Construccion intercultural del desarrollo sostenible
1. Construcción intercultural del Desarrollo Sostenible
Por: Ricardo Rojas Quiroga*
Este texto centra su análisis en la relación entre “Desarrollo Sostenible” como una visión
occidental propuesta por la Comisión Mundial de Medio Ambiente y Desarrollo de las
Naciones Unidas y el “Vivir bien” como una visión indígena desde su cosmovisión,
cultura e identidad.
Cuando se habla de desarrollo sostenible, se debe tener en cuenta que este es un concepto
que involucra distintos ámbitos como el social, el territorial, e histórico, el mismo que se
manifiestan en una dimensión de espacio y tiempo determinado, reflejada por la
conciencia social. Por lo tanto, si entendemos que desarrollo es un fenómeno social,
debemos tomar en cuenta que cada sociedad lo concibe de una manera determinada,
considerando los procesos de construcción de identidades ecológicas, particularmente
aquellas asociadas a la de los pueblos indígenas que viven en comunidad y tienen una
relación cercana con su entorno para confrontar la crisis ambiental.
Entonces, si hablamos de desarrollo sostenible y pueblos indígenas, se puede entender el
asunto desde diversas perspectivas. Es en este sentido que analizaremos las similitudes y
diferencias del concepto de “Desarrollo Sostenible y la del “Vivir bien”, basándonos
fundamentalmente en la temática medio ambiental.
El concepto de desarrollo ha sido objeto de debate en los últimos años en el ámbito
internacional, involucrando a diferentes actores. El desarrollo adopto una variada gama de
enfoques intentado calificarlo de diversas formas, siendo la de sustentable la que encontró
mayor difusión entre los enfoques alternativos de desarrollo desde que fue propuesta por
la Comisión Mundial de Medio Ambiente y Desarrollo de las Naciones Unidas (1987).
Segun Pierri, Naina et al., (2005) el concepto de desarrollo sostenible sugiere la posibilidad
de una síntesis entre desarrollo económico y preservación del medio ambiente, incluyendo
objetivos económicos, políticos, sociales, culturales y ecológicos; pero sobre todo considera
al ser humano como pilar fundamental para el desarrollo, buscando mejorar su calidad de
vida y bienestar social, haciendo uso racional y responsable de todos los recursos naturales
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2. y de la energía, sin dañar el medio ambiente o el derecho que tienen las generaciones
futuras de hacer uso de estos recursos.
De acuerdo con la Comisión Mundial sobre Medio Ambiente y Desarrollo de las Naciones
Unidas (1987) el Informe Brundtland define siete objetivos de carácter global, los cuales
deben interrelacionarse mutuamente, no siendo posible tratar cada uno de ellos de forma
aislada. De esta forma, todos ellos imponen la necesidad de la aceptación conceptual
acerca del desarrollo sustentable, una vez que engloban tanto a las economías ricas como a
las pobres.
× Reactivar el crecimiento: Principalmente en los casos de los países en desarrollo, donde
está la mayor parte de la pobreza del mundo, la satisfacción de las necesidades esenciales
y el desarrollo sustentable exigen que haya crecimiento económico.
× Modificar la calidad del crecimiento: El principio que orienta esta premisa es de que el
desarrollo sustentable engloba más que el crecimiento, pues los modelos actuales, tanto en
los países del norte, como en los del sur son inviables, pues ambos siguen patrones de
crecimiento no sustentables a largo plazo. Lo que se propone es un proceso de desarrollo
económico que mantenga y reproduzca el stock de capital y donde el crecimiento
económico sea acompañado por la equidad en la distribución de renta, con atención
especial a la incorporación de variables no económicas como la educación, salud, agua y
aire limpios y protección de la belleza natural.
× Atender a las necesidades humanas: Empleo, alimento, energía, saneamiento del agua son
necesidades básicas cuya atención debe ser buscada con prioridad en las capas de la
población pobre de los países en desarrollo.
× Asegurar niveles sustentables de población: El desarrollo sustentable está estrechamente
asociado a la dinámica del crecimiento de la población, incluyendo donde la población
crece y como ella se relaciona con los recursos disponibles.
× Conservar y mejorar la base de los recursos: Este objetivo es señalado como una de las
metas del desarrollo, también es comprendido como una obligación moral de las
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3. generaciones presentes en relación a las próximas. El mantenimiento de la diversidad
biológica es necesario para el funcionamiento normal de los ecosistemas y de la biosfera
como un todo. En este sentido las políticas deben ampliar las opciones para que las
personas mejoren la calidad de vida, principalmente en áreas bajo “estrés” ecológico y
pobres en recursos.
