre-
tación de los resultados. La más habitual es que uno o
varios autores reciban ayuda económica de una o varias
compañías que desarrollan, fabrican o distribuyen alguno
de los productos que se utilizan, analizan o discuten en
el texto. Según la revista, de esta circunstancia queda
Manterola C et al. ¿Cómo presentar los resultados de una investigación científica? II. El manuscrito y el proceso de publicación
Cir Esp. 2007;81(2):70-7 71
TABLA 1. Estructura de un artículo original según el formato
IMRyD y pregunta a la que debe responder cada sección
del manuscrito
Sección Pregunta que contesta
Introducción ¿Por qué se ha hecho?
Metodología ¿Cómo se ha hecho?
Resultados ¿Qué se ha encontrado?
Discusión ¿Cuál es su relevancia?
04 Art Especial 265 (70-7).qxp 5/2/07 16:43 Página 71
Documento descargado de http://www.elsevier.es el 15/02/2012. Copia para uso personal, se prohíbe la transmisión de este documento por cualquier medio o formato.
anotación en esta primera página, aunque en otras pue-
de ir al final del manuscrito o incluso en un formato inde-
pendiente que se ha de adjuntar al editor.
Presentación previa. Es también una buena costumbre,
y algunas revistas lo requieren, que se cite si alguna par-
te del trabajo ha sido anticipada en algún foro científico o
en forma de resumen en algún congreso.
Extensión y configuración del manuscrito. El espacio
es un bien preciado en las revistas biomédicas. La mayo-
ría limita la extensión de los manuscritos (3.000 palabras
desde la introducción a la bibliografía) y restringen el nú-
mero de tablas o figuras (menos de 5). Algunas exigen
que en esta primera página aparezcan de forma explícita
el número de páginas, palabras o caracteres del texto y
el número de tablas o figuras que componen el manuscri-
to. Además, este dato tiene importancia durante el proce-
so editorial para garantizar la integridad del material.
El resumen
El resumen ocupa la segunda página del manuscrito.
En él se debe exponer las ideas y los resultados esencia-
les, con el fin de ofrecer una instantánea del contenido y
el alcance del artículo. Sea consciente de que será lo
único que muchos lectores leerán de su trabajo. Por lo
tanto, elabórelo con cuidado y deje bien claro cuál es el
mensaje que desea transmitir1,2,4,8,10
.
Debe tener presente también que el resumen es la úni-
ca parte del texto que se utiliza en los sistemas de bús-
queda bibliográfica. Un motivo más para ser especial-
mente astuto en su redacción. Sea conciso y concreto y
detalle los aspectos más relevantes de su trabajo, sobre
todo los que hacen referencia a la metodología y los re-
sultados.
Una vez más, remítase a las normas de la revista a la
que quiere enviar el manuscrito, pero es muy probable
que le exijan la construcción de un resumen con cinco
secciones: introducción, objetivo, métodos, resultados y
conclusiones (resumen estructurado). Este formato es el
más apropiado para la gran mayoría de los trabajos cien-
tíficos, pero es obvio que un trabajo de revisión, un caso
clínico, una serie de casos, etc., precisan de un formato
menos rígido.
Una recomendación: escriba el resumen después de
haber elaborado el manuscrito. Es, probablemente, el
momento en que más claro tiene cuáles son las cosas
que desea resaltar y cuáles puede omitir en aras de la
brevedad. Brevedad que le vendrá marcada por las nor-
mas de la revista, que raramente le facilitará más de 300
palabras para su elaboración.
Palabras clave. Las palabras clave, en un número que
varía entre 3 y 10, han sido de gran importancia para cla-
sificar los artículos en los sistemas de indización, hasta
que se han creado sistemas de detección automática
que las identifican en el resumen. Aun así, si la revista
las solicita, elíjalas con cuidado para proporcionar visibili-
dad al artículo y garantizar la máxima difusión entre los
investigadores que utilizan los sistemas de búsqueda in-
formatizados. Debe utilizar los términos que aparecen en
el Índice Médico Español o en el Medical Subject Hea-
dings (MeSH) de la National Library of Medicine.
La introducción
En esta sección, que algunas revistas prefieren deno-
minar antecedentes, debe expresar por qué ha realizado
el trabajo. La introducción es, pues, la presentación de
una pregunta y el nexo entre la investigación realizada y
la información disponible1,2,4,8,10,11
. Ello obliga a realizar
una revisión bibliográfica exhaustiva, no sea que al final
del esfuerzo el investigador vea con sorpresa que la pre-
gunta escogida ya ha sido respondida por otro investiga-
dor más madrugador.
Es un área de escritura libre y cada cual puede elegir
el formato que estime más acorde con sus ideas, pero
recuerde una frase de Eurípides: “Lo que mal comienza
mal acaba”. Unos prefieren proporcionan al lector toda la
información actualizada del problema, con multitud de ci-
tas bibliográficas, y de hecho este formato sería adecua-
do si no fuera porque el lector cada día está más atarea-
do, y una introducción muy larga, sobre todo si es
compleja y no está muy bien escrita, hará que el lector
renuncie a su lectura y, lo que es peor, a la del resto del
trabajo. Otros optan por construir una introducción con
generalidades y vaguedades que no explican la razón
por la que se emprendió el trabajo.
Con tres párrafos se puede construir una excelente in-
troducción. El primero debe internar al lector en el proble-
ma que se analizará con unas pocas referencias biblio-
gráficas de gran trascendencia; el segundo debería
sentar la importancia o gravedad del problema y los mati-
ces que todavía están por resolver, y el párrafo final, des-
cribir los motivos del estudio y contener la hipótesis de
trabajo y los objetivos. El aforismo de Baltasar Gracián:
“Lo bueno, si breve, dos veces bueno” es, como no, tam-
bién aplicable a la introducción.
La metodología
Una vez reveladas las razones por las que merece la
pena acometer el proyecto, hay que pensar en cómo lle-
varlo a la práctica a fin de no malgastar esfuerzos. Un
magnífico proyecto puede resultar inválido si no se utiliza
la metodología adecuada. En esta sección, corazón del
manuscrito, se expone cómo se ha realizado el estudio, y
por ende debería ser exhaustivo para permitir que otro
autor lo reproduzca total o parcialmente1,2,4,8,12,13
.
Los apartados de esta sección se acomodan a la estruc-
tura del trabajo pero, siguiendo con el estudio clínico que
se ha tomado como referencia, es habitual que contenga al
menos siete apartados: el tipo de diseño que se ha utiliza-
do; la población participante en el estudio y su entorno; las
variables analizadas; los criterios de medición y seguimien-
to; la estimación del tamaño de la muestra; el plan de análi-
sis, que incluye las herramientas estadísticas utilizadas, y
los aspectos éticos relacionados con la investigación.
Diseño. En una primera frase, o como parte de ella,
conviene definir el tipo de estudio que se acomete (serie
de casos, corte transversal, cohorte, ensayo clínico, etc.),
sin esperar a que el lector lo aclare o lo tenga que intuir
después de la lectura del manuscrito.
Población. Se debe describir los elementos sujetos a
estudio (p. ej., voluntarios, pacientes o animales) y tam-
Manterola C et al. ¿Cómo presentar los resultados de una investigación científica? II. El manuscrito y el proceso de publicación
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04 Art Especial 265 (70-7).qxp 5/2/07 16:43 Página 72
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bién el grupo control, si lo hay. Describa cómo fueron
captados y seleccionados, los criterios de inclusión y ex-
clusión utilizados y dónde se han realizado el estudio. Es
muy útil, y en algunas revistas obligado, incluir un esque-
ma en el que queden claramente expuestos los elemen-
tos que se ha captado, cuántos han cumplido los criterios
de inclusión, cuántos se ha excluido y por qué, cómo se
ha generado el proceso de asignación aleatoria y cuán-
tos de cada rama han finalizado el estudio y los motivos
por los que algunos han sido retirados. Existe una eterna
discusión acerca de si las características individuales o
colectivas de la población deben aparecer en esta sec-
ción o en los resultados. Ello dependerá del objetivo del
estudio. La caracterización biodemográfica de la pobla-
ción puede ser parte del “material en estudio”, y no el re-
sultado del proceso de investigación; sin embargo, co-
rresponde inclinarse por la segunda opción cuando la
aplicación de una intervención pueda modificar dichas
variables.
Variables. El siguiente paso es describir las variables
que se medirán, que no sólo deben ser enunciadas, sino
también definidas con claridad. En ocasiones, sobre todo
cuando se elige variables que miden de forma indirecta
el fenómeno evaluado, debe justificarse el porqué de su
elección. Si en las variables se estableciese algún tipo de
división o categorización en dos o más grupos, debe
quedar explícita la metodología por la que se establecen
los puntos de corte.
Criterios de medición y seguimiento. En las líneas si-
guientes debe exponerse con claridad con qué fueron
medidas esas variables, cómo se midieron, quiénes y
qué experiencia tienen en las mediciones, cuántas veces
se midieron, etc. Esta sección es particularmente impor-
tante y debe describir de forma pormenorizada todos los
instrumentos o reactivos utilizados (marcas, modelos y
datos del fabricante) y la técnica utilizada (forma de cali-
bración y validación de las medidas). Si el trabajo habla-
se de un prototipo, se tendría que aportar datos de su
construcción y las patentes solicitadas o concedidas, y
probablemente le soliciten datos sobre el coste del final
del producto.
