2. J E A N
F R A N C O I S
R D
L Y O T A
Se preocupa principalmente del Conocimiento
Existen dos formas de saber:
el científico y el narrativo
… ambos necesitan una acción que los
legitiman en metarrelatos, algo llamado
“juegos del lenguaje”, distintos en el
saber científico y narrativo
El saber narrativo se considera como el génesis del conocimiento
vulgar o tradicional y es transmitido de generación en generación.
Los relatos científicos reniegan de cualquier forma narrativa
distinta o alternativa, acepta sólo el lenguaje científico, que
recurre a dos tipos de narraciones diferentes: el discurso
filosófico (el idealismo), y un discurso político (los valores de la
revolución francesa y la ilustración). El saber se legitima en
función de la justicia, del humanismo, la libertad, el progreso, el
desarrollo; su objeto seria generar igualdad y formar seres
humanos.
3. En la sociedad postmoderna el saber es susceptible de
ser almacenado en máquinas de lenguaje y procesado
como dato, al punto que la disponibilidad de la
información posibilita el uso del poder. La información
es manejada por las multinacionales.
Su denuncia que la ciencia no busca ya la verdad sino la
performatividad, es decir, el desempeño y el rendimiento.
Lo que genera una crítica al papel de las ciencias en
tiempos postmodernos. Surge la pregunta: ¿para qué
sirve la ciencia?
El saber es producido para ser vendido y es consumido
para ser valorado en una nueva producción. Deja de ser
en sí mismo su propio fin y pierde su valor de uso…
… en las últimas décadas el saber se ha convertido en la
principal fuerza de producción
… en tiempos postmodernos lo que impera es una multiplicidad de
micronarraciones en contraposición a un modelo de lenguaje
homogéneo
4. La legitimación del saber se logra a través del habla, por su
aspecto pragmático. Tres observaciones hace a propósito de los
“juegos de lenguaje”:
1) las reglas no tienen legitimación en sí mismas, sino que se
validan mediante el contrato entre los jugadores
(emisor/receptor).
2) sin reglas no hay juego; si se modifican las reglas es otro
juego el que se inaugura.
3) todo enunciado debe ser considerado como una jugada hecha
en un juego mayor. Se admite que hablar es combatir y que los
actos del lenguaje se derivan de una agonística (ciencia de los
combates) general.
Lyotard distingue dos tipos de saber, uno positivista que
encuentra fácilmente su explicación en las técnicas
relativas a los hombres y a los materiales y que se dispone
a convertirse en una fuerza productiva indispensable al
sistema, otro crítico o reflexivo o hermenéutico que al
interrogarse directamente o indirectamente sobre los
valores o los objetivos, obstaculiza toda recuperación.
5. G I A N N I
V A T T I M O
El afirmarse del pluralismo y de la sociedad de los media
ha minado en la base la posibilidad misma de una
historia unitaria. Con la difusión de las tecnologías
multimediales, se han multiplicado los centros de acopio
e interpretación de los acontecimientos: “la historia ya no
es más un hilo conductor unitario, actualmente es una
cantidad de informaciones, de crónicas, de televisores
que tenemos en casa, muchos televisores en una casa”.
6. Vattimo cree que el paso de lo moderno a lo postmoderno se
configura como el paso de un pensamiento “fuerte” a un
pensamiento “débil”:
“pensamiento fuerte” (metafísico): pensamiento que habla en
nombre de la verdad, de la unidad y de la totalidad
(pensamiento ilusorio que establece “fundaciones” absolutas del
conocer y del actuar).
“pensamiento débil” (postmetafísico): pensamiento que rechaza
las categorías fuertes y las legitimaciones omnicomprensivas,
un tipo de razón que, junto a la razón-dominio de la tradición, ha
renunciado a una “fundación única, última, normativa”.
El individuo postmoderno es aquel que, asumiendo hasta
el fondo la condición débil del ser y de la existencia, ha
aprendido a convivir con sí mismo y con su propia
“finitud” (ausencia de fundamento), más allá de toda
nostalgia residual de los absolutos trascendentes o
inmanentes de la metafísica.
7. Vattimo defiende la validez del concepto de
“postmoderno”, poniéndolo en relación estrecha con
la sociedad de los mass-media y de la
comunicación generalizada. Los media “radio,
televisión, periódicos se han vuelto unos elementos
de una explosión y multiplicación generales de
visiones del mundo”. Identifica la sociedad
postmoderna con la sociedad de los media, que no
son el instrumento diabólico de una inevitable
esclavitud totalitaria, sino la premisa en acto del
posible advenimiento de una humanidad desubicada
capaz de vivir en un “mundo de culturas plurales”.