× Reorientar la tecnología y gerenciar el riesgo: La tecnología es considerada el elemento
clave que llevará a la solución de la mayoría de los problemas expuestos y por ser el
eslabón que liga al hombre con la naturaleza, ella debe ser reorientada en función de las
exigencias del desarrollo sustentable, que requiere mayor atención a los factores
ambientales. En el caso de los países en desarrollo, es preciso intensificar la capacidad de
innovación tecnológica, a fin de atender a los nuevos desafíos.
× Incorporar el ambiente y la economía en los procesos de decisión: La tarea de integrar lo
económico y lo ecológico requiere de cambios de aptitudes y de objetivos en diversos
niveles pues, solamente la ley no tiene el poder de forzar los intereses de las comunidades.
Éstos deben conocer y apoyar las leyes, ampliar su participación en las decisiones que
afecten el medio ambiente, a través de su motivación y consecuente movilización,
organizándose de forma de viabilizar formas de participación más efectivas.
En América del Sur y sobre todo en gobiernos progresistas como son los casos de Ecuador
y de Bolivia ha cobrado protagonismo el concepto del “Vivir bien”, intentando generar un
conocimiento propio orientado hacia otras concepciones del desarrollo.
Según Yampara, Simon et al., (2001) la cosmovisión de los pueblos indígenas originario
campesinos se basa en la relación armónica y holística entre todos los elementos de la
Madre Tierra donde el hombre es parte integrante del entorno natural, la preponderancia
de la comunidad sobre el individuo, los principios de la reciprocidad y la redistribución
que primen sobre la acumulación de bienes y recursos, así como fuertes valores éticos y
espirituales en la relación con el entorno natural y con la comunidad.
En la cosmovisión de los pueblos indígena originario campesinos no existe el concepto de
desarrollo, es decir, no existe la concepción de un proceso lineal de la vida que establezca
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4. un estado anterior o posterior, mecanismo por el cual deben transitar las personas para la
obtención de bienestar como ocurre en el mundo occidental, sino mas bien conceptos
como el de la circularidad, donde el futuro es al mismo tiempo pasado, el tiempo que se
rige por los ciclos naturales del movimiento de los planetas y de los ciclos estacionales y
agrícolas. (Yampara, Simón et al., 2005)
De acuerdo con Medina, Javier (2005) su racionalidad económica no es de acumulación
por lo que no existen conceptos de riqueza y pobreza sino de relación armónica con el
entorno y uso respetuoso de los recursos naturales para el bienestar de toda la comunidad.
Por lo tanto en la economía indígena rigen los principios de reciprocidad y redistribución
para que todos los miembros de la comunidad tengan acceso a los mismos niveles de
bienestar. Existe una visión holística acerca de lo que debe ser el objetivo o la misión del
esfuerzo humano, que reside en buscar y crear las condiciones materiales y espirituales
para construir y mantener el “Vivir bien”.
Por las distintas formas de relación con la sociedad urbana ya sean estas por medio de la
migración, la expansión de las ciudades y las propuestas tanto del gobierno como de
diversas instituciones privadas los pueblos indígenas fueron adoptando progresivamente
el concepto de desarrollo ligado al de la pobreza.
Paradójicamente la propia dirigencia indígena ha implementado en sus proyectos y
discursos políticos de reivindicación de derechos una visión desarrollista pareciendo que
habrían asumido como su máxima aspiración la satisfacción de necesidades y el acceso a
bienes y servicios.
La introducción de este concepto a nombre de una aparente modernidad y bienestar
basado en la acumulación de bienes, degrada lentamente la filosofía propia del “Vivir
bien” debilitando los patrones estructurales de la vida sociocultural y las bases de
recursos de subsistencia, es decir los conocimientos para una resolución autónoma de las
necesidades de los pueblos indígenas colocándolos automáticamente como colectividades
en vías de desarrollo.
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5. El desarrollo desde una visión occidental califica a los pueblos indígena originario
campesinos como grupos pertenecientes a un espacio y tiempo considerado como
tradicional, periférico y primitivo, con una alusión de que la superación de la pobreza de
los pueblos indígenas supone el acceso a los beneficios de la modernidad, cuyo camino es
la integración al mercado, como aquel directo al desarrollo.
Es en este sentido que desde la visión occidental del desarrollo los pueblos indígenas
deberían renunciar a su economía de subsistencia, dejar de lado sus tradiciones las cuales
no son rentables y olvidarse de sus capacidades de gestión autónoma, para transformarse
en fuerza de trabajo, dando lugar al libre acceso a las actividades extractivas del subsuelo
y de la biodiversidad para dar lugar al desarrollo como se lo plantea en el nuevo
extractivismo de izquierda.