Dependiendo del tipo de diseño, este apartado debería
incluir la descripción de todos los procedimientos clíni-
cos, las intervenciones y la secuencia temporal a los que
ha sido sometido el sujeto analizado (protocolo experi-
mental). En muchas ocasiones, la construcción de un es-
quema en el que consten todas estas manipulaciones y
medidas puede hacer este capítulo más didáctico con
mucho menos texto.
Estimación del tamaño de la muestra. Un error que se
encuentra demasiado frecuentemente en ensayos clíni-
cos es que falta la estimación de la muestra necesaria
para probar la hipótesis en estudio y, sin embargo, se uti-
lizan estadísticas tendentes a aceptar o rechazar la hipó-
tesis en cuestión. Por demás está mencionar que este
tipo de práctica no sólo carece de sentido, sino que con-
funde al lector, pues con cierta frecuencia se invita a to-
mar decisiones o se incita a modificar conductas basa-
das en resultados carentes de fundamento científico.
Análisis de los datos. El penúltimo párrafo de esta sec-
ción acostumbra a estar dedicado a la forma de presen-
tación de los resultados, así como a las herramientas es-
tadísticas utilizadas, el valor de p escogido para señalar
la significación estadística y las medidas de magnitud del
efecto utilizadas (odds ratio, riesgo relativo, número de
pacientes que es necesario tratar, etc.). Tenga especial
cuidado con este capítulo y no dude en recurrir a un ex-
perto si tiene alguna duda. Utilice alguna cita bibliográfi-
ca, sobre todo si utiliza algún tipo de análisis poco habi-
tual: se ahorrará preguntas de los revisores o los
redactores de la revista.
Aspectos éticos. En el último párrafo, aunque algunos
autores prefieren incluirlo después del apartado dedicado
a la población del estudio, ha de constar la aprobación de
los comités de ética o de experimentación animal, situa-
ción que garantiza el seguimiento de las normas nacio-
nales e internacionales para la investigación. Si el estu-
dio fuese en humanos, debe constar claramente cómo se
obtuvo el consentimiento informado.
Los resultados
Esta sección responde a la pregunta ¿qué se ha en-
contrado en el estudio? Se redacta en pasado, y aunque
se utiliza mucho la voz pasiva o el impersonal (“se ha en-
contrado que…”), se extiende la costumbre de utilizar la
voz activa en primera persona del plural (“vimos que…”),
hecho que, al fin y al cabo, no hace más que resaltar el
mérito de los autores. Esta sección debe incluir, de forma
ordenada, única y exclusivamente los resultados del es-
tudio. Ni más ni menos1,2,4,8,10,14,15
. Los resultados deben
poder ser vistos y entendidos de forma rápida y clara. Por
ello, es recomendable comenzar construyendo las tablas
y las figuras, y sólo posteriormente redactar el texto perti-
nente en función de ellas1,2,4,8,14
. No repita la información;
por ejemplo, si un dato aparece en el texto, no debe apa-
recer en una tabla; con los datos de una tabla no debe
construir una figura, etc.
El primer párrafo de esta sección puede ser utilizado
para resumir en una frase clara, concisa y directa el ha-
llazgo principal del estudio, y luego seguir el orden esta-
blecido en la metodología. Así, se inicia con una descrip-
ción general de la muestra, para posteriormente ceñirse
a los resultados relevantes de la investigación. Los resul-
tados que se exponen son los imprescindibles para con-
firmar o rechazar la hipótesis de trabajo. No suministre
datos que puedan confundir al lector y que no aportan
nada a su trabajo.
Una mención especial merece la elaboración de ta-
blas y figuras. Las tablas deben tener un título autoexpli-
cativo (no debería ser preciso leer el texto para enten-
der la tabla) y un contenido claro, preciso y conciso; los
datos se han de organizar de arriba abajo y puede ser
necesario escribir algunas breves notas explicativas en
su borde inferior. Si decide utilizar gráficos, recuerde
que éstos no son adornos; sólo son útiles cuando los
datos muestran una tendencia que compone una ima-
gen interesante. No olvide incluir el nombre de las varia-
bles, las unidades, las leyendas, etc.; es decir, toda la
información precisa para su interpretación sin necesidad
de acudir al texto1,2,4,8,14
. Si decide utilizar tablas, gráficos
o figuras, consulte antes las instrucciones de la revista
para los autores.
Manterola C et al. ¿Cómo presentar los resultados de una investigación científica? II. El manuscrito y el proceso de publicación
Cir Esp. 2007;81(2):70-7 73
04 Art Especial 265 (70-7).qxp 5/2/07 16:43 Página 73
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La discusión
El propósito de la discusión es explicar al lector la rele-
vancia y el significado de los resultados. El autor es, sin
duda, el individuo que más ha pensado sobre los resulta-
dos del estudio y éste es el momento de trasmitir al lector
los razonamientos que ha ido realizando a lo largo de las
diferentes etapas del proyecto para que, al final, sea el
propio lector el que piense que todo tiene sentido y por
qué no se le había ocurrido a él antes esa idea8,16,17
.
Esta sección, que acostumbra a redactarse en presen-
te, puede ser, sin duda, de ejecución compleja. No existe
una fórmula mágica, pero pueden ser útiles algunas su-
gerencias17
(tabla 2).
Una buena idea es comenzar la discusión con una fra-
se que responda a la pregunta inicial, describa el hallazgo
más importante del estudio y transmita su importancia.
Debe tener un enunciado claro, que no genere duda algu-
na. Una buena forma de seguir este apartado es compa-
rar los resultados obtenidos con los disponibles en la lite-
ratura. Muy pocos estudios son tan novedosos como para
que no haya antecedentes, y de hecho una buena parte
de los trabajos surgen de preguntas no contestadas en
estudios previos. Unos cuantos trabajos apoyarán su pro-
puesta, pero otros diferirán en mayor o menor medida de
su tesis. Resalte los motivos que pueden explicar estas di-
ferencias. Llegado este punto, y teniendo en cuenta que
una buena parte de la investigación biomédica tiene como
objetivo mejorar la atención de los pacientes, usted está
en disposición de destacar la posible importancia clínica
de sus hallazgos. Una buena forma de proseguir es reco-
nocer y avanzar los posibles defectos metodológicos de
su artículo. Más que “tirar piedras sobre su tejado”, es un
manifiesto de su compromiso con el método científico y,
por otra parte, evitará que el revisor o los redactores de la
revista lo critiquen e incluso se ponga en riesgo la acepta-
ción de su manuscrito. Por último, haga un comentario de
los aspectos que todavía quedan por solventar o las líne-
as de investigación que se abren después de sus hallaz-
gos. Este apartado acaba siempre, de forma ineludible,
con la/s conclusión/nes del trabajo –aunque algunas re-
vistas prefieren separarlo como sección independiente–,
conclusiones que deben estar fundamentadas en los da-
tos obtenidos en el estudio y que deben incluir el mensaje
que usted desea trasmitir y el lector debe recordar.
Las referencias bibliográficas
Una vez más, lea detenidamente las instrucciones para
los autores para conocer las características que debe
cumplir esta sección. Aun cuando la gran mayoría de las
revistas han adoptado las llamadas normas de Vancouver8
para las citas bibliográficas, cada una de ellas mantiene
unas peculiaridades que la hacen singular. En general, las
citas se incluyen de forma correlativa, según su aparición
en el texto, con números arábigos en paréntesis o alzados.
Utilice sólo las referencias que aporten algo a su ma-
nuscrito. Salvo casos de publicaciones de gran relevan-
cia, las citas no deberían superar los 5 años de antigüe-
dad. Es importante entender que un artículo no será
mejor porque tenga más citas bibliográficas1,2,10,18
.
Un comentario adicional merece la aparición en el mer-
cado de programas de tratamiento de bibliografía. La fa-
cilidad para construir bases de datos mediante la incor-
poración automática de citas, resúmenes e incluso textos
completos obtenidos de internet ha llevado, como míni-
mo, a dos situaciones, una de interés y otra censurable.
La situación favorable es que el número de errores tipo-
gráficos en esta sección ha disminuido de forma notable,
pero la condenable es la ampliación del número de citas
bibliográficas en los trabajos, muchas de ellas irrelevan-
tes y de las que muy probablemente sólo se ha leído el
resumen proporcionado por la base de datos, sin analizar
la metodología del estudio, es decir, asumiendo como
dogma el resumen que ha facilitado el autor.
El proceso editorial
Una vez finalizada la confección del manuscrito, se ini-
cia el proceso editorial enviando todo el material a uno
de los redactores de la revista escogida, por correo con-
vencional o, lo que ya es más habitual, a centros de re-
cepción electrónicos. Tanto en un caso como en otro,
cumpla con las normas especificadas en las instruccio-
nes para los autores o en las diferentes páginas del ser-
vidor electrónico (en este caso, si no cumplen de forma
rigurosa algunos procedimientos, el envío del material es
imposible). Un esquema de lo que puede suceder a partir
de ese momento queda reflejado en la figura 1.
