1. TIEMPO DE CALIDAD CON NUESTROS HIJOS
Educar a los hijos tiempo “de calidad” se ha
Convertido en una propuesta de la que se habla
Tan frecuentemente y con tanta insistencia, que
muchas personas han caído en la trampa de
creer que sólo la calidad es importante y, por
ello, le restan importancia a la cantidad.
¡Claro que la calidad es importante! Sin embargo, en la
mayoría de los casos, es imposible lograr calidad si no se
parte de una cantidad de tiempo adecuada. No se puede
hornear un pastel, aunque se utilicen los mejores
ingredientes, si no se dispone del tiempo requerido para
ello. Tampoco puede lograrse una cosecha, aun con ayuda
de los mayores avances tecnológicos, si se restringe
demasiado el tiempo.
Si realmente se quiere participar activamente en la
formación de los hijos, no basta con dedicarles “cuarenta
y cinco segundos al día”, aun cuando estos segundos sean
2. de “altísima calidad”.
Los dos parámetros son importantes: cantidad y calidad.
Por lo mismo, es indispensable encontrar esos lapsos de
contacto -que no sean demasiado pequeños- y hacer lo
necesario para que dichos tiempos sean realmente de
calidad
El tiempo de calidad es algo personal e intransferible. Lo que es "tiempo de
calidad" para ti puede diferir de lo que significa para tu compañera de oficina.
Quizá a ti y a tus hijos os guste compartir las tardes haciendo juntos la tarea
mientras tú terminas un proyecto de trabajo sentada a la misma mesa de
estudio. Para otra mamá el tiempo de calidad puede involucrar cocinar o hacer
la compra juntos, e incluso compartir las tareas de la casa y convertirlas en un
momento familiar. Y para una tercera, acurrucarse juntos en el sofá para leer o
mirar una película puede ser lo máximo. Haz una lista de las cosas que tú y tus
hijos disfrutáis juntos , por insignificante o mundano que pueda parecer y así te
darás cuenta de que quizá ya pasas tiempo de calidad con ellos, sin darte