La Gran Cierva es una pintura rupestre de 14,000 años de antigüedad que se encuentra en la cueva de Altamira en España. Representa a una cierva de tamaño natural de manera extremadamente realista y detallada, mostrando la habilidad artística de los pueblos prehistóricos. Aunque inicialmente hubo escepticismo sobre su autenticidad, hoy es reconocida como una de las obras de arte paleolíticas más importantes que demuestran la capacidad simbólica y espiritual del ser humano desde
2. La Gran Cierva es una magnifica obra de arte de la Prehistoria
hecha por hombres prehistóricos, recolectores, cazadores y
capaces de realizar estas obras en las paredes y techos de los
lugares donde vivían, arte Parietal. Los motivos de esta pintura
rupestre, se sospecha que pudieran ser de carácter
religioso, mágico y sobre todo se realizaban para propiciar la caza.
Parece aludir a la idea de fecundidad. Su representación, a tamaño
natural, hace coincidir el relieve sobre el que se pintó con su
vientre, quizá preñado, podría representar la idea de reproducción
o madurez. Como ya se ha mencionado anteriormente, las
pinturas que representaban a los animales eran objeto de ritos
colectivos con el objetivo de influir en el entorno.
3. La Gran Cierva.
Su realización data de hace 14.000 años, y se encuadra dentro del período
Magdaleniense III en el Paleolítico Superior, pertenece también a la
escuela franco-cantábrica desarrollada en el norte de España y Europa.
Para ponernos un poco en antecedente, aquí mostramos un video de como
podía ser la vida en aquellos duros años. Europa, al sur del límite que
marcarían los hielos durante la Glaciación de Würm. La aparición del arte
nos habla de la riqueza de la vida espiritual. Durante este periodo la
explotación del entorno se hace cada vez más intensiva, se colonizan
territorios anteriormente despoblados, donde la economía es
básicamente depredadora (caza, pesca, recolecta), socialmente aparecen
las estructuras de habitación y las cabañas. En esta nueva etapa se
desarrollan capacidades simbólicas como el arte, la religión, el lenguaje.
http://youtu.be/4TqdMEo4vXU
4. La Gran Cierva.
De la Gran Cierva, podemos decir que se trata de una obra pictórica
que se realizó en el techo (una bóveda que tiene 18 metros de largo
por 9 de ancho) de una cueva, en el lateral de una colina en la villa
de Santillana del Mar, Santander a unos 8 ó 10 kilómetros más al
interior que en la actualidad. La cueva de Altamira es relativamente
pequeña 270 metros de longitud, al entrar, nos encontramos con un
amplio vestíbulo iluminado con luz natural. El vestíbulo comunica
en su lado izquierdo y al fondo con la sala policromada, a treinta
metros desde la entrada a donde se encuentra la pintura.
5. La Gran Cierva.
La Gran Cierva con sus 2,25 metros, manifiesta una perfección técnica
magistral. La estilización de las extremidades, la firmeza del
trazo, grabado y el modelado cromático la dotan de un gran
realismo. No obstante, acusa una cierta deformación, seguramente
originada por el cercano punto de vista del autor. No olvidemos que
el techo estaba muy bajo (en esta zona no mucho más de ciento
diez o ciento veinte centímetros) y había que ponerse en una
postura muy incómoda para pintar. El pintor podría iluminar la
estancia con lámparas de tuétano, que dan una luz intensa y limpia y
no ennegrecen las paredes. La humedad natural de la cueva, fija y
mantiene la frescura de los colores.
6. La Gran Cierva.
El artista graba primero sobre la pared de la cueva la figura de la cierva con una
piedra afilada. Posteriormente pinta sobre lo grabado, marcando el contorno en
negro con carbón vegetal. Las manchas de color y las líneas son empleadas con
una gran habilidad, dotando a la figura de fuerza y un excelente naturalismo. Los
autores supieron también hacer uso de los juegos de sombras y las
perspectivas, como se puede comprobar en la imagen de la Gran Cierva, usaban
los relieves de las rocas (natural o modelada) para dar un efecto de volumen. La
gama de colores, bastante reducida aunque de mucha fuerza y
durabilidad, consiste básicamente en tonalidades ocre, rojo sangre y
parduzco, para el interior de la figura, además se usó un óxido de manganeso que
servía para realizar el perfilado en negro, siempre presente en estas pinturas para
delimitar los espacios pictóricos.. Utiliza agua para diluir los pigmentos y los aplica
con la mano, con un tampón de materia vegetal, por soplado (aerografía), con un
hueso hueco de ave y proyectándolos como si de una cerbatana se tratara.