Unos pocos manuscritos, casi siempre de una calidad
metodológica excepcional19,20
, son aceptados directamen-
te por el redactor jefe de la revista, una buena parte se
rechaza a vuelta de correo y los demás son enviados a
un número variable de revisores externos, en general in-
vestigadores versados en el mismo tema o temas afines,
para su evaluación. No es éste el momento de discutir las
ventajas y los inconvenientes del proceso de revisión por
pares pero, en principio, este sistema avala que la infor-
mación que se proporciona tiene interés para el lector y la
comunidad científica. El trabajo de los revisores no es
sencillo, ceden una parte de su tiempo y experiencia, y
sus observaciones, aunque puedan parecernos duras e
inoportunas, suelen ser atinadas. No hay trabajo que no
haya mejorado después de sus comentarios.
El redactor, de acuerdo con su experiencia y los co-
mentarios confidenciales que los revisores realizan, pue-
de optar por rechazar la publicación del manuscrito, por
aceptar el manuscrito en el formato enviado o permitir el
reenvío del manuscrito una vez se haya respondido a los
comentarios realizados por los revisores. En alguna oca-
Manterola C et al. ¿Cómo presentar los resultados de una investigación científica? II. El manuscrito y el proceso de publicación
74 Cir Esp. 2007;81(2):70-7
TABLA 2. Posible línea argumental para construir la discusión
de un trabajo científico
Destacar los hallazgos más importantes
Explicar el significado y la importancia de los resultados
Comparar los resultados con los de otros autores
Razonar los resultados
Destacar la importancia clínica
Reconocer las limitaciones del estudio
Sugerir nuevas líneas de investigación
Elaborar las conclusiones
04 Art Especial 265 (70-7).qxp 5/2/07 16:43 Página 74
Documento descargado de http://www.elsevier.es el 15/02/2012. Copia para uso personal, se prohíbe la transmisión de este documento por cualquier medio o formato.
sión, ante la divergencia de opiniones que pudiera haber
entre los revisores, puede optar por enviar el manuscrito a
uno o dos revisores más. Si el autor desea atender a los
comentarios de los revisores, debería analizar todos y
cada uno de los puntos que allí se plantean, responder de
forma pormenorizada a sus observaciones y modificar el
manuscrito si fuese necesario. Cuando reenvíe la versión
corregida, deberá acompañar una carta en la que se
haga mención específica de las observaciones de los re-
visores y los cambios que se han introducido o los moti-
vos por los cuales se desecha la observación realizada.
Sea cortés y elegante en sus respuestas, pero defienda
las situaciones que tengan el respaldo de argumentos
científicos convincentes. Agradézcales el trabajo realizado
y olvide la soberbia y la prepotencia. Recuerde que un día
usted también puede ser revisor, y verá con agrado que
se atienda a las observaciones que usted cree razonables
o se argumente las razones por las cuales se las rechaza.
Lo más habitual es que el redactor acepte el manuscri-
to en su forma revisada, aunque está en su potestad re-
chazarlo o reenviarlo a nuevos revisores y reiniciar todo
el proceso. Recibirá una comunicación con la aceptación
definitiva, algunas veces acompañada de una estimación
de la fecha de publicación. Sólo a partir de ese momento
el trabajo se considera aceptado y puede citarse en nue-
vos manuscritos como material “en prensa”. Unas sema-
nas antes de la publicación definitiva, recibirá las prue-
bas de imprenta. En muy pocas horas, debe leer con
detenimiento el material suministrado y corregir los erro-
res tipográficos, numéricos, etc. No es momento de mo-
dificar capítulos o párrafos, aportar nuevos datos, etc.
¿Cuáles son los motivos por los que se rechaza un ma-
nuscrito? A lo largo de este texto ya se ha apuntado algu-
no de los defectos que se comete más frecuentemente
durante la elaboración de un manuscrito y obviamente
muchos de ellos son motivo de su devolución3,5
. Pero qui-
zá valga la pena, en este momento, hacer un repaso a las
principales causas de devolución de un manuscrito, rea-
gruparlas en varios apartados y resumirlas en la tabla 3.
Manterola C et al. ¿Cómo presentar los resultados de una investigación científica? II. El manuscrito y el proceso de publicación
Cir Esp. 2007;81(2):70-7 75
Fig. 1. Esquema del proceso de selec-
ción de un manuscrito en una revista
biomédica con sistema de revisión por
pares.
Recepción
del manuscristo
Lectura por parte
del redactor jefe
Decisión inmediata
del redactor jefe
No aceptado Aceptado
Aceptación
inmediata
A revisión
por pares
Aceptado
Aceptación
condicional
No aceptado
Reenvío
del manuscrito
revisado
TABLA 3. Críticas más habituales de los editores
y los revisores a los manuscritos
A la preparación del manuscrito
No se adecua a la línea editorial
No se acomoda a ninguna forma de publicación de la revista
No se ajusta a las instrucciones para los autores
Ausencia de hilo conductor objetivo-metodología-resultados-
conclusiones
Pésima redacción
Incompetencia idiomática
A la introducción
Tema poco importante
Escaso interés para el lector
Mínima trascendencia clínica
Ausencia o irrelevancia de la hipótesis de trabajo
Objetivos ausentes o inexplicados
Revisión bibliográfica incompleta, poco cuidadosa o poco
actualizada
A la metodología
Información escasa
Diseño inapropiado
Muestra de tamaño inadecuado, mal calculado o no calculado
Ausencia de controles o controles no apropiados
Sesgos metodológicos
Defectos en el análisis estadístico
Silenciar los aspectos éticos
A los resultados
Descripción confusa
Errores e incoherencias en los datos
Defectos en la confección de tablas, figuras, etc.
Repetición de datos en diferentes formatos
Datos irrelevantes para responder a la pregunta de investigación
Introducir opiniones sobre los resultados obtenidos
Iniciar la discusión
A la discusión
Sobrevaloración de la importancia de los hallazgos
Extrapolar los resultados a situaciones extemporáneas
o poblaciones diferentes
Introducir datos colaterales
Especular sin sustentación alguna
Interpretaciones no concordantes con los datos
Aceptación de los resultados sin crítica alguna
Ausencia de explicaciones alternativas
Introducir críticas desmedidas a autores o trabajos
Conclusiones no respaldadas por los resultados
Conclusiones desproporcionadas con los resultados
04 Art Especial 265 (70-7).qxp 5/2/07 16:43 Página 75
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A la preparación del manuscrito
La primera sorpresa, y más frecuente de lo esperable,
es encontrar trabajos que no se adecuan a los propósitos
de la revista y, pese a que pueden estar bien escritos y
sus resultados sean perfectamente asumibles, se deba
rechazarlos. Un escenario similar es la recepción de un
manuscrito que, por su formato, no cabe en ninguna de
las secciones habituales de la revista. Ambas situaciones
son evitables con facilidad si el autor está al tanto de la lí-
nea editorial de la revista.
Mención especial merece la atención a las normas de
publicación. Aunque parezca mentira, el capítulo de ins-
trucciones para los autores es un capítulo poco leído o,
al menos, poco seguido. En muchas revistas, este capítu-
lo contiene una información genérica, pero en otras mu-
chas –y cada vez más– la información es muy detallada
e incluso se debe cumplimentar, antes de enviar el ma-
nuscrito, una lista de comprobaciones (check-list). Aun
así, se reciben manuscritos que no cumplen gran parte
de las normas. Bien es cierto que la mayoría de las edito-
riales no rechazan estos manuscritos de forma directa,
pero también es cierto que esos manuscritos mal estruc-
turados, sin las secciones adecuadas, con un formato
confuso y difíciles de seguir son los que se acostumbra a
devolver en fases posteriores.
Desde el punto de vista estrictamente científico, la prin-
cipal causa de devolución de un manuscrito es la ausen-
cia del hilo conductor objetivo-metodología-resultados-
conclusiones, pero el aspecto todavía más desolador es
devolver un manuscrito por su paupérrima redacción. A
un científico se le supone un cierto nivel cultural que im-
pide la introducción de vicios de escritura como los artifi-
cios, la vacuidad, la monotonía, la improvisación, el colo-
quialismo y la ambigüedad, pero aún es peor enfrentarse
a las faltas de ortografía o los comentarios peyorativos
por razón de sexo, raza o religión. Existen en nuestras bi-
bliotecas manuales de estilo que nos pueden ayudar a no
cometer esos errores1,2,4,21
.
Por último, si decide enviar el manuscrito a una revista
extrajera en un idioma que no domine, acuda a alguien
con experiencia para revisar el texto.
A la introducción
Una buena parte de los manuscritos que se reciben no
aportan información nueva, tratan temas con poco inte-
rés para el lector y escasa, si no nula, trascendencia clí-
nica. Un buen número de ellos ni siquiera plantea hipóte-
sis u objetivos, o si los plantea, su alcance es limitado.
Otro defecto habitual, que se puede extender a otras sec-
ciones, es la utilización inadecuada de la bibliografía.
A la metodología
Con demasiada frecuencia los autores despachan esta
sección en unas pocas líneas, cuando es el núcleo del
trabajo. En muchas ocasiones no se provee la información
suficiente para que cualquier investigador pueda reprodu-
cir el estudio sin sorpresas. Además, no es infrecuente
encontrar un estudio con un diseño experimental inade-
cuado para responder a la hipótesis y los objetivos plante-
ados, con una muestra experimental escasa y sesgos en
la selección de la población, las variables o los momentos
de su medición, etc., para apoyar una determinada hipó-
tesis. Es misión del primer autor y de su mentor evitar
errores de magnitud o de proporción, la mayoría de los
cuales se solventarían haciendo una revisión de la litera-
tura o solicitando una consulta con un experto.