Con esto no se desea que los pueblos indígenas mantengan dentro de una esfera su
filosofía de vida, mas bien, el proceso indígena originario campesino muestra que es
posible construir el “Vivir bien” recreando los propios paradigmas, inclusive adoptando
dinámicas económicas y conocimientos ancestrales, adaptándolos a la realidad actual y la
futura, sin dejar de lado las bases locales de subsistencia y al contrario optimizando su
manejo, y fortaleciendo las capacidades autónomas e interdependientes de resolución de
las necesidades.
Pese a las limitaciones y errores están siendo implementados desde iniciativas
comunitarias, para mencionar algunas las actividades de planificación y manejo del
territorio y sus recursos, e inclusive actividades que incorporan la lógica de valoración
occidental de la geografía como el ecoturismo. Estos aspectos entre otros, establecen
nuevos procesos económicos que se insertan en las dinámicas originales, generando
propias formas de modernidad que los pueblos indígenas se encuentran desarrollando.
Algunas de las nuevas actividades, como la incorporación de la lógica comercial frente a la
diversidad biológica, sus escenarios de vida y los espacios escénicos, deben ser medidos
con objetividad, ya que no se trata de que los pueblos indígenas terminen siendo
funcionales a la nueva corriente del ecolologismo neoliberal, que con el nombre de
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6. "sustentabilidad" busca la cotización in situ de la biodiversidad y sus territorios junto al
conocimiento indígena originario campesino.
Las iniciativas mencionadas anteriormente, en la mayoría de los casos resultan incipientes,
pero progresivamente comienzan a dar resultados, en la búsqueda de soluciones a las
necesidades monetarias. Sin embargo, si se aplican los medidores econométricos de
pobreza en los pueblos indígenas, éstas seguirán apareciendo como las más pobres,
fundamentalmente si se toman en cuenta indicadores de relativos a empleo, ingresos
económicos, y acceso a bienes y servicios.
Estos indicadores no toman en cuenta, las potencialidades locales como estructura social y
organización, conocimientos y sistemas de producción que inciden en la satisfacción
autónoma de las necesidades, por otro lado tampoco toman en cuenta la biodiversidad
existente en los territorios indígenas, los factores inherentes a lo que se denomina como
servicios ambientales, además los indicadores convencionales de pobreza, no toman en
cuenta la identidad cultural como potencialidad productiva y de resolución de los
conflictos.
Por lo descrito anteriormente podemos afirmar que desde la cosmovisión, cultura e
identidad de los pueblos indígenas, el término que la cultura occidental llama desarrollo
con sus diferentes enfoques, en este caso “sustentable” no se lo puede entender como un
concepto análogo al “Vivir bien” ya que su racionalidad económica no es de acumulación
sino de relación armónica con su entorno por lo tanto utilizando respetuosamente los
recursos naturales para el bienestar de toda la comunidad. Es por esto que la economía
indígena esta fundamentada en los principios de redistribución y reciprocidad para que
todos los miembros de la comunidad tengan acceso a los mismos niveles de bienestar.
Es en este contexto que se debería formular estrategias y planes regionales, nacionales y
locales de desarrollo sostenible con la participación activa de los pueblos indígenas de
manera de incorporar sus legitimas demandas y aspiraciones respetando su identidad
cultural y su dignidad, aprovechando los sistemas de conocimientos tradicionales que
poseen tales pueblos.
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7. Dichos planes deberán promover y transferir tecnologías ambientalmente apropiadas o
también denominadas tecnologías limpias. La concientización pública, la educación, la
investigación y la capacitación deberán jugar un papel determinante tanto en la promoción
de un mayor conocimiento y comprensión de los pueblos indígenas, su historia, sus
conocimientos y prácticas aportados al desarrollo sostenible, como en el establecimiento
de un eficaz diálogo intercultural.
Si queremos hablar de pueblos indígenas y desarrollo sostenible es necesario
conceptualizar nuevamente el término y que hagamos una construcción intercultural de
este concepto, tomando en cuenta la concepción occidental y la cosmovisión, cultura e
identidad de los pueblos indígenas que sea capaz de traducir políticamente el nuevo
paradigma científico técnico y la cosmovisión de las naciones indígena originaria
campesina enmarcadas en un desarrollo sostenible. Quizá el mayor reto es el fortalecer
esta filosofía del “Vivir bien”, desde la familia y el espacio local hasta el contexto más
amplio de las nacionalidades y sus estructuras de autogobierno. Aquello puede significar
el surgimiento de un nuevo paradigma alternativo al desarrollo.
* Ingeniero en Medio Ambiente, Msc. Desarrollo Rural Sostenible
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