1. El síntoma encierra el sentido profundo del
padecimiento, el cuál nos da sentido como personas.
Tiene que ver, con la forma en que el “yo” orienta y guía
la energía libidinal.
La fluidez de la energía libidinal se orienta a la
obtención de placer, a veces esta, es restringida por el
yo, y busca salida sin la orientación yoica, regresa a
vivencias infantiles y se manifiesta, ejecutando sus
deseos en el sueño, donde los impulsos y
pensamientos no pueden hacerse realidad.
2. Síntoma:
disposición heredada y predisposición adquirida en la
primera infancia.
Causa de neurosis:
Predisposición por fijación libidinal y vivencias
traumáticas del ya adulto.
Constitución sexual:
vivencias prehistóricas e infantiles
3. Por el análisis de los síntomas tomamos conciencia de
las vivencias infantiles en las que la libido esta fijada y
desde las cuales se crea el síntoma.
Los síntomas son entonces, la figuración de vivencias
que realmente se tuvieron y se les atribuya una
influencia sobre la fijación de la libido, esta en
formación de fantasías del enfermo, impropias para
cumplirse.
En el mundo de la neurosis la realidad psíquica es
decisiva
La fuente de las fantasías esta en las pulsiones
La importancia patógena depende de una pulsión
parcial respecto a otra que esta en disposición.
4. Cantidad de energía
Magnitud de la energía
Condiciones etiológicas
Dinamismo de los procesos anémicos
Economía
5. Monto de libido que una persona puede mantener flotante
y fracción de libido que es capaz de desviar hacia la
sublimación.
Dominar volúmenes de excitación, que operan en el
aparato anémico e impedir estasis generadora de displacer.
Ingenio para elaborar sueños diurnos.
Atenuar los sueños o fantasías para que no revelen su
origen de las fuentes prohibidas.
Facultad de dar forma a su fantasía en la realidad, ganancia
de placer, las represiones son doblegadas y canceladas.