Por último, llama la atención en muchos trabajos la au-
sencia de referencia alguna a los aspectos éticos del es-
tudio (aprobación de los comités de investigación y ob-
tención del consentimiento informado).
A los resultados
Ya se ha comentado que los resultados deben presen-
tarse de una forma clara, lógica y concisa y que no de-
ben repetirse los mismos datos en el texto, las tablas, las
figuras o las gráficas. Hay que ser especialmente cuida-
doso en la elaboración de este capítulo para proporcio-
narle solidez. No hay cosa que desilusione más a un revi-
sor que encontrar incoherencias en el capítulo de los
resultados. Traduce el escaso cuidado con el que se ha
elaborado el texto o, lo que es peor, una escasa obser-
vancia del método científico. Se sorprenderían de los
errores que se cometen en este apartado y sobre todo
en la construcción de las tablas y las figuras.
Otra de las cosas que más disgusta a los revisores y
los redactores es que se atiborre esta sección de infor-
mación que, aun pudiendo ser valiosa, en nada matiza o
altera las conclusiones del estudio, se introduzcan opinio-
nes acerca de los resultados obtenidos, se comparen los
resultados con los obtenidos con otros autores, se inicie
la discusión de los resultados o se utilicen pruebas esta-
dísticas inadecuadas.
A la discusión
Es casi una constante que esta sección sea excesiva-
mente larga y se caiga en la sobrevaloración de los resul-
tados y su extrapolación a situaciones nunca probadas o,
peor aún, a poblaciones desiguales (concepto de validez
externa de los estudios). Además, también es frecuente
introducir resultados nuevos, especular sin base alguna y
aceptar los resultados sin crítica ni explicación alternati-
va. Menos frecuente, pero detestable, es utilizar esta sec-
ción para criticar de forma desmedida la línea de trabajo
o los resultados obtenidos por otro grupo de trabajo, casi
siempre competidor directo. Otro error demasiado fre-
cuente es obtener conclusiones erróneas, no deducibles
y, a todas luces, desproporcionadas con los resultados
expuestos.
Un comentario adicional merece la construcción del re-
sumen. No es un mero trámite. Sea especialmente cuida-
doso y, dado que probablemente sea la última sección
que escribirá, no caiga en la tentación de introducir un
dato que no consta en lugar alguno y compruebe que no
haya discrepancias entre los datos del resumen y los del
texto completo.
Manterola C et al. ¿Cómo presentar los resultados de una investigación científica? II. El manuscrito y el proceso de publicación
76 Cir Esp. 2007;81(2):70-7
04 Art Especial 265 (70-7).qxp 5/2/07 16:43 Página 76
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A modo de conclusión, la escritura de un manuscrito
requiere paciencia y práctica. Las reglas expuestas pue-
den ayudar al lector a construir un manuscrito y evitar fa-
llos flagrantes, pero no se debe pasar por alto que la me-
jor forma de evitar los problemas durante la redacción es
haber diseñado bien el estudio. Por muy bien que se es-
criba, no se puede superar los defectos metodológicos
de un estudio mal planteado.
Bibliografía
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ed. Was-
hington: OPS/OMS; 2005.
2. Huth EJ. Writing and publishing in medicine. 3rd Baltimore: Williams
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11. Herranz G. La responsabilidad de empezar bien: el resumen y la in-
troducción. Med Clin (Barc). 1986;86:205-6.
12. Herranz G. Material y método: cosas básicas dichas en letra pe-
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13. Kallet RH. How to write the methods section of a research paper.
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15. Herranz G. Los resultados, el corazón del artículo. Med Clin (Barc).
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the methodologic quality of human therapy studies in ISI surgical
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Manterola C et al. ¿Cómo presentar los resultados de una investigación científica? II. El manuscrito y el proceso de publicación
Cir Esp. 2007;81(2):70-7 77
04 Art Especial 265 (70-7).qxp 5/2/07 16:43 Página 77
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Como presentar-ii-manterola

  • 1. 70 Cir Esp. 2007;81(2):70-7 Introducción La publicación de un manuscrito es la culminación del método científico. ¿Para qué sirve? Cuando se redacta de forma apropiada, proporciona a la comunidad científi- ca información relativa a lo que se hizo, por qué se hizo, cómo se hizo, qué resultó de lo que se hizo y qué signifi- ca lo que se hizo1 . Pero antes de pensar en escribir, conviene decidir si la futura publicación tiene razón de ser. Es inexcusable un ejercicio de reflexión y autocrítica que evite justificacio- nes propias y calibre la relevancia de las conclusiones a la luz del estado actual de los conocimientos disponibles. Se ha de responder de forma afirmativa a estas tres cuestiones: ¿tiene razón de ser la publicación de los da- tos disponibles?; ¿se dispone de pruebas sólidas y res- puestas claras a la hipótesis y los objetivos propuestos?, y ¿son relevantes las conclusiones del estudio?2 . Una vez superada esta fase, no empiece a escribir to- davía. Un buen manuscrito puede ser rechazado por es- coger un formato o una revista inadecuados1-5 . Dedique unos minutos a seleccionar el tipo de artículo más conve- niente para sus propósitos: un artículo original, la comuni- cación de un caso clínico o de una serie de casos, un artí- Artículo especial ¿Cómo presentar los resultados de una investigación científica? II. El manuscrito y el proceso de publicación Carlos Manterolaa,b ,Viviana Pinedaa , Manuel Viala,b y Luis Grandec a Departamento de Cirugía. Universidad de La Frontera. Temuco. Chile. b CIGES (Capacitación, Investigación y Gestión para la Salud Basada en Evidencia). Universidad de La Frontera. Temuco. Chile. c Servicio de Cirugía General. Hospital del Mar. Universidad Autónoma de Barcelona. Barcelona. España. Resumen La publicación de un manuscrito es el resultado ló- gico de cualquier proyecto de investigación: permite compartir información con la comunidad científica, proporciona satisfacción personal y facilita la progre- sión profesional. En este artículo se revisan algunas reglas y se apuntan algunas recomendaciones para la construcción de las principales secciones de un trabajo original (introducción, metodología, resulta- dos, discusión). Además, se discuten algunos aspec- tos del proceso editorial y de las principales causas de devolución de un manuscrito. No debe olvidarse, sin embargo, que por muy bien que uno escriba no se puede superar los defectos metodológicos de un estudio mal planteado. Disponer de una buena hipó- tesis de trabajo, unos objetivos claros y una metodo- logía impecable es la mejor forma de evitar aprietos a la hora de escribir. Palabras clave: Tipo de publicación. Categoría de tipo de publicación. Componentes de una publicación. Forma- tos de una publicación. Informe técnico. HOW SHOULD THE RESULTS OF A RESEARCH STUDY BE PRESENTED? II THE MANUSCRIPT AND THE PUBLICATION PROCESS Publishing a manuscript is the logical result of any research study, allowing information to be shared with the scientific community, and providing personal satisfaction and career enhancement. The present ar- ticle reviews some of the rules and recommendations for drafting the main sections of an original study (in- troduction, methodology, results, discussion). We dis- cuss several aspects of the editorial process and the main reasons why manuscripts are returned. Howe- ver well a manuscript is written, it cannot hide the methodological defects of a poorly designed study. The best way to avoid difficulties when writing is to have a good working hypothesis, clear objectives, and impeccable methodology. Key words: Publication type. Publication type category. Publication components. Publication formats. Technical report. Correspondencia: Dr. C. Manterola. Departamento de Cirugía. Universidad de La Frontera. Casilla 54-D. Temuco. Chile. Correo electrónico: cmantero@ufro.cl Manuscrito recibido el 29-9-2006 y aceptado el 30-11-2006 180.066 04 Art Especial 265 (70-7).qxp 5/2/07 16:43 Página 70 Documento descargado de http://www.elsevier.es el 15/02/2012. Copia para uso personal, se prohíbe la transmisión de este documento por cualquier medio o formato.