Debajo del cuello de la cierva aparece un pequeño bisonte en trazo negro.
En definitiva, la pintura y grabado de la gran cierva da fe de la gran destreza y la
capacidad expresiva de unos pueblos dedicados básicamente a la caza y la
recolección.
7. La Gran Cierva.
Actualmente una de las pinturas más famosas del Paleolítico a nivel mundial.
Fue declarada Patrimonio de la Humanidad en 1985, y es una de las joyas
más importantes de Cantabria y, probablemente de España, dado su
reconocimiento universal.
Fue descubierta en 1868 por un cazador llamado Modesto Cubillas, quien
encontró la entrada al intentar liberar a su perro, que estaba atrapado
entre las grietas de unas rocas por perseguir a una presa. En aquel
momento, la noticia del descubrimiento de la cueva no tuvo la menor
transcendencia entre el vecindario de la zona, ya que es un terreno
kárstico, caracterizado por poseer ya miles de grutas, por lo que el
descubrimiento de una más no supuso ninguna novedad.
8. La Gran Cierva.
Marcelino Sanz de Sautuola, mero aficionado en paleontología, debió conocer la
existencia de la cueva directamente por boca del mismo Cubillas, aparcero en su
finca; no obstante, no la visitó hasta al menos 1875, y muy probablemente en
1876. La recorrió en su totalidad y reconoció algunos signos abstractos, como rayas
negras repetidas, a las que no dio ninguna importancia por no considerarlas obra
humana. Cuatro años después, en el verano de 1879, volvió a Sautuola por
segunda vez a Altamira. En esta ocasión, acompañado por su hija María Faustina
Sanz Rivarola, de alrededor de 8 años. Tenía interés en excavar la entrada de la
cueva con el objetivo de encontrar algunos restos de huesos y sílex. El
descubrimiento lo realizó, en realidad, la niña, quien entró en la segunda sala y
avisó a su padre con un “¡Mira Papá! "Bueyes pintados”
Sautuola quedó sorprendido al contemplar aquel extraño animal que cubría gran
parte de la bóveda.
9. La Gran Cierva.
El realismo de la escena provocó, al principio, un debate en torno a su autenticidad. El
evolucionismo, aplicado a la cultura humana, conducía a deducir que tribus
antiguas y salvajes no debían disponer de arte y que desde entonces hasta la
actualidad habría habido un continuo de progreso. Por lógica si el arte es símbolo
de civilización debería haber aparecido en las últimas etapas humanas y no en
pueblos salvajes de la Edad de Piedra.
En definitiva, se puede afirmar que las pinturas de Altamira son el más importante
logro de la Humanidad en el periodo paleolítico.
Es de lamentar que las visitas incontroladas y las obras de protección que el
yacimiento ha sufrido a lo largo de este siglo hayan deteriorado casi
irreparablemente las pinturas, hasta el extremo de que ni siquiera el cierre de la
cueva garantice, sin un estudio en profundidad que
todavía no se ha hecho, la conservación del más valioso de los elementos del.
Patrimonio Arqueológico peninsular.
A la cúpula donde se encuadra La Gran Cierva es también conocida cono la Capilla
Sixtina del arte rupestre.
10. La Gran Cierva.
Otras obras relacionadas:
Arte parietal de la cueva de Lascaux (Francia).
Arte parietal de la cueva de Altamira (España).
Fuentes de información utilizadas:
• plástica y cultura
• wikipedia
• estrecha.com
• el dibujante 2.
• antehistoria
• iniciando en las ciencias sociales
• youtube