Este documento es la autobiografía de un perro setter irlandés llamado Koke. Cuenta que fue adoptado por una familia tres años atrás después de haber vivido como perro callejero. Desde entonces ha vivido feliz con su nueva familia, con quienes participa en actividades y concursos caninos. Koke también presenta algunas ideas sobre la regulación y cuidado de las mascotas.
1. Autobiografía
¡Hola a todos! Me presento: soy
“Koke”, un Setter Irlandés de seis
años, colorín acochayuyado, como
dice una de mis amas.
2. • Les contaré los últimos tres años de mi
vida, ya que los tres anteriores pertenecen a
un tiempo en que fui patiperro y prefiero no
recordar.
3. • Al contrario de muchas mascotas que son
regaladas o compradas, yo fui adoptado. En
mis tiempos de callejero, conocí a una familia
que me auxilió en varias oportunidades, ya
sea con alimento, agua y cariño.
4. • Esta familia estaba sufriendo la pérdida de un
paisano mío (“Kafú”), la verdad es que nos
encariñamos y quise estar con ellos. Mis
anteriores amos entendieron y decidieron
entregarme en adopción, hasta hoy estamos
juntos y ojalá nunca me falten, pues el cariño
es mutuo; tengo un papá, una mamá, dos
hermanos y hasta una madrina.
5. • Soy un perro grande, sano, obediente y
disciplinado, aunque hago mis actividades
habituales como ladrar, correr y jugar en la
avenida Brasil, donde dos veces al día voy con
alguna de mis amas. Por cierto, tengo muchos
amigos como “Drako Kanut”, “Kuper”, “Kron
Maxy”, “Lun”, “José”, “Ramón”, “Camilo, “Char
ly”… y la lista sigue.
• Participé en muestras caninas de
supermercado y gané el primer lugar Master
Dog y ocupé el segundo puesto en la Expo
Canina 2008 de UCRA.
6. Novia
• Lo único que me falta para ser completamente
feliz es encontrar novia y perpetuar mi raza, si
hay por ahí alguna perrita cariñosa, el correo
de mi dueña esroxanas25@hotmail.com
7. • Quiero decirles que para muchos de
nosotros, los perros o cualquier otro
animal, que se les dé cariño y
protección, respondemos con amor y
fidelidad. Yo tuve la suerte de encontrarme
con una tremenda familia, llena de amor y
solidaridad, que ojalá nunca me falte, porque
los amo a todos y cada uno de ellos.
8. • Mi familia tiene algunas ideas y quieren compartirlas con ustedes para el
tema de la población canina y que puede ser un aporte:
• - Crear un Registro Regional de Mascotas.
• - En el caso de los perros, pagar un permiso municipal, una vez al
año, valor de acuerdo a raza, porte y peligrosidad.
• - Tener certificado de veterinario al día.
• - Identificación en carné y collar con sus datos.
• - Tener un amo o dueño responsable y mayor de edad ante el registro.
• - Crear un departamento de recaudo, donde las platas sirvan para
rescatar, alimentar, sanar, operar, entre otras cosas, a las mascotas
abandonadas.
• - Compromiso de responsabilidad de las mascotas (deberes y derechos
para cuidar el medio ambiente).
• Me despido de ustedes con un gran ¡guau, guau!
10. • Su llegada fue sorpresiva y no exenta de cierta
polémica en el hogar. Nunca imaginé ese
verano (2004) lo que traía mi hijo Nasser en
una cajita de zapato: era una coqueta y
simpática perrita.
11. • El venía feliz con su nueva
adquisición, acompañado de sus hermanos
gemelos Javier y Sebastián. Cuando la vi, lo
primero que dije fue un rotundo “NO”, ya que
sólo me gustaban los animales de “lejitos” y
no quería un perro, más aún cuando la casa
estaba recién comprada, con muebles nuevos
y además mi mamá tampoco quería
encariñarse con mascotas debido a que había
perdido la suya hace años.
12. • Usé todos los argumentos que se me
ocurrieron, pero observé las caritas de mis hijos
ante mi negativa. Al final, acepté a esta nueva
integrante del hogar.
• Era una cosita chiquitita, de pelaje crespo, blanca
entera, mezcla de Poodle y Maltés, bía nacido
justo el 31 de diciembre, cuando todos se
estaban dando los abrazos. Parecía un
peluche, exquisita, pasaba todo el día durmiendo.
13. • Ponerle el nombre fue difícil, quería algo
femenino, fino y no muy usual. Pensé en
muchos y nada me gustaba hasta que un día al
mirar la televisión estaban pasando “Sex and
the city” y una de las protagonistas se llamaba
Charlotte… me gustó, ideal para mi perrita.
14. Problemas
• “Charlotte” creció y con ello aparecieron los
problemas. Se orinaba en todos lados, roía las
patas de los muebles y yo lo único que quería era
que se la llevaran lejos, pero Jorge no me dejó; ya
era parte de la familia.
• La miraba y me movía la cola para ganarse mi
cariño, así que fui, compre ají en pasta y lubriqué
todas las patas de los muebles; santo remedio
para su manía y mi mamá se encargó de
enseñarle dónde orinar… ¡era como volver a
criar!
15. • Hoy no me imagino la vida sin mi niña
(también la llamo así), pues me llena de
alegría, siento que su amor por mí es
incondicional. Cuando llego del trabajo, me
recibe feliz y salta para darme langüetazos, lo
que me recuerda a “Dino” de Pedro
Picapiedra, sólo que ella es chiquitita.