  • 2. culo de revisión no sistemática, narrativa o de puesta al día, un editorial, una carta al editor, etc. Cada uno de ellos tiene una intención bien definida y su construcción, un es- quema diferente. El otro aspecto esencial es la elección de la revista a la que enviará el manuscrito. Examine las revistas candidatas, lea cuidadosamente la información para autores, verifique el posible interés de la revista por el tema del artículo, compruebe si existen publicaciones recientes en esa revista referentes al contenido, contrape- se la composición del comité editorial, infórmese de si se trata de una revista incluida en las bases de datos nacio- nales e internacionales, si tiene un sistema de evaluación por pares (peer-review), su celeridad en el proceso edito- rial y su tasa de citación (factor de impacto). Basar la elec- ción única y exclusivamente en esta última variable puede constituir una grave equivocación que, además, conlleve una demora en la aceptación de nuestro artículo6 . En este trabajo se realizará una descripción de los pa- sos fundamentales del proceso de escritura de un ma- nuscrito, tomando como ejemplo el artículo original, des- de su título hasta la formulación de las conclusiones, incluidas la generación de tablas y figuras y las referen- cias bibliográficas. Además, se harán unos comentarios sobre el proceso editorial que lleva a su publicación. El manuscrito Una forma fácil de recordar las secciones esenciales de una publicación científica son las siglas IMRyC (Intro- ducción, Metodología, Resultados y Discusión; IMRAD, en inglés)7 . Cada una de ellas responde a una de las pre- guntas básicas del método científico (tabla 1). A esta es- tructura básica se unen la página inicial, el resumen y las referencias bibliográficas. La página inicial El título. Es imprescindible un buen título, incita a la cu- riosidad e induce al lector a adentrase en el texto. Sin embargo, su función principal es describir con exactitud el contenido del manuscrito. Debe contener el menor nú- mero de palabras posible, pero al mismo tiempo debe ex- plicar el tipo de estudio y si éste se ha realizado en hu- manos, en animales de experimentación o en el laboratorio. No tenga reparos en consultar otros títulos de estudios similares, incluso de aquellos que ha utilizado para construir el suyo. Después de tanto pensar, no se extrañe que los revisores o algún redactor de la revista le hagan observaciones. Algunas publicaciones solicitan, además, un subtítulo que, en buena ley, no debería incluir ninguna de las pala- bras elegidas en el título y aporte una nueva visión del trabajo. Los autores. Aunque parezca una simpleza, la autoría es uno de los aspectos más discutidos en los últimos años1,2,4,8,9 . Por una parte, la biomedicina es cada vez más compleja y, para llevar a buen puerto un proyecto, en muchas ocasiones se precisan expertos en muchas especialidades. Por otra, no se pasa por alto que hay otros factores que influyen en el número de firmantes, como incrementar artificialmente el currículo con vistas a la obtención de plazas, promociones en las carreras pro- fesionales, ayudas oficiales, etc. Una situación similar se plantea en el orden de los autores. El International Committee of Medical Journal Editors (ICMJE) ha revisado recientemente los criterios que de- ben cumplir los firmantes de un artículo científico8 , siem- pre centrados en la contribución individual y el grado de participación de los investigadores. La excepción a esta regla podría establecerse en el último autor, en general un investigador con dilatada experiencia en el tema trata- do, un líder administrativo o la persona sobre la que re- cae la tarea de obtener y garantizar el funcionamiento de las instalaciones donde se ha realizado la investigación. Tras la relación de autores, debieran aparecer las uni- dades, servicios o departamentos y los centros donde se ha realizado el trabajo. Tiene particular importancia esta- blecer un código de símbolos para identificar perfecta- mente a los autores y sus lugares de trabajo si pertene- ciesen a grupos diferentes. Dos recomendaciones en este apartado. Adopte una firma y no la varíe a lo largo de su carrera. Esta recomen- dación es, sobre todo, útil para los autores con nombres o apellidos compuestos cuya identificación posterior en los sistemas automáticos de indización se hace extrema- damente laboriosa si no se ha adoptado una firma inva- riable. De la misma forma, y por idénticas razones, sería recomendable que cada institución estableciera unas pautas para la referencia de sus unidades de trabajo, servicios, departamentos, su propio nombre, su depen- dencia universitaria, etc. Correspondencia. En esta página debe detallarse, de forma inequívoca y exhaustiva, el nombre completo, el lu- gar de trabajo, las direcciones postal y electrónica, así como los números de teléfono y fax del autor al que los redactores de la revista dirigirán toda la correspondencia y que se responsabiliza de mantener informado a todo el equipo investigador. Financiación. Es también en esta página donde los au- tores deben hacer constar las fuentes de financiación, pú- blicas o privadas, con las que se ha contado para la reali- zación del trabajo, tanto por lo que atañe a equipamiento como al personal o la obtención de sustancias o reactivos. Conflicto de intereses. En cualquier estudio debería quedar constancia de las situaciones que pudieran plan- tear algún tipo de duda acerca de la calidad o la interpre- tación de los resultados. La más habitual es que uno o varios autores reciban ayuda económica de una o varias compañías que desarrollan, fabrican o distribuyen alguno de los productos que se utilizan, analizan o discuten en el texto. Según la revista, de esta circunstancia queda Manterola C et al. ¿Cómo presentar los resultados de una investigación científica? II. El manuscrito y el proceso de publicación Cir Esp. 2007;81(2):70-7 71 TABLA 1. Estructura de un artículo original según el formato IMRyD y pregunta a la que debe responder cada sección del manuscrito Sección Pregunta que contesta Introducción ¿Por qué se ha hecho? Metodología ¿Cómo se ha hecho? Resultados ¿Qué se ha encontrado? Discusión ¿Cuál es su relevancia? 04 Art Especial 265 (70-7).qxp 5/2/07 16:43 Página 71 Documento descargado de http://www.elsevier.es el 15/02/2012. Copia para uso personal, se prohíbe la transmisión de este documento por cualquier medio o formato.
  • 3. anotación en esta primera página, aunque en otras pue- de ir al final del manuscrito o incluso en un formato inde- pendiente que se ha de adjuntar al editor. Presentación previa. Es también una buena costumbre, y algunas revistas lo requieren, que se cite si alguna par- te del trabajo ha sido anticipada en algún foro científico o en forma de resumen en algún congreso. Extensión y configuración del manuscrito. El espacio es un bien preciado en las revistas biomédicas. La mayo- ría limita la extensión de los manuscritos (3.000 palabras desde la introducción a la bibliografía) y restringen el nú- mero de tablas o figuras (menos de 5). Algunas exigen que en esta primera página aparezcan de forma explícita el número de páginas, palabras o caracteres del texto y el número de tablas o figuras que componen el manuscri- to. Además, este dato tiene importancia durante el proce- so editorial para garantizar la integridad del material. El resumen El resumen ocupa la segunda página del manuscrito. En él se debe exponer las ideas y los resultados esencia- les, con el fin de ofrecer una instantánea del contenido y el alcance del artículo. Sea consciente de que será lo único que muchos lectores leerán de su trabajo. Por lo tanto, elabórelo con cuidado y deje bien claro cuál es el mensaje que desea transmitir1,2,4,8,10 . Debe tener presente también que el resumen es la úni- ca parte del texto que se utiliza en los sistemas de bús- queda bibliográfica. Un motivo más para ser especial- mente astuto en su redacción. Sea conciso y concreto y detalle los aspectos más relevantes de su trabajo, sobre todo los que hacen referencia a la metodología y los re- sultados. Una vez más, remítase a las normas de la revista a la que quiere enviar el manuscrito, pero es muy probable que le exijan la construcción de un resumen con cinco secciones: introducción, objetivo, métodos, resultados y conclusiones (resumen estructurado). Este formato es el más apropiado para la gran mayoría de los trabajos cien- tíficos, pero es obvio que un trabajo de revisión, un caso clínico, una serie de casos, etc., precisan de un formato menos rígido. Una recomendación: escriba el resumen después de haber elaborado el manuscrito. Es, probablemente, el momento en que más claro tiene cuáles son las cosas que desea resaltar y cuáles puede omitir en aras de la brevedad. Brevedad que le vendrá marcada por las nor- mas de la revista, que raramente le facilitará más de 300 palabras para su elaboración. Palabras clave. Las palabras clave, en un número que varía entre 3 y 10, han sido de gran importancia para cla- sificar los artículos en los sistemas de indización, hasta que se han creado sistemas de detección automática que las identifican en el resumen. Aun así, si la revista las solicita, elíjalas con cuidado para proporcionar visibili- dad al artículo y garantizar la máxima difusión entre los investigadores que utilizan los sistemas de búsqueda in- formatizados. Debe utilizar los términos que aparecen en el Índice Médico Español o en el Medical Subject Hea- dings (MeSH) de la National Library of Medicine. La introducción En esta sección, que algunas revistas prefieren deno- minar antecedentes, debe expresar por qué ha realizado el trabajo. La introducción es, pues, la presentación de una pregunta y el nexo entre la investigación realizada y la información disponible1,2,4,8,10,11 . Ello obliga a realizar una revisión bibliográfica exhaustiva, no sea que al final del esfuerzo el investigador vea con sorpresa que la pre- gunta escogida ya ha sido respondida por otro investiga- dor más madrugador. Es un área de escritura libre y cada cual puede elegir el formato que estime más acorde con sus ideas, pero recuerde una frase de Eurípides: “Lo que mal comienza mal acaba”. Unos prefieren proporcionan al lector toda la información actualizada del problema, con multitud de ci- tas bibliográficas, y de hecho este formato sería adecua- do si no fuera porque el lector cada día está más atarea- do, y una introducción muy larga, sobre todo si es compleja y no está muy bien escrita, hará que el lector renuncie a su lectura y, lo que es peor, a la del resto del trabajo. Otros optan por construir una introducción con generalidades y vaguedades que no explican la razón por la que se emprendió el trabajo. Con tres párrafos se puede construir una excelente in- troducción. El primero debe internar al lector en el proble- ma que se analizará con unas pocas referencias biblio- gráficas de gran trascendencia; el segundo debería sentar la importancia o gravedad del problema y los mati- ces que todavía están por resolver, y el párrafo final, des- cribir los motivos del estudio y contener la hipótesis de trabajo y los objetivos. El aforismo de Baltasar Gracián: “Lo bueno, si breve, dos veces bueno” es, como no, tam- bién aplicable a la introducción. La metodología Una vez reveladas las razones por las que merece la pena acometer el proyecto, hay que pensar en cómo lle- varlo a la práctica a fin de no malgastar esfuerzos. Un magnífico proyecto puede resultar inválido si no se utiliza la metodología adecuada. En esta sección, corazón del manuscrito, se expone cómo se ha realizado el estudio, y por ende debería ser exhaustivo para permitir que otro autor lo reproduzca total o parcialmente1,2,4,8,12,13 . Los apartados de esta sección se acomodan a la estruc- tura del trabajo pero, siguiendo con el estudio clínico que se ha tomado como referencia, es habitual que contenga al menos siete apartados: el tipo de diseño que se ha utiliza- do; la población participante en el estudio y su entorno; las variables analizadas; los criterios de medición y seguimien- to; la estimación del tamaño de la muestra; el plan de análi- sis, que incluye las herramientas estadísticas utilizadas, y los aspectos éticos relacionados con la investigación. Diseño. En una primera frase, o como parte de ella, conviene definir el tipo de estudio que se acomete (serie de casos, corte transversal, cohorte, ensayo clínico, etc.), sin esperar a que el lector lo aclare o lo tenga que intuir después de la lectura del manuscrito. Población. Se debe describir los elementos sujetos a estudio (p. ej., voluntarios, pacientes o animales) y tam- Manterola C et al. ¿Cómo presentar los resultados de una investigación científica? II. El manuscrito y el proceso de publicación 72 Cir Esp. 2007;81(2):70-7 04 Art Especial 265 (70-7).qxp 5/2/07 16:43 Página 72 Documento descargado de http://www.elsevier.es el 15/02/2012. Copia para uso personal, se prohíbe la transmisión de este documento por cualquier medio o formato.