En Vattimo se advierte un nihilismo que se pude determinar
como “débil”, liviano, que habiendo vivido hasta el fondo la
experiencia de la disolución del ser, no tiene ni añoranzas por
las antiguas certezas ni deseo de nuevas totalidades
Las redes de comunicación establecen no sólo la base para una
experiencia humana común, sino que promueven
simultáneamente la fragmentación y la contextualización.
8. J E A N
B A U D R I L L A R D
El individuo actual, no es más que dato estadístico, parte de la masa que
contribuye a elaborar la curva normal…
En el mundo postmoderno no hay realidad, no hay historia,
sino una simulacro de la realidad y la negación de la historia.
Los medios de comunicación son los constructores ideológicos
de la realidad virtual, de la ilusión radical que niega la
realidad real mediante el ejercicio retórico de la hiperrealidad.
En la “realidad virtual” no hay artificialidad (que copia o imita la
realidad), sino un simulacro, donde la representación mediática
precede y determina lo real, traza una nueva topografía del
entorno percibido como realidad.
Los medios, especialmente la televisión, van creando una red
densa que envuelve al individuo a través de nuevas extensiones
tecnológicas y de la ocupación progresiva del tiempo social.
Los medios van sustituyendo a las instancias de interlocución y
propenden a ser las fuentes únicas para la percepción y
comprensión de lo que conviene que suceda
9. Los nuevos “sujetos” de la postmodernidad
describe la hiperrealización en tres figuras: el obeso, el rehén y el obsceno; que
esquematizan un tipo de comportamiento que supera los límites en cuanto desviación de
la norma, una anomalía.
La obesidad: traspasa el límite "por un exceso de conformismo traducido en una
hiperdimensión tan saturada como vacía, donde se ha extraviado la esencia de lo social
y la del cuerpo". Ya no hay límite, es como si el cuerpo quisiera engullir el medio. Esta
obesidad afecta a los individuos y a nuestra cultura entera. Es, socialmente,
superabundancia vacía (de información, de servicios, de bienes…).
El rehén: es la consecuencia del terror y el terror es la consecuencia de la superación
de la violencia. La violencia y la revolución tienen un sentido en el mundo moderno; el
terror es más violento que la violencia; en esta anomalía la víctima es el rehén…Esta
figura es imagen de un fenómeno social, todos somos rehenes, nuestro destino no está
en nuestras manos sino que somos rehenes anónimos de no se sabe qué
predestinación trucada o manipulación que no acertamos a descubrir ni mucho menos a
controlar.
la obscenidad: como figura social; con la desaparición de la escena ya no hay
espectadores ni actores, sino mirones, ya no hay realidad y apariencia, todo es un
infinito juego de apariencias, ya no hay valor de uso y valor de cambio; hoy sabemos
que no hay más que meros y eternos intercambios. Todo está impregnado de todo.
El sujeto mediático es, por naturaleza, obsceno… todo debe ser mostrado, revelado,
develado y la artificialidad del zoom y del primer plano pone fin al enigma y al secreto
para pasar a la obscenidad, una vomitiva extroversión de toda interioridad, un proceso
paralelo de pegajosa introversión de toda la exterioridad.
10. Los nuevos “sujetos” de la postmodernidad
describe la hiperrealización en tres figuras: el obeso, el rehén y el obsceno; que
esquematizan un tipo de comportamiento que supera los límites en cuanto desviación de
la norma, una anomalía.
La obesidad: traspasa el límite "por un exceso de conformismo traducido en una
hiperdimensión tan saturada como vacía, donde se ha extraviado la esencia de lo social
y la del cuerpo". Ya no hay límite, es como si el cuerpo quisiera engullir el medio. Esta
obesidad afecta a los individuos y a nuestra cultura entera. Es, socialmente,
superabundancia vacía (de información, de servicios, de bienes…).
El rehén: es la consecuencia del terror y el terror es la consecuencia de la superación
de la violencia. La violencia y la revolución tienen un sentido en el mundo moderno; el
terror es más violento que la violencia; en esta anomalía la víctima es el rehén…Esta
figura es imagen de un fenómeno social, todos somos rehenes, nuestro destino no está
en nuestras manos sino que somos rehenes anónimos de no se sabe qué
predestinación trucada o manipulación que no acertamos a descubrir ni mucho menos a
controlar.
la obscenidad: como figura social; con la desaparición de la escena ya no hay
espectadores ni actores, sino mirones, ya no hay realidad y apariencia, todo es un
infinito juego de apariencias, ya no hay valor de uso y valor de cambio; hoy sabemos
que no hay más que meros y eternos intercambios. Todo está impregnado de todo.
El sujeto mediático es, por naturaleza, obsceno… todo debe ser mostrado, revelado,
develado y la artificialidad del zoom y del primer plano pone fin al enigma y al secreto
para pasar a la obscenidad, una vomitiva extroversión de toda interioridad, un proceso
paralelo de pegajosa introversión de toda la exterioridad.