En plena crisis, se produce en España para las empresas (autónomos y Pymes principalmente) una paradoja importante, ya que la Administración que por un lado recauda trimestralmente los impuestos de las facturas a través de la Ley del Devengo de IVA, aplaza el pago de las mismas que ésta tiene abonar a éstas hacer en más de 180 días.

1. La paradoja de las Empresas,
la Administración no paga, pero si recauda
La Crisis económica
en España
Roberto Gamboa Dones
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2. La paradoja de las Empresas,
la Administración no paga, pero si recauda
En España existen en la actualidad aproximadamente 3,3
millones de empresas, muchas de ellas encuentran en la
Administración a un cliente fiel y que, hasta ahora, pagaba
puntualmente bien.
Pero la realidad es muy variopinta, en bastantes ocasiones la
Administración, debido a la crisis, aplaza los pagos por encima
de los 180 días, a pesar de que la Ley 3/2.004 de lucha contra la
morosidad en las operaciones comerciales, obliga a la
Administración a hacerlo en 60 días.
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3. La paradoja de las Empresas,
la Administración no paga, pero si recauda
El problema se agrava para estas empresas, en general Pymes,
cuando la Administración, a través de la Agencia Tributaria, les
insta a abonar el IVA devengado de las facturas de ese mismo
trabajo a través de los pagos trimestrales de impuestos mucho
antes de haberlas cobrado.
Pero, ¿qué pueden hacer en esta situación, si además de la
citada obligación fiscal, se encuentran con que sus proveedores
no quieren establecer unos plazos de cobro tan largos de los que
éstas tienen pactados con la Administración?
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4. La paradoja de las Empresas,
la Administración no paga, pero si recauda
Normalmente se encuentran en una encrucijada, ya que tienen
sobre sí “la espada de Damocles” porque sus proveedores
dejarían de serviles si se retrasan en los pagos, lo les llevaría
al incumplimiento de sus obligaciones profesionales, y la
posible quiebra de sus negocios.
Entonces se ven en la obligación bien de intentar cambiar de
proveedores (complicado en la actual situación), o bien
intentar aguantar la transición entre el pago y el cobro,
¿cómo?
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5. La paradoja de las Empresas,
la Administración no paga, pero si recauda
La mayoría de las empresas recurren a las entidades bancarias
suscribiendo líneas de crédito y préstamos hipotecarios que
gravan sus propiedades empresariales y, a menudo, incluso sus
viviendas particulares para poder hacer frente a estas
eventualidades y no descapitalizarse, pero ¿a qué precio?
Los Bancos y las Cajas de Ahorro están siendo las verdaderas
beneficiadas, ya que cobran a los empresarios unos intereses
desmesurados y desproporcionados, y con unos plazos de
vencimiento cortos.
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6. La paradoja de las Empresas,
la Administración no paga, pero si recauda
Por supuesto, estos gastos financieros desmesurados en forma
de intereses y comisiones forman parte del beneficio mercantil
del empresario, y como consecuencia puede conllevar, entre
otras medidas, la reducción de su plantilla.
Las empresas no empiezan a salir de este embrollo hasta que
empiezan a “HACER GIRAR LA RUEDA”, como se dice en el
argot, es decir, empiezan a cobrar regularmente de la
Administración y, a su vez, regularizan los pagos con sus
diferentes clientes y entidades de crédito, pero hasta llegar a
hacer girar la rueda ¿cuántas empresas aguantan?
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7. La paradoja de las Empresas,
la Administración no paga, pero si recauda
Desgraciadamente no todas la empresas que desearíamos
aguantan este tirón, muchas de ellas se ven forzadas a dar
suspensión de pagos sumidas en la más absoluta ruina,
motivada por los intereses bancarios, el sistema tributario y la
dilación de la Administración en el pago.
Conclusión: La Administración paga mal y tarde, pero
en cambio obliga las Empresas a pagar sus impuestos en
plazo, ya que en caso contrario les añade intereses de
demora y/o sanciones.
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8. La paradoja de las Empresas,
la Administración no paga, pero si recauda
Soluciones: Ayudaría mucho a las Empresas derogar la Ley
del Devengo, en la cual la generación de impuestos viene dada
desde el momento en el que se genera la factura, y en el
momento en el que se cobra.
Con esta posible derogación las empresas podría invertir e
estas cantidades en renovar su tecnología, contratar más
personal, etc. Y en definitiva generar más riqueza.
JUNIO – 2.009
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