  • 4. bién el grupo control, si lo hay. Describa cómo fueron captados y seleccionados, los criterios de inclusión y ex- clusión utilizados y dónde se han realizado el estudio. Es muy útil, y en algunas revistas obligado, incluir un esque- ma en el que queden claramente expuestos los elemen- tos que se ha captado, cuántos han cumplido los criterios de inclusión, cuántos se ha excluido y por qué, cómo se ha generado el proceso de asignación aleatoria y cuán- tos de cada rama han finalizado el estudio y los motivos por los que algunos han sido retirados. Existe una eterna discusión acerca de si las características individuales o colectivas de la población deben aparecer en esta sec- ción o en los resultados. Ello dependerá del objetivo del estudio. La caracterización biodemográfica de la pobla- ción puede ser parte del “material en estudio”, y no el re- sultado del proceso de investigación; sin embargo, co- rresponde inclinarse por la segunda opción cuando la aplicación de una intervención pueda modificar dichas variables. Variables. El siguiente paso es describir las variables que se medirán, que no sólo deben ser enunciadas, sino también definidas con claridad. En ocasiones, sobre todo cuando se elige variables que miden de forma indirecta el fenómeno evaluado, debe justificarse el porqué de su elección. Si en las variables se estableciese algún tipo de división o categorización en dos o más grupos, debe quedar explícita la metodología por la que se establecen los puntos de corte. Criterios de medición y seguimiento. En las líneas si- guientes debe exponerse con claridad con qué fueron medidas esas variables, cómo se midieron, quiénes y qué experiencia tienen en las mediciones, cuántas veces se midieron, etc. Esta sección es particularmente impor- tante y debe describir de forma pormenorizada todos los instrumentos o reactivos utilizados (marcas, modelos y datos del fabricante) y la técnica utilizada (forma de cali- bración y validación de las medidas). Si el trabajo habla- se de un prototipo, se tendría que aportar datos de su construcción y las patentes solicitadas o concedidas, y probablemente le soliciten datos sobre el coste del final del producto. Dependiendo del tipo de diseño, este apartado debería incluir la descripción de todos los procedimientos clíni- cos, las intervenciones y la secuencia temporal a los que ha sido sometido el sujeto analizado (protocolo experi- mental). En muchas ocasiones, la construcción de un es- quema en el que consten todas estas manipulaciones y medidas puede hacer este capítulo más didáctico con mucho menos texto. Estimación del tamaño de la muestra. Un error que se encuentra demasiado frecuentemente en ensayos clíni- cos es que falta la estimación de la muestra necesaria para probar la hipótesis en estudio y, sin embargo, se uti- lizan estadísticas tendentes a aceptar o rechazar la hipó- tesis en cuestión. Por demás está mencionar que este tipo de práctica no sólo carece de sentido, sino que con- funde al lector, pues con cierta frecuencia se invita a to- mar decisiones o se incita a modificar conductas basa- das en resultados carentes de fundamento científico. Análisis de los datos. El penúltimo párrafo de esta sec- ción acostumbra a estar dedicado a la forma de presen- tación de los resultados, así como a las herramientas es- tadísticas utilizadas, el valor de p escogido para señalar la significación estadística y las medidas de magnitud del efecto utilizadas (odds ratio, riesgo relativo, número de pacientes que es necesario tratar, etc.). Tenga especial cuidado con este capítulo y no dude en recurrir a un ex- perto si tiene alguna duda. Utilice alguna cita bibliográfi- ca, sobre todo si utiliza algún tipo de análisis poco habi- tual: se ahorrará preguntas de los revisores o los redactores de la revista. Aspectos éticos. En el último párrafo, aunque algunos autores prefieren incluirlo después del apartado dedicado a la población del estudio, ha de constar la aprobación de los comités de ética o de experimentación animal, situa- ción que garantiza el seguimiento de las normas nacio- nales e internacionales para la investigación. Si el estu- dio fuese en humanos, debe constar claramente cómo se obtuvo el consentimiento informado. Los resultados Esta sección responde a la pregunta ¿qué se ha en- contrado en el estudio? Se redacta en pasado, y aunque se utiliza mucho la voz pasiva o el impersonal (“se ha en- contrado que…”), se extiende la costumbre de utilizar la voz activa en primera persona del plural (“vimos que…”), hecho que, al fin y al cabo, no hace más que resaltar el mérito de los autores. Esta sección debe incluir, de forma ordenada, única y exclusivamente los resultados del es- tudio. Ni más ni menos1,2,4,8,10,14,15 . Los resultados deben poder ser vistos y entendidos de forma rápida y clara. Por ello, es recomendable comenzar construyendo las tablas y las figuras, y sólo posteriormente redactar el texto perti- nente en función de ellas1,2,4,8,14 . No repita la información; por ejemplo, si un dato aparece en el texto, no debe apa- recer en una tabla; con los datos de una tabla no debe construir una figura, etc. El primer párrafo de esta sección puede ser utilizado para resumir en una frase clara, concisa y directa el ha- llazgo principal del estudio, y luego seguir el orden esta- blecido en la metodología. Así, se inicia con una descrip- ción general de la muestra, para posteriormente ceñirse a los resultados relevantes de la investigación. Los resul- tados que se exponen son los imprescindibles para con- firmar o rechazar la hipótesis de trabajo. No suministre datos que puedan confundir al lector y que no aportan nada a su trabajo. Una mención especial merece la elaboración de ta- blas y figuras. Las tablas deben tener un título autoexpli- cativo (no debería ser preciso leer el texto para enten- der la tabla) y un contenido claro, preciso y conciso; los datos se han de organizar de arriba abajo y puede ser necesario escribir algunas breves notas explicativas en su borde inferior. Si decide utilizar gráficos, recuerde que éstos no son adornos; sólo son útiles cuando los datos muestran una tendencia que compone una ima- gen interesante. No olvide incluir el nombre de las varia- bles, las unidades, las leyendas, etc.; es decir, toda la información precisa para su interpretación sin necesidad de acudir al texto1,2,4,8,14 . Si decide utilizar tablas, gráficos o figuras, consulte antes las instrucciones de la revista para los autores. Manterola C et al. ¿Cómo presentar los resultados de una investigación científica? II. El manuscrito y el proceso de publicación Cir Esp. 2007;81(2):70-7 73 04 Art Especial 265 (70-7).qxp 5/2/07 16:43 Página 73 Documento descargado de http://www.elsevier.es el 15/02/2012. Copia para uso personal, se prohíbe la transmisión de este documento por cualquier medio o formato.
  • 5. La discusión El propósito de la discusión es explicar al lector la rele- vancia y el significado de los resultados. El autor es, sin duda, el individuo que más ha pensado sobre los resulta- dos del estudio y éste es el momento de trasmitir al lector los razonamientos que ha ido realizando a lo largo de las diferentes etapas del proyecto para que, al final, sea el propio lector el que piense que todo tiene sentido y por qué no se le había ocurrido a él antes esa idea8,16,17 . Esta sección, que acostumbra a redactarse en presen- te, puede ser, sin duda, de ejecución compleja. No existe una fórmula mágica, pero pueden ser útiles algunas su- gerencias17 (tabla 2). Una buena idea es comenzar la discusión con una fra- se que responda a la pregunta inicial, describa el hallazgo más importante del estudio y transmita su importancia. Debe tener un enunciado claro, que no genere duda algu- na. Una buena forma de seguir este apartado es compa- rar los resultados obtenidos con los disponibles en la lite- ratura. Muy pocos estudios son tan novedosos como para que no haya antecedentes, y de hecho una buena parte de los trabajos surgen de preguntas no contestadas en estudios previos. Unos cuantos trabajos apoyarán su pro- puesta, pero otros diferirán en mayor o menor medida de su tesis. Resalte los motivos que pueden explicar estas di- ferencias. Llegado este punto, y teniendo en cuenta que una buena parte de la investigación biomédica tiene como objetivo mejorar la atención de los pacientes, usted está en disposición de destacar la posible importancia clínica de sus hallazgos. Una buena forma de proseguir es reco- nocer y avanzar los posibles defectos metodológicos de su artículo. Más que “tirar piedras sobre su tejado”, es un manifiesto de su compromiso con el método científico y, por otra parte, evitará que el revisor o los redactores de la revista lo critiquen e incluso se ponga en riesgo la acepta- ción de su manuscrito. Por último, haga un comentario de los aspectos que todavía quedan por solventar o las líne- as de investigación que se abren después de sus hallaz- gos. Este apartado acaba siempre, de forma ineludible, con la/s conclusión/nes del trabajo –aunque algunas re- vistas prefieren separarlo como sección independiente–, conclusiones que deben estar fundamentadas en los da- tos obtenidos en el estudio y que deben incluir el mensaje que usted desea trasmitir y el lector debe recordar. Las referencias bibliográficas Una vez más, lea detenidamente las instrucciones para los autores para conocer las características que debe cumplir esta sección. Aun cuando la gran mayoría de las revistas han adoptado las llamadas normas de Vancouver8 para las citas bibliográficas, cada una de ellas mantiene unas peculiaridades que la hacen singular. En general, las citas se incluyen de forma correlativa, según su aparición en el texto, con números arábigos en paréntesis o alzados. Utilice sólo las referencias que aporten algo a su ma- nuscrito. Salvo casos de publicaciones de gran relevan- cia, las citas no deberían superar los 5 años de antigüe- dad. Es importante entender que un artículo no será mejor porque tenga más citas bibliográficas1,2,10,18 . Un comentario adicional merece la aparición en el mer- cado de programas de tratamiento de bibliografía. La fa- cilidad para construir bases de datos mediante la incor- poración automática de citas, resúmenes e incluso textos completos obtenidos de internet ha llevado, como míni- mo, a dos situaciones, una de interés y otra censurable. La situación favorable es que el número de errores tipo- gráficos en esta sección ha disminuido de forma notable, pero la condenable es la ampliación del número de citas bibliográficas en los trabajos, muchas de ellas irrelevan- tes y de las que muy probablemente sólo se ha leído el resumen proporcionado por la base de datos, sin analizar la metodología del estudio, es decir, asumiendo como dogma el resumen que ha facilitado el autor. El proceso editorial Una vez finalizada la confección del manuscrito, se ini- cia el proceso editorial enviando todo el material a uno de los redactores de la revista escogida, por correo con- vencional o, lo que ya es más habitual, a centros de re- cepción electrónicos. Tanto en un caso como en otro, cumpla con las normas especificadas en las instruccio- nes para los autores o en las diferentes páginas del ser- vidor electrónico (en este caso, si no cumplen de forma rigurosa algunos procedimientos, el envío del material es imposible). Un esquema de lo que puede suceder a partir de ese momento queda reflejado en la figura 1. Unos pocos manuscritos, casi siempre de una calidad metodológica excepcional19,20 , son aceptados directamen- te por el redactor jefe de la revista, una buena parte se rechaza a vuelta de correo y los demás son enviados a un número variable de revisores externos, en general in- vestigadores versados en el mismo tema o temas afines, para su evaluación. No es éste el momento de discutir las ventajas y los inconvenientes del proceso de revisión por pares pero, en principio, este sistema avala que la infor- mación que se proporciona tiene interés para el lector y la comunidad científica. El trabajo de los revisores no es sencillo, ceden una parte de su tiempo y experiencia, y sus observaciones, aunque puedan parecernos duras e inoportunas, suelen ser atinadas. No hay trabajo que no haya mejorado después de sus comentarios. El redactor, de acuerdo con su experiencia y los co- mentarios confidenciales que los revisores realizan, pue- de optar por rechazar la publicación del manuscrito, por aceptar el manuscrito en el formato enviado o permitir el reenvío del manuscrito una vez se haya respondido a los comentarios realizados por los revisores. En alguna oca- Manterola C et al. ¿Cómo presentar los resultados de una investigación científica? II. El manuscrito y el proceso de publicación 74 Cir Esp. 2007;81(2):70-7 TABLA 2. Posible línea argumental para construir la discusión de un trabajo científico Destacar los hallazgos más importantes Explicar el significado y la importancia de los resultados Comparar los resultados con los de otros autores Razonar los resultados Destacar la importancia clínica Reconocer las limitaciones del estudio Sugerir nuevas líneas de investigación Elaborar las conclusiones 04 Art Especial 265 (70-7).qxp 5/2/07 16:43 Página 74 Documento descargado de http://www.elsevier.es el 15/02/2012. Copia para uso personal, se prohíbe la transmisión de este documento por cualquier medio o formato.
  • 6. sión, ante la divergencia de opiniones que pudiera haber entre los revisores, puede optar por enviar el manuscrito a uno o dos revisores más. Si el autor desea atender a los comentarios de los revisores, debería analizar todos y cada uno de los puntos que allí se plantean, responder de forma pormenorizada a sus observaciones y modificar el manuscrito si fuese necesario. Cuando reenvíe la versión corregida, deberá acompañar una carta en la que se haga mención específica de las observaciones de los re- visores y los cambios que se han introducido o los moti- vos por los cuales se desecha la observación realizada. Sea cortés y elegante en sus respuestas, pero defienda las situaciones que tengan el respaldo de argumentos científicos convincentes. Agradézcales el trabajo realizado y olvide la soberbia y la prepotencia. Recuerde que un día usted también puede ser revisor, y verá con agrado que se atienda a las observaciones que usted cree razonables o se argumente las razones por las cuales se las rechaza. Lo más habitual es que el redactor acepte el manuscri- to en su forma revisada, aunque está en su potestad re- chazarlo o reenviarlo a nuevos revisores y reiniciar todo el proceso. Recibirá una comunicación con la aceptación definitiva, algunas veces acompañada de una estimación de la fecha de publicación. Sólo a partir de ese momento el trabajo se considera aceptado y puede citarse en nue- vos manuscritos como material “en prensa”. Unas sema- nas antes de la publicación definitiva, recibirá las prue- bas de imprenta. En muy pocas horas, debe leer con detenimiento el material suministrado y corregir los erro- res tipográficos, numéricos, etc. No es momento de mo- dificar capítulos o párrafos, aportar nuevos datos, etc. ¿Cuáles son los motivos por los que se rechaza un ma- nuscrito? A lo largo de este texto ya se ha apuntado algu- no de los defectos que se comete más frecuentemente durante la elaboración de un manuscrito y obviamente muchos de ellos son motivo de su devolución3,5 . Pero qui- zá valga la pena, en este momento, hacer un repaso a las principales causas de devolución de un manuscrito, rea- gruparlas en varios apartados y resumirlas en la tabla 3. Manterola C et al. ¿Cómo presentar los resultados de una investigación científica? II. El manuscrito y el proceso de publicación Cir Esp. 2007;81(2):70-7 75 Fig. 1. Esquema del proceso de selec- ción de un manuscrito en una revista biomédica con sistema de revisión por pares. Recepción del manuscristo Lectura por parte del redactor jefe Decisión inmediata del redactor jefe No aceptado Aceptado Aceptación inmediata A revisión por pares Aceptado Aceptación condicional No aceptado Reenvío del manuscrito revisado TABLA 3. Críticas más habituales de los editores y los revisores a los manuscritos A la preparación del manuscrito No se adecua a la línea editorial No se acomoda a ninguna forma de publicación de la revista No se ajusta a las instrucciones para los autores Ausencia de hilo conductor objetivo-metodología-resultados- conclusiones Pésima redacción Incompetencia idiomática A la introducción Tema poco importante Escaso interés para el lector Mínima trascendencia clínica Ausencia o irrelevancia de la hipótesis de trabajo Objetivos ausentes o inexplicados Revisión bibliográfica incompleta, poco cuidadosa o poco actualizada A la metodología Información escasa Diseño inapropiado Muestra de tamaño inadecuado, mal calculado o no calculado Ausencia de controles o controles no apropiados Sesgos metodológicos Defectos en el análisis estadístico Silenciar los aspectos éticos A los resultados Descripción confusa Errores e incoherencias en los datos Defectos en la confección de tablas, figuras, etc. Repetición de datos en diferentes formatos Datos irrelevantes para responder a la pregunta de investigación Introducir opiniones sobre los resultados obtenidos Iniciar la discusión A la discusión Sobrevaloración de la importancia de los hallazgos Extrapolar los resultados a situaciones extemporáneas o poblaciones diferentes Introducir datos colaterales Especular sin sustentación alguna Interpretaciones no concordantes con los datos Aceptación de los resultados sin crítica alguna Ausencia de explicaciones alternativas Introducir críticas desmedidas a autores o trabajos Conclusiones no respaldadas por los resultados Conclusiones desproporcionadas con los resultados 04 Art Especial 265 (70-7).qxp 5/2/07 16:43 Página 75 Documento descargado de http://www.elsevier.es el 15/02/2012. Copia para uso personal, se prohíbe la transmisión de este documento por cualquier medio o formato.
