1. Los puentes
La historia de los puentes es también la historia de la ingeniería estructural. El problema de pasar
un vano construyendo una estructura fija se ha repetido a lo largo del tiempo con distintas
soluciones. Según se fue avanzando en el conocimiento de los materiales y la forma en que éstos
resisten y se fracturan hizo que se construyeran cada vez puentes más altos y con mayor vano y
con un menor uso de materiales. La madera quizás fuese el primer paso, después la piedra, el
ladrillo que dieron paso al acero y al hormigón en el siglo XIX. Y aún la evolución continúa, en la
actualidad nuevos puentes de fibra de carbono son diseñados1 con luces mayores y espesores
nunca vistos antes.
Los primeros puentes se realizaron seguramente por elementos naturales simples, como un tronco
dejado caer sobre un arroyo o unas piedras dispuestas en un río. Los primeros puentes
seguramente serían una combinación de rocas apiladas como pilares sosteniendo los maderos que
funcionaban como tableros. Se sabe que algunas tribus americanas usaron árboles y cañas para
construir pasarelas que les permitían salvar agujeros en las cavernas. Con el tiempo supieron crear
cuerdas que permitían unir los distintos elementos del puente. Estas cuerdas también sirvieron
para crear primitivos puentes de cuerdas atados a los dos lados que se querían cruzar. En cierta
manera así nacieron los puentes colgantes.
Puentes de piedra. La era del arco
El Puente Arcadio, de la cultura micénica, es uno de los cuatro puentes de falso arco que formaban
parte de la red de carreteras, diseñada para acomodar las cariotas, entre Tiryns y Epidauros en el
Peloponeso, en Grecia. Datan de la Edad del Bronce, siendo uno de los puentes arcos más antiguos
que sigue en uso. Varios puentes arcos intactos han sido encontrados en el Peloponeso que
provienen de la Edad helenística en el sur de Grecia.2 Todo parece indicar que los griegos
desconocían el concepto de arco, pero sí los mesopotámicos que lo usaron en la arquitectura. De
alguna forma los etruscos también aprendieron a usar el arco y transmitieron la técnica a los
romanos.
La civilización romana fue la primera cultura en construir puentes de forma generalizada.3 La
necesidad de tener una red de calzadas bien comunicada y fija hizo que los ingenieros romanos
construyeran una gran cantidad de puentes para salvar los ríos y valles que se encontraban.4 Los
romanos fueron los precursores del hormigón5 y del cemento hidráulico. Eran capaces de
2. cimentar los puentes en grandes profundidades y de realizar vanos enormes para la época. El
Puente Romano de Orense es el de mayor luz en piedra construido por ellos, con 38 metros.6
También se le debe a los romanos los primeros puentes arco en madera, caso del Puente de
Trajano, con los cimientos en piedra y la arcada en madera, con arcos rebajados. Este puente es
especialmente singular ya que la madera permitió luces de 52 metros (la madera al ser más ligera
permitía salvar luces mayores) y además la estructura medía 1.130 metros, siendo por muchos
siglos el puente más largo jamás construido.
Puentes de acero y hormigón
El 1 de enero de 1781 se inauguró el Puente de Coalbrookdale, el primero fabricado en hierro
fundido8 . El puente (aún hoy en pie) es un puente arco metálico, a imitación de los de piedra,
pero el material es completamente distinto, más resistente y más liviano. En 1795 el río se
desbordó destruyendo todos los puentes que encontró, excepto el de Coalbrookdale lo que hizo
que la gente empezara a confiar en este tipo de puentes.
Puentes en celosía y ménsula
En 1890 se construye en Escocia el Forth Bridge con dos luces de 521,3 metros. Este puente
representa una nueva tipología, la de los puentes en ménsula. Consistía en hacer trabajar las vigas
como voladizos, lo que facilitaba la construcción del puente.
Puentes colgantes
En 1826 se completó el Puente colgante de Menai, iniciando una nueva tipología de puentes. Al
principio los puentes colgantes se construían de cadenas, lo que resultaba peligroso, ya que la
rotura de un eslabón suponía la rotura del tensor. De esta forma también se construyó el puente
de Clifton (1864). A pesar del éxito que suponían empezaron a aparecer problemas. En 1831 un
regimiento de soldados que desfilaban sobre el Puente de Broughton en Reino Unido hizo entrar
al puente en vibración, debido al paso acompasado del desfile, lo que provocó su rotura. Por
desgracia en 1851 se volvió a repetir un desastre similar en Francia, en el puente de Angers, donde
fallecieron 200 soldados. Los ingenieros franceses no volvieron a construir un puente colgante
hasta 1871, y aún hoy en Europa existe tendencia a evitar construirlos. En América no fue así, los
puentes colgantes tuvieron mucho éxito. En 1842 se completó el puente de cables de Fairmount
en Filadelfia con una luz de 109 metros. Para finales del siglo XIX Estados Unidos había
perfeccionado la construcción del puente colgante hasta alcanzar las enormes actuales. En 1866,
el Puente de Roebling sobre el río Ohio tenía 322 metros de luz, en 1869 éste es superado por el
Puente del Niagara con 386 metros, y en 1883 se termina el Puente de Brooklyn con 486,3 metros.
3. Puentes atirantados
Pues estaban Hace mucho tiempo los moros y creaonn el puente antirantados. Eran puentes muy
resistenttes y con grandes pilares y vigas.