En el mes de Abril, el médico Veterinario visitó la perrera de Graneros. En esta presentación se deja su informe para constatar la realidad de esta perrera.

1. Santiago 14 de abril de 2011
A los interesados.
A través de la presente carta quiero dejar constancia de las pésimas
condiciones bajo las cuales se mantienen a un número aproximado de 70
perros en la “perrera” de Graneros. Tuve la oportunidad de visitar estas
instalaciones durante varias horas y de esta manera constatar en forma
objetiva, clara y de acuerdo a estándares observados y conocidos por el
que suscribe en otros países puedo certificar que esta “perrera” no reúne
las condiciones mínimas para albergar perros. En estas instalaciones no se
observa ningún manejo acorde a mantener a los perros en buenas
condiciones.
Algunas consideraciones:
-El lugar consta claramente de construcciones improvisadas y de mala
calidad no facilitando labores como la limpieza y aún menos generando un
resguardo mínimo o adecuado para los perros.
- No existe ningún criterio de segregación con los perros “encarcelados”
en esta “perrera”, es decir, no existe separación de machos agresivos,
perros sanos de enfermos, hembras en celo, cachorros etc.
-No se observa un manejo ni disposición correcta de los excrementos ni de
la orina, promoviendo el desarrollo de infecciones, malos olores y mucho
menos, dando calidad de vida digna a los perros en estas precarias
instalaciones.
-Tampoco existe socialización para los animales. Los perros están
condenados y olvidados a no interactuar con personas a excepción de un
“cuidador” el cual obviamente no logra cubrir los requerimientos
necesarios para estas instalaciones.
-La alimentación es inadecuada e insuficiente; muchos perros se
encuentran emaciados.

2. -No hay asistencia médico veterinaria a los animales ahí “encarcelados”.
Varios perros presentan heridas y signos de infecciones, entre otras
afecciones, sin evidencia de ser atendidos ni supervisados
profesionalmente.
-El lugar físico en donde se encuentra esta “perrera” no permite el
conocimiento de estas instalaciones por el común de la gente; de esta
forma la comunidad no conoce su existencia y por lo mismo no puede
expresar sus inquietudes ante esta situación.
Nuevamente, considero que en este lugar no existen condiciones mínimas
para dar bienestar a los perros, por el contrario, sólo observé negligencia,
olvido, desorientación, descuido y signos claros de maltrato animal.
Confío en que mi testimonio profesional, informado y con experiencia en
la materia promueva una correcta solución a este problema, sentando
precedentes ante estas situaciones que como sociedad chilena, no
debemos permitir y corregir.
Atentamente,
Sergio Muñoz Rodríguez
Médico Veterinario