  • 7. A la preparación del manuscrito La primera sorpresa, y más frecuente de lo esperable, es encontrar trabajos que no se adecuan a los propósitos de la revista y, pese a que pueden estar bien escritos y sus resultados sean perfectamente asumibles, se deba rechazarlos. Un escenario similar es la recepción de un manuscrito que, por su formato, no cabe en ninguna de las secciones habituales de la revista. Ambas situaciones son evitables con facilidad si el autor está al tanto de la lí- nea editorial de la revista. Mención especial merece la atención a las normas de publicación. Aunque parezca mentira, el capítulo de ins- trucciones para los autores es un capítulo poco leído o, al menos, poco seguido. En muchas revistas, este capítu- lo contiene una información genérica, pero en otras mu- chas –y cada vez más– la información es muy detallada e incluso se debe cumplimentar, antes de enviar el ma- nuscrito, una lista de comprobaciones (check-list). Aun así, se reciben manuscritos que no cumplen gran parte de las normas. Bien es cierto que la mayoría de las edito- riales no rechazan estos manuscritos de forma directa, pero también es cierto que esos manuscritos mal estruc- turados, sin las secciones adecuadas, con un formato confuso y difíciles de seguir son los que se acostumbra a devolver en fases posteriores. Desde el punto de vista estrictamente científico, la prin- cipal causa de devolución de un manuscrito es la ausen- cia del hilo conductor objetivo-metodología-resultados- conclusiones, pero el aspecto todavía más desolador es devolver un manuscrito por su paupérrima redacción. A un científico se le supone un cierto nivel cultural que im- pide la introducción de vicios de escritura como los artifi- cios, la vacuidad, la monotonía, la improvisación, el colo- quialismo y la ambigüedad, pero aún es peor enfrentarse a las faltas de ortografía o los comentarios peyorativos por razón de sexo, raza o religión. Existen en nuestras bi- bliotecas manuales de estilo que nos pueden ayudar a no cometer esos errores1,2,4,21 . Por último, si decide enviar el manuscrito a una revista extrajera en un idioma que no domine, acuda a alguien con experiencia para revisar el texto. A la introducción Una buena parte de los manuscritos que se reciben no aportan información nueva, tratan temas con poco inte- rés para el lector y escasa, si no nula, trascendencia clí- nica. Un buen número de ellos ni siquiera plantea hipóte- sis u objetivos, o si los plantea, su alcance es limitado. Otro defecto habitual, que se puede extender a otras sec- ciones, es la utilización inadecuada de la bibliografía. A la metodología Con demasiada frecuencia los autores despachan esta sección en unas pocas líneas, cuando es el núcleo del trabajo. En muchas ocasiones no se provee la información suficiente para que cualquier investigador pueda reprodu- cir el estudio sin sorpresas. Además, no es infrecuente encontrar un estudio con un diseño experimental inade- cuado para responder a la hipótesis y los objetivos plante- ados, con una muestra experimental escasa y sesgos en la selección de la población, las variables o los momentos de su medición, etc., para apoyar una determinada hipó- tesis. Es misión del primer autor y de su mentor evitar errores de magnitud o de proporción, la mayoría de los cuales se solventarían haciendo una revisión de la litera- tura o solicitando una consulta con un experto. Por último, llama la atención en muchos trabajos la au- sencia de referencia alguna a los aspectos éticos del es- tudio (aprobación de los comités de investigación y ob- tención del consentimiento informado). A los resultados Ya se ha comentado que los resultados deben presen- tarse de una forma clara, lógica y concisa y que no de- ben repetirse los mismos datos en el texto, las tablas, las figuras o las gráficas. Hay que ser especialmente cuida- doso en la elaboración de este capítulo para proporcio- narle solidez. No hay cosa que desilusione más a un revi- sor que encontrar incoherencias en el capítulo de los resultados. Traduce el escaso cuidado con el que se ha elaborado el texto o, lo que es peor, una escasa obser- vancia del método científico. Se sorprenderían de los errores que se cometen en este apartado y sobre todo en la construcción de las tablas y las figuras. Otra de las cosas que más disgusta a los revisores y los redactores es que se atiborre esta sección de infor- mación que, aun pudiendo ser valiosa, en nada matiza o altera las conclusiones del estudio, se introduzcan opinio- nes acerca de los resultados obtenidos, se comparen los resultados con los obtenidos con otros autores, se inicie la discusión de los resultados o se utilicen pruebas esta- dísticas inadecuadas. A la discusión Es casi una constante que esta sección sea excesiva- mente larga y se caiga en la sobrevaloración de los resul- tados y su extrapolación a situaciones nunca probadas o, peor aún, a poblaciones desiguales (concepto de validez externa de los estudios). Además, también es frecuente introducir resultados nuevos, especular sin base alguna y aceptar los resultados sin crítica ni explicación alternati- va. Menos frecuente, pero detestable, es utilizar esta sec- ción para criticar de forma desmedida la línea de trabajo o los resultados obtenidos por otro grupo de trabajo, casi siempre competidor directo. Otro error demasiado fre- cuente es obtener conclusiones erróneas, no deducibles y, a todas luces, desproporcionadas con los resultados expuestos. Un comentario adicional merece la construcción del re- sumen. No es un mero trámite. Sea especialmente cuida- doso y, dado que probablemente sea la última sección que escribirá, no caiga en la tentación de introducir un dato que no consta en lugar alguno y compruebe que no haya discrepancias entre los datos del resumen y los del texto completo. Manterola C et al. ¿Cómo presentar los resultados de una investigación científica? II. El manuscrito y el proceso de publicación 76 Cir Esp. 2007;81(2):70-7 04 Art Especial 265 (70-7).qxp 5/2/07 16:43 Página 76 Documento descargado de http://www.elsevier.es el 15/02/2012. Copia para uso personal, se prohíbe la transmisión de este documento por cualquier medio o formato.
  • 8. A modo de conclusión, la escritura de un manuscrito requiere paciencia y práctica. Las reglas expuestas pue- den ayudar al lector a construir un manuscrito y evitar fa- llos flagrantes, pero no se debe pasar por alto que la me- jor forma de evitar los problemas durante la redacción es haber diseñado bien el estudio. Por muy bien que se es- criba, no se puede superar los defectos metodológicos de un estudio mal planteado. Bibliografía 1. Day RA. Cómo escribir y publicar trabajos científicos. 2.a ed. Was- hington: OPS/OMS; 2005. 2. Huth EJ. Writing and publishing in medicine. 3rd Baltimore: Williams & Wilkins; 1998. 3. Bordage G. Reasons reviewers reject and accept manuscripts: the strengths and weaknesses in medical education reports. Acad Med. 2001;76:889-96. 4. Huth EJ. Scientific style and format: The CBE manual for authors, editors, and publishers. 6th ed. Cambridge: Council of Biology Edi- tors; 1994. 5. Pierson DJ. The top 10 reasons why manuscripts are not accepted for publication. Respir Care. 2004;49:1246-52. 6. Arribalzaga EB. Thoughts on the impact factor. Arch Bronconeumol. 2006;42:310. 7. Sollaci LB, Pereira MG. The introduction, methods, results, and dis- cussion (IMRAD) structure: a fifty-year survey. J Med Libr Assoc. 2004;92:364-7. 8. International Committee of Medical Journal Editors. Uniform requi- rements for manuscripts submitted to biomedical journals: writing and editing for biomedical publication [actualizado en febrero de 2006]. Disponible en: http://www.icmje.org/#print 9. Herranz G. El concepto de autor. Med Clin (Barc). 1985;84:275-6. 10. Branson RD. Anatomy of a research paper. Respir Care. 2004;49: 1222-8. 11. Herranz G. La responsabilidad de empezar bien: el resumen y la in- troducción. Med Clin (Barc). 1986;86:205-6. 12. Herranz G. Material y método: cosas básicas dichas en letra pe- queña. Med Clin (Barc). 1987;86:241-2. 13. Kallet RH. How to write the methods section of a research paper. Respir Care. 2004;49:1229-32. 14. Durbin CG. Effective use of tables and figures in abstracts, presen- tations, and papers. Respir Care. 2004;49:1233-7. 15. Herranz G. Los resultados, el corazón del artículo. Med Clin (Barc). 1988;90:500-1. 16. Herranz G. Discusión o la verdad sin exageraciones. Med Clin (Barc). 1988;90:540-1. 17. Hess DR. How to write an effective discussion. Respir Care. 2004; 49:1238-41. 18. Herranz G. La bibliografía: más vale poco y bueno que mucho y malo. Med Clin (Barc). 1988;91:452-3. 19. Manterola C, Busquets J, Pascual M, Grande L. ¿Cuál es la calidad metodológica de los artículos sobre procedimientos terapéuticos publicados en Cirugía Española? Cir Esp. 2006;79:95-100. 20. Manterola C, Pineda V, Vial M, Losada H; the MINCIR grap. What is the methodologic quality of human therapy studies in ISI surgical publications? Ann Surg 2006;244:827-32. 21. Vilarroya O, editor. Medicina Clínica. Manual de estilo. Publicacio- nes biomédicas. 1.a ed. Barcelona: Doyma; 1993. Manterola C et al. ¿Cómo presentar los resultados de una investigación científica? II. El manuscrito y el proceso de publicación Cir Esp. 2007;81(2):70-7 77 04 Art Especial 265 (70-7).qxp 5/2/07 16:43 Página 77 Documento descargado de http://www.elsevier.es el 15/02/2012. Copia para uso personal, se prohíbe la transmisión de este documento por cualquier medio